Profesorado de Francés Amar Makhlouf Fernando Romero Rodrigo Alavar La identidad Laboral Docente.
Primeramente, deberíamos comenzar por la etimología de la palabra
“identidad” la cual deriva de dos términos latinos: “ídem”, que es lo mismo a decir “igual” y “entitas”, que hace referencia a la identidad, al ser. Podemos decir también que la identidad expresa lo idéntico a otros y, por supuesto también lo diferente. Marca y define quien soy en términos individuales y colectivos. Las identidades personales y colectivas son un aspecto crucial en la constitución y la reafirmación de las interacciones sociales, por que confirma las relaciones de comunidad en conjuntos de variado alcance ligados por una pertenencia vivida como una “hermandad”. Por otra parte, la existencia de “otros” que no pertenecen a un “nosotros” revela la existencia de límites, de interiores y de exteriores, de inclusiones y exclusiones. La identidad se define como una “coproducción” con “otros” que se realiza en los trayectos biográficos de los sujetos en los cuales van construyendo distintas ideas en torno a sí mismos, lo que hacen y lo que serán. La identidad laboral se representa como un espacio simbólico común compartido entre los sujetos, sus entornos laborales y sociales y las instituciones donde trabajan. Pertenecer a una identidad profesional se vincula estrechamente con la posesión de un repertorio, no estático ni único, de acciones potencialmente atribuibles a quienes comparten esa “hermandad”, fundado en una comunidad de creencias, conocimientos y sentidos. La identidad, en el tiempo, se transforma en móvil, formada y transformada continuamente, es una construcción que no está completa nunca, que se halla siempre en proceso. Con la crisis moderna de la creencia de un “yo” fijo, singular y permanente, se reivindica una concepción narrativa de la identidad. Al hacer un autorrelato, los individuos construyen la suya, que no solo son recuerdos del pasado sino un modo de recrearlos en un intento de descubrir un sentido e inventar el “yo” que pueda ser socialmente reconocido. Según Bolívar Botía (2004), “narrarse” consiste en dar un orden al conjunto d los sucesos pasados, encontrando un hilo conductor que establezca las relaciones necesarias entre lo que el narrador era y lo que hoy es. De esa manera, la narración media entre el pasado, el presente y el futuro. Un sujeto puede interactuar en múltiples “nosotros”, siendo el más importante el vinculado con el trabajo, lo cual expresa una identidad laboral, es la idea de un “yo” y de un “nosotros” que se construye en los espacios laborales, en un marco de experiencias comunes. La identidad laboral docente expresa las representaciones que el sujeto sostiene respecto del trabajo de enseñar y se constituye fundamentalmente en la interacción con otros docentes y demás sujetos que participan de la tarea escolar a través del desarrollo biográfico. Además de sostenerse en aspectos personales, es un efecto del contexto de trabajo inscripto en un espacio social determinado, con relaciones sociales específicas. Woods(1986) trata de identificar las principales tendencias e influencias en el desarrollo del “yo como docente” y podría definirse como la imagen que tiene cada docente individualmente de sí mismo, lo cual revela las variantes y complejas influencias personales, ambientales y experienciales, las disposiciones personales, actitudes y creencias. También diferencia un “micro- yo” y un “macro-yo”. El primero está relacionado con experiencias tempranas anteriores a la formación inicial, el hogar, la familia, literatura y arte, colegas y tutores y todas las cuestiones relativas a la propia familia conformada por el docente. El macro- yo se conforma por un amplio número de factores ambientales como los orígenes de la clase, las experiencias religiosas y el clima político y económico. La identidad laboral permite a los individuos reconocerse mutuamente como parte de un “nosotros”, como un núcleo central de sentidos compartidos por los integrantes del colectivo laboral docente, e incluye, elementos de la memoria colectiva, las reglas y las normas del trabajo de enseñar. En la relación con este núcleo central se pueden identificar “subgrupos laborales” tales como los docentes del nivel inicial o los de nivel medio. La identidad laboral docente se presenta entonces con una parte común a todos los docentes, y otra específica en parte individual y en parte ligada a los diferentes contextos de trabajo. La autopercepción que tienen los docentes de sí mismos cambia a medida que transcurre su vida, es por eso que su identidad laboral también lo hace. Por ejemplo, No es igual la identidad laboral que tiene un docente en los primeros años de trabajo, preocupado centralmente por la supervivencia, que unos años después, cuando sus intereses pueden centrarse en la consolidación de sus conocimientos y habilidades. Esto podría encuadrarse dentro de una “estructura interpretativa personal” a través de la cual los docentes interpretan su trabajo, le dan sentido y actúan sobre él. Esta identidad laboral individual tiene para Geert Kelchtermans (2000) cinco componentes: La imagen personal, como componente descriptivo, que hace referencia a la manera en que los docentes se tipifican como tales. La autoestima, como un evaluativo personal de cada uno sobre su tarea (¿Qué también estoy haciendo mi trabajo?) La motivación laboral, que incluye la motivación personal para elegir la profesión, la voluntad y el esfuerzo puestos en la tarea, los deseos de permanecer enseñando o abandonar la actividad. La percepción normativa sobre la tarea, que involucra la respuesta a las siguientes preguntas: ¿Qué debo hacer para ser un buen docente? ¿Que considero como las tareas esenciales que debo efectuar para hacer bien mi trabajo? ¿Cuáles son las que considero adecuadas para realizar y cuales me niego a aceptar como parte de mi labor? Un componente futuro en la perspectiva laboral, que incluye unas expectativas más o menos articuladas respecto del futuro en el trabajo y la manera en que se sienten al portar tales expectativas. Estos componentes sumados a diferentes investigaciones pedagógicas que evidencian que los sujetos ingresan a la formación inicial docente con nociones ya conformadas de sí mismo como docentes. La gran influencia que tienen sus biografías en los sujetos que eligen la carrera de educador. Ya desde estudiante de profesorado ingresan portando una “identidad del rol docente” íntimamente ligada a su biografía y a través de ésta, ven, analizan y evalúan los programas de formación, sus propias prácticas y la profesión de enseñar. Enormes cambios en el mundo del trabajo docente impactan en su identidad laboral. Así también existen otros factores que necesariamente se deben tener en cuenta como los cambios epocales, la modificación de los sistemas educativos, las reformas del mercado laboral, la politíca, la economía, la situación social, el entorno, entre otros.