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UNA LECTURA
FEMINISTA DE LA
REPRODUCCIÓN SOCIAL
DE LA VIDA EN LA
PANDEMIA.
Kruskaya Hidalgo y Ana Maria Morales
Cuando #QuédateEnCasa no es una opción
UNA LECTURA
FEMINISTA DE LA
REPRODUCCIÓN SOCIAL
DE LA VIDA EN LA
PANDEMIA.
Kruskaya Hidalgo y Ana Maria Morales
“Aquí hay mucha gente que trabaja del diario su población se encuentra en condiciones
[…] no hacen caso porque tienen una necesi- de pobreza. La isla tiene accesos mínimos
dad diaria y el gobierno no ha respondido. La a los servicios básicos, en aglomeraciones
gente se va a morir de hambre en la casa si de viviendas de una calidad por debajo de la
no tienen de dónde comer.” Maricruz relata media, donde para ganar votos en la década
la situación que miles de personas enfrentan de los 60, los políticos clientelares entre-
en Ecuador con la emergencia sanitaria. La gaban terrenos baldíos privados que eran
pandemia está agravando las brechas sociales invadidos. Hoy en día, la gente en la isla se
ya existentes, cuando el #QuédateEnCasa se organiza a través de cooperativas. Según el
vuelve un privilegio de clase, porque la gran último censo poblacional de 2010, en ella
parte de la población ecuatoriana vive del tra- habitan unas 21.074 familias.
bajo informal, fuera de cualquier sistema de
protección social, sobreviviendo del trabajo En Guayaquil, la población se enfrenta al
diario. Estando la necesidad de por medio, virus en un contexto donde se ha recortado
se debe salir a buscar unos dólares, aunque en el último año aproximadamente el 30%
esto signifique el contagio. En Ecuador, miles del presupuesto de salud a nivel nacional,
de familias dependen de este trabajo, que, en ¿podríamos imaginarnos cuántas camas, in-
cuarentena, queda imposibilitado. Son miles sumos y personal de salud implica ese recor-
de personas a las que el gobierno da la es- te? Guayaquil mantiene una política racista
palda, sin generar políticas públicas para dar y gamonal, donde lxs alcaldes han sido una
respuesta a esta crisis social y protegerlxs. fiel representación del despliegue de una
gestión biopolítica y necropolítica, donde
Ecuador, siendo un país relativamente peque- ciertas vidas valen la pena de ser cuidadas y
ño en temas poblacionales en comparación protegidas, mientras otras son descartadas.
con la región, es el segundo país que más La administración municipal ha concentrado
contagiadxs reporta en toda América Latina. sus esfuerzos en crear “lugares bonitos”
La provincia costera de Guayas presenta el para el turismo extranjero y la gente de
75% de los casos. Es precisamente en esa clase media y alta, mientras cerca – y hasta
provincia que se encuentra la Isla Trinitaria, “esconde” – los asentamientos urbano-po-
una isla en la que habitan Lenny y Maricruz, pulares a los que no entrega recursos. Con
mujeres que entrevistamos para este artícu- la pandemia, el gobierno local ha decidido
lo. Isla Trinitaria es un sector en el sur de la desplegar sus herramientas securitistas y
ciudad de Guayaquil. Nace como un asenta- militarizar la ciudad, siendo que,en realidad,
miento urbano-popular que a lo largo de los las zonas que se militarizan son las más
años va ampliándose en número de habitan- precarizadas. Como dice Paul B. Preciado “el
tes. Una isla rodeada por varios ramales del virus actúa a nuestra imagen y semejanza,
Estero Salado, que recoge una gran diversidad no hace más que replicar y extender a toda
cultural – sin embargo, una gran cantidad de la población, las formas dominantes de
gestión biopolítica y necropolítica que ya es- de interdependencia que no se manifiesta
taban trabajando sobre el territorio nacional” de igual manera en toda la sociedad. Las
(2020). clases medias y altas muchas veces pueden
resolver parte de esta cadena de supervi-
En los últimos días, han sido reiteradas las vencia pagando para que otras personas
denuncias del sinnúmero de abusos contra la realicen, por ejemplo, el trabajo de cuidados,
dignidad humana efectuados por las fuerzas el trabajo remunerado del hogar y, como
policiales y militares. Gente indigente, habi- hemos visto en pleno contexto de pandemia,
tantes de calle y pobladores de barrios popu- también pueden pagar a otras personas para
lares han sido golpeadxs, obligadxs a comer que compren por ellxs los alimentos a través
carne cruda, rapadxs la cabeza, rayadxs la de plataformas digitales.
cara como “castigos” por no respetar la
cuarentena. Además, es necesario tomar en Ahora, lo que nos reúne en este texto es
cuenta que históricamente la militarización evidenciar qué sucede en otros contextos
de los territorios representa el abuso sexual periféricos, donde no se nace con derechos,
y la violación a mujeres. Sin duda, este des- donde “se vive al día”. “Vivir al día” quiere
pliegue es un espejo de las políticas racistas,
coloniales y clasistas del Estado ecuatoriano.
decir que una persona vive de las ventas
o servicios que realiza diariamente, como Desde el
A estas violaciones de derechos humanos, se por ejemplo: vender agua en la Perimetral,
suma el desabastecimiento de servicios bá-
sicos para sectores precarizados, entre ellos,
trabajar tres veces por semana lavando ropa,
cuidar carros en una calle, coser en un taller
feminismo
barrios como Isla Trinitaria, Monte Sinaí,
Sociovivienda o Nueva Prosperina. “Aquí en
y ganar por prenda o trabajar en la construc-
ción. Esta condición implica una precariza-
defende-
Guayaquil se corta muchísimo el agua a las
personas, sobre todo en los sectores popu-
ción de la vida y en el contexto actual, una
búsqueda permanente por la supervivencia. mos la vida
lares porque para los ricachones nada. Acá En Ecuador, el 46% de trabajadores lo hacen
siempre cortan” denuncia Maricruz. en la informalidad, representando aproxi-
madamente 3 millones de personas (INEC
en todas
El texto que ahora presentamos está situa-
do en las experiencias de Lenny, Maricruz y
2018, El Telégrafo 2019 y Cordes 2020). Esto
quiere decir que esta población actualmente sus dimen-
Jaqueline, tres ex trabajadoras remuneradas tiene problemas para resolver una necesidad
del hogar de la ciudad de Guayaquil que
son parte de la UNTHA (Unión Nacional
vital: comer. siones, las
de Trabajadoras Remuneradas del Hogar y
Afines). Durante estas semanas, ellas han
Lenny describe que “las compañeras si están
en sus casas, pero no hay plata. Por ejem-
discusiones
estado pendientes y monitoreando la situa-
ción de sus compañeras, otras trabajadoras
plo, las compañeras que lavaban, limpiaban
casas al diario, ellas que no tenían seguridad y aportes
remuneradas del hogar. Por ejemplo, ellas social están todavía peor, ganaban al diario.
nos comparten que existen casos de mujeres
que continúan trabajando “puertas adentro”
La gente que tenía su peluquería son gente
que no tienen ni para comer… No sé cómo
justamen-
aún cuando sus jefes no estarían tomando
precauciones e incluso salen sin mascarilla.
estarán haciendo estas personas, para ellas
la situación está bien crítica y con niños es te giran
Existen compañeras que han dejado de tra- más difícil. Las compañeras migrantes si-
bajar pero que no recibieron ningún pago por
su trabajo de marzo, es decir, ni por las dos
guen en las casas con los empleadores, ellas
trabajan puertas adentro cuidando a adultos
alrededor
primeras semanas del mes que trabajaron.
O como nos cuenta Jaqueline “mi hermana
mayores. La gente migrante venezolana
trabaja puerta adentro”
de poner la
el día que fue, uno de los jefes, porque ella
trabaja como en cuatro casas, estaba enfer- Estos testimonios reflejan las condiciones
de subsistencia del “vivir al día”. Condicio-
vida en el
mo. Es irresponsable, no le avisaron que no
vaya”. nes que están sumergidas en la precariedad
producto una desigualdad social histórica
centro.
Desde el feminismo defendemos la vida en donde la riqueza se ha concentrado en po-
todas sus dimensiones, las discusiones y cas manos. Una concentración colonial, pa-
aportes justamente giran alrededor de poner triarcal y capitalista. Pero también, los análi-
la vida en el centro. A partir de esta idea, de- sis, lecturas y denuncias de Lenny, Maricruz
bemos nombrar algunas actividades que nos y Jaqueline demuestran la complejidad del
permiten vivir como la alimentación, el acce- cuidado; los matices de los cuidados. Ellas
so a la misma, la salud, una vivienda digna y representan a las trabajadoras remuneradas
sin lugar a dudas el cuidado. Paralelamente del hogar y también, en sus preocupaciones
la humanidad debe gozar de sus derechos a está la supervivencia en sí de sus familias,
partir del estudio, el trabajo bien remunerado las responsabilidades que tienen en sus ho-
y tener tiempo libre para el ocio y el disfru- gares como la mayoría de las mujeres, que
te. Estas acciones son parte de una cadena en muchos casos han aumentado a partir
del aislamiento. Y nos surgen más pregun- cemos de casos de familias en Guayaquil
tas ¿quién cuida a las mujeres, a las cuida- que han tenido dificultades para encontrar el
doras, a las trabajadoras? ¿quién cuida a las cuerpo de sus seres queridos, mientras viven
mujeres jefas de hogar que están enfermas un vaivén entre la funeraria, el crematorio y
y no pueden interrumpir sus tratamientos? los esfuerzos que deben hacer para conseguir
¿qué pasa con las personas que no pueden el dinero, sea para un ataúd o para la crema-
vivir sin una persona que esté a cargo de ción. También se dio el caso que consiguieron
su cuidado? ¿cómo están esas mujeres el ataúd, luego el dinero para la cremación
migrantes – muchas de ellas venezolanas – y cuando llegaron a la morgue no podían
afrontando la crisis? ¿si se enferman, a ellas encontrar el cuerpo.
quién las cuida? ¿si de su trabajo en Ecuador
¡No se puede subsistían sus familias en Venezuela, ahora
en cuarentena, quién les manda remesas a
Mientras tanto, el gobierno anuncia la cons-
trucción de una fosa común en Guayaquil
dimensionar esas familias? dado el alto número de víctimas mortales.
¡No se puede dimensionar qué implica la
qué implica En este contexto, la precarización se esparce
por el barrio. Lenny continúa: “la gente que
construcción de una fosa común! En América
Latina esas dos palabras juntas son el eco
la construc- tuvo recursos pudo proveerse de alimen-
tación, es muy diferente, ¿y si no tiene
de los crímenes de lesa humanidad perpetra-
dos tanto por regímenes dictatoriales como
ción de una plata para comprar cómo le hace? esa es la
desigualdad que hay”. Aquí se evidencia las
democráticos que hemos atravesado por
generaciones. De esas generaciones aprendi-
fosa común! dificultades para sobrellevar la cuarentena
sin recursos y con hambre: “hay gente que
mos la dignidad de la vida y de la muerte. Nos
persigue el fantasma de la represión, ¿quién
En América vende cosas, cortauñas, frutas, agua, esa
gente está en su casa, ganaban sus 5, 6 dó-
controlará la fosa común? ¿qué cuerpos se
depositarán en esa fosa? ¿acaso la fosa servi-
Latina esas lares trabajando todo el día aunque sea para
dejar para la comida porque por ejemplo
rá para esconder los crímenes de las fuerzas
militares y policiales? ¿serán esos cuerpos
dos palabras hay familias que trabajan toda la familia, hay
una señora que trabaja, sus cuatro hijas y
que no importan tirados al olvido en esa fosa?