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Modulo I:

Introducción al Marco Regulatorio de las Indicaciones


Geográficas

1
Módulo 1
Introducción al Marco Regulatorio de las Indicaciones Geográficas

Contenidos

1.1 Comienzos en la regulación de las Indicaciones Geográficas.

1.2 Tratados Internacionales.

1.3 Marco Regulatorio de Argentina.

1.1 Comienzos en la regulación de las Indicaciones Geográficas.

Las Indicaciones Geográficas son signos distintivos que permiten al


consumidor distinguir, en el mercado, un producto de otros del mismo tipo. Son
instrumentos útiles en una estrategia de diferenciación de productos en las
cuales el factor de diferenciación está dado por la calidad intrínseca,
valorada y percibida por el consumidor en relación con su origen geográfico.
A diferencia de las marcas, que son un signo con capacidad distintiva que
permite diferenciar los productos o servicios de una empresa de los de las
demás, las indicaciones geográficas no se inventan, no son meros signos de
fantasía. Existen en relación con un lugar geográfico determinado, se
desarrollan a lo largo del tiempo y se encuentran sujetas a la presencia, en ese
territorio, de determinados factores naturales y humanos objetivos.

Marca IG

SIGNO: Cualquiera reconocido por la ley SIGNO PROTEGIBLE: Nombre geográfico


(perceptible visualmente) de la zona de procedencia.

Se aplican a cualquier tipo de producto Se aplican básicamente a productos


o servicio. agrícolas y alimentarios; vinos, etc.

Finalidad: Identidad para el Señalan el ORIGEN de un producto y


reconocimiento de un producto o servicio cualidades/calidad derivada de éste:
frente a los consumidores. beneficio para productores y
consumidores.

2
Indican empresa productora, pueden DEBEN certificar su origen geográfico.
indicar origen geográfico.

Los bienes amparados por la marca La producción está ligada a una región.
pueden producirse en cualquier lugar del
mundo.

Plazo de duración: 10 años y puede Protección indefinida, mientras se


renovarse. mantengan las cualidades.

Control privado/individual Control colectivo y público.

Acciones legales civiles y penales Sanciones administrativas – previo


sumario instado por denuncia o de oficio –
acciones legales civiles.

Costos de registro y de defensa. Costos de registro y defensa limitados.

En la literatura jurídica, se adopta el término “indicación geográfica” como


un género que abarca a todos aquellos signos que se utilizan para vincular
productos con su origen geográfico. Reconocen varias categorías:
 Las simples indicaciones de procedencia, que son neutras respecto de la
calidad de los productos que las exhiben; meramente indican que los
mismos provienen de un lugar determinado.
 Las indicaciones calificadas:
 Indicaciones geográficas (IG): refieren a un nombre geográfico que
indica una zona de producción de un determinado producto, cuyas
características diferenciales se deben a factores naturales y/o
humanos. Un producto similar, proveniente de otro lugar o región, no
podría tener las mismas características, calidad o reputación.
 Denominaciones de origen (DO): se encuentran comprendidas en las
indicaciones geográficas calificadas por el hecho que el vínculo entre
calidad y origen es más estrecho, y ésta se debe exclusiva o
esencialmente a dicho vínculo.

Para comprender cabalmente a las IG, resulta menester tener claro su


origen y evolución histórica, ya que su regulación actual fue elaborada tras un
largo proceso de presión y reacción, a medida que las organizaciones de
productores y distintos gobiernos de países europeos trataron de desarrollar

3
medios para proteger, tanto a sus consumidores como a los pequeños
productores, contra el fraude y la imitación.1
Las IG nacieron con la costumbre de designar a los productos con el
nombre del lugar de su fabricación o cosecha: la estabilidad de las personas y
el aprovisionamiento de materias primas en los lugares mismos de fabricación
condujeron a los artesanos a componer sus marcas con los nombres
geográficos del lugar, siendo éstas con frecuencia propiedad del conjunto de
fabricantes de un producto determinado de la misma ciudad o región. Ello,
sumado a la dificultad de transportar productos perecederos, hizo que las
primeras normas, refirieran a productos que podían viajar grandes distancias:
la Dinanderie, por el nombre de Dinant (Bélgica), que dio sus cartas de
nobleza al trabajo del latón en el siglo XII; el Roquefort adquirió notoriedad
bajo su nombre de origen desde el siglo XIV y fue objeto de una Cédula Real
por Carlos V, el Sabio, acordada a los habitantes de Roquefort; la cerveza
alemana, que ya en el medioevo contaba con normas que protegían su
pureza.
Sin embargo, los primeros intentos serios de protección debieron esperar
hasta el siglo XIX ya que la Revolución Industrial, el desarrollo cada vez más
intenso del comercio, la demanda de productos reputados y nuevas
facilidades para la preservación definieron las primeras leyes destinadas a
prevenir el fraude. Un gran salto se produce con posterioridad a la destrucción
de la mayoría de los viñedos franceses por una plaga (filoxera) en 1870 y el
desabastecimiento que la siguió: se fabricaban vinos a gran escala con
prácticas fraudulentas y por otra parte, como los viñedos del sur se
reconstituyeron más rápido, muchos vinos se ornaron y abusaron de nombres
célebres como Burdeos, Borgoña, siendo en realidad procedentes de otras
regiones. Por otra parte, comenzaron a comercializarse vinos de regiones
ignotas como California y Argelia.
En 1905 Francia emite la primera ley sobre la represión de fraudes de
mercancías y productos alimenticios2, y se fijaron las primeras delimitaciones
de las DO: fronteras dentro de las cuales un vino o aguardiente tiene derecho
a llevar su nombre: Champaña en 1908; Cognac en1909 y Burdeos en 1910.

1
MELKONIAN, Raffi: The history and future of Geographical Indications in Europe and the United States. Disponible en
www.leda.harvard.edu.
2
KUCK, Pablo A.: “Denominación de Origen, Panorama en la Argentina, Francia y la Unión Europea”, en Cuadernos de Propiedad
Intelectual Nº 1, 1º ED. Buenos Aires, Ad-Hoc, 2004.

4
Después de la Primer Guerra Mundial, Europa afrontó el desafío de
recuperar su desvastada economía. En 1919 Francia emite su primer estatuto,
que comprendía a todos los productos e impactó en la industria del vino y en
las IG, pero sólo preveía acciones judiciales. Recién en 1935, una nueva ley
crea la AOC (Apellations d’origine controlées) y la institución encargada de su
reglamentación y control: Comité Nacional de Vinos y Aguardientes, que en
1974 se convirtió en el Instituto Nacional de Apelación de Origen (INAO).
Un derrotero similar se dará en España3, donde con el transcurso de los
siglos, aparecieron normas locales referidas básicamente a vinos y aceites de
oliva: Sherry, Rioja, Málaga, Ribeiro, Priorato y otras regiones vitícolas, las cuales
planteaban restricciones a la producción y al comercio. La primera
reglamentación a nivel nacional es el Estatuto del Vino, de 1932, que expone
la primera definición española señalando que el nombre debía ser conocido
en el mercado nacional o extranjero y utilizado para la designación del vino.
También exigía un vínculo entre las características del producto y los factores
naturales de la zona geográfica y refería a los factores humanos, al decir que
los vinos típicos debían responder a las características especiales de
producción y a los procedimientos de elaboración y crianza.
En 1992 la Unión Europea emite su Reglamento 2081/1992 por medio del
cual crea el sistema de Denominación de Origen Protegida (DOP) e Indicación
Geográfica Protegida (IGP). El 20 de marzo de 2006 dicta el Reglamento
510/2006 que establece las normas relativas a la protección de las
denominaciones de origen y las indicaciones geográficas de los productos
agrícolas destinados al consumo humano y de los productos alimenticios.
El 21 de noviembre de 2012 la Unión Europea sanciona el Reglamento
1151/2012 aclarando y simplificando las normas para racionalizar los
procedimientos de este régimen.
Actualmente, las indicaciones geográficas desempeñan un papel
importante en la economía de la UE y constituyen el principal pilar de su
política de calidad en el sector de los productos agrícolas. 4

3
Ver, sobre el particular: MAROÑO GARGALLO, María del Mar (Autor principal): La protección jurídica de las denominaciones de
origen en los derechos español y comunitario, Editorial Marcial Pons.
4
www.europa.eu.int/comm/agricultura/foodqual/quali1_es.htm. Además se señalan datos tales como que de los 5,4 milliardos
de euros de exportaciones europeas de bebidas alcohólicas, 3,5 milliardos corresponden a etiquetas que llevan IG.

5
1.2 Tratados Internacionales hipervincular propiedad intelectual Módulo 2
pag. 6

Las primeras normas de orden público sobre represión de las indicaciones


de procedencia falsas o engañosas, aparecen en tratados internacionales
como el Convenio de París para la Protección de la Propiedad Industrial
concluido por 1° vez en 1883 y revisado varias veces, la última en 1967. Sin
definirlas, incluye a las indicaciones geográficas ya que se ha interpretado que
toda indicación geográfica contiene una indicación de procedencia y por
ende, se encuentra dentro de los objetos de protección enunciados en el art.
1°, indicando más adelante que los Países Miembros se comprometen a
embargar al momento de su importación todas las mercaderías que utilicen,
en forma directa o indirecta, una indicación falsa de procedencia (art. 10). El
art. 10 bis, también, incluye a las indicaciones geográficas falsas o confusas
dentro de los supuestos de competencia desleal.
También se concluirá un tratado especial como el Arreglo de Madrid
que, en 1891, reunió a los Estados suscriptores del Convenio de París
especialmente interesados en la protección de las indicaciones de
procedencia. Revisado en 3 ocasiones, la última en 1958, refiere
exclusivamente a la protección de las indicaciones de procedencia de
productos en el comercio internacional, previendo la represión de las IP
engañosas, incluso si no son falsas. En sus arts. 1 y 2 describen el modo en que
pueden ejercerse medidas como el secuestro, decomiso o reenvío en dichos
casos. En su art. 3° los Estados Miembros se obligan a prohibir el uso
relacionado a la venta o puesta en comercio de productos con IP que
puedan inducir al público a error respecto de la procedencia de éstos.
Mucho tiempo después, el Arreglo de Lisboa relativo a la Protección de las
Denominaciones de Origen y su Registro Internacional 5, concluido en 1958,
trató de satisfacer la necesidad de gozar a nivel internacional de un sistema
que facilitara el reconocimiento y la protección de las denominaciones de
origen. Este tratado establece que los estados miembros deben proteger las IG
en sus territorios, conforme con las provisiones del acuerdo, a las IG y DO
provenientes de otros Estados miembros, siempre que estén reconocidas y

5
Solo ha sido ratificado por 20 países.

6
protegidas en sus propios territorios, y registradas en la OMPI6. Requieren de un
acto administrativo o judicial expreso de reconocimiento. La protección
conferida es ilimitada en el tiempo y se extiende a que la designación no
pueda convertirse en genérica.
De todos estos tratados Argentina sólo es miembro del Convenio de París,
que ratificó mediante Ley 17011 (10/11/1966), en la versión del Acta de Lisboa
de 1958; y mediante Ley 22195 (17/3/1980), en la versión del Acta de
Estocolmo, de 1967.

EL ACUERDO SOBRE DERECHOS DE PROPIEDAD INTELECTUAL RELACIONADOS CON EL


COMERCIO (ADPIC)

La OMC, Organización Mundial del Comercio, ha sustituido al GATT


(General Agreement on Tariffs and Trade) y constituye la organización que
supervisa el sistema internacional que fija las condiciones de la competencia y
el comercio, que dan 24 acuerdos multilaterales. El ADPIC forma parte de este
sistema y fija estándares mínimos para aspectos sustantivos de la propiedad
intelectual: ningún país miembro -que debe cumplirlos según su legislación y
prácticas locales- puede otorgar una protección menor; en contrapartida
ningún miembro está obligado a otorgar una protección mayor. También
incluye principios generales -como los de no discriminación y tratamiento
nacional-, normas de observancia (los derechos otorgados deben ser
efectivos) y procedimientos de solución de controversias sobre el cumplimiento
o la interpretación, lo que implica que sólo con la resolución definitiva el país
afectado puede aplicar sanciones.

La Sección 3 de la Parte II del ADPIC contiene el primer conjunto de reglas


internacionales sobre indicaciones geográficas de aplicabilidad casi universal,
lo que constituyó un importante triunfo para la posición europea en el tema. 7
Pese a que pudo armonizar en alguna medida fuertes intereses contrapuestos,
no se logró una solución definitiva.8 Esta Sección se divide en cuatro partes
principales9:

6 Organización Mundial de la Propiedad Intelectual.


7
CORREA, Carlos: El Acuerdo TRIPS, Ed. Ciudad Argentina.
8 SANDRI, Stefano: La nuova disciplina della propietá industriale dopo il GATT-TRIPs, Ed. CEDAM, Padova, 1999, Pag. 74.
9 GEUEZE, Matthijs: "Las indicaciones geográficas en el Acuerdo Trips sobre Propiedad Intelectual", su exposición en el I Seminario
de Denominaciones de Origen, Buenos Aires, abril 1995, Editado por SAGPYA, 1996.

7
(i) Definición de las indicaciones geográficas, “indicaciones que
identifiquen un producto como originario del territorio, de un miembro o de
una región o localidad de ese territorio, cuando determinada calidad,
reputación u otra característica del producto sea imputable
fundamentalmente a su origen geográfico". Es decir que la protección se limita
a las indicaciones calificadas (Art. 22).
(ii) Régimen general de protección, que podrá invocarse respecto de
todas las indicaciones geográficas, referidas no sólo a los productos agrícolas y
alimentarios, sino también a los productos elaborados (relojes, textiles,
perfumes) en los que la calidad o ciertas características se puedan atribuir al
origen geográfico. No obliga a los Miembros a reconocer un “derecho
exclusivo”, sino a establecer los “medios legales” para prevenir ciertas
conductas, tales como:
a) la utilización de cualquier medio que en la designación o
presentación del producto, “indique o sugiera un cierto origen geográfico
distinto del verdadero”, de modo que induzca al público a error en cuanto al
origen geográfico del producto (Art. 22.2.a)
b) cualquier otra utilización que constituya un acto de “competencia
desleal” según lo estipulado en el Convenio de París (Art. 22.2.b);
c) la obtención o subsistencia del registro de “una marca de fábrica o
de comercio que contenga o consista en una indicación geográfica respecto
de productos no originarios del territorio indicado, si su uso en ese Miembro es
de naturaleza tal que induzca al público a error en cuanto al verdadero lugar
de origen” (art.22.3).
(iii) Régimen especial aplicable a vinos y bebidas espirituosas, en el que la
protección deviene más fuerte, ya que no está condicionada a una inducción
de error en el público; es decir, como derecho específico de propiedad
intelectual y bajo la disciplina general de la competencia desleal. Según éste,
los Miembros deberán establecer medios legales para que las partes
interesadas puedan:
a) Impedir la utilización de una indicación geográfica que identifique
vinos o bebidas espirituosas para esos productos de ese género que no sean
originarios del lugar designado. Esta limitación se aplica incluso cuando no
exista posibilidad de inducción a engaño al público, no exista competencia

8
desleal o la indicación geográfica vaya acompañada de expresiones tales
como “clase”, “tipo”, “imitación” y otros similares (Art. 23.1).
b) Rechazar o invalidar la solicitud de registro de una marca, sea de
oficio o a petición de parte, aplicándose en forma directa, cuando la marca
“contenga o consista en una indicación geográfica” que identifique vinos o
bebidas espirituosas (Art. 23.2).
c) En los casos de homonimias, que existan mecanismos que
diferencien en la práctica las indicaciones homónimas, teniendo en cuenta
que los productores interesados reciban un trato equitativo y que los
consumidores no sean inducidos a error; la protección se concede a ambas
pero se recomienda incluir un aditamento de ubicación que despeje la duda.
Hay casos críticos, como "La Rioja", que nombra regiones vitivinícolas tanto en
España como en Argentina.
(iv) Disposiciones referentes a futuras negociaciones destinadas a
aumentar la protección de las indicaciones geográficas y por otra parte, a las
posibles excepciones a la protección prevista en el Acuerdo a considerar en
negociaciones futuras. Debe señalarse que éstas revisten especial importancia
para nuestro país:
a) El establecimiento de un sistema multilateral de notificación y
registro de las indicaciones geográficas de los vinos. Los Miembros, según
originalmente se pactara, son libres de decidir si quieren o no participar en él.
b) El tratado no afecta la idoneidad o validez de marcas solicitadas,
registradas o adquiridas a través del uso de buena fe, idénticas a una
indicación geográfica, si la solicitud o la adquisición de los derechos son
anteriores a la fecha de aplicación del ADPIC en el Miembro pertinente, o
antes que la indicación geográfica esté protegida en su país de origen (Art.
24.4 y 24.5)
c) Tampoco los miembros estarán obligados a reconocer derechos
relacionados a indicaciones geográficas si éstas son idénticas a un término
“habitual en el lenguaje corriente, que es el nombre común de tales bienes o
servicios en el territorio de ese Miembro” (Art.24.6). El mismo criterio se aplica a
los “productos vinícolas en los que la indicación pertinente es idéntica al
nombre habitual de la uva de una variedad”, existentes a la fecha de entrada
en vigor.

9
d) Por otra parte, el uso continuado de una indicación geográfica de
otro miembro que identifica vinos y bebidas espirituosas no se verá afectado si
dicho uso ocurre “en relación con bienes o servicios, por parte de cualquiera
de sus nacionales o domiciliarios que haya utilizado esa indicación geográfica
de manera continua para esos mismos bienes o servicios, u otros afines, en el
territorio de ese Miembro:
a) durante 10 años como mínimo antes de la conclusión de la Ronda
Uruguay.
b) de buena fe, antes de esa fecha (Art. 24.4).

Actualmente, los Estados europeos bregan por una mayor protección de


las IG, a nivel global10. En el marco del debate multilateral, el núcleo de las
deliberaciones gira en torno al establecimiento del sistema de notificación de
registro de IG de vinos y bebidas espirituosas y los efectos posibles del mismo;
así como la extensión del nivel de protección establecido para éstos, a todos
los productos11. El debate muestra posiciones encontradas, y se encuentra en
la Agenda de Doha. Mientras tanto, la UE celebra tratados bilaterales de
protección con países como Sudáfrica, Australia, Canadá, etc.
Dado que Argentina es miembro de la OMC y signatario del ADPIC
(ratificado mediante Ley 24.425) con carácter de “país en desarrollo” contó
con 5 años, a partir del 1° de enero de 1995 (Art., 65, ítems 1 y 2), para dictar o
adaptar su legislación nacional o prácticas a estos estándares mínimos de
protección.

1.3 Marco Regulatorio de Argentina

10
Los europeos han hecho explícitas estas objeciones en un documento titulado “Por qué nos importan las indicaciones
geográficas” en www.europa.eu.int/trade/issues/sectoral/intell_property/argu_en.htm, que señala: “Las reglas de la OMC no
garantizan una protección adecuada. Por ejemplo: las reglas existen pero no son aplicadas de manera adecuada para evitar que un
productor australiano incluya en la etiqueta de su bebida alcohólica a un escocés con su gaita, de modo que el consumidor cr ea
que la bebida es un “wisky escocés”. Más grave todavía que el caso de los vinos o las bebidas alcohólicas, como té, arroz,
alfombras, quesos o porcelanas de particular interés para los países en desarrollo están claramente discriminados bajo las reglas
de la OMC. Mientras que es imposible etiquetar un vino estadounidense “estilo La Rioja”, ninguna disposición a un productor
estadounidense etiquetar un queso “estilo Manchego”, si añade que el producto es “Made in the USA”. En este último caso el
consumidor recibe información contradictoria, ya que uno de los elementos claramente evoca a España, mientras otro señala el
origen en EEUU. La elección del consumidor puede ser aún más difícil si el “made in USA” figura en pequeños caracteres en la
etiqueta. Y todavía más: según las reglas actuales de la OMC, cualquier productor de EEUU puede registrar como marca comercial
la mención “Manchego fabricado en los Estados Unidos”. Para dar un ejemplo, más de 150 indicaciones geográficas europeas han
sido registradas como marcas por productores de Argentina”.
11 VIDAURRETA, Guillermo E.: “El Programa de Doha en materia de Derechos Intelectuales: análisis retrospectivo y agenda

pendiente de cara a Hong Kong 2005”, en Cuadernos de Derecho de Propiedad Intelectual, Nº 2, Buenos Aires, ED. Ad Hoc, 2005.

10
Las leyes Nº 25.163 de vinos y Nº 25.380 de productos agrícolas y
alimentarios fueron dictadas considerando los estándares fijados en el ADPIC y
con el claro objetivo de obtener la protección de los productos argentinos en
el mercado global, con la aspiración además, de posicionarlos y valorizarlos.
Pero desde antes la legislación argentina las reconocía en diversas normas.

LAS INDICACIONES GEOGRÁFICAS EN EL DERECHO LOCAL12, PREVIA AL ADPIC


Se puede afirmar que la legislación argentina previa al ADPIC es del tipo
negativo: reconoce su existencia a partir de establecer lo que no puede
hacerse.
Ya se señaló, más atrás, que Argentina ratificó el Convenio de París
mediante las leyes 17.011 y 22.195, que en sus artículos 9, 10 y 10 ter. establece
que los “Miembros se comprometen a embargar al momento de su
importación todas las mercaderías que utilicen, en forma directa o indirecta,
una indicación falsa de procedencia”. La solicitud de embargo de tales bienes
en contravención puede ser efectuada por cualquier productor, fabricante o
comerciante asentado en la localidad que se indicó falsamente como lugar
de procedencia (Art. 10.2) o por sindicatos o asociaciones que representen a
aquellos, siempre y cuando la legislación nacional permita el accionar de
dichas entidades (Art. 10 ter 2).
El Código Alimentario Argentino (CAA) hacía referencia a las DO, en sus
artículos 236, 237 y 1.135, reafirmando la defensa contra la competencia
desleal y la protección del consumidor. En general, las indicaciones
geográficas de un país, región o población no podrán usarse en la
designación de los productos elaborados en otros lugares cuando puedan
inducir a engaño. Constituyen excepción las denominaciones geográficas
extranjeras que por el uso se han transformado en genéricas y que, por esta
razón, no componen denominaciones de origen. Tales son Champagne,
Emmental, Gruyere, Habana, Jerez, Madeira, Málaga, Oporto, Roquefort,
Marsala, Salsa Indiana, Salsa Inglesa, Salsa Portuguesa y otras”.
El CAA también se refería a los nombres geográficos, dentro de los cuales
corresponde incluir a las denominaciones de origen en su Art. 1135: “Los

12SCHIAVONE, Elena: “Indicaciones Geográficas”, en Revista de Derechos Intelectuales, Tº10, Ed. Astrea, Buenos Aires, 2003. Pags.
16/39.

11
nombres geográficos para designar o calificar bebidas alcohólicas destiladas
o licores no podrán aplicarse a los productos obtenidos en otro lugar que no
sea la región determinada por los mismos, salvo que se los haga preceder de
la palabra “tipo” o de cualquier otro adjetivo que indique el verdadero origen
geográfico, en cuyo caso en el rótulo se inscribirá formando una sola frase,
con tipo de letras, tamaño, realce y visibilidad idénticas a la designación del
producto. Se exceptúan los vinos nacionales en cuyos rótulos no se admitirá, ni
aún precedida de vocablos tipo, cepa o estilo denominaciones geográficas
de zonas vitivinícolas del país que no sean las correspondientes a las de su
elaboración.”
Al respecto de estas normas, se ha dicho que “(…) se trata de una
disposición que consagra el engaño, al admitir la posibilidad de su uso aún
cuando se use la palabra “tipo” u otras similares. ¿Quién ha de saber si un vino
tiene el tipo del Saint Emilion, del Margaux o del cualquier otro de especiales
características? Sin duda pocos consumidores. La norma debió haber
prohibido el uso de los nombres a quienes no producen en las zonas
respectivas”.13
Por su lado, la ley de Marcas, Nº 22.362 mediante el Art. 3° inc. c) prohíbe
el registro de las denominaciones de origen, sean éstas nacionales o
extranjeras; y a continuación define que “(…) se entiende por denominación
de origen el nombre de un país, de una región, de un lugar o área geográfica
determinados que sirve para designar un producto originario de ellos y cuyas
cualidades y características se deben exclusivamente al medio geográfico.
También se consideran denominaciones de origen las que se refieren a un
área geográfica determinada para los fines de ciertos productos (…)”,
tomando casi textualmente la definición que da la “Ley Tipo” para los países
en desarrollo sobre la protección de las denominaciones de origen y las
indicaciones de procedencia, elaborada por la Organización Mundial de la
Propiedad Intelectual (OMPI).14
También hay normas del MERCOSUR incorporadas a la legislación
argentina para rotulado de alimentos envasados, formando parte de las
normas de identificación de Mercaderías y del CAA que establecen: las
denominaciones geográficas de un país, de una región o de una población,

13
OTAMENDI, Jorge: Derecho de marcas, 3° ed, Abeledo Perrot, 1999. Pag. 100.
14
OTAMENDI, Jorge: op. cit, pags. 98 y 99.

12
reconocidos como lugares en que se elaboren alimentos con determinadas
características, no podrán ser usadas en la rotulación o en la propaganda de
alimentos elaborados en otros lugares, cuando esto pueda inducir a error,
equívoco o engaño al consumidor”15
Desde el derecho marcario, y según la ley vigente desde 1981, la situación
jurídica de las DO quedaba claramente delimitada:
(i) No son registrables como marcas las DO, tanto nacionales como
extranjeras: categórica prohibición contenida en el Art. 3° inc. c) de la ley
22.362.
(ii) La prohibición no se hace extensiva a una indicación geográfica que
aparezca desvinculada del producto que se propone distinguir: rige el
principio de la especialidad, lo que significa que una denominación marcaria
se registra para una clase de producto o servicio determinado.
(iii) Hay que considerar el producto al que se propone distinguir: por
ejemplo, no podría utilizarse Cafayate para la clase de vinos o de dulces, pero
sí para perfumes o instrumentos musicales, ya que no se trataría de productos
originarios para esa zona.
(iv) Las que se han convertido en el nombre genérico del producto son de
uso común y por ende, irregistrables conforme lo previsto en el inciso 2° inc. c)
de la ley 22.362.
(v) Las que se hallen registradas, son de uso particular de su titular,
mientras no se declare judicialmente su nulidad.
(vi) Los simples nombres geográficos que no constituyen DO pueden
incorporarse al registro marcario a menos que fuesen susceptibles de inducir a
engaño al público consumidor en cuanto al origen del producto.16

15
ISTURIZ de GUYOT, Maria Elena: su exposición en el “I Seminario de Denominaciones de Origen”, Buenos Aires, abril 1995,
Editado por SAGPYA, 1996.
16
Ver fallo: “The Scotch Whisky Association y otro c/ García, José P CNFed Civil y Comercial, sala II, 15/02/2000, publicado en
Suplemento La Ley-Colegio Público de Abogados, N° 3, abril 2001, pags. 31/37, en el que se sostuvo, con fundamento en fallo
“Cycles Motor c/ IKA s/ nulidad de marca”, de fecha 4/12/70 (automóviles Torino) que: 1) Los nombres geográficos p ueden ser
registros como marcas, a menos que sean “denominaciones de origen”, “indicaciones geográficas” o “de uso común” debiéndose
tener presente que la registrabilidad es la regla, y la no registrabilidad la excepción; 2) La prohibición establecida por el Art. 3° inc.
c) de la ley de marcas, respecto de las denominaciones de origen se justifica, por un lado, porque con referencia a los productos
que intenta designar constituye una denominación genérica y por otro, porque evita el engaño del público que se produciría
mediante el uso de un nombre para distinguir un producto que no contiene las características prometidas; 3) ... no pueden
registrarse como marca cuando indican el lugar de procedencia de los artículos que debe distinguir o cuando la palabra a registrar
esté de tal modo identificada con un determinado producto (Vg. Panamá, para sombreros de paja; Murano, para cristales) que
para la mayoría del público se conozca a tal producto con esa palabra. 4) Un nombre geográfico es registrable como marca en la
medida en que no se identifique el producto con el nombre propuesto como signo marcario...”

13
La Ley N° 22.802 de Lealtad Comercial estatuye mediante su art.7: “no
podrá utilizarse una denominación de origen nacional o extranjera para
identificar un fruto o producto cuando éste no provenga de la zona
respectiva, excepto cuando hubiera sido registrada como marca con
anterioridad a la entrada en vigencia de esta ley.” Luego define que: “(…) se
entiende por denominación de origen a la denominación geográfica de un
país, de una región o de un lugar determinado, que sirve para designar un
producto originario de ellos y cuyas cualidades características se deban
exclusiva o esencialmente al medio geográfico”. Hace a la vez la salvedad
que “Se considerarán denominaciones de origen de uso generalizado y serán
de utilización libre aquellas que por su uso han pasado a ser el nombre o tipo
de producto” (Art. 8).
Su exposición de motivos, en referencia a estos artículos, señalaba ya en
1983 que “(...) tiende a proteger al consumidor y al productor: a éste por
cuanto se considera que sólo puede usufructuar del prestigio adquirido aquel
que de una manera u otra ha contribuido a ganarlo. En efecto, con el paso
del tiempo distintas zonas de nuestro país y del extranjero se han caracterizado
por ser origen de determinados productos: nombres como Cafayate, Chilecito,
Maipú, Colonia Caroya y Ullum indican áreas de distintas provincias que se
caracterizan por sus vinos; Balcarce, por sus papas; el Valle del Río Negro por
sus frutas, etc. Es justo que quienes producen o elaboran en esas zonas usen el
nombre o la indicación que demuestre dicho origen. A la vez, se protege al
consumidor que de otra manera hubiese podido caer en error al adquirir
mercadería”

PRODUCTOS AGRÍCOLAS Y ALIMENTARIOS: MARCO REGULATORIO


De acuerdo a la clasificación descripta en el punto 1.1 de este módulo, se
aprecia que se trata de una regulación específica, separada de las marcas de
comercio, y que otorga una protección que no es absoluta sino que se
enmarca la disciplina de la defensa de la competencia y de los derechos del
consumidor.
La Ley 25.380 -con las reformas introducidas por la Ley 25.966-
reglamentada por el Decreto 556/2009 dispone entonces, sobre las
indicaciones geográficas y las denominaciones de origen que se utilizan para

14
la comercialización de productos de origen agrícola y alimentarios, en estado
natural, acondicionados o procesados en el territorio de la República
Argentina (art. 1°).
La autoridad de aplicación y registro es el Ministerio de Agricultura,
Ganadería y Pesca de la Nación, a diferencia de países como México y Brasil,
que ubica a las IG en el organismo general de registro de los derechos de
propiedad intelectual, conjuntamente con marcas, patentes, derechos de
autor, etc. Tiene a su cargo la Oficina de Registro de Indicaciones Geográficas
y facultades para fiscalizar y controlar el sistema.
Prevé como categorías susceptibles de registro:

i) Indicación geográfica: aquella designación que identifica un


producto como originario del territorio de un país, o de una región o
localidad de ese territorio, cuando determinada calidad u otras
características del producto sean atribuibles fundamentalmente a
su origen geográfico.
ii) Denominación de origen: el nombre de una región, provincia,
departamento, distrito, localidad o de un área del territorio nacional
debidamente registrada que sirve para designar un producto
originario de ellos y cuyas cualidades o características se deban
exclusiva o esencialmente al medio geográfico, comprendidos los
factores naturales y los factores humanos (art. 2°).
La diferencia entre unas y otras radica tanto en el grado de vinculación
entre las características del producto y su origen, como en la organización de
los productores de la zona que las usan en el comercio para distinguir sus
productos.
En tanto las indicaciones geográficas refieren a productos que tienen un
lazo de pertenencia al medio geográfico, puesto que uno o varios pasos del
proceso productivo deben tener lugar en el área geográfica; las
denominaciones de origen presentan un lazo más fuerte: todos los pasos del
proceso deben tener lugar en el área geográfica: cultivo, extracción,
procesamiento, fabricación, etc., hasta la terminación final del producto.
Para calificar como IG, los productos agrícolas o alimentarios tienen que
presentar alguna cualidad, característica o tipicidad derivada o atribuible a su
origen geográfico. Los productos amparables por una DO se encuentran

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definidos en la Ley como “(…) aquel originario de una región, provincia,
departamento, localidad, área o zona, de reconocida tipicidad y originalidad
que, producido en un entorno geográfico determinado, desarrolla cualidades
particulares que le confieren un carácter distinto al resto de los productos del
mismo origen, aún en condiciones ecológicas y con tecnologías similares, por
la influencia del medio natural y del trabajo del hombre” (art, 4). Aquí la
tipicidad o características diferenciales se deben exclusiva o esencialmente al
medio geográfico; y deben poder ser comprobadas objetivamente (Ejemplo:
si la miel producida en la zona determinada que le da su nombre es más
dulce, deben presentarse los análisis físico-químicos que así lo demuestren).
Además, las DO exigen la constitución de una asociación formal, y con
personería jurídica que las administre, regule y fiscalice: el Consejo de
Denominación de Origen del producto y la zona. La forma incluso está prevista
en la Ley, como asociación civil abierta, sin fines de lucro, integrada por
productores o intervinientes en la cadena de producción y/o comercialización
del producto en cuestión. Se trata, evidentemente de quienes han sabido
aprovechar y potenciar las ventajas del medio en relación al producto.

INDICACIONES GEOGRÁFICAS
Pueden solicitar ante la autoridad de aplicación el registro de una IG:
a) personas físicas o jurídicas que directamente se dediquen a la
extracción, producción o elaboración del producto o los productos que se
pretendan amparar con la indicación geográfica, en la zona que se trate.
b) las cámaras o asociaciones de fabricantes y/o productores del
producto a amparar por la indicación geográfica.
Estas personas pueden asociarse de hecho o formalmente.
c) una única persona física o jurídica puede solicitar el registro, siempre
que sea la única en la zona que produce un producto alimentario que es
claramente diferente -en alguna característica o cualidad- a otros productos
de su clase, y esa característica o cualidad diferencial se funda en el origen
geográfico.

La Ley prevé los siguientes requisitos para el inicio del trámite:

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(i) Respecto del producto, una descripción que debe seguir, a su vez, las
normas vigentes en materia de alimentos, (CAA y otras). Otros productos
agrícolas como fibras, lanas, maderas y plantas ornamentales deberán
describirse según sus normativas o tipificaciones específicas.
(ii) La descripción del área geográfica mediante mapas, croquis y
dictámenes o informes que se expidan sobre la particularidad del área y su
diferencia agroecológica con las áreas vecinas.
(iii) La descripción de la calidad /cualidad/ característica / reputación/
tipicidad que se revela en el producto, atribuible al origen geográfico, y que lo
hace diferente a otros similares producidos en otras zonas o regiones.
(iv) Debe también acreditarse el vínculo entre la zona de producción y la
cualidad o característica diferencial; y explicar cómo se controlará la
genuinidad del producto, es decir, que se corresponda con los parámetros
que se registren.
(v) Se acompañarán los logos, etiquetas, marbetes y otros elementos que se
pretende utilizar para su identificación comercial.
La documentación deberá ser avalada o certificada por la autoridad
competente provincial donde se encuentre la zona geográfica.

DENOMINACIÓN DE ORIGEN
En cuanto a los requisitos (Art. 17) para la obtención del registro oficial,
debe tenerse en cuenta que a diferencia de las IG, requieren la conformación
del Consejo de la DO.
En estos casos, el solicitante siempre debe ser el “Consejo de la
Denominación de Origen de …” (Asociación Civil sin fines de Lucro, cuyo
nombre se completa con el tipo de producto y el nombre geográfico).
Por otra parte, debe recordarse que se trata de productos con una
estrecha relación con su zona de producción y que todos los pasos del
proceso deben tener lugar en la misma.

(i) El vínculo entre los factores naturales y/o humanos que determinan las
características del producto y el medio geográfico, constituye el elemento
determinante de la denominación de origen en orden al registro. Por ello, el
Consejo solicitante debe proveer una explicación fundada sobre por qué el
producto se encuentra ligado a esa área, y no a otra; es decir: cuánto del

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producto final depende de las características o particularidades del área en
que es producido, o se refleja en el mismo. La explicación debe describir de
modo fáctico y objetivo el medio ambiente y como sus factores naturales y/o
humanos tienen efecto sobre el producto final.

(ii) El nombre de la DO debe corresponder a una región, micro región o área


definida en la que se expresen las condiciones agroecológicas relevantes.

(iii) El área geográfica debe ser delimitada en función de la DO y describirse


los antecedentes históricos, características generales de la región, factores
climáticos, relieve y naturaleza, homogeneidad de los factores de producción
y todo otro dato de interés. Los límites pueden estar definidos por factores
naturales (ríos, arroyos, montañas) o humanos (poblaciones, etnias, colonias de
colectividades, etcétera.). Se deberán adjuntar croquis o mapas

(iv) Respecto del producto, una descripción que debe seguir, a su vez, las
normas vigentes en materia de alimentos, (Código Alimentario Argentino y
otras). Otros productos agrícolas como fibras, lanas, maderas y plantas
ornamentales, deberán describirse según sus normativas o tipificaciones
específicas.

(v) Se debe proveer una descripción detallada del producto final y de sus
materias primas: características físicas, químicas, microbiológicas, biológicas y
organolépticas. Forma de presentación: fresco, procesado, en conserva.

(vi) Con ello, se agregará la prueba o evidencia del origen del producto en
el área (qué materias primas se utilizaron, y cómo se puede seguir el proceso
productivo). Trazabilidad a lo largo de la cadena.

(vii) Protocolos: Descripción detallada del proceso de producción del


producto, explicado de modo que cualquier productor del área pueda
producir el producto en cuestión. Incluye:

a) Materias primas: Si se trata de productos frutihortícolas, indicar


variedades. Si se trata de carnes o productos cárnicos, indicar raza.

b) Métodos o procesos de producción del producto agrícola o


alimentario.

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c) Si corresponde, métodos o técnicas locales, típicas e invariables, de
cultivo, y/o producción y/o procesamiento.

d) Si corresponde, cuestiones relativas al empaque o presentación.

(viii) Acreditación de la personería jurídica del Consejo de Denominación de


Origen, con la identificación del o de los productores que lo integran.

(ix) Estimación de volumen comercializable anual.

(x) Logo, etiquetas, marbetes y otros elementos identificatorios propuestos.

(xi) Métodos de control de la genuinidad de la producción: el Consejo debe


declarar cual método utiliza, pudiendo optar por:

a) Responsable técnico -profesional universitario con incumbencias en


la materia, debidamente matriculado.

b) Órgano de certificación externo, conforme normas en la materia.

La documentación deberá ser avalada o certificada por la autoridad


competente provincial donde se encuentre la zona geográfica.

Los protocolos de producción, fabricación o calidad deben establecer las


condiciones de fiscalización del sistema. Serán aprobados por acto resolutivo
por la Autoridad de Aplicación, y deberá sugerirse el rango de fechas en que
corresponderá al Consejo presentar la declaración jurada anual.

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