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Historia Argentina I Teórico Conf.

Juan Marichal

Conferencia enmarcada dentro de los cursos universitarios la fundación Juan March. Reincidir
en el tema latinoamericano/hispanoamericano.

El curso trata de la historia intelectual de Latinoamérica. No se puede comprender a


Latinoamérica sin tener en cuenta España y no se puede comprender a España sin tener en
cuenta a Latinoamérica.

Hablar de la historia intelectual de la América latina liga en primer lugar a una justificación
previa casi defensiva porque para la generalidad de los historiadores los países de la América
latina constituyen una tierra muy fructífera para la historia social y económica pero no para la
historia intelectual.

¿Hay una historia intelectual de la América latina? Se piensa a la historia latinoamericana


como un conjunto monótono de violencias o trivialidades. La historia de la América latina ha
estado y lo sigue haciendo, mas cerca de la tragedia repetidamente que otras regiones del
occidente.

No hay que admirar solamente a los héroes. Hay universalismos intelectuales que impiden la
reconstrucción de la historia.

Que entendemos por historia intelectual: es desde luego una disciplina universitaria
relativamente reciente, incluso podría fecharse hacia 1936 su primera fundamentación
metodológica con el libro de Lovejoy “La gran cadena del ser: historia de una idea”.

Este autor la definió de esta manera la tarea de la historia intelectual: algo menos específico y
menos cerrado que la historia de la filosofía, al hacer el estudio de las doctrinas filosóficas, la
historia intelectual actúa como una sierra cortando los sistemas montados rígidamente y los
fragmenta en sus componentes a los que yo llamo ideas núcleo. Esas ideas núcleo las
encuentra, Arthur Lovejoy en sistemas ideológicos muy dispares y remotos viajando
constantemente entre siglos y tierras. Para el autor, el concepto fundamental de la historia
intelectual es así el del permanente trasiego de las ideas. Las ideas son los seres más
migratorios del mundo, sin embargo el autor tendía a ver las ideas núcleos pasando de un siglo
a otro de un lugar a otro, mas o menos inalteradas, casi idénticas a si mismas. Además, el
empleo indistinto de “historia de las ideas” e “historia intelectual” se prestaba a confusiones
metodológicas.

No sé si ortega conocía en 1942 el pensamiento de Lovejoy cuando publico en Buenos Aires


como prologo a “Una historia de la filosofía” un ensayo que podría leerse como una respuesta
implícita. Escribía “Una idea es siempre la reacción de un hombre a una determinada situación
de su vida” ósea las ideas no existen desligadas de las vidas humanas que las originas y las
sustentan. Palabras que se encuentran en relación con las dadas por Unamuno en 1913, quien
viene a decir que no hay opiniones sino opinantes que hay mas bien pensantes que
pensamientos. El opinante al revivir una idea, al hacerla suya la intensifica, pero también la
matiza, acentuando una zona acaso secundaria de la idea que había quedado en una
penumbra en su formación original. Aquí hay un concepto clave de la historia intelectual, que
nos permite distinguirla de la llamada historia de las ideas. Porque en la historia de las ideas
debe prestarse atención preferentemente, a la secuencia conceptual de las ideas mas que a
sus encarnaciones temporales y a sus contextos biográficos. La historia de las ideas es en
verdad la historia de las ideas núcleos cuyo transito histórico puede seguirse como una
concatenación lógica como una clara línea desvenada de la materia histórica de sus creadores
o sustentadores humanos. La historia intelectual se ocupa en cambio de la relación entre ideas
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y opinantes, en un lugar y en un tiempo concreto de la historia humana. Esas ideas no son


exclusivamente filosóficas ni ocupan siempre un espacio importante en la historia de las ideas
como la concebía Lovejoy. De esto se desprenden dos consecuencias metodológicas

 La atención prestada en la historia intelectual a los textos aparentemente secundarios


o, de hecho, marginales de una época. Esto es, los textos de autores menores que han
sido como afluentes tributarios en la génesis de un pensamiento central o también los
textos derivados a manera de estribaciones laterales de una fuerte personalidad
creadores. En esos textos tributarios halla el investigador de la historia intelectual los
matices mas reveladores de una época. La significación cultural de una época se halla
con frecuencia en la producción lateral. El historiador debe defender la importancia
del matiz humano que deja en la historia la singularidad absoluta. El lema central seria
“el matiz ante todo”. El matiz ideológico central se encuentra en un país alejado del
centro mas visiblemente creador de esa época.
 En la historia intelectual se Retomando a Alberdi cuando decía en 1842 “La América
practica lo que Europa piensa” Alberdi aludía a la aplicación de ideas importadas a una
realidad americana, pero sobre todo se refería a lo absorción apasionada de ideas
foráneas a la intensa vivencia personal de un libro procedente de otras tierras, libros
que no son siempre los textos centrales de una época.

Llegamos así a la presentación de un concepto histórico que pongo a la consideración de


todos ustedes. Los textos vividos mas intensamente en los países de matización intelectual
son con frecuencia los textos que hemos llamados tributarios o derivados, los textos que
han sido matices previos o ulteriores de un pensamiento central, porque su condición de
variantes matizadas les da con mucha frecuencia una fuerza transmisora que impele, a
veces, el pensamiento central originario mas intensamente que la idea núcleo de ese
pensamiento central.

Entramos en un terreno muy fructífero, el terreno de lo que podríamos llamar la


perspectiva histórica periférica y que se cifraría por lo indicado en dos españoles geógrafos
en su libro de 1748 “Relación histórica del viaje hecho a la América meridional” hay una
muy valiosa contribución al conocimiento histórico de los países de opinantes, que es el
papel de lo que podemos llamar la refracción ideológica que da frecuentemente nueva luz
a las ideas que quedaron como difuminadas en su originaria luz natal. La historia
intelectual de esas zonas periféricas del mundo occidental facilita así el poder ver gracias a
la distancia y a la intensidad de la vivencia lejana diminutos planetas de un sol central
invisibles a los observadores cercanos a ella. La historia intelectual de la América latina no
tiene esa función meramente auxiliaría. Por otra parte, volviendo a los términos
unamunienses de “opinantes y opiniones” ha de precisarse que no seria factible dibujar los
rasgos de un opinante sin los trasfondos temporal y conceptual de las opiniones. No
tendría validez histórica alguna hablar del matiz de una idea sin formular los componentes
de la idea núcleo o la idea matriz. Unamuno acertaba en insistir en la singularidad del
opinante.

No es posible hacer la historia intelectual de una comunidad humana sin ir más allá de sus
linderos políticos o culturales. Los países latinoamericanos no han sido productores de
ideas núcleo o centrales, sin embargo, han sido grandes matizadores de ideas.

Retoma la idea de Martí: Los lectores de libros importados habían sido derrotados
reiteradamente en las Américas por seguir precisamente ideas de otras tierras y culturas.
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Dice Martí “Con un decreto de Hamilton no se le para la pechada al potro del llanero. Con
una frase de Sieyès no se desestanca la sangre cuajada de la raza india (…) Por eso el libro
importado ha sido vencido en América por el hombre natural” No entremos de momento a
considerar en su contexto histórico y biográfico este texto de Martí. Pero anotemos que se
equivocaba al considerar el libro importado como un objeto cerrado puesto que los
lectores de ese libro importado lo han transformado, lo han hecho suyo. En suma, los
lectores latinoamericanos han sido lectores quijotescos y sin duda muchos han sido
derrotados en muchas ocasiones, pero no estimo que la historia intelectual de la América
de lenguas ibéricas se reduce a la historia de una derrota continua de las ideas importadas.
En esta conferencia consideramos el siglo 1810-1910. En este siglo se reconocen 3 fases de
la historia intelectual latinoamericana

 1810-1830 fase del designio constitucional de la América emancipada.


 Incorporación del liberalismo europeo a la reconstitución de la nueva América latina
1830-1868
 1868-1910 corresponde a la ilusión europea del idealismo democrático.
 1910-1930

La introspección latinoamericana no es una mera refracción ideológica, sino que ha adquirido


rango de idea matriz fuera de la América latina.

A la generación de Bolívar, la de los latinoamericanos nacidos a 1780 corresponde a la primera


fase. Es una generación continental.

Mariano Moreno y Simón Bolívar representan dos zonas sociales distantes. Bolívar era un
joven perteneciente al patriciado criollo cuando en 1799 emprendió viaje hacia Europa, a la
corte madrileña también moreno dejo en 1799 su ciudad natal, pero en dirección opuesto, lo
enviaron al Alto Perú, a la universidad de Chuquisaca, esperando que hiciera una carrera
eclesiástica. Fue para el acceder al pensamiento europeo del siglo XVIII. Moreno murió muy
joven en 1811 rumbo a Londres en altamar. Bolívar murió en 1810. Fueron los dos héroes
trágicos simbólicos náufragos de la jornada histórica.

Desde 1624, el año de su fundación aquella universidad había traído números estudiantes de
toda la América de lengua española. Cerca de la universidad estaban las minas de plata de
Potosí. Cuando llego Moreno la universidad tenía todavía 500 estudiantes, aunque había
decaído mucho con la expulsión de los jesuitas en 1767. La actividad intelectual se centraba en
la academia carolina, academia de jurisprudencia en la cual los estudiantes se familiarizan con
el pensamiento europeo del siglo XVIII también había algunas bibliotecas de libros europeos
prohibidos casi todos pertenecientes a eclesiásticos de nuevo espíritu. La universidad fue para
Moreno una puerta intelectual a la Europa movimiento humanista racionalista del siglo XVIII.
Pero además cuando llego había una gran tención intelectual, originada por los actos de un
español Victorian de Villava, cuyo cargo tenía también la protección de indios.

A mariano moreno se le ha reprochado su firmeza ideológica llamándola fanatismo jacobino,


aunque asociándolo más con Rousseau. Su fanatismo podría haberse originado en la
universidad donde leyó por vez primera una traducción al español del contrato social. Ese
texto fue el que moreno hizo reimprimir en Bs. As en 1810 para distribuirse en las escuelas
públicas. Esa edición fue recogida por los adversarios de la junta en 1811. Escribió también un
prologo para esta edición. Para Moreno, no podía haber libertad en los nuevos países de la
América sin igualdad política y social. No tenemos una constitución decía Moreno y sin ella es
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inédita la felicidad que se nos promete. Acentuaba la necesidad de establecer un régimen


político fundada en la bondad del gobierno. Moreno fue un singular opinante que vivió
intensamente el humanismo racional, la versión mas humanitaria. Moreno había leído a los
humanitarios en una forma muy distinta a los europeos, enfrentándose directamente a las
temibles minas de potosí, que mostraban la más denigrable situación del hombre por el
hombre mismo. En 1810 cuando iniciaba la revolución no podía dejar de recordar estos
sucesos.

Simón Bolívar represento en su generación el reverso de Moreno, la línea constitucionalista de


Montesquieu. En 1804 se familiarizo mayormente con el pensamiento intelectual de la época.
Sobre todo, en parís. Los salones que visito estaban llenos de intelectuales y de hombres de
acción que habían preparado la entrada al poder de Napoleón. Bolívar desde 1804 aspiro a ser
tanto un libertador de América como un legislador de constituciones semejantes en su
constitución a las de Seies. Bolívar quiere intentar lo que se denomina independencia
constitucional, elaborar una constitución americana por su autor y por su situación histórica
pero valida para diversas comunidades humanas. Propone un senado hereditario cuya segunda
generación seria educada por un colegio especial para futuros tutores de la patria. Una
constitución debe escribirse teniendo en cuenta la región de los habitantes, sus inclinaciones,
sus riquezas sus números etc. Critica a los seguidores latinoamericanos de Rousseau que el
engloba como “Jacobinos y abogados” por otro lado también esta en contra de las elecciones
pues son el verdadero azote de los pueblos su idea es una mezcla de la monarquía liberal

Encrucijada de los constitucionalistas que querían apoyarse a su vez en el racionalismo


constructor del siglo XVIII y en peculiaridades históricas. Estos constitucionalistas quisieron
apoyarse simultáneamente en la razón y en la historia, pero una historia vista como
experiencia que dejaba en cautela los pasos muy contados.

Moreno la libertad siempre es necesario fundarla en la igualdad humana.

Alberdi decía que el mundo no se ocupa de provincias, es decir provincia significa aquí tierra
que se complace en verse así misma en un espejo histórico narcisista. Hay una voluntad de no
ser provincianos como característica común de las figuras representativas . Hay
provincianismos intelectuales que impiden la reconstruccion de los hechos históricos, quien no
es capaz de mirar mas alla de sus fronteras jamas podra estudiar un hecho histórico en su
conjunto.

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