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Filosofía 6to.

D nocturno (segundo semestre 2016)

Prof. Bettina Rodríguez

Material de apoyo para Testo yonqui de Beatriz preciado

Introducción o ¿Cómo llegamos hasta acá?

A lo largo de la unidad de Filosofía Política fuimos transitando por los planteos de diferentes
autores tales como Žižek, Aristóteles, Arendt, Foucault, Lebreton, Lipovetsky, Beauvoir y
Preciado. Analizamos los grados de violencia, llegando a la conclusión de que existe una
violencia sistémica propia del capitalismo, que es el soporte de todos los casos de violencia
subjetiva. Planteamos la importancia de lo político para la vida humana y que desentendernos de
ello nos hace correr el peligro de estar gobernados por una burocracia anónima que toma las
decisiones por nosotros.

Fue A partir del planteo de Foucault que apareció el cuerpo como eje temático que articula esta
segunda parte del curso. Con este autor comprendimos que la vida pasa a ser el blanco de poder
a partir de la época Moderna. Este nuevo poder que comienza a ejercerse a partir del siglo
XVIII será denominado por el autor como Biopoder y se encaminará primero al cuerpo
individual, moldeándolo a través de las disciplinas, y luego al cuerpo de la masa o a la
población a través de la regulación. Este proceso de cambio que va de un poder soberano que se
apropia de la vida para suprimirla, a un poder que busca administrarla, es contemporáneo a la
gestación del sistema capitalista en Occidente. El cuerpo deja de ser un objeto de castigo para
pasar a ser un cuerpo dócil y útil para la producción. Esto deja en evidencia que el cuerpo se
moldea, se fabrica, se construyesegún ciertos intereses políticos y económicos. Con el planteo
de Lebreton profundizamos sobre la construcción cultural del cuerpo, es decir que el cuerpo no
es algo evidente en sí mismo sino que porta ciertos símbolos culturales que lo vuelven diverso
según el sistema simbólico o cultural en el que esté inscripto. En nuestra cultura actual, según
Lipovetsky, el cuerpo designa nuestra verdadera identidad. Ahora bien ¿de qué identidad
estamos hablando? Con esta interrogante y a partir de lo trabajado en el segundo taller,
llegamos a la existencia de los diversos roles que existen en la sociedad que están allí para ser
ocupados por nosotros. La respuesta a la pregunta ¿de qué identidad hablamos? Parece
responderse del siguiente modo: la identidad de ser hombre o de ser mujer. Pero ¿Qué significa
ser hombre o mujer? Allí trabajamos con imágenes y publicidades que nos mostraban
claramente cuáles son esos roles y en qué consisten. Fue así que llegamos a la pregunta que se
hizo Simone de Beauvoir ¿Qué es ser mujer? A la que responde: “No se nace mujer, se llega a
serlo”. La gran importancia del planteo de la autora radica en el hecho de que por primera vez
alguien decide ponerse a pensar sobre lo femenino, planteando que el hecho de ser hombre o
mujer no es algo dado y evidente por sí mismo sino que se trata de una construcción social,
cultural y política. Dejando en evidencia lo problemático que es asumir que el cuerpo designa
nuestra identidad sexual. En otras palabras lo que la autora plantea es que no hay una naturaleza
biológica que nos haga hombres o mujeres sino que serlo depende de lo construido sobre esos
cuerpos. Este análisis va a inspirar a los movimientos feministas del 60, y más cerca en el
tiempo, a saber en la década del 90, se va hacer una relectura de su obra “El segundo sexo” por
parte de filósofas como Judith Butler que, reflexionando sobre la diferencia sexo-género,
llegarán a la conclusión de que el género no existe más que como construcción política, esto es
como una categoría inscripta en ciertos discursos, como el científico, que funcionan como
dispositivos de control en el régimen heteronormativo. Entendiendo por heteronormatividad a
la heterosexualidad como régimen político, como imposición. Es en esta corriente en la que
podríamos ubicar la propuesta de Preciado.

Farmacopoder y la era farmacopornográfica el género como construcción biopolítica

Según Preciado estaríamos asistiendo a lo que se define en su obra Testo Yonqui como era
farmacopornográfica.

¿En qué cosiste la era farmacopornógrafica?

Para Preciado lo que ocurre en nuestras sociedades contemporáneas es producto de un cambio


en los modos en que se ejerce el biopoder. Si bien Foucault alcanzó a visualizar los modos de
producción del cuerpo en el capitalismo industrial y con ello dejar en evidencia la invención de
la identidad sexual, según Preciado su análisis es insuficiente para explicar los modos
contemporáneos de producción y construcción de los cuerpos. Esta insuficiencia se debe al
hecho de que Foucault no analizó la normalización de la sexualidad, no se ocupó de los
cuerpos gays, ni del feminismo, ni de la noción de género; así como tampoco de las técnicas de
producción de identidades de su propio presente tales como el cine, la fotografía, los medios
masivos de comunicación ni de la pornografía. Según Preciado es a esos aspectos a los que hay
que interrogar en su funcionamiento si es que queremos comprender cómo circula el biopoder
en nuestro tiempo. De este modo llegamos al concepto de farmacopoder y con él a la noción de
farmacopornografía. En palabras de Preciado en una entrevista realizada en setiembre de 2013
junto a la filósofa Judith Butler:

 Mi objetivo era cruzar el análisis performativo de Judith con la arqueología crítica de los
dispositivos disciplinarios de Foucault, y llevarlos al terreno del cuerpo, y de las tecnologías
bioquímicas y pornográficas. Aquí es donde llegamos al farmacopoder. A partir de los años 40,
el biopoder toma en adelante la forma del régimen farmacopornográfico, según mi lectura. El
régimen disciplinario que coincide con la aparición del capitalismo industrial estaba basado
sobre la represión de la masturbación. Básicamente, la masturbación era un desperdicio de
energía dado que no sirve a la lógica de continuidad entre el sexo y la reproducción de la
especie. Así, para vigilar el cuerpo, las técnica de control van a miniaturizarse después de la
Segunda Guerra Mundial, con la invención de las hormonas las técnicas de control devienen
interiores. Ya no necesitamos el hospital, el cuartel, la prisión, pues a partir de ahora el cuerpo
mismo ha devenido el terreno de vigilancia, la herramienta definitiva. …El género, femenino o
masculino, apareció con la invención de las moléculas. A continuación, muy rápidamente, la
pornografía se establece como nueva cultura de masas, y la masturbación deviene una palanca
de producción del capital. i

Es decir que la era farmacopornográfica tiene sus orígenes después de la Segunda Guerra
Mundial y coincide con toda una serie de investigaciones y descubrimientos de procesos
bioquímicos, la invención de moléculas que tienden al control de los cuerpos, por un lado; y
por el otro con una serie de cambios y descubrimientos relacionados con los modos de
representación tales como el cine y los medios masivos de comunicación, en los que se inscribe
la pornografía como nueva cultura de masas a partir de la aparición de Playboy por ejemplo.
Todas estas invenciones son lo que conforman para Preciado el régimen farmacopornográfico
en el que vivimos.

El biopoder que comenzó a administrar la vida a través de disciplinas y regulaciones que


actuaban de forma externa sobre el cuerpo, cobró, a partir de las invenciones mencionadas, una
nueva forma, una forma que controla al cuerpo desde el interior. Estas nuevas tecnologías
ingresan al cuerpo y comienzan a formar parte de él y de su funcionamiento. Es a esto a lo que
se refiere Preciado cuando las denomina como tecnologías blandas por su capacidad de penetrar
los cuerpos y mimetizarse con ellos. Un ejemplo de estas tecnologías son las hormonas, tanto la
pastilla anticonceptiva como la testosterona que ella misma se administra. La hormona funciona
claramente como una forma de normalización de los cuerpos, este descubrimiento y la posterior
invención de la hormona sintetizada en el laboratorio es una de las principales formas de control
sobre la construcción de las identidades. Veamos, se descubre la existencia de las hormonas en
los cuerpos, a partir de lo cual se establece la clasificación en hormonas masculinas
(testosterona) y femeninas (estrógeno). De este modo según la cantidad de una u otra en un
cuerpo individual se puede determinar la pertenencia a uno u otro género. Ahora bien, ¿qué
sucede cuando un cuerpo que se presenta como perteneciente a un determinado sexo en función
de sus características biológicas (posee pene o vagina) desarrolla características que
corresponden conceptualmente al género opuesto? Este es el caso de la mujer barbuda
trabajado en clase, biológicamente y según los parámetros científicos es una mujer, tiene útero,
vagina etc. , pero desarrolla bello facial similar al de lo que se espera para un hombre. En el
pasado su lugar era el circo o el freak show y su existencia era explicada en términos de lo
monstruoso, esto corresponde a otro régimen de poder anterior al nuestro. En nuestro sistema su
existencia será comprendida y explicada dentro del discurso científico de la medicina, y se
convertirá en un caso de “hirsutismo”. En otras palabras, se la patologiza y se interviene ese
cuerpo con hormonas para normalizarlo, esto es que cumpla con las características que se nos
imponen como femeninas: las mujeres no deben tener barba entre otras. Al mismo tiempo se
convierte en una futura usuaria de clínicas estéticas y de depilación definitiva. ¿Qué es lo que
queda en evidencia con este ejemplo? Que el cuerpo, el género y la sexualidad son objetos del
poder del estado. Nuestra vida biológica ha ingresado a la ciudad a partir de la época Moderna y
es administrada por el Estado para ser lo más productiva posible. Los modos en los que se
administra conviven todos en el régimen farmacopornográfico. Las disciplinas, las regulaciones,
las tecnologías de género tienen el mismo fin de aprovechar el máximo de energía viviente de
los cuerpos para la productividad y reproductividad del sistema económico y político.

¿Por qué este análisis se inscribe dentro del feminismo o mejor dicho post-feminismo? Como
hemos visto en clase el primer feminismo inspirado en la propuesta de Beauvoir reivindica
como sujeto político a las mujeres. Ahora bien, a partir la revisión que se hace del texto de
Beauvoir y de hacer entrar en el pensamiento de Foucault la categoría de género, filósofas
como, Judith Butler y Teresa de Lauretis van a plantear que si el género es una construcción
política que está determinada por la heteronormatividad, entonces el sujeto político del
feminismo no puede reducirse a las mujeres, sino que debe reivindicar la existencia de todas las
subjetividades disidentes. En otras palabras el sujeto del feminismo es Queer ii. De este modo el
análisis de Preciado al mostrarnos las tecnologías que producen el género, las identidades y su
funcionamiento, nos hace ver que el cuerpo es un espacio político y público en el que
intervienen distintos mecanismos de control que lo moldean e insertan en una sociedad que
tiene como último objetivo la producción. Es decir que el fin del ejercicio del poder sigue
siendo el de administrar la vida para aprovechar al máximo su potencia. Lejos de ser un planteo
pesimista y determinista de la existencia en los tiempos que corren, es una invitación a la
reflexión y deconstrucción de esas identidades impuestas haciendo uso de esos mismos
dispositivos que nos controlan; un ejemplo de esto es la autoadministración de testosterona que
Preciado practicaba al momento de escribir Testo Yonqui. La propuesta es la de reconocer e
identificar los mecanismos que nos construyen y apropiárnoslos para deconstruir a través de
prácticas no normativas lo que han hecho de nosotros. Si el cuerpo es una construcción, si el
género no existe más que como invención política heteronormativa, si el ser humano es el ser
político por excelencia, entonces tomar las tecnologías que nos moldean para construir lo que
queremos ser es una forma de resistencia.
i
http://ssociologos.com/2013/09/18/entrevista-a-judith-butler-y-beatriz-preciado/
ii
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