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SECCIÓN ESPECIAL / SPECIAL SECTION

Artículo de revisión / Review Pan American Journal


of Public Health

El número reproductivo básico (R0):


consideraciones para su aplicación
en la salud pública*
Benjamin Ridenhour,1 Jessica M. Kowalik1 y David K. Shay2

Forma de citar (artículo original) Ridenhour B, Kowalik JM, Shay DK. Unraveling R0: Considerations for Public Health Applications. Am
J Public Health. 2014;104:e32–e41. doi: 10.2105/AJPH.2013.301704.

RESUMEN Evaluamos el uso en la salud pública del número reproductivo básico (R0), por el cual se estima
la velocidad con que una enfermedad puede propagarse en una población. Estas estimaciones
son de gran interés en el campo de la salud pública como quedó de manifiesto en ocasión de la
pandemia del 2009 por el virus gripal A (H1N1).
Revisamos los métodos usados comúnmente para estimar el R0, examinamos su utilidad
práctica y determinamos la forma en que las estimaciones de este parámetro epidemiológico
pueden servir de fundamento para tomar decisiones relativas a las estrategias de mitigación.
Por sí solo, el R0 es una medida insuficiente de la dinámica de las enfermedades infecciosas
en las poblaciones; hay otros parámetros que pueden aportar información más útil. No obstante,
la estimación del R0 en una población determinada es útil para entender la transmisión de una
enfermedad en ella. Si se considera el R0 en el contexto de otros parámetros epidemiológicos
importantes, su utilidad puede consistir en que permite conocer mejor un brote epidémico y
preparar la respuesta de salud pública correspondiente.

En la primavera del 2009 comenzó en inter­


venciones, como el distanciamiento de mayo del 2009 (1, 2). Se siguen publi­
América del Norte la pandemia de gripe social, que pudieran aplicarse antes de cando estimaciones del R0 de otros países
por el virus H1N1, que se propagó rápi­ que se obtuviera una vacuna monovalente y a medida que hay más datos (3–11).
damente por el mundo y suscitó un gran específica contra el virus H1N1, lo que Como indicio del interés suscitado por
interés en las posibles estrategias de miti­ ocurrió en el otoño del 2009. En plena las publicaciones acerca del R0, el artículo
gación para hacer frente a la primera oleada inicial de la pandemia, grupos de de Fraser et al., una publicación tempra­
pandemia de gripe en más de 40 años. especialistas en modelización de todo el na sobre el potencial pandémico del vi­
Las investigaciones se centraron en mundo comenzaron a reunir datos proce­ rus H1N1 2009, se había citado 654 veces
dentes de México para determinar varias al 7 de febrero del 2013. La pandemia de
©
Organización Panamericana de la Salud, 2015, ver­ características del virus nuevo (1, 2). Las gripe explica una buena parte del interés
sión en español. Todos los derechos reservados. actividades se concentraron en la estima­ reciente en el número reproductivo bási­
©
American Public Health Association, 2014, ver­
sión en inglés. Todos los derechos reservados. ción rápida del número reproductivo bási­ co, pero dicho interés no se circunscribe
1
En el momento en que se realizó este estudio: Instituto co (R0) del virus. El R0 es un parámetro al campo de la gripe. La búsqueda de los
Eck para la Salud Global, Universidad de Notre teórico que proporciona cierta informa­
Dame, Notre Dame, Indiana, Estados Unidos de
términos “reproduction number” o “re­
América. La correspondencia debe enviarse a ción acerca de la velocidad con que una productive number” en la Web of Scien­
Benjamin Ridenhour, ridenhour.1@nd.edu enfermedad puede propagarse en una po­ ce indicó que entre el 2009 y el 7 de fe­
2
División de Gripe, Centros para el Control y la
Prevención de Enfermedades, Atlanta, Georgia,
blación determinada. Las primeras estima­ brero del 2013 se habían publicado 710
Estados Unidos de América. ciones se publicaron en línea a principios artículos sobre este tema en diversas

*Traducción oficial al español del artículo original en inglés efectuada por la Organización Pana­mericana de la Salud, con autorización de la American Public Health
Association. En caso de discrepancia entre ambas versiones, prevalecerá la original (en inglés).

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FIGURA 1. Número de publicaciones relativas a enfermedades infecciosas y modelos matemáticos que figuran en la Web
of Science
250

200
Número de publicaciones

150

100

(Hasta el 7 de febrero)
50

0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011 2012 2013
Año
Nota: La figura se elaboró mediante la búsqueda en la Web of Science de los términos “reproduction number” o “reproductive number” y limitando los resultados
a los campos de las enfermedades infecciosas, la biología matemática e informática y las matemáticas aplicadas. Evidentemente, el interés en las investigaciones
relacionadas con el número reproductivo ha aumentado espectacularmente desde los años noventa. Hoy en día, el número de publicaciones en esta esfera está
aumentando exponencialmente.

disciplinas; la mayor parte aparecieron como susceptibles a un agente patógeno recuperación (es decir, β/γ > 1), la enfer­
en revistas científicas sobre infectología y determinado y, si se infectan, van pasan­ medad se propagará (dI/dt > 0). Por otro
elaboración de modelos matemáticos. El do a los otros dos compartimentos. lado, β/γ es el número de infecciones
desglose por revistas se muestra en el El modelo se define por un sistema de nuevas por unidad de tiempo multiplica­
cuadro A (que se publica como suple­ tres ecuaciones diferenciales ordinarias do por el tiempo que dura la infecciosi­
mento del artículo original en inglés en (EDO), a saber: dad, y describe el número de infecciones
http://www.ajph.org). Si la búsqueda se nuevas que se originaron del individuo
amplía a años anteriores, es claro el dS βI infectado inicialmente. En este modelo
1) =– S
crecimiento exponencial por año del nú­ dt N SIR sencillo, el número reproductivo bá­
mero de publicaciones sobre este tema dI βI sico (o la razón reproductiva básica) es
(figura 1). ¿Por qué ha venido aumentan­ 2) = S – γ∗I igual a β/γ.
dt N
do el interés por el R0 en las disciplinas La comunidad científica en general no
interesadas en la dinámica de las enfer­ dR se percató de las implicaciones del mode­
3) = γ∗I
medades infecciosas? Examinamos la de­ dt
lo de Kermack-McKendrick hasta finales
rivación del R0 y su historia con la finali­ de los años setenta, cuando Anderson y
dad de entender mejor el interés que este donde β es la tasa de transmisión, γ es la May (13) lo aplicaron para estudiar estra­
suscita en los funcionarios de salud pú­ tasa de recuperación (o la inversa del pe­ tegias de control de enfermedades
blica, los infectólogos investigadores y ríodo infeccioso) y N es el tamaño total infecciosas. El R0 es un parámetro im­
los creadores de modelos teóricos. de la población, de manera que N = S + I portante para medir la dinámica de la
Presentamos un modelo epidemiológi­ + R. En el modelo ordinario de la ecua­ enfermedad porque a partir del valor
co compartimentado básico (modelo sus­ ción 1 se da por sentado que no hay naci­ umbral de 1,0 puede indicar cuándo po­
ceptible–infectado–recuperado o SIR, en mientos ni muertes. Al comienzo del bro­ dría ocurrir un brote. En un sentido más
el que S, I, y R representan los tres com­ te o epidemia (t = 0) suponemos que la amplio, si el número de reproducción
partimentos) descrito por Kermack y población está constituida totalmente efectiva, Re = R0 x (S/N), es mayor que
McKendrick (12). En este modelo relati­ por individuos susceptibles y un solo in­ 1,0, cabe prever que la enfermedad se
vamente sencillo ideado para describir dividuo infeccioso. Con este modelo, si siga propagando; la reproducción efecti­
epidemias, los individuos empiezan la tasa de transmisión excede a la de va refleja el hecho de que, a medida que

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la proporción de individuos susceptibles FIGURA 2. Comparación de la dinámica de a) un modelo SIR y b) un modelo


disminuye (S/N), la trasmisión de la en­ SEIR
fermedad se vuelve más lenta. Basándo­ a
se en esta perspectiva matemática senci­ SIR, R0 = 1,5
lla, los epidemiólogos suelen considerar Susceptible
que el número reproductivo básico es Infeccioso
uno de los parámetros decisivos para de­ Recuperado
terminar si una epidemia es susceptible

Individuos
de control (14, 15). Por ejemplo, el objeti­
vo de toda respuesta de salud pública
durante una pandemia de gripe consiste
en aminorar o detener la propagación del
virus mediante estrategias de mitigación
que: 1) disminuyan el R0 mediante el
cambio de la tasa de transmisión (por
ejemplo, cerrando las escuelas) o de la Tiempo
duración de la infecciosidad (por ejem­
plo, mediante el uso de antivíricos) o b SEIR, R0 = 1,5
bien 2) disminuyan el Re reduciendo el Susceptible
Expuesto
número de individuos susceptibles (por
Infeccioso
ejemplo, mediante la vacunación). 1 500 Recuperado
Individuos

EL R0 EN MODELOS SENCILLOS

Para empezar, estimamos el R0 en mo­


delos sencillos como el descrito por la
ecuación 1. Los especialistas en modeli­
zación pueden modificar el modelo SIR
agregando o quitando “compartimen­
tos”. Por ejemplo, se puede eliminar la
Tiempo
clase de individuos recuperados (R) para
Nota: SEIR = susceptible–expuesto–infectado–recuperado; SIR = susceptible–infectado–recuperado. Estos dos
las enfermedades en las que estos indivi­ modelos tienen valores idénticos del R0, (concretamente, R0 = 1,5). Obviamente, la dinámica según el modelo
duos se reincorporan a la clase de sus­ SIR es muy diferente de la del modelo SEIR. La epidemia pronosticada por el model SIR llega más pronto a su
ceptibles, con lo cual el modelo se trans­ punto máximo y tiene una incidencia máxima más alta y una duración más breve que la epidemia pronosticada
por el modelo SEIR. Estas diferencias en la dinámica reflejan sencillamente si los elaboradores de los modelos
forma a SIS, que puede usarse para (u otros investigadores) creen que el virus tiene un período latente. Los parámetros usados en estos gráficos
enfermedades como el catarro común fueron N = 1000; β = 0,1; γ = 0,0667; ν = 0,1.
(16). Si la enfermedad tiene un período
de latencia prolongado por comparación
con el período infeccioso, también po­ “infectado”; interesa señalar que v es in­ EL R0 Y OTROS PARÁMETROS
drían agregarse otros compartimentos, versamente proporcional al período la­ DE INTERÉS PARA LA SALUD
como una clase de “expuestos” (E), lo tente de la enfermedad (esto es, v es pe­ PÚBLICA
que daría origen a un modelo SEIR, que queña para una enfermedad con un
se usa con frecuencia para la gripe (17). período latente prolongado). En la Varias características de una epidemia
Al irse haciendo más modificaciones al figura 2 se muestran ejemplos de la diná­ pueden ser de interés para los funciona­
modelo de base, los modelos comparti­ mica de la enfermedad producida por los rios de salud pública y las autoridades
mentados pueden volverse complejos en modelos SIR y SEIR con un R0 = 1,5, lo competentes a la hora de formular posi­
poco tiempo. Nuestra exposición se limi­ cual ilustra que, incluso cuando se trata bles respuestas. La dinámica general de
ta a los modelos SIR o SEIR porque son de modelos sencillos, el modelo que se una epidemia no es más que una entre
útiles para demostrar las características elige determina la dinámica pronostica­ varias series de características. Otras ca­
esenciales del R0 y, lo que es igualmente da de la enfermedad aun cuando se use racterísticas pueden ser la tasa de ataque,
importante, para cada uno de esto mode­ el mismo número reproductivo básico. la duración de la enfermedad, el tiempo
los, R0 = β/γ. Esto ejemplifica la necesidad de conocer de generación, el tiempo para alcanzar la
La diferencia entre las ecuaciones de los compartimentos que se usan, el tiem­ incidencia máxima e incluso propieda­
los modelos SIR y SEIR estriba simple­ po que transcurre en cada compartimen­ des como la fase de una pandemia de gri­
mente en la adición de una cuarta EDO a to y si cada uno de estos compartimentos pe, según la defina la Organización Mun­
las que aparecen en la ecuación 1, la cual es pertinente para la enfermedad en dial de la Salud o un gobierno nacional
describe la dinámica de la clase de indi­ cuestión. Además, antes de poder utili­ (18). Por otra parte, nos preguntamos en
viduos expuestos (o latentes) (17). Esta zar el R0 para pronosticar la dinámica qué grado las estimaciones del número
EDO agrega otro parámetro, v, que re­ temporal de un brote hay que conocer reproductivo básico sirven de base para
presenta la velocidad con que los indivi­ otra característica de la enfermedad, el las iniciativas de salud pública al aportar
duos pasan de la clase “latente” a la clase llamado tiempo de generación. información acerca de las características

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FIGURA 3. Tasa de ataque pronosticada por un R0 basado en modelos aportada por las estimaciones del R0 eran
sencillos pertinentes. Optamos por un R0 = 1,5
1 como punto de partida porque es un va­
lor que se ha aplicado a pandemias de
gripe anteriores y que también se acerca
0,75 al valor estimado de R0 de la pandemia
del 2009 por el virus H1N1.
Tasa de ataque

La tasa global de ataque, o sea, el por­


0,5 centaje de individuos que enfermarán
durante un brote en una población dada,
puede ser la característica de la enferme­
0,25 dad de mayor interés para las autorida­
des de salud; además, es la característica
1918
2009 que se pronostica de manera más plausi­
0 ble mediante las estimaciones del R0. En
1 2 3 4 5 6 7 8
R0
la figura 3 se muestran las tasas de ata­
que que se obtienen con un número re­
Nota: Por lo menos con respecto a los modelos sencillos —como el susceptible–infectado– recuperado productivo básico determinado usando
(SIR) y el susceptible–expuesto–infectado–recuperado (SEIR)—, el número reproductivo básico de una los modelos SIR y SEIR; la curva trazada
epidemia ofrece información acerca de la tasa de ataque general. Sin embargo, la estimación del R 0 a
menudo arroja intervalos de confianza amplios. En la figura se muestran los intervalos de la pandemia se derivó formalmente y resultó ser una
de gripe española de 1918 y los de la pandemia del 2009 por el virus H1N1; dichos intervalos generan ecuación transcendente (19). Sin embar­
poca confianza en la tasa de ataque pronosticada. Este problema empeora a valores bajos del R 0 debido
a la dependencia asintótica de la tasa de ataque sobre el R 0 cerca del eje de las ordenadas (R 0 = 1).
go, aún no se ha determinado cómo esti­
mar el R0 en modelos epidemiológicos
más complejos; y tal vez ya no sea posi­
ble pronosticar las tasas de ataque apo­
temporales y la gravedad de un brote de transmisión, β; el período de latencia, yándose únicamente en este parámetro.
epidémico. ≈ 1/v; la tasa de recuperación, γ; y el nú­ El R0 también se puede aplicar prove­
Para determinar la utilidad de las esti­ mero reproductivo básico, R0 = β/γ. chosamente para pronosticar la duración
maciones del R0 en el control de una pan­ Nuestra estrategia en estos análisis con­ de una epidemia (figura 4a), puesto que
demia de gripe, resolvimos los modelos sistió en atribuirle un valor fijo al R0 y esta (medida como el tiempo que trans­
SIR y SEIR incorporando en ellos sucesi­ comprobar cómo cambiaba la dinámica curre entre la incidencia acumulada de
vamente una gran variedad de paráme­ del sistema cuando se modificaban los 5% y la de 95%) no depende de N. Sin
tros. Los parámetros fundamentales fue­ otros parámetros, lo que brindó la opor­ embargo, esta relación no rige en los mo­
ron el tamaño de la población, N; la tasa tunidad de determinar si la información delos SEIR (figura 4b) porque el período

FIGURA 4. La dependencia de la duración de la epidemia con respecto a a) la tasa de transmisión en un modelo


SIR y b) el período de latencia en un modelo SEIR
a b 1,0 Duración
(escala logarítmica)
e8
0,8
período de latencia–1

0,6
Duración (t)

0,4
e4

0,2

R0 = 1,5
0,0
0 0,25 0,5 0,75 1 0,0 0,2 0,4 0,6 0,8 1,0
Tasa de transmisión Tasa de transmisión

Nota: SEIR = susceptible–expuesto–infectado–recuperado; SIR = susceptible–infectado–recuperado. La duración de la epidemia se midió como el tiempo
transcurrido entre la incidencia acumulada de 5% y la de 95%. La duración de la epidemia no depende del tamaño de la población (que no se muestra) en el modelo
SIR ni en el SEIR. Para el modelo SIR, a medida que las tasas de transmisión y de recuperación (no se muestran: γ = β/1,5 para un R 0 = 1,5) aumentan, la duración
de la epidemia disminuye. Para el modelo SEIR (R 0 = 1,5), el período de atencia cambia la duración prevista de una epidemia; a medida que el período de latencia
disminuye, la duración de la epidemia hace lo propio y converge con el modelo SIR. Obsérvese asimismo que a medida que la tasa de transmisión se reduce,
disminuye la dependencia del período de latencia.

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FIGURA 5. Dependencia de la dinámica del sistema con respecto a N, β y γ período de latencia se mantenga cons­
tante). Centrando la atención en el tiem­
Tiempo en la incidencia máxima, N = 1*106
po necesario para alcanzar la incidencia
máxima, examinamos el efecto de per­
Incidencia acumulada de 5 o 95%, N = 1*106
mitir que el R0 cambiara en función de
Tiempo en la incidencia máxima, N = 1*103
variaciones de las tasas de transmisión y
Incidencia acumulada de 5 o 95%, N = 1*103 de recuperación (figura 6). De este modo
Logaritmo [t ]

comprobamos que, al margen del valor


del R0, el tiempo para alcanzar la inciden­
cia máxima dependía de los valores indi­
viduales de β y γ; sin embargo, estos efec­
tos se reducen al mínimo si el número
reproductivo tiene valores pequeños y
aumentan al máximo cuando esos va­
lores son grandes.
En el marco de los modelos SIR y SEIR
R0 = 1,5
examinados, llegamos a la conclusión de
0 0,25 0,5 0,75 1 que el número reproductivo básico por sí
Tasa de transmisión solo proporciona poca información acer­
ca de la duración, el tiempo de genera­
Nota: Los resultados que se muestran corresponden a un sistema susceptible–infectado–recuperado (SIR) con un ción, la velocidad de propagación de la
valor fijo del R 0 = 1,5. Primero, al comparar las líneas negra (N = 1×106) y gris (N = 1×103) podemos apreciar que el
tamaño de la población ejerce efectos pronunciados sobre el tiempo que se lleva alcanzar ciertos puntos de referencia
epidemia y las características temporales
de la epidemia. Los puntos escogidos aquí son el tiempo para alcanzar la incidencia máxima (líneas continuas), el en general de una enfermedad infecciosa
tiempo para alcanzar una incidencia acumulada de 5% (líneas discontinuas gris y negra en la parte baja) y el tiempo como la gripe. Por tal motivo, postula­
para alcanzar una incidencia acumulada de 95% (líneas discontinuas gris y negra en la parte alta). Puede verse que, en
una población de 1×103, una epidemia alcanzaría una incidencia acumulada de 95% en menos tiempo de lo que mos que los valores de los parámetros
tardaría en alcanzar una incidencia acumulada de 5% en una población de 1×106. Esta figura también ilustra la individuales tienen mayor importancia
dependencia de la dinámica con respecto a los valores efectivos de la tasa de transmisión (eje de las ordenadas) y de para conocer la dinámica de la enferme­
la tasa de recuperación (que no se muestran, para la figura γ = β/1,5, lo cual impone un R 0 = 1,5). Conforme las tasas
de transmisión y de recuperación aumentan, se acorta el tiempo que va a durar la epidemia. dad y pueden resultar más útiles a las
autoridades competentes para organizar
una respuesta eficaz de salud.

MODELOS MÁS COMPLEJOS


de latencia tiene efectos extraordinarios de propagación de la epidemia primero Y EL R0
en la persistencia de la epidemia. A me­ hay que estimar estos parámetros
dida que aumenta el período de latencia individuales. Los modelos básicos SIR y SEIR expli­
también lo hace el tiempo de generación, De manera análoga, la velocidad con cados anteriormente pueden someterse a
con lo cual se prolonga la duración de la que una epidemia alcanza ciertos puntos muchas modificaciones. En esos modelos
epidemia. A la inversa, conforme dismi­ de referencia depende estrechamente de se parte del supuesto de que todos los in­
nuye el período de latencia el modelo los valores de N, β y γ (figura 5), y no dividuos pertenecen a una gran pobla­
funciona cada vez más como un modelo simplemente del R0. A medida que el ción panmíctica (bien mezclada) en la
SIR. tamaño de la población (N) aumenta, se que todos tienen las mismas probabilida­
Lo que es más, incluso si se conoce el prolonga simultáneamente el tiempo des de entrar en contacto entre sí (21).
tiempo de generación global, que se defi­ necesario para alcanzar una tasa de inci­ Por lo común, este supuesto no es lógico
ne aquí como la suma de los períodos la­ dencia acumulada de, pongamos por para la mayor parte de las poblaciones
tente e infeccioso (1/γ + 1/v), puede ser caso, 5%. La explicación intuitiva es que humanas, que con frecuencia están muy
que sigan sin conocerse los valores indi­ se precisa más tiempo para que se infecte estructuradas en subgrupos cuyos indi­
viduales de γ y de v. Si no se saben los 5% de una población grande que el mis­ viduos tienen más probabilidades de re­
valores específicos de estos parámetros, mo porcentaje en una población pequeña. lacionarse entre sí que con los individuos
cabe poner en tela de juicio la validez del De modo parecido, la tasa de transmi­ de otros subgrupos. Por tal motivo, los
tiempo de generación, lo que posterior­ sión y la de recuperación influyen decisi­ modelos epidemiológicos suelen basarse
mente afecta a la utilidad de un modelo vamente en la velocidad general con que en poblaciones estructuradas por edad
determinado. En una revisión de las esti­ se propaga la epidemia (figura 5). A me­ (véase Inaba y Nishiura, 22). Esos mode­
maciones del tiempo de generación y del dida que aumenta la tasa de transmisión, los requieren ecuaciones semejantes a la
número reproductivo de la pandemia del el ritmo de propagación de la epidemia ecuación 1 para cada grupo de edad que
2009 por el virus H1N1 se llegó a la con­ aumenta extraordinariamente, mientras describan la transmisión de la enferme­
clusión de que, cuando se evaluaron los que la tasa de recuperación disminuye, dad dentro de ese grupo y entre otros
componentes individuales del tiempo de de suerte que se mantiene un R0 fijo; dis­ grupos etarios. Otro método común para
generación, los investigadores lo subesti­ minuir la tasa de recuperación se corres­ incorporar la estructura de la población
maron en los brotes del Canadá y de Mé­ ponde con la disminución del tiempo de consiste en incluir en el modelo variables
xico (20). Estos resultados indican que generación y el aumento de la velocidad como familia, lugar de trabajo, escuela y
para calcular con exactitud la velocidad de la oleada (siempre y cuando el grupos comunitarios (15).

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Muchos modelos pueden incorporar intervenciones o los parámetros perti­ mucho tiempo atrás. Esas dificultades
también una estructura de metapobla­ nentes a una cepa en particular se pue­ aumentan mucho en situaciones como la
ción (una serie de poblaciones conecta­ dan estimar con la rapidez suficiente pandemia del 2009 por el virus H1N1, en
das) (3) para describir la dinámica de la para incorporarlos en la planificación de la cual los datos se actualizaban conti­
enfermedad en muchas ciudades; en es­ respuestas de salud pública específicas. nuamente y dependían casi por entero
tos modelos, la dinámica en la metapo­ Incluso en la pandemia del 2009 por el del sistema de vigilancia implantado.
blación explica la propagación de la en­ virus H1N1, es de dudar que la aparición Cada sistema de vigilancia tiene puntos
fermedad de una ciudad a otra. También rápida de estimaciones del R0 (1–8) haya fuertes y puntos flacos, los cuales debe­
es frecuente agregar factores demográfi­ ejercido mucha influencia en la planifica­ rán tenerse en cuenta sobre todo en el
cos a los modelos compartimentados ción de la respuesta de salud pública, de­ contexto del país en el cual se emplea el
para que estos sean más realistas. Los bido sobre todo a la variabilidad de esas sistema.
factores de este tipo que se incluyen son estimaciones. En concreto, se ha observado una hete­
nacimientos, defunciones, inmigración y Por último, cuando se trata de mode­ rogeneidad considerable en los valores
emigración (que evidentemente ocurren los de EDO complejos y, en particular, de del R0 de diferentes regiones del mundo.
en casi todas las poblaciones). los modelos de simulación estocásticos Casi no hay datos científicos que indi­
Además de simular poblaciones más en los que se sigue a los individuos en quen que el número reproductivo básico
realistas, los especialistas en modeliza­ el tiempo, no siempre se entiende clara­ de una zona geográfica sea aplicable a
ción pueden hacer más complejos estos mente cómo calcular el número repro­ otra y muchos estudios efectuados en
modelos dinámicos. En particular, con ductivo básico ni cómo debería interpre­ una misma región han arrojado una gran
frecuencia incluyen en los modelos inter­ tarse. Por ejemplo, un modelo que variedad de resultados, la cual es mayor
venciones de salud pública para poner a incluyera la estructura por edades, la es­ entre las estimaciones iniciales. Por ejem­
prueba el posible efecto de una o varias tructura de la población y el estado de plo, en la pandemia del 2009 por el virus
intervenciones (23, 24). Los modelos vacunación fácilmente podría contener H1N1 el número reproductivo básico en
compartimentados permiten incluir di­ más de 100 parámetros. ¿Qué representa los distintos estados de la India varió en­
versas intervenciones, como el uso de el R0 en un modelo de este tipo? Este tre 1,03 y 1,75 (29); asimismo, los cálculos
antivíricos, vacunas, mascarillas, lavado asunto constituye un área de investiga­ en el Perú fluctuaron entre 1,2 y 2,2, se­
de manos, cierre de escuelas, distancia­ ción activa en la que recientemente se gún la zona estudiada (8, 9). La dispari­
miento social, aislamiento o cuarentena. han propuesto varios métodos para des­ dad de las estimaciones del R0 se obser­
Cada una de esas intervenciones requie­ pejar la incógnita (véase la revisión de van incluso entre países con vínculos
re la adaptación de las EDO, que a veces este tema realizada por Heffernan et al., geográficos; por ejemplo, en China se es­
son muchas, para incorporar nuevos 27). El aspecto sobresaliente es que hay timó un R0 medio de 1,68 (10), mientras
compartimentos y parámetros. Vale la métodos diferentes y cada uno puede que en el Japón ese mismo valor fue de
pena señalar que muchos modelos com­ arrojar una estimación distinta del R0. En aproximadamente 2,3, que posterior­
partimentados también permiten incluir consecuencia, el uso del número repro­ mente se redujo a entre 1,21 y 1,35 (11).
varias cepas del virus (25). Un agente pa­ ductivo básico para pronosticar la tasa De la misma manera, en el Canadá el va­
tógeno puede tener muchas variantes de ataque depende del modelo emplea­ lor medio fue de 1,31 (5), mientras que en
genéticas (cepas) que circulan en la po­ do (figura 2). los Estados Unidos los funcionarios de
blación. Los modelos mencionados se salud pública estimaron inicialmente un
pueden modificar para incluir diversas LOS ERRORES DE LAS R0 entre 2,2 y 2,3, que posteriormente se
cepas y las consecuencias del caso, como ESTIMACIONES DEL R0 Y SUS ajustó a 1,7 a 1,8 al recopilarse datos adi­
la sinergia o la interferencia entre ellas. CONSECUENCIAS PARA LA cionales (6). Por el contrario, no todas las
Prácticamente cualquiera de las modifi­ SALUD PÚBLICA estimaciones ulteriores del R0 estuvieron
caciones antedichas cambiará la dinámi­ sesgadas a la baja. Fraser et al. fueron de
ca pronosticada de la enfermedad. Después de considerar las cuestiones los primeros en estimar el R0 en México y
Como se mostró líneas arriba en los anteriores, creemos que la estimación del propusieron un valor entre 1,4 y 1,6 (1).
modelos de enfermedad sencillos, la esti­ número reproductivo básico (R0) de una A los pocos meses, otro equipo estimó un
mación del R0 no siempre permite hacer epidemia de una enfermedad en particu­ R0 entre 2,3 y 2,9 (7).
inferencias útiles. Al aumentar la com­ lar tiene poca utilidad fuera del grupo de Las realidades estadísticas también
plejidad, la estimación de todos los pará­ población del que provienen los datos. obstaculizan la capacidad de inferir tasas
metros puede volverse agobiante. A me­ Por ejemplo, varios epidemiólogos han de ataque generales a partir de estima­
nudo es difícil establecer firmemente los utilizado el R0 para estudiar la pandemia ciones del R0. Por ejemplo, en un estudio
pocos parámetros que son decisivos en de gripe de 1918; la realización de milla­ citado ampliamente se calculó que la
un modelo SEIR. En la práctica, los valo­ res de estimaciones aplicando modelos pandemia de gripe de 1918–1919 había
res de los parámetros proceden con fre­ diversos dio por resultado una amplia tenido un R0 de aproximadamente 2,0
cuencia de un puñado de estudios cuya variedad de valores publicados (28). Esa (30). Sin embargo, después de incorporar
aplicabilidad tal vez no sea amplia (26). variabilidad pone de relieve las dificulta­ las estimaciones de la varianza, el inter­
Habida cuenta de la dificultad para des que entraña el cálculo del número valo de confianza de 95% fue de 1,4 a 2,8.
medir simplemente los parámetros gene­ reproductivo básico de una epidemia, En la figura 6 se aprecia que con un R0 en
rales a nivel de la población de una en­ incluso cuando se cuenta con un acervo este intervalo se prevén tasas de ataque
fermedad dada, nos parece poco pro­ considerable de datos epidemiológicos de aproximadamente 51 y 92%. Los erro­
bable que la edad, la población, las relativos a una pandemia que ocurrió res en torno a las estimaciones bajas del

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Ridenhour et al. • El número reproductivo básico (R0)  SECCIÓN ESPECIAL • Artículo de revisión

FIGURA 6. La dependencia del tiempo para alcanzar la incidencia máxima recomendaron al principio el cierre de
con respecto a la tasa de transmisión, la tasa de recuperación y la razón las escuelas, particularmente en los esta­
reproductiva básica dos de la frontera sur, sobre todo Texas,
1 que acabó por cerrar 800 escuelas, lo que
Tiempo para alcanzar
la incidencia máxima
afectó a 491  000 alumnos (32). El 28 de
(escala logarítmica) abril del 2009, los CDC aconsejaron ce­
e8 rrar las escuelas incluso si se notificaba
=1
R0 un solo caso, presunto o confirmado, de
infección por el virus H1N1, con la espe­
0,75 ranza de reducir la transmisión a las co­
.25 munidades vecinas. Sin embargo, con la
=1
R0 llegada de nuevos datos que indicaban
Tasa de recuperación (γ)

un riesgo menor de afección grave y


muerte, el CDC dio marcha atrás a su re­
.6 comendación el 5 de mayo del 2009 e ins­
=1
0,5 R0 tó a las escuelas a permanecer abiertas
e3
(33). Postulamos que depender de las
aproximaciones iniciales del R0, sobre
R 0=
2.5 todo las calculadas en una población dis­
tinta, puede llevar a adoptar decisiones
de política con bases endebles.
0,25

R0= 5 APLICACIONES DEL R0 EN LA


PRÁCTICA

En el Reino Unido, los funcionarios de


0 salud pública aplicaron métodos de mo­
0 0,25 0,5 0,75 1 delización casi instantáneos para deter­
Tasa de transmisión (β) minar las intervenciones sanitarias apro­
Nota: Gráfico de contorno de una superficie tridimensional basada en el tiempo para alcanzar la piadas durante el brote de fiebre aftosa
incidencia máxima en un modelo susceptible–infectado–recuperado (SIR) con una población de 1x106. del 2001 (23). Las políticas promulgadas
Al seguir el rayo correspondiente a un valor particular del R 0 (por ejemplo, R 0 = 2,5), podemos ver la sobre la base de los resultados de la mo­
forma en que el tiempo para alcanzar la incidencia máxima varía para ese número reproductivo básico.
Podemos ver que para valores elevados del R 0 (por ejemplo, 5), la duraciónes más variable pues β y γ se delización fueron controvertidas y pro­
alteran (es decir, su rayo cruza más contornos). De hecho, para un R 0 = 5, el tiempo para alcanzar la piciaron un debate en la bibliografía
incidencia máxima varía desde e 3 hasta casi e 8 incrementos de tiempo (es decir, 5 órdenes de magnitud
logarítmicas).
científica. La incertidumbre giró en torno
al carácter beneficioso de la intervención
recomendada y a si estrategias menos ra­
dicales —dado que la intervención, el
sacrificio en masa, se consideraba perju­
número reproductivo básico producen el 24 de abril del 2009 la Secretaría de Sa­ dicial desde el punto de vista económi­
intervalos aún más amplios de las tasas lud de México decretó el cierre obligato­ co— podrían ser tan eficaces o más (34–
de ataque debido al comportamiento rio de las escuelas de la ciudad de Méxi­ 39). Aunque solo cabe especular acerca
asintótico de la tasa de ataque a medida co por 18 días, medida que el 27 de abril de cómo habrían diferido las intervencio­
que el R0 se acerca a 1,0 (figura 3). Según se amplió al resto del país; las escuelas nes alternativas de las aplicadas en la
se explicó antes, las estimaciones actua­ reabrieron sus puertas el 11 de mayo del realidad, este debate pone de relieve la
les del R0 de la pandemia del 2009 por el 2009. Chowell et al. analizaron el efecto incertidumbre acerca de la aceptación
virus H1N1 han fluctuado desde un mí­ de esta intervención sanitaria breve pero pública de métodos basados en la reduc­
nimo de 1,03 a más de 2,9 (1–11), cifras intensiva y calcularon un R0 de 1,8 a 2,1 ción de las razones de reproducción
que se corresponden más o menos con para la oleada de la primavera, de 1,6 a efectiva.
tasas de ataque entre 6 y 93%, aproxima­ 1,9 para la del verano y de 1,2 a 1,3 para Incluso si las estimaciones del R0 per­
damente. Un intervalo tan amplio de po­ la del otoño. Estos investigadores con­ mitieran determinar tasas de ataque
sibles tasas de ataque complica la toma cluyeron que la intervención en la ciu­ exactas, seguirían sin resolverse muchas
de decisiones de política y obstaculiza las dad de México pudo haber ocasionado cuestiones de salud pública más decisi­
intervenciones sanitarias eficaces. un descenso de la transmisión entre 29 y vas. Por ejemplo, las tasas de letalidad,
Fiarse demasiado de las estimaciones 37% durante el cierre de las escuelas (31), hospitalización y ausentismo en esencia
iniciales del R0 en un país puede hacer aunque en su estudio no se consideró la son independientes de la dinámica de la
que las decisiones de política en otro país costoeficacia. Mientras tanto, habida enfermedad (y, por lo tanto, de todo lo
sean insuficientes. Además, las discre­ cuenta de las estimaciones iniciales ele­ que pueda derivarse de las estimaciones
pancias en las estimaciones del R0 pue­ vadas del R0 en México, los Centros para del R0); no obstante, son los determinan­
den ocasionar la formulación de políticas el Control y la Prevención de Enferme­ tes fundamentales de la morbilidad y
sin el debido fundamento. Por ejemplo, dades (CDC) de los Estados Unidos mortalidad durante un brote epidémico

Rev Panam Salud Publica 38(2), 2015 173


SECCIÓN ESPECIAL • Artículo de revisión Ridenhour et al. • El número reproductivo básico (R0)

de una enfermedad infecciosa. La pande­ determinada) y el grado en que la esti­ más específicos de la cepa y constituyan
mia del 2009 por el virus H1N1 ilustra mación de una población se aplica a otra. objetivos directos de las intervenciones
certeramente este punto: las tasas de ata­ Por ejemplo, ¿puede una estimación he­ de salud pública deben constituir el foco
que elevadas no dieron lugar a niveles cha en California aplicarse a Nevada? de interés de los estudios realizados du­
paralelamente elevados de morbilidad ¿Un R0 para el Reino Unido puede ser rante brotes epidémicos que tengan gran­
debido al carácter relativamente leve de pertinente para Nueva Zelanda? Otra des consecuencias sanitarias y económi­
la infección y a las tasas de ataque bajas consideración decisiva es la aplicabili­ cas. Incluso en estos parámetros existe
en los grupos de población que suelen dad de la estimación a una población en siempre una interacción entre el huésped
tener el mayor riesgo de complicaciones particular (por ejemplo, ¿los datos reco­ y el virus que debe expresarse mediante
gripales graves, en particular los adultos pilados son representativos de toda una los métodos estadísticos apropiados.
mayores de 65 años. zona metropolitana o solo de una comu­ La razón reproductiva básica es una
Otra consideración importante es la nidad no observada?). A fin de que las propiedad compleja de una epidemia
posible evolución de un agente patógeno tasas de crecimiento basadas en valores que depende específicamente del mode­
en el curso de una epidemia. En las pan­ específicos de R puedan usarse con fun­ lo utilizado para calcularla, de la pobla­
demias con tasas de ataque elevadas damento para adoptar decisiones de sa­ ción en estudio (por lo que toca a las mo­
pero con pocas consecuencias nocivas las lud pública, hay que resolver otras cues­ dalidades del contacto y las características
estrategias de mitigación tienen que con­ tiones tales como la obtención de los demográficas), el huésped, el agente pa­
siderar la posibilidad de que el virus datos necesarios para establecer estima­ tógeno y con frecuencia la cepa específi­
mute a una forma más virulenta. Si el vi­ ciones uniformes con intervalos de con­ ca de este. Así pues, aunque el R0 es una
rus H1N1 del 2009 hubiese cambiado ge­ fianza estrechos. propiedad intuitiva de una epidemia, no
néticamente para volverse más virulen­ Si existieran mecanismos para estimar resulta particularmente útil para deter­
to, sus repercusiones habrían aumentado los valores de Re > 1 al instante o casi al minar la posible utilidad de las medidas
extraordinariamente; sin embargo, en los instante, los funcionarios de salud pública de control. Aun así, cuando se considera
modelos dinámicos más utilizados dicha podrían determinar si determinadas es­ como parte de una serie de característi­
evolución no se tiene en cuenta (40). En trategias de intervención —como el cierre cas estimadas de una epidemia, el R0
el caso de los agentes patógenos como el de las escuelas o la cuarentena— están puede ser útil para tomar decisiones de
virus gripal que evolucionan rápidamen­ modificando la dinámica de la enferme­ salud pública.
te y sin saberse qué porciones de la po­ dad y si, por lo tanto, deben mantenerse. Aunque los especialistas en la elabo­
blación no son susceptibles a las diversas Se han comparado retrospectivamente los ración de modelos de enfermedades in­
cepas circulantes, la estimación del R0 es números reproductivos antes y después fecciosas reconocen la importancia de
una tarea desalentadora si no imposible. de la implantación de medidas de salud las cuestiones expuestas en el presente
pública en la pandemia de gripe de 1918 artículo; las personas que aplican los re­
CONCLUSIONES (41), pero es poco probable que la eficacia sultados de modelos matemáticos para
de una intervención en epidemias del pa­ organizar respuestas de salud pública a
La estimación de las razones repro­ sado pueda aplicarse a una epidemia con­ veces no conocen a fondo esos aspectos.
ductivas puede aportar información útil temporánea (debido a los cambios de la Si las estimaciones del R0 se usarán
durante las epidemias. Dichas razones, estructura social, el medioambiente, los para determinar las respuestas de salud
particularmente el número de reproduc­ agentes patógenos, etcétera). Es preciso pública, los formuladores de políticas
­
ción efectiva, cuantifican la propagación reconocer que aun cuando la capacidad deben ser informados claramente de las
de la enfermedad en una población; de estimar los números reproductivos al limitaciones mencionadas. Además de
cuanto más altos son los valores, más rá­ instante pudiera ser ventajosa, la eficacia destinar recursos para calcular el R0, hay
pida es la circulación del agente. Hace­ de una intervención determinada puede que invertir en la estimación de otros
mos hincapié en que la estimación de las variar temporal y geográficamente debi­ parámetros epidémicos como las tasas
razones reproductivas basadas en datos do a los cambios del medioambiente, la de transmisión, los períodos infecciosos
de una población en particular sigue estructura de la población, la evolución o los períodos de latencia, los cuales son
siendo útil para esta población. En esen­ del virus y la inmunidad; por lo tanto, las más pertinentes para la respuesta de
cia, este parámetro es la tasa de creci­ estimaciones respecto de una región pue­ salud pública a los brotes de enfermeda­
miento exponencial de una epidemia en den no ser aplicables a otra. des infecciosas, en especial las pande­
curso y, por lo tanto, brinda información Otros factores esenciales de la dinámi­ mias de gripe. El análisis de Tuite et al.
acerca de la tasa de transmisión en la po­ ca de las enfermedades infecciosas, en (5) constituye un ejemplo singular del
blación en estudio en un momento dado. particular la tasa de transmisión, se análisis eficaz de los datos de la pande­
Las cuestiones fundamentales para inter­ estiman con menor frecuencia que el R0 mia del 2009 causada por el virus H1N1
pretar los valores de R son el período con (cuadro 1). No obstante, en la pandemia porque pone de relieve una variedad de
respecto al cual una estimación es válida del 2009 por el virus H1N1 el período de parámetros de la transmisión además del
(por ejemplo, ¿hay que actualizar la esti­ latencia y el de infecciosidad se estima­ R0. Los datos científicos adicionales basa­
mación cada semana según las modali­ ron en algunas regiones (5, 42). Tuite dos en la población acerca del modo en
dades de los datos de vigilancia?), las et al., en particular, dieron un ejemplo que el número reproductivo básico se re­
aplicaciones de la estimación para llevar notable al estimar los parámetros indivi­ laciona con la dinámica de la enferme­
a cabo ejercicios teóricos (por ejemplo, duales de la pandemia en vez de centrar­ dad son muy prometedores para idear
determinar la propagación de la enfer­ se exclusivamente en el R0 (5). En condi­ intervenciones óptimas de salud pública
medad o el efecto de una intervención ciones ideales, los parámetros que sean en la población bajo estudio.

174 Rev Panam Salud Publica 38(2), 2015


Ridenhour et al. • El número reproductivo básico (R0)  SECCIÓN ESPECIAL • Artículo de revisión

CUADRO 1. Parámetros de la dinámica de las enfermedades infecciosas

Definiciones Interés para la Intrínseco o específico


Parámetro Pertinencia
usadas aquí salud pública para
Tasa de transmisión El producto de la tasa de contacto y el Determina la incidencia máxima, el Como es el producto de la tasa de Población x cepa x
riesgo de infección; se conoce también tiempo para alcanzar la incidencia contacto y el riesgo de infección, las huésped
como tasa de contacto efectivo máxima y la duración de una epidemia; intervenciones dirigidas contra estos
las tasas de transmisión bajas dos parámetros influyen en la tasa de
disminuyen la tasa general de ataque transmisión.
Tasa de recuperación La inversa de la duración del estado Determina la incidencia máxima, el En teoría, el uso de antivíricos reduce Cepa x huésped
infeccioso (es decir, 1/D), por lo cual tiempo para alcanzar la incidencia el período infeccioso, lo que a su vez
es una consecuencia directa del máxima y la duración de una epidemia; aminora los efectos de la enfermedad
período infeccioso las tasas de recuperación más altas
disminuyen la tasa general de ataque
Período latente Tiempo que transcurre entre el Determina la incidencia máxima, el En el caso de intervenciones como la Cepa x huésped
comienzo de la infección y el momento tiempo para alcanzar la incidencia cuarentena, los períodos latentes
en que el paciente se vuelve infeccioso máxima y la duración de una epidemia; cumplen una función importante en
los períodos latentes largos aumentan la la duración necesaria de la
duración de la epidemia cuarentena
Período de incubación Tiempo que transcurre entre el No es de importancia para la dinámica El período de incubación es Cepa x huésped
comienzo de la infección y la aparición de la enfermedad, pero sí lo es para la importante para vigilar la enfermedad
de los síntomas salud pública. y calcular cuándo se introdujo esta en
una población
Tasa de contacto La probabilidad de que dos individuos Combinada con el riesgo de infección, Las intervenciones como el cierre de Población
simpátricos entren en contacto determina la eficacia con que una las escuelas y la cuarentena reducen
recíproco; también conocida como enfermedad se transmitirá en una las tasas de contacto
tasa de contacto total población.
Riesgo de infección La probabilidad de que una infección Combinada con la tasa de contacto, La infecciosidad puede reducirse con Cepa x huésped
sea transferida a un individuo sin determina la eficacia con que una intervenciones como el lavado de
inmunidad; se conoce también como enfermedad se transmitirá en una manos y el uso de una mascarilla
la tasa de infecciosidad o la tasa de población
ataque secundario
Virulencia La capacidad patógena de una Es crucial para determinar la gravedad Reducir la virulencia mediante el uso Cepa x huésped
enfermedad de una epidemia (por ejemplo, la de antivíricos aminora el impacto de
pérdida de vidas). la enfermedad.
Número reproductivo Propiedad emergente de los modelos Comparaciones generales de los La estimación instantánea revela el Modelo x población x
básico de enfermedades; puede ser modelos que están usando diferentes impulso actual de la epidemia. En cepa x huésped
consecuencia de todos los parámetros grupos de modelización; si es mayor algunas pocas circunstancias
antes mencionados (y de otros), lo que la unidad, indica que una (dependiendo de la exactitud) podría
cual depende del modelo específico enfermedad se está propagando ser útil para pronosticar las tasas
generales de ataque.

Contribución de los autores. B. Riden­ Salud Global en la Universidad de Notre Centros para el Control y la Prevención
hour concibió el estudio y encabezó la Dame y por un contrato de los Centros de Enfermedades, así como a los árbitros
redacción del artículo. Todos los autores para el Control y la Prevención de Enfer­ anónimos; todos ellos ayudaron a mejo­
intervinieron en el desarrollo del diseño medades por conducto de la Ley del per­ rar este estudio con sus atinadas obser­
del estudio y en la redacción y revisión sonal intergubernamental. J. M. Kowalik vaciones y sugerencias.
del artículo. La versión definitiva del está financiada por la Universidad de
artículo fue aprobada por todos los Notre Dame. D. K. Shay está financiado Protección de los seres humanos
autores. por los Centros para el Control y la Pre­ participantes. No fue necesaria porque
vención de Enfermedades. la investigación no involucró a seres
Agradecimientos. B. Ridenhour está Los autores agradecen a sus colegas en humanos.
financiado por el Instituto Eck para la la Universidad de Notre Dame y los

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ABSTRACT We assessed public health use of R0, the basic reproduction number, which estimates
the speed at which a disease is capable of spreading in a population. These estimates
are of great public health interest, as evidenced during the 2009 influenza A (H1N1)
Unraveling R0: vírus pandemic.
Considerations for We reviewed methods commonly used to estimate R0, examined their practical util­
Public Health ity, and assessed how estimates of this epidemiological parameter can inform mitiga­
tion strategy decisions.
Applications In isolation, R0 is a suboptimal gauge of infectious disease dynamics across popula­
tions; other disease parameters may provide more useful information. Nonetheless,
estimation of R0 for a particular population is useful for understanding transmission
in the study population. Considered in the context of other epidemiologically impor­
tant parameters, the value of R0 may lie in better understanding an outbreak and in
preparing a public health response.

176 Rev Panam Salud Publica 38(2), 2015

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