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EMPODERAMIENTO DE LA MUJER AFROCOLOMBIANA COMO

ALTERNATIVA PARA ELIMINAR EL FEMINICIDIO


Ingri Yurley Rivas Ruiz
Kimberly Jasbleidy Chacón Chaves
Universidad Autónoma de Colombia

RESUMEN
El articulo presenta una proyección social respecto a una problemática que se
observa diariamente al salir de casa, del trabajo, al escucharlo en la radio, leerlo
en la prensa o verlo por el televisor. Este tema se desarrolla desde el papel que ha
jugado la mujer afrocolombiana en la sociedad desde la colonización hasta
nuestros días y el atraso que ha tenido la misma por la violación a sus derechos
como persona colombiana y como han sido víctimas de la violencia diaria,
especialmente del feminicidio. Se plantea la posibilidad de usar el
empoderamiento femenino de la mujer afrocolombiana como una alternativa de
eliminar el feminicidio desde una perspectiva de las relaciones económicas
internacionales.
Palabras clave
Proyección social, mujer, afrocolombiana, feminicidio, violencia, violación de
derechos, empoderamiento, relaciones económicas internacionales.
ABSTRACT
The article presents a social projection regarding a problem that is observed daily
when leaving home, from work, when listening to it on the radio, reading it in the
press or watching it on the television. This theme is developed from the role that
Afro-Colombian women have played in society from colonization to the present day
and the backwardness that they have experienced due to the violation of their
rights as a Colombian person and how they have been victims of daily violence,
especially of femicide. It set out the possibility of using the feminine empowerment
of Afro-Colombian women as an alternative to eliminate feminicide from a
perspective of international economic relations.
Key words
Social projection, Afro-Colombian, feminicide, violence, violation of rights,
empowerment, international economic relations.
INTRODUCCIÓN
En Colombia si se habla de poblaciones en las que predomine el machismo, la
desigualdad y la violencia en contra de la mujer, fácilmente se puede evidenciar
que las mujeres de los grupos sociales denominados ‘‘minorías étnicas’’, en donde
se incluyen las comunidades negras, indígenas, entre otras, son las que se han
visto más afectadas.
El objeto de estudio del presente artículo sin restarle importancia a las demás
mujeres de los otros grupos sociales, son las mujeres afrocolombianas o las que
pertenecen a las comunidades negras. Estas mujeres, no solo son discriminadas
por su color de piel, su estrato socioeconómico, sino también por su condición de
ser mujer.
Desde que se inició el proceso de comercialización de mujeres esclavas a
América Latina, se han visto sometidas a un terrible maltrato, psicológico, físico y
verbal; y en la actualidad, estos actos a pesar de las leyes que han creado, se
siguen presentando tanto dentro y fuera de su círculo social y familiar. Lo anterior,
ha ido creando un pánico infundado el cual por décadas les ha impedido alzar su
voz y revelarse ante cualquier forma de maltrato y, por consiguiente, la gran
mayoría, han vivido sometidas y siendo víctimas constantes de violencia de
género que en muchos casos conllevan al feminicidio.
De acuerdo a lo anterior, en estas mujeres se ha venido presentando un atraso a
nivel educativo, económico y social frente a las demás mujeres pertenecientes a
otro tipo de población tanto a nivel nacional como internacional como por ejemplo
las mujeres de raza ‘‘blanca’’. Debido a que de estas mujeres nadie sabe que
sueños y que metas tienen para su vida y para sus familias.
Las oportunidades presentes en la vida de una mujer afrocolombiana son pocas,
ya que, no presentan un papel importante en el comercio, en la política, ni en la
economía, y generalmente, cuando logran salir a la luz, lo hacen bajo la sombra
de un hombre, que bien puede ser de su misma raza y en otros casos, hombres
pertenecientes a la raza ‘‘blanca’’.
Por lo anterior, se ha generado la necesidad de desarrollar un plan de
empoderamiento el cual tenga como finalidad liberarse de esas cadenas que las
tienen prisioneras en sus hogares y lograr así reconstruir la confianza en sí
mismas y la valentía que las caracteriza y, posteriormente eliminar toda clase de
violencia, especialmente el feminicidio.
PRESENTACIÓN DE LA PROBLEMÁTICA SOCIAL
Debido a las diversas situaciones que se presentan día a día en torno a la
población afrocolombiana femenina, surge la pregunta por la forma de
empoderamiento, de voz, de visibilidad y de voto que pueden llegar a tener estas
mujeres, simplemente por pertenecer a la sociedad colombiana, la cual en el
preámbulo de la Carta Magna, alega ‘‘(…) asegurar a sus integrantes la vida, la
convivencia, el trabajo, la justicia, la igualdad, el conocimiento, la libertad y la paz,
dentro de un marco jurídico, democrático y participativo que garantice un orden
político, económico y social justo, y comprometido a impulsar la integración de la
comunidad latinoamericana (…)’’[CITATION Asa91 \l 9226 ].
A pesar de lo anterior, la mujer afrocolombiana por su condición de ser mujer,
negra, y además pobre, se ha visto afectada por diferentes formas de violencia,
tales como, la desigualdad social, política, económica y cultural; la discriminación,
el machismo predominante hasta dentro de su propia raza, racismo, endorracismo
y el feminicidio.
Lo que se pretende demostrar con el presente escrito no es más que una
metodología basada en la investigación de fuentes en las cuales se resalta el nivel
de abandono que tienen las mujeres de la comunidad negra en Colombia. Dicho
abandono ha ocasionado que se presenten actos violentos y de rechazo social
hacia esta población.
Es por esto, que, tanto desde las relaciones económicas internacionales como de
la proyección social, se ha intentado llegar a una posible solución a este grave
problema social que es el feminicidio, que no solamente se presenta en las
mujeres de la comunidad negra, sino que también el resto de mujeres
independientemente de su color de piel son víctimas.
Se toma como grupo focal a las mujeres afrocolombianas, debido a que se
desconoce su cosmovisión, sus prácticas ancestrales, sus modos particulares de
participación, sus metas y proyecciones, etc. Esto las torna invisibles ante la
sociedad y por dicha invisibilidad se han visto envueltas en diversos tipos de
violencia y en casos de feminicidio, en donde por lo general, estos actos quedan
impunes.
‘‘Es alarmante la situación de violencia generalizada que viven las mujeres
colombianas y peor aún que la regulación de dichos crímenes esté en manos de
funcionarios y funcionarias que siguen presentando estos hechos como hechos
aislados y en su mayoría como crímenes pasionales’’ [ CITATION Zul09 \l 9226 ].
El feminicidio es la historia de muchas mujeres a quienes ya no se pude oír por la
discriminación como reflejo de una sociedad consumida por una violencia
desarrollada en el modelo hegemónico patriarcal.
‘‘El feminicidio puede apreciarse como un crimen de odio, como un genocidio en
contra de las mujeres, el cual es posible por el contexto ideológico y social del
patriarcalismo, de la misoginia, y de las violencias normalizadas en contra de las
mujeres situación que genera una responsabilidad del Estado por los crímenes
cometidos bien sea por acción u omisión y aunque la implicación directa del
Estado es bien difícil de constatar, no lo es el incumplimiento de la debida
diligencia que explica la impunidad del feminicidio y de las violencias en contra de
las mujeres (Donoso, 2008)’’ [CITATION DON08 \l 3082 ].
En Latinoamérica y Centroamérica, el fenómeno del feminicidio puede adjudicarse
con los fenómenos de la militarización, conflicto político, torturas sexuales y
explotación. Esto significa la muerte de una mujer de cualquier edad. El feminicidio
son las formas de violencia que puede concluir en asesinatos o suicidios de
mujeres; este es un delito de lesa humanidad.
Tanto la supremacía masculina como la opresión, y las diferentes formas de
discriminación, explotación y, sobre todo, la exclusión social de niñas y mujeres se
potencian con la impunidad social y judicial en torno a los delitos contra las
mujeres.
En factores como la desigualdad, la falta de oportunidades, la discriminación, entre
otros casos, las mujeres han sido víctimas a lo largo de sus vidas, pero, conforme
a la sociedad ha avanzado las mujeres blancas han tomado mayor fuerza y
reconocimiento. Para su desgracia, las mujeres no blancas siguen siendo
azotadas por la discriminación, la gran mayoría les ha costado mucho salir de la
pobreza y por las mismas circunstancias, presentan un alto grado de
analfabetismo en Colombia.
De acuerdo a lo anterior, la salida para que estas mujeres salgan del anonimato
ha sido empoderándolas1. Esto no ha sido una tarea sencilla para los miles de
mujeres que han alzado su voz, se han hecho escuchar y han demostrado el valor
que ellas poseen, frente a una sociedad machista patriarcal.
Estas mujeres lo que pretenden con sus voces es lograr una mayor visibilidad,
igualdad, pero a partir de las diferencias con los hombres, pero, para lograr lo
anterior es indispensable que se les otorguen los mismos derechos.
Visualizar la diferencia de los géneros como principio, ha ocasionado una gran
división de ideales y en algunos casos errados sobre el papel de cada sujeto en la
sociedad. ‘‘No obstante, este principio aún no ha logrado erradicar paradigmas
masculinos tan arraigados como el de considerar a la mujer objeto de deseo, y es
precisamente por esto que la mujer necesita creer en sí misma para proyectar su
esencia en pos de su propio bienestar e ideales que contribuyan al desarrollo de
contextos políticos, económicos y sociales en su entorno’’ [ CITATION Tho02 \l 9226 ].
RESULTADOS DE LA PROBLEMÁTICA SOCIAL
De acuerdo con [ CITATION Tho02 \l 9226 ] ‘‘Después de cinco mil años de esclavitud
(lo dice Cioran, lo dice Georges Duby), de cautiverio (lo dice Marcela Lagarde), de
opresión, de discriminación, nuestros primeros pasos fueron de euforia a pesar de
las enormes resistencias que encontramos en el camino’’.
Sin duda, una de las enormes resistencias que marcaron el camino de las mujeres
que alzaron su voz en contra de la discriminación por género, fue el racismo
inminente dentro de la sociedad.
Tal y como cita [CITATION Loz10 \t \l 9226 ] ‘‘El concepto género, no siempre tomó en
cuenta la intersección de “raza” y clase en su estructuración (Hill, 1998). Y aunque
los feminismos son diversos, muchos coinciden en este desconocimiento. El
feminismo ha sido mayoritariamente blanco y occidental. Esto ha significado que
en muchas ocasiones quienes hacen parte del movimiento asuman el hábito
colonial moderno’’.
El pensamiento feminista más generalizado ha sido confrontado por los
feminismos negros, indígenas y populares. ‘‘El feminismo negro ofrece reflexiones
más integrales e inclusivas que fortalecen a todo el conocimiento feminista.
1
El empoderamiento es un proceso, pero también una meta a lograr. Por ello interesa no sólo
desvelar las múltiples expresiones hegemónicas del poder sino también vislumbrar las formas
alternativas de su ejercicio que podrían ser propuestas como deseables para las mujeres
empoderadas. [ CITATION Mar06 \l 9226 ]
Prioriza y problematiza la raza como relación social, involucrada en otras
relaciones sociales’’[ CITATION Bar11 \l 9226 ].
La elaboración conceptual del patriarcado se ha hecho casi siempre desde
el primer mundo, por lo cual a menudo es una concepción etnocéntrica con
la que pretende medirse las relaciones de género en todas las culturas. Si
no se elimina el etnocentrismo, género y patriarcado se convierten en
formas de subsumir y subordinar al universo conocido (el occidental), las
cosmogonías de los otros mundos (indígenas, negros, gitanos, etc.)
[CITATION Loz10 \t \l 9226 ].

Desde que se decidió que la raza era el factor determinante para otorgar el poder,
el dinero y todo lo demás, logró una división: en las personas blancas y las no
blancas.
La mujer latinoamericana en su gran mayoría, pertenece al grupo de mujeres no
blancas y eso las hace ser vulnerables, frente al cumplimiento de sus derechos
humanos. Aunque, vale la pena recalcar que ‘‘la raza no tiene que ver con una
diferencia biológica o efecto de una herencia genética, sino con una historia de
opresiones, que en el caso de América Latina tuvo su origen en el proceso de
colonización por parte de Europa hace cinco siglos’’ [ CITATION Ber15 \l 9226 ].
Los estereotipos que existen frente a esta población vulnerada, se atribuyen a
unas fuertes raíces culturales, que incluyen la educación dentro del seno familiar y
la determinación de comportamientos y roles de la mujer en la sociedad. Por ello,
la mujer debe ser blanca, ‘‘el color con el que se relaciona la feminidad es el rosa,
su cuarto se decora con tonalidades pastel, sus juguetes son muñecas, su ropa
son vestidos, su espacio de juegos es una casita y su comportamiento debe ser
tierno y delicado’’ [CITATION Cle14 \l 9226 ].
La estética de las mujeres latinoamericanas de raza negra e indígena, contrasta
con aquellas que se mencionaron anteriormente y a las que aparecen en los
certámenes de belleza. Sin embargo, como es de conocimiento común, este tipo
de certámenes no hacen más que reafirmar el rol tradicional y el camino que
tienen que seguir las mujeres para obtener el éxito y ser aceptables; deben ser
sumisas, discretas, amables y sonreír siempre, además, nacen para ser definidas
por sus atributos físicos, y si nacen bellas, pueden tener suerte.
Lo anterior ha hecho, que los hombres usen a las mujeres como objeto, como una
especie de trofeo, de demostrar que si pueden conseguirse a ‘‘la más bella’’. Los
que no logran conseguir a ese prospecto de mujer, y se consiguen a una que tiene
características muy contarías a la anterior, las maltratan, las usan como esclavas,
como objetos sexuales, como síntoma de su frustración por no conseguir a la que
en realidad desean, y eso hace que nazcan diferentes tipos de violencia contra la
mujer y en las más frecuentes se encuentran casos que las llevan a la muerte.
Tras descubrir que la mujer afrocolombiana es un sujeto oprimido principalmente
por ser mujer, negra, y pobre, surgieron algunas teólogas feministas
afroamericanas, las cuales emprenden una perspectiva liberadora, la cual ‘‘atenta
a todas las dimensiones que afectan al sujeto mujer: de la vida, sufrimiento,
discriminación, racismo, marginación, maltrato, explotación, etc. Por eso, esta
situación tan particular exige una reflexión teológica que le es adecuada a la mujer
que no deja de lado aspectos aparentemente secundarios según la mentalidad
androcéntrica’’ [ CITATION Law11 \l 9226 ].
Pero, a pesar que se ha avanzado con los diferentes levantamientos femeninos,
sigue presente el sexismo, el racismo en sus diversas expresiones y existe aún
mucha discriminación en lo económico, lo político, lo ideológico, lo simbólico y lo
cultural.
Colocando en el racismo el epicentro de la desigualdad de las mujeres negras, tal
y como cita [ CITATION Jab08 \l 9226 ] a
‘‘Knowles y Mercer (1992). Kum-Kum Bhavnani y Margaret Coulson: “El
racismo actúa de forma que sitúa a las distintas mujeres en diferentes
relaciones con las estructuras de poder y de autoridad en la sociedad. No
es solo que haya diferencias entre los distintos grupos de mujeres, sino que
esas diferencias son a menudo escenario de un conflicto de intereses”.’’
Darle un trato a una persona diferente al que le da a los demás simplemente por
tener un tono de piel distinto, no lo hace menos racista, omitir los derechos que
tiene esa mujer simplemente por ser negra, tampoco tiene presentación.
Es por lo anterior que se puede afirmar que, el empoderamiento como estrategia
para lograr un cambio se fortaleció, esto gracias a las transformaciones feministas
que se tuvieron respecto a los intereses de género y las organizaciones que
trabajan por el empoderamiento de las mujeres negras.
Las mujeres negras por años han estado bajo la ‘‘Tiranía del silencio’’ que según a
lo que se refiere [CITATION Lor \l 9226 ] ‘‘Los motivos del silencio están teñidos con
los miedos de cada cual; miedo al desprecio, a la censura, a la critica o al
reconocimiento, al reto, a la aniquilación’’.
Alzar la voz como forma de visibilidad, puede eliminar todas esas acciones
violentas de las que son víctimas las mujeres afrocolombianas.
La igualdad ha sido y sigue siendo un debate fundamental que atraviesa todos los
campos de la vida tanto público como privado, ya que, para obtener un mínimo de
derechos civiles y jurídicos que es lo que en realidad quieren las mujeres es
recuperar y valorar sus diferencias, haciendo esto, se pretende que la mujer se
desarrolle en cualquier ámbito tal y como ella desee, sin tener que acoplar su vida
a la forma de vida masculina.
La diferencia es un concepto que remite a la existencia de las mujeres, es decir, a
su historia, a su memoria, a sus imaginarios y sus resistencias milenarias hechas
de silencios, pero también de risas, de cantos y de goces; para comenzar a
visualizar a la mujer y a tenerla en cuenta, hay que aceptarla con todo esto y,
además, no obligarla a que haga lo que la identifica como mujer.
Tal y como lo dice [ CITATION Tho02 \l 9226 ] ‘‘desde este reconocimiento de la
diferencia que no riñe con la igualdad, las mujeres quieren hoy seguir
construyendo civilidad, deconstruyendo poco a poco la metáfora patriarcal por
excelencia expresada por la ecuación Mujer = Madre, que connota casi
exclusivamente esposidad, maternidad y domesticidad’’.
En la sociedad, las mujeres tienen menos capacidad de decisión que los hombres
respecto a asuntos que son importantes para sus vidas, lo que caracteriza las
visiones feministas a la hora de definir las implicaciones que puede traer el
empoderamiento en la vida de una mujer, y como este puede mejorar su
autoestima, y sus habilidades. El empoderamiento ocurre a nivel individual, en las
estructuras sociales, en el hogar y en el espacio público. Si las mujeres pudieran
empoderarse a sí mismas, podrían obtener el control sobre aspectos que rigen su
diario vivir, haciendo que las estructuras de poder se modifiquen sustancialmente.
Como es de conocimiento general, los lugares ocupados por las mujeres negras y
sus familias nunca han sido solo el lugar del hogar, siempre han sido lugares en
disputa económica, política y epistemológica. Por tal razón, el Pacífico colombiano
para los afrocolombianos ‘‘el territorio es todo, la vida, la comida, el trabajo, el
sustento, es donde hemos crecido, donde está nuestra familia, el monte, los
animales, el río, donde somos felices, sin el territorio no tenemos nada, sin el
territorio es como volver a ser esclavos’’ [CITATION Loz12 \t \l 9226 ].
La inclusión femenina para las mujeres afrocolombianas ha sido casi un imposible,
debido a que la mayoría de la población las siguen tratando como objetos. Y se
puede asegurar que el papel de la mujer negra colombiana no ha sido del todo
reconocido por la historiografía nacional.
Desde el inicio de la esclavitud, hasta la actualidad, se ve como se ha destino a la
mujer afro a tareas domésticas, muy mal pagas y sin darles la oportunidad que
sobresalgan de otra manera. Su cuerpo es tratado como objeto sexual y en
ocasiones es víctima de comentarios desagradables por causa de sus enormes
caderas y de sus facciones faciales las cuales son totalmente diferentes a la de las
mujeres blancas.
La identidad de la mujer afrocolombiana ha sido forjada desde visiones
reduccionistas, esencialistas y estereotipadas. Ella ha sido definida mediante
términos esencialistas: negra, mujer y pobre. Aquí el capitalismo y el
patriarcalismo han aprovechado la coyuntura para silenciar a las mujeres negras,
para mantenerlas silenciadas y relegadas al segundo puesto.
Aunque lo anterior no debería ser de ese modo, ya que tal y como lo establece
[CITATION Nac48 \t \l 9226 ] ‘‘Todos los seres humanos nacen libres e iguales en
dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben
comportarse fraternalmente los unos con los otros’’. En el artículo 7 de la
constitución política colombiana de 1991, funcionando como un Estado de derecho
‘‘El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la Nación
colombiana’’[CITATION Asa91 \l 9226 ].
Evidentemente, para esta población se han violado tanto lo estipulado en la Carta
Magna, como en la Declaración Universal de los Derechos Humanos y es por
esto, que se ha decidido como una alternativa de erradicación de la violación de
estos derechos como erradicar el feminicidio es empoderar a las mujeres
afrocolombianas.
Empoderar a la mujer afro como alternativa de erradicar el feminicidio es una
solución importante que se le puede dar a esta gran problemática social que no
solo afecta a la población colombiana sino también al resto de América latina.
Estas mujeres por falta de oportunidades y por causa de los acontecimientos
mencionados anteriormente, muy pocas han logrado tener una escolaridad, y un
mínimo de mujeres han logrado ser profesionales y desempeñarse en cargos
importantes, como por ejemplo Piedad Córdoba (abogada) o Vanessa Mendoza
(primera señorita Colombia afrodescendiente).
Tal como es el caso de la Comandante Ramona del ELZN, una mujer campesina,
mexicana, pobre, pequeña, con voz delicada, la cual estuvo al frente un
movimiento social revolucionario, o “guerrilla” que en su gran mayoría sus
integrantes eran hombres, esta mujer dejo al lado su miedo al rechazo y se enfocó
en sacar a su comunidad zapatista adelante, tanto así, que ella dio pie para que
en México rigiera la Ley Revolucionaria de Mujeres, la cual se refiere a:
‘‘En su justa lucha por la liberación de nuestro pueblo, el EZLN incorpora a
las mujeres en la lucha revolucionaria sin importar su raza, credo, color o
filiación política, con el único requisito de hacer suyas las demandas del
pueblo explotado y su compromiso a cumplir y hacer cumplir las leyes y
reglamentos de la revolución. Además, tomando en cuenta la situación de
la mujer trabajadora en México, se incorporan sus justas demandas de
igualdad y justicia’’ [ CITATION EZL94 \l 9226 ]
Es por esto, que como alternativa de empoderamiento a estas mujeres se
pretende darles reconocimiento internacional por medio de la comercialización de
los productos ancestrales que solo ellas conocen y solo ellas saben cómo
prepararlos.
POSIBLE SOLUCIÓN A LA PROBLEMÁTICA SOCIAL
Desde las relaciones económicas internacionales lo que se busca es conseguir los
permisos y licencias necesarias para lograr la comercialización internacional de
bebidas ancestrales elaboradas por mujeres afrocolombianas con el fin de
empoderarlas para que generen sus propios ingresos y lograr así su
independencia económica, social y cultural.
En el pacífico colombiano se puede encontrar una gran variedad de hierbas,
fauna, las cuales las mujeres de esa región las utilizan como medio para subsistir,
sería interesante para la diversidad cultural que estas mujeres puedan transmitir
sus conocimientos al resto de la población colombiana, esto también como
alternativa de darles voz y reconocimiento nacional.
Para lograr lo mencionado anteriormente, el gobierno nacional debe destinar
fondos para la producción de las bebidas ancestrales y demás productos que
nazcan del pacifico, infraestructura, maquinaria (si se requiere), mano de obra,
insumos, entre otros.
También, se debe crear un programa especial en instituciones educativas para las
mujeres interesadas en procesos logísticos, distribución física y comercialización
de los productos a nivel nacional e internacional.
Las mujeres con conocimientos previos referentes a la elaboración de las bebidas
ancestrales y demás productos, actuarían como maestras o madres comunitarias,
las cuales prestarían el servicio de enseñarles a aquellas que no sepan del oficio y
deseen aprender.
Lo anterior da fe que, logran empoderar a un pequeño grupo de mujeres
afrocolombianas, es una alternativa para darles independencia, sacarlas del
mundo de la oscuridad en donde año tras año reciben insultos y malos tratos, no
solo por sus parejas, sino también por la sociedad colombiana.
A lo largo de los años se ha podido observar que si una mujer asume el poder
condiciona las experiencias de las mujeres y las empodera. Impulsando así a las
feministas a no verse solo como individuas sometidas al control masculino, sino
también como personas capaces de oponer resistencias a las fuentes de poder.
Es importante considerar el poder como un recurso, el cual las mujeres puedan
utilizar para transformar sus vidas.
Las feministas han reivindicado el poder para las mujeres, definiendo el poder
como el control de los bienes materiales y físicos, los recursos intelectuales y la
ideología que sostiene el empoderamiento de las mujeres se debe medir en
términos de cuanta influencia tiene el poder sobre las acciones que afectan su
bienestar.
El empoderamiento femenino es un proceso de cambio que no tiene meta final ya
que nadie llega nunca a estar empoderado en un sentido absoluto.
Para las feministas el empoderamiento en las mujeres es un largo proceso que se
inicia en un ámbito personal que desarrolla positivismo y confianza y este se
expande hacia una dimensión colectiva en el cual las mujeres construyen una
estructura organizativa fuerte, la cual genere un cambio social y político.
El empoderamiento requiere que las mujeres analicen y expresen sus propias
necesidades y prioridades, sin que estas puedan ser predefinidas o impuestas por
los planificadores, esto plantea problemas a las agencias de desarrollo ya que la
lógica de la planificación se ve afectada cuando no se pueden establecer metas
concretas o algún resultado medible para las actividades que promueven el
empoderamiento. los cambios a lograr deben ser vistos como parte de un proceso
en marcha más que como una meta prefijada para un distante futuro.
CONCLUSIÓN
A manera de conclusión se llegó que la problemática del feminicidio en una
sociedad tan machista como Colombia se ha normalizado, debido a que Colombia
siempre ha vivido en una guerra constante, entonces mil muertes más de mujeres
que no tienen mucho que aportar a la sociedad no les hace ningún daño.
Esta afirmación esta errada porque independiente mente del género y la raza la
vida se respeta y lo contemplado en la constitución política de Colombia da fe de
ello.
Ser negra en un país como Colombia con tantos índices de violencia, de
desigualdad y de olvido, resulta ser una maldición para las mujeres, debido a lo
anterior, se han visto obligadas a no soñar por un futuro mejor, a vivir en la
miseria, sin tener derecho a acceder a una educación, salud y alimentación digna
y segura como las mujeres blancas y los demás miembros de la sociedad
colombiana.
A pesar de que las aportaciones del feminismo negro han sido muy relevantes
para la epistemología feminista, no son tomadas en cuenta, ni siquiera le dan la
relevancia suficiente y necesaria a pesar de sus interesantes y claros aportes
como a las feministas blancas.
‘‘La teoría del feminismo negro incluye las obras de intelectuales que reaccionan
ante la ineficacia de los marcos explicativos feministas vigentes para entender
adecuadamente las realidades de las mujeres negras’’ [ CITATION Bar11 \l 9226 ].
Es por esto y por más que resulta imperativo lograr el reconocimiento y el
empoderamiento de las mujeres negras, a partir de sus conocimientos que han ido
adquiriendo a lo largo de sus vidas.
Empoderar a las mujeres como alternativa de erradicar el feminicidio si es una
solución a dicho problema, ya que empoderarlas es una forma de darles una cara
y una voz, lo cual puede impedir que sean asesinadas y que quede en la
impunidad. Las personas que cometan dichos actos posteriormente recibirán su
castigo correspondiente, debido a que ya no va haber forma de salir de esa
situación sin que el resto de la población exija que se haga justicia.
‘‘Construir civilidad significa ante todo reconocernos como sujetas políticas y de
derechos aun cuando la cuestión de los derechos se vuelve compleja en esta
perspectiva del pensamiento de la diferencia o de ese feminismo posmoderno’’
[ CITATION Tho02 \l 9226 ].

Tal y como lo expresó [ CITATION Tho02 \l 9226 ] desde la ideología patriarcal


mundial, se ha construido un derecho profundamente patriarcal, en donde las
mujeres han tenido que luchar para adquirir derechos y lo cual lo hacen ver como
un beneficio, una gran oportunidad que les dan.
Esto debe cambiar debido a que ellas al igual que los hombres desde que nacen o
desde antes tiene su derecho a la igualdad y equidad política, económica, social y
cultural. Luchar por lo que por derecho les pertenece es un absurdo.
Entonces, por lo anterior y la solución a la problemática planteada, resta esperar si
esta alternativa de empoderamiento es suficiente para acabar con tal desprestigio
social y se logra por fin vivir en un país más incluyente, menos machista, menos
racista y más humano.
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