Está en la página 1de 6

LOSVALORES IDILICOS

Entender primero que es pastoral, refiriéndose al trabajo de los presbíteros, después a las
tareas intraeclesiales, al diálogo con el mundo y al compromiso por el cambio, esto es saber a
ciencia cierta de qué hablamos y a qué nos referimos cuando encabezamos con el nombre de
“teología pastoral”.

Pretender tener un primer acercamiento; sabiendo que Pastoral hace con la práctica y la
acción en la vida de la Iglesia, al trabajo que se realiza concretamente dentro de ella. Dándonos
cuenta que serían campos distintos de la pastoral las diferentes acciones eclesiales; y la teología
dogmática eclesiológica estudiaría el ser de la Iglesia, el cual la acción, estaría en la tarea que
en ella se desarrolla cada día.

Una segunda posibilidad es que muchas veces entendemos la pastoral en su contraposición a


lo doctrinal. Algo muy distinto es, señalar para lo doctrinal el ámbito de lo académico a un
determinado número de personas y para lo pastoral es el ámbito de las acciones abarcadas por la
vida eclesial.

No podemos, por tanto, hablar de pastoral olvidándonos del ser de la Iglesia o de lo doctrinal.
Es más, no puede haber una práctica seria y consecuente que no tenga a la reflexión como uno de
los elementos de su proceso. Toda acción pastoral, toda acción eclesial consecuente con el ser de
la Iglesia, ha de tener un momento primero reflexivo que, situado en el interior de la misma
acción, la fundamenta y la hace necesaria. Desde él, la acción adquiere identidad y se sitúa en el
obrar eclesial. Cuando hablamos de pastoral, usamos la palabra en tres estratos o niveles
sucesivos que van a dar origen a distintos tratamientos:
1.La pastoral fundamental

Este primer nivel de comprensión de la acción pastoral está fuertemente influenciado por la
conciencia del mismo ser eclesial. La reflexión pastoral es deudora directa de la teología
eclesiológica no por ser una terminación de su tratamiento, sino por ser su expresión epifánica.
En este nivel no podemos hablar de teología pastoral quitando sus raíces eclesiológicas, de la
misma manera que podemos decir que una eclesiología que no exige una acción pastoral es, en sí
misma, reductora y podemos decir que mientras la eclesiología estudia el ser de la Iglesia, la
pastoral estudia el obrar, y ambos están perfectamente ligados. Por eso, el estudio de la
eclesiología y de la teología pastoral ha tenido una historia paralela, e implica también el
conocimiento global de los agentes de pastoral para distinguir con claridad quién es quién en la
acción y qué acciones en concreto corresponden a cada uno de los agentes.

2. La pastoral especial
En este segundo nivel ya no se trata de contemplar la acción en sí misma y de hacer una teoría
sobre la acción, sino del contraste entre lo que es la acción pastoral en sí y su realización
histórica en cada una de las estructuras y acciones pastorales concretas; con un objetivo muy
determinado: la proyección de una acción nueva que responda con más certeza lo que la acción
pastoral debe ser, con una metodología que incluya tres apartados claramente delimitados:

a. El análisis fenomenológico y valorativo de las realidades eclesiales pastorales. Debe


llevar consigo un conocimiento de la historia de la estructura en sí para poder valorar
también su carácter temporal y su respuesta a exigencias concretas de evangelización, es
necesario la teología pastoral, pero, a la vez, es relativo, ya que no podemos identificar un
análisis y un conocimiento realizado por la ciencias auxiliares con el método, los objetivos
o las conclusiones de la teología pastoral.
El análisis y la valoración teológicos incluyen el uso de la teología dogmática, especialmente
de la eclesiología, para identificar la acción de la Iglesia en el conjunto de la mediación de la
salvación y la gracia, para ponerla en relación con la misión evangelizadora, para encontrar en
ella la forma sacramental de la acción de Dios.
b. La proyección de una situación nueva de la acción eclesial. La cual, partiendo del
análisis de la teología pastoral que tiende a la transformación y al cambio de las
estructuras para que en ellas se encarne mejor la esencia misma de la Iglesia y de su
acción; y que ha de encontrar después, la programación pastoral como complemento de
la proyección y como puente necesario entre los teólogos pastoralistas y los agentes
pastorales. La teología pastoral ha de encontrar después la programación pastoral como
complemento de la proyección y como puente necesario entre los teólogos pastoralistas y
los agentes pastorales. La tensión entre el ser y el deber ser está en la base de esta
proyección pastoral.
c. La descripción de unos imperativos de acción. De la distancia entre la situación dada y
la deseada, entre el ser y el deber ser, surgen los medios que posibilitan el paso. Estos
medios son los imperativos de acción.
A la teología pastoral le trazar las grandes líneas de acción en las que se tienen que encarnar
acciones posteriores. Se trata fundamentalmente de salvar la distancia entre lo dado y lo
proyectado por medio de exigencias básicas en las que han de encontrar su razón de ser las
acciones pastorales.

3. La pastoral aplicada
Pasamos del terreno de lo reflexivo a lo operativo, de la universalidad a la concreción, del
pensamiento a la acción. Su campo ya no está en el interior de los estudios teológicos, sino en la
vida concreta de la Iglesia, el término pastoral se identifica con este nivel y es porque en él se
realiza la acción y existe la reflexión teológica previa.
Los agentes de la pastoral aplicada no son los teólogos pastoralistas, pero hacen un servicio a
la edificación concreta de la Iglesia que se realiza en cada una de sus programaciones.
El agente de teología pastoral es, entonces, el responsable de hacer operativo, lo que antes ha
sido reflexivo y hacer casuística lo que ha sido universalmente tratado.

ESPECIFICIDAD DE LA TEOLOGÍA PASTORAL

Desde lo dicho anteriormente, tenemos que afirmar que la teología pastoral tiene:
Un ámbito: los estudios teológicos;
Una referencia próxima: la concepción eclesiológica;
Una referencia última: la fe de la Iglesia;
Un objeto: la acción de la Iglesia;
Dos campos: la acción en sí misma considerada o en sus realizaciones históricas concretas;
Un método: el análisis valorador de la situación concreta eclesial para, desde la proyección de
una situación nueva, trazar los imperativos básicos de la acción;
Una ayuda: las ciencias auxiliares que, con su carácter interdisciplinar, ayudan al
conocimiento de la realidad;
Una finalidad próxima: iluminar la práctica eclesial concreta y darle las pautas para su
identificación;
Una finalidad última: servir a la misión eclesial.

Tenemos que afirmar que la teología pastoral cumple una función necesaria en la teología y
que no es cubierta por ninguna de las demás disciplinas teológicas.
CONCLUSION

Decir que se trata de una disciplina con caracter universal y es propia de ella la acción de la
Iglesia, tanto en sí misma como en la conformación y acciones pastorales reales. Pretende la
ejecución de la Iglesia y el cumplimiento de la misión recibida de Jesucristo.
Que se ayuda de ciencias humanas para conocer la situación eclesial, evaluándola, y desde
ahí plantear nuevas situaciones y orientaciones elementales para la acción.
De ahí que podemos decir que la teología pastoral tiene una dimensión crítica reconstructiva,
ya que tiene una tarea de definir objetivos, tareas, actitudes, prioridades y sistemas organizativos
eclesiales; y así tener imagen eclesial auténtica, que va de cara ayudar en la elaboración de su
desarrollo.
TEOLOGIA PASTORAL

Es, ante todo, Teología. Es reflexión teológica sobre la acción eclesial, es la


misma Iglesia que ve, juzga y actúa en la construcción del Reino de Dios.

También podría gustarte