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Werner Reinhold.

Principios diferenciales y contrastivos en la lexicografía del español


americano. Presencia y Destino, Tomo I, I.C.C 1991.

En consideración con el primer vocabulario de las voces provinciales de América realizado


por Antonio Salcedo como el punto de partida de la lexicografía sistemática del español
americano la historia de la lexicografía acarrearía más de dos siglos. Se habla de un
lexicografía de particularidades lingüísticas (americanismos). De extensión infraccional:
diferencial (distintos países o regiones de América) no extensión supranacional: Integral.
(desemejanzas entre un español y otro). Habría que cuestionarse sobre la historia de esta
lexicografía y el estado actual y posibles innovaciones metodológicas.

1. los diccionarios diferenciales del español americano publicados hasta hoy.

El autor calcula un aproximado de cuatrocientas publicaciones lexicográficas dedicadas al


español americano. Desde la publicación del primer diccionario especial de una variante
americana del español Diccionario provincial de voces cubanas de Esteban Pichardo
(diatópicamente diferencial). La mayoría de estas obras tienen el mérito de haber
contribuido a crear una conciencia de la variación geolectal dentro del léxico de la lengua
universal que es el español.

Luego el autor nos presenta una serie de razones por las cuales la lexicografía tradicional
del Español americano resulta poco satisfactoria. A saber:

- El elevado número de diccionarios dedicados a las peculiaridades léxicas no cubre


el habla de todas las zonas en grado y calidad iguales.
- Falta de homogeneidad en cuanto a conceptos teóricos, calidad metodológica y la
fecha de publicación de las diversas obras.
- Con estos datos no se logra una descripción sintética del español americano.

Luego de esto encontraremos la exposición sobre los problemas más importantes en la


lexicografía del español americano, relacionados con la tradicionalidad que caracteriza la
práctica lexicográfica.

A. La lexicografía tiene una visión desformada de la realidad por dedicarse a las


peculiaridades del español americano. Tiene su origen como reacción a las
características de la lexicografía general de la lengua española. (se trata de manera
de manera privilegiada el español peninsular, sin información sobre la limitada
difusión geográfica de muchos elementos dentro de la totalidad de los países
hispanohablantes. Los elementos hispánicos resultan calificados como un tipo de
desvíos de un español panhispánico y normal. Se tratan los regionalismo o
provincialismos como un elemento léxico que se da en España pero no en
Hispanoamérica o viceversa. Es decir el elemento peculiar de una región o un lugar.
De esto resultan dos divisiones: español peninsular o panhispánico y desvíos del
mismo o americanismos. Así como, lexicografía peninsular o del español general y
lexicografía hispanoamericana en forma de lexicografía diferencial de los –ismos
(bogotanismos, veneloanismos, americanismos, colombianismos).
B. El problema no es la existencia de diccionarios diatópicamente diferenciales sino la
falta de otros tipos de diccionarios. Los primeros presentan graves defectos en
cuanto a su concepto diferencial. Pues su criterio diferencial no es claro ni explícito
o parten de premisas teóricas insostenibles y basan la selección de los elementos
léxicos en criterios heterogéneos. Metodológicamente se fija sólo en una selección
diferencial de unidades léxicas tratadas mientras que falta toda clase de otros
elementos diferenciales y contrastivos en la selección y presentación de la
información lexicográfica.

De acuerdo con esto alude Werner a que tienen sentido teórico práctico dos conceptos:

- concepto histórico etimológico que se basa en el criterio del origen geográfico de


los elementos léxicos (origen del significante léxico y de las diferentes acepciones o
diferentes usos (comportamientos gramaticales, colocaciones).
- concepto sincrónico-diatópico, se interesa por un elemento específico del español
americano o del español de un país o una región de América, criterio comparativo.

C. rasgos problemáticos característicos de los diccionarios diferenciales del español


americano:
- En la selección de elementos léxicos mezclan criterios histórico etimológicos y
criterios de uso de uso peculiar en la sincronía.
- No aclaran la base de comparación en la selección de elementos léxicos son
peculiares de la variante lingüística respectiva. Se advierte que unos y otros no
resultan peculiares según los mismo criterios.
- Muchos se apoyan en criterios adicionales a los estrictamente diferenciales para la
selección de elementos léxicos. Ejemplo: el criterio de préstamo de determinadas
lenguas, criterios prescrptivos y normativos de diversa índole.

Para superar este problema Werner propone que se debe tener en cuenta la finalidad del
diccionario a la hora de la elección de criterios de selección de elementos a recoger. Lo
que se debe hacer es esbozar el concepto del diccionario esto es a qué clases de
destinatarios se dirige la obra lexicográfica y que tipo de función deberá cumplir, y no
para qué se puede emplear legítimamente un término como americanismo, chilenismo o
bogotanismo. De la finalidad dependerán también los tipos de datos lexicográficos que
han de suministrarse acerca de las unidades léxicas registradas y en que forma han de ser
presentados. Ejemplo: según un criterio histórico etimológico corresponderá una
presentación suficiente de datos históricos y etimológicos.

2. Problemas teóricos relacionados con la base de comparación para el tratamiento


diferencial y contrastivo en diccionarios del español americano.

En principio se propone la distinción entre rasgos diferenciales y contrastivos de obras


lexicográficas. De este modo ambos términos aluden al cotejo de dos diferentes conjuntos
de elementos. (Español americano y peninsular)

Diferencial: se eligen de uno de los dos conjuntos confrontados sólo aquellos elementos
que no sean a la vez elementos del otro respectivo conjunto. La mayoría de diccionarios de
americanismos, tratan elementos específicos del vocabulario del español de América pero
de la descripción lexicográfica de sus elementos no comprende datos acerca del elemento
del español que constituyen la base de comparación.

Contrastivo: confrontación explícita de elementos de los dos conjuntos, unos con los otros.

¿cuál es esta base de comparación e los diccionarios diferenciales del español americano,
cuál puede ser, cuál debería ser?

- Cualquier norma fijada de modo prescriptivo o el conjunto de elementos léxicos


registrados en alguna obra de referencia. Una norma de índole prescriptiva y purista
constituye la base de la comparación para algunas obras lexicográficas en
Hispanoamérica. Glosarios o diccionarios de desvíos de la norma vigente (vicios e
incorrecciones). Se vuelven contrastivos por la confrontación entre elementos correctos
e incorrectos, luego adoptan actitudes más descriptivas.
- CRITERIO DIFERENCIAL: Si se trata de describir los desvíos de una norma
descriptiva o divergencias con respecto al contenido de una obra de referencia y además
el vocabulario específico de una determinada variante nacional o regional del español.
La selección del elemento léxico debe basarse en el cotejo de dos subconjuntos léxicos
del español definidos en términos paralelos. Werner defiende este punto de vista
basado en la siguiente propuesta:

La relación entre la variante A y la variante B de una lengua L puede dar lugar a siete
tipos de diccionario1:

1. diccionario completo de la variante A: A compl.= 1MAS 2


2. diccionario completo de la variante de B: B compl. = 1MAS 3
3. diccionario completo de las dos variantes A y B =1 mas 2 mas 3
4. diccionario diferencial de la variante A: A dif.=2
5. diccionario diferencial de la variante B: B dif. = 3
6. diccionario diferencial de las dos variantes A y B: A B dif = 2 mas 3
7. diccionario interseccional de las dos variantes A y B: A  B = 1

En donde se corresponden respectivamente:


A: español de la península.
B: español de América o un país americano.

Diccionarios modernos que corresponden al tipo uno: casi no existen, sino de jergas
fraseología, onomásticos , campos temáticos. Ejemplo: Seco Manuel. Diccionario del
Español Actual.

Diccionarios del tipo II: Diccionario del Español de México. Diccionario básico del
Español de México. Diccionario fundamental del Español de México. Diccionario total de

1
HAUSMAN Franz Josef. Les ditionnaires du francais hors de France, en la lexicographie : bilan e
perspectives. CFR en Werner Rehinol.
americanismos (Guillermo Araya). Diccionario del Español Estándar de Venezuela. (Hugo
Obregón).

Diccionarios del tipo III: la mayoría de los diccionarios del español que siguen el modelo
del DRAE. (diccionarios de castellano de todos los países hispanohablantes).

Diccionarios del tipo IV: No hay un diccionario que registre las diferencias en el español
peninsular. Ejemplo: (para el Inglés) Anglo-American Interpreter: A vocabulary and
Phrase Book, Oxford 1939.

Diccionarios del tipo V: Diccionarios diferenciales del español de América que no


representan el tipo puro de estos diccionario diatópicamente diferencial. Ya que la base de
comparación para la selección diferencial de los elementos del español diferencial.

Diccionarios del tipo VI: debe ser un diccionario con un fuerte criterio contrastivo. Debe
presentar los elementos léxicos específicos de cada una de las dos variantes nacionales, la
peninsular y una americana, con datos contrastivos acerca de la otra variante.

Diccionarios del tipo VII: registraría elementos comunes entre el español peninsular y el
americano. Con esto se podría delimitar el vocabulario que ha de servir para la descripción
lexicográfica en los seis tipos.

La clasificación de Hausmann simplifica la problemática total y muestra que para el


tratamiento lexicográfico diferencial y contrastivo del español americano, se dan más
posibilidades de interés científico y práctico que las abarcadas por esta tipología, para el
español, lengua oficial y mayoritaria en diecinueve países americanos. Son muchos los
factores según los que se podrían distinguir mas tipos y subtipos de diccionarios
diferenciales del español de América. A saber:

A. el español de un país o una América no debería necesariamente tiene que


confrontarse con el español de la Península Ibérica. En el ámbito científico pueden
aparecer obras que cotejen el español de Salvador con el de honduras.
B. Pueden confrontarse más de dos variedades regionales.
C. La mayoría de los diccionarios del castellano n brindan información clara acerca de
la base de comparación que subyace a la delimitación del léxico designados como
específicos del respectivo país o de la respectiva región. Se ha hablado en la
práctica lexicográfica de una magnitud llamada español general o español común.
Werner propone la siguiente distinción:

ESPAÑOL COMÚN: el conjunto de todos los elementos del español de todas las
partes del mundo donde se habla este idioma. En Europa o en América o en Europa y
América.

ESPAÑOL GENERAL: el conjunto de todos lo elementos lingüístico que sean un


criterio común de todas las variedades del Español, definidas según un criterio
uniforme, o de todos los subconjuntos del conjunto total del Español que sean
patrimonio común de las variedades del Español determinados de modo
extralingüísticos

los autores que se sirven de “español general” o “español común” como base de
comparación para la consignación diferencial del vocabulario del Español de América de
un determinado país americano equiparan, implícita o explícitamente, el español común o
español general y el español peninsular y castellano general. Se toma de referencia el
español común bajo la consideración de una hispánica o el statuto quo de la descripción
lingüística del idioma español. No se trata de una norma de uso. El español común no
representa la norma común el español sino que se postula en él una norma descriptiva que
se basa en el español peninsular.

3. Rasgos estructurales de información específicos de diccionarios diatópicamente


diferenciales.

Basado en Luis Fernando Lara, el autor nos propone una desafortunada división entre dos
tipos de diccionario:

a. lexicografía de la metrópoli imperial: diccionarios de lengua.


b. lexicografía complementaria de la periferia colonial: diccionarios de __ismos.

El tipo de diccionario que más se hace necesario en la lexicografía del español americano
es el DEM puesto que somete el vocabulario de una variedad americana del castellano a un
tratamiento integral en vez de acumular todo lo peculiar, todo lo exótico y lo marginal de la
variedad respectiva. Diccionarios como este hacen superfluos los diccionarios de
americanismos, chilenismos, cubanismos, concebidos como aquellos que consignan
elementos léxicos en los que el español americano se desvía del español peninsular, español
común o español general.

De este modo se propone que resultan necesarias la elaboración de diccionario de variantes


nacionales o regionales del español, entre otros, de la variante peninsular, con base en un
concepto diatópicamente diferencial y contrastivo cuya tarea no debe ser la de registrar
simplemente peculiaridades exóticas y casos en los que una variante subordinada se deriva
de otra variante dominante. La tarea de los futuros diccionarios es la de comparar
sistemáticamente distintas variantes de las que ninguna se considere subordinada a ninguna
otra. La comparación debe constituir mucho más que una simple selección diferencial de
los elementos sobre los que ofrece información en el diccionario. Sería más valiosa tanta
el comparación de las dos variantes lingüísticas cuanto mas rasgos contrastivos presentará
el tratamiento lexicográfico.

En principio, hay que observar que la comparación o confrontación entre dos variantes no
tiene que efectuarse forzosamente en una sola dirección. Un rasgo contrastivo podría
consistir en la mera selección bidireccional de los signos lemáticos en un diccionario. De
lo cual resultaría en el sentido de Hausmann un diccionario del tipo VI con seis tipos de
significantes léxicos (diccionario diferencial de las dos variantes A y B):

significantes de la variante A que no se dan en la variante B.


significantes de la variante B que no se dan en la variante A.
significantes que se dan en ambas variantes con usos comunes, pero a los que corresponden
además usos específicos en la variante B.
significantes que se dan en ambas variantes, pero con ningún uso común, sino sólo con usos
específicos en cada una de las variantes A y B.
significantes que se dan en ambas variantes, con uno o varios usos en común, pero a los que
corresponden además usos específicos en cada una de las variantes A y B.

las diferencias dependerán de uso atañerán al potencial significativo, semántico y


pragmático, de las unidades léxicas, pero pueden concurrir también otros factores como
las condiciones pragmáticas de su uso, su comportamiento gramatical (género o régimen) o
afinidades léxicas de tipo sintagmático. La constrastividad de un diccionario puede residir
en varios tipos de información lexicográfica.

Ninguno de los diccionarios del español de América reúne todos los rasgos contrastivos
aquí esbozados. Aunque se destacan algunos proyectos por sus rasgos innovadores y
singulares relacionados con la contrastividad diatópica. En últimas, el análisis de los
diccionarios del español de América ya existentes puede llevar decirnos que en los últimos
decenios se han elaborado muchas obras leicográficas que pueden ser calificadas como
“delincuencia lexicográfica” puesto que a lo largo de dos siglos la tradición lexicográfica
a impuesto una suerte de de fuerza conservadora que propicia la inflexibilidad
metodológica. Werner propone que para superar este problema se deben seguir dos
caminos. El primero es dejar de limitarse a la práctica lexicográfica diferencial de
americanismos. En segundo lugar, conviene reanudar las tendencias progresivas de la
lexicografía diferencial del español americano, perfeccionar sus bases teóricas y elaborar
nuevas obras lexicográficas , con marcados rasgos diatópicamente contrastivos, para el
español de cada país hispanohablante.

INNOVACIÓN DE DOS DICCIONARIOS EN LA HISTORIA DE LA LEXICOGRAFÍA


HISPANOAMÉRICANA.

DEM.

DICCIONARIO DE AMERICANISMOS.

FERNANDEZ-SEVILLA, Julio. Lexicografía y geografía lingüística. Problemas de


lexicografía actual. Bogotá Instituto Caro y Cuervo, 1974.

Geografía lingüística y dialectología.

El método geográfico lingüístico ha venido a vivificar y fertilizar a la lingüística hasta en


sus últimas ramificaciones. La geografía lingüística obedece a dos factores: la relación
frente al modo tradicional de estudiar los hechos lingüísticos (textos literarios y escritos) y
el vivo interés de los hombres despierta el pueblo y todo lo relacionado con él. La
dialectología responde a esos planteamientos y de ellos se deriva. La dialectología atiende
al estudio de las hablas vivas en lo que se diferencian respecto a la lengua común, al
análisis de una lengua histórica y de cultura. Al ritmo de los avances en la linguísticca se
puede decir que la dialectología no dispone de un método propio para recoger y estudiar sus
materiales en tanto que la geografía lingúística sí.

Encuesta dialectal.

Esta sirve para confrontar los datos sobre hechos observados por el investigador, ofrece
como ventaja el tratamiento e materiales homogéneos y comparables entre sí. La encuesta
ha de ser ágil y flexible, lo importante de esta técnica de recolección es por un lado
penetrar la estructura del léxico de la zona que ha de investigarse y por otro lado evitar una
imagen impresionista del fenómeno estudiado.

En las encuestas se parte del contenido para buscar lo continente o los continentes, se
ofrece el significado para que el informante nos depare los posibles significantes (método
onomasiológico). Según Gregorio Salvador, es así como semánticamente se ordena el
cuestionario y se va desarrollando la encuesta. El autor propone así que los datos recogidos
para los atlas lingüísticos son fiables y sincrónicos (en la evolución de pasado y porvenir)
en la medida en que permitan un ulterior tratamiento semántico. Ahora bien a pesar de |que
en los atlas no se recoja todo el léxico de una lengua o dialecto si da cuenta de un buen
número de formas representativas según la red de puntos trazada para la aplicación de
cuestionarios.

El Atlas como instrumento de investigación.

Se parte del cuestionamiento ¿para que se organizan los materiales recogidos desde la
dialectología y la geografía lingüística en un atlas? De los atlas han surgido notables
estudios valiosos para la semántica, para la fonética, la fonología, sintaxis, lexicología y la
lingüística general sin embargo se aboga aquí por la necesidad de interpretación de los atlas
que según Sevilla tienden a convertirse en piezas de museo. Las razones para este echo
parecen ser en principio la dificultad de manejo de las láminas en su gran formato, cuya
presentación resulta a veces complicada. Se puede pensar en soluciones para este tipo de
inconvenientes y aprovechar desde estas dos disciplinas para dar soluciones a muchos de
los problemas lexicográficos, a partir de este planteamiento Sevilla nos presenta ejemplos
de muestras de los atlas lingüísticos para abordar cualquier actividad científica que tenga
alguna relación con el léxico.

El atlas lingüístico y el conocimiento de los contenidos semicos.

Se parte de la idea que una realidad puede ser interpretada de diversas formas o efectos de
la nominación lingüística. Depende así de los grupos de hablantes que arbitrariamente
decidan los rasgos relevantes para la representación de una realidad mediante la lengua. En
esa decisión intervienen factores socioculturales entre los que sobresalen el entorno
práctico, los intereses materiales de los hablantes y su propia experiencia. Ocurre a
menudo en nuestras lenguas que una voz específica designa varias realidades como el caso
de la palabra vaina. Se consideran abstracciones que permiten agrupar las realidades en
función de rasgos comunes y se discriminan los rasgos distintivos. En algunos atlas, las
encuestas han permitido diferenciar diatópico y diastráticamente varios lexemas para un
mismo semema y este es un hecho de indudable interés para la lexicología y la lexicografía.
autor a partir del ejemplo de la palabra vaina alude a la elección de significantes para el
primer y segundo semema de la palabra vaina: vaina de las legumbres y vaina del garbanzo
que en varios puntos de la región de Andalucía se designan indistintamente lo que produce
neutralizaciones léxicas.

El método geográfico-lingüístico y la definición lexicográfica.

La geografía lingüística resulta colaboradora de la lexicografía en la medida en que la


primera suele estar involucrada a la geografía folklórica, interesándose por las realidades de
la cultura material y espiritual del pueblo (método de palabras y cosas). En las zonas
rurales se pueden encontrar hechos lingüísticos que pueden ser irrelevantes para la lengua
oficial pero que según los entornos en los que se presenten pueden ser distinguidos o
desdoblados los sememas de la lengua oficial.

A la hora de definir un lexema y ordenar sus acepciones es necesario tener en cuenta este
tipo de fenómenos en los que un lexema cubre una amplísima zona semántica. El método
geográfico lingüístico ayudará al establcimiento de una acepción originaria
(etimológicamente). Para la elección de la significación fundamental o índice de empleo
preferente parece claro que lo fundamental para esta elección debe ser establecido a nivel
sincrónico apoyándose en el criterio del uso. Propone Sevilla que en la ordenación de las
distintas acepciones de una voz deberá darse prioridad a las que sean más frecuentes en el
uso y deberán proponerse aquellas otras que sean menos utilizadas o empleadas sólo en
medios restringidos por más que estas puedan ser las originarias. En este sentido, la
fijación fundamental a nivel sincrónico será tanto más segura cuanto más densa se la red de
sememas.

Localización y caracterización geográfica de voces.

En este apartado Sevilla hace referencia a algunas voces que aparecen en los diccionarios
localizadas bajo un regionalismo específico sin atender a los criterios geográficos
etimológicos, a las movilidades o la filiación lingüística. a las que pueda atender la voz en
cuestión.

Vitalidad y difusión de las voces.

Los atlas pueden dar cuenta de los arcaísmos y complementar datos registrados en los
diccionarios a nivel dialectal.

Geografía lingüística y diccionario etimológico.

Las variantes fonéticas registradas en los atlas y existentes en las hablas vivas pueden servir
de ayuda en el enfoque de problemas etimológicos. Así cuando se comprueba que cierta
zona ofrece reiterados términos léxicos de determinada procedencia , ello puede constituír
un punto de partida importante para buscar la filiación de voces de origen desconocido que
allí mismo se documentan. Por otro lado, las múltiples variantes de una misma voz, que la
geografía lingüística descubre, pueden permitir por comparación, encontrar o al menos
suponer con ciertas garantías, una base etimológica.
Regionalismos y diccionario general.

El diccionario general de una lengua debería incluir todas las palabras que en esa lengua
tienen vigencia a un nivel medio ideal, difícil de precisar. Por otra parte todo diccionario es
selectivo por naturaleza: el grado de selección vendrá marcado por la intención de la obra y
por el público al que va destinada. Así como un diccionario no puede ni debe incluir todos
los tecnicismos de las diversas técnicas , tampoco puede dar cabida a las voces que sólo se
usan en restringidas zonas geográficas. También atendiendo a un criterio de selectividad.
El atlas lingüístico da la imagen precisa, la medida exacta del grado de vitalidad y difusión
de las palabras en un dominio geográfico, datos que el diccionario debe refljar. Asi algunas
voces que el DRAE registra como voces anticuadas aparecen con un uso frecuente en
algunos atlas regionales del español peninsular. Lo mismo ocurre en algunos vocabularios
en donde se registran voces conocidas en puntos muy aislados y se escapan voces de
difusión general.

GREGORIO Salvador. Lexicografía y geografía lingüística. Semántica y lexicología del


español. Ediciones Paraninfo S. A. Madrid, 1985.

En este apartado el autor propone como problemática inicial el ideal lexicográfico la


difusión de los ámbitos de difusión de cada voz o acepción no general de una lengua de tan
amplia extensión territorial como lo es el español. a partir de aquí se cuestionala el
cumplimiento de este principio en los diccionarios del español y las garantías que sobre
localizaciones geográficas ofrecen los mismos.

Esto se examina en la medida en que si bien los diccionarios registran una localización
geográfica de las acepciones para una voz mediante una abreviatura, lgunas veces estas
localizaciones suelen generalizar la difusión de una voz cuya extensión geográfica se podría
precisar con ayuda de materiales como los atlas lingüísticos. En este sentido se presenta un
problema de sinonimia que se debería localizar geográficamente y no presentarla sin
discriminación como lo hace el DRAE. Así en los nombres de toda clase de realidades
materiales y de objetos se debe procurar delimitar las áreas geográficas de los sinónimos y
ofrecer toda la serie bajo la palabra que se estime de uso más frecuente contraponiendo las
áreas respectivas.

Según Gregorio esto constituye una carencia muy marcada en los diccionarios del español y
esto representa una regresión con respecto a la tradición lexicográfica española puesto que
en un principio el diccionario de Autoridades en el que se basa toda la tradición si hacía
este tipo de restricciones a las que se refiere el autor. Las obras actuales prescinden del
juego geográfico sinonímico.

Según el autor este tipo de información debe basarse en una cartografía geolinguística y
bajo su parecer en la lexicografía del español se toman los datos geográficos como
fenómenos accidentales o accesorios y del menor interés. En comparación con el
Diccionario de Autoridades son muchísimos más las palabras localizadas geográficamente
hoy en día por el DRAE pero en ellas no reestablecen las relaciones necesarias con aquellas
otras de la lengua general o de otros lugares.
De este modo se alude a la necesidad de confrontar los vocabularios dialectales con los
atlas lingüísticos previamente al registro de voces dialectales en los diccionarios con el fin
de cumplir con el ideal lexicográfico de tratar de registrar todas las voces de una lengua.
Además de esto se recalca en la necesidad de realizar nuevos atlas linguísticos que sirvan
como base para la solución de problemas lexicográficos como este.

ALVAR E. Manuel. Dialectología y lexicografía. Manual de dialectología hispánica.


Ariel, Barcelona 1996.

Se parte del planteamiento de los continuos contactos entre la dialectología y la lexicografía


en la medida en que la última acude a la primera para tomar informaciones dialectales y
viceversa en la comprobación de datos. Así los diccionarios incluyen en sus columnas
voces de uso diatópico restringido y estas son reconocidas por el lexicógrafo desde su
propia experiencia o desde las diferencias léxicas que perciba del entorno . De este modo,
el autor nos presenta una evolución sobre las consideraciones en donde se conjugan las dos
disciplinas es decir la aparición de vocabulario dialectal a lo largo de la historia de la
práctica lexicográfica.

El deseo de mostrar las realidades americanas se inicia con


Antonio de Nebrija quien incluye las primeras voces en un vocabulario así en 1495 aparece
registrada la palabra canoa. En el siglo XVII aparece una suerte de glosarios de este corte y
en el XVIII accedemos al primer diccionario de voces americanas de Manuel José Ayala.
Ya hacia el siglo XVIII en el Diccionario de Autoridades se registran 1400 voces con
localización geográfica que son en su mayoría peninsulares. En la segunda edición se
aparecen algunas voces de uso general en América.

Durante el siglo XIX se percibe una fuerte conciencia del problema de los americanismos
aparecen diccionarios como el Diccionario Provincial de voces cubanas de Esteban
Pichardo y así mismo se presenta una intensificación en los usos normativos de tal suerte
que para el siglo XX se mantiene el registro de voces dialectales pero bajo la consideración
de desvíos de la norma peninsular. Es precisamente para esta época que se presenta un
mayor auge de regionalismos en las obras lexicográficas y así mismo un mayor auge de la
realidad dialectal inmediata según el cual prevalece un aspecto descriptivo sobre el
normativo.

Se concluye que para el registro de voces dialectales no se tiene en los diccionarios un


método estricto o riguroso puesto que pueden prevalecer las actitudes personales de los
lexicógrafos, intuiciones y conocimientos o ayudas parciales de otros. Por lo cual se
manifiestan dos tareas en cuanto a la lexicografía llamada de algún modo dialectal: la
primera compete a la presencia y descripción de dialectismos en los diccionarios generales
y la segunda con respecto al registro del léxico dialectal en cuanto a inventario
independiente de una localización y extensión geográfica concreta.

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