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el concepto de

educación: Edad
Antigua, Edad Media y
Renacimiento

Trabajo del Máster de Profesor de Educación Secundaria Obligatoria y Bachillerato,


Formación Profesional y Enseñanzas de Idiomas

Asignatura: Sociedad, familia y educación

Grupo 4

Profesor: Indalecio Sobrón Salazar

Integrantes: Rosa Negrete Linares

Noelia Martínez Cea

Laura Bermejo Rodríguez


Índice

Introducción 3

LA EDUCACIÓN GRECORROMANA
Elementos constituyentes de la educación 4
Los fines de la educación 5
Efectos de la educación 7
LA EDUCACIÓN EN LA EDAD MEDIA 8
Elementos constituyentes de la educación 9
Los fines de la educación en la Edad Media. 10
Efectos de la educación 11
LA EDUCACIÓN EN EL RENACIMIENTO 12
Elementos constituyentes de la educación 12
Los fines de la educación 13
Efectos de la educación 14
Bibliografía 16

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1. INTRODUCCIÓN

A lo largo de este trabajo se pretende dar una visión general de lo que engloba el
concepto de educación a lo largo de diferentes etapas de la historia, así como esclarecer
en qué consistía el acto educativo.

Las épocas en las que centraremos nuestro trabajo son la Edad Antigua, la Edad
Media y el Renacimiento. Partiendo de la idea del concepto de educación intentaremos
dar una visión general de estos períodos. No avanzamos en la historia porque a partir
del siglo XVII ya se han expuesto en clase diversas teorías educativas de personajes de
este periodo, y no parece necesario repetirlas en este trabajo.

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1. LA EDUCACIÓN GRECORROMANA

Concepto de educación
En Grecia se desarrolla el concepto paideia, acción perfectiva de la educación.
El hombre buscaba la perfección (areté) tanto física como espiritualmente. Este tipo de
educación era privada, política, técnico - artística y moral. Esto permite caracterizar la
cultura griega como antropocentrista, es decir, el hombre es el centro del universo. Otro
término relevante en la educación griega es logos, que no se reduce solamente a la razón
sino que tiene un carácter teórico, que sería el pensamiento, y un carácter práctico,
conformado por la moral y la técnica.

En Roma, en un primer momento, aparece el término educatio (“alimentar”) que


designaba la crianza física y moral del niño. Tras la conquista de Grecia los romanos se
vieron atraídos por la paideia griega e intentaron asimilarla. Surgió entonces el
concepto humanitas que era equivalente a la paideia, pero con un sentido más práctico,
descriptivo y cosmopolita.

Elementos constituyentes de la educación


A pesar de que el currículo de la educación griega se fue desarrollando a lo largo
de las distintas etapas, es en época helenística donde se cimienta la educación en un
sistema enciclopédico de múltiples saberes o de cultura general, a lo que se denominó
enkyklios paideia, es decir, el conjunto de ciencias o saberes dignos, sintetizados y
jerarquizados propios del hombre libre. Esto implicaba una asimilación de cinco
grandes materias que eran: gimnástica, poético-musical, filológica, científica y
filosófica.

La enkyklios paideia se estructuró en tres niveles:

1. Elemental: la familia, en concreto las mujeres, enseña tradición cultural


mediante canciones. En este nivel también se empieza a desarrollar la
gimnasia no solo como entrenamiento sino como enseñanza de aspectos
éticos, estéticos, higiénicos y médicos. En relación con la mitología también
se aprende poesía, música y danza. Ya a los siete años comienza la
educación formal en la escuela, donde un maestro (didascalos) enseñaba la
lectura, la escritura y el cálculo.
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2. Medio: supone una formación literaria y científica que se dividía en dos
ramas simultáneas; las artes relativas al lenguaje (gramática, retórica y
dialéctica) y las matemáticas (aritmética, geometría, astronomía y música).
El encargado de enseñar estas materias era el gramatikos.
3. Superior: tiene dos líneas fundamentales; la formación retórico-filosófica y
la formación técnica (oficios). En este nivel el maestro es el rhetor.

Por otra parte, el currículo de la educación romana (humanitas) contenía tres


elementos; el filológico de carácter formal, constituido por la lengua materna, la lengua
griega, la gramática y la retórica, el cultural y el científico-filosófico.

La familia tenía un papel de gran importancia en Roma. Durante los siete


primeros años la madre era la encargada de la crianza de lo hijos. A partir de los siete
años el padre les enseñaba a leer, escribir y contar, a cultivar el campo y las virtudes
morales, personales y cívicas. Hacia los 17 años el individuo se alistaba en el ejército,
tras un año de aprendizaje en la vida pública. Pero, con la influencia griega, empieza a
favorecerse la educación escolar frente a la familiar, aunque esta se desarrollaba en un
ámbito privado. El ciclo de estudios literarios estaba estructura de la misma manera que
la enkyklios paideia:

1. Escuela elemental: de los 7 a los 12 años a cargo del maestro.


2. Escuela media: de los 12 a los 16 años instruidos por el grammaticus.
3. Escuela superior: a cargo del rhetor, quien enseñaba retórica y dialéctica. En los
estudios especializados también suponía la enseñanza de derecho y filosofía.

Los fines de la educación


El fin de la educación en Grecia era lograr la perfección del hombre (areté) en
sus diferentes etapas. En época arcaica (s. VIII – V a.C.) tiene rasgos heroicos –
caballerísticos, trabajados mediante la areté, la idea de perfeccionamiento del hombre y
la techné, la puesta en práctica de los conocimientos. Esta idea está recogida en la Ilíada
y en la Odisea de Homero. También hay que tener en cuenta en este periodo a Hesíodo,
quien plantea, en su obra Los trabajos y los días, que los principales recursos didácticos
son la mímesis y la poesía. Es decir, muestra una visión popular de la paideia basada en
el trabajo y la justicia, en la sabiduría sencilla y en el realismo. Hesíodo también intenta
democratizar la educación y ampliar el alcance social de la paideia.

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En época clásica (s. V – IV a.C.) hay que tener en cuenta la rivalidad existente
entre Esparta y Atenas que condiciona la educación de cada una de las polis. Esparta
considera que la ciudad es el todo, es donde tiene lugar la paideia y la socialización.
Trata el ideal de ciudadanía militarizado, es decir, los ciudadanos libres se convierten en
militares sometidos por las autoridades. La crianza del niño la realiza la familia y ya
desde los siete años la educación con carácter militar pasa a realizarla el estado. Por otro
lado, Atenas llegó a ser un estado superior que llevaba consigo la vida democrática. El
principal objetivo era enseñar a los ciudadanos a aceptar y respetar los nomoi (leyes) de
la polis desde un optimismo pedagógico. En Atenas las responsabilidades de la vida
social y política se basaba en la libre participación de los ciudadanos.

Y, finalmente, en época helenística (s. IV a.C. – VI d.C.) la paideia se convierte


en una cultura sincrética que tiende a la especialización, la aplicación y la divulgación.
En esta etapa se reproducen los modelos clásicos y empiezan a aparecer los manuales
escolares (technai). Las ciencias especiales, como la medicina o la botánica, reciben un
gran impulso que favorece el surgimiento de la figura del erudito. Otro de los rasgos es
la institucionalidad de la cultura, es decir, el saber se difunde con el apoyo de las
autoridades públicos, pero ya no ejerce una influencia clara en la vida social.

El fin de la educación romana se basaba en el elemento ético basado en las


costumbres de los antepasados, por lo que el elemento intelectual no era relevante. Esta
ética era de carácter práctico, utilitario, familiar y tradicional. En este contexto la
humanitas demanda una formación integral con tres objetivos que conformaban el vir
bonus dicendi peritus (hombre honrado y hábil en el decir) que identificaba al sabio
romano:

● Bene sapere (saber): elemento intelectual que se cultivaba a través de la


filosofía y de la moral.
● Bene dicere (decir): elemento filológico al que se llegaba mediante la
retórica.
● Bene vivere (vivir): elemento ético – técnico que se conseguía llevando una
vida éticamente valiosa y mediante la dedicación profesional técnicamente
eficaz.

Efectos de la educación

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Grecia y Roma eran dos grandes potencias marcadas por continuas guerras, por
eso, la educación en un primer momento tenía carácter adoctrinador ya que debía formar
a los militares. A medida que la civilización fue evolucionando y las batallas no eran
tantas, la educación pasó a tener una dimensión formadora y aparecieron los sabios y
eruditos, es decir, las personas especializadas.

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2. LA EDUCACIÓN EN LA EDAD MEDIA

Concepto de educación.

La educación medieval tuvo esencialmente un carácter religioso, lo que se vio


propiciado por la caída del Imperio romano. Tras este suceso la Iglesia se vio como
única fuente de difusión y mantenimiento de la cultura y la educación. A través de la
lengua latina, extendió el saber bajo inspiración religiosa. La búsqueda de la perfección
cristiana hacia la santidad se convirtió en fin último a través del estudio de la teología.
Así pues podemos decir, que en la Edad Media la educación tenía como motor
esa “idea de perfeccionamiento” del hombre hacia la idea del ideal cristiano impuesto
por la Iglesia.

Para el desarrollo de la educación se tomaron como modelos elementos de la


tradición greco-romana y judeo-cristiana. Frente al individualismo que encontramos en
el mundo antiguo, la sociedad medieval está marcada por su carácter comunitario. Nos
encontramos con una sociedad cerrada, rural y feudal. Toda la población pertenecía a un
grupo de personas, una familia, un gremio, un señor feudal, una iglesia, etc.

Según la Iglesia, el concepto de la educación tenía su punto de partida la


restauración de los bienes naturales y sobrenaturales que habían sido debilitados por el
pecado original. Este es el principio ineludible en el que basaban la educación cristiana:
si no se hubiese producido el pecado original la educación no habría sido necesaria. En
base a este principio podemos observar la fuerte influencia del Cristianismo tanto en la
educación como en la sociedad de la época.

Así pues, la pedagogía medieval se sustentaba en tres vías con el fin de reparar
el alma humana: el entendimiento, la virtud y la Gracia Divina. Toda la ciencia y el
conocimiento que se fomentaban el este período fueron contemplados como el mejor
camino para alcanzar la sabiduría. La corriente teológico-filosófica más influyente en el
pensamiento cristiano-medieval fue la escolástica. Esta basaba su pensamiento en la fe y
la razón, con una clara subordinación de la razón a la fe. Se pretendía acercar al hombre
al conocimiento de Dios mediante el conocimiento de todo lo producido por la
naturaleza y el hombre basándose en la Biblia como su principal fuente.

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Al igual que en la actualidad el concepto de educación resulta sumamente
complejo cuando pretende ser exhaustivo de todos sus significados e implicaciones.
Pues no solo nos referimos a la adquisición y transmisión de conocimientos
intelectuales, sino también de habilidades tanto técnicas como sociales que permiten a
cada individuo desenvolverse en su tiempo y sociedad.

Elementos constituyentes de la educación


Al igual que en la actualidad, en la Edad Media la educación tenía tres elementos
constituyentes: la acción educadora, la intencionalidad y el sistematismo.

En la sociedad medieval encontramos educandos y educadores. En términos


generales, el hombre del Medievo recibía dos clases de educación: una cristiana como
miembro de la Iglesia, y otra civil, unida a la sociedad en la que se desenvolvía. Por lo
general las personas encargadas de la educación eran miembros de la Iglesia (monjes,
sacerdotes…). Pero la acción educadora no era exclusiva de las altas esferas o miembros
relacionados de la Iglesia, sino que la sociedad ejercía el papel de educador y llevaba
sus “saberes” a todos los miembros de ella. De tal modo podemos decir que la
educación (en un amplio sentido del término) se daba de forma específica al estamento
al que pertenecía la persona. Así, los nobles se educaban en la corte y en el arte de la
guerra, las mujeres se educaban en la familia, los comerciantes en las escuelas de ábaco,
los artesanos en el gremio correspondiente

No cabe duda de que la actividad educadora en la Edad Media tenía un carácter


intencional1 consciente. Se elaboró una acción educativa pertinente. Las instituciones
inculcaban una serie de conocimientos y saberes de acuerdo al fin que perseguían. La
doctrina inculcada, especialmente en las enseñanzas religiosas, prevenía los malos
saberes y el mal comportamiento de sus estudiantes. Y para terminar se fomentaron una
serie de recursos y estrategias para fomentar la enseñanza así como el uso de la
memoria (considerada un método y no un fin); los exempla, florilegios, máximas y
epílogos; además de una seria disciplina, la cual era la base pedagógica para los
escolásticos. La consideraban como la adquisición cuidada de las costumbres, de la
práctica y la virtud.

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Esta intencionalidad se basa en la doctrina cristiana, la cual, tiene como fuente el enseñar los principios,
normas y deberes propicios para el Cristianismo imperante en la Época.

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Los educadores y pedagogos medievales sistematizaron una tipología cristiana
que tenía el alma como principal objeto de estudio. Para ello tomaron como referencia
los textos de San Agustín y Aristóteles. Existía una ordenación de los saberes, así como
diferentes tipos de instituciones que impartían el saber.

El hecho de que la actividad busque unas metas obliga a encadenar todos los
actos y plantear unas etapas previsibles para llegar a ellas. Volviendo a tomar como
modelo la enseñanza monacal, conventual o universitaria, el fin buscado era el
acercamiento del hombre al conocimiento de Dios. Basándose en eso, se dispusieron
una serie de instituciones en las que se impartían una serie de disciplinas que
propulsaban al hombre a dicho fin.

Los fines de la educación en la Edad Media.


Encontramos diferentes instituciones educativas medievales, y cada cual tenía
sus propios fines, a partir de los cuales se desarrollaba su acción educativa.

De tal modo, en las escuelas eclesiásticas perseguían, visto desde una


perspectiva racional, ya no tanto la búsqueda de la santidad y el acercamiento del alma a
Dios, sino la formación de nuevos monjes o clérigos. Para llevar a cabo tal fin se
formaron diferentes tipos de escuelas eclesiásticas: monásticas, catedralicias o
episcopales y parroquiales o presbiterales. En ellas se impartían una serie de materias
que inculcaban a sus estudiantes los valores y las creencias de la Iglesia Católica.

Por otro lado encontramos la educación seglar. Esta se dividía en caballeresca y


popular. La primera estaba dedicada a los nobles y la segunda a siervos, artesanos,
comerciantes… Ambos tipos de educaciones tenían como finalidad el formar a los
individuos en un oficio con el que se ganarían la vida. Sin embargo, no solo tenían una
meta práctica, sino que se involucraban en el contexto social. Así pues, los caballeros no
solo debían entrenarse en el arte de la guerra, sino que debían ser conocedores de los
saberes propios de la nobleza, tales como cazar, bailar, comportamiento social…

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Efectos de la educación
La Edad Media está marcada por una gran influencia del Cristianismo en todos
los ámbitos de la sociedad. Como ya se ha dicho anteriormente la Iglesia tenía las
riendas de la educación. No solo en las instituciones educativas pertenecientes a la
Iglesia se transmitía la doctrina y los valores cristianos, sino que en las instituciones
laicas también se veían influidas de una forma u otra por dicho principios cristianos. Es
en este aspecto donde se percibe la dimensión adoctrinadora de la educación medieval.
Es cierto que en las grandes instituciones del saber se buscaba el conocimiento y se
promovía el estudio, mas ambos iban de la mano de la religión oficial, lo cual ponía
barreras al avance científico. A día de hoy este adoctrinamiento se presenta como “una
cierta antítesis de la auténtica educación”.

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3. LA EDUCACIÓN EN EL RENACIMIENTO

Concepto de Educación
El movimiento cultural denominado Renacimiento abarca los siglos XIV, XV y XVI.
Surge en Italia a fines del siglo XIV y principios del XV, expandiéndose con fuerza a
Europa a mediados del siglo XV, y desde mediados del siglo XVI al mundo
hispanoamericano. Los rasgos más característicos del Renacimiento son el surgimiento
del modo capitalista de producción en el seno de la sociedad feudal, el desprecio hacia
la época pasada en la Edad Media pero la inspiración y admiración hacia el periodo
clásico, el desarrollo de la manufactura y del comercio, el crecimiento de las ciudades y
el nacimiento de una nueva clase la burguesía, que en aquel momento tenía un carácter
progresista.

La educación se concibe como una forma de que el hombre alcance todas las
capacidades que puede conseguir, de forma que estudie todas las ramas posibles para
tener una cultura total en todos los ámbitos. En precisamente en el hombre en la que
está centrada este aprendizaje, y ya no en la religión. El espíritu de esta educación fue
humanista y realista.

Sin embargo la estructura seguía siendo la del sistema medieval, predominando la


enseñanza del latín y la necesidad de formar sacerdotes.

Elementos constituyentes de la educación


En el Renacimiento la educación tenía tres elementos constituyentes: la acción
educadora, la intencionalidad y el sistematismo.

Solamente la capa más elevada de la sociedad tenía acceso a la educación sistematizada.


Los humanistas y la Iglesia no se manifestaban en relación con la explotación de los
campesinos, ni defendían su derecho a la educación. Se preocupaban poco por la
instrucción del pueblo y consideraban que la principal ocupación de éste era el trabajo
físico. Por eso, el pueblo llano solamente tenía acceso a la educación familiar.

Para los hijos de los nobles los humanistas exigían una educación física y estética plena.
También la enseñanza del latín y del griego y a veces del hebreo, idiomas que se
consideraban necesarios para poder estudiar los monumentos literarios de la

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Antigüedad. La nueva visión del rol del ser humano, orientado a cumplir sus fines no
solo en el más allá, sino también en el mundo terrenal, lo impulsaron al conocimiento
matemático, filosófico, histórico, mecánico y artístico, sin descuidar la educación física.
Mente y cuerpo en desarrollo fueron el objetivo de esta concepción racional, libre y
humanística de la enseñanza-aprendizaje, que se facilitó con la invención de la
imprenta.

En la Edad Media se habían fundado escuelas de gramática latina donde estudiaban


hijos de personas acomodadas que recibieron la influencia humanística.

Además, en este periodo existía ya la enseñanza elemental. En los conventos, los


docentes eran los frailes; en los pueblos, los sacristanes; en palacios, maestros
contratados. Solo se enseñaba lectura, escritura, cuentas y doctrina.

La tarea del maestro era poco valorada, y él no tenía método determinado ni límites
fijos.

Los estudios clásicos penetraron en la enseñanza y se organizaron de acuerdo con las


prácticas y resultados obtenidos en la enseñanza privada.

Hasta los jesuitas, la escuela de gramática no tenía grados, por lo que era difícil
distinguir la educación secundaria de la universitaria. La enseñanza secundaria actual es
producto de la evolución de las llamadas entonces “facultades de artes”, que preparaban
para estudiar medicina, teología o derecho.

En los estudios de artes liberales siguió la clásica división del trivium (que incluía
retórica, gramática, y dialéctica) y el quadrivium (aritmética, astronomía. geometría, y
música).

Los fines de la educación


Los fines de la educación durante el Renacimiento diferían entre escuelas privadas,
humanistas, y escuelas escolásticas. En el primer caso, se deseaba una educación del
hombre antropocentrista que acercase el hombre al dios y lo hiciese un ciudadano
virtuoso mediante el método dialéctico, mientras que las instituciones escolásticas, que
seguían teniendo su máxima de “la fé que quiere comprender”, eran más conservadoras

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y mantenían la lógica del Medievo frente a la retórica de los humanistas, y mantenían
los textos bíblicos como referentes y recursos de autoridad.

Efectos de la educación
Los humanistas respetaban al niño y se oponían a la enseñanza escolástica y a la
severidad en la disciplina. Aspiraban a desarrollar en los niños la curiosidad y el interés
por los conocimientos, para lo cual ya no creían que se debiese estudiar solamente
memorizando, sino que el estudio se completaba mediante conversaciones, lectura de
los libros y paseos. Estaban en contra del aprendizaje monótono.

En este período comienza a esbozarse la separación de alumnos por cursos según la


edad del alumnado. Otra importante distinción es que las mujeres comenzaron a ser
tenidas en cuenta en la educación formal.

Las nuevas ideas protestantes que incluían la libre interpretación bíblica también se
hicieron sentir, pues estos grupos religiosos fundaron escuelas donde la enseñanza era
supervisada por el Estado. En enseñanza superior estas ideas fueron reflejadas en
algunas universidades de América Latina.

Tomás Moro, en su libro Utopía, proclamó el principio de la enseñanza general y


exigía igual educación para los hombres y para las mujeres. Planteó la idea de la
generalización de la práctica organizada de la autoeducación y de la instrucción de los
adultos. Destacó el papel de la educación

laboral y planteó la idea de eliminar la contradicción entre el trabajo físico y el


intelectual. Exigía que la enseñanza se efectuara en el idioma natal de los alumnos.
También fue el primero que planteó las ideas pedagógicas del socialismo utópico.

Un importante ejemplo de humanismo pedagógico fue el español Juan Luis Vives, que
en el Tratado de Enseñanzas ofrece un programa para restaurar los estudios. Dice que el
objetivo de los estudios consiste en hacer al joven más instruido y mejor. Opina que los
maestros deben intercambiar opiniones entre sí sobre las cualidades de sus alumnos para
poder orientarlos mejor, y además comprobar más tarde los resultados de los avances
del alumno. Es importante también constatar que Vives pide la educación de todos los

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seres humanos, sin distinción de sexo o escalafón social, porque la educación los
igualaría a todos y los convertiría en buenas personas.

Por su parte, Juan Amós Comenio defendió también el saber universal para todos los
hombres en su Didáctica Magna, en la que cuenta que para lograrlo tanto la escuela
como la familia y la sociedad deben contribuir y, en el caso de la escuela, debe ser en
cuatro etapas de seis años, y cada etapa comunicará un conjunto completo de
conocimientos, que serán cada vez más profundos y extensos.

John Locke también reflexionó sobre la educación en Pensamientos sobre la educación.


Ahí, cuenta que cree que la educación es lo único capaz de formarte provocando las
diferencias sociales. Esta reflexión no implica que Locke proponga una educación
universal. Al contrario, considera que el conocimiento debe quedar limitado a quienes
tienen tiempo libre para aprovecharlo y la educación debe estar al servicio de los
ciudadanos; por ejemplo, todos deben aprender a escribir y hacer cuentas
adecuadamente. Sin embargo, sólo las clases altas se instruyen en las ciencias, frente al
trabajador, que debe desempeñar correctamente habilidades mecánicas.

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1. BIBLIOGRAFÍA

GARCÍA DE CORTÁZAR, J. Á.; SESMA MUÑOZ, J.Á., (2008), “Cultura intelectual


y cultura popular”, Manual de Historia Medieval, 429-465, Alianza editorial, Madrid.

GUILLÉN, J., (2004), “Urbs Roma I: la vida privada”, 191-264, Ediciones


Sígueme, Salamanca.

LÓPEZ NOREÑA, G.,(2010), “La antigua retórica grecorromana y la educación: en


la perspectiva de la teoría de la argumentación y la posmodernidad”, edición electrónica
gratuita. Texto completo en www.eumed.net/libros/2010d/768/ .

SARRAMONA, J., (1997), “Concepto de educación”, Fundamentos de la


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VENEGAS RENAULD, M. E. (2004), “El Renacimiento: Un contexto para el


surgimiento del concepto pedagógico `formación´”, Revista Educación, 28, 1,. 27-37.
Texto completo en http://www.redalyc.org/pdf/440/44028103.pdf

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