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La Comunicación de Masas PDF
La Comunicación de Masas PDF
de masas
Albert Sàez Casas
PID_00151417
© FUOC • PID_00151417 La comunicación de masas
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Índice
Objetivos....................................................................................................... 5
Objetivos
Responder a una pregunta tan sencilla como ésta no es nada fácil si pretende-
mos mantener un mínimo de rigor científico.
Resumen
Desde este punto de vista, podríamos decir que el ser humano tiene un deseo
innato de comunicarse en la medida en que la comunicación lo acerca a su
ideal de eternidad. Comunicar es de alguna manera transgredir los dos grandes
límites de la existencia humana (el espacio y el tiempo); cuando éstos desapa-
recen, estamos a punto de alcanzar el anhelo de eternidad.
En este esquema general, algunos autores consideran que cada nuevo avance
tecnológico da lugar a una nueva forma de comunicación. Ésta es la idea com-
partida por los autores que presentamos como deterministas tecnológicos.
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Williams considera, finalmente, que entre los medios externos al cuerpo hu-
mano podemos distinguir otros tres tipos:
• Los almacenadores, que guardan textos producidos por medios físicos in-
herentes. Sería el caso de cualquier sistema de grabación de la voz o, en su
momento, de los olores o los sabores.
Este prolífico estudioso de la comunicación humana desde la perspectiva de Punto de vista de Eco
la semiótica se ha ocupado de muchos temas, y lo reencontraremos en varios
Desde el punto de vista de
aspectos de nuestro temario. Con respecto a la manera de distinguir entre los Eco, la pintura realista sería
tipos de comunicación, Eco establece que hay dos grandes tipos: una forma de comunicación
analógica como la fotografía o
la televisión, mientras que una
señal de tráfico o una palabra
• la comunicación� analógica, que establece unas relaciones de similitud son formas de comunicación
entre el significante y el significado, y digital.
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El pensamiento de McLuhan
El pensamiento de McLuhan está en la base de todas las críticas sobre los efectos de la
introducción de la tecnología en los procesos comunicativos, desde la televisión a los
videojuegos. De hecho, McLuhan se limita a constatar que no necesariamente tiene que
comportar las consecuencias dramáticas que algunos han querido ver. Este autor dice
simplemente que cualquier acto de comunicación es diferente según el canal sobre el que
se organice, cosa que no es necesariamente negativo. El aforismo de McLuhan se limita
a señalar que las ventajas que nos proporcionan algunos canales tecnológicos obligan a
pagar algún tipo de peajes para vencer los límites del espacio y del tiempo.
Aunque las afirmaciones de Castells no dejan de ser una hipótesis, cabe decir
que se fundamentan más en las posibilidades que ofrecen estas nuevas tecno-
logías que en su efectiva implantación.
Resumen
Los principales autores de esta corriente son Raymond Williams, Umberto Eco, Marshall
McLuhan y Manuel Castells.
Es evidente que, como ellos señalan, sin la aparición de ciertas tecnologías no habría
comunicación de masas, pero ésta es una condición necesaria pero no suficiente.
Ésta sería la idea compartida por los autores que clasificamos como determi-
nistas sociales.
Havelock observa que eso pasa porque una nueva tecnología, en este caso la
suma del alfabeto y el papel, no da lugar a una nueva forma de comunicación
hasta que no pasan al menos dos cosas: en primer lugar, que la sociedad sus-
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Por estos dos motivos, Havelock considera que la cultura griega no pasa de
la oralidad a la escritura hasta que los contratos de compraventa de las pro-
piedades no se dejan de hacer oralmente y pasan a ser escritos. Igualmente,
considera que obras como la Ilíada y la Odisea de Homero no forman parte
de la cultura escrita, sino que son una transcripción de piezas pensadas para
comunicarse oralmente.
Para este autor, pues, hasta ahora sólo hemos podido ver dos grande formas
de comunicación: la oralidad y la escritura. La imprenta, por ejemplo, sólo
significaría un perfeccionamiento de este segundo tipo de comunicación. El
mismo autor apunta la posibilidad de que la aparición de los nuevos medios
electrónicos, como la radio y la televisión, podrían comportar –cosa que, se-
gún Havelock, todavía no ha pasado– un nuevo paradigma que sería el de la
"teleoralidad". Como mínimo, es una hipótesis que se puede plantear.
Esta tesis está justo en las antípodas de las hipótesis de Manuel Castells, que considera que
hay un proceso de sustitución de la vida urbana por la vida cibernética y que las nuevas
tecnologías forzarán unas nuevas formas de relación social que eliminarán las anteriores.
Resumen
Identificamos como deterministas sociales a aquellos autores que consideran que una
nueva tecnología sólo da lugar a un nuevo tipo de comunicación si provoca nuevas for-
mas de relaciones sociales.
Los principales autores de esta corriente son Erick Havelock y Javier Echeverría.
Es evidente que, como dicen estos autores, la tecnología sin un determinado contexto
social no da lugar a un nuevo tipo de comunicación.
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Llorenç Gomis (El medio media. Barcelona: Mitre, 1987), sin embargo, ha ob-
servado que pasan exactamente doscientos años entre la aparición de la im-
prenta de tipos móviles y la creación del primer periódico (La Gazette). Este
hecho avala la hipótesis de los deterministas sociales en la medida en que,
como observa Gomis, los medios de masas no nacen hasta que hay un públi-
co que "necesita estar informado", cosa que no se produce hasta que aparece
el movimiento ilustrado -que promueve la alfabetización universal- y Europa
vive los primeros movimientos democratizadores -que promueven el sufragio
universal. Como veremos, sin democracia, el público no necesita compartir
masivamente ciertos mensajes, porque la vida pública es un espacio reservado
sólo a ciertas elites sociales.
Esta posición se justifica, además, a partir del éxito que obtienen los movi-
mientos fascistas europeos, que son los primeros en utilizar políticamente los
nuevos medios. Toda forma de comunicación, se dice, es una forma de mani-
pulación de las conciencias (la educación, la religión, la política) que hasta
ahora se veía limitada por el número de personas a las que podía controlar. Los
diarios, pero sobre todo la radio y la televisión, multiplican exponencialmente
la capacidad de manipulación de los grupos sociales.
Resumen
2.2.1. La digitalización
2.2.2. La posmodernidad
Posmodernidad
De la posmodernidad se pueden decir muchas cosas, pero la más relevante desde el pun-
to de vista de la sociología es que implica un cierto repliegue individual. Las grandes
causas de la primera mitad del siglo XX (libertad, igualdad, derechos humanos) han sido
sustituidas por dos formas de individualidad: la intimidad y la solidaridad interpersonal
(las organizaciones no gubernamentales). En este contexto, ha perdido fuerza la idea de
sociedad masa y se ha reforzado la idea de individuos rodeados de una sociedad masiva.
De hecho, quizás la característica que más nos interesa es que la vida social colectiva ha
dejado en buena parte de ser presencial y ha pasado a organizarse principalmente a partir
de los medios de comunicación y las nuevas tecnologías de la comunicación. Pero eso ha
sucedido, curiosamente, paralelamente a la pérdida de la importancia de la vida colectiva
en favor de los grupos primarios en los que conviven los individuos.
J.B.� Thompson (1998). "El desarrollo de la interacción mediática". En: Los media y la
modernidad (pág. 115-159). Barcelona: Paidós.
Desde este punto de vista, ahora ya podemos definir con más precisión lo que
será nuestro objeto de estudio, la comunicación mediática, a partir de cuatro
características:
• Las tecnologías que permiten una difusión masiva de los mensajes y supe-
rar las limitaciones del espacio y del tiempo en la transmisión de informa-
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Con este conjunto de características, podemos identificar fácilmente qué fenómenos so-
ciales forman parte de nuestro objeto de estudio y cuáles quedan al margen.
Imaginemos que queremos saber si estas cinco formas de interacción social forman parte
de la comunicación mediática o no:
• Un chat
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• Un partido de fútbol
Resumen
Pero también tenemos que ser conscientes de que este planteamiento es válido
al revés. Sin la existencia de los regímenes democráticos, no habría medios de
comunicación de masas. Sólo las sociedades que defienden la libertad de ex-
presión e información aprovechan las posibilidades de la tecnología de distri-
bución masiva de la información. Recordemos lo que pasó con los periódicos
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Todavía hoy podemos constatar cómo, en aquellos países del planeta donde
no hay un sistema democrático, el proceso de mediatización de las relaciones
sociales ha avanzado de manera mucho más lenta que en las sociedades occi-
dentales avanzadas. Eso sucede porque el poder político lo frena, pero también
porque no les hace falta un sistema de creación de la opinión pública en el
que existan instituciones socialmente legitimadas para hacerlo posible.
De hecho, los diarios primero y los medios electrónicos después se han con-
vertido en el principal escenario de la vida colectiva en estas sociedades avan-
zadas. Y lo han hecho porque la democracia, el capitalismo y la urbanización
los han hecho imprescindibles para su funcionamiento. Los regímenes auto-
cráticos, las economías de intercambio y las poblaciones diseminadas tenían
otras instituciones encargadas de gestionar el espacio común de la vida social.
De hecho, todavía hoy, cuando las instituciones hegemónicas de la esfera pú-
blica son otras -por ejemplo, la religión-, hablamos de sociedades primitivas
o preindustriales.
El problema que tendrá que abordar la sociología será ver qué tipo de meca-
nismos, de lógica, utilizan los medios para seleccionar lo que ponen en común
y qué tipo de experiencias provoca entre el público en relación con sus expe-
riencias presenciales, es decir, hasta qué punto se convierten en los modela-
dores del conocimiento en las sociedades occidentales avanzadas.
Resumen
La necesidad de crear una opinión pública legitima la existencia de los medios de comu-
nicación en los regímenes democráticos.
• Por una parte, ha hecho útiles los medios de comunicación a las institucio-
nes económicas, ya que les han proporcionado una plataforma adecuada
para competir en los sistemas abiertos mediante la publicidad. Hace unos
años, las economías estatalistas y, todavía hoy, las economías cerradas no
proporcionan a los medios de comunicación la ingente cantidad de dinero
que les facilitan en los sistemas capitalistas y abiertos. La publicidad finan-
cia la existencia de los medios de comunicación y lo hace porque las em-
presas en las economías abiertas necesitan multiplicar exponencialmente
sus ventas y competir en un mercado libre.
Resumen
Las personas nos reconocemos en la relación con los otros. De hecho, un indi-
viduo que viviera absolutamente solo no tendría conciencia de él mismo. De
la misma manera, sentimos que formamos parte de una sociedad en la medida
en que ésta se nos representa en las instituciones sociales a las que pertenece-
mos. Por eso, en sociología decimos que las instituciones hacen de mediadoras
entre los individuos y la sociedad. Los individuos se reconocen gracias a los
grupos de los que forman parte y la sociedad se les hace visible gracias a las
diversas agrupaciones o instituciones que existen. Cataluña, España o Europa
no dejan de ser unas abstracciones que se concretan en los estados, culturas,
lenguas, familias, escuelas, empresas, sindicatos, partidos políticos, iglesias o
clubes de fútbol de los que los catalanes, los españoles o los europeos forma-
mos parte.
Desde el punto de vista sociológico, la familia es el grupo primario al que Otras instituciones
todos pertenecemos desde nuestro nacimiento. Progresivamente, mediante la sociales
familia, nos integramos en otras instituciones sociales. La escuela, por ejemplo, nos
introduce en una comunidad
política y/o cultural; la religión,
Cada una de las instituciones sociales de las que los individuos forman parte en un determinado sistema de
creencias, y los partidos políti-
les proporciona un lenguaje propio, unos esquemas explicativos y unas teorías cos, en determinadas ideolo-
explícitas que tienen que interiorizar para integrarse en ellas. Por eso, Berger gías.
Los contextos y el yo
Resumen
Todo eso nos hace concluir que, desde el punto de vista de la sociología, no se tiene
que magnificar el impacto de la comunicación mediática en la configuración de las so-
ciedades occidentales avanzadas, sino que se ha de establecer que es una nueva forma
de mediación entre el individuo y la sociedad y que se convierte en un tercer espacio de
socialización transversal en el conjunto de la existencia de los individuos.
En las sociedades avanzadas como la nuestra, existe una parte muy importante
de la realidad social que se representa a los individuos a través de los medios
de comunicación. Sólo tenemos un conocimiento mediático de las guerras en
las que participan los estados modernos y, sobre esta base, se crea la opinión
pública a favor o en contra de su participación.
Para la sociología, pues, los medios de comunicación no son una forma inédita
de modelado del conocimiento, sino una forma nueva de hacer lo mismo que
hace la lengua, la religión, la ciencia, etc.: construir la realidad social para
hacerla visible a los individuos.
En primer lugar, tenemos que observar la centralidad del texto en los procesos
de comunicación mediática. ¿Por qué es tan importante? Pues porque, prácti-
camente, es lo único que podrán tener en común emisor y receptor.
Comunicación mediática
Cuando estamos en una clase presencial, profesor y alumno tienen muchas más cosas en
común que lo que se dicen en el aula, pero cuando damos una clase virtual, todo lo que
no esté en la pantalla –es decir, en el texto formado por las palabras, las fotografías o los
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gráficos– no podrá ser compartido por los alumnos diseminados a lo largo del espacio y/o
del tiempo. Este tipo de fenómenos se repiten en la radio, la televisión o los periódicos.
Muchos autores lo consideran una fatalidad, pero la verdad es que este peaje de la mayor
descontextualización entre emisor y receptores es el que hace posible la comunicación
mediática, la transmisión de información y conocimiento que supera los límites del es-
pacio y el tiempo.
Con respecto al banco con el que trabajamos, tenemos la experiencia de las oficinas con
las que tratamos, pero también de la publicidad que hacen y de las noticias relacionadas
con él que se emiten por la radio o la televisión. En cambio, la mayoría de nosotros sólo
tenemos un conocimiento virtual del conflicto árabe-israelí a través de los medios de
comunicación.
Desde el punto de vista sociológico, esta doble existencia plantea dos proble- Bibliografía
mas: cuál de las dos formas de experiencia pesa más en el caso de una doble
El texto siguiente de J. B.
relación y qué tipo de relaciones esenciales para la existencia de los individuos Thompson presenta una hi-
y de los grupos sociales han pasado a ser sólo virtuales. Está claro que, entre pótesis interesante y bastante
alejada de los tópicos sobre
el IPC que da el gobierno y nuestra experiencia como consumidores, siempre las relaciones entre virtuali-
escogeremos la representación que nos ofrezca el mundo presencial. Sin em- dad y presencialidad.
J.B.�Thompson (1998). "El
bargo, en el momento en el que dejamos de hacer ciertas cosas de manera yo y la experiencia en un
presencial y sólo las hacemos virtualmente, entonces es posible que la impor- mundo mediático". En: Los
media y la modernidad (pág.
tancia de los medios de comunicación sea mucho mayor. 269-301). Barcelona: Paidós.
Resumen
En la representación mediática de la realidad social, hay que observar con mucha aten-
ción los procesos de construcción del texto porque es el único elemento en común que
tienen emisor y receptores.
La comunicación mediática permite unas nuevas formas de relación social virtuales, que
se suman a las relaciones presenciales o las sustituyen.