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Universidad Cató lica de Santa Fe –

FACULTAD DE HUMANIDADES

Trabajo practico individual:


Bullying o acoso escolar.

Catedra: Introducción a la investigación científica.

Profesor: Diego Rodriguez.

Alumna: Sofía Marlen Ragno

12 de noviembre de 2013

Los estudios llevados a cabo sobre el bullying han revelado que se trata de una de
las preocupaciones más importantes en muchas escuelas de todo el mundo. En muchas
lenguas no existe un término para designarlo y menudo se emplea, como aquí, la palabra
bullyng del inglés. Muchos países lo engloban en una expresión general referida a la
violencia o las agresiones en la escuela. Para entender verdaderamente la naturaleza del
bullying resulta fundamental establecer una distinción entre los casos aislados de
comportamiento violento o agresivo y la persecución constante y repetida que constituye
la esencia del proceso de intimidación.

Durante mucho tiempo, el bullyng o acoso escolar se ha aceptado en centros


como algo sin importancia que ocurre de vez en cuando. Sin embargo “en los últimos
años algunas investigaciones han señalado, que se trata de una práctica más extendida
de lo que muchos pensaban y que el daño que puede ocasionar a las victimas puede ser
muy grave, con efectos duraderos, en algunos casos extremos el bullyng ha llevado a
ciertos alumnos al suicidio”1. Actualmente todos los colegios deben contar con una política
clara y un programa específico para hacer frente a los casos de bullyng y se ha puesto en
marcha una serie de proyectos innovadores para luchar contra este problema.

La palabra bullying describe un modo de trato entre personas. Su significado


fundamental es acosar, molestar, hostigar, obstaculizar o agredir físicamente a alguien. El
maltrato verbal y modal que recibe un niño o niña por parte de otro u otros es continuo y
deliberado. El objetivo del o de los estos, es producir sufrimiento en la victima, someter,
arrinconar, amenazar, intimidar, etc.

Estos comportamientos pueden ser de diferentes tipos:

 Físico: Incluye toda acción corporal (golpes, empujones, patadas, formas de


encierro, escupir, etc).
 Verbal: Incluyen acciones no corporales con la finalidad de discriminar, difundir
chismes, realizar acciones de exclusión, bromas insultantes y repetidas. (poner
apodos, insultar, amenazar, burlarse, reírse, entre otros.)
 Psicológicos: Formas de agresión, amenaza o exclusión que se llevan a cabo a
espaldas de cualquier persona que pueda advertir la situación, por lo que el
agresor puede permanecer en el anonimato.
 Sexual: Es cuando se presenta un asedio, inducción o abuso sexual. Se da
cuando el maltrato hace referencia a partes íntimas del cuerpo de la víctima.

1
Kyriacou,C; “Ayudar a alumnos con problemas”; pag: 35, Ed: Octaedro, (2005).
 Social: Pretende aislar al joven del resto del grupo, cuando se ignora, se aísla y se
excluye al otro.

Siempre va haber una víctima y un causante:

En muchos casos los pequeños son víctimas de acoso escolar por sus características
físicas diferentes del resto. Pueden ser más altos, más bajos, más delgados o más
gordos, rubios o pelirrojos, con frenos (brackets) o anteojos. Cualquier condición diferente
del resto puede generar este acoso.

Y en otros casos, sin embargo, el acoso gira en torno a su personalidad. Pueden ser
tímidos o demasiado extrovertidos, aunque por lo general los pequeños que más sufren
esta conducta tienden a ser muy frágiles. El hostigador percibe que no puede defenderse
de él y es por ello que abusa reiteradamente. 
Los pequeños acosados suelen entonces distanciarse del resto del grupo y muestran
dificultad para entablar vínculos y hacer amigos. Además, les resulta muy difícil integrarse
y les cuesta pedir ayuda. 
En otros espacios sociales esta conducta pasiva pueden transformarla en la actitud
opuesta, molestando a otros niños todavía más frágiles que ellos.

El causante, presenta distintas características, por lo general le cuesta reconocer un


error, no puede ponerse en el lugar del otro con facilidad, le cuesta pedir disculpas y
reparar una conducta considerada inapropiada, es rebelde e inquieto y le cuesta
adaptarse a las normas de convivencia, no acepta los límites con facilidad, tiene
reacciones impulsivas, es autoritario y agresivo de palabra, suele tener mal
comportamiento escolar, molesta y desvaloriza a sus compañeros en clase.

Cuando los padres registran alguna de estas características y reciben llamadas de la


escuela, es importante conversar y revisar las pautas de comportamiento y los límites
dentro de la familia para poder cambiar la situación que vive el niño en la escuela y poder
ayudarlo a reparar su error o acción. No se debe minimizar su comportamiento ni
excusarlo.

La intimidación se refiere siempre a una sola persona en sí, no a un grupo, pero


esta intimidación se puede hacer solitario o en grupo.
Esto ocurre en lugares donde no están presentes los adultos.
No solamente ocurre en ámbitos escolares, sino que también en lugares donde los niños
pasan muchas horas juntos, como por ejemplo un club, iglesia,etc.

Tanto los chicos como las chicas, pueden realizar actos de acoso escolar, aunque
resulta más frecuente en chicos; los chicos suelen actuar solos o en grupo de manera
indistinta, mientras que las chicas suelen hacerlo en grupo. Quien intimida acostumbran a
ser de la misma edad que sus víctimas y no mayores. Los chicos son más propensos al
bullyng físico, mientras que las chicas emplean el bullyng verbal o indirecto.

“Algunos investigadores han descripto estrategias empleadas por los alumnos que
hacen frente de forma eficaz a los actos de intimidación como “estrategias de reacción
resistentes” (como el uso del humor, la asertividad, etc.). Y aquellas pueden prolongar la
intimidación como “estrategias de reacción resistentes” (como mostrarse disgustado,
suplicar que lo dejen en paz, etc.)”2

Diversos estudios han analizado las consecuencias a largo plazo del bullying en el
desarrollo psicológico y los progresos académicos, de las víctimas. Estas no solo sufren
con los actos de intimidación frecuentes y prolongados de los que son objeto, sino que
además pueden llegar a desarrollar problemas de salud mental, comenzar a faltar a clase
de manera injustificada o sentir rechazo hacia la escuela, no obtener tan buenos
resultados académicos como podrían.

En la actualidad no había ningún marco legal que reconociera e intentara frenar


el acoso escolar, un problema creciente. De hecho, muchos docentes reconocen que
no saben qué hacer ante un caso de violencia en las aulas. La nueva ley apunta a
prevenir la conflictividad en las escuelas –no sólo el bullying—y promueve la creación
de equipos especializados para la prevención e intervención ante esta clase de
episodios, y señala que los equipos de diagnóstico tienen que estar atentos a cómo
está cambiando la violencia escolar a partir de la masificación de las nuevas
tecnologías.

El Congreso sanciono la ley que prevee la creación de instancias de


participación donde docentes, padres y alumnos puedan prevenir y solucionar
situaciones violentas. Los alumnos tendrán un espacio donde puedan plantear sus

2
Kyriacou,C; “Ayudar a alumnos con problemas”; pag: 40, Ed: Octaedro, (2005).
problemas, los docentes podrán intervenir y los padres no se quedarán afuera: pasan
a tener un rol activo en la resolución de conflicto.

“Para poder combatir el bullying desde el aula, se debe enseñar acerca de este
tema, para aumentar la conciencia de este comportamiento y de la política establecida
por la escuela para combatirlo, cuestionar las actitudes relativas del acoso y crear una
atmosfera de oposición a este tipo de incidentes en el centro. Para ello pueden
3
emplearse videos, juegos de rol, poesía, escritura creativa ficción”.

Postura de preocupación compartida:

Este enfoque, concebido por Pikas (1989), ayuda a los agresores a ver los actos de
bullying como un problema que debe resolverse. Pikas se centra en el moboling,
fenómeno que califica de violencia colectiva. En la primera fase, el profesor mantiene
una conversación con el grupo de agresores evitando la confrontación, en la que se
entrevista individualmente durante un periodo breve con cada uno de ellos. El profesor
sigue un guion estructurado que lleva al agresor admitir que la víctima se ha visto
afectada y a comprometerse a contribuir a mejorar la situación, ya sea alejándose de
la víctima, ya sea mostrándose amable con ella. En la siguiente fase, el profesor
mantiene una conversación con la víctima en la que le ofrece apoyo. Si se trata de
una víctima provocativa, el profesor le ayuda a entender de que forma su
comportamiento ha contribuido al problema y le aconseja sobre cómo cambiarlo. La
tercera fase transcurrida una semana, consiste en entrevistarse de nuevo con el
agresor, individualmente o en grupo. En esta etapa, las conversaciones colectivas
pueden incluir o no a la víctima. En la cuarta fase, todos los interesados se reúnen y
acuerdan públicamente comportarse de manera razonable en adelante. Para aplicar
este enfoque es necesario que el profesor haya recibido una buena formación sobre
cómo ponerlo en práctica y que se ciña a un guion desarrollado por Pikas.

Postura de no inculpación:

Este enfoque es similar pero menos exigente que el anterior en cuanto a la formación
necesaria y el procedimiento que debe seguirse. Robinson y Maines (1998), describen
siete pasos dentro de este enfoque:

3
Kyriacou,C; “Ayudar a alumnos con problemas”; pag: 54, Ed: Octaedro, (2005).
 Hablar con la víctima.

 Reunirse con las personas implicadas.

 Explicar el problema.

 Compartir responsabilidades.

 Pedir a los miembros del grupo que expresen sus ideas.

 Dejarlo en sus manos.

 Reunirse con ellos de nuevo.

La intervención psicopedagógica en la escuela debe respetar:

La cultura educativa, la forma particular que tienen los docentes de cada institución, y el
proyecto propio.

Desde la psicopedagogía se puede actuar en:

• Prevención: tenemos que evitar que los chicos se inicien en estas prácticas.

• Intervención: si se detecta un caso de bullying vamos a observar al grupo, a


escuchar y asesorar al docente, a realizar actividades específicas con los chicos y a
hablar con los padres.

Hay tres lugares posibles desde donde las psicopedagogas o psicopedagogos


podrían intervenir: el gabinete escolar, asesoría externa y consultorio.

Las intervenciones siempre deben ser adaptadas a la edad y al nivel escolar de los
chicos.

Conclusión:

Desde mi punto de vista personal, considero que este es un problema a nivel


mundial, el cual se va agravando cada vez más, no es fácil su trato, pero existen personas
especializadas en la colaboración para su disminución y concientización, desde los más
pequeños hasta los más adultos. Este problema no es por una sola causa, sino que
afectan diversos factores en el mismo, los cuales deben ser tratados puntalmente y con
seriedad.

En relación a las posibles soluciones que se podrían implementar para la


corrección o modificación de esta problemática podemos señalar el cumplimiento de dicha
y las estrategias que deben adoptar los niños a la hora de ser víctimas de bullying, ya
mencionadas anteriormente. También la capacitación docente por parte de los
psicopedagogos y otros profesionales relacionados al tema, en donde les brinden
herramientas y pautas que les permitan reaccionar de manera inmediata ante una
situación de bullying o acoso escolar, ya que en la mayoría de los casos, los docentes
mencionan no estar preparados para el enfrentamiento de dichas situaciones.

Bibliografía:

 A.A. V.V; ¿Qué es el bullying? ; disponible en:


http://www.elpsicoasesor.com/2011/03/que-es-bullying.html
Consultado el 11/11/13, a las 15pm.
 A.A. V.V; Bullying. Intervenciones Psicopedagógicas; disponible en:
http://www.grupocidep.org/documentos/bullyingIntervenciones.pdf
Consultado el 11/11/13, a las 15pm.
 Chris K, “Ayudar a alumnos con problemas”. Edición: Octaedro.
(Octubre de 2005)

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