Está en la página 1de 1

Hola amigos, reciban un cordial saludo, esperando que se encuentren bien, hoy quiero dejarles

esta nota con la intención de favorecer el autocuidado y la resiliencia en medio de esta


contingencia. Durante esta situación de pandemia mundial surge la siguiente interrogante: ¿Te
has encontrado con el miedo en esta cuarentena? Sin duda que si! Un buen día cerraste los
ojos y de pronto te han dicho: stop, detente, alto, quédate en casa! Esta frase se ha convertido
en una realidad que garantizará tu supervivencia, pues ahora te encuentras en casa, un lugar
convertido en el centro de operaciones, es allí donde trabajas, atiendes el hogar, te recreas,
entre otras cosas. Estos cambios repentinos generan en ti inquietud, intranquilidad, ansiedad,
preocupación y por supuesto miedo, porque la calle, el abrazo, el contacto con el otro puede
causarte daño, vaya! cuando siempre hemos procurado estar cercano porque es la forma de
expresar hermandad desde el apretón de mano, el abrazo fraterno.

Ante este cambio brusco y repentino, la invitación hoy es a reflexionar sobre lo que te está
preocupando y agitando ¿Qué te inquieta? A caso, ¿es no poder salir a abrazar a tus seres
queridos? Si pudieras hacerlo, ¿soportarías la culpa de infectar a alguien que no puede
aguantar la enfermedad? ¿Puedes ocuparte de cosas diferentes durante este tiempo mientras
pasa la cuarentena?, como lo es la depuración de pensamientos malsanos por otros más
nobles, leer algún libro, hacer ejercicios, realizar respiraciones profundas cada mañana,
dedicar un tiempo de oración a Dios y da gracias.

Es por ello que, en vez de pensar en todo lo que no puedes hacer, piensa en lo que has hecho
hasta ahora, si te has privado de otras cosas, por gozar de buena salud, has florecido
igualmente. La espera sirve para sublimar el deseo y hacerlo más poderoso, ahora tú tienes
muchas cosas positivas que compartir con los demás.

Finalmente, como vives y como enfrentas el miedo depende de ti, pues es una emoción
natural en los seres humanos, que produce una sensación paralizante y cuya función es
protegernos ante situaciones de riesgo y asegurar nuestra supervivencia, pero a veces puede
convertirse en un obstáculo, todo depende de cómo lo enfrentas. Así que sentir miedo ante los
cambios repentinos es normal. Pero solo hay algo que nos fortalece y ayuda a descubrir que no
estamos solos, esto es la fe. Ojalá puedas renovar tu fe y reencontrar la serenidad ante su
palabra poderosa en (Josué 1,9): “Sé valiente y ten ánimo; no tiembles ni tengas miedo; Yavé
tu Dios está contigo adonde quiera que vayas”

Les hablo DB, psicólogo clínico, en sus reflexiones en tiempos de cuarentena, hasta luego.

También podría gustarte