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Tu servicio sacerdotal 1

 
1Pe 2:5  vosotros también, como piedras vivas, sed edificados
como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer
sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de
Jesucristo.
Pedro identificó a los creyentes como sacerdotes santos, pero
muchos cristianos no saben realmente lo que significa porque
los sacerdotes no son parte de nuestra cultura como tal.
El propósito principal de un sacerdote del Antiguo Testamento
era ofrecer sacrificios aceptables a Dios en nombre del
pueblo. Los sacerdotes eran escogidos por Dios mismo,
limpiados especialmente a través de ceremonias prescritas,
vestidos de una manera prescrita y ungidos con aceite
simbolizando el Espíritu de Dios sobre de ellos. Se esperaba
que ellos obedecieran a Dios, amaran Su Palabra y caminaran
con Él.
Los sacerdotes fieles tenían un impacto positivo en los
creyentes y en los incrédulos por igual. Malaquías 2:6 dice
que muchos hicieron apartar de iniquidad. El verso 7 añade
que los labios de un sacerdote deben guardar la sabiduría y
que de su boca el pueblo buscará la ley porque es mensajero
de Jehová de los ejércitos.
Esas cualidades son paralelas en los cristianos a quienes Dios
considera los únicos sacerdotes verdaderos. Tú fuiste
escogido por Él desde antes de la fundación del mundo y
limpiado por el lavamiento de la regeneración y la renovación
por el Espíritu Santo. Estás vestido de la justicia de Cristo y
ungido por el Espíritu Santo. Tu propósito es ofrecer sacrificios
espirituales aceptables a Dios a través de Jesucristo (1 Ped
2:5)
La Escritura te dice por lo tanto que presentes tu cuerpo como
sacrificio vivo, aceptable a Dios, el cual es tu servicio
espiritual de adoración (Rom 12:1) Obediencia, amor a la
Palabra y comunión con Dios deben caracterizar tu vida,
santos y pecadores al igual, deben ver a Cristo en ti y ser
afectados por lo que ven.
El sacerdocio de los creyentes es un llamado elevado y santo
al cual nadie se adapta aparte del poder y la gracia de Dios.
Pero está seguro de que Él, quien te llamó, cumplirá Su buena
voluntad en ti. Comprométete a esa meta cada día al tomar
de Sus recursos y confiar en Su suficiencia.
Por John MacArthur

No temas 2

Hch 4:31 Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban


congregados tembló; y todos fueron llenos del Espíritu Santo,
y hablaban con denuedo la palabra de Dios.

El temor es un poderoso controlador. Ya sea que nos obligue a


hacer lo que es irresponsable o nos impida vivir
responsablemente. Recientemente  un ejecutivo
denominacional habló en nuestra capilla y su declaración de
apertura fue: “Como viajo entre nuestros pastores, estoy
abrumado al saber que la motivación número uno en sus
vidas es el temor al fracaso”
Después de varios años de enseñar evangelismo y supervisar
alcances evangelísticos, puedo decirte con confianza que la
razón principal por la cual la gente no comparte su fe es el
temor. La agorafobia, miedo a estar en público, es uno de los
trastornos psicológicos que más rápido está creciendo. El
temor al fracaso, el temor al diablo, el temor al hombre, temor
a todo está plagando nuestra sociedad.
¿Sabías que el mandato más frecuente de Jesús en los
Evangelios es “no temas”? En previsión a la entrada de Israel
a la Tierra Prometida, Dios le dice a Su pueblo cuatro veces
“se fuerte y valiente” (Josué 1) El escritor de Proverbios dice:
“Huye el impío sin que nadie lo persiga; mas el justo está
confiado como un león” (Prov. 28:1)
El hecho de que Dios no mira favorablemente a los cobardes e
incrédulos se hace evidente en Apocalipsis 21:8 Pero los
cobardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los
fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos
tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que
es la muerte segunda. ¿Te sorprende que gente cobarde
incrédula esté enumerada en la galería de villanos, asesinos y
mentirosos?
Es una característica de la vida llena del Espíritu el ser
valiente (Hch 4:31) La iglesia primitiva no oraba por
encuentros divinos, ellos oraban por denuedo. El reino de Dios
puede ser establecido solamente por gente fiel y valiente.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor me propongo ser fuerte y valiente en Tu nombre, listo y
digno de confianza para llevar a cabo tu voluntad.

Jehová perdona
 
Jeremías 50:20 “En aquellos días y en aquel tiempo, dice
Jehová, la maldad de Israel será buscada, y no aparecerá; y
los pecados de Judá, y no se hallarán; porque perdonaré a los
que yo hubiese dejado.”
 
¡Esta es en verdad una palabra gloriosa! ¡Qué perdón tan
perfecto es prometido aquí para las naciones pecadoras de
Israel y Judá! El pecado será quitado de tal manera que no
será encontrado, será tan borrado que no habrá ninguno.
¡Gloria sea dada al Dios de los perdones!
 
Satanás busca pecados con los cuales acusarnos y nuestros
enemigos los buscan para poder ponerlos a nuestro cargo, y
nuestra propia conciencia los busca incluso con una avidez
mórbida. Pero cuando el Señor aplica la sangre preciosa de
Jesús, no tememos ninguna forma de búsqueda, pues “no
aparecerá”, “no se hallarán”. El Señor ha hecho que los
pecados de Su pueblo cesen de existir: ha acabado con la
transgresión, y ha puesto un término al pecado. El sacrificio
de Jesús ha arrojado a nuestros pecados a las profundidades
del mar. Esto nos hace danzar de alegría.
 
La razón de la desaparición de nuestros pecados se basa en el
hecho que el propio Jehová perdona a Sus elegidos. Su
palabra de gracia no sólo es real, sino divina. Él habla
absolución, y nosotros somos absueltos. Él aplica la expiación,
y a partir de esa hora Su pueblo está más allá de todo temor
de condenación. ¡Bendito sea el nombre del Dios aniquilador
del pecado!
 
Por Charles Spurgeon

Elegido en Cristo 3
 

1 Ped 2:9 Mas vosotros sois linaje escogido…


A diferencia de aquellos que están destinados a la destrucción
debido a su rechazo a Cristo (1 Ped 2:8), los cristianos son una
raza electa, unida por la  gracia redentora de Dios. ¡Ese es un
gran motivo de celebración!
1 Pedro 2:9 es una alusión a Deuteronomio 7:6-9 que dice
“porque tú eres pueblo santo para Jehová tu Dios, Jehová tu
Dios te ha escogido para serle un pueblo especial, más que
todos los pueblos que están sobre la tierra. No por ser
vosotros más que todos los pueblos os ha querido Jehová y os
ha escogido, pues vosotros erais el más insignificante de
todos los pueblos; sino por cuanto Jehová os amó, y quiso
guardar el juramento que juró a vuestros padres, os ha
sacado Jehová con mano poderosa, y os ha rescatado de
servidumbre, de la mano de Faraón rey de Egipto. Conoce,
pues, que Jehová tu Dios es Dios”
Como Israel, la iglesia es la comunidad redimida de Dios,
“elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación
del Espíritu” (1 Ped 1:2) Antes de la fundación del mundo,
Dios puso Su amor en ti, luego te trajo a Su reino al otorgarte
la gracia salvadora. Esa es la doctrina de la elección.
Mucha gente malinterpreta la elección pero es una doctrina
maravillosa que trae beneficios maravillosos. Exalta a Dios al
demostrar Su amor y gracia hacia miserables pecadores.
Elimina el orgullo al afirmar que tú eres totalmente
dependiente de la gracia de Dios. Debe promover tal gratitud
en tu corazón que anhelas vivir en santidad y servirle a Él a
cualquier precio. También debe darte gozo y fortaleza
sabiendo que Dios nunca te dejará y que Sus propósitos se
cumplirán en ti. Puedes enfrentar cualquier desafío con
confianza absoluta en Su provisión.
Regocíjate en tu elección. Adora a Dios y cede ante la guía del
Su Espíritu para que su elección por ti sea evidente a todos los
que te conocen.
Por John MacArthur

Compartiendo el dominio de Cristo 4


 
1Pe 2:9  Mas vosotros sois…real sacerdocio
En Éxodo 19:5-6 Dios dice a Israel: “Ahora, pues, si diereis
oído a mi voz, y guardareis mi pacto, vosotros seréis mi
especial tesoro sobre todos los pueblos... Y vosotros me
seréis un reino de sacerdotes, y gente santa” Ellos debían
ser ambos: sacerdotes y realeza, pero violaron el pacto y
perdieron esos privilegios. Ahora de acuerdo a Pedro, los
cristianos son el real sacerdocio de Dios.
La palabra griega traducida “real” en 1 Ped 2:9 era usada
en un palacio real, soberanía, corona o monarquía. En este
contexto se refiere a la realeza en general. Hablamos de
la casa real de Inglaterra o Francia, lo que significa no un
edificio sino una esfera de dominio. Así que es con
respecto a la casa espiritual de Dios (v5) los creyentes
sirven al Rey y también reinarán con Él en Su esfera de
dominio.
Se afirma eso en otra parte en la Escritura. En el libro de
Apocalipsis, vemos “y nos has hecho para nuestro Dios
reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra” (Apoc
5:10) y “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la
primera resurrección; la segunda muerte no tiene
potestad sobre éstos, sino que serán sacerdotes de Dios y
de Cristo, y reinarán con él mil años” (Apoc 20:6)
Tu posición real tiene algunas implicaciones prácticas en
la manera en que vives cada día. Por ejemplo, cuando se
lidiaba con problemas de litigio entre cristianos, Pablo
dijo: “¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra
otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los
santos? ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al
mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros,
¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? ¿O no
sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más
las cosas de esta vida?” (1 Cor 6:1-3)
Nunca olvides quién eres en Cristo, y no dejes que el
pecado o el mundo te distraigan de tu función sacerdotal.
Por John MacArthur

 
Apartado para Dios 5
 
1 Ped 2:9 mas vosotros sois… nación santa
Los cristianos son una nación santa, un pueblo apartado del
pecado y del infierno para una relación íntima con Dios.
Originalmente Israel era la nación santa de Dios, pero por la
incredulidad perdió ese privilegio. Ahora la iglesia, la que
consiste tanto en judíos como en gentiles, es Su pueblo único
y permanecerá así hasta que la nación de Israel se arrepienta
y reciba a su Mesías en Su regreso (Zac 12:10)
La santidad bíblica (santificación) muchas veces es
malentendida, pero no debe ser así. Cuando el Espíritu Santo
te liberó del dominio de las tinieblas y te transfirió al reino de
Cristo, te volviste Su posesión especial. Eso no significa que
eres perfecto y sin pecado, pero sí significa que ya no eres
esclavo del pecado, del diablo o de la muerte. Esa es la
santificación posicional. La santificación práctica es la
frecuente decreciente del pecado y la frecuente creciente de
justicia al tú progresar en tu caminar en Cristo.
La santificación no debe confundirse con falsos estándares de
santidad adoptados por aquellos, que como los fariseos,
intentan ser santos a través de medios externos o como los
estoicos, tienen una devoción sin pasión al deber o como los
monjes, que se aíslan a sí mismos del mundo o como los
psicólogos cuasi-cristianos que reemplazan la santificación
con la introspección, autoanálisis y la mejora de la imagen de
uno mismo.
La santidad comienza con amor por Cristo mismo. Eso es lo
que te impulsa a una mayor santificación. Pedro dijo que
fuiste escogido según la presciencia de Dios Padre por la obra
santificadora del Espíritu, para que puedas obedecer a
Jesucristo (1 Ped 1:2) Cristo mismo se convirtió para ti en
sabiduría de Dios y justicia y santificación y redención (1 Cor
1:30) En Él fuiste salvo, que es el comienzo de la santificación
y en Él tienes todo recurso necesario para progresar en la
santidad.
Por John MacArthur

Posesión de Dios 6
1Pe 2:9  Mas vosotros sois… pueblo adquirido por Dios
Cuando Jesús dijo: “Yo soy el buen pastor; y conozco mis
ovejas, y las mías me conocen” (Jn 10:14), dijo una verdad
que ha sido especialmente querida por mí desde los primeros
años de mi formación teológica. Uno de los recuerdos
agradables de mis días de seminario era sentarme en la
capilla cantando el himno por el letrista del siglo XIX Wade
Robinson “Yo soy de Él y Él es mío” quizá nunca llegue a
comprender completamente las profundidades de lo que
significa pertenecerle a Cristo, pero siempre me gloriaré en
ello.
La palabra griega traducida “adquirido” en 1Ped 2:9 significa
comprar o adquirir por un precio. Pablo la utilizó en Efesios
1:14 para hablar de la redención de la posesión adquirida por
Dios. Todos son de Él por creación, pero nosotros como
cristianos somos exclusivamente Suyos porque Él pagó el
precio para redimirnos de la esclavitud del pecado y de la
muerte.
La propiedad de Dios de los creyentes se enfatiza a lo largo de
las Escrituras. Pablo amonestó a los ancianos a pastorear a la
iglesia de Dios que Él compró con Su propia sangre (Hch
20:28), le dijo a los corintios “¿O ignoráis que vuestro cuerpo
es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual
tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido
comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro
cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.” (1 Cor
6:19-20), Tito 2:14 dice que Cristo se dio a sí mismo por
nosotros para redimirnos o comprarnos de toda iniquidad y
purificar para sí un pueblo propio.
Isaías 43:21 dice: “Este pueblo he creado para mí; mis
alabanzas publicará” Ese era el propósito de Israel y también
tuyo. Dios te escogió como posesión Suya y dio a Su Hijo para
comprar tu salvación. Eres de Él eternamente, así que vive de
acuerdo a ello y ¡regocíjate en tal privilegio glorioso!
Por John MacArthur

Iluminado por el Espíritu


 
1 Ped 2:9 para que anunciéis las virtudes de aquel que os
llamó de las tinieblas a su luz admirable
En el mundo natural, la oscuridad puede ser algo debilitante y
aterrador. Hay una historia de un misionero que estaba a
bordo de un barco una noche oscura cuando de pronto se
despertó por un grito desesperado “¡hombre al agua!”
Inmediatamente se levantó de su litera, tomó la lámpara
portátil de su soporte y la sostuvo en la ventana de su
camarote.
No podía ver nada, pero a la mañana siguiente le dijeron que
la luz de su lámpara a través de la portilla emitió suficiente luz
para permitir a los que estaban en cubierta ver al hombre
desaparecido aferrado a una cuerda. Lo rescataron segundos
antes de que su fuerza se le hubiera acabado. La luz había
brillado justo a tiempo para salvarle la vida a un hombre.
En el mundo espiritual, la oscuridad es más devastadora
porque representa el pecado con todas sus consecuencias
desastrosas. 1Juan 1:5-6 dice “Dios es luz, y no hay ningunas
tinieblas en él. Si decimos que tenemos comunión con él, y
andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad”
Los incrédulos son caracterizados como hijos de tinieblas.
Están esclavizados a Satanás, el príncipe de las tinieblas,
quien ciega su entendimiento para que no vean la luz del
glorioso evangelio de Cristo (2 Cor 4:4) ellos aman la
oscuridad y rechazan la luz porque no quieren que sus malas
acciones sean expuestas (Juan 3:19-20)
Los cristianos sin embargo han sido llamados de las tinieblas
a la luz maravillosa de Dios (1Ped 2:9) Eso se refiere a Dios
tomando la iniciativa de salvarnos. Como un pecador no
redimido, nunca podrías haberte vuelto de las tinieblas por ti
mismo porque no tenías la capacidad ni el deseo de hacerlo.
Dios tuvo que concederte la gracia salvadora y la iluminación
de Su Espíritu para que pudieras reconocer la verdad y
respondieras como consecuencia a ello.
Ese bendito privilegio es conocido sólo por los cristianos. ¡Qué
alegría, no sólo reconocer la verdad de Dios, sino caminar en
ella a diario!
Por John MacArthur
Recibiendo compasión
 
1 Ped 2:10  vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero
que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais
alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado
misericordia
Oseas tuvo un papel único entre los profetas. Dios lo usó a él
y a su esposa adúltera, Gomer, como una ilustración viva de
Su amor por un Israel infiel. Cuando Gomer dio a luz a una
hija, el Señor le dijo a Oseas que la llamara Lo-ruhama, que
significa “no compasión” porque Su misericordia por Israel
pronto llegaría a su fin. Cuando Gomer más tarde dio a luz un
hijo, el Señor le dijo que lo llamara Lo-ammi, que significa “no
es mi pueblo” pues ya no consideraba a Israel Su pueblo. Sin
embargo ofreció esta esperanza diciendo “Y en el lugar en
donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será
dicho: Sois hijos del Dios viviente” (Oseas 1:10)
En nuestra Escritura de hoy, Pedro aplicó ese texto del
Antiguo Testamento a la iglesia del Nuevo Testamento, al
igual que lo hizo Pablo en Romanos 9:25-26 “Llamaré pueblo
mío al que no era mi pueblo, y a la no amada, amada. Y en el
lugar donde se les dijo: Vosotros no sois pueblo mío, allí serán
llamados hijos del Dios viviente” Dios rechazó al Israel
incrédulo, pero extiende Su compasión a cualquiera que esté
dispuesto a confiar en Cristo. Es particularmente cierto que
los gentiles en la iglesia no fueron una vez el pueblo de Dios,
pero ahora han recibido misericordia y son hijos amados de
Dios.
La misericordia de Dios incluye Su cuidado providencial
general por toda la humanidad, pero Oseas, Pedro y Pablo
estaban hablando de Su compasión especial, primero en la
salvación y luego en las bendiciones diarias,  por aquellos que
Le pertenecen. Por eso Él retiene el castigo que merecemos
por nuestros pecados y en su lugar nos otorga Sus
misericordias.
Al reflejar la misericordia de Dios en tu propia vida deja que el
Salmo 136:1 sea la canción de tu corazón: “Alabad a Jehová,
porque él es bueno, porque para siempre es su misericordia”
Por John MacArthur

Demostrando lo que creemos


 
Sant 2:17  Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí
misma.
La fe es una palabra de acción. No podemos responder
pasivamente a Dios. Quizá hayas escuchado la historia del
actor de circo que colgó un cable sobre un río y procedió a
cruzarlo en un monociclo. Cuando regresó, todos aplaudieron.
Entonces preguntó: “¿Quién cree que puedo hacerlo con un
hombre sobre mis hombros?” Todos asintieron. Entonces dijo:
“muy bien, ¿quién se sube?” La persona que se suba es
realmente la persona que cree. La fe no es sólo dar crédito a
algo o a alguien. La fe es confianza demostrada en algo o
alguien.
 La fe tiene el mismo funcionamiento dinámico como el amor
ágape. Cuando nos referimos al amor como un sustantivo,
estamos hablando de carácter: paciencia, bondad, etc… (1
Cor 13:4-7) Cuando decimos que Dios es amor, estamos
describiendo Su carácter. Pablo dijo que la meta de nuestra
educación es el amor (1 Tim 1:5) por lo tanto, la meta de la
educación cristiana es la transformación del carácter.
Cuando el amor se utiliza como verbo, se expresa por acción:
“porque de tal manera amó Dios al mundo que dio…” (Jn
3:16) Si decimos que amamos a alguien y no hacemos nada
por ellos, sólo es sentimentalismo y no amor ágape. El amor
verdadero se expresa al satisfacer las necesidades de otros.
La fe tiene una dinámica similar. Cuando usamos fe como un
sustantivo, estamos hablando de lo que creemos. Pero si
hablamos de fe como un verbo, entonces se expresa en la
forma en que vivimos. Santiago lo dice así: “Así también la fe,
si no tiene obras, es muerta en sí misma. Pero alguno dirá: Tú
tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y
yo te mostraré mi fe por mis obras. Tú crees que Dios es uno;
bien haces. También los demonios creen, y tiemblan” (Sant
2:17-19)
El diablo cree en la existencia de Jesús y sabe que la Palabra
de Dios es verdad. Pero no busca glorificar a Jesús u
obedecerlo. Él busca su propia gloria, siendo rebelde de
corazón (Rom 1:25)
Demostramos lo que creemos por cómo vivimos nuestras
vidas. Si lo creemos, lo hacemos, si no, entonces lo que
creemos sólo son ilusiones.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor, ayúdame a ponerle pies a mi fe cada día y a no confiar
en logros pasados, en el nombre de Jesús, amén.

Confesando lo que creemos


 
Rom 10:9-10 que si confesares con tu boca que Jesús es el
Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los
muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para
justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.
Uno de los principales medios por los cuales expresamos
nuestras creencias es la confesión, expresar verbalmente
lo que creemos. De hecho Dios nos pide que estemos
firmes en este mundo. Jesús dijo: “Porque el que se
avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación
adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará
también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con
los santos ángeles” (Marc 8:38)
Al reprender a los fariseos, Jesús dijo: “Porque por tus
palabras serás justificado, y por tus palabras serás
condenado” (Mat 12:37) y en Marcos 11:23 Él dijo:
“Porque de cierto os digo que cualquiera que dijere a este
monte: Quítate y échate en el mar, y no dudare en su
corazón, sino creyere que será hecho lo que dice, lo que
diga le será hecho” Nota que Jesús no dijo que
obtendremos cualquier cosa que creamos, pero
tendremos lo que creemos y confesamos. La confesión
expresa lo que creemos. La confesión de la boca debe
expresar con exactitud la creencia del corazón.
Para vencer a Satanás, debemos hablar la Palabra de
Dios, la cual es la espada del Espíritu (Efe 6:17) En nuestra
traducción, dos palabras diferentes se utilizan para la
Palabra de Dios. La más común es logos que indica la
Palabra de Dios revelada (Juan 1:1) La otra es rhema. Sólo
hay una Palabra de Dios, pero el énfasis en rhema está en
su expresión. Debemos guardar toda la Palabra (logos) en
nuestros corazones y cuando Satanás ataca estamos
firmes en su contra al confesar la Palabra de Dios (rhema)
Confesar lo que creemos nos da prueba de nuestra fe. La
confesión no crea la fe, la fe hace posible la verdadera
confesión. La confesión es estar de acuerdo con Dios. Es
vivir en la luz al dejar nuestra vida y nuestra boca
demostrar lo que creemos en el corazón.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Padre, deseo que lo que cree mi corazón y lo que mi boca
confiesa esté alineado con la verdad de Tu Palabra, en
Cristo Jesús, amén.

Las percepciones y las emociones


 
Lamentaciones 3:22-23 Por la misericordia de Jehová no
hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus
misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu
fidelidad.
En un sentido general tus emociones son el producto de
tus pensamientos. Si no estás pensando correctamente, si
tu mente no está siendo renovada, si no estás percibiendo
a Dios y a Su Palabra correctamente, se reflejará en tu
vida emocional.
Una de las mejores ilustraciones escriturales de la relación
entre las percepciones y las emociones se encuentra en
Lamentaciones 3. En los versos 1-6 Jeremías expresa
desesperación porque percibe erróneamente que Dios
está en su contra y que Él es la causa de sus problemas
físicos. En los versos 7-11, 18 ventila sus sentimientos de
temor. Si tu esperanza estuviera en Dios y estas palabras
fueran una imagen correcta de Dios, probablemente te
sentirías deprimido también.
¿Cuál era el problema de Jeremías? Su percepción de Dios
estaba errada. Dios no era la causa de su aflicción. Dios
no es una bestia salvaje que está esperando morder a la
gente. Pero Jeremías no estaba pensando bien,
percibiendo bien o interpretando sus circunstancias bien,
así que no se estaba sintiendo bien ni tampoco estaba
respondiendo bien.
De repente, la tolerancia de Jeremías cambió, “Esto
recapacitaré en mi corazón, por lo tanto esperaré. Por la
misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque
nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada
mañana; grande es tu fidelidad” (versos 21-23) ¡Qué
cambio! ¿Cambió Dios? ¿Cambiaron las circunstancias de
Jeremías? No, su percepción de Dios cambió y sus
emociones le siguieron.
No eres formado tanto por tu entorno como por tu
percepción de tu entorno. Los eventos de la vida no
determinan quién eres, Dios determina quién eres y tu
interpretación de los eventos de la vida determina qué tan
bien manejas las presiones de la vida. En realidad
tenemos muy poco control sobre nuestras emociones,
pero sí tenemos control sobre nuestros pensamientos y
nuestros pensamientos determinan nuestros sentimientos
y nuestras respuestas. Es por eso que es tan importante
que llenes tu mente con el conocimiento de Dios y Su
Palabra. Necesitas ver la vida desde la perspectiva de Dios
y responder de acuerdo a ello.
Por Neil Anderson
ORACIÓN
Señor, ajusta continuamente mi percepción del medio
ambiente para que coincida con Tu perspectiva
encontrada en Tu Palabra, en el nombre de Jesús, amén.

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