Está en la página 1de 30

Jorge Ventocilla, Werio Núñez, fiancisco Herrera,

Heraclio Herrera y Mac Chapin

Los indígenas kunas y la conservación ambiental

Tanto para académicos como para ambientalistas y estudiosos de las


culturas indígenas americanas, los kunas de Panamá tienen una atracción
especial. En la literatura popular y especializada se ha discutido extensamente
sobre los valores de su sistema de organización social y sobre l a defensa
histórica que este pueblo ha hecho de su territorio y sus recursos naturales.
El presente trabajo analiza los antecedentes del pueblo kuna, especialmente
en la región de San Blas o Kuna Yala, su situación actual y sus posibilidades
de que sigan siendo administradores de su patrimonio.
Los kunas son una cultura en rápido y creciente cambio; cambio no
siempre deseado por ellos. Las situaciones que viven hoy día en su relación
con ellos mismos y con su ambiente ecológico, son reflejo de algo ya sucedido
a buena parte de las sociedades de la tierra: la monetaxización de la vida,
el arribo de la modernidad. Con los kunas se representa ahora el asalto del
estilo d e desarrollo dominante sobre los tíltimos espacios silvestres y las últimas
culturas con identidad no occidentalizada --en este caso. de l a República de
Panamá.

El pueblo kuna
Persisten en Centroamérica 43 culturas indígenas, con una población
estimada en más de 5,000,000 de personas. De esta región, Guatemala
abarca aproximadamente un 50 por ciento de la población indígena, Belice
el 12.5 por ciento y El Salvador y Panamá el 10 por ciento. Algunas de las
comunidades nativas panameñas son consideradas como las menos aculturadas

Con una ~naestríaen ciencias y manejo de vida silvestre de la Iíniversidad Nacional


de Costa Rica, Jorge Luis Ventocilla Cuadros es especialista ambiental en el Instituto
Smithsonian de Panamá. Vaierio Núñez A. obtuvo una licenciatura en geografía de la
Universidad de Panamá y es coordinador en el Instituto para el Desarrollo Integral de Kuna
Yala. Por su parte, Francisco Herrera obtuvo la maestría en antropología en l a University of
Florida y es profesor en el departamento de historia de la Universidad de Panamá. Heraclio
Herrera R., egresado de la üniversidad de Panamá con una licenciatura en biología, tiene
como área de especialización la botánica y es asistente de investigaciones en el Instituto
Smithsonian de Panamá. Mac Chapin obtuvo el grado de doctor en antropología en la
University of Arizona y es director del Centro para el Apoyo a las Tierras Nativas (Center
for the Support of Native Lands). A excepción de Chapin que es estadounidense, todos los
autores de este artículo son de nacionalidad panameña.
@) Mesoamérica 29 (junio de 1993)
96 Ventocilla, Núñez, Herrera, Herrera y Cliapin

de toda la región. Según el Censo Nacional de 1990, Panamá cuenta con una
población indígena no menor de 195,000 habitantes, comprendidos en siete
grupos: ngobe. buglere (ambos conocidos también como "los guaymíes"),
kuna. emberá y wounán ("los chocoes"), teribe y bribri.
Los kunas representan el segundo grupo en tamaño de población en el
país, con unos 55,000 habitantes. Poseen en forma colectiva l a Comarca de
Kuna Yala (San Blas) de 320,600 hectáreas en tierra firme (más las aguas
marinas vecinas), en donde reside alrededor del S0 por ciento de la población
kuna. A Kuna Yala se llega por aire en avionetas pequeñas, por barco desde
la provincia de Colón, o por vehículo de doble tracción utilizando el único
camino de penetración, abierto en la década de 1970, pero que se encuentra
en muy malas condiciones (Figuras 1 y 2).
La gran mayoría de los kunas o "dules", como elios se llaman frecuente-
mente a sí mismos, habitan en unas 40 islas, pero ocho comunidades se ubican
sobre la misma costa -en partes del litoral de la comarca que carece de islas-
y dos comunidades, Gangandi y Xlandi, están emplazadas a varios kilómetros
dentro de tierra firme (véanselas Figuras 1 y 2). Los kunas que viven fuera de
la comarca (entre el 20 y el 30 por ciento de la. población total), residen en las
ciudades terminales de Panamá y Colón, y en las plantaciones bananeras de
Changuinola. Gran parte de esta migración es laboral y predominantemente
masculina. Según el censo, en la década de 1970, por cada 100 mujeres había
80 hombres en San Blas. Las comunidades kunas, como toda Latinoamérica,
están conformadas en gran parte por niños y jóvenes (Figura 3).
Sus casas, grandes construcciones de unos 20 o 30 metros de largo por
otros diez de ancho, tienen techos de penca de palma. principalmente weruk
(ililanicaria saccifera) o soska [Sabal alfenii)> y paredes de iEa (Soeratea
exorrhiza) o de masar (Gynerium mgitatum). Los kunas tienen un patrón
de residencia matrilocal, en que los hombres pasan a vivir en la casa de los
familiares de sus esposas. Así, el grupo residencial puede estar formado por
varios núcleos familiares, todos emparentados a través del padre o abuelo y
la madre o la abuela (casi siempre la dueña de la casa). El tamaño de las
casas y el crecimiento de la población en las islas han saturado el poco espacio
disponible y han obligado a rellenar los bajos a orillas de las islas ron pedazos
de coral. piedras y más arena.
Al llegar los españoles en el siglo XVI, los ktinas habitaban el Darién,
en su mayoría en la vertiente del Pacífico. Luego. por presiones tanto de
los españoles como del grupo vecino --los emberaes- se fueron desplazando
hacia el Caribe. Es en fechas relativamente recientes (en los últimos 150
años) cuando comienzan a establecerse permanentemente en las islas donde
hoy habitan. También existe una población pequeña de kunas en la vertiente
del Pacífico, al otro lado de la cordillera de San Blas. y al oeste de Colombia.
Para su conveniencia, los kunas han tenido el raro privilegio de per-
manecer relativamente aislados del mundo. Controlando, buscando J. mane-
jando el contacto con otras sociedades. han logrado mantener una autonomía
política y culttiral bastante excepcional entre los pueblos indígenas actuales
98 téntocilla, Núñez. Herrera, Iilerrera y Chapin

Figura P. El piteblito de Gangandi, ubicado en tierra firrrie al extremo occidental de


la Comarca de Kuna Yala

de América.
La moln siniboliza ---hacia fuera,--- la identidad cultural del piieblo kuna,
pero en el seno de la cultura están los cantos y discursos en las reuniones
del congreso de cada comunidad, los que expresan los temas esenciales de
la cultura y revelan su carácter básicamente reIigioso y moral. Este grupo
es reconocido como una sociedad con iin alto grado de organización social y
política, lo cual le ha ganado el respeto de la comunidad política e intelectual
del país.
Tradicionalrrieitte los kunas mantienen, patrocinan y celebran la solidari-
dad y unidad de sus comunidades. Aún existen comunidades en donde los
intercambios no corrrerciales de alimentos y la ayuda entre miembros enlazan
fuertemente a individuos y grupos. Como lo expresó un antropólogo que tra-
bajó con ellos, los kiinas "cortversan de sil generosidad constantemente" y la
ausencia de prácticas de intercambio "marca. los límites de su mundo social".
En Kuna Yala se piteden encontrar veces a corta distancia una de otra-
desde comunidades muy aculturaclas a comunidades fuertemente tradicionales.

La subsistencia cotidiana
El pueblo kuna es primariamente agricultor y pescador. y practica la roza
y quema. Las tierras que ellos labran se concentran a lo largo de los ríos o
cerca de la costa, favoreciendo el transporte de los productos agrícolas hacia
Los indígenas kunas .v la conservación

Fzgurn 3. Niños konas del pueblito de Ogop Sukun, situado en la región central de
la cornarca
100 Ventocilla, Núñez, Herrera, Herrera y Chapin

las comunidades. Esta agricultura puede ser más caracterizada como extensiva
que intensiva, siendo los guineos y plátanos masi (blusa spp.) los productos
predominantes. Además de estos cultivos, entre los productos básicos se
destacan el maiz, al cual llaman oba (Zea mays), la yuca, o mama (Manihot
esculenta), el arroz blanco u oros sipu (Oryza satira), el arroz rojo: llamado
en kuna oros ginnid (Oryza spp.) y la caña de azúcar o gay (Saccharum
officinarum). En una parcela agrícola o nainu pueden hallarse muchas
especies aprovechables, entre árboles frutales, plantas comestibles, medicinales
y hasta vegetales de los que se extraen tintes para fiestas tradicionales y
cosméticos para las mujeres.
El kuna siembra cultivos intercalados. El ciclo agrícola anual general-
mente se inicia con la roza y el corte de Ios árboles durante diciembre y enero,
comenzando con las áreas de bosques primarios y dejando para marzo y abril
los sitios de vegetación más joven. Esta actividad se considera un "trabajo
duro" e implica desviar y disminuir la atención de otras actividades de subsis-
tencia tales como la pesca, la cual de todas formas disminuye por tos fuertes
vientos del verano. En general, se califica al verano (diciembre a abril) como
un período de escasez. Las quemas se inician en marzo y la siembra se hace
después de las primeras lluvias, en abril o en mayo. En algunas partes de l a
comarca se suele hacer una segunda siembra en octubre o noviembre.
Los kunas practican también un sistema tradicional de agroforestería que
es muy benigno con el medio ambiente, Siembran árboles para delimitar
las parcelas y también en el interior, entre los otros cultivos. En algunas
regiones de l a comarca este sistema ha disminuido, pero en otras partes,
como por ejemplo en Cartí, se ha observado un incremento en la siembra
de árboles madereros. Para los kunas que practican l a agroforestería, como
10 expresan, las ventajas son varias: "obtengo varios productos del mismo
lugar y además leña"; "se mejora la producción de los cultivos"; "los árboles
mejoran el ambiente para las siembras, evitan las malas hierbas"; o "protegen
del viento, esconden a los cultivos de los pájaros". En l a cultura kuna es común
la metáfora en la cual los árboles frutales dan la bienvenida a los visitantes,
incluyendo a la fauna silvestre. Las parcelas agrícolas son también sitios de
cacería.
Hay dos elementos que distinguen a la agricultura practicada en Kuna
Yala de aquella de los campesinos en la vertiente del Pacífico. La primera
diferencia es que en la comarca no se practica la ganadería y por lo tanto
no existen potreros: los kunas pueden -y así lo hacen-- dejar las tierras
en descanso de cuatro a diez aiios, para cultivarlas luego por un período de
dos a tres años. En el sector del Pacífico un ciclo agrícola de este tipo es
prácticamente imposible, porque la ganadería en su dinámica hace que las
tierras recién desmontadas se conviertan en potreros a los pocos años.
La seg1111da diferencia es que a la comarca no han llegado las yerbas
asiáticas Sacchnrurn spontanrum e Nyparrherlia rufa? conocidas como "paja
canalera" y "faragua": que impiden la regeneración natural de los bosques
secundarios una vez que se implantan en un área desmontada. Por esta razón,
Los indígenas kunas y la conservación 101

extensas regiones se vuelven inservibles; ni el ganado se dimenta de estas


plantas.
El paisaje típico que observamos en la comarca es primordialmeiit,e una
gran extensión de selvas tropicales (más del 90 por ciento del territorio kuna
está cubierto por vegetación natural) que bajan desde la cordillera de San
Blas. sobre una topografía abrupta. hacia las costas del Caribe. Sigue una
franja estrecha de tierras llanas con áreas agrícolas: aquí se mezclan parcelas
de cultivos, vegetaciítn en diferentes etapas de regeneración y selvas primarias.
Más cerca al mar, el paisaje se cubre de cocoteros y manglares.
Xo es común el uso (le medidas de superficie. La primera vez que se
abre una parcela en bosque primario, se utilizan como límites los ríos y las
quebradas, así como las cimas de las ~nontañas. Cuando el dueño divide
l a tierra -por ejemplo, para heredarla a sus hijos- se siembran hileras de
árboles frutales, los cuales serán en el futuro los límites de las parcelas. Existen
varias categorías de tenencia de la tierra: de propiedad privada, familiar,
comunal, prestada y de asociaciones o grupos. La tierra se convierte en
propiedad cuando una persona corta el monte virgen. A veces lo cortan grupos
o "sociedades", quienes se convierten en los primeros propietarios, y sus hijos
pueden heredar derechos sobre los terrenos. También hay tierras explotadas
por el trabajo conjunto de toda la comunidad; pero es más común que los
montes sean cortados por individuos varones? por eso el primer propietario
suele ser un hombre. La tierra es heredada por hijos e hijas y se puede ceder
o comercializar, pero sólo entre kunas, ya que por ley ninguna persona que no
sea kuiia puede tener propiedad en Kuna Yala.
Los kunas obtienen gran parte de la proteína en su dieta de la pesca en
el mar y si un pueblo se define por lo que corisume, debemos decir que a los
kunas les encanta comer pescado. Actividades como la caza y la recolección
de productos silvestres son secundarias.
E1 comercio del coco (Cocos nucifera) con comerciantes colombianos que
navegan en cartoas por el archipiélago ha sido durante muchos años la principal
fuente de ingreso económico. Ya a fines del siglo XIX se habían sembrado
muchos cocotales en la comarca. En el año 1967, la comercialización del
coco representó el 70 por ciento del ingreso económico total. Esta actividad
ha hecho que algurlas islas, así como amplias zonas aledaiias a la costa,
estén ahora convertidas en monocultivos de cocoteros. A cambio de eso,
las canoas colombianas traen productos para vender en las islas, tales como
aceite, sal, gasolina, hamacas, cayucos, café y azúcar, productos indispensables
para la subsistencia diaria. Sin embargo, en los últimos aíios la cosecha de
cocos ha disminuido y su importancia en ia economía kuna ha declinado
considerablen~ente.
Las labores de subsistencia siguen siendo la ocupación principal de la
mayor parte de la población, pero la venta de rnolas elaboradas por las mujeres,
asociada al turismo urbano y regional, así como la venta de langostas, de
concha de tortuga carey (muy reducida ahora por l a explotación excesiva), y
el trabajo asdariado dentro de las islas, son actividades que se han expandido
102 Ventocifla, Núñez, Iferrera, Herrera y Chapili

fuertemente en los últimos 20 o 30 años, e incluso algunas de ellas se vienen


realizando desde e1 siglo pasado. Es importante tener en claro que desde hace
mucho tiempo los kunas han estado produciendo también para el mercado
externo, y su subsistencia depende totalmente de herramientas y productos
que ellos no fabrican y que deben importar. como el machete, el hacha y botas
de hule.
Para poder entender el mundo kuna actual y su interrelación con el
entorno ecológjco, debemos tener en claro el crucial avance de la economía
del dinero en la vida cotidiana. Ko es una exageración decir que el indígena
kuna se encuentra atrapado en el capitalismo. La penetración del mundo
capitalista no es reciente. Los kunas hicieron intercambios con~ercialescon
traficantes y piratas europeos comenzando en el siglo XVII; pero los efectos de
este comercio nunca fueron tan marcados como en la actualidad. Por ejemplo,
antes de la década de 1940, los kunas no compraban arroz, azúcar ni pescado.
Actualmente sí.
La monetarización de la vida alcanza a la mayoría de los kunas cotidiana-
mente. Hasta hace unos años, las canoas colo~nbianasaceptaban el trueque de
sus productos manufacturados -en un 100 por ciento-- por cocos; actual-
mente no. El kuna tiene que pagar la ~riitaden coco y la mitad en efectivo;
incluso llegan a no aceptar cocos. En una cadena formada por canoas, tien-
das y consumidor, las tiendas aceptan los cocos cada vez menos. Se venden
muchas cosas: troncos de mangle para leña, troncos de árboles para postes y
vigas de viviendas, "piedras" (pedazos de coral) para el relleno de las islas,
hojas de palmeras para techado y bejucos para los amarres de la construcción.
¡En algunas comunidades actualmente se venden hasta los mangos!
En los últimos 30 años ha crecido una importante clase asalariada formada
por maestros y otros empleados del Estado que cumplen funciones para
distintas instituciones gubernamentales. La escolarización ha contribuido a
que gran parte de estos ftincionarios sean kunas. Hace unos anos, la comunidad
miraba con otros ojos a sus educadores y les obsequiaba productos agrícolas
y comidas en general, mas en l a actualidad ellos deben pagar cualquier cosa
que adquieran.

El saber tradicional'
Es indudable que en el acervo cultural tradicional kuna, hay muchos
conocimientos y preceptos que apuntan hacia el respeto de la naturaleza y
hacia el recientemente descubierto "uso sostenido" de los recursos. Los cantos
y oraciones del pueblo dult están repletos de referencias al entorno y a su
protección. El territorio no sólo se anhela para hacerlo producir, sino para
realizarse a través de él.

Esta sección fue adaptada de Mac Chapin, "Recuperación de las costumbres ances-
trajes: el saber tradicional y la ciencia occidental entre los kunas de PanamZ, en Lo expre-
sión cultural y el desarrollo de base, Charles David Kleymeyer, editor (Arlington. Virginia:
Inter-American Foundation, 1993), pp. 133-160.
Las indígenas kunas y fa conservación 103

Para los kunas, el mundo tal como existe en la actualidad tiene una
naturaleza dual: está formado por lo que se llama "el mundo espiritual" y "el
mundo substancial". El mundo espiritual no se puede percibir por medio de
los sentidos. Sin embargo, rodea a todas las cosas materiales y reside en cada
una de ellas. Los seres humanos, las plantas, los animales, las rocas. los ríos y
los poblados tienen "almas" invisibles que son copias espirituales del cuerpo
físico. El mundo del espíritu sustenta al de la substancia y le da su fuerza
vital.
El mundo del espíritu influye constantemente en la vida cotidiana de los
kunas. Periódicamente, los espíritus atacan a los debiles e indefensos, cau-
sando enfermedades, deformaciones y la muerte. Los espíritus merodean por
los poblados kunas, ocultos en la oscuridad, asustando a los transeúntes soli-
tarios y robándoles el alma. Sin embargo, la vida en general es relativamente
benigna para los que se comportan conforme a las normas. Los espíritus ge-
neralmente respetan a las personas que cumplen las reglas, las cuales están
plasmadas en la tradición kuna.
Según esta tradición, hay ciertos lugares fuera del perímetro de las comu-
nidades que son santuarios de animales y plantas espirituales, o "demonios".
Dichos santuarios son conocidos como kalu. Hay comunidades de espíritus
viviendo en las colinas y en las montaíias de tierra firme, en "remolinos" de-
bajo de la superficie del mar, de los lagos, de los ríos y de los pantanos, y en las
nubes que flotan en los cielos. Los kunas a menudo describen los dominios de
tierra firme como "corrales" llenos de animales terrestres. Cada vez que una
especie de la selva se agota, los "guardianes" sueltan animales de los corrales
para reponer sus poblaciones. Asimismo, durante los meses en que los ríos se
desbordan y los mares se alborotan, de los remolinos de la tierra brotan peces,
tortugas y toda clase de criaturas marinas. Las nubes gigantes que se hinchan
y ruedan sobre la tierra firme en el apogeo de la estación de las lluvias llevan
a ~ m a l e ys los dejan caer sobre la selva coi1 la lluvia.
Sustentada y animada por el reino del espíritu, la tierra de los kunas
es a la vez un ser vivo y manantial de vida. Es el cuerpo de la Madre que
continúa su eterna tarea de regenerar el planeta con plantas y animales nuevos
que salen de su seno en las profundidades del cosmos (Figura 4). La espesa
capa de selva que recubre las montañas y los valles son las "vestiduras verdes"
de la Madre. Para los kunas, los ríos son a la vez la vagina de la Madre
(por su función reproductiva) y su pecho (ya que nutre a las criaturas con la
leche materna). Ella da los alimentos, materiales de construcción, leña y un
sinnúmero de otros objetos que necesitan para sobrevivir. En las asambleas
nocturnas. los iíderes advierten constantemente a su pueblo que deben tratar
con respeto a la Madre y a todas sus criaturas.
Esta visión cósmica constituye la base filosófica de lo que podría Uamarse
la "ética kuna de conservación de la naturaleza". El elemento aglutinante es
el respeto por la tierra y la necesidad de que la humanidad cuide el legado
natural que se ha colocado sobre la tierra para su beneficio. De hecho, los
kunas han dado un carácter tan personal a la naturaleza que tratan a los
Figura 4. Olodililisobi, la Madre Tierra de los kunas, recibe la ayuda del Gran Padre
al dar a luz a los árboles; dibujo por el ya fallecido \.trilliam Smith, primer jefe de
vst upu

animales, a las plantas y a los espíritus de toda clase como si fueran seres
humanos. Es su deber tratarlos con respeto, alabarlos y negociar con ellos.
Por ejemplo, antes de cortar plantas medicinales, los curanderos les explican
su misión. Después siguen normas muy estrictas al cortar ciertas partes de
las plantas, envolvií.ndolas en hojas y colocándolas en canastas de fibras
para el viaje de regreso. Cuando los remedios están listos para usarse, el
curandero "aconseja" al alma de las plantas en cuanto a lo que se espera que
hagan en el cuerpo del enfermo. 'Todo esto se hace en una forma sumamente
civilizada, e incluso, cuando tratan con espíritus que causan enfermedades,
quienes dirigen los ritos se comportan con cortesía y deferencia. Aunque
muchos de los kalurnar están ubicados en tierras cultivables muy fértiles y a
corta distancia de los poblados, no se puede destruir su vegetación natural.
En particular. algunos de los árboles más grandes no se deben talar porque
en sus ramas los espíritus cuelgan cuerdas para secar su ropa. Cuando se
traspasan estas zonas, en forma consciente o inadvertida, los espíritus que allí
habitan normalmente se enfurecen y se vengan, desencadenando epidemias y
pestilencias sobre la comunidad del transgresor. Sin embargo. se puede ir sin
peligro a estos territorios de los espíritus para recoger plantas medicinales,
tarea que se realiza con sumo respeto. Cuando a través del Proyecto de
Estudio para el Manejo de Areas Silvestres de Ktina Yala (PEMASKY) los
kunas decidieron establecer un parque en Xusagandi ----en la cordillerat donde
Los indígenas kunas y la conservación 105

avanzaba el frente de la colonización ganadera- aplicaron el misino concepto


tradicional del kalu (Figuras 5 y 6).

La realidad en la década de 1990


Para bien y para mal, la actitud y la práctica hacia la naturaleza han
ido cambiando mucho en los últimos veinte años. Hay ejemplos de cambios
positivos: kunas con diverso grado de educación occidental, tienen hoy un
gran interés en la protección de su territorio por medio de l a conservación;
técnicamente están preparados para ello. Esto ha estimulado el desarrollo de
organizaciones no gubernamentales indígenas? las cuales han ido mejorando su
capacidad administrativa y tienen voz a nivel internacional (Apéndice 1). Los
kunas han logrado controlar mejor -en comparación a otros pueblos indígenas
t r o p i c a l e s - el avance de la colonización y la consecuente usurpación de sus
tierras ancestrales.
Sin embargo, lo que vamos a discutir aquí son las causas y los azares
de los cambios negativos. Tales son los que nos preocupan. Usaremos como
ejemplos lo sucedido con dos animales marinos: las tortugas y las langostas.
Los kunas conocen al mes de mayo como yauknii, es decir "mes de la
tortuga" porque durante este mes las tortugas marinas salen a las playas de
Kuna Yala a poner sus huevos. Desde tiempos inmemoriales los kunas han
aprovechado los huevos de tortugas; existían reglamentos sobre el número de
huevos que podían ser aprovechados -la mitad de cada puesta, e incluso en
el pasado ni siquiera se mataba a las tortugas. En la década de 1910 lograron
que el gobierno prohibiera la caza de la tortuga a los costeños vecinos. Los
kunas creen que la persona que coma tortuga será castigada por Bab D u m m a d
y quien mate a una tortuga corre el riesgo de enfermarse de tuberculosis, pues
el espíritu del animal invade su burba, su espíritu. Hoy se comen y se venden
carne y huevos de tortugas, y en el pasado reciente la comercialización de
la concha de la tortuga carey disminuyó considerablemente las poblaciones
de esta especie en Kuna Yala. Sin embargo, aún hoy, existen kunas que por
convicción no comen tortuga. Se puede encontrar, en comunidades donde se
vende carne de aiiimales silvestres, cazadores que no venden los animales que
cazan aunque no tengan dinero para comprar pan para sus hijos.
Otro ejemplo es el de las langostas. Los kunas que hoy día tienen 30 arios
de edad o más son los últimos en comer langostas. Ellos recuerdan que, en
su infancia, "era normal comer langosta tres o más veces a la semana y si
se quería comer, sólo había que ir a buscarla". Ahora ya no hay más dulzap
(langosta, Panalirus spp.) en el dule naasi, la coniida del kuna.
Todo cambió a principios de la década de 1970, cuando aviorietas de la
ciudad de Panamá comenzaron a comprar langostas en la comarca, primero
tímidamente y de vez en cuando (cada semana o cada quince días), temerosos
de la reacción de la población. Hacia 1984 se inició la comercialización en
gran escala y en 1994, los vuelos eran diarios, incluyendo los domingos.
Los "langosteros" kunas recuerdan que años atrás se podían capturar
106 Ventociiia, Núñez, Herrera, Elerrera y Chapin

Figura 5. Guardabosques kunas del Proyecto de Estudio para el Manejo de Areas


Silvestres de Kuna Yala (PEMASKY), que estableció un bosque protegido a lo largo
de la línea fronteriza de la comarca
Los indígenas kurias y la conservación

Figura 6. Deforestacióii por ganaderos (no kunas) a lo largo de la carretera El


Llano-Carti, en dirección del borde sur de la comarca
108 Ventocilla, Núñez. Herrera, Herrera y Chapin

hasta 40 langostas en un día, buceando en un mismo arrecife y a profundidades


de entre tres a cinco brazas. Actualmente, se consiguen de cuatro a ocho
langostas por día, buscándolas en varios arrecifes y cada vez hay que bajar
a mayores profundidades. Además, por esta explotación excesiva, los buzos
buscan langostas en áreas más y más extensas. Hoy en día hay buceadores
kunas contratados para la pesca de langosta en todos aquellos lugares de
ambos mares de Panamá donde se lleva a cabo este n e g ~ c i o . ~
En poco m& de diez años, la langosta se ha convertido en el principal
producto de exportación de Kuna Yala: pero los kunas están acabando con
esta especie sólo para satisfacer el refinado paladar de consumidores de fuera
de la comarca. Mientras que al buceador le quedan sólo unos pocos centavos,
el consumidor final de las langostas sabe poco o nada de lo que significa l a
pesca excesiva de un recurso marino en un territorio indígena cuya población
sobrevive de los productos del mar.
Ni en Kuna Yala ni en el resto de Panamá se han llevado a cabo estudios
sobre l a comercidización de l a langosta y sus efectos. Todo sucede a l a sombra
de la complacencia de autoridades kunas y, por lo visto, del marcado desinterés
del lejano gobierno central en la capital de la república.
Tanto las tortugas marinas como las langostas están protegidas por
legislación nacional e internacional. El propio Congreso General Kuna y
organizaciones kunas de interés ambiental han alertado sobre la exterminación
de estas especies, pero no han podido frenar su explotación sin límites.
Además, desde hace unos cinco años, se venden al por mayor al mercado
extracomarcal mariscos de diverso tipo, y hasta hubo un intento de instalar
un negocio de peces de arrecifes para peceras, en el que participaron hasta
niños k u n a ~ . ~
En una entrevista que le hiciéramos en 1992, poco antes de su falleci-
miento, el cacique Enrique Guerrero comentaba sobre el tema:
Nosotros hablamos de las langostas e iguanas. Nuestros padres no vendían
las langostas; y las iguanas abundaban en los árboles de suu, ese q u e
también se llama higuerón; uno podía encontrar iguanas por cantidades.
Nuestros padres no utilizaban los instrumentos de cacería que hoy se
emplean. Además, se cazaba solamente para el sustento. Si empezamos a
cazar en forma indiscriminada acabaremos con las langostas y las iguanas.
Esto lo sabemos por los mensajes que dejaron nuestros padres versados
en esta materia. Lo mismo ocurre con las tortugas. Debemos dejar que
se reproduzcan, no podemos acabar con todos los huevos que entierran en
las playas.
También henios querido regular la venta de la langosta y no hemos
podido frenar a los compradores. Nuestro Congreso General se ha pro-
nunciado en este sentido. No es cierto que los caciques no hacen nada: el

Vease el articulo de Bernard Nietschmann incluido en las pp. 1--55del presente volumen
(nota del Editor).
En 1992, una compañia norteamericana compraba peces de colores en Kuna Yala para
exportarlos a Miami; en 1993, el congreso kuna prohibió el negocio.
Los indígenas kunas y la conservación 109

gobierno conoce el problema y se manifiesta a favor nuestro, pero de allí


no pasa.
Se pueden mencionar otros ejemplos más. La pesca masiva del sábalo real o
mzla (kíegalops atlantzcus) casi acabó con la especie; cosa parecida sucedió con
la tortuga carey. En el pasado reciente, los kunas llegaron a comprar iguanas
a las embarcaciones colombianas. El venado corzo o goe (,Mazama americana)
dejó de ser hace mucho tiempo un animal tabú. Con el bosque podría pasar
igual; ya está sucediendo entre los kunas de hladungandi y Wargandi de la
vertiente del Pacífico: la necesidad de dinero en efectivo los ha llevado a vender
sus árboles en gran cantidad.
Si hasta hace poco las niontañas estaban protegidas por los kalzamar, el
día de mañana el avance de una economía comercial y materialista puede hacer
perder este vínculo con lo sagrado.

De cómo el mundo se convirtió en un "producto"


Para sorpresa de muchos de los admiradores de sus molas y de la belleza
paradisíaca de las islas, la sociedad kuna está cambiando con dolor. Los tabúes
y actitudes de respeto a la naturaleza están siendo rápidamente reemplazados
por la lógica mercantilista que todo lo convierte en un "producto" y, por lo
tanto, comerciable. No pretendemos decir que el caso sea como en una película
d e vaqueros, donde está muy claro quiénes son los "buenos" y quiénes los
"malos". El empuje viene de afuera de la sociedad indígena, pero son kunas
quienes participan, por acción y por omisión, en el despilfarro de los recursos
para obtener dinero.
En la década de 1920, los kunas vivieron en carne propia el encuentro
con la cultura occidental. Se levantaron contra l a policía colonial en el año
1925.4 Esta policía estatal tenía entre sus misiones la de "civilizar al indio",
lo cual no fue aceptado por los kunas pues implicaba perder sus patrones
culturales y el proceso venía acompañado de una serie de atropellos a sus
derechos más elementales. Los kunas tenían el apoyo de Richard O. Marsh,
un norteamericano que promovió la idea de una nación kuna independiente
que se llamaría República de Dule. Salieron bien parados de Ia revuelta
y desde entonces cambió la relación y actitud que el Estado nacional tenía
hacia los kunas. En 1930 fue creada la Reserva Indígena de San Blas y en
1938 el estatus de la reserva fue elevado al de comarca, concepto tomado
de la legislación colombiana que llevaba un grado más alto de autonomía y
autoadministración.
Estos cambios, promovidos en gran parte por los mismos kunas, han sido
beneficiosos. Han servido para estrechar las relaciones con el Estado panameño
d mismo tiempo que se ha asegurado su condición especial como pueblo
independiente. Hoy día el enfrentamiento y la consecuente transformación

* Al respecto, véase el artículo de Jim Howe, en este volumen, pp. 57-76 ( n o t o del
Editor).
Z

\'entocifla, Xúñez, Herrera, Herrera y Chapin 1


4
son de índole esencialmente económica. Esta nueva fuerza es invisible y difícil
de reconocer y enfrentar. El resultado es u n a transformación profunda de
las relaciones internas del pueblo kuna. tanto en las relaciones entre sus
miembros, como entre la comunidad y el medio ecológico. Hay líneas de
resquebrajamiento en todo un sistema de vida. que en cualquier momento va
a convertirse en crisis
Nosotros queremos insistir en este foro: l a situación k u n a de hoy es o t r o
asalto del estilo d e desarrollo dominante sobre los últimos espacios silvestres
y las últimas culturas con identidad no occidentalizadas, en este caso de la
República de Panamá.
j,Cómo pedir a sociedades nativas que enfrenten con éxito algo que
sociedades con rna.yores posibilidades no han sabido ni querido enfrentar?
Con frecuencia los tabúes indígenas son vistos como pensamientos arcaicos
y brujería. C n o se pregunta, ¿por qué la gente n o se molesta siquiera ante lo
perverso del raciocinio económico capitalista, con su nefasto impacto sobre el
medio ambiente global? ¿Acaso la economía a l a manera occidental, cada vez
más global. n o tiene mucho de negocio de piratas? Mientras no enfrentemos
estas contradicciones fundamentales, andaremos dando tumbos y arrastrando
al mundo detrás de quimeras.
Si los kunas tuviéramos los medios materiales y los hábitos de consumo
de ciertos países industrializados, la ecología de K u n a Yala n o tardaría muchos
años sin reventar. Elvira Torres. mujer y dirigente k u n a d e l a comunidad de
Ustt~pu,interpreta así el cambio que está viendo a su alrededor:
Nosotros los kunas nos diferenciamos de los no indígenas por la cultura.
Sin el dinero ... ellos no pueden moverse, no pueden comer, no pueden
tomar, no pueden dormir. Por eso es que destruyen la naturaleza sin
importarles la vida futura de sus hijos, No se dan cuenta del daíio que
hacen. Por eso afirmo que el dinero empobrece al hombre, crea hambre.
Nele ~ a n t u l e 'decía que "el mar, los arrecifes, los peces son nuestros
y otras personas no nos los pueden quitar. Debemos pescar lo necesario.
Tenemos toda la libertad de usar lo que la naturaleza nos brinda, pero sin
sobrepasar lo necesario".
Todo se compartia: cangrejos, pescados ... Si algún familiar pescaba
bastante, se compartia. Nadie vendía nada y las cosas se daban por dar.
Pero ahora todo es dinero, Tengo que comprar pescado y cangrejos.
Lo mismo ocurre con la carne de venado, de saíno; los cazadores ya no
comparten como antes sino que venden.
Acttialmente, l a s larigostas son capturadas sin consideración alguna.
i\nt,es, nuestra5 madres colocaban una langosta entera en nuestros platos a
tempranaq horas del día: así mismo, los padres cornian en la tarde langosta,
cuando llegaban de sus trabajos. Ahora, si quieres comer langosta tienes
que comprarla, si es que tienes dinero.
Así. el kuna ha estado en busca d e todo producto que pueda ser transformado
en moneda. desde la comercialización de su propia fuerza de trabajo como

5
Nele Kantule fue u n chamán y líder de la comunidad de Cstupu durante la primera
mitad del presente siglo. y u n o de los líderes de la Revolución de 1925. Falleció en 1944.
Los indígenas kunas y la conservación 111

obrero agrícola (como. por ejemplo, en las compañías bananeras) hasta la


comercialización de sus recursos naturales. Todo esto le sirve para obtener
dinero en efectivo para satisfacer sus necesidades básicas, las que. a su vez,
con la racionalidad de la economía capitalista, se convierten en necesidades de
consumo que requieren más dinero para poder ser satisfechas. La racionalidad
capitalista estaba ausente en la lógica indígena.

El exceso de población
La segunda causa de la explotación de los recursos naturales es el aumento
d e población. Estupu, la isla con mayor población, tenia en l a década de 1930
menos de 1,000 habitantes; ahora tiene más de 6,000. En todas las islas
habitadas de tamaño mediaiio y grande se ha hecho "relleno", es decir, se ha
aumentado artificidmente su extensión utilizando principalmente corales.
Cort el incremento del número de habitantes viene una mayor demanda de
recursos. A la par del problema de espacio físico crece también l a demanda de
productos para la construcción. Por ejemplo, es notable la necesidad de mayor
cantidad de hojas de palmas para el techado; de troncos de árboles para postes
y vigas de viviendas. Las hojas de palmas como weruk (Manicuria saccifem),
wannuk (Welfia georgii) y sosga (Sabal alleniij se emplean con preferencia
p a r a techados y hay una demanda local por tales materiales, los cuales se
encuentran a la venta. De estas palmeras silvestres sólo l a palma weruk es
cultivada para los propósitos de vivienda. Aun así, en la costa del litoral es
notable la escasez de esta palmera y otras especies. Otra palma escasa es la ila
(Socratea cxorrhiza), cuyo tronco es enlpleado para las paredes. Por la gran
explotación que se hizo de este recurso, ahora las paredes de las casas son
hechas de la gramínea masar (Gynerium sagitatum). Las palmeras y árboles
d e buena calidad son escasos en tierra firme. Los kunas cada vez tienen que
viajar niayores distancias, subiendo hacia la cordillera, para poder explotar
los recursos útiles para su vivienda.
Estos síntomas de superpobIación van de la mano con otros, como la
drástica reducción en el tamaño de las viviendas y la ausencia de tierras
cercanas disponibles para la agricultura. Se observa ahora una mayor presión
humana en los manglares, pantanos y en las planicies junto a los ríos
navegables. Los kunas a veces han llevado la agricultura a más de cinco
kilómetros río arriba. Otros síntomas son la disminución del rendimiento de
l a pesca y la cacería, y -algo que resulta evidente- la acumulación de basura
en la5 orillas de las islas; tal basura no es sólo orgánica: incluye ahora muchas
latas y material de plástico (las playas de las costas de Kiina Yala, aun las
que no tienen comunidades al frente, tienen mucha basura; uno se encuentra
con plásticos que deben venir, con las corrientes o, sabe Dios cómo? de otros
países.)
El aparente desborde de la población sobre las islas se ha resuelto hasta
ahora con la migración a las ciudades, principalme~tea Panamá y a Colón.
Este fenómeno ha disminuido en parte la presión en el ecosistema. Sin
112 \fritocilla, ,Viíficz. Herrrra. Herrera y Chapin

enibargo. entre 1987 y 19'39. ante la crisis eco~ióniicay política. no menos d e


2.000 ]<unasretornaron a siis coniiinidades. con iiiievas costuiiibres y actitiides.
CII las islas la situacióii se percibió corrio prohleniitica. piies demandó más
espacio. reciirsos y alirneiitos.
Un esceiiario sirriilar para el futiiro se le plaritea a no pocos dirigentes.
ante la necesidad de planear la posible re-ociipacióii (le las áreas costeras:
para ello será ~iecesarioiin proceso de educación y tra~isferenciade tecnología
qiir resuelva el probleiiia tic la readapt aci61i de grandes riíirneros de población
a las coiidicioiic~sactiiales de esa parte de la región. El gran riesgo son las
iririovaciories tecnológicas y ecoiióiiiicas qiie sean iiiapropiadas para iiii proceso
de carii\,io de estas poblaciones.

Los iridígerias se i.ircxlien corrseri;zrioriisla<


Es a partir de la d6rada de 1980 cuarido las organizaciones conserva-
cioi~istasno gnberiiaiiieritales en Pananiá participan activarnerite. en conjunto
con e1 gobierno. en la protección del medio arnbiente. Al mismo tiempo se
desarrollaron rnoviiiii~iitosintlígenas para la defensa de sus derechos liuma~ios
y territoriales. [,a co1tscrvaci6n piira corno propucst.a parecía iiri contrasentido
en la comiitiidad iirdíg<lria;la prioridad de las orgariizaciones de base indígena,^
era el desarrollo aiitt>s t ~ n ela conservacióii.
Si11 emlmrgo. los probleiiia.~ relacior~adoscon el rrietlio arr~hicriteestaba.11
apawciendo entre las poblaciones indígerias. En los primeros años tle la
década d~ 1970 e1 Estado panaiiieño había iiiiciado grandes proyectos corno
plantas liidroclbctriras y carreteras. viiiculados a propuestas de integrar
territorios aislados y fonirnt,ar el desarrollo socioeconóniico general del país.
Se constrliyerori las liitlroel4ctricas del Bayano y Fortiiiia y se abrió la ca,rretcra
(sin pavinit~ntar)al 1)arit:n.
Los territorios iiitlíg~nascoirii~ e1 de hfadungaiidi. tle !os ]<iiria.sde! Bayaiio.
fiierori aft,ctados. C'riantlo se ronstriiyó la rrpresa ellos pertlirroii el 80 por
cirnto d e sir reserva. las nicjores tierras agrícolas rliie 1,eriían. Vn raiiial de la
carretera pa.naiiiericarra criizó la serranía (le San Bias lracia c.1 riort,e y cornilriicó
a la regióri con e1 resto del país. Esto provocó la apreiisi61i tle los kunasl pues
con las carreteras Ilrgari los coloiios y sil "ciiltiira del potrc?ro".
('oriio respiiesta a c.sta.5 arricriazas. la ;\sociación (le Eriipliados Knrias
(:\EK) de las t>ascs riiilitarrs. eii la eiitoiices zoria dt.1 carial. inició cri 1975
trabajos en I.dirl)i. cii la tlivisoria d r agiras <le la cor<lillera ilc Sari Illas.
L:L~ parcelas agrícolas do los ]<iiri;ts stt coiicentraii eii las fajas costcras y
rdirl>i qiiedal)a tiesliahitatla y sin protoccicíri. Se vio la iiccesi<lad <lemantener
nria j>rcscnria física para controlar la c,ntrada dc los coloiios y desrrieritir los
argiiiiiíxntos (le cllni qiic <Y;IS t i ~ r r a srio ttxriíiiri diicño ..porqiie alií no había
riatlicx". ;\iites dc 197.5. la coloriizaci61i ya liat~íadcsforcstado buena. parte de
las estril)aciories tic rrioiitaiia al lado dc.1 I'acífiro.
F:II 19'33. se orgariizó PI.\I;ISh'\:1-. Imjo la tiitela cit. la ;\EIí -- ron apoyo iri-
terriariorial. I)e allí en adf,laritc. es liistoria 1)astaiite conocida: por vez pririiera
Los indígenas kunas 31 la coi~servación

un grupo indígena de Latinoamérica delimitó una selva primaria (alrededor de


60,000 hectáreas) para coiivertirla en una zona protegida. Además, reunió en
su organización a técnicos y profesionales kunas (agrónon~os,sociólogos: biólo-
gos y administradores). .%lgunos de estos profesionales habían sido miembros
de otras organizacio~ies,casi todos con intereses rnás políticos y sociales que
ecológicos, conlo el Movimiento de la Juventud Kuna.
En los últimos diez años. las organizaciones internacionales han aportado
donaciones en cantidades significativas (que nosotros estimamos en alrededor o
superior a 2 millones de dólares) para actividades conservacionistas. sociales y
de desarollo en Kuna Yala. Con este auge de donaciones internacionales a los
pueblos indígenas. o a proyectos que se desarrollen en territorios indígenas, han
proliferado las organizaciones indígenas e indigenistas iio gubernamentales.
Desafortunadamente, la gran mayoría no tiene l a experiencia ni el personal
capacitado para desarrollar y ejecutar proyectos.
En la actualidad. en el Ministerio de Gobierno y Justicia se están
tramitando solicitudes de más de 30 orgaliizaciones indígenas e indigenistas
(17 organizaciones kurias, 4 ngobes y el resto indige~tistas de índole no
gubernamentales), para obtener personería jurídica. Muchos de los organisnios
internacionales insisten en el reconocimiento legal de las organiza.ciones no
gubernamentales antes de realizar transferencias de fondos.
Las donaciones internacionales han tenido impacto y seguirán reper-
cutiendo con fuerza en la comarca durante los próxinios años. Desde 1983, la
Fundación Interamericana (FIA) ha donado alrededor de 1 millón de dólares, a
través de PEMASKY; la Fundación MacArthur también contribuyó alrededor
de 400,000 dólares a PEMASKY; y el Fondo Mundial ha contribuido apro-
ximadamente 200,000 dólares para varias actividades. Austria, Escandinavia
y los Países Bajos en los últimos años han donado aproximadamente 500,000
dólares y l a Comunidad Europea alrededor de 675:000 dólares. La Comunidad
Europea tiene previsto donar 19 millones de dólares en los próximos cinco años
a los grupos indígenas cetitroamericanos, incluyendo a los de Panamá.
Tal auge ha motivado que las organizaciolies indígenas se enfrenten a
problemas de adnlinistración. Acostumbrados a manejar cantidades pequeñas
de dinero, ahora deben concebir y adaptarse a una administración en gran
escala. Esto ha sido n ~ u ydifícil para todos. Uno de los problemas es que
los donantes muy raras veces respaldan a estas organizaciones incipientes
con asistencia técnica y financiera, para el fortalecimiento de las mismas
instituciones. Un ejemplo de esta experieticia es PEMASKY, Ia organización
que más fondos ha recibido de fuentes internacionales -aproximadantente la
mitad de los fondos recibidos por todas las organizaciones no gubernamentales
kunas. Entre 1983 y 1987, la AEK recibió fuertes sumas de dinero de
organismos internacionales. Esta sumas, que parecieran elevadas, fueron
distribuidas para diversos asuntos, no solamente para gastos operativos: eran
para pagos de consultoría e x t ~ r n a ,capacitación de personal, estudios de
inventario de flora y fauna, infraestructura, demarcación física de la comarca
(se delirriitaron casi 100 kilómetros eir la parte occidental) y otros gastos. Estas
114 Ventocilla, ,Vúñez, Herrera, Herrera y Chapin

cantidades mayores de dinero despertaron entre los kurias grandes expectativas


de todo tipo, mnrhas de ellas poco realistas. Para niucha gente de la comarca,
después de diez años de trabajo. los resiiltados tangibles no correspondieron
a las expectativas.
En la actualidad, las organizaciones kiinas que reciben donaciones de
organismos internacionales de los EE.CC.. Austria, los Países Bajos. Escan-
dinavia y de la Comunidad Eitropea son las siguientes: PEMASKY (ahora
reorganizada), la fundación Dobbo Yala. la Asociación iiapguana. el Insti-
tuto Kaiu Koskun (una organización no gubernamental del Congreso General
de la Cultura). el Centro de Apoyo a las Sierras Piativas y el Instituto de
Desarrollo Integral de Kilna Yala, creado recientemente por el Congreso Ge-
neral para captar fondos directamente, sin metliación de otras organizaciones
indígenas no gubernamentales.
La tendencia en el Congreso General -la máxima autoridad política en
Kuna Yala- es qiie todos los proyectos que se lleven a cabo en la comarca
sean manejados, ejecutados y administrados por esta organización, a través
de su recién creado Instituto de Desarrollo Integral de Kuna Yala. Esto
expresa nuevamente un cierto recelo en el manejo de fondos. así como el deseo
y confianza de los indígenas en asumir responsabilidades que anteriormente
tenían organizaciones que eran a la vez no gubernamentales y no indígenas.
En otras palabras, los kunas no desean hacer trámites para captar dinero y
otra asistencia a través de intermediarios.
Ahora el congreso tiene la responsabilidad de demostrar cómo va, a
manejar este instituto, cómo v a a estructurar y organizar sti administración,
y cómo coordinará las labores del instituto con sus otras instancias. Existen
muchas expectativas sobre el alcanre del instituto. Es, como todo reto, una
oportunidad.
Las relaciones entre organizaciones kunas no gubernamentales y las
comtinidades tienen sus matices. La norma es que las organizaciones no
gubernamentales trabajen con grupos de base o grupos que se dedican a
una determinada actividad, pues las comunidades son muy prácticas y no
confían mucho hasta ver restiltados concretos. La mayoría de los trabajos se
ha hecho en comunidadas específicas. La única organización no gubernamental
que trabajó en un momento coyuntural, a mediados de la década de 1980, y
que aglutinó a varias comunidades a través de los denominados "grupos de
voluntarios" fue PEh~í.4SKY. En este caso la lucha por la demarración del
territorio propició una participación comunitaria masiva.
Por otra parte, existe poca relación entre las organizaciones no guber-
namentales nacionales y las indígenas, en términos prácticos. Algunas de
estas organizaciones indígenas, como Dobbo Yala y PEhlASKY? pertenecen a
organizaciones nuevas como COPADE (Comité Parianieño de Arnbiente y De-
sarrollo), que surgió a raíz de la reunión de "Río 92". PEMASKY forma parte
de la Fundación de Parqiies Xarionades y Medio Ambiente (PAXAMA), que
se creó en 1985 para integrar a todas las organizaciones conservacionistas no ,
,
,
.
gubernamentales del país. Sin embargo, para todos los efectos prácticos, las
, .
Los indígenas liun as y /a conservación 115

organizaciones no gubernamentales indígenas no dependen de las nacionales


para desarrollar sus programas. .ictualmente, PES1.4SKY es parte de la UICN
(Gnión Internacional para la Conservación de la Xaturaleza), y tan~biéitrecibe
aportes pequeños de ANCON (Asociación Nacioi~alpara la Conservación de
la Naturaleza), la organización de este tipo económicanlente niás fuerte del
país. La evidente buena relación de las organizaciones no gubernamentales
indígenas con los organismos internacionales, su principal fuente de apoyo,
contrasta con Ia poca relación de la mayor parte de las nacionaies con dichos
organisnios. Puede decirse que los organismos internacionales han percibido
correctamente la necesidad de trabajar directamente con organismos indí-
genas, lo que lla permitido que la ayuda tenga menos intermediarios y sus
resultados mayor eficacia.
A pesar de algunas dificultades adrninistrativas que han tenido este tipo
de organizaciones kunas, es innegable que éstas han sido vías para que las
comunidades participen en la solucióri de sus problemas económicos, sociales
y ambientales, ya que juegan un papel fundamerital en la concie~itización
ambiental entre los kunas. Coordinadas en el Instituto de Desarrollo de Kuna
Yaia, pueden lograr avances muy significativos. Dada la situación de cambio
y el impacto que este cambio está teniendo sobre la vida cotidiana y el medio
ambiente en Kuna Yala, una función importa~itísimadc las organizaciones
kunas será, creemos nosotros, dar claridad al tema de la utilizacióil de los
recursos en la comarca. Deberán discutir con las corriuilidades la diferencia que
existe entre aprovechar el medio ambiente en funcióti de la demanda externa,
y el aprovecharlo en función de las necesidades internas.

Reffexiones sobre áreas protegidas y territorios indígenas


Aunque con contradicciones, la agenda ambiental en Panarrrá Iia avanzado
rápidamente en los últimos arios. A finales (le 1993, el país contaba entre el 17
y el 27 por ciento de su territorio bajo diversas categorías de áreas protegidas."
El 17 por ciento de las tierras del país constituye parques nacionales, la
mayoría creados entre 1980 y 1993. Tal porcentaje es más del 10 por cielito
que corno promedio se ha observado para Centroamérica. según un infornie de
1989.'
Los parques nacionales incluyen casi la niitad del remanente boscoso
del país. Es claro qiie, si se logra reforzar la estructura institucional,
Panamá habrá dado iin gran paso en la conservación de su biodiversidad.
La mayor contradicción es que tales áreas protegidas se han establecido en
zonas habitadas por poblaciones campesinas e indígenas. Con la excepción

Los diferentes tipos de áreas protegidas son administrados por IXRENARE (Instituto
de Recursos Naturales Renovables), algunos municipios y varios otros orgariismos gubrrna-
mentales.
' Miguel Cifuentes y Róger Morales, editores, .'Sistenta regional d e áreas silvestres
protegidas de América Central", Plan de acción 1989-2000, programa de manejo integrado
de recursos naturales (Turrialba, Costa Rica: C.I\'TIE, 1989). 124 pp.
<le dos parques. el (le Soberanía. eri la cuenca del Canal. y t.1 de Sarigiia.
eri la regi61i central. todos los dciiiás titiieii pohlacioiirs qiic se riiiit1stran
iricoriforriies por rio haber sido corisiiltadas o sirriplerrie~it~ porcliie la categoría
de j>arqiies les irii;>orie restriccioric.~d e iiso t r a d i c i o n a l o riiotlcrrio (le los
reciirsos disponibles.
l'or ejeriiplo. e1 Parque Saciorial 1)arit:ii. el riiás grande tlrl país r o n
- -rO.000 liectáreas. es un corredor boscoso coiitigiio a l a frontera cori (.'oloriit)ia.
.,
E'iie rreado en 1980 conio parqiie. pero poco t1espiiC.s se le agregó la categoría
(le "reserva d e la l)iósfera". Siis líriiites estrernos sr traslapaii con los d e
las comarcas iiidígerias eiiiberá-woiiiiáii d e C41iiaco y S;lriibíi rrspr~rtivariieritc.
incliiyerido niiirierosas corriiinidades eiiiherá y woiiiián. Fiicra d? las áreas d e
roiiiarca rneiicionadas. e1 parque tanit)ii.ri iiicliiyc otras coriiiiriiciades eiiii>erá y
dos ro~iiiinidadeskiiiias ciiyas tirrras rio están protegidas bajo nirigiíri r4giriicri
propio salvo el de partliie. C'ori rara excepcióri. todas ellas se riiiirstrari
iriconforrries por las normas restrictivas cloe al pri~icipiose establccierori a la
cacería y iiitilizacióri de reciirsos. lo cnal provocó recliazos. .A pesar d e qiie esta,
situación no se lia resiielto. el cstatiis d e reserva de la biósfera h a pcrnritido
seguir una política dc niayor flcsil)ilictad. siir eliniiiiar los factores d e conflicto.
En principio. la dirección del parque n o iiitervieiie eii las actividades d t la
poblacióri que sean excliisivarnente d e siibsistencia.
LTn estiniado muy general siigiere qiie cerca del 70 por ciento de los 195.000
indígenas d e Pariar~iá.rrsideli en i i r i 70 p<;r ciento dc lx i r r a s boscosas <!e! país.
Esta condición estahlrcc l a iniportaiicia qiie tienen las poblaciones indígenas
eii la protección d e los hosqiies iiat.uralrs d e I'ananiá. I'arte de este territorio
se enciientra bajo e1 r6gimeii d e rc~sc~rvíis y coriiarcíis indígerias. u n a categoría,
1)olítico-adiiiinist,rativa qiie hasta aliora no ha tenido relación con las áreas
protegiclas (:«irio los parqucxs. salvo qofi se traslaperr.
Iiiirla >'ala es ~>recisa~~iierite tina reserva-corria,rca iritlíg~iiaciiya caríictcrís-
tica principal es qiie cst.á totalnieritr bajo el control d e los knnas. lo riial n o
es el caso de la niayoría. donde a vc.ct,s liay áreas ociipadas por griipos rio
indígenas. Debido a estos fa(:torrs donde las coniurii<latles iridígeiias soii las
ociiparit~sy iisiiarias de los principales I)osqiic.s del país. sc, hace ricccsa.rio qile
e1 E:stado establezca cori ellas políticas qiic garariticrn cl iiso y c~splotaciórrde
sirs rcciirsos e n condicioiics (le sostcnil)ilidad, I-sto rro ha ociirrido totlavía.
p i i ~ slas políticas cic4 Estatlo en iiiatrria ambi(~ntalen los territorios indíge-
I I ~ Sliari siclo par<-iales o c<)iitra(lict<~ri;~:; ? ~ l?í ? i r ; i , sI'!I
con ~ t r ~ ~ . c~,jcv~ipl<~
r.5
e1 relativo a los aspclctos políticos y adiiiiiiistrativos. Es tI<xcir. r1 concepto y
prárticn d e la atlriiiiiistracióri d t c t a s árcíis r s ajeno j ~ o rlo grricral al d r la
a d ~ ~ i i ~ i i s i r a c i(le
ó i ilos reciirsos iiaturalcs. O t r o factor lia sitio tarril)i6ii l a es-
c;lsscz de recursos ccorióiiiicos. lo ciial rc~(liicesii capacida<i para atcri(li~rrstas
zonas. las iriás reiiiotas tiel país.
I.:ii Kiiiia Yala. los rriisriios kiiiias son qiiieries aliora ~)c,rcibcrila riecrsid;id
(le proteger rrirjor sil tc,rritorio. atiriqiic rio está iiiiiy claro cóiiio. Ifasta íihora
no parece existir iiiia visióri o consenso entre los kiiiias. ('oirio ya se lia <liclio.
PI.:II;\SKY maiitienc~1111 parqiir forrstal en la partr, occidental de la coiiiarca
Los ind-enas kunas y la conservación 117

desde la década de 1980. Cltimamente, el Instituto Smitlisonian ha sugerido,


con cautela, colaborar con el Congreso General Kuna para la creación de
un parque marino, Ante la muy preocupante degradación de los recursos
marinos en la comarca, establecer un área protegida pareciera de beneficio para
ambas partes; pero la situación es más compleja. Por un lado, los científicos
desconocen la dinámica interna del pueblo kuna y se sienten incómodos en
su negociación con los kurias. Por otro, algunos dirigentes indígenas creen
erróneamente que esto mermaría su autodeterminación sobre la comarca. Es
un buen ejemplo de la necesidad de una compre~isióny entendiriliento por
ambas partes.
Desde 1991, INREXARE aprobó la creación de una nueva región ejecutiva
para la comarca de K u ~ t aYala, pero ha carecido de presupuesto para nombrar
a los técnicos, que se espera sean kunas. Aunque ha habido consultas, para
los kurtas el concepto de áreas protegidas parece un contrasentido comparado
con su experiencia histórica. Esta decisión les suena como a un intento del
gobierno de intervenir en un territorio que ya ellos conocen y han protegido.
Sin embargo, los cambios sociales y culturales en las gerieraciones jóvenes
paxecen haber reducido su capacidad para el manejo y administración de la
región como lo hacían las anteriores.
Hace poco, el Congreso General de Kuna Yala aprobó iina propuesta
para nlodificar la Ley 16 de 1953. Allí incluyó un capítulo (el séptimo)
sobre recursos naturales (artículos 52 a 55). La ii~troduccióndel tema en
la propuesta puede caracterizarse como una novedad, pues revela la creciente
preocupación de la dirigencia en torno a los recursos naturales y sil validación
legal. También porque define y reclama estos recursos como patrimonio de la
comarca y establece velar por su conservación y utilización racional.
La langosta, a1 parecer explotada ya en exceso, adquiere una atención
especial con la regulación de su captura, precisarnerrte por su importancia
económica. Por último, se establece la posibilidad de declarar, a través del
Congreso General Kuna, áreas marinas o terrestres protegidas. Todas estas
facultades, de ser aprobadas por la Asamblea Nacional, darían a los kunas
una autoridad nunca antes otorgada por el Estado a un grupo indígena en
materia de recursos naturales.
El objetivo es establecer un control de los recursos naturales de la región,
con la menor interve~iciónposible de otras instancias del Estado. Esto es
compatible corr la historia y el espíritu kuna de defensa de su territorio. Se
trata de recuperar para las comunidades kunas responsabilidades que el Estado
ha considerado como suyas, pero que rara vez ha ejercido, al menos en Kuna
W a . En este sentido, la propuesta es también compatible con la "iligenda 21"
aprobada en la Cumbre Ambiental de Río de Janeiro en 1992, donde se insiste
e11 dar mayor responsabilidad a las comunidades locales en el manejo de sus
recursos. El planteamiento de los derechos indígenas en cuanto a sus territorios
fue uno de los resultados derivados de las mismas propuestas indígenas en la
reunión de la Cumbre Ambiental de Río de Janeiro en 1992.
Nos encontramos nuevamente ante el tema de la territorialidad y la
118 Ventocilla, Núñez, Herrera, Herrera y Chapin

legalidad. Entre el concepto que los kunas tienen de su territorio y el que el


Estado trata de ejercer hay todavía cierta distancia establecida por distintas
tradiciones de pensamiento. En algunos casos, los kunas han buscado un
tipo de autonomía que les permita su desarrollo interno, sin que ello signifique
distanciarse del Estado. Por otra parte, los políticos nacionales se han opuesto
a este tipo de arreglo, pues temen que se extienda a un modelo de autonomía
casi total. Este temor es infundado. El proceso histórico observado en la
sociedad kuna ha sido de una gradual integración a la vida nacional, en sus
propios términos. Además, las comunidades kunas saben que tienen tanta o
más responsabilidad que el Estado en el uso y aprovechamiento de los recursos
que históricamente les pertenece; pero también han empezado a admitir que
ese patrimonio tiene a la vez una dimensión nacional. La sustentabilidad reside
igualmente en su contribución al bienestar propio como al de la mayoría.
Un aspecto adicional es el de la relación entre Estado-nación e indíge-
nas, que aparece como un tema idealizado. Con frecuencia se presenta al
Estado como el villano que interviene constantemente en los derechos indí-
genas. Este punto de vista ha sido generalmente difundido desde el exterior,
principalmente desde el norte, a través de grupos de opinión que tratan de
proteger a las comunidades indígenas de las presiones del Estado. Tal punto
de vista ignora que el Estado es una realidad política, con derechos igualmente
significativos y que se extienden como responsabilidad a otros sectores de la
población nacional bajo el principio de soberanía. Por otra parte, el Estado
no es algo abstracto, sino que lo constituyen los intereses del grupo de poder
en el gobierno que se ejercen en un determinado momento. En esta doble
dimensión del concepto de Estado-nación residen las contradicciones que se
observan en las relaciones entre Estado y comunidad indígena. No por ello se
justifica descartar al Estado como un factor negativo para el desarrollo de las
comunidades indígenas.
Bien visto. podríamos decir que hay al menos cinco razones que los kunas
perciben para establecer la necesidad de un proceso de integración entre
los fines d e las comunidades indígenas, los del Estado y los del resto de la
comunidad nacional; cinco razones por las cuales los indígenas deben estar
bien presentes en la conservación y el manejo de las áreas silvestres de sus
territorios.
La primera razón es que obviamente los indígenas han percibido los
cambios en su entorno y están decididos a mantener un nivel de equilibrio
entre pasado, presente y futuro. Los bosques representan un recurso cuya
protección no es sólo una necesidad económica sino una necesidad que afecta
a su propia vida. pues afecta a la base misma de su cultura. Si el bosque y los
demás recursos naturales de los que dependen desaparecen. su subsistencia
y su economía desaparecen y con ella el propio significado de su identidad
cultural.
La segunda razón es que toda propuesta de conservación que surge fuera
de la comunidad, por buena que sea. debe contar con la participación directa
de la misma, en lo posible desde su misma formulación. Es parte de una
Los indígenas kunas y la conservación 119

ley universal del desarrollo comunitario: si no se involucra a la población


local en los proyectos, éstos no funcionan. La experiencia de los parques lo
confirman. La tradición de los conservacionistas ha sido ignorar la opinión y
la participación activa de las comunidades en los planes de manejo de recursos
que les son básicos a estas comunidades.
L a tercera razón es precisamente que los indígenas poseen un conocimien-
to todavía muy amplio de su entorno ambiental, sea éste selvático, costero,
marino, o de sabana. Conocen las plantas y los animales y saben cómo
manejarlos. Aun dentro de condiciones de cambio. en las que es criticable
que tumben muchos árboles, maten o vendan quetzales y papagayos, etc.,
todavía son los mejores conservadores de ese entorno. Es más fácil convencer
a un indígena que se ha desviado de su conducta que lograr convencer a
agricultores y ganaderos de que protejan a los bosques del oriente de Panamá,
por ejemplo, puesto que son personas acabadas de llegar y desconocen sus
características más importantes, y porque su interés está en sacarles el mayor
provecho a los recursos en el plazo más corto posible (véase l a Figura 6).
L a cuarta razón es que, a pesar de que entre los indígenas existe la
tendencia a idealizar su imagen como buenos conservadores, reafirmando
el concepto de la Madre Tierra en mucho del discurso conservacionista, la
realidad es que tales creencias están vivas y son fundamento de las prácticas de
la gran mayoría de las comunidades indígenas. El movimiento conservacionista
tiene entre sus méritos el haberlas rescatado de la minusvalía en que la
occidentalización las tenía arrinconadas. El objetivo es mantener un equilibrio
entre el discurso y la práctica.
La quinta razón obedece a que es relativamente más fácil negociar con
los indígenas que con otros sectores involucrados. Por lo general, están orga-
nizados y funcionan como una personalidad colectiva, a través de congresos
y otras instancias de organización, mientras que tos campesinos actúan de
manera individualizada. La organización indígena permite al Estado realizar
consultas y tomar decisiones para fines que benefician a l a mayoría.

Ep17ogo: ;Qué hacer?


Después de tanto discurso, queremos aportar algunas ideas prácticas. A
nuestro juicio, hay ciertas líneas de acción ambiental que se podrían explorar.
Primero: El trabajo ambiental con las mujeres debe ser potenciado. La
subsistencia de todos los días y la formación de la gente, está en gran parte
en manos de las mujeres. Entre las mujeres kunas también está presente la
queja por la discriminación en contra de su género. En la actualidad existe
una organización de mujeres a nivel de la comarca. No tenemos que decirles
qué hacer. ellas saben mejor que los hombres cómo se consigue una buena
relación con la tierra.
Segundo: El rescate y difusión de los valores conservacionistas propios.
Mucho se ha hablado, y también hecho, sobre recuperar los valores de los
120 L7t~~itocil1a~
íVúiiez, Ilerrera, Herrera y Chapin

indígenas en relación al medio ambiente. Sin embargo, todavía queda mucho


por hacer. A nosotros nos ha, servido mucho la recopilación de "testimonios-
mensajes" entre los kunas? no solamente entre los "grandes conocedores"
sino entre la gente común. Tres de los autores de esta ponencia estamos
publicando un libro titulado Plantas y animales en la aida del pueblo k u n ~ . , ~
donde volcamos experiencias basadas en años de pertenencia y relación con el
pueblo kuna: pensamos que es un aporte a este punto en particular. Se deben
promover más esfuerzos de este tipo.
Tercero: Promover el trabajo con los niños. Kuna h l a es un continente
de gente nueva, de niños y jóvenes de ambos sexos. Poco se ha hecho por
aprovechar su energía y su afán de saber. Si no hay educació~iambiental que
torne en cuenta a los niños y los haga partícipes a la vez, los proyectos de
conservación simplemente se hacen viejos, pero viejos sin sabiduría. que no es
lo normal.
Cuarto: Debe haber más co~junjcacjón entre las comrinidades indtgenas
nacionales y las organizaciones conservacionistas panameñas. Hay mucho
que aprender de ambas partes: vemos un gran potencial. Pensamos que la
presencia de lo indígena como parte del pa,trimonio cultural de la sociedad
panameña empieza a asuniirse lentamente. El tema más importante actual
en los círculos conservacionistas es la "biodiversidad". Cuando se hable con
el mismo afán y entusiasmo de la diversidad cultural de nuestros países, se
habrán creado ya las condiciones para trabajar realmente en conjunto. En
los países de Centroamérica los bosques remanentes y las áreas indígenas
se extrapolan, razón suficiente para que conservacionist~asy organizaciones
indígenas compartan esfuerzos.
Qui~ito:Debemos ir dejando atrás los mitos. Itay un mito del "buen salvaje"
y otro del "buen ecólogo". Arribos están llenos de romanticismo y falta
de objetividad. Hay gente y organizaciones que afirman que los indígenas,
por ser indígenas, son conservacionistas natos y viven en armonía con su
entorno. Pensamos que este mito ha resultado también de una necesidad
sicológica -- pero, iqiiién no necesita un mito?- de parte de organizaciones e
intelectuales del Norte. Esto ha alimentado el oportunismo cle organizaciones
y personalidades indígenas. El indígena no es perfecto, es un ser humano,
capaz por lo tanto de echar a perder su base de recursos; tan~pocodebemos
negar las características de su forma de ser y vivir que le ayudan a relacionarse
en forma más benigna con la naturaleza. Tampoco deberíamos pensar que por
ser "ecólogas" las personas u organizaciones deben ser cubiertas con el mismo
halo que tienen, digamos. los boy-scouts cuando a,yudan a pasar la calle a los
viejitos.

Jorge Ventocilla, Heraclio Herrera y Valerio Núñez, I'lantas y animales en la uida del
pueblo kuna (Panamá: Inst,ituto Nacional de Cultura-Instituto Smithsonian d e Investiga-
ciones Tropicales, 1995). Véase una reseña d e esta obra en el presente volumen.
Las indígenas h-unas y la conservación 121

Hay otro rliito que anda dando vueltas por ahí y es el del proyecto
"exitoso" qiie hace rato que ya no funciona. Eri publicaciones y documentos
riacioriales e i~iternacionales~eiicontranios referencias a proyectos en Panamá
"de aniplio 6xitoi'. pero que a veces tii siquiera han salido del papel. La
gerite de base sabe cuándo los proyectos están trabajando y cuándo no. No
debenios asumirles respiración a asuntos que están muertos. '4 fin de cuentas,
estas caricaturas - - e l buen salvaje, el buen ecológico, el proyecto exitoso-
causan niás daño que otra cosa: se malgasta el diirero (que es escaso) y a
veces se proloilga el proyecto en su estado de coma. cuando en realidad se
debería dejar riiorir.
Sexto: Los g-rupos conservacionista~(y el Estado) deben tratar de entender las
particularidades de la administración indígena en s u forma y procedimiento.
Los escalorles de autoridad no son siempre obvios, ni tampoco la secuencia
de los procedimientos. Cada una de las comunidades kunas, por ejemplo,
tieiie sus propias normas y autoridades, independientemente de las autoridades
cotnarcaies y los a.cuerdos que se hagan a nivel del Congreso General. Para
los kunas no existe contradicción en esto; el Co~igresoGeneral sigue siendo la
autoridad niáxinia en la comarca. Es necesario hacer el intento por entender
cómo los kiirias y los otros grupos indígenas se gobiernan,
Séptirr~o: iLfás irnportante que gastar dinero es invertir tiempo en la gente.
IIernos visto eri varias ocasiones que la abundancia de dinero ha hecho naufra-
gar las mejorr?~intenciones. Es irnportante que los fondos no se conviertan
en l a razóii de ser de los proyectos. Con seriedad, las organizaciones no gu-
bernamentales deben hacerse la pregunta: ;cuál es el sentido de continuidad
que se qiiicre para las orgariizaciones y proyectos? Pensando en el caso de
Kuna Yala> nosotros nos hemos preguntado incluso sobre cuánto ha influido
el dinero proveniente de proyectos de conser\~aciónen el giro económico de la
comarca.
Seguir. estar atentos; expirestos y dispuestos a la diníimica propia de las
coniiiriidades. eso es rriuy iniportante. Las orgariizaciones no gubernamentales
---y rio solarrrerite las que se interesan en la conservación--- resultan ser con
frecuencia hueiios iritermediarios por el sirnple hecho de tener una relación
más cercaira, y personal col1 las comunidades. Esto cs algo que el dinero por
sí solo no coitsigue. No por apoyar las causas ecológicas o indigenistas se está
en lo cierto: ,cuárita necesidad existe a veces de gastar dinero, sentirse bien,
o acitrniilar proyectos?
Finalmente. pensan~osnosotros que si hacemos el esfuerzo por entender
el problcriia ecológico que enfrentan hoy los pueblos indígenas, como síntoma
extrenio de 11n problr~naestrurttirai (económico, político y social) global,
erttorices podrernos terier una percepción más real de lo que está pasando;
y por ahí co~riierizauna relación de trabajo y colaboracióii, ciertamente
a.leccioiia<loray positiva para ambas partes.
122 Ventocilla, Núñez, Herrera, Herrera y Chapín

Arcadio Castillo, "Análisis de la pesca actual de langosta espinosa (Panulirus argus) y


otras langostas en Kuna Yala, Panamá-', informe técnico a la Oficina de Educación y
Conservación del Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, 1í pp (1992).
Geodisio Castillo y John W. Beer, C'tilización del bosque y de sistemas agroforestales en
lo región de Gardi, Kuna Yala (San Blas, Panamá) (Turrialba: Centro Agronómico
Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), 1983), 55 pp. con apéndices.
hlac Chapin, "Comments on the Social and Environmental Consequences of El Llano Carti
Road, Republic of Panama", documento interno de la USAID, Oficina de América
Latina y del Caribe (octubre de 1980), 15 pp.
, "Kuna Subsistence: Comments and Addendum to: ,Votes on the Encironment
and Subsistence Prnctices of the San Blas Cuna", U'orking Papers on Peoples of
Central America 1 (1983): 53-60.
, Curing among the San Blas Kuno of Panama (Ann Arbor: üniversity h4icrofilms
International, 1983). 580 pp.
, "Recuperación de las costumbres ancestrales: el saber tradicional y la ciencia
occidental entre los kunas de Panamá", en La ezpresión culturnl y el desarrollo de
base, Carlos David Kleymeyer, compilador (Quito: Ediciones Abya-Yala, 1993), pp.
133-160.
Susan Charnley y Cebaldo de León, "Uso de recursos naturales en Knna Yala occidental",
avance de informe presentado al proyecto PEMASKY, Panamá (sin fecha).
Miguel Cifuentes y Róger hforales, editores, "Sistema regional de áreas silvestres protegidas
de América Central", Plan de acción 1989-2000 (Turrialba: Programa de Manejo
Integrado de Recursos Katurales, CATIE, 1989), 124 pp.
Greg de Nevers y Heraclio Herrera, "Informe final: proyecto botánico de PEMASKY /
STRI", en Informe de la caracterización ecológica del área del proyecto PEMASKY
(Panamá: Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales, 1985), 150 pp.
Fundación José Dolores Moscote, Tradiciones y documentos de la nación kuna 1,Cuadernos
de Trabajo 6 (Panamá: Biblioteca Fundamos, 1985). 39 pp.
Francisco Herrera, "La revolución de Tule, antecedentes y nuevos aportes" (tesis de maestría,
Vniversidad de Panamá, 1984), 320 pp.
James Howe, "Notes on the Environment and Snbsistence Practices of the San Blas Cuna",
Working Papers on Peoples of Central America 1 (1975): 1-53.
Olowahippilele Ibelele, "Kuna nihi carta (calendario kuna para 1989)>', documento mimeo-
grafiado en la Academia de l a Lengua Kuna, Carti Suidup (1989), 4 pp.
Peter Pole, "Desarrollo de trabajo conjunto entre pueblos indígenas conservacionistas y
planificadores del uso de la tierra en América Latino" (Turrialba: CATIE, 1990), 99
PP.
Jorge Ventocilla, Cacería y subsistencia en Cangandi, una comunidad de los indigenas
krinns, Hombre y ambiente 23 (Quito: Ediciones Abya Yala, 1992), t.% pp,
, Heracfio Herrera y Valerio Núñez, Plantas y animales en la *ida del pueblo
kuna (Panamá: Instituto Xacional d e Ciiltura de Panamá e Institnto Smithsonian de
Investigaciones Tropicales, 1995), 186 pp.
7 Plants and Animab in the Lgfe of the Kuna People, Hans Roeder, editor (Austin:

University of Texas Press. 199.5), 160 pp.


L o s indígenas kunas y la conservación

Apéndice 1
Organizaciones coriservacionistas kunas ( n o gubernamentaies)

PEMASKY
Esta organización tiene ya una década de estar dedicada a la actividad conser-
vacionista. Fue creada en 1983 bajo la tutela de la Asociación de Empleados Kunas
(AEK), gremio de los trabajadores kunas en las bases militares norteamericanas en
Panamá. El Congreso General Kuna delegó a la AEK la administración y el manejo
d e este proyect,~.
Desde sus inicios enfrentó la demarcación física de la comarca. Esa fue la razón
de que ganara la simpatía de las comunidades y del Congreso General. Logró abrir
una trocha de aproximadamente 100 kilómetros de longitud (la cual fue cerrada
nuevamente por la vegetación). Actualmente, la Asociación Napguana (con fondos
d e Austria) está reimplementando esta demarcación física del territorio kuna.
Otro objetivo de PEMASKY fue la preparación de un plan de manejo y desarro-
llo para el sector occidental de la comarca (aproximadamente 60,000 hectáreas). Con
la asesoría del Centro Agronómico TropiCal de Investigación y Enseñanza (CATIE)
de Costa Rica y el apoyo científico y técnico de organismos como el Instituto
Smithsonian de Investigaciones Tropicales (SSRI, por sus siglas en inglés), se logró
la elaboración de este anibicioso documento.
En los diez años de su existencia, PEMASKY ha recibido donaciones de la
Fundación Interarnericana (FIA), la Agencia Internacional de Desarrollo (AID), el
Fondo Mundial para la Naturaleza (U'WF) y la Fundación MacArthur.
PEMASKY h a jugado su papel en la concientización y la práctica por la
conservación de los recursos naturales y del territorio kuna. Actualmente, algunos de
los que fueron miembros de esa organización y se capacitaron con ella trabajan con
organizaciones nacionales e internacionales relacionadas con los recursos naturales y
el medio ambiente.

Asociación Kunas Unidos por Napguana


Esta surge en 1991, a partir de militantes del Movimiento de la Juventud Kuna.
Napguana ("madre tierra" en kuna) es una organización privada, sin fines de lucro y
compuesta enteramente por kunas. Plantea "prestar servicios y asistencia profesional
o técnica a las comunidades indígenas, de forma individual o colectiva", así como
"promover entre los asociados y comunidades seminarios de capacitación para la
participación efectiva de las comunidades indigenas en la realidad del país".
Sus fuentes de financiamiento provienen en su mayoría de organizaciones
internacionales de países europeos (Austria, Paises Bajos y otros). Actualmente,
cuentan con un taller de rnolas (forriiado por mujeres kunas), el Consultorio Jurídico
de los pueblos indígenas, proyectos de fomento a la pesca artesanal y de demarcación
física de la comarca.

Fundación Dobbo Yala


La Fundación Dobbo Yala se creó en 1992. Realizó los contactos internacionales
iniciales para obtener donaciones a través de personal capacitado por PEMASKY.
Recibió apoyo de Cultural Survival para preparar una estrategia para la reserva knna
123 \,éntocilla, Niíñez. Nerrera. Herrera y Chapin

de Madungandi, y de la Fundacióri Interamericana para crear un fondo rotativo por


dos años.
En los últimos tres años ha recibido donaciones del Fondo 'rlundial para
la Naturaleza (JVWF). para educación ambiental, ha capacitado a educadores
y elaborado materialtui didácticos. Asimismo, ha apoyado el desarrollo de la
agricultura sostenible con la introducción de nuevas técnicas de cultivo.
Dobbo Yala también ha administrado fondos del Fondo de Emergencia Social
(FES) del gobierno panameño. Con su adniinistración se han desarrollado obras de
infraestructura a nivel comarcal como muelles, cartclias de baloncesto, acueductos y
mejoramiento de edificios escolares.

Instituto Kalu Koskun


Esta es una organización no g~ibernamentalkuna sin fines de lucro, creada por
el Congreso General de la Cultura, triáxima organización cultural del pueblo kuna.
Se dedica a recopilar los cantos tradicionales y otros elen~entosculturales propios.
Recibe apoyo de fundaciones europeas.

Centro de Apoyo a las Tierras Nativas


Tierras Nativas recibió la categoría de "organización no gubernamental" en
1994. Labora con grupos indígenas de las tierras tropicales del Caribe de Cen-
troamérica, ayudándoles a defender siis tierras y a manejar sus recursos naturales.
Tierras Nativa.; está afiliado al Center for the Support of Native Lands, organización
con la misma misión y que tiene su sede en Virginia (EE.UU.). En conjunción con
Native Lands, el Centro de Apoyo a las Tierras Nativas administra un fondo de dona-
ciones para proyectos concernientes a Las tierras indígenas y a los recursos naturales,
al igual que trabaja con otros proyectos de investigaciones afines. SUprincipal h e n t e
de capital es la Fundación Inter-Americana.

Instituto de Desarrollo de Kuna Yala


Con la proliferación de organizaciones kunas que han recibido fondos interna-
cionales, el Congreso General I<una creó en 1994 su propia organización no guberna-
mental, el Instituto de Desarrollo de Kuna Yafa. Esta organización, aiin incipiente,
ya h a obtenido un financiamiento de la Comunidad Europea (por un período de tres
años) para desarrollar un proyecto de agricultura sostenible en las áreas fronterizas
de Kuna \'ala, con presencia de colonos no ktlnas.

También podría gustarte