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ESCUELA NACIONAL DE FISCALES DEL MINISTERIO

PÚBLICO.

CENTRO DE FORMACION PERMANENTE

DE LA CIRCUNSCRIPCION JUDICIAL DEL ESTADO TRUJILLO.

Estudiante:

Abg. Leonardo Rodríguez

Trujillo, 22 de Febrero de 2020.


Introducción.

Uno de los temas más controvertidos en el campo del derecho penal, sin duda
alguna es “La Pena de Muerte o Pena Capital”, algunas legislaciones han
considerado necesaria su aplicabilidad, para garantizar el orden social y reducir
los índices delictivos, mientras que muchas otras han considerado que su
aplicabilidad en la actualidad es un notable retroceso en materia de penas y
castigos y una clara vulneración a los derechos humanos.

Diversos autores de gran trayectoria se han dedicado a escribir sobre este tema
de gran importancia y evolución a lo largo de la historia, en este pequeño pero
significativo análisis crítico tomaremos como punto de partida al gran Filoso y
Jurista Cesare Beccaría, en su obra “De los Delitos y las Penas” escrito en 1974.

Esta obra ha tenido un gran impacto internacional en el mundo de derecho,


particularmente en toda Europa y con notable acentuación en Francia donde gano
el apoyo de grandes filósofos. Es preciso recordar que Beccaría en esta obra parte
de la teoría Contractualista que funda a la sociedad sobre la base de un contrato
social que tiene como fin primordial salvaguardar los derechos fundamentales de
los ciudadanos, garantizando el orden.

Así mismo, es preciso recordar que este notable Jurista, definió en su obra a los
Delitos como “violaciones a este contrato”; Otorgando por consiguiente a toda la
sociedad el derecho a defenderse de tales violaciones, siempre que la
materialización de ese derecho a la defensa se lleve a cabo de forma proporcional
al delito cometido, (Principio de Proporcionalidad de las penas). En segundo plano
estableció como principio que ningún hombre puede disponer de la vida de otro.

Claramente podemos observar en esta obra que Cesare Beccaría es uno de los
máximos exponentes e influyentes en el mundo del derecho para alcanzar la
abolición de la pena de muerte, este tenía la clara visión de que la
implementación de tal castigo extremista no prevenía la comisión del delito y
tampoco lograba tener efecto disuasorio en la sociedad, afirmaba que darle un
trato severo, con privación de libertad era más efectivo que la pena de muerte, en
efecto este consideraba que la muerte era una clara violación al Principio de la
Indisponibilidad de la vida humana.

Es importante destacar y con orgullo, que Venezuela es uno de los primeros


Países en el mundo en abolir la pena Capital o la pena de muerte para todos los
delitos en la Constitución de 1865, desde entonces todas las Constituciones
Patrias la han prohibido, dando realce y preferencia al derecho a la vida como
garantía fundamental.
Por otro lado, la Organización de Naciones Unidas ONU ha mostrado desde
siempre una preocupación por la pena de muerte, en 1971 acordó restringir los
delitos castigados con pena de muerte, en 1981aprobo el segundo Protocolo del
Pacto sobre Derechos civiles y Políticos y en 2007 adopto una Oratoria en la
publicación de tal pena.

América Latina y Europa son contrarios a la pena de muerte, mientras que algunos
países de África, Asia y en algunos estados de E.E.U.U se aplica tal pena y es
evidente que no es disuasivo para frenar la violencia, hoy en día solo se ha
convertido en una nueva Ley de Talión que no coopera ni aporta los fines
deseados, con estas breves líneas introductorias al tema escogido iniciamos el
desarrollo de este análisis.
Desarrollo.

Capítulo I

De la Pena de Muerte o Pena Capital.

Es preciso iniciar tomando en consideración algunas definiciones o


conceptos básicos, que nos permita visualizar este tipo de pena o sanción emitida
por un Tribunal mediante una sentencia definitivamente firme que decide poner fin
a la vida humana por la comisión de un delito o hecho punible.

El Filoso y Jurista Cesare Beccaria señala en su obra de los Delitos y las Penas lo
siguiente:

“La Pena de muerte es un espectáculo para la mayor parte y un objeto de


compasión mezclado con desagrado para algunos; las resultas de estos diferentes
pareceres ocupan más el ánimo de los concurrentes que el terror saludable que la Ley
pretende inspirar”.

Al respecto, Wolters Kluwer en una de sus guías Jurídicas ha definido a la Pena


de Muerte o penal Capital de la Siguiente manera

“Es la Ejecución de un delincuente que ha sido condenado en juicio, a esta pena se


le conoce comúnmente como pena capital y se aplica como sanciona penal ante delitos
muy graves a los que se les denomina como delitos capitales”.

El Jurista Ignacio Villalobos, reconocido Jurista de la Universidad Nacional


Autónoma de México. Señala:

“Es la sanción más rigurosa de todas y consiste en la eliminación definitiva de los


delincuentes incorregibles que demuestran ser un peligro para la sociedad”.

Ahora bien, con estas definiciones que me anteceden claramente puedo definir de
manera personal como estudiante de Postgrado a la pena de muerte o pena
capital como una sanción de tipo penal emitida por un Tribunal en representación
del Estado, mediante una sentencia que pone culmen al derecho sagrado a la
vida de un ser humano, como consecuencia de la comisión de un delito o hecho
punible grave y que se constituye como una clara vulneración de los Derechos
Humanos.
Capitulo II

LA EVOLUCION HISTORICA

Se conoce desde tiempos muy remotos de la aplicación de la Pena de muerte en


casi todas las sociedades mundiales, dar un pequeño recorrido histórico implica
remontarse a épocas muy oscuras y sociedades primitivas muy violentas en donde
se buscaba combatir el crimen con violencia intentando crear un efecto preventivo
y disuasorio.

Mercedes Alonso Alamo nos ofrece en su obra “La Pena de Muerte como pena
cruel y derecho Penal de exceso” Una Breve puntualización histórica acerca de la
crueldad de la pena de muerte y señala al respecto que la crueldad de la pena de
muerte se muestra con particular claridad en épocas y sociedades en que la pena
de muerte se ejecuta de manera agravada acompañada de dolorosos suplicios,
como la muerte en la rueda, consistente en quebrantar los huesos del condenado
al que se deja expuesto atado a una rueda hasta su muerte, o el
descuartizamiento por tiros de caballos.

Con el pasar de los años la pena de Muerte ha ido evolucionando, incontables


esfuerzos se han realizado en la humanización de la pena de muerte hasta
alcanzar la aplicabilidad de la misma sea de una forma menos cruel, con menos
sufrimientos o menos dolorosa para el agente activo del delito, es decir que se
sustituyó el ahorcamiento con descuartizamiento por el simple ahorcamiento,
tirando al delincuente de una plataforma causando su muerte casi instantánea, así
mismo se comenzó a utilizar la guillotina como un modo de muerte rápida y sin
sufrimiento o como en el de E.E.U.U que usan la silla eléctrica o la inyección letal.

Posteriormente surge toda una revolución que inicia una exhaustiva revisión y
reflexión detenida sobre los resultados obtenidos en todo el mundo en cuanto a la
ejecución de esta agravada pena por parte de los Estados, es allí en donde se
escuchan fuertes voces que buscan “la abolición de la Pena de muerte”, sin lugar
a dudas una de esas voces que alcanzo a ser escuchada con mayor potencia fue
la del Filoso y Jurista Cesare Becaria, quien en sus razonamientos profundos
filosóficos y contundentemente contrarios a la aplicación de la Pena de muerte
señala “Esta inútil prodigalidad de suplicios que nunca ha conseguido hacer
mejores a los hombres”.

En sus aseveraciones más contundentes e importantes de Beccaria, en el tratado


bajo estudio que dieron lugar a la abolición de la pena de muerte encontramos
las siguientes: “No es lo intenso de la pena, sino su extensión lo que produce
mayor efecto sobre el ánimo de los hombres” así como también afirma que “Para
que una pena sea justa, no debe tener más que los grados de intensidad que
bastan para separar al hombre del delito”.

Otro de sus argumentos que más han llamado mi atención como cristiano, es el
Principio de la indisponibilidad de la vida humana, observamos claramente como
este en su obra se hace y nos hace a la vez una serie de preguntas que interpelan
nuestra conciencia y la de todos los gobiernos de las naciones y nos lleva a
reflexionar profundamente, como por ejemplo una de las preguntas más
contundentes es ¿cómo se concuerda tal principio con el otro en que se afirma
que el hombre no es dueño de matarse? Responder a esta pregunta sencillamente
implica que los Estados en favor de la aplicación de la pena de muerte se han
subrogado en la Persona Divina, Dios Padre creador único dueño de la vida.

También es de suma importancia señalar en este análisis que la democratización


de los Países y la caída de comunismo en el mundo ha contribuido a gran escala
con la abolición de la pena de muerte en el mundo, actualmente solo algunos
pocos países del mundo como Cuba, Corea de Norte, China, y algunos Estados
de E.E.U.U, aún siguen aplicado esta pena inhumana y degradable.

Capitulo III

La Abolición de la Pena de muerte: Cuestión de respeto por los Derechos


Humanos.

Definitivamente, en materia de Derechos Humanos, el tema de la Pena de Muerte


siempre ha sido uno de sus principales enemigos, pues como anteriormente ya
hemos visto, este tema a lo largo de la historia y aun en la actualidad ha cobrado
un gran número de vidas humanas, bien por parte del Estado y como en sus
inicios en manos de particulares haciendo justicia por cuenta propia.

La tendencia universal va direccionada a la Abolición total de la Pena de muerte,


indistintamente del sistema político, cultura, o religión, las distintas naciones han
entendido que el Asesinato Judicial es algo indebido y que además no sirve para
la prevención de Delitos; los sistemas Jurídicos modernos reconocen que deben
proteger a la sociedad de la criminalidad pero sin llegar a la Pena de muerte o
castigos crueles e inhumanos que van en contra de los Derechos humanos.

Señala Federico Mayor Zaragoza, Presidente de la Comisión Internacional contra


la Pena de Muerte, en el Libro “La Pena de Muerte y Derechos Humanos, hacia la
Abolición Universal”. Que 60 años después de la adopción de la Declaración
Universal de los Derechos Humanos, la tendencia global hacia la abolición es
clara, hoy más de 150 países han abolido la pena de muerte legalmente o en la
práctica.

El derecho a la vida es el derecho humano más importante, y esta


inequívocamente reconocido por los tratados en materia de Derechos Humanos,
la Jurisprudencia y las resoluciones de organizaciones internacionales como
Naciones Unidas. La Abolición de la pena de muerte es una exigencia del
“Derecho a la Vida”.

También afirma Federico Mayor Zaragoza que “existen al menos tres razones
fundamentales que vinculan el derecho a la vida y el rechazo a la pena capital: El
riesgo de ejecución de inocentes, la ausencia de efecto preventivo y la
arbitrariedad en el uso del castigo”.

A mi modo de ver, no existe argumento jurídico valido en la actualidad que


sostenga la ejecución de personas por la comisión de delitos, queda también
entendido que los Estados que actualmente aplican la Pena Capital tienen otros
intereses totalmente contrarios a la consecución de la Justicia y reducir en índice
de la criminalidad sino más bien por intereses contrarios a los principios
Democráticos, usando el derecho penal como un medio indispensable para
sostener sus mandatos.

Capitulo IV

La Proporcionalidad

Una de las propuestas o argumentos de gran importancia de Cesare Beccaria, es


la Proporcionalidad, (Principio de la Proporcionalidad de la pena) como
contraposición a la Pena de Muerte, cabe destacar que este principio tomo vigor
en casi todos los sistemas penales abolicionistas, cita este Jurista que en las
penas moderadas y continuas, el parecer dominante es el último, porque es el
único. El límite que debería fijar el legislador al rigor de la pena parece que
consiste en el sentimiento de compasión cuando empieza a prevalecer sobre toda
otra cosa el ánimo de lo que ven ejecutar un suplicio más dispuesto para ellos que
para el reo.

Nuevamente me atrevo a citar esta frase de Cesare Beccaria “Para que una pena
sea justa, no debe tener más que los grados de intensidad que bastan para
separar al hombre del delito”.

Con estas afirmaciones se rompe el esquema de la cultura de la muerte, un


paradigma que por largo tiempo fue en detrimento de los Derechos Humanos y se
pone un freno o un límite a todo el poderío de un sistema de gobierno para aplicar
sanciones penales, y ahora debe graduar, ponderar o ajustar el castigo con el
hecho cometido tomando en consideración el hecho cometido, la gravedad de la
ofensa, el daño causado y el bien Jurídico protegido.

En la actualidad no es una tarea fácil, requiere de un análisis y estudios profundos


por parte de los jueces penales a los casos particulares para imponer una pena
justa, dando al sentenciado verdaderamente lo que merece, una pena equitativa,
sin caer en el riego de imponer un castigo excesivo.

Cabe destacar, que la aplicación del principio de la proporcionalidad de las penas


en el sistema penal venezolano, fue objeto de estudio del Abogado Eduardo Mora
Rodríguez en su trabajo de grado de la Escuela Nacional de Fiscales del
Ministerio Publico y la intención de su estudio fue determinar el cumplimiento del
principio de proporcionalidad de las penas en el país atendiendo a si los castigos
aplicados corresponden a lo establecido según el dato sobre el bien jurídico.

Capítulo V

Prevención del Delito y Efecto Disuasorio.

Cesare Beccaria argumentó de forma valida y totalmente coherente su antítesis


contra la Pena de Muerte sobre la base de estudios que le llevaron al
convencimiento de que en los Países donde se aplicaba este castigo cruel,
inhumano y degradante no se obtenían o no se alcanzaban los fines y objetivos
planteados por la legislaciones.

Particularmente observo como en los Países que aplicaban la pena de muerte, se


seguían perpetrando aun con más intensidad los mismos delitos, y quizás con
más frecuencia, lo que lo llevo a deducir que el homicidio Judicial no prevenía la
ejecución de delitos y mucho menos convencía a los hombres y mujeres a que
cambiaran su forma de actuar.

Tan así es, que este inicia su sección en referencia al tema bajo estudio diciendo
que la pena de muerte es una inútil prodigalidad que nunca ha hecho mejores a
los hombres y es este el verdadero fundamento que lo lleva a estudiar y a analizar
este tema con detenimiento y rigurosidad.

Llama poderosamente mi atención la forma directa y clara en que este Filoso y


Jurista afirma las verdaderas razones por la cual un Gobierno organizado ejecuta
a un hombre bajo la falsa idea de matarlo como consecuencia por haber cometido
delito y por consiguiente se le impone una pena justa y señala dos razones a
saber, la primera es “cuando un hombre aun privado de libertad , tiene tales
relaciones y tal poder que compromete la seguridad de la nación, y la segunda es
cuando su existencia pueda producir una revolución peligrosa en la forma de
gobierno establecido”. (Derecho Penal del Enemigo).

Capítulo VI

El Error en la Ejecución.

Sobreentendido esta que los administradores de justicia son humanos, y dentro


de su condición humana están sujetos a la equivocación, al error, a la confusión a
la hora de tomar sus decisiones, claro está que la justicia humana tiende por
naturaleza a fallar.

La pena de muerte como ya hemos visto una vez ejecutado el delincuente, no da


lugar a una subsanación o corregir en el camino, pues le has arrebatado el bien
más grande, la vida y esto es irreversible.

A su favor también esgrimió como argumento Beccaria la imperfección y el


desacierto de los administradores de justicia a la hora de sentenciar a muerte,
pues este también estaba convencido que eran muchos los inocentes que habían
perdido la vida injustamente.

Cita en su obra de los Delitos y las Penas “si se me opusiese como ejemplo el que
ha dado casi todas las naciones y casi todos los siglos decretando pena de muerte
sobre algunos delitos, responderé que este se desvanece a vista de la verdad,
contra la cual no valen prescripciones, que la historia de los hombres nos da idea
de un inmenso piélago de errores entre los cuales algunas pocas verdades”.

A esta altura de este análisis tan solo quiero citar el afamado caso de “Jesús de
Nazareth” un hombre inocente que aun sin cometer delito alguno recibió pena de
muerte, con crueles suplicios inhumanos constituyendo quizá una de las muertes
más atroces de toda la historia, sentenciado por un sistema de Justicia totalmente
desapegado a derecho.

Capitulo VII

Venezuela frente a la Pena de muerte.

La historia nos muestra que nuestro país en un momento dado aplico la pena
capital o la pena de muerte y seguramente también incurrió un graves errores
judiciales, pero no es menos cierto como anteriormente lo dije, que Venezuela se
constituye como el primer país abolicionista, entendiendo asi que este tipo de
penas es totalmente innecesaria y que no alcanza sus fines perseguidos; en 1985
Constitucionalmente nuestro sistema penal rechaza contundentemente la pena de
muerte en todos los delitos y sigue siendo así hasta el día de hoy.

Actualmente nuestra Constitución de 1999, tal cual como lo indica su preámbulo


con el fin supremo de refundar la Republica, Venezuela asume como fin supremo
de la Republica el Derecho la Vida y la Preeminencia de los Derechos Humanos,
así mismo, nuestra nación ha suscrito y ratificado innumerables convenios,
tratados y pactos internacionales en materia de derechos humanos.

En el Capítulo III que trata sobre los Derechos Civiles, el artículo 43 prevé el
Derecho Humano fundamental por excelencia, el “Derecho a la Vida” y hace una
prohibición expresa “Ninguna Ley podrá establecer la pena de muerte, ni autoridad
alguna aplicarla.

A demás, el artículo 46 Constitucional prohíbe expresamente las penas, torturas, o


tratos crueles e inhumanos o degradantes, así como también señala
expresamente el articulo in comento que toda persona privada de libertad será
tratada con el respeto debido a la dignidad inherente a la persona humana.

De esta manera Venezuela posee un cuerpo Legislativo y marco Constitucional


totalmente garantista de los derechos y garantías fundamentales.

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