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Fideicomiso financiero y testamentario

Constituye una especie más de fideicomiso contemplado en el Código Civil y


Comercial de la Nación.

De nición

Contenido del contrato

Títulos valores. Oferta al público

Certi cados de participación y títulos de deuda. Clases. Series

Fideicomiso testamentario

Dominio Fiduciario

Normas aplicables. Excepciones a la normativa general

Facultades del titular del dominio duciario

Extinción del dominio. Efectos. Readquisición del dominio perfecto

Referencias
LECCIÓN 1 de 10

Definición

Conforme la legislación actual de fideicomiso, entendemos al fideicomiso financiero como:

el contrato de fideicomiso sujeto a las reglas precedentes, en el cual el fiduciario es una


entidad financiera o una sociedad especialmente autorizada por el organismo de contralor
de los mercados de valores para actuar como fiduciario financiero, y beneficiarios son los

titulares de los títulos valores garantizados con los bienes transmitidos.1

  [1] Art. 1690 - Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable

Congreso de la Nación Argentina.

En materia de fideicomiso financiero, el nuevo Código Civil y Comercial casi no ha innovado el articulado
respecto de la antigua   Ley N° 24.441. Lo que sí podemos observar es una mejor redacción, más clara y
completa. Se han incorporado novedades con relación a instrumentaciones operativas propias del mercado
de capitales y la oferta pública.

A la figura en tratamiento se le aplican las normas del fideicomiso en general. Esto surge claramente de su
definición - art. 1690- al establecer que el contrato de “fideicomiso financiero es el contrato de fideicomiso

sujeto a las reglas precedentes.”2, refiriéndose con precedente a las normas que van del art. 1666 a 1688.

[2]  Art. 1690 - Ley N° 26.994. Op. cit.

Esta clase de fideicomiso tiene características particulares. Es por ello por lo que el art. 1690 establece
como elemento principal los títulos valores y aclara que la figura del fiduciario debe ser “una entidad
financiera o una sociedad especialmente autorizada por el organismo de contralor de los mercados de

valores”.3 El art. 1691 regula la posibilidad de ofrecer esos títulos valores en la oferta pública, bajo la
regulación de los organismos de control de los mercados de valores, y el art. 1692 establece: 

además de las exigencias de contenido generales previstas en el art. 1667, el contrato de


fideicomiso financiero debe incluir los términos y condiciones de emisión de los títulos
valores, las reglas para la adopción de decisiones por parte de los beneficiarios,
incluyendo las previsiones para el caso de insuficiencia o insolvencia del patrimonio

fideicomitido, y la denominación o identificación particular del fideicomiso financiero.4

[3]  Art. 1690 - Ley N° 26.994. Op. cit.

[4] Art. 1692 - Ley N° 26.994. Op. cit.

La última característica que destacar es que el fideicomiso “continúa sujeto a la supervisión de la autoridad
de contralor estatal, actualmente la Comisión Nacional de Valores y el Banco Central de la República
Argentina en sus respectivas esferas” (Lisoprawski, en Rivera y Medina, 2014, p. 803).

En materia de fideicomiso financiero, el nuevo Código Civil y Comercial


casi no ha innovado el articulado respecto de la antigua  Ley N°
24.441. 

Securitización
Este término deriva de la palabra security que significa título valor. El proceso de securitización es aquel por
el cual una serie de activos homogéneos se reúnen para la formación de una cartera de valores. Luego,
éstos son afectados al pago de títulos que se emiten respaldándose en dicha cartera. Esto es, la cartera de
activos se mueve a través de esos títulos valores.

Para que este proceso tenga lugar, se requiere de la existencia de una serie de elementos entre los cuales
podemos mencionar: por un lado, un mercado organizado, al que denominamos mercado primario, que
importa una dinámica de oferta y demanda, en este caso de créditos, teniéndose en cuenta el riesgo
comercial. En segundo lugar, la creación de un mercado secundario. El mercado primario se origina por la
cesión de un crédito por parte de un acreedor a un tercero; en cambio, el secundario nace a partir de esa
cesión, es decir, el tercero a quien se le cedió – en el mercado primario- comercializa los títulos con otros
terceros, teniéndose en cuenta sólo la capacidad de pago. Otro elemento importante es el conocimiento por
parte del inversor acerca del mercado en donde va a invertir. Por ello, quien invierte en un mercado
secundario, necesita información y, al ser altos los costos para obtenerla, la misma debe ser suministrada
por el mercado a un costo inferior, disminuyendo así los costos de transacción. De allí la necesidad de las
calificadoras de riesgos y empresas auditoras (Lorenzetti, 2007).
Quien invierte en un mercado secundario no tiene contacto con el bien, sino con un título valor que
representa una copropiedad de un fondo común de inversión que, a su vez, es propietario fiduciario de una
masa global de créditos. Se precisa, entonces, disminuir los riesgos; por ello, el patrimonio separado.

Este proceso, también denominado de titulización, puede tener diferentes variantes y grados de complejidad.

Para profundizar mayormente la temática, sugerimos a los alumnos remitirse a la bibliografía de lectura
obligatoria.

En el siguiente artículo encontrarás información sobre el fideicomiso financiero y la Comisión Nacional de


Valores:

Fideicomiso Financiero y la C.N.V..pdf


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LECCIÓN 2 de 10

Contenido del contrato

Remitirse al Código Civil y Comercial de la Nación Titulo IV- Capitulo 30- Sección 4ª, “Sujetos”.
LECCIÓN 3 de 10

Títulos valores. Oferta al público

Remitirse al Código Civil y Comercial de la Nación Titulo IV- Capitulo 30- Sección 2ª, “Sujetos”.
LECCIÓN 4 de 10

Certificados de participación y títulos de deuda.


Clases. Series

Para dar comienzo a esta temática, debemos recordar que, en el fideicomiso financiero, los beneficiarios
son aquellos sujetos titulares de certificados de participación en el dominio fiduciario o de títulos de deuda
garantizados con los bienes del fideicomiso. Dichos certificados de participación y títulos de deuda son
considerados títulos valores y pueden ser objeto de oferta pública. En el actual Código Civil y Comercial, a
estos certificados y títulos se les aplica el tratamiento de los títulos valores en general.

El art. 1693 del Código Civil y Comercial reproduce el antiguo régimen en su art. 21, pero incorpora una
novedad admitiendo que el fideicomiso financiero puede emitir títulos valores atípicos – conforme el art.
1820 del Código Civil y Comercial-, que no son valores fiduciarios negociables. El citado artículo - en su parte
pertinente- establece, en lo referente a la emisión y caracteres de los certificados de globales, que:

Sin perjuicio de la posibilidad de emisión de títulos valores atípicos, en los términos del
artículo 1820, los certificados de participación son emitidos por el fiduciario. Los títulos
representativos de deuda garantizados por los bienes fideicomitidos pueden ser emitidos
por el fiduciario o por terceros. Los certificados de participación y los títulos
representativos de deuda pueden ser al portador, nominativos endosables o nominativos
no endosables, cartulares o escriturales, según lo permita la legislación pertinente. Los
certificados deben ser emitidos sobre la base de un prospecto en el que consten las
condiciones de la emisión, las enunciaciones necesarias para identificar el fideicomiso al

que pertenecen, y la descripción de los derechos que confieren.5

[5]  Art. 1693 - Ley N° 26.994. Op. cit.


Por otro lado, el art. 1694 del Código Civil y Comercial unificado reproduce el viejo art. 22 de la Ley 24.441:
“Pueden emitirse diversas clases de certificados de participación o títulos representativos de deuda, con
derechos diferentes. Dentro de cada clase se deben otorgar los mismos derechos. La emisión puede

dividirse en series”.6 Hasta aquí la redacción no representa ningún cambio o innovación, pero, la actual
regulación incorpora la siguiente novedad: “los títulos representativos de deuda dan a sus titulares el

derecho a reclamar por vía ejecutiva”.7

[6]  Art. 1694 - Ley N° 26.994. Op. cit.

[7]  Art. 1694 - Ley N° 26.994. Op. cit.

Con esto se deja en claro que los valores negociables fiduciarios constituyen títulos ejecutivos,
permitiéndose expresamente el reclamo por esa vía. Se encuentran excluidos de los valores fiduciarios de
participación.

Liquidación

Conforme lo dispuesto por el art. 1687:

Los bienes del fiduciario no responden por las obligaciones contraídas en la ejecución del
fideicomiso, las que sólo son satisfechas con los bienes fideicomitidos. Tampoco
responden por esas obligaciones el fiduciante,  el beneficiario ni el fideicomisario, excepto

compromiso expreso de éstos.8

 [8]  Art. 1687 - Ley N° 26.994. Op. cit.


Como explicáramos en el desarrollo de la presente lectura, el patrimonio del fideicomiso se encuentra
separado del de los sujetos que lo conforman, de manera tal que el patrimonio fideicomitido responde por
las deudas del fideicomiso, no extendiéndose estas obligaciones al patrimonio de las partes.

El citado artículo, en su último párrafo, reza:

La insuficiencia de los bienes fideicomitidos para atender a esas obligaciones, no da lugar


a la declaración de su  quiebra. En tal supuesto y a falta de otros recursos provistos por el
fiduciante o el beneficiario según previsiones contractuales, procede su liquidación, la que
está a cargo  del juez competente, quien debe fijar el procedimiento sobre la base de las

normas previstas para concursos y quiebras, en lo que sea pertinente.9

[9]  Art. 1687 - Ley N° 26.994. Op. cit.

Los bienes del fiduciario no responden por las obligaciones contraídas


en la ejecución del fideicomiso, las que sólo son satisfechas con los
bienes fideicomitidos.

A decir de Silvio Lisoprawski (en Rivera y Medina, 2014), esta disposición del Código es una solución
intermedia entre el actual régimen de extrajudicialidad extrema y la incorporación del fideicomiso como
sujeto pasible de concurso o quiebra. La nueva normativa sigue excluyendo la instancia del concurso
preventivo, pero acerca el instituto a las normas de la quiebra. Aunque la aplicación no sea lineal, el juez
podrá adaptar la situación que se plantea al marco normativo de la Ley de Concursos y Quiebras.

Una parte de la doctrina considera que la reforma fue insuficiente y que este sistema traerá complicaciones
en la práctica; otra parte entendió que hubo una gran mejora con relación al régimen existente.
LECCIÓN 5 de 10

Fideicomiso testamentario

Constituye una especie más de fideicomiso contemplado en el Código Civil y Comercial de la Nación.

Reglas aplicables. Contenido del contrato

El fideicomiso testamentario se origina en un acto unilateral de última voluntad (testamento). El causante, al


hacer su declaración de última voluntad, expresa que quiere constituir un fideicomiso con todos o algunos
bienes de la herencia. Luego, producido el deceso del testador, el albacea   o el juez, según sea el caso,
disponen lo pertinente para celebrar el contrato de fideicomiso con el fiduciario que se haya designado en el
testamento. Se crea así el dominio fiduciario, que  sólo   puede  originarse en un contrato o en un testamento.
Así las cosas, los bienes seleccionados por el causante pasan al fiduciario para ser destinados al fin
previsto.

El fiduciario contrata con la sucesión (es un tercero que no tiene carácter de legatario.

Nulidad

Se remite al alumno a la lectura de la bibliografía de obligatoria: Lorenzetti, 1999, tomo 3.


LECCIÓN 6 de 10

Dominio Fiduciario

Definición

El dominio fiduciario nace de una declaración de voluntad entre vivos (contrato) o mortis causa (testamento).

Por lo tanto, no debe confundirse con el denominado contrato de fideicomiso que antes estudiamos, que
puede tener por objeto cualquier derecho patrimonial y que es una de las causas que lo originan. En cambio,
el dominio fiduciario recae sólo sobre cosas.

El nuevo Código Civil y Comercial lo define en su artículo 1701, expresando:

Dominio fiduciario es el que se adquiere con razón de un fideicomiso constituido por


contrato o por testamento, y está sometido a durar solamente hasta la extinción del
fideicomiso, para el efecto de entregar la cosa a quien corresponda según el contrato, el

testamento o la ley.10

[10] Art. 1701.- Ley N° 26.994. Op. cit.

 
Nulidad

Se remite al alumno a la lectura de la bibliografía de obligatoria: Lorenzetti, 1999, tomo 3.


LECCIÓN 7 de 10

Normas aplicables. Excepciones a la normativa


general

Son aplicables al dominio fiduciario las normas que rigen los derechos reales en general y, en particular, el

dominio, previstas en los Títulos I y III del Libro Cuarto de este Código.11

[11]  Art. 1702.- Ley N° 26.994. Op. cit.

Sin embargo, hace excepción a la normativa general del dominio y, en particular, del dominio imperfecto en
cuanto es posible incluir en el contrato de fideicomiso las limitaciones a las facultades del propietario
contenidas en las disposiciones del Capítulo 30 y del presente Capítulo incluido en el libro cuarto, reglón
seguido del capítulo destinado a regular al fideicomiso.
LECCIÓN 8 de 10

Facultades del titular del dominio fiduciario

El nuevo Código Civil y Comercial se  encarga  de   establecer,  en  su   artículo 1704, las facultades del titular
del dominio fiduciario. En tal sentido, establece que tiene las facultades del dueño perfecto, en tanto los

actos jurídicos que realiza se ajusten al fin del fideicomiso y a las disposiciones contractuales pactadas.12

[12]  Art. 1704.- Ley N° 26.994. Op. cit.


LECCIÓN 9 de 10

Extinción del dominio. Efectos. Readquisición del


dominio perfecto

Se ha previsto que la extinción del dominio fiduciario no tiene efecto retroactivo respecto de los actos
realizados por el fiduciario, excepto que no se ajusten a los fines del fideicomiso y a las disposiciones

contractuales pactadas, y que el tercer adquirente carezca de buena fe y título oneroso.13

[13]  Art. 1705.- Ley N° 26.994. Op. cit.

A su vez, el legislador del nuevo Código dispone en el artículo subsiguiente que, producida la extinción del
fideicomiso, el fiduciario de una cosa queda inmediatamente constituido en poseedor a nombre del dueño
perfecto. Si la cosa es registrable y el modo suficiente consiste en la inscripción constitutiva, se requiere

inscribir la readquisición; si la inscripción no es constitutiva, se requiere a efecto de su oponibilidad.14

[14]  Art. 1706.- Ley N° 26.994. Op. cit.

Finalmente, se establece que cuando la extinción no es retroactiva, son oponibles al dueño perfecto todos
los actos realizados por el titular del dominio fiduciario. Si la extinción es retroactiva el dueño perfecto
readquiere el dominio libre de todos los actos jurídicos realizados.
LECCIÓN 10 de 10

Referencias

Ley N° 26.994 (2014). Código Civil y Comercial de la Nación. Honorable Congreso de la Nación Argentina.

Lorenzetti, R. (2007). Tratado de los Contratos. Ed. Rubinzal Culzoni, Santa Fe. Tomo III.

Rivera, J. y Medina, G. (2014). Comentarios al Código Civil y Comercial de  la Nación. Buenos Aires: Ed. La
Ley.

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