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Lengua concebida por el hombre y definida como sistema de signos y a la vez conjunto de
medios verbales, teniendo esta definición desde el punto de vista antropológico.
La diferencia entre lengua y lenguaje radica en la aplicación que tiene la una en la otra: el
lenguaje es la expresión de la lengua, y esta como instrumento o medio de transporte
para emitir juicios, sentimientos y todo tipo de comunicación meramente humano. No
siempre se pretenderá evocar el pensamiento a través de la lengua como algo racional y
objetivo, pues aunque tenga cimientos hechos a partir de la razón, también hay la
posibilidad y lugar para interpretaciones de deseos e ilusiones transformados en
manifestaciones que va más allá de la misma palabra.
Desde el punto de vista del habla, aparentemente, la gramática pasa a un segundo plano,
se da prelación a las intenciones de su significado sin alterar en ningún momento ni por
motivo, lo que importa es la concordancia de la comunicación en un contexto cultural
establecido.
Dentro de las funciones del lenguaje destaca todo lo pertinente a la actividad del
pensamiento humano, su filosofía y entorno, como interpretación del mundo para llegar al
resultado de un representativo y accesible entre el hombre y el mundo.
Por otro lado, el lenguaje como unidad trascendental que explica y trata de resolver los
problemas existenciales en cuanto al hombre en que ser y su carácter metafísico: la
interdependencia entre hombre-lenguaje-mundo, aunque sin perder su dinamismo y
evolución a través de la historia.
Pensamiento y realidad
Si el pensamiento se construye a partir del lenguaje, toda la realidad del mundo exterior
será relativo dependiendo de la comunidad con rasgos y características únicas en que se
desarrolle tal individuo. Sabiendo que el lenguaje va más allá de los signos para
convertirse en un fenómeno social.
Pero aquello no se limita o termina aquí, siempre cabe la posibilidad de indagar debido a
nuestra naturaleza y no conformarse a vivir automáticamente en una sociedad, sino a
plantearse cuestiones que lo guíen a la verdad.
Tipos de verdad
Esto se debe a la apreciación de los juicios, en cualquier situación, pero puede ser falso o
erróneo, teniendo en cuenta las condiciones de las que se basa tal juicio: estas pueden
cambiar y la verdad debe ser incondicional, objetiva y permanente.
En todos los casos de lenguaje la verdad se pude considerar relativa, basta con lanzar
una mirada a los diferentes significados de un vocablo y caer en la cuenta de lo variable
que puede llegar a ser, por ser algo inherente a la actividad humana, y difícilmente, por no
decir imposible, podría darse el cambio.
Por estas razones y por muchas otras, se evidencia la tendencia del hombre a poseer a
verdad, pero no la verdad absoluta, aunque sí su aproximación.
Reflexión
La verdad como un fin u objetivo último en la búsqueda del hombre, pero surge el gran
interrogante: ¿existe tal verdad?, esa verdad por la que se cree luchar a diario, esa gran
causa como dirían los soldados, una razón por la cual vivir.
Pero, a mi juicio, surge una “lógica” más avanzada, si se niega la posibilidad de que exista
la verdad, el sólo hecho de negar, ya lo hace verdadero, es verdadero que niego o que
dudo según sea el caso, la verdad si existe, habla por sí sola, le habla al corazón de cada
uno y lo exhorta a su búsqueda.
Ahora bien, el lenguaje ya entendido como una expresión del ser humano, el ser que
manda y administra en el mundo sobre los demás animales, con su evidente capacidad
de socializar y, con los demás, llegar a un mutuo acuerdo para alcanzar los fines que
competan sus razones de trabajo en equipo. El lenguaje como herramienta indispensable
para conocer la realidad, entablar una relación directa con ella, pero usado este
únicamente como punto de referencia para designar los objetos y las interacciones entre
ellos, ahí está el meollo del asunto: nos referimos a las cosas de tal forma que todos las
conozcamos y comprendamos, pero jamás al interior, es decir, su esencia; como si
nosotros fuéramos unos espectadores que ven a lo lejos una escena de teatro: los actores
interpretan sus roles de la mejor manera, pero no conocemos sus verdaderas vidas, sus
nombres reales, de dónde son, para dónde van, sólo los vemos actuar y nada más.
Razones suficientes para racionalizar en nuestro propio interior e indagar con nosotros
mismos: en la búsqueda de esa llama inagotable que ilumina nuestro corazón y nos
susurra al oído, aunque desde luego, factores como la soberbia, el materialismo y la
ignorancia tal vez nos ensordezcan un poco. Es asunto de cada uno conocerse a sí
mismo, sus posibilidades, sentimientos y sueños, esto a lo mejor si guarde relación con el
lenguaje, un lenguaje subjetivo y variable, pero que en esencia compete a un mismo
significado.