Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
02 La Educacion - Socialista PDF
02 La Educacion - Socialista PDF
LA EDUCACIÓN SOCIALISTA
La educación socialista se fundamenta en las teorías marxistas, entendidas como una interpretación
del hombre y el mundo que se opone a las interpretaciones burguesas tradicionales. Karl Marx y
Frederich Engels expusieron en una amplia obra los principios de esta educación y pusieron los
cimientos de la misma, sin embargo no fueron los únicos que se ocuparon de ella.
Marx y Engels, para elaborar su teoría, parten de la crítica a la educación unilateral o capitalista
(donde hay escuelas para obreros y escuelas para burgueses) a la que contraponen la formación
omnilateral del hombre en igualdad de circunstancias.
Las concepciones educativas de Marx y Engels utilizan como instrumento práctico el método
marxista, realista y crítico, que parte de lo concreto, estudia los hechos y sus contradicciones y
plantea la transformación de la realidad.
Los hechos deben servir de base a la teoría, pero la teoría debe plantearse cambiar los hechos. No
basta interpretar el mundo, lo más importante es cambiarlo.
Las concepciones educativas de Marx y Engels tienen en cuenta al hombre de su tiempo que vive en
una época en que la gran industria está ya definitivamente establecida. En lugar de aplicar unas
ideas educativas preconcebidas, ellos extraen las ideas de la propia estructura económica y del
sistema de producción capitalista.
Los tres grandes principios educativos socialistas serán la gratuidad, la laicización y la ya citada
educación politécnica. Para Marx y Engels es muy importante el principio de la omnilateralidad de
la polivalencia. Se entiende por polivalencia la preparación para el desempeño de cualquier trabajo
y el desarrollo total de las capacidades de hombre, pero también la atención de todas sus
necesidades.
Los contenidos concretos de la enseñanza marxista abarcarán tres aspectos: la educación intelectual,
la educación física y la instrucción politécnica.
La enseñanza marxista reniega de la Iglesia en tanto en cuanto afirma que esta se rige por principios
burgueses. Por esto se define como laica, mixta y, como ya se ha dicho, gratuita.
La combinación de educación con trabajo productivo constituye el fundamento de la pedagogía
socialista.
Marx y Engels fueron los teóricos del socialismo y en parte de la educación socialista, pero el
socialismo dio importantes educadores y pedagogos que ya hemos mencionado.
Makarenko (1888-1939) dirigió dos colonias escolares, una de ellas (Colonia Gorki) dedicada a la
formación de niños y jóvenes delincuentes, y escribió y ofreció numerosas conferencias dedicadas a
temas pedagógicos.
En la colonia Gorki se trabajaba mucho el sentimiento de cohesión y unidad que Makarenko
entendía fundamental para conseguir los objetivos pedagógicos, así como la renuncia de los colonos
a los intereses personales. La primera obligación del alumno era anteponer los intereses de la
colonia y del Estado soviético a los propios. Las comunas debían mantenerse a sí mismas y se
insistía en el valor social del trabajo productivo por servir a la comunidad. Makarenko no está de
acuerdo en relacionar escuela y trabajo.
La disciplina es un objetivo a conseguir desde la familia, planteada como una necesidad vital para la
construcción de la sociedad comunista y el éxito de la Unión Soviética. Se opone a los postulados
de la Escuela Nueva.
En su experiencia rechaza que la educación deba fundamentarse en las necesidades del niño; las
necesidades esenciales son las de la colectividad. Para que el niño tenga fuerza de voluntad es
preciso enseñarle disciplina y renuncia.
Su pedagogía está dirigida a formar futuros ciudadanos comunistas con un sentimiento profundo del
deber y de la responsabilidad para los objetivos soviéticos, espíritu de colaboración y solidaridad,
formación política y capacidad para conocer a los enemigos del pueblo.
Dos ideas fundamentales que resumen los objetivos educativos de Makarenko son la confianza en
la sociedad soviética y su fe en las posibilidades de la educación
Sujomlinski (1918-1970) se le considera el gran pedagogo del comunismo soviético del siglo
XX junto a Makarenko y padre de la corriente conocida como personalismo educativo. Trabajó
durante 35 años con niños como maestro, y desde su escuela, orientó gran parte el pensamiento
pedagógico soviético desde una perspectiva personalista frente a la doctrina oficial de lo colectivo
y el grupo frente a lo individual y personal.
Se basa en presupuestos característicos de la Escuela Nueva occidental, como el
paidocentrismo y el idealismo, pero a su vez los combinaba con los principios de la educación
socialista.
Su método pedagógico se conoce también como escuela de la alegría, puesto que ésta junto a
la felicidad y la libertad se convierten en la base de su pedagogía. Basa la enseñanza en la felicidad
y alegría infantil porque un niño preocupado o triste no está en condiciones de aprender, de ahí su
obsesión por preparar el ambiente escolar adecuado.
Sus planteamientos educativos pretenden demostrar que también es posible educar mediante
este sistema a los adolescentes sin que por ello falte el rigor y la exigencia precisa para que los
alumnos adquirieran los conocimientos y habilidades previstas.
En la escuela creaba “campos de tensión” motivadores del estudio e interés voluntario por
los proyectos. La motivación se conseguía a partir de los intereses del niño y mediante el juego.
También se valoraba el factor social y comunitario, puesto que defiende la necesidad de desarrollar
todas las posibilidades del educando en un ambiente colectivo de trabajo. La idea esencial de este
maestro es la interrelación de todos los factores que intervienen en la educación.
La escuela no tiene como escenario el aula, sino la naturaleza. El método es el despertar
emocional de la razón, el enseñar al niño a pensar, pero dirigiéndose al sentimiento y sólo a
través de éste a la mente. Evitaba las actividades competitivas que pudieran humillar a los menos
capaces y se mostraba partidario de la gimnasia, la emulación de la belleza y la armonía de los
movimientos.
Sujomlinski, cree en el niño y en su capacidad y procura aleccionar a los maestros bajo estas
mismas directrices, al tiempo que insiste en la necesidad de la autoinstrucción o autoeducación.