Está en la página 1de 10

EVALUACIÓN Y ORIENTACIÓN PSICOPEDAGÓGICA

UNIDAD 8:
“EL INFORME DE EVALUACIÓN PSICOPEDAGÓGICA”

La palabra informe hace referencia a información, es decir, a dar noticia de


algo. Por tanto, el informe de evaluación psicopedagógica, en principio, no es otra
cosa que el hecho de proporcionar noticia o enterar a alguien respecto del proceso
de evaluación psicopedagógica relativo a un educando o grupo de educandos. Ello
puede hacerse de forma oral y escrita, pero cuando se habla de informe suele
pensarse más bien en un documento al que, por otra parte, acostumbra a
añadírsele la connotación de dictamen (juicio dado por un especialista de algún
fenómeno o realidad)

La evaluación psicopedagógica incluye, la recogida de datos sobre el


comportamiento del alumno, teniendo en cuenta su ambiente, con el fin de
explicarlo a partir de la interpretación, análisis y valoración científica y poder así
decidir el tratamiento educativo que, en función de su peculiaridad personal, debe
de corresponderle, realizando además el oportuno seguimiento y valoración del
mismo.

Es por tanto necesario que las personas implicadas en la intervención


educativa, empezando incluso por el propio sujeto evaluado, en su caso, y
siguiendo por sus allegados y maestros, reciban noticia clara del evaluador (el
informe) relativo a todo el proceso evaluativo realizado, el diagnóstico, el programa
de intervención educativa y las previsiones en materia de seguimiento y, por otra
parte, que al propio evaluador le quede constancia de las tareas realizadas.

Para ello la expresión escrita del dictamen adquiere una gran importancia, ya
que como expone Fernández-Ballesteros (1994) citando a Grant y Maletzky:

• Se trata de un apoyo mnésico (memoria) que permite rescatar en


cualquier momento los resultados de la evaluación ya sintetizados.

• Es una inigualable fuente de información de la contrastación de las

Prof. David Domínguez Pérez


hipótesis diagnósticas.

• Resulta necesario para comunicar los resultados de la evaluación.

• Puede tomarse como un documento legal en el que podrían llegar a


apoyarse decisiones jurídicas.

• Además de las razones propias, puede añadirse la de que el informe


escrito puede usarse años más tarde como una importante fuente de
información sobre alguien, es decir, la de poder ser utilizado como un
vestigio de considerable importancia respecto del comportamiento de
una misma persona.

El informe, pues, tiene al mismo tiempo un doble valor: servir de constancia


del acto evaluador y dar noticia o enterar del proceso y resultados a otros (transmitir
información), por lo cual ha de constituir el último estadio del proceso evaluativo con
el cual podemos decir, aunque con todas las precauciones del caso, por tratarse de
un proceso reiniciable, que en un momento dado finaliza.

Características del informe:

Nos dice Tallent (1988) que tres son las notas que definen o caracterizan un
informe de evaluación: ser un documento científico, servir de vehículo de
comunicación y ser útil. Tres características sin duda derivadas del doble valor del
informe que acabamos de señalar.

Es documento científico en tanto el informe viene a ser el de una


investigación científica, ya que en definitiva se expresa en él el resultado y el
proceso seguido en la investigación de un educando o grupo de educandos. Por
tanto habrá de tener las mismas características de aquel. Es decir, que su contenido
sea susceptible de ser comprobado por otros evaluadores, por lo que deberá de
recoger todos cuantos datos identifiquen, aclaren y permitan reconstruir el proceso
evaluativo seguido.

Fernández-Ballesteros (1994: 88-89), desde una perspectiva de evaluación


psicológica, nos dice que “todo informe debe constar de los siguientes extremos:

• Autor

• Objetivos por los que se realizó la evaluación.

• Datos de identificación del/los sujeto/s evaluado/s.

Prof. David Domínguez Pérez


• Técnicas utilizadas en la recogida de información.

• Procedimiento seguido.

• Resultados derivados.

• Conclusiones”.

Servir de vehículo de comunicación significa que la redacción del informe


resulte útil realmente para que quien/es lo reciben entiendan su contenido. Quiere
decir esto que ha de tenerse en cuenta el destinatario del informe de evaluación a la
hora de elaborarlo, al objeto de darle una expresión que pueda ser comprendida por
el/los receptores del mismo.

El hecho de que la expresión de los informes sea lo más comprensible


posible no contradice ni tiene por que suponer disminución alguna del rigor con el
que como informe científico ha de contar. Ambas cosas han de hacerse compatibles
para que el informe cumpla su función.

Por lo tanto, es conveniente, en palabras de Buisán y Marín (1987:38), el


“evitar tecnicismos y expresiones que puedan resultar ambiguas, empleando, en
cambio, términos claros que ejemplifiquen lo que queremos decir”.

La utilidad y funcionalidad en cuanto a facilitar el desarrollo personal-social


del alumno, la tercera de las notas del informe de evaluación psicopedagógica, ha
de entenderse como la necesidad que tiene todo informe de manejar información
nueva para el/los destinatario/s, sobre todo el profesor, y proporcionarle unas
orientaciones perfectamente definidas. De este modo para el/los receptor/es el
informe resulta un medio inigualable para comprender mejor al educando y, en su
caso, el problema que pueda tener. Del mismo modo se supone una orientación
inigualable para intervenir en el caso y ayudar en su seguimiento (evaluación del
programa que se propone).

Estructura del informe psicopedagógico

La forma de estructurar el informe psicopedagógico varía parcialmente según


se trate de unos u otros autores. La mayor coincidencia aparece en lo que
pudiéramos denominar apartados del informe, ya que suelen señalar los siguientes:
Datos de la persona evaluada e identificación de quien realiza la evaluación,
objetivos del caso, datos biográficos, procedimiento empleado con indicación
expresa de técnicas, instrumentos y resultados obtenidos en cada uno de ellos,

Prof. David Domínguez Pérez


logros, orientaciones y seguimiento de la intervención.

Suelen discrepar, en cambio, en lo que respecta al modo de resolver el


apartado relativo a los resultados, cuestión totalmente lógica debido a que es
precisamente en este punto donde se hace más patente el marco teórico referencial
del/la evaluador/a.

Fernández-Ballesteros (1994: 97-98) desde una perspectiva de evaluación


psicológica y desde un modelo de síntesis propone, en la misma línea que plantean
Maloney y Ward (1976), Pelechano (1976) y Nay (1979), autores a los que cita, el
siguiente formato de informe:

• “Datos personales del sujeto y nombre y localización profesional del


evaluador.

• Referencia y objetivos.

• Técnicas y procedimientos.

• Datos biográficos relevantes:

o Condiciones ambientales pasadas.

o Datos mínimos sobre evolución y desarrollo.

• Conducta durante la exploración.

• Integración de resultados.

o Comportamiento objeto de estudio.

o Características de personalidad:

§ Cognitivo-verbales.

§ Emocionales-motivacionales.

§ Senso-motoras.

o Condiciones socio-ambientales.

o Condiciones biológicas (en su caso).

• Orientaciones y/u objetivos de cambio e intervención.

• Valoración de la intervención (en su caso)”.

Prof. David Domínguez Pérez


Por otra parte, Buisán y Marín (1987: 39), con una perspectiva pedagógica y
dentro de un modelo también ecléctico nos exponen esta organización del informe:

1. “Datos personales del evaluador y del sujeto evaluado: Nombre y


apellidos del examinado; fecha de nacimiento; tipo de exploración;
curso escolar; nombre y dirección del centro educativo. Nombre y
apellidos del evaluador. Domicilio profesional o teléfono de referencia.

2. Motivo del diagnóstico. Persona que lo solicitó.

3. Anamnesis.

4. Exploraciones anteriores (si no han sido incluidas en la anamnesis).

5. Exploración actual: Técnicas y procedimientos empleados. Resultados


obtenidos.

6. Conducta observada durante la exploración.

7. Diagnóstico: Síntesis de las realizaciones del sujeto (según los


objetivos y la hipótesis).

8. Orientación y/o tratamiento: A la familia, profesores y personales del


sujeto. En cada informe se ponen las que corresponden; en el del
profesional figuran todas.

9. Fecha y firma del profesional”.

Se tratan de dos propuestas, las que acaban de exponerse, coincidentes en


casi todos sus apartados. Pueden decirse que salvo en algunas cuestiones, desde
luego más de términos que de otra cosa, apenas plantean diferencias en cómo
organizar las partes de un informe.

Así, Marín y Buisán prefieren hablar de “anamnesis” que de “datos


biográficos relevantes” como lo hace Fernández Ballesteros. Por su parte, ésta
habla de “integración de resultados” en vez de síntesis de las realizaciones del
sujeto (según los objetivos y la hipótesis)”. Pero por lo demás, y dentro del contexto
en que nos hallamos, no se aprecian otras discrepancias de fondo.

Un posible modelo de informe de evaluación psicopedagógica, a la vista de lo


que se acaba de exponer, más allá de algunas diferencias de términos o matiz, por
otra parte casi siempre como es lógico fruto de las propias concepciones de quien lo
propugna, habrá de tener, en fin, las siguientes partes:

Prof. David Domínguez Pérez


1. Datos de identificación del sujeto evaluado (alumno en su caso):

a. Apellidos y nombre, sexo, edad, situación en la familia,


domicilio, nombre y apellidos de los padres o tutores legales,
teléfono, centro en el cual se escolariza, situación escolar,
informes anteriores.

2. Datos de identificación de quien realiza la evaluación:

a. Apellidos y nombre, servicio, gabinete o entidad de pertenencia,


domicilio y teléfono de contacto.

3. Motivos y propósitos:

a. Razones por las cuales se realiza la evaluación con indicación


muy somera del problema que, en su caso, motive la
evaluación. Asimismo los propósitos (objetivos) que pretenden
con aquella. Dando noticia también de quien propone o solicita
la evaluación (profesor, centro educativo, padres, etc.)

4. Historia clínica y personal:

a. Datos del embarazo, del parto, aspectos de salud en los


primeros años de vida, datos de desarrollo físico, retrasos,
motricidad, control de esfínteres, desarrollo del lenguaje,
relaciones con los padres, hermanos y familiares, otros
aspectos del desarrollo evolutivo (despertar de la sexualidad,
crisis de pubertad, prácticas autoeróticas, experiencias
sexuales, evolución intelectual, afecto-social, adaptación
escolar, etapa juvenil, proyecto de vida, actitud y adaptación
social, vida familiar, …)

5. Procedimientos, técnicas e instrumentos de evaluación:

a. Modo de proceder en la aplicación de las técnicas e


instrumentos de evaluación, con expresión, en su caso, de las
sesiones dedicadas a cada uno, tipo de técnicas empleadas,
datos de identificación de los instrumentos aplicados (con
expresión de la casa editora), resultados obtenidos por la
persona evaluada en cada prueba. Veamos un ejemplo:

Prueba aplicada: Escala de inteligencia Wechsler para Educación Infantil y

Prof. David Domínguez Pérez


Primer Ciclo de E. Primaria (WPPSI):
CI verbal ………. 60
CI manipulativo ………. 70
CI total ………….. 60
Puntuaciones típicas:
Información … 6
Vocabulario … 6
Aritmética … 4
Semejanza … 4
Comprensión … 3
Casa De Los Animales … 8
Figuras Incompletas … 4
Laberintos … 9
Dibujo geométrico … 5
Cuadrados … 4
6. Comportamiento durante le proceso de examen:

a. Grados de interés en la realización de las pruebas y entrevistas,


actitud cooperativa que manifiesta, nerviosismo, limitaciones en
las grafías (si se requiriese ese tipo de expresión), conductas
verbales mostradas a medida que ejecuta la prueba, …

7. Síntesis e integración de los resultados:

a. Descripción mediante datos objetivos de los comportamientos


motivo de la conducta (conductas en la escuela, familia,
compañeros, resultados de las evaluaciones escolares, …),
resultados relativos al comportamiento fruto de alguno/s de los
sistemas que guardan relación directa con el caso, cognitivo-
verbal (nivel intelectual, aptitudes, memoria, potencial de
aprendizaje, …), emotivo-motivacional (expectativas, actitudes,
intereses, …) y sensomotor (coordinación visomotora,
organización espacial, lateralidad, …). En cada aspecto es
preciso hacer referencia al resultado o dato en que se basa el
juicio valorativo, por ejemplo, “Matías” posee un lenguaje muy
primitivo y rudimentario, aspecto puesto en evidencia por el
resultado obtenido en el WPPSI en la prueba de vocabulario (6)
y el resultado de la prueba de lenguaje correspondiente a la
batería predictiva para el aprendizaje de la lectura (Inizan) en

Prof. David Domínguez Pérez


Recuerdo de Historias y Articulación, donde obtiene
puntuaciones de 8 y 1 respectivamente.

b. La competencia curricular ha de recibir una atención prioritaria y


se realizarán las correspondientes anotaciones en función de
las técnicas para ello utilizadas.

c. Asimismo deberá de hacerse referencia en este apartado a las


constataciones realizadas a lo largo del examen respecto a las
condiciones en que tienen lugar los comportamientos del sujeto
evaluado (sobre todo los comportamientos problema).
Finalmente será preciso referirse también a las condiciones
biológicas que el examen médico (apartado si fuese caso) pone
de relieve y que permiten descartar/aceptar determinadas
hipótesis.

d. Este apartado ha de terminarse con un breve resumen-


conclusión fruto de todo lo expuesto en el mismo.

8. Orientaciones:

a. Exploración clara del programa de tratamiento que se ha


decidido aconsejar, incluido el contexto escolar adecuado para
ello, los apoyos necesarios y las adecuaciones curriculares
correspondientes (con un curriculum de referencia que sirva de
guía en el que, desde luego, figuren con claridad los criterios de
evaluación) propias del caso.

b. Son también importantes las orientaciones a padres y a


profesores (luego figurará cada una de ellas en el informe
respectivo, pero del profesional que evalúa deberá contener
ambas) de cómo han de actuar y bajo qué condiciones.

9. Valoración y seguimiento:

a. Se anotarán los resultados obtenidos a partir de la aplicación del


programa educativo (a menudo suele ser correctivo, pero no
siempre tendrá que ser así) con expresión de los tiempos
invertidos y de los nuevos comportamientos logrados por el
educando (alumno) y cualquier circunstancia en relación con el

Prof. David Domínguez Pérez


mismo.

Hay bastante coincidencia, pues, entre los aspectos que la legislación


española señala la necesaria presencia en el informe psicopedagógico y los que el
conocimiento científico indica que un informe completo habrá de cometer. Pero es
preciso apuntar, al hilo de la dimensión jurídica del informe, otra cuestión que,
relacionada también con la cara científica, no hemos tratado todavía. Nos estamos
refiriendo a la confidencialidad a la cual, con respecto al contenido del mismo están
obligados los profesionales de la orientación y que conlleva una serie de normas de
uso por parte de los servicios psicopedagógicos y centros educativos entre las que
cabe destacar la constancia de ese carácter confidencial mediante el rótulo
correspondiente y la adecuada custodia de estos documentos, de los cuales
únicamente se dará traslado al expediente del alumno de aquella información
relevante para la intervención pedagógica de los docentes, que asimismo habrá de
llevar también la anotación de confidencialidad.

Prof. David Domínguez Pérez


REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS:

Ø Buisán, C. y Marín, M.A. (1987). Cómo realizar un Diagnóstico Pedagógico.


Barcelona: Oikos-Tau.
Ø Fernández-Ballesteros, R. (1994). Introducción a la evaluación psicológica.
Madrid: Pirámide.
Ø Maganto Mateo, J.M. (1996). Diagnóstico en educación. Guipúzcoa: Servicio
Editorial de la Universidad del País Vasco.
Ø Sobrado, L. (2000). Evaluación psicopedagógica y orientación educativa.
Barcelona: Estel.
Ø Tallent, N. (1988). Psychological Report Writing. Englewood Cliffs: Prentice
Hall.

Prof. David Domínguez Pérez

También podría gustarte