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Problemas y desafíos en el Perú actual

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Carreras para Gente que Trabaja

Tema Aspectos políticos de la República Aristocrática (1895 – 1919)


Logro Al final de la sesión, el estudiante explica las características
políticas del periodo denominado como República
Aristocrática.

En base al video observado, contesten a las siguientes preguntas:

1. ¿Cómo se puede definir el periodo denominado como República Aristocrática (1895 – 1919)?

Se podría definir como el periodo donde ocurrió el dominio político. Asimismo, una oligarquía
dedicada a la agroexportación minera y finanzas por medio del partido civil

2. Explique las características más saltantes de la oligarquía.

La oligarquía determinado como un estilo de vida y sus características que mas resaltantes son las
siguientes :
 El catolicismo
 La concepción señorial de la sociedad
 Paternalismo-racismo
 La concentración del poder alianza familiares
 Visión reducida y excluyente

3. A partir del video observado y la lectura del fragmento del texto de Manuel Burga y Alberto
Flores Galindo, explique los rasgos de la mentalidad oligárquica.

El pensamiento oligarca
¿Qué elementos definirían a esta mentalidad oligárquica? En primer lugar, el catolicismo. La
religión, como en la época colonial, se encuentra presente en los principales actos de la vida social.
Es uno de los instrumentos que vinculan a los oligarcas con las clases subalternas (…) Las grandes
haciendas costeñas, como en sus similares andinas, encontramos una capilla y un santo patrón que
originaba una festividad anual en la que participaban todos con un mismo fervor cristiano (…) El
catolicismo protegía a la sociedad oligárquica de cualquier amenaza externa proponiendo un ideal
de “perfección” y “ventura” individual.
El catolicismo conservador estuvo acompañado por una “concepción señorial” de la sociedad. La
condición de oligarca no solo nacía de la posesión de determinados bienes: contaba también la
pertenencia a una determinada familia. Pero esto último no era solo un problema biológico o la
herencia de un apellido: significaba asumir un determinado comportamiento donde contaban la
“moralidad”, el respecto “de sus iguales” y la obediencia de sus “subalternos”. Este sentimiento
señorial terminó invadiendo la vida cotidiana. Una anécdota puede ayudar a ilustrar el peso de su
influencia: por 1900 la familia Porra Barrenechea habitaba en Barranco y en los meses de verano
acostumbraban don Guillermo Porras y su señora, doña Juana Barrenechea, pasear alrededor de una
parque cercano, como lo hacían otras familias que frecuentaban ese balneario; una noche en la
banca que ellos acostumbraban ocupar en el parque se encontraba otra pareja la que se había
sentado allí a pesar que los Porras tuvieron la precaución de enviar antes a una criada a reservar una
banca en un parque que se suponía público. Este incidente dio lugar a un intercambio de
expresiones con los “intrusos” que obligó a su vez a un mutuo desafío a duelo entre el Sr. Porras y
el Sr. del Campo, que así era como se apellidaba el inesperado ocupante de la banca. El duelo

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terminó con la absurda muerte de Guillermo Porras. Pero ese no fue un caso singular, ni raro; la
caballerosidad llegaba al extremo de obligar a morir por nimiedades (…).
Las concepciones señoriales exigían que no se ocultara la pertenencia a una clase social. Todo lo
contrario: debía exhibirse como signo de prestigio y mecanismo de dominación. Es por eso que el
esplendor de la oligarquía fue sellado con el implemento de un consumo lujoso y de una vida
articulada en torno a la ostentación (…)
Junto con la caballerosidad, las relaciones entre la oligarquía (y al lado de ella también los
gamonales) y las clases populares estaban regidas por la combinación entre violencia y
paternalismo. El paternalismo era la derivación lógica de la privatización de la vida política y
existía gracias al débil desarrollo del Estado y de sus aparatos ideológicos o represivos. Expresaba
de una manera muy evidente el lugar privilegiado que tenía las relaciones personales que
posibilitaban la comunicación entre el propietario y sus trabajadores, impidiendo paralelamente la
comunicación en la base: en otras palabras, lo que Julio Cotler ha denominado el “triángulo sin
base”, es decir, la comunicación de arriba hacia abajo y no entre los de abajo.
El paternalismo, aunque parezca contradictorio en una primera impresión, era acompañado por el
racismo. El poder omnímodo del propietario para dirigir la empresa y administrar justicia-exigía
admitir su superioridad y la condición inferior del indio. Se consideraba al indio producto de una
serie de degeneraciones. Un ser inferior al que había que explotar o proteger, pero al que no s ele
podía conceder los mismos atributos que la los ciudadanos: de hecho, el “analfabetismo” ayudaba a
justificar su completa marginación de la vida política.
(…)
La familia fue la cédula central de la sociedad oligárquica. Todavía persistían elementos de la
familia extensa. Las alianzas matrimoniales eran un mecanismo que aseguraba la pertenencia a una
clase social. Al igual que la nobleza colonial la oligarquía tuvo rasgos endogámicos. Es por eso que
los matrimonios eran cuidadosamente sopesados y nacían luego de un prolongado noviazgo, en el
que era decisiva la voluntad de los padres.
La intolerancia y la fuerte tendencia represiva de la oligarquía mostraba los temores de una clase
que se sabía numéricamente reducida, con un poderío económico solo aparente, rodeada de una
masa indígena y campesina a la que despreciaban para ocultar el temor que los asediaba.
(…) La oligarquía terminó construyendo-para difundirla luego a otras capas sociales-, una imagen
mitificada de la historia peruana en la que se exaltaban los elementos hispánicos (por occidentales y
cristianos), mientras se disminuía, menospreciaba o en todo caso, se omitía la tradición indígena,
para ellos el proceso histórico peruano aparecía nítidamente definido, la nación existía, el Perú era
una unidad: en cierta manera, ellos eran el Perú, así lo creyeron. (Burga y Flores Galindo 1991: 91-
97)

los rasgos de la mentalidad oligárquica son aquellos que aun permanece en la vida social, como
principal es el catolicismo yaqué, protege la sociedad oligarquía. De igual importancia, la familia
que se entrelazan o arreglan los matrimonios para que aseguren su pertenecía en una clase social.

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