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Por otra parte, tampoco en el contrato individual o colectivo es posible incluir todas las
normas que regularán las relaciones entre las partes, principalmente lo relativo a normas de
orden, higiene y seguridad.
a) Obligatoriedad:
Debe remitirse una copia del reglamento al Ministerio de Salud y otra a la Dirección
del Trabajo, dentro de los 5 días siguientes a la entrada en vigencia del mismo.
Puede por su parte cualquier trabajador, el delegado del personal, o las organizaciones
sindicales de la empresa impugnar las disposiciones del reglamento interno que estimen
ilegales, mediante presentaciones hechas ante el Ministerio de Salud o ante la Dirección del
Trabajo, según corresponda, pudiendo también los servicios que hemos señalado exigir de
oficio las modificaciones que estimen convenientes.
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Responsabilidad del empleador:
No obstante lo anterior, resulta lógico que el empleador debe adecuar la normativa que
imponga en el reglamento interno a los marcos de nuestra legislación.
Procedimiento:
Copia del reglamento debe entregarse a los sindicatos, al delegado del personal, y a los
comités paritarios existentes en la empresa.
Contenido:
3) Por su parte el número 6 del artículo 154 establece que deben señalarse los cargos
ejecutivos o dependientes del establecimiento ante quienes los trabajadores deben plantear sus
peticiones, reclamos, consultas o sugerencias, y por su parte, el artículo 155 señala que las
respuestas que dé el empleador a las cuestiones planteadas podrán ser verbales, o mediante
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cartas individuales o notas circulares, pudiendo acompañar en ellas los antecedentes que la
empresa estime necesarios para la mejor información de los trabajadores.
La ley 20.348, del 19 de junio de 2009 estableció que en las empresas de 200 o más
trabajadores, se debe incorporar al Reglamento Interno un registro que consigne los diversos
cargos o funciones en la empresa y sus características técnicas esenciales. Lo anterior es para
efectos de que los trabajadores tengan la información necesaria, a fin de eventualmente poder
reclamar la igualdad remuneracional, establecida por la misma ley.
4) Respecto de las sanciones que se puedan imponer por las infracciones a las normas
del reglamento interno, es importante tener presente que ellas sólo pueden consistir en
amonestación verbal o escrita y multa de hasta el 25% de la remuneración diaria, pudiendo
reclamarse de su aplicación ante la Inspección del Trabajo que corresponda.
Las multas deben ser destinadas a los fondos de bienestar que la empresa tenga para
los trabajadores o de los servicios de bienestar de las organizaciones sindicales cuyos afiliados
laboren en la empresa, a prorrata de la afiliación y en el orden señalado.
A falta de los anteriores, los fondos pasarán al SENCE, debiendo entregarse los
importes de las multas tan pronto como hayan sido aplicadas.
Cabe tenerse presente que las empresas no obligadas a dictar reglamento interno, de
todos modos pueden hacerlo, teniendo éste la misma fuerza obligatoria que el de las empresas
obligadas a su confección, siempre que dicho reglamento se ajuste íntegramente a lo prevenido
en el Código del Trabajo.
Por otra parte, lo establecido en el contrato de trabajo no puede ser alterado mediante
un reglamento interno, ya que en el primer documento, de acuerdo a la ley del contrato, para
su modificación requiere la concurrencia de las voluntades de ambas partes.
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EL TERMINO DEL CONTRATO DE TRABAJO
Sin embargo, para el trabajador, la contraprestación que percibe por sus servicios
personales, materiales o intelectuales, es el medio que tiene para proporcionar el sustento a su
familia y a sí mismo, por lo que el evento de la pérdida de su fuente de trabajo le puede
significar graves trastornos, máxime, si como hemos señalado es difícil que en la sociedad
exista el pleno empleo, lo que determina que en gran número de casos pase un tiempo
apreciable antes de que el trabajador pueda lograr encontrar un nuevo empleo.
Por otra parte, si una de las finalidades del Derecho del Trabajo es brindar protección
al trabajador, es lógico que dicha protección se extienda también al evento del término de la
relación laboral.
Pero lo anterior no es una idea que haya existido desde siempre, ya que como sabemos,
el Derecho Laboral tiene como característica la de ser un derecho nuevo, por lo que acorde
con lo anterior, en el siglo XIX, en que imperaba una concepción netamente individualista del
mundo y de la vida, lo que comprendía a las relaciones laborales, éstas se apegaban de un
modo absoluto a los conceptos de autonomía de la voluntad y de la libertad contractual, lo que
en la práctica significaba que el Estado no podía intervenir en las relaciones sociales,
quedando, en consecuencia, en lo que a nosotros interesa, la relación laboral enteramente al
arbitrio de las partes, lo que en términos reales equivale a decir, al arbitrio del empleador.
Lo anterior, como sabemos, lleva a una reacción de parte de los trabajadores, los que
comienzan a organizarse, a pesar de las prohibiciones impuestas al respecto, para presionar al
Estado a dictar una legislación que los ampare y proteja.
Estabilidad relativa:
En esta se impide que el trabajador sea despedido por la sola voluntad del empleador, y
si es despedido arbitrariamente, debe ser indemnizado.
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a) La existencia de causal de despido, más o menos amplia.
b) El pago de una indemnización variable, en caso de despido injustificado, y
c) No se requiere autorización previa por parte del empleador, de la autoridad, para
efectuar el despido.
Señalan algunos autores que la estabilidad relativa en el empleo sería una mera utopía,
desde el momento en que no cabe la coacción para el ejercicio del derecho del trabajador a ser
reintegrado en su empleo.
Consecuente con lo anterior, señalan que lo que existiría, en estos casos, sería nada
más que una indemnización por el incumplimiento del contrato, por parte del empleador.
Todo lo anterior, por cuanto, cuando se habla de "estabilidad", ésta debe significar la
garantía para el trabajador de permanecer en su empleo, mientras dure su buena conducta
laboral, y no se den los casos previstos por la ley para poner término a la relación laboral.
Otras variantes de esta materia, están dadas por legislaciones en que se requiere de
autorización gubernamental para efectuar despidos colectivos, cuando éstos comprendan más
de un número determinado de trabajadores.
En todo caso, el tema es sumamente delicado, puesto que por garantizar los derechos
de los trabajadores, no se puede olvidar los intereses de la otra parte de la relación contractual,
cual es la empleadora, la que, legítimamente, debe velar por sus propios intereses económicos,
y por el desenvolvimiento de su empresa, en la actividad económica.
Estas suelen agruparse para su estudio en causales subjetivas, en las que la voluntad
de alguna de las partes, o de ambas, es determinante para poner término al contrato de trabajo,
y en causales objetivas, en las que al contrario, la voluntad de las partes no tiene ninguna
injerencia en la terminación de la relación.
Hemos preferido, sin embargo, para los efectos de nuestro curso, estudiar las causales
en el mismo orden establecido en el Código, y según ellas den o no derecho, por el ministerio
de la ley al pago de la indemnización correspondiente.
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Causales de término del contrato de trabajo que no dan lugar a indemnización y que no
se originan en una conducta reprochable del trabajador, o que escapan a su voluntad.
Se trata de un acuerdo libre y voluntario entre las partes, el que de acuerdo al artículo
177 del Código, debe constar por escrito, y debe ser firmado por ambas partes y, además, por
el Presidente del Sindicato o el Delegado del Personal o Sindical respectivo, pudiendo también
ser ratificado ante el Inspector del Trabajo. Además de los anteriores, pueden actuar como
ministro de fe un notario público de la localidad, el oficial del registro civil de la respectiva
comuna o sección de comuna o el secretario municipal correspondiente.
Cabe hacer presente que el trabajador no puede una vez finalizada la relación laboral
hacer uso del derecho a gozar del subsidio de cesantía, por cuanto es requisito para ello el que
la relación laboral termine por causas ajenas a la voluntad del trabajador.
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Nº2) Renuncia del Trabajador, Dando Aviso a su Empleador con 30 días de
Anticipación, a lo Menos:
Al igual que en el caso anterior, esta comunicación deberá cumplir los requisitos que
se señalaron. Lo anterior, por cuanto de no ser así, el empleador, al momento de la
contratación podría obligar al trabajador a suscribir un aviso de renuncia en blanco, o un
finiquito en el que conste el mutuo acuerdo de las partes para poner término a la relación
laboral.
Otros han estimado que una posibilidad sería solicitar la aplicación de una sanción, de
acuerdo al artículo 477 del Código, o bien, demandar por vía judicial el incumplimiento del
contrato, con la correspondiente indemnización de los perjuicios que la renuncia intempestiva
del trabajador pueda haber causado.
- Una indemnización por un monto fijado, de común acuerdo entre las partes, y que el
trabajador deberá pagar al empleador, en caso de incumplimiento. Cabe señalar que un
dictamen del año 1993 de la Dirección del Trabajo estableció que no era procedente el pacto
de tal indemnización, con lo cual concordamos.
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Estimamos que de acuerdo a la garantía constitucional de la libre elección del empleo,
y la prohibición del trabajo forzoso, la norma es inconstitucional y por ello inaplicable.
Cabe hacer presente que resulta de perogrullo señalar que la muerte del trabajador
pone término al contrato de trabajo, por cuanto, justamente una de las características de éste es
ser "intuito personae", es decir, se celebra, al menos por parte del empleador, teniendo en vista
especialmente la persona del trabajador.
En todo caso, a este respecto cabe recordar que el artículo 60 del Código establece que
las remuneraciones que se adeudaren al trabajador al momento de su fallecimiento serán
pagadas por el empleador a la persona que se haya hecho cargo de sus funerales, y hasta
concurrencia del costo de los mismos, y que el saldo, si lo hubiere, se pagará al cónyuge, a los
hijos legítimos o naturales, a los padres legítimos o naturales del fallecido, unos a falta de
otros y en el orden señalado, bastando acreditar el estado civil respectivo, cuando el importe
no fuera superior a 5 U.T.A., requiriéndose en el caso contrario contar con la correspondiente
posesión efectiva.
Debe tenerse presente que la muerte del empleador no está considerada como causal
de término del contrato de trabajo.
El vencimiento del plazo convenido en el contrato pone término a éste sin más trámite,
no requiriéndose, en este caso la firma de documento alguno, ni de la concurrencia de ministro
de fe.
Concordante con lo anterior, las partes sólo pueden exigir los derechos que se hayan
pactado en el mismo contrato, y que no se hubieren cumplido durante su vigencia o los que
hubieren quedado pendientes al momento del vencimiento del plazo estipulado.
El contrato a plazo fijo sólo puede terminar, en forma normal, justamente por el
vencimiento del plazo, no procediendo el desahucio dado por el empleador, y en el evento de
que éste le ponga término anticipado, sin causa legal que lo justifique, deberá indemnizar el
perjuicio causado, el que equivale a la remuneración que el trabajador deja de percibir y que le
habría correspondido hasta el vencimiento del plazo, debiendo, en todo caso, imputarse a ella
cualquier suma que el empleador pueda haber pagado por concepto de desahucio.
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Tampoco el trabajador tiene derecho a indemnización por desahucio al vencimiento
del plazo convenido, por cuanto el momento de la terminación era conocido de antemano al
haber sido pactada.
En el caso de término de los servicios por conclusión del trabajo o servicio que dio
origen al contrato, igualmente el trabajador carece del derecho al desahucio, por cuanto, si
bien la fecha cierta de la terminación de los servicios no se conoce con total exactitud, de
todos modos esta puede ser prevista por el trabajador con una anticipación mediana.
Por otra parte, el hecho de ser el contrato a plazo fijo no impide al empleador ponerle
término por anticipado cuando concurra alguna de las causales que autorizan al empleador
para ello, evento en que, de acuerdo a las reglas generales, no tendrá derecho el trabajador a
indemnización alguna.
De igual modo, nada impide que las partes pongan término, de común acuerdo, al
contrato, requiriéndose, a nuestro juicio de que ello conste por escrito, y sea autorizado por un
ministro de fe.
Sin embargo, el plazo acordado para su duración es obligatorio para ambas partes, por
cuanto significa una certeza en cuanto a su duración la que es necesaria para ambos
contratantes. Así, se señala que no resultaría lógico suscribir un contrato a plazo fijo si
cualquiera de las partes puede ponerle término por anticipado, y en el evento de que el
trabajador le ponga término anticipado, puede el empleador demandar la correspondiente
indemnización por los perjuicios que puedan habérsele causado.
En este caso, para que proceda la aplicación de la causal, es necesario que los servicios
para los cuales se contrata al trabajador, es decir, la labores que debe realizar en cumplimiento
de su obligación, se encuentren total y absolutamente determinados en forma precisa, de modo
que al finalizar éstos no quede duda que el contrato se extingue. Así, por ejemplo, si una
empresa posee varias obras, deberá contratarse al trabajador para una específica, porque en
caso contrario, al finalizar la obra para la cual se contrató al trabajador, el empleador estará
obligado a reubicarlo en otra faena.
Por otra parte, la Dirección del Trabajo ha señalado que no existe inconveniente en
aplicar esta causal en caso de que se haya suscrito un contrato de trabajo por tiempo
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indefinido, aun cuando no se hubieses celebrado para la ejecución de una labor específica y
determinada, cuando concurran los hechos que configuran la causal.
Lo anterior, a nuestro juicio, sólo puede ocurrir en el evento de que efectivamente, por
ejemplo termine la empresa, ya que por ejemplo el solo hecho de que por un proceso de
modernización, no sean necesarios los servicios de un trabajador, no autoriza al empleador a
invocar esta causal, debiendo, o reubicarlo, o invocar la causal del artículo 161, y pagar la
correspondiente indemnización.
El artículo 45 del Código Civil define el caso fortuito o fuerza mayor como todo
imprevisto que es imposible de resistir, y para que la causal del término del contrato se
configure es necesaria la concurrencia de tres requisitos copulativos:
1.- Que el hecho o suceso que se invoca como constitutivo del caso fortuito o fuerza
mayor sea inimputable, esto es, que provenga de una causa enteramente ajena a la voluntad de
las partes, en el sentido de que éstas no hayan contribuido en forma alguna a su producción;
2.- Que el hecho o suceso sea imprevisible, lo que equivale a decir, que no se haya
podido prever dentro de cálculos ordinarios o corrientes; y
3.- Que el hecho o suceso sea totalmente irresistible, esto es, que no se haya podido
evitar, ni aun en el evento de oponer las defensas idóneas para lograr tal objetivo
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Respecto de esta materia, resulta importante tener presente lo dispuesto por el nuevo
artículo 161 bis, el cual establece que la invalidez, total o parcial, no es justa causa para el
término del contrato de trabajo, y que si un trabajador es despedido por este motivo, tendrá
derecho a que su indemnización por años de servicio se incremente en un 50%.
Debe tenerse presente que estas causales no operan de pleno derecho, sino que
requieren, para producir el efecto de extinguir la relación laboral, ser invocadas por la parte a
la cual la ley atribuye dicha facultad, la que, en principio, es la parte empleadora, toda vez que,
como veremos, el trabajador puede también poner término al contrato de trabajo por ciertas
causales imputables al empleador, y así conservar el derecho a las indemnizaciones por el
término del contrato, lo que se conoce como autodespido.
Lo anterior quiere decir que puede que, en ciertas ocasiones, concurriendo alguna
causal para poner término al contrato, el empleador no la haga valer, por cuanto no está
obligado a ello, pudiendo perfectamente conceder una nueva oportunidad al trabajador.
Como hemos dicho, es el empleador, en principio, quien está facultado para invocar
alguna o algunas de las causales en estudio, y así poner término a la relación laboral. Sin
embargo, respecto de los trabajadores amparados por fuero, necesariamente debe solicitar
autorización judicial previa, mediante el procedimiento correspondiente, y sólo una vez
obtenida ésta, podrá poner término al contrato.
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Causales del artículo 160 del Código del Trabajo.
Una primera cuestión es que ni las anteriores legislaciones, ni la actual han definido lo
que debe entenderse por "probidad", lo que si ha sido establecido por la jurisprudencia de los
tribunales, como sinónimo de integridad y honradez en el obrar.
Del mismo modo, han establecido los tribunales que la falta de probidad, para ser
aceptada como causal de término del contrato debe estar explícitamente probada, dada la
gravedad de la imputación. Del mismo modo, y a la inversa, puede existir falta de probidad
aun cuando en definitiva la conducta del trabajador no sea constitutiva de delito, y tampoco,
para acreditar la falta de probidad es necesario incoar un proceso penal.
En todo caso, la probidad del dependiente debe estar relacionada con conductas
derivadas de su actividad laboral, por lo que, por ejemplo, se ha determinado que los cheques
protestados a un trabajador, y que no tengan relación con su actividad en la empresa y
provengan de sus actividades privadas, no constituyen falta de probidad, es decir, la conducta
privada del trabajador no puede constituir falta de probidad, aunque esto puede ser discutible.
Cabe reseñar que el artículo 211-E establece que con el mérito del informe de
investigación de las conductas de acoso sexual, emitido de acuerdo al procedimiento que
establecen los artículos 211-A y siguientes, dentro de los 15 días siguientes el empleador
deberá aplicar las medidas o sanciones “que correspondan”, no existiendo claridad acerca de
cuales serían éstas, o si siempre se deberá disponer el término del contrato de trabajo.
Respecto de las vías de hecho, éstas también deben decir relación directa con la
prestación de los servicios, y es así como una sentencia ha establecido que una riña entre
trabajadores, después de las horas de trabajo, no es constitutiva de la causal, por cuanto lo que
la ley vela es por la tranquilidad y disciplina en las labores.
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d) Injurias proferidas por el trabajador al empleador:
Los Tribunales han determinado que las injurias que el Código del Trabajo señala
como suficientes para justificar el despido del trabajador no son las mismas que constituyen el
delito de injurias en la forma que lo exige el Código Penal, sino que deben entenderse en su
sentido natural y obvio, es decir, como expresiones que agravian o ultrajan a otro, mediante
obras o palabras.
Para conceptualizar el término "injuria", esto es, desentrañar el significado o idea que
denota dicha expresión, resulta útil la noción entregada por Escriche en su Diccionario
Razonado de la Legislación y Jurisprudencia, quien la hace consistir en "lo que uno dice, hace
o escribe, con la intención de deshonrar, afrentar, envilecer, desacreditar, hacer odiosa,
despreciable o sospechosa, o mofar o poner en ridículo a otra persona."
Todo lo anterior quiere decir que no basta con analizar las expresiones o actos mismos,
que presumiblemente constituyen injuria, sino también las circunstancias que rodearon su
génesis y las calidades del agente y del receptor de ellas.
e) Conducta inmoral grave del trabajador que afecte a la empresa donde se desempeña.
En cuanto a la conducta inmoral grave, ésta también debe decir relación con el ámbito
del trabajo, y no de conductas privadas, por cuanto la vida privada del trabajador debe ser
respetada.
Esta causal atiende a un concepto demasiado elástico, como es la moral, o mejor dicho,
falta de ella, cuestión que, en definitiva deberá calificar el juez.
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f) Conductas de acoso laboral.
Nº2) Negociaciones que ejecute el trabajador dentro del giro del negocio que hubieren
sido prohibidas por escrito en el respectivo contrato por el empleador.
a) Que las negociaciones hayan sido ejecutadas por el trabajador dentro del giro del
negocio, es decir, de aquellas actividades a las cuales se dedica su empleador.
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De no probarse los hechos invocados como constitutivos de esta causal, la
indemnización por años de servicio debe incrementarse en un 80%.
Nº3) La no concurrencia del trabajador a sus labores, sin causa justificada durante dos
días seguidos, dos lunes en el mes o un total de tres días durante igual período de tiempo;
asimismo, la falta injustificada o sin aviso previo, de parte del trabajador que tuviere a
su cargo una actividad, faena o máquina cuyo abandono o paralización signifique una
perturbación grave en la marcha de la obra.
En general, esta causal está vinculada al concepto de disciplina en el trabajo, por lo que
el no cumplir con la obligación principal del trabajador, que es prestar sus servicios,
obviamente debe ser sancionado, en procura de los intereses del empleador.
a.- Inasistencia injustificada del trabajador a sus labores durante dos días seguidos.
b.- Inasistencia injustificada del trabajador a sus labores durante dos lunes en el mes,
sean o no de semanas seguidas.
c.- Inasistencia injustificada del trabajador a sus labores por un total de tres días en el
mes, y
d.- Falta o ausencia injustificada o sin aviso previo del trabajador que tuviere a su
cargo una actividad, faena o máquina cuyo abandono o paralización significa una perturbación
grave en la marcha de la obra.
Esta última causal es más amplia, y se refiere no sólo al caso del que el trabajador no
concurra a sus labores, sino también al evento de que habiendo concurrido, no se encuentre en
su puesto de trabajo sin causa justificada, aunque sea por algunos minutos.
Además, para que se configure este evento, basta que el trabajador no concurra
injustificadamente a su trabajo por un día.
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Por su parte, la expresión "mes" que utiliza el legislador debe ser tomada en su sentido
natural y obvio de "mes calendario", por cuanto la norma no contiene ninguna expresión que
permita darle otro significado, como podría ser, por ejemplo, "mes trabajado".
Nº4) Abandono del trabajo por parte del trabajador, entendiéndose por tal:
Para que se configure esta causal, respecto de la salida del trabajador, se requieren los
siguientes requisitos copulativos:
b.- Que la salida sea injustificada, esto es, que el dependiente no haya tenido motivo o
razón plausible para hacerlo.
c.- Que la salida sea durante las horas de trabajo de la jornada ordinaria o de la
extraordinaria pactada, o la extraordinaria obligatoria referida en el inciso 1º del artículo 29 del
Código (extensión de la jornada para evitar perjuicios derivados de caso fortuito o fuerza
mayor).
d.- Que la salida sea sin permiso del empleador, o de quien lo representa.
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Respecto de la negativa a trabajar sin causa justificada, se requiere de la existencia de
dos condiciones para la configuración de la causal:
a.- Que la negativa a trabajar sea sin causa justificada, es decir, que no exista un
motivo o razón para que el dependiente deje de trabajar o se niegue a realizar una labor o tarea
encomendada por su empleador.
b.- La negativa debe referirse a alguna de las tareas o faenas establecidas o convenidas
en el contrato de trabajo, por lo que lógicamente, si el trabajador se niega a realizar faenas
distintas a aquellas para las cuales fue contratado, no podrá invocarse esta causal.
Respecto de esta causal, debe tenerse en cuenta que el hecho de tener el trabajador
alguna diferencia con su empleador, por ejemplo, en término de remuneraciones adeudadas,
no le autoriza para dejar de prestar sus servicios, por cuanto, según ha establecido la
jurisprudencia, debe el trabajador recurrir a los mecanismos legales establecidos para la
protección de sus derechos.
b) Se ha estimado por la doctrina que en cierto modo viene a reemplazar las causales
del antiguo artículo 157 del Código, aun cuando en dicha norma no se contemplaba este
aspecto.
Del análisis de la disposición se colige que se requieren dos requisitos copulativos para
que la causal pueda ser invocada:
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A nuestro juicio también podría ser invocada la causal si el único afectado es el mismo
trabajador
Esta causal tiene íntima relación con el cumplimiento de la normativa relativa a las
normas de seguridad en el trabajo, es decir, aquellas que se refieren a la prevención de riesgos.
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Al igual que respecto de la causal anterior, por la gravedad que conlleva su
imputación, en caso de no ser probada, la indemnización por años de servicio que se ordene
deberá ser incrementada en un 100%.
La causal de por sí es muy genérica, debiendo, en caso de desacuerdo entre las partes,
ser el Juez quien decida si el incumplimiento de la obligación es de tal entidad que pueda ser
considerado como "grave", y si dicho incumplimiento tiene o no relación con las obligaciones
emanadas del contrato de trabajo.
A este respecto se puede mencionar como ejemplo el caso de los atrasos reiterados en
que incurra el trabajador, situación que no tiene una sanción expresa en la legislación, y que
tampoco está contemplada como una causal expresa que autorice la terminación del contrato,
sin embargo, debe convenirse en que es una obligación tácita del trabajador dar cumplimiento
cabal a la jornada de trabajo estipulada en el contrato, constituyendo los atrasos reiterados un
claro incumplimiento a lo pactado.
Sin embargo, para que los atrasos constituyan un incumplimiento a las obligaciones
que impone el contrato, y puedan configurar la causal en estudio, deben demostrarse en forma
fehaciente, sin que quede duda sobre su ocurrencia o existencia, no bastando invocar atrasos
sin mayor precisión, ya que no es lo mismo llegar atrasado ocasionalmente, que hacerlo en
forma permanente y por espacios de consideración.
b.- Los atrasos sancionados con multas no pueden considerarse como causal de
término del contrato, puesto que ya se ha impuesto una sanción.
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c.- Si los atrasos no son amonestados oportunamente, debe considerarse que el
empleador ha renunciado a hacer valer sus derechos.
d.- Lo mismo ocurriría si el empleador tolera por un tiempo prolongado los atrasos del
trabajador, por cuanto debe suponerse que no atribuye a éstos la gravedad necesaria como para
poner término al contrato
Así, por ejemplo, no se requieren cláusulas especiales para que un empleador obligue a
sus trabajadores a:
Lo anterior quiere decir que en primer lugar deberán probarse los hechos que se
pretende calificar como constitutivos del incumplimiento de las obligaciones que impone el
contrato, y en segundo lugar, deberá acreditarse que éstos hechos son de una gravedad
suficiente, como para poner término al contrato, no obstante que es el juez quien, en definitiva
debe efectuar tal calificación.
Del mismo modo, la jurisprudencia ha establecido que los hechos que configuran la
causal no pueden estar constituidos por un incumplimiento cualquiera de las obligaciones
contractuales, sino que debe ser de tal naturaleza y entidad que produzca un quiebre en la
relación laboral e impida una normal convivencia entre uno y otro contratante, o formar parte
de una conducta que conduzca a la indisciplina y/o lesione o amenace en cierto modo la
seguridad y estabilidad de la empresa.
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Como se puede apreciar, los hechos que pueden configurar esta causal son casi
infinitos, sin embargo de los cual, podemos decir que para que ellos sirvan de fundamento, se
requiere:
3.- Deben ser sancionados en el momento oportuno, por cuanto de lo contrario, puede
entenderse que el empleador ha renunciado a hacer valer sus derechos.
Causal del artículo 161, inciso 1°, del Código del Trabajo, conocida como "Despido
Causado".
Siempre se criticó dicho sistema, y especialmente por cuanto se señala que para el
trabajador es una necesidad conocer el motivo de su despido.
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- Los cambios en las condiciones del mercado o de la economía;
La ley 19.759 eliminó el ejemplo referido a la falta de adecuación laboral o técnica del
trabajador, ya que ella podía ocasionar un perjuicio al trabajador, consistente, principalmente
en que al estar señalada en el correspondiente finiquito, le impida encontrar una nueva fuente
de trabajo, por cuanto podría ser considerado como un trabajador ineficiente o incapaz
1) Trabajadores que tengan poder para representar al empleador, tales como gerentes,
subgerentes, agentes o apoderados, siempre que en todos estos casos estén dotados, a lo
menos, de facultades generales de administración.
Esta norma es concordante con lo establecido en el artículo 305, Nº2 del Código,
referido a las personas que no pueden negociar colectivamente, y lo dispuesto en el artículo
22, inciso 2° respecto de los trabajadores que se encuentran excluidos de la limitación de
jornada.
En todo caso, el trabajador debe estar dotado de un poder general, no siendo suficiente
un simple mandato para ciertos actos específicos, o poderes especiales. La ley se refiere a un
poder que debe identificarse con quienes administran la empresa, situación en la que
normalmente se encuentran muy pocos trabajadores.
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En todo caso, la calificación de si un trabajador es o no de la exclusiva confianza de su
empleador, corresponde a la Inspección del Trabajo cuando el contrato está vigente, y a los
Tribunales cuando el contrato ha terminado.
Respecto de todos estos trabajadores señalados en el inciso 2º del artículo 161 del
Código, por el grado de confianza que supone el desempeño de sus funciones, el legislador
permite que una vez que ya no existe la señalada confianza, no sea necesario tener que invocar
una causal para poner término al contrato, por cuanto el sólo hecho de que el empleador ya no
confíe en su trabajador es suficiente motivo como para ello.
En todos estos casos el desahucio debe ser por escrito, comunicándose personalmente
o por carta certificada, con 30 días de anticipación, o pagándose una indemnización sustitutiva
del aviso previo, equivalente a la última remuneración mensual devengada, y de la
comunicación debe enviarse copia a la Inspección del Trabajo.
Las causales señaladas en los dos primeros incisos del artículo 161 no pueden ser
invocadas respecto de trabajadores que estén gozando de licencia por enfermedad común,
accidente del trabajo o enfermedad profesional, otorgadas de acuerdo a las normas vigentes
que regulan esta materia.
En caso de haberse dado una aplicación improcedente a las causales del artículo 161
del Código, la indemnización por años de servicio deberá incrementarse en un 30%, monto
claramente insuficiente para el trabajador, el que, seguramente, preferirá conformarse y
percibir el pago de sus indemnizaciones antes de recurrir a juicio.
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1.- El liquidador deberá comunicar al trabajador, personalmente o por carta certificada
enviada al domicilio señalado en el contrato de trabajo, el término de la relación laboral en
virtud de la causal señalada en este artículo, adjuntando a dicha comunicación un
certificado emitido por la Superintendencia de Insolvencia y Reemprendimiento que deberá
indicar el inicio de un procedimiento concursal de liquidación respecto del empleador, así
como el tribunal competente, la individualización del proceso y la fecha en que se dictó la
resolución de liquidación correspondiente. El liquidador deberá realizar esta comunicación
dentro de un plazo no superior a seis días hábiles contado desde la fecha de notificación de
la resolución de liquidación por el tribunal que conoce el procedimiento concursal de
liquidación. El error u omisión en que se incurra con ocasión de esta comunicación no
invalidará el término de la relación laboral en virtud de la causal señalada en este artículo.
4.- No se requerirá solicitar la autorización previa del juez competente respecto de los
trabajadores que al momento del término del contrato de trabajo tuvieren fuero. Con todo,
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tratándose de trabajadores que estuvieren gozando del fuero maternal señalado en el
artículo 201, el liquidador, en representación del deudor, deberá pagar una indemnización
equivalente a la última remuneración mensual devengada por cada uno de los meses que
restare de fuero. Si el término de contrato ocurriere en virtud de este artículo, mientras el
trabajador se encontrare haciendo uso de los descansos y permisos a que se refiere el
artículo 198, no se considerarán para el cálculo de esta indemnización las semanas durante
las cuales el trabajador tenga derecho a los subsidios derivados de aquéllos. Esta
indemnización será compatible con la indemnización por años de servicio que deba pagarse
en conformidad al número 3 anterior, y no lo será respecto de aquella indemnización
regulada en el número 2 precedente.
El finiquito suscrito por el trabajador deberá ser autorizado por un Ministro de Fe,
sea éste Notario Público o Inspector del Trabajo, aun cuando las cotizaciones previsionales
se encuentren impagas. Deberá, además, ser acompañado por el liquidador al Tribunal que
conoce del procedimiento concursal de liquidación, dentro de los dos días siguientes a su
suscripción. Este finiquito se regirá por las siguientes reglas:
Con todo, el liquidador deberá reservar fondos, si los hubiere, respecto de aquellos
finiquitos no suscritos por los trabajadores o no acompañados por el liquidador al tribunal
que conoce del procedimiento concursal de liquidación dentro del plazo señalado en el
párrafo tercero de este número, por un período de treinta días contado desde la fecha en que
el correspondiente finiquito fue puesto a disposición del respectivo trabajador.
El Finiquito:
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Es el documento que suscribe el empleador con el trabajador al término de los
servicios de éste, y en el cual se dejará constancia de los pagos efectuados al cese de las
funciones, por los distintos conceptos a que tenga el trabajador derecho, por ejemplo,
remuneraciones adeudadas, indemnizaciones, etc.
A este respecto, debe tenerse presente que el artículo 63 bis establece que, al término0
del contrato de trabajo el empleador está obligado a pagar todas las remuneraciones que se
adeudaren al trabajador en un solo acto, al momento de extender el finiquito, sin perjuicio que
puedan acordar el fraccionamiento del pago de las remuneraciones adeudadas, caso en el cual
se aplica lo dispuesto en el artículo 169, letra a) del Código del Trabajo.
En la práctica es un contrato entre empleador y trabajador, y que tiene por objeto dar
por totalmente extinguidas las obligaciones que existen o que estuvieren pendientes a la fecha
del término del contrato de trabajo.
Los requisitos de validez del finiquito se encuentran establecidos en el artículo 177 del
Código, el que, en primer lugar, señala que éste, al igual que la renuncia y el mutuo acuerdo
deben constar por escrito.
Además, para su validez, se requiere que lo firme, aparte del trabajador (la ley señala
"el interesado") el presidente del sindicato, o el delegado del personal o sindical respectivos, lo
que significa que debe ser aquel que represente al trabajador, y no el de cualquier sindicato, y
en cuanto al delegado del personal o sindical, debe haber sido, además, comunicado su
nombramiento a la Inspección del Trabajo.
Aparte de lo anterior, permite también la ley que a falta de los antes señalados, el
finiquito sea ratificado por el trabajador ante la Inspección del Trabajo.
Respecto de estas formalidades, lo que la ley exige es que el finiquito sea ratificado
ante ministro de fe, en caso de que no sea firmado también por el presidente del sindicato o el
delegado de personal o sindical respectivos, por lo que no bastaría que, por ejemplo, un
notario autorizara las firmas que en él aparecen, sino que lo que se requiere es que el ministro
de fe deje constancia de que el trabajador personalmente ratificó su firma y el contenido del
documento.
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Sin embargo, a nuestro juicio, ello no sería tan claro en el caso del oficial del registro
civil y del secretario municipal en aquellas comunas en que existe notaría, por cuanto sólo a
falta de ésta, dichos funcionarios adquieren la calidad de ministros de fe.
Si no se cumple con los requisitos señalados, el finiquito no puede ser invocado por el
empleador, lo que equivale a decir que carece totalmente de fuerza probatoria.
Por otra parte, el finiquito otorgado ante alguno de los ministros de fe señalados tiene
mérito ejecutivo respecto de las obligaciones consignadas en él y que se encuentren
pendientes.
A este respecto cabe consignar que la obligación del empleador es la de pagar las
prestaciones pendientes y las que eventualmente se deriven del término del contrato al
momento de la suscripción del finiquito.
Sin embargo, nada impide que por el acuerdo de la voluntad de las partes puedan
establecer plazos o modalidades para el cumplimiento de dichas obligaciones, circunstancias
que deberán quedar consignadas con total claridad en el instrumento, cuestión que ha sido
regulada legislativamente después de la reforma de la ley 19.759, en el artículo 169, letra a),
incisos 2° a 4°
Pese a ser ello innecesario, la norma autoriza a las partes a pactar el pago de las
indemnizaciones en forma fraccionada, exigiendo que en el pacto se establezcan los reajustes e
intereses correspondientes, y que el mismo sea ratificado ante inspector del trabajo, llamando
la atención que la norma no se refiera a otro ministro de fe.
Por otra parte, la norma también establece que en caso de no pago de una de las
parcialidades en la fecha acordada, se hará exigible de inmediato la totalidad de la deuda, en lo
que viene a ser una suerte de “cláusula de aceleración legal”.
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por finalidad servir de instrumento probatorio, tanto entre las partes, como respecto de terceros
(organismos previsionales, inspección del trabajo), queda claro que éste debe ser otorgado
inmediatamente una vez que ha cesado la prestación de los servicios.
Si el finiquito es otorgado sin cumplir con las formalidades legales, señala la ley que
"no puede ser invocado por el empleador", lo que en ningún caso significa que el efecto sea el
de mantener subsistente o vigente la relación laboral, sino tan sólo que el documento no es
idóneo para acreditar el pago de las prestaciones y que se hubiere consignado en él, ni el
cumplimiento de las obligaciones de índole administrativa, y mucho menos que el trabajador
acepte la causal de despido invocada para poner término al contrato.
El finiquito tiene pleno poder liberatorio respecto de las obligaciones del empleador
con el trabajador, pero no en cuanto a las obligaciones previsionales, las que igualmente
pueden revisarse hasta 5 años hacia atrás, contados desde el término de la relación laboral.
Es importante tener presente que aun cuando el trabajador no esté de acuerdo, por
ejemplo, con la causal de término del contrato señalada en el finiquito, nada le impide
suscribirlo, a fin de obtener el pago de aquellas prestaciones no discutidas, tales como
remuneraciones adeudadas, feriado proporcional, gratificaciones u otras.
La ley 19.844, agregó los actuales incisos 3°, 4°, 5° y 6° del artículo 177 del Código
del Trabajo, por el cual se estableció la obligación para los ministros de fe que intervienen en
la ratificación del finiquito por parte del trabajador, que exijan al empleador la acreditación del
pago de las cotizaciones de previsión y seguridad social, y las correspondientes al seguro de
desempleo, si ello corresponde, hasta el último día del mes anterior al despido, cuando éste se
ha producido por alguna de las causales a que se refiere el artículo 162 del Código del Trabajo,
es decir, las causales 4, 5 o 6 del artículo 159, cualquiera las del artículo 160, o las del artículo
161.
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extendido por más de un año, respecto de las cotizaciones de salud, el certificado se limitará a
los 12 últimos meses anteriores al despido, y si este certificado no considera las cotizaciones
del mes anterior al del despido, el pago de las cotizaciones deberá acreditarse con las copias de
las respectivas planillas de pago.
El artículo 162 del Código establece las formalidades que debe cumplir el empleador
al poner término al contrato de trabajo de un dependiente, distinguiéndose dos situaciones:
a) Cuando se invocan las causales de caducidad, es decir, todas las del artículo 160, y
las de los números 4, 5 y 6 del artículo 159 (vencimiento del plazo, conclusión del trabajo que
dio origen al contrato y caso fortuito o fuerza mayor).
1.- Enviar una comunicación escrita al trabajador, la que puede ser entregada en forma
personal, o por carta certificada, caso este último en que la misiva deberá ser remitida al
domicilio que el trabajador tenga señalado en el contrato.
2.- La comunicación debe ser entregada, o debe ser enviada dentro de los tres días
hábiles siguientes a la separación del trabajador, o dentro de los 6 días siguientes si se trata de
la causal del artículo 159, Nº6.
3.- La comunicación deberá expresar la causal o causales que se invocan para poner
término al contrato, y los hechos en que se funda la o las causales, es decir, los hechos que se
supone configuran la causal.
4.- Copia de la comunicación deberá ser enviada a la Inspección del Trabajo dentro del
plazo de 30 días hábiles, contados desde la separación del trabajador, organismo que debe
llevar un registro de estas comunicaciones.
b) Cuando se invoca la causal del inciso 1º del artículo 161, como ya hemos señalado,
el aviso debe darse al trabajador con 30 días de anticipación, con copia a la Inspección del
Trabajo.
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No obstante, no es necesaria la anticipación en el aviso si se paga en dinero efectivo
una indemnización sustitutiva del aviso previo, la que es equivalente a la última remuneración
mensual devengada, con un tope de 90 U.F., de acuerdo al artículo 172, inciso final.
Señala la ley que los errores en que se incurra en las comunicaciones o su omisión, o la
falsedad de la información contenida en la comunicación, no afectan la validez del término del
contrato.
Lo anterior quiere decir que el empleador, en el evento de ser demandado por despido
injustificado, no podrá en la contestación de la demanda señalar que se ha puesto término al
contrato por otras causales que las señaladas, o agregar otras a las ya invocadas.
De acuerdo al texto del inciso 5°, parte final del artículo 162 del Código, si no se
cumple con dicho requisito “… el despido no producirá el efecto de poner término al contrato
de trabajo”, redacción sumamente discutible, por cuanto el efecto que se produce, de acuerdo
al inciso 7° del mismo artículo 162 es que el empleador se encuentra obligado al pago de las
remuneraciones y demás prestaciones consignadas en el contrato de trabajo y que se hubiesen
devengado entre la fecha del despido y aquella en que el empleador haga entrega o envíe al
trabajador la comunicación en que conste el pago de las cotizaciones previsionales.
Por su parte, el inciso 6° del artículo 162 establece que “… el empleador podrá
convalidar el despido mediante el pago de las cotizaciones previsionales morosas…,
redacción que tampoco compartimos, por cuanto estimamos que dadas las consecuencias del
incumplimiento del empleador, no estamos en presencia de una nulidad.
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Finalmente, el inciso 9° del artículo 162 del Código faculta a la Inspección del
Trabajo, para que, de oficio o a petición de parte solicite al empleador la acreditación del pago
de las cotizaciones previsionales al momento del despido, y aquellas que se pudieran haber
devengado durante el periodo que media entre el despido y la fecha en que se paguen
efectivamente las cotizaciones, sancionándose el incumplimiento de estas obligaciones con
multa de 2 a 20 UTM.
Como hemos visto con anterioridad, la doctrina señala que no se debe poner término al
contrato de trabajo, mientras no exista una causal que autorice a ello.
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Las causales de los artículos 159 y 160 del Código no dan derecho a esta
indemnización, salvo que, reclamada judicialmente la causal de despido, se determine que éste
ha sido injustificado y carente de motivo suficiente, caso en que se deberá condenar al
empleador al pago de la indemnización en cuestión, de acuerdo a lo dispuesto por el artículo
168, inciso 3° del Código del Trabajo.
De acuerdo al artículo 172, inciso 1º, esta última remuneración mensual devengada
comprende toda cantidad que el trabajador estuviere percibiendo por la prestación de sus
servicios al momento de terminar el contrato, incluidas las cotizaciones previsionales, y las
regalías o especies avaluables en dinero, excluyéndose las asignaciones familiares, las horas
extras y los beneficios o asignaciones otorgados esporádicamente, o por una vez al año, tales
como los aguinaldos y las gratificaciones.
Esta tiene el mismo fundamento que la anterior, pero destinada a proveer de fondos al
trabajador para su subsistencia en un plazo más largo, que es el tiempo que supuestamente se
demorará en encontrar una nueva fuente de ingresos, el que como ya hemos dicho, se ha
estimado en alrededor de 8 meses.
Obviamente, al ser una mera liberalidad no existe ningún tipo de requisito respecto del
monto o forma de pago.
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Procede el pago de indemnización legal por años de servicios en que el contrato de
trabajo hubiese estado vigente por un año o más, y el empleador le ponga término invocando
para ello la causal contemplada en el artículo 161 del Código.
- Para tener derecho a esta indemnización se requiere haber prestado servicios por lo
menos durante un año, es decir, tener un año de antigüedad en la empresa, por lo que si un
trabajador tiene 11 meses y 29 días de servicios prestados, y es despedido invocándose la
causal del artículo 161 del Código, no tendrá derecho al pago de la indemnización.
Para el cómputo del tiempo servido se deben considerar los períodos en que el
trabajador no hubiere prestado servicios efectivamente, debido, por ejemplo a licencias
médicas, maternales, por accidentes del trabajo, feriado legal, etc.
Respecto del sentido y alcance en cuanto al cómputo del plazo de un "año" a que se
refiere el artículo 163 del Código, recurriendo a las normas generales sobre interpretación, se
ha determinado que la expresión "año" significa número de días consecutivos que corren
desde la 00,00 horas de un día determinado de un mes, hasta las 12,00 de la noche de otro, de
igual fecha y mes, en el año calendario siguiente, y es a esto a lo que se refiere dicho concepto
para los efectos de la indemnización, el que no tiene por qué coincidir con el año calendario.
Para el cómputo del tiempo indemnizable, sobre un año de servicios la fracción de año,
superior a 6 meses se computa como un año completo para el cálculo del tiempo a indemnizar.
Ultima Remuneración Mensual Devengada:
De acuerdo al artículo 172 del Código, se infiere que para la determinación de las
indemnizaciones por años de servicio, y de la sustitutiva de aviso previo, la última
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remuneración mensual comprende toda cantidad que el trabajador estuviese percibiendo por la
prestación de sus servicios al término del contrato, incluidas las imposiciones y cotizaciones
previsionales y de seguridad social de cargo del trabajador y las regalías o especies avaluadas
en dinero.
La misma norma señala las cantidades que deben excluirse, siendo éstas la asignación
familiar legal, los pagos por sobre tiempo y los beneficios o asignaciones que se otorguen en
forma esporádica o por una sola vez al año, señalando, respecto de estos últimos, por vía
ejemplar, las gratificaciones y los aguinaldos.
Lo anterior quiere decir que se deben considerar sólo aquellas remuneraciones que
tengan carácter de normales, dentro de las cuales se incluyen las gratificaciones legales o
contractuales o sus anticipos, cuando el empleador las pague mes a mes.
Si la remuneración es variable, del mismo modo, se deben completar los tres meses en
forma regresiva.
Distinto es el caso del feriado, ya que si durante el último mes el trabajador hizo uso de
este derecho, de todos modos el empleador estuvo obligado a pagarle su remuneración íntegra.
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4.- Que si la remuneración consiste en una regalía o especie, ésta se encuentre
avaluada en dinero.
Finalmente, nada impide que las partes acuerden un sistema distinto para la
determinación de la base de cálculo de la indemnización, con la limitante de que el resultado
que dicho sistema arroje no sea inferior al que se obtenga de aplicar las normas legales.
En todo caso, debe siempre tenerse presente que el inciso final del artículo 172 del
Código establece que el tope máximo de esta remuneración es de 90 unidades de fomento
vigentes al último día del mes anterior al pago.
c.- El aporte debe depositarse en una AFP, de acuerdo a lo dispuesto en los artículos
165 y 166 del Código.
d.- El sistema rige a contar del 1º de enero de 1991, o a partir de la fecha de inicio de la
relación laboral, si ésta es posterior, lo que quiere decir que la obligación de cotización del
empleador no tiene efecto retroactivo, respecto de aquellos trabajadores que hubiesen tenido
contrato vigente al 1º de enero de 1991.
f.- La obligación del empleador de efectuar los aportes tendrá una duración de 11 años,
plazo que se cuenta desde el 1º de enero de 1991, o desde la suscripción del contrato, sin
embargo, nada impide que el empleador voluntariamente continúe efectuando aportes
transcurrido que sea el plazo señalado.
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Formalidades del Despido Causado:
El artículo 169 del Código establece las formalidades que debe cumplir el empleador,
cuando ponga término al contrato de trabajo, invocando para ello la causal del artículo 161,
inciso 1º del Código, es decir, necesidades de la empresa, establecimiento o servicio.
En la práctica puede que no corresponda pagar ninguna de ellas, como sería el caso de
un trabajador al que se le da aviso con 30 días de anticipación, y cuyo contrato ha estado
vigente por menos de un año.
Para reclamar, tanto del pago de las indemnizaciones, como de las diferencias que
eventualmente se le adeuden, el trabajador debe reclamar ante el Juzgado competente, en el
plazo de 60 días hábiles, el que se suspende por la interposición de un reclamo por los mismos
motivos ante la Inspección del Trabajo, pero en ningún caso puede reclamarse después de
transcurridos 90 días contados desde la separación del trabajador.
Respecto de esta materia, el inciso final de la letra a) del artículo 169, establece que si
no se pagan las indemnizaciones al término del contrato, servirá de título ejecutivo la carta de
aviso enviada al trabajador, pudiendo el juez incrementarlas hasta en un 150%.
De acuerdo al artículo 168 del Código, cuando el trabajador estime que se ha puesto
término a su contrato en forma injustificada o improcedente, por aplicación de alguna de las
causales señaladas en los artículos 159, 160 o 161 del Código, o que no se ha invocado causal
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alguna, puede reclamar judicialmente, norma que es mucho más amplia que la que existía en
la anterior legislación.
Señala en primer lugar la disposición que el trabajador debe recurrir ante el juzgado
competente, el que de acuerdo al artículo 422 del Código, es el del domicilio del demandado,
o el del lugar donde se presten o se hayan prestado los servicios, a elección del demandante,
sin perjuicio de lo que dispongan leyes especiales.
Es importar que la ley 19.010 aumentó al doble el plazo señalado, el que anteriormente
era de tan sólo 30 días hábiles, lo que daba lugar a que muchos trabajadores perdieran dicha
posibilidad de reclamar, y por la ley 19.447 se estableció la suspensión del plazo por reclamo
ante la Inspección del Trabajo
Cabe señalar que la Ley 20.005 introdujo un nuevo inciso 3 al artículo 168, por el cual
se establece que si el empleador siguió los procedimientos de investigación y sanción del
acoso sexual, establecidos por la misma ley, y como consecuencia de ello invocó la causal del
artículo 160, N°1, letra b), no se aplicará el incremento, en caso de ser declarado el despido
injustificado.
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término a su contrato en forma injustificada, indebida o improcedente, o cuando no se ha
invocado causal alguna.
Por otra parte, si el juez establece que una o más de las causales de los artículos 159 o
160 no ha sido acreditada, se entenderá que el contrato ha terminado por la causal del artículo
161, y en la fecha en que se invocó la causal, sin perjuicio del derecho a los incrementos ya
señalados.
Del mismo modo, deberá comunicarlo por escrito al empleador, personalmente, o por
carta certificada, señalando, del mismo modo, la causal invocada y los hechos en que se funda.
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