Está en la página 1de 2

Las medias verdades.

La verdad, además de ser un concepto y una realidad humana, puede ser considerada como la
certeza o como el asombro. Pero la verdad, también la conceptualizamos como lo que se
revela debajo de las apariencias.

No obstante, para lo que nos concierne aquí hablaremos de verdad como la correspondencia
entre lo que se piensa y lo que se dice o se hace. En esta perspectiva, verdad es congruencia.

Las verdades también pueden ser relativas, es decir, proposiciones que únicamente son verdad
en relación a alguna norma, convención o punto de vista.

Pero las medias verdades son la nueva verdad, anímicamente entendida por cada uno de
nosotros a nuestra conveniencia y sin contradicciones internas. Así nos quiere el sistema: que
podamos soportar cualquier tipo de contradicción en nosotros.

Y curiosamente no conscientes de esto, creemos que somos íntegros.

Nos hacemos a la idea de que somos unitarios como una línea recta y homogénea; o al menos,
así queremos creerlo.

Pero todos tenemos nuestra zona de sombra, nuestra ceguera hacia nosotros mismos. De aquí
que podamos decir que vivimos de medias verdades. ¿Cuántas veces no nos caemos a coba,
respecto a nosotros mismos y a otras personas?

Nos movemos en los conflictos éticos y morales pensando que conscientemente los
controlamos, pero quien decide ahí es nuestro inconsciente, y nuestro inconsciente es
manipulado por tendencias sociales y culturales que han ido relativizando nuestros conceptos
de lo que está “bien” y lo que está “mal”.

Todos tenemos una sombra que influye en cómo actuamos éticamente.

Y, si bien a veces, en determinadas situaciones de la vida hemos actuado coherentemente,


generando congruencia entre el decir y el hacer, en otros momentos no. El problema es que lo
aceptemos y exploremos nuestra vida buscando estos momentos.

Verdad o mentira, pensamos que el mundo se divide así, pero existen las medias verdades, los
grises, tanto fuera como dentro de nosotros mismos.

Las medias verdades son cuando las cosas son de una forma para mí, y de otra forma para los
demás.

Cuando por ejemplo existe un concepto de justicia para mí y otro para los demás.

Las medias verdades las aceptamos inconscientemente sin darnos cuenta y sin que afecten
nuestra integridad como, por ejemplo, el funcionario revolucionario al 100% que lucha contra
el imperio y la injusticia pero come bien todos los días pagado por el Estado, que es machista,
tiene ropa y celular caro y se echa unos traguitos después de cumplir las tareas de la
revolución, por no hablar de la ayudita que la da el empresario tal, mientras todos los otros
empleados y funcionarios debajo de él se chupan un cable.

Las medias verdades permiten que no nos afecten las contradicciones éticas ni morales,
porque estoy en una posición narcisista en donde funciono primero que nada
"funcionalmente" y en donde la perspectiva moral y ética se amolda según me afecte a mi o a
los demás, por eso un policía corrupto puede poner preso a otros ladrones sin sentir ninguna
contradicción.

“Decir de lo que es que no es, o de lo que no es que es, es lo falso; decir de lo que es que es, y
de lo que no es que no es, es lo verdadero”

Aristóteles

También podría gustarte