Está en la página 1de 5

El avance del poder del Estado contra el coronavirus y la libertad.

Por: Aníbal Rivero*

Imagen creada por: @RebelPepperWang caricaturista político chino, exiliado en Estados Unidos.

John Stuart Mill, en su libro sobre la libertad (1859), explica la evolución del poder del
Estado frente al avance y conquista de las prerrogativas que inicialmente obtuvieron,
quienes, ante la necesidad de protección, pactaron una renuncia a su naturaleza libre
como seres humanos, pagando el costo de esa subrogación con su sometimiento al
poder del Estado.
Para Marshall (2010) -cita textual- “Hobbes consideraba que el poder del Estado
debía ser ejercido sin límites, de lo contrario, nos encontraríamos ante el fin del Estado
y ante el regreso al estado de guerra de todos contra todos. El contrato social de
Hobbes, como medio para fundar el Estado, implicaba la renuncia, por parte de cada
uno de los individuos que lo suscribían, al ejercicio de medios de violencia. Se
confiaban de esta manera al único, central e ilimitado poder estatal que garantizaría,
como contrapartida, la seguridad de los individuos tanto frente a sus vecinos como
frente a pueblos extranjeros. Los individuos no se reservaban nada; lo entregaban
todo por medio del contrato.” -fin de la cita-
Vemos entonces que en la definición de soberanía de Hobbes: la construcción de la
justificación acerca de la necesidad de ceder parte de la soberanía individual en favor
del sometimiento al estado, para la consecución de objetivos, fines o metas; fueron
presentadas a los individuos como fines comunes a ellos, sin que esto
necesariamente fuera así.
La regularidad de lo excepcional: Made in China
El coronavirus se configuró como la actual amenaza que nos coloca al borde de una
potencial catástrofe, con lo cual el miedo se erige como un catalizador que nos
impulsa a revisar, el ya desigual pacto político como ciudadanos, con el Estado,
provocando en los actuales momentos, que haya junto a esta redefinición de lo
político y de nuestra relación con el Estado, un retroceso en contra de los ciudadanos
en esta relación de poder. Lo que vemos actualmente es la oferta amenazante de
aceptar el estado de excepción, frente a la oferta amenazante de la muerte por el
virus chino. En términos del Oikos y del nomos: tomaremos la menos peor. Vincent
Rollet, en su artículo Nouveau concept de sécurité et gestion des épidémies en Chine
(érudit, politique et societés, 2007) , planteaba sobre las reformas al sistema de gestión de
seguridad en China, con ocasión de las consecuencias del SARS –cita textual-: “A la
luz de la evolución del concepto de seguridad en China y el vínculo que ahora se
establece entre las enfermedades infecciosas y la seguridad no tradicional, es
necesario destacar que China planteaba responder frente a estas amenazas,
poniendo en práctica a lo interno cuatro principios: confianza mutua, beneficio mutuo,
igualdad y coordinación.” -fin de la cita-
Hoy día pareciera que estos principios configurados dentro del concepto de Seguridad
no Tradicional (NTS) no fueron atendidos a lo interno de forma adecuada, con la
consecuencia ya conocida actualmente. El virus chino se transformó en una amenaza
transnacional que reactiva la posibilidad de avance del poder del Estado, púes, como
indica Laje (2020): -cita textual-“Es sabido que cuando el Estado crece, achicarlo
suele ser tarea prácticamente imposible” -fin de la cita-y si bien es cierto que China,
con su totalitarismo, es la mejor expresión del control total frente a la libertad de los
ciudadanos; actualmente el Estado, sin importar su tendencia ideológica, responde a
la expansión de la peste china, con su omnipresencia, su fuerza organizativa, su
capacidad de gasto, su capacidad de control por medio de medidas coercitivas
ejecutivas, legislativas y de salud pública, y en la mayoría de los casos; con la
aprobación, anuencia y aplausos de los ciudadanos. Ejemplo de ello, lo vemos no
solo en la restricción externa de libre circulación a través de las fronteras -Caso UE y
países integrantes, por ejemplo-, sino en lo interno con la proliferación de decretos de
estados de excepción -estado de alarma en España, urgencia sanitaria en Francia-,
suspensión de garantías como la libre circulación, derecho de asociación, etc., y
medidas extraordinarias en el orden económico, fiscal, tributario, entre otras.

Matices del caso China: Venezuela


Por supuesto, es necesario resaltar, que dependiendo de cada Estado, estas
medidas, en muchos casos similares, tendrán “matices” según cada gobierno; como
por ejemplo, en Venezuela, donde el régimen de Nicolás Maduro manifestó el poder
del Estado a través de la promulgación de medidas económicas tales como el
aumento del valor de la Unidad Tributaria con la que se cancelan todas las
obligaciones tributarias impuestas por el Estado, ratificó la inamovilidad laboral,
golpeando una vez más a la casi extinguida empresa privada venezolana, y
simultáneamente anunció el pago de bonos de ayuda económica a los ciudadanos.
Todo ello en el marco del virus chino, con cuyo impacto actuó el régimen de Maduro,
quien, a través de sus órganos de represión, practicó la detención del periodista
Darvinson Rojas, por el anuncio de cifras del avance del virus chino, las cuales no se
corresponden con las “cifras oficiales” que el gobierno socialista comunica a los
ciudadanos en Venezuela y a la comunidad internacional.
Ello nos demuestra que no solo en China se han dado estas prácticas, tales como la
detención de Li Wenliang, quien alertó del coronavirus y fue acusado por China de
perturbar el “orden social”, sino que este poder de control del Estado se va a poder
verificar en mayor o menor medida, según sea la consideración del Gobierno que lo
conduce y el avance que haya alcanzado frente a las mermadas libertades de los
individuos. Otro ejemplo, pudiera ser el manejo que China le dio a las protestas
sociales en Hong Kong, cuando recién comenzaba la situación de la peste china, pero
que con un timing político adecuado, China pudo aprovechar en su favor, reduciendo
las protestas callejeras con el avance de la peste y recomendando el aislamiento
humano absoluto, con lo que los manifestantes en Hong Kong tuvieron que escoger
entre protestar o la vida... Extinguido el foco de protestas, el manejo de la peste china
cumplió con un doble propósito: Control Sanitario y de Salud Pública y Control
Político.
La vuelta al pasado: el retroceso a las estructuras simples del Estado, frente a
su misma incapacidad para responder a la situación actual.
Este retroceso, que es sociológico, antropológico, político, económico e histórico, se
extendió con ocasión del virus chino, y ha llegado hasta a interferir en nuestras vidas
privadas, penetrado fronteras nacionales, internacionales, zonas comunes y se
globalizó sin importar raza, credo, religión, ideología. Pero ante el avance de la
pandemia, se optó por un regreso a las estructuras más elementales del Estado, pues
frente a la carencia de estructuras capaces de dar respuestas con ocasión de esta
realidad, los estados, optaron por recurrir a respuestas propias en ejercicio de su
“soberanía”, a pesar de estar frente a una crisis global. Esta “descoordinación” refleja
no solo la carencia de una respuesta mundial, sino la búsqueda de posibilidades de
mantenimiento del status quo, así como el intento del avance geopolítico del poder de
influencia y peso de ciertos estados frente a otros, ante la actual situación. Esto lo
podemos ver expresado en la carrera por la creación, o descubrimiento de la vacuna
contra el virus chino, algo que, a ratos, nos hace recordar la carrera espacial durante
la guerra fría. Lo que si es cierto es que, por deber moral, China debería autoexcluirse
de esta carrera, pues, debería considerar que la mejor forma de haber ayudado a la
humanidad, hubiera sido comunicarle oportunamente al mundo su incapacidad para
controlar el virus y solicitar apoyo internacional para imponer un cerco epidemiológico
que impidiera el avance del virus chino y su posterior conversión en pandemia.
Las consecuencias del inicio de la peste Made in China:
Hoy enfrentamos - y enfrentaremos a corto, mediano y largo plazo - las consecuencias
del modelo totalitarista comunista que detuvo el mundo, así como su letalidad para la
humanidad, teniendo en cuenta que en la actualidad no se ha determinado el impacto
del daño global que este acontecimiento ha provocado por el manejo de una
enfermedad altamente contagiosa, como un asunto de estado, con connotaciones
políticas y geopolíticas para el Régimen de Xi Jinping, que sin importarle el resto del
mundo, solo aspiró control, no para mantener la salud pública... Sino el poder.
Acusaciones de conspiración mundial van y viene al mejor estilo de Tom Clancy, o de
haber producido un -cisne negro- acontecimiento inesperado de forma abrupta con
consecuencias globales, entre otros relatos. De manera que, incluso, si fuera cierto –
la duda es razonable- que China pudiera producir una vacuna: considero que esto
debería ser parte del resarcimiento que deben reconocer al mundo entero.
De lo que siempre podemos estar convencidos, es que, si ante la crisis global actual
las disposiciones de los estados representan un retroceso en las libertades de los
individuos, los Estados totalitarios como China, deben ser intervenidos para evitar que
estas situaciones se produzcan. Ayer fue Chernóbil en la URSS, hoy es Wuhan en
China. Dejo a conciencia de cada quien, hacer el ejercicio mental, como lo mencionó
Vargas Llosa, de que hubiera sucedido, si esta situación se hubiera producido en
Occidente donde hay “democracias”, que pudiéramos llamar perfectibles, con ciertas
libertades para la divulgación de información y medios de comunicación; y pensar si
el avance de esta enfermedad hubiera alcanzado a los niveles actuales de Pandemia.
Por la misma línea sería interesante conocer de los lectores –luego de conocer las
fallas que están presentando, por ejemplo en España, los dispositivos e insumos
médicos chinos para diagnosticar el coronavirus- cuan confiable puede ser la oferta
de la vacuna contra la peste china, “creada” por quienes ocultaron esta peste al
mundo y, si preferirían vacunarse Made In China, o ponerse una vacuna producida
hecha en Occidente.
Algunas consideraciones finales:
De la situación actual, nos toca desaprender, aprender y aprehender: lo reciente nos
lleva a mirar al pasado, mirando los acontecimientos de salud pública y pandemias
en el mundo, orígenes, contextos, circunstancias, soluciones, consecuencias e
impactos en todo orden. Lo sucedido, sin duda, nos permite obtener nuevos
conocimientos en todo orden. El mundo no debería ser el mismo, luego de esta
contingencia.
Concluyo que de la crisis global actual nos queda: 1) permanecer atentos frente a la
oportunidad que se le presenta al Estado de recuperar la autodenominada
“legitimidad” perdida que produjo el mercado libre, independientemente de las
tendencias ideológicas de los gobiernos y de la implementación política de este
control estatal, contra la libertad de los individuos: En este artículo se citó el caso de
China, pero pudo ser Estados Unidos, España, Francia o Colombia, con sus
diferentes grados de intervención estatal en contra de la libertad del individuo y en
favor del avance del poder del estado, 2) continuar luchando por la ruptura del circulo
vicioso del poder, implementado desde el estado, en donde ya el desastre económico
no es la amenaza, sino que hoy es una pandemia, y mañana una lluvia de meteoritos
que se dirigen a la tierra, un tsunami, o extraterrestres y luego veremos cuál será;
pero que frente a esa realidad, debemos romper el círculo vicioso de estado de
creciente excepción del Estado con aspiraciones de eternizarse, cimentado en la
paranoia de la amenaza eterna...
Como dice mi esposa: “el miedo vende”, nos toca a nosotros como individuos: no ser
clientes objetivos de este producto que nos vende el Estado. Un detalle de todo esto,
y que viene a ser parte fundamental de mi reflexión: ¿Y si esta excepcionalidad nos
la hacen regular?, ¿Y si este retroceso hasta las estructuras más básicas del poder
se mantiene frente cualquier “amenaza” considerada por el estado? Dejo para la
reflexión...
*Abogado, Ex Profesor Universitario
anibalrriveroc@gmail.com

También podría gustarte