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un nuevo componente que revolucionará la electrónica

CONOCIMIENTO
Una nueva teoría predice la existencia de un dispositivo electrónico que funcione como
un transistor inverso. Con él se podrán realizar circuitos, más pequeños, más rápidos y
con menos energa

Casi 50 años de electrónica nos separan de los primeros descubrimientos sobre


las teorías basadas en las relaciones entre la carga, la corriente, el flujo
magnético y el voltaje divulgados por Leon Chua, investigador de la Universidad de
California.
30 años más tarde, en 2004, HP realizó pruebas para un nuevo tipo de memoria no
volátil basada en memristores—elementos de circuito mucho más pequeños que los
transistores utilizados en la memoria flash. A partir de ese momento, los memristores
se han incorporado en chips para simular la forma en que el cerebro humano procesa
la información.
Ahora, un informe realizado por Sungsik Lee, investigador de la Universidad Nacional
de Pusan, y publicado por Emerging Technology From The Arxiv, estudia las
propiedades de los componentes electrónicos activos, como los transistores.
Una investigación que puede tener profundas consecuencias en el futuro de la
electrónica.

En su análisis postuló la existencia de un dispositivo para vincular esas dos cantidades,


a las que llamó memristor. Más tarde, en 2004, los investigadores de los laboratorios
de Hewlett-Packard anunciaron que habían creado un memristor, y que tenía la
extraordinaria capacidad de almacenar información sin usar energía.

Este tipo de dispositivos activos tiene una funcionalidad inversa a los transistores. Se
hacen llamar trancitor, en lugar de transistor, porque transfiere directamente una
señal de entrada a una salida de voltaje.
Lee explica que su nuevo dispositivo podría funcionar empleando el conocido efecto
Hall, que produce un voltaje a través de un conductor cuando se aplica un campo
magnético en una dirección perpendicular a la corriente. Pero no está claro cómo
podría explotarse esto a escala nanométrica en circuitos compatibles con
semiconductores complementarios de óxido metálico. Este descubrimiento también
puede conducir a un menor consumo de energía y a una mayor velocidad de
los circuitos en comparación con un circuito de solo transistor.
¿Por qué se requiere tanto tiempo en avanzar en estas investigaciones? Los
memristores tardaron en ser descubiertos porque que las propiedades materiales que
le permiten funcionar solo pueden ser manipuladas a escala atómica. Ahora la
pregunta es: ¿quién será el primero en descubrir el Trancitor?
Transistores para baterías infinitas

Ya en 2016, Lee trabajaba en un nuevo diseño de transistor que permitiese que los
dispositivos electrónicos funcionen durante meses o incluso años sin una carga de
batería.

Para explicarlo usan la analogía del goteo de agua de un grifo con fugas. La fuga de la
potencia eléctrica es un problema que enfrentan todos los transistores. Pero Sungsik
Lee y Arokia Nathan, ambos del Departamento de Ingeniería de Cambridge, han
descubierto cómo usar este poder con fugas.

El propio Lee reconocía: “Si tuviéramos que extraer energía de una batería típica de AA
basada en este diseño, duraría 1.000 millones de años”.

Fuente: Emerging Technology From The Arxiv y researchgate. 

Un nuevo metamaterial imita el vapor, el agua y el hielo a partir de millones


de nanoimanes

La capacidad de manipular la forma, el tamaño y la disposición de los millones de


nanoimanes que lo componen a partir de la temperatura, lo convierten en un candidato
potencial para futuras aplicaciones
electrónica ELECTRÓNICA, MATERIALES, NANOPARTÍCULAS
Investigadores del Instituto Paul Scherrer, en Suiza, han creado un nuevo material
sintético cuyas propiedades magnéticas pueden cambiar con la temperatura,
adoptando los estados sólido, líquido y gaseoso de forma similar a como lo hace
el agua. Los diferentes estados o transiciones de fase que puede experimentar este
nuevo metamaterial, creado a partir de mil millones de nanoimanes, podría tener
futuras aplicaciones electrónicas cómo mejorar la eficiencia de la transferencia de
información o permitir el almacenamiento de datos de forma mucho más eficiente.
El equipo de investigadores suizos del PSI, liderado por la científica Laura
Heyderman, destacan las propiedades magnéticas de este material. Según los
científicos del PSI, los sistemas complejos pueden proporcionar nuevas formas de
transferencia de información gracias a su capacidad de experimentar transiciones de
fase. Y según los resultados obtenidos, el metamaterial del PSI podría ser un potencial
candidato a mejorar la eficienciade las aplicaciones electrónicas.

La singularidad de este metamaterial sintético reside en su propia composición,


integrada por cerca de mil millones de diminutos imanes de tan solo 63 nanómetros
de largo y una forma casi esférica similar a un grano de arroz. Para estudiar el
comportamiento magnético del material a gran escala, los científicos emplearon una
técnica avanzada de colocación de todas estas nanopartículas en un sustrato plano
de 5 por 5 milímetros, para luego realizar las mediciones pertinentes a partir de una
técnica de medición especial.
Durante las pruebas realizadas en laboratorio, los científicos suizos pudieron
comprobar la capacidad de este material sintético para reorganizar su estructura
interna con una precisión casi milimétrica a medida que modificamos su temperatura.
Gracias al comportamiento magnético general de todas estas partículas a temperatura
ambiente, comprobaron que la orientación de las nanopartículas no respondía a
los polos magnéticos norte o sur, sino que apuntaban en una u otra dirección de
forma arbitraria.
A medida que se reducía la temperatura, los científicos observaron con interés como la
disposición magnética de las partículas tendía hacia un acercamiento gradual entre
ellas, mostrando el fenómeno propio de una transición de fase tal y como ocurre con el
agua al alcanzar el estado sólido.
Este descubrimiento abre la puerta a la capacidad de influir en estas transiciones
magnéticas mediante la manipulación del tamaño, la disposición y la forma de los
millones de nanoimanes que lo componen. Tal y como afirma Heyderman, la capacidad
de customizar las transiciones de fase para crear nuevos estados de la materia, podría
permitir que los metamateriales se adapten de forma mucho más específica a las
necesidades del futuro.
Entre las futuras aplicaciones de este metamaterial destaca su uso en
la transferencia de información eficiente, la fabricación de sensores para medir
la intensidad del campo magnético o dispositivos para el almacenamiento de
datos a gran escala. Pero quizá también tenga un uso potencial dentro de
la magnetoelectrónica o espintrónica, una tecnología emergente que explota tanto
la carga del electrón como su spín para crear dispositivos capaces de generar corriente
de electrones “espín polarizados”.
Imágenes | vía pixabay y PSI

China fabrica una nanofibra capaz de levantar 800 toneladas

Un grupo de investigadores de Beijing consigue construir un material basado en el


carbono capaz de sostener 160 elefantes, lo que da alas a la idea de hacer un ascensor
espacial

La premisa es ciertamente ciencia ficción y, de hecho, pocos países se han aventurado


a hacer públicos sus resultados sobre las investigaciones.

El hecho consiste en lo siguiente. Un ascensor hasta el espacio. En pocas películas


hemos visto esta, a priori, descabellada idea en la que el ser humano se embarcaría en
un viaje unidireccional hacia el cielo. Con un rumbo explícito hacia el más allá.
La idea parece sacada de una viñeta de periódico de los años 60′, pero nada más lejos
de la realidad se presenta a nivel internacional como una opción plausible (no por
ahora) para la exploración espacial en un futuro.
Nanofibra como vía más asequible para el ascensor galáctico

Un grupo de científicos de la Universidad de Tsinghua en Beijing ha desarrollado una


nanofibra capaz de levantar alrededor de 800 toneladas, es decir,
aproximadamente, el peso total de 160 elefantes. Y todo ello con una sola pieza de 1.6
gramos.
Este tipo de nanofibra se basa principalmente en nanotubos de carbono. “Es
evidente que la resistencia a la tracción de los haces de nanotubos de carbono es al
menos de 9 a 45 veces mayor que la de otros materiales”, ha asegurado el equipo de
investigadores que se han encargado de liderar el proyecto. Además de publicar su
descubrimiento en la revista Nature Nanotechnology, también han decidido patentar
este nuevo tipo de fibra.
A raíz de este descubrimiento por parte de la inteligencia china, muchos científicos del
mundo entero han sacado a debate lo que mencionábamos párrafos más arriba. Es
decir, si ya se ha conseguido obtener una fibra capaz de aguantar ese peso, por qué no
intentar llevar del plano teórico al práctico la invención del ascensor espacial.
Como hemos dicho con anterioridad, la idea actualmente se encuentra en stand by,
debido sobre todo, más allá de la producción de nanofibra, a la cantidad de
gigapascales que debería soportar el estiramiento del filamento.
Por lo pronto, parece material de ciencia ficción, así que para ver los posibles avances
en la materia aún deberemos esperar un tiempo.

FUENTE: NEW ZEALAND HERALD / SOUTH CHINA MORNING POST

Viaje al interior de un cable submarino

El 5 de agosto de 1858 se tendía el primer cable transatlántico submarino desde el que


se transmitiría, 11 días después, el primer telegrama entre América y Europa. Era el
primer intento del ser humano de conectar los continentes. Pero a las pocas semanas
el cable dejó de funcionar. Sin embargo, aquel gran sueño transoceánico fue el germen
del actual sistema de telecomunicaciones.

Hoy en día, la comunicación no sería como la conocemos sin la existencia de los cables
submarinos. Pero, ¿conocemos realmente cómo funcionan estos gigantes
subacuáticos? Os desvelamos algunas curiosidades que os ayudarán a entender cómo
llega Internet hasta vuestro hogar
¿Qué significa la llegada de un cable submarino?Brasil, con más de 200 millones de
habitantes, es el estado de América Latina con más usuarios de Internet. Casi el 70%
de los brasileños tiene acceso a la red. Por ello, la llegada de BRUSA va a suponer
un antes y un después en el acceso a servicios de banda ancha en el país brasileiro.
“BRUSA sale de Río de Janeiro, en Brasil y llega hasta Virginia Beach, en Estados
Unidos. Es un cable directo, por lo que es muy rápido: se tardan 99 milisegundos en
llegar a Virginia” nos explica Rafael Sgrott Martins, Country Manager Brazil de Telxius
Cable. “Está amarrado en cuatro puntos, cuatro “landing points” o puntos de amarre,
como les llamamos nosotros. Uno está en Río de Janeiro, otro aquí, en Fortaleza,
hay un tercer punto en San Juan de Puerto Rico y el punto de llegada se
encuentra en Virginia Beach. En estos cuatro puntos en los que el cable submarino
toca tierra es por donde entra y sale el tráfico, y así es como está el sistema montado”.

“Río de Janeiro, el primer punto, es un punto muy importante por sus


características geográficas” –prosigue Rafael–. “Es una salida natural, una ciudad
costera con la que podemos interconectar el cable submarino a los puntos de mayor
concentración. Después de Río de Janeiro, el amarre aquí en Fortaleza tiene una razón
fundamental, y es que es un punto de confluencia de varios cables submarinos. El
propio cable actual, el “Sam-1”, se conecta aquí en Fortaleza y otros cables
procedentes de otros continentes se conectan aquí también. San Juan también tiene
una posición estratégica por tener varias conexiones de entrada al sur de Estados
Unidos, en Florida, y por conectar el cable que viene de América Central con el que
viene del Pacífico y el que viene de otro de nuestros cables submarinos, que es el PCCS
y toda la región de América Central en San Juan. Por último, Virginia es un punto
nuevo, ya que normalmente los cables llegan hasta Nueva York o Miami.
Nosotros optamos por llegar hasta Virginia y no fue algo aleatorio: está a 300
kilómetros de Ashburn y al lado de Washington DC, y en esas dos ciudades existe una
enorme concentración de data center”.

Con más de 11.400 km de largo, BRUSA tiene una importancia fundamental para


la conectividad de las Américas: “BRUSA va a permitir que toda la zona tenga las
condiciones necesarias para comunicarse a alta velocidad durante los próximos 25
años, con una enorme capacidad. Va a permitir que todas las personas puedan
comunicarse en esta nueva era digital”, concluye.
¿Por qué los datos viajan bajo el mar?

El 99% de los datos viajan a través de cables submarinos


Mucha gente piensa que la transmisión de datos se hace vía satélite. Sin embargo, el
99% de los datos que consumimos viajan a través de cables submarinos. Son las
auténticas arterias de Internet.

La tecnología de estos colosos de los océanos permite mayor velocidad y


seguridad en la transmisión de la información.
Los cables submaridos son un sistema de transporte de alta seguridad

“Los cables submarinos conectan directamente los continentes de una forma rápida. El
satélite se geoposiciona a 36.000 kilómetros de altura, por lo que posee una mayor
latencia para la comunicación, tarda más. Un cable submarino tendría la capacidad de
2 a 3 mil satélites, por lo que está mucho más preparado para un elevado flujo de
datos. El satélite es un complemento a esa conectividad, ya que se encarga de llegar a
zonas que se encuentran muy en el interior, a lugares donde es muy difícil, o incluso
imposible, llegar con un cable submarino. Pero cuando se consigue alcanzar el mar, lo
más seguro es que el tráfico vaya por cables submarinos, puesto que es el
camino más directo y rápido gracias a la fibra óptica”, nos cuenta Rafael.
¿Cómo es la tecnología de un cable submarino?

BRUSA utiliza fibra óptica de cuarta generación, con una longitud de onda algo
superior a los anteriores cables desplegados en la zona, lo que permite transportar
grandes cantidades de información a altísimas velocidades.BRUSA puede transportar
138 Tbps con la tecnología actual
Romualdo Santana, Operations & Maintenance Brazil de Telxius Cable, nos habla de la
tecnología empleada en la construcción de estos curiosos habitantes marinos: “Debido
a los avances tecnológicos, los cables hoy en día pueden transportar de 130 a 160
Terabits por segundo. “Ese volumen equivale a transportar, por ejemplo, el
tráfico de todas las operadoras telefónicas de un país y de las
operadoras over the top, además de todo el contenido de voz, vídeo y datos
que podamos imaginar”, prosigue. “La capacidad de un cable submarino
depende principalmente de la separación existente entre sus repetidores.
Cuanto menos espaciados estén, mayor es la capacidad de transporte y de
regeneración de la señal. **El diseño actual de BRUSA nos permite introducir
hasta 130 lambdas de 100 Gigas, lo que nos puede llevar a una capacidad
estimada de 138 Terabits por segundo. En el futuro, la evolución de los equipos
tecnológicos nos permitirá la introducción de lambdas de 200 a 400 Gigabits
por segundo, lo que podrá duplicar o cuadruplicar su capacidad, como ha ocurrido en
otros cables más antiguos”.
¿Cuál es el grosor de estos cables?Con esta enorme capacidad, podría pensarse que las
dimensiones de un cable submarino son considerables. Romualdo nos aclara esta
cuestión: “Muchos piensan que un cable submarino es un tubo de 10 cm de diámetro,
pero lo que es el cable submarino propiamente dicho mide poco más de 1 cm. En su
esencia, un cable submarino está compuesto por 4 u 8 pares de fibra óptica y
una protección de acero para poder ofrecer tracción mecánica y resistencia en el fondo
del mar, además de una capa de cobre para poder transportar energía y alimentar los
repetidores o amplificadores durante todo su trayecto.”¿A qué profundidad están los
cables submarinos?Los cables submarinos están depositados sobre el lecho
marino, a profundidades de hasta más de 8.000 metros, el equivalente a la
altura del monte Everest. “En la Costa Atlántica, donde estamos depositando BRUSA,
hay una profundidad de 2.500 a 6.000 metros, la distancia entre Fortaleza, por
ejemplo, y San Juan, en Puerto Rico. Si tenemos en cuenta que un avión viaja a 10.000
metros de altura, nosotros estamos a la mitad de esa altura, en el fondo del mar, con
un cable tendido en el lecho marino”, comenta Romualdo

Construyen el diodo más pequeño del mundo

FUTURO
¿Una molécula de ADN funcionando como un diodo? Eso es lo que han logrado unos
investigadores fabricando el diodo más pequeño del mundo hasta la fecha

ADN, DIODO, ELECTRÓNICA
A finales del siglo XIX, científicos e inventores como Frederick Guthrie o Thomas Edison
sentaron las bases de unos componentes fundamentales en electrónica: los diodos. Lo
que no imaginaban es que estas “piezas” podrían ser construidas con unas
dimensiones invisibles para el ojo humano.
Eso es precisamente lo que han conseguido investigadores de las universidades de
Georgia (EEUU) y Ben Gurion del Negev (Israel): fabricar el diodo más pequeño del
mundo, un hito que nos acerca a la conocida como “electrónica molecular”. Y es que
según el estudio publicado en Nature Chemistry, el tamaño de este diodo es similar al
de una molécula. Según sus conclusiones, este dispositivo abre la puerta a su
hipotético uso en el futuro como elemento activo en circuitos diseñados en la
nanoescala.

Un diodo, de acuerdo a la definición actual, es un componente electrónico de dos


terminales que permite la circulación de la corriente eléctrica en un solo sentido. Con
la presión que existe actualmente por mejorar el poder de computación con
dispositivos cada vez más pequeños, el trabajo presentado nos permite soñar con
una futurística electrónica molecular. En otras palabras, se trata de imitar los circuitos
y componentes electrónicos convencionales pero haciéndolo en las dimensiones que
presenta una simple molécula, invisibles al ojo humano.
Este campo, denominado electrónica de una sola molécula o electrónicamolecular,
puede proporcionar por fin las bases para superar la Ley de Moore. Este principio
señala que, en la historia, el número de transistores de un circuito integrado se ha
multiplicado por dos aproximadamente cada dos años, superando los límites de los
propios circuitos integrados de silicio tradicionales.
Para conseguir este pequeño diodo, los científicos utilizaron una molécula de ADN
compuesta por solo once letras o pares de bases. Al conectarla a un circuito
electrónico, no ocurrió nada. Pero cuando intercalaron entre esas letras otra molécula
denominada coralina, los científicos vieron que sí era capaz de permitir la circulación
de la corriente electrónica.
En otras palabras, se trata del primer resultado que consigue fabricar un nanodiodo de
estas dimensiones. El hallazgo es fundamental para la electrónica y muestra de nuevo
cómo la biotecnología puede ser aplicada en áreas tan dispares como la construcción
de “diodos invisibles“.
Imágenes | Pixabay, U. Georgia/Ben-Gurion U.

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