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AROO, C UERVO
UERV Y LA RESISTENCIA
LINGÜÍSTICA
Co nstr
Constr ucción de la identidad ciudadana
nstrucción
desde el uso de la lengua [Bogotá 1850-1886]
CAR
AROO, C UERVO
UERV Y LA RESISTENCIA
LINGÜÍSTICA
Co nstr
Constr ucción de la identidad ciudadana
nstrucción
desde el uso de la lengua [Bogotá 1850-1886]
Fundador
JULIO CÉSAR GARCÍA VALENCIA
Rector
JOSÉ GALAT NOUMER
Coordinador de Investigaciones
y Proyección Social Facultad
de Postgrados Fabián Andrés Llano
FABIÁN ANDRÉS L LANO
Presentación
Lenguaje, ciudadanía y sistemas de producción cultural. 19
Introducción 27
Ca pítulo 1.
Capítulo
El mercado lingüístico en Bogotá 61
Capítulo 2.
Capítulo
Lengua, moral y modal
Herencia cultural y pervivencia colonial en la identidad dominante 145
Capitulo 3.
Capitulo
Ciudadanía nacional, identidades y estilos de vida 191
Co nc
Conc lusio
nclusio nes
lusiones 203
Bibliog
liogrrafía
Bibliog 205
Presentación 19
P R E S E N TTAA C I Ó N
Lenguaje
Lenguaje,, ciudadanía y sistemas de producción cultur al
cultural
1. Recuperado de http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-2378736
Presentación 21
De este modo, Bogotá fue considerada una capital que hizo buen uso
del idioma, en realidad, el uso del más selecto castellano por parte de
nuestros ciudadanos ha sido referido en varias ocasiones, especialmente
a la presencia de una tradición de eruditos que desde el siglo XIX, se
interesaron por el cultivo del lenguaje. Esta tradición lingüística fue
encarnada por grandes filólogos, gramáticos y lingüistas que se pre-
ocuparon por mantener unas formas correctas del idioma, defendiendo
su conexión identitaria con España. Vale la pena decir que, este califi-
cativo del buen uso del idioma, se ha construido desde esta tradición,
22 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Así, esta postura analizó las configuraciones del espacio social bogotano
y su relación con los modos de apropiación de la lengua en sus diferentes
estilos de vida. Vale la pena aclarar que esta investigación intentó aplicar
al contexto bogotano los planteamientos teóricos y metodológicos de
Pierre Bourdieu con las nociones de mercado lingüístico, campo y habitus
lingüístico, que más adelante se aclarará. Desde aquí fue posible eviden-
ciar, por una parte, las marcadas desigualdades económicas entre los
agentes que constituían dicho espacio y además de esto, caracterizar las
distinciones culturales por medio de la indagación de unos desiguales
intercambios lingüísticos, que crearon una situación de mercado lin-
güístico2.
Por último, bajo esta perspectiva, este trabajo pretende contribuir al co-
nocimiento de los procesos históricos de la ciudadanía con el fin de pro-
yectar objetivos educativos que guíen la práctica docente en el campo de
las ciencias sociales. Desde este ángulo, la ciudadanía no sería una cate-
goría dada como pretenden las propuestas que responsabilizan por com-
pleto a la escuela en el proceso de ciudadanización, sino que a ésta, acuden
las fracturas y las fragmentaciones de la ciudadanía, lo que indica que
para la consolidación de estos procesos es necesario el acompañamiento
de otras instancias sociales diferentes a la escuela y al mismo tiempo
estrategias pedagógicas que tengan como objetivo superar de alguna
manera las fracturas y las fragmentaciones, por consiguiente, si el obje-
tivo es un proceso eficaz de formación en ciudadanía, la educación debe
contribuir a superar sus fallos estructurales, teniendo en cuenta sus frac-
turas y fragmentaciones.
I NTR
NTROODUCCIÓN
6. Al respecto argumenta Anderson que en la edad media era posible ver a distintos
grupos sociales con lenguas diferentes entre sí, que oralmente no lograban la co-
municación; pero que al extender sus ideogramas en referencia al texto sagrado,
era posible la comunicación entre ellos.
30 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
ría con el espacio que aglutina a las sociedades en diferentes épocas his-
tóricas (corta, mediana y larga duración), estas agrupaciones moldean
sus características habitando un espacio geográfico en procesos de larga
duración, donde se adquiere la pertenencia a una nación; además de
esto, el concepto del idioma como un rasgo, argumenta Knight, puede
caer en el orden de lo descriptivo, sólo mirando los estereotipos8 que
generan y no las estructuras subyacentes que las define.
8. Para Knight es necesario evitar en los estudios históricos los estereotipos vulgares
como por ejemplo que los mexicanos participan en las revoluciones porque son
violentos y construcciones más elaboradas como que la corrupción en México se
deriva de una psicología católica /colonial/ corporativista. [Cfr. Knight: 1999:130]
34 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
9. Vale la pena anotar que, este tipo de nacionalismo lingüístico adquiere mayor
relevancia de acuerdo a la fuerza de la ideología que se evidencie en determinado
lugar. En el caso de España, por ejemplo, el nacionalismo lingüístico estuvo acom-
pañado por el nacional catolicismo donde la preocupación del gran imperio estu-
vo en la consecución de la unidad católica. Este tipo de estrategia colonial pretendió
unir a los diversos pueblos indígenas bajo una misma fe, restándole un tanto de
importancia al idioma, por esta razón, se tuvo como resultado, mas bautizados
que hispanohablantes en la América de la primera mitad del siglo XIX [Cfr.
Lodares: op cit. 52]. Aunque es muy interesante el planteamiento de Lodares en
cuanto plantea a la religión como base del nacionalismo, no apunta a una visión
un poco más generalizada del mito de babel, es decir, no se aplica esta analogía a
diversos contextos con el fin de sostener el argumento de la religión como base
del nacionalismo, es claro que en el caso español esta postura fuera efectiva, en
tanto era considerada una política confesional; a través del Pentecostés (predica-
ción de lenguas amerindias) se buscaba la consolidación de la nación católica.
Cabe preguntarse, si esta estrategia de difusión de la creencia es aplicable a diver-
sos contextos y de serlo así ¿como funcionaria? ¿Tendría las mismas característi-
cas del caso español, o cambiarían según su contexto?
Introducción 35
Ahora bien, este epicentro que consolida la religión, como una fuente
articuladora de diversas identidades en torno a la nación bíblica, no es del
todo contundente, ya que debe ser complementado con el lenguaje visto
como atributo fundamental para la construcción de identidades. Este punto
de vista acerca del papel del lenguaje, en cuanto medio para la configura-
ción de identidades, propone el uso de la lengua como un atributo indis-
pensable para la creación de imágenes comunales que crean comunidades
culturales. Este planteamiento resulta importante, dado que no se toma a
la identidad como una esencia sino como construcción de sujetos capaces
de integrar procesos de configuración de sentido. En esta construcción de
sentido se puede dar prioridad a uno o varios atributos culturales, donde
por supuesto, la constitución de lengua que brinda auto-reconocimiento a
los actores sociales al interior de una comunidad, resulta indispensable.
11. Según Ángel Rama, el hábeas de leyes y edictos se acrecentó más desde la inde-
pendencia y concedió un puesto destacado a los abogados, escribanos etc. que
utilizaban canónicos modos lingüísticos como la retórica y la oratoria para la ob-
tención y conservación de los bienes [Cfr. Rama: op. cit. 29- 30]
38 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
era instituir el orden mediante la mecanicidad de las leyes. Así por ejem-
plo, las calles que otrora recibían un nombre particular, donde se
rememoraba un acontecimiento, poco a poco adquirieron un nomenclador
más rígido compuesto por números que darán según la inteligencia, una
mejor planificación y orden a la ciudad. Vale la pena anotar que, esta
ciudad letrada se configuró al interior de la ciudad ordenada en forma de
anillos, donde por supuesto, la ciudad letrada componía un anillo pro-
tector del poder, apartando así a dos anillos lingüística y socialmente
enemigos. El primero de ellos era el anillo urbano con el que compartía
la misma lengua pero se distanciaba geográficamente de ellos, ya que, la
ciudad letrada se establecía en el centro y estos en la periferia; el segun-
do correspondía a los indígenas que con el uso de su lenguaje, se distan-
cia aún más del centro del poder. Esta conformación geográfica y
simbólica de la ciudad, lograba mantener a la población iletrada fuera de
los círculos del poder que se constituía solamente en el diez por ciento
de la población, mientras que la ciudad real conformaba casi el noventa
por ciento de la población [Rama: 1984].
12. Para González este tipo de escritura fundacional tiene sus bases en el discurso
civilizacionista sobre el cual descansa el poder de la civilización de la barbarie y la
dulcificación de las costumbres.
40 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Los aagentes
gentes de la producción lingüística y la natur
natur alización de
turalización
la diferencia
14. Los productores oficiales, hacen parte de la forma legítima de producción de sa-
ber, puesto que imponen un tipo de creencia dominante reconocida como natural
por parte de las diferentes posiciones constitutivas del campo. Este tipo de creen-
cia en el lenguaje de Pierre Bourdieu corresponde a la doxa. En efecto, por el
monopolio de unas formas legitimas se presenta una férrea confrontación entre
unos productores dominantes que imponen dicha creencia, (la cual se constituye
como el capital estructurador del campo) y otras posiciones que buscan legitimarse
a través de sus inversiones en el juego de las apuestas dentro del campo de la
producción [Bourdieu 1995: 65].
Introducción 43
15. Nuestro autor advierte que la lengua legítima y la integración de esta en una
comunidad lingüística obedecen al producto de la dominación política constante-
mente reproducidas por instituciones capaces de imponer el reconocimiento uni-
versal de la lengua dominante. [Cfr. Bourdieu: 2001]
44 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
16. Esta fractura se presenta para nuestro autor debido en gran medida a la falta de
una identidad mediática que dirima las tensiones del mundo social. En efecto,
esta identidad mediática, es entendida por Serna como “identidad superior de la
vida pública, superando las demás identidades del espacio social, de donde resul-
ta su eficacia para permitir el dialogo, el conflicto y la confrontación entre estas
diferentes identidades, permitiendo la política” [Cfr. Serna: 2004]. En este senti-
do, la ciudadanía tiene como principal propósito superar las identidades parciales
que se encuentran en el universo social. Para lograr este propósito, la ciudadanía
necesita de profundas inversiones simbólicas y además hacer que los diferentes
estilos de vida, (que son el equivalente de algunas identidades sociales como la de
clase) se subordinen a la realización de la identidad superior de la vida social.
Introducción 45
Sin embargo, el habitus por ser una categoría analítica, solo es posible
observarlo empíricamente a través de los estilos de vida. En este senti-
do, los habitus vendrían a ser estilos de vida deseables, característicos de
dicha práctica lingüística, donde se pone de manifiesto la imposición de
un principio de legitimidad. En este sentido, la afirmación de los estilos
de vida, no está exenta de las luchas entre los agentes del mundo social,
más bien, estas relaciones de fuerza pueden evidenciarse en el caso del
uso del lenguaje, el cual antes de ser el resultado del desenvolvimiento
de fuerzas naturales, se debe a la confrontación de estas relaciones, que
tienen como objetivo imponer la distribución de una serie de capitales
culturales o lo que es igual, naturalizar las posiciones del espacio social.
21. Conocer estos estilos de vida presentes en determinado universo social implica
una doble tarea: La primera de ellas consiste en desentrañar la existencia del mundo
social que aparece en el orden objetivo, dando cuenta de la manera como son
distribuidas las diferentes posiciones en el campo social. Estas últimas se tradu-
cen en unos capitales que pueden ser del orden económico, educativo, social o
simbólico, donde la posesión de capitales, determina a sí mismo, la posición que se
ocupa de manera global dentro del universo social. Una segunda tarea, observa
como esta estructura de capitales que se encuentran en el espacio social, son in-
corporadas, constituyéndose de manera particular en el orden subjetivo de los
propios agentes. En correspondencia con este conjunto de posiciones, se propi-
cian unas disposiciones, que siendo esquemas de percepción, funcionan como sis-
tema de coordenadas de orden simbólico, orientando las prácticas cotidianas, las
cuales para ser reafirmadas, procuran el agenciamiento de una serie de estrategias
que a su vez propician unas tomas de posición dentro del campo social.
Un punto de vista teórico y metodológico 53
La co nfro
confro ntación de identidades y la imposición de los ór
nfrontación denes
órdenes
cultur ales
culturales
A SPECT OS
SPECTOS MET ODOLÓGICOS
METODOLÓGICOS
En este sentido, se buscó antes que nada, la indagación sobre los modos
de apropiación de la lengua, en los diferentes estilos de vida del espacio
social bogotano, para caracterizar los desiguales intercambios lingüísticos
que crearon una situación de mercado lingüístico. Para resolver este
primer concepto de mercado lingüístico, se acudió en primer lugar al
levantamiento de un inventario de la producción lingüística, desde la
segunda mitad del siglo XIX, hasta las postrimerías del mismo siglo, con
el propósito de identificar en primer lugar las posiciones dominantes y
las subordinadas de acuerdo a su práctica lingüística y al capital cultural
acumulado. En este sentido, la pregunta que se formuló fue ¿por qué las
diferentes prácticas lingüísticas entran en confrontación? en segundo
lugar, se preguntó por las condiciones de producción de estos discursos,
que requerían una descripción un poco más compleja. Por tal motivo
fue necesario acudir a la información recolectada con los informes de
viajeros extranjeros que visitaron la capital en el siglo XIX y con los
artículos de costumbres que evidenciaron las creencias que sobre la vida
cotidiana se tenían para la época, consolidándose como una fuente pri-
maria importante de descripción de los estilos de vida.
CAPÍTULO 1.
El mercado lingüístico en Bogotá:
resistencias culturales bajo la conservación
de las formas correctas del lenguaje23
23. Hay un mercado lingüístico cada vez que alguien produce un discurso diri-
gido a receptores capaces de evaluarlo, apreciarlo y darle un precio.[…]
Cualquier acto de palabra o cualquier discurso es una coyuntura, producto
de un habitus lingüístico y un mercado lingüístico, es decir, por una parte,
entre un sistema de disposiciones socialmente constituidas, que implica una
propensión a hablar de cierta manera y formular ciertas cosas (un interés
expresivo), al mismo tiempo que una competencia para hablar insepara-
blemente definida como la aptitud lingüística para generar infinidad de dis-
cursos gramaticalmente conformes y como la capacidad social para emplear
adecuadamente esta competencia en una situación dada y, por la otra un sis-
tema de relaciones de fuerza simbólica que se imponen a través de un sistema
de sanciones y censuras especificas y que de esta manera, contribuyen a mol-
dear la producción lingüística al determinar el “precio” de los productos
lingüísticos [Bourdieu: 2001, 104]
62 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 63
El uso correcto de la lengua, más allá de ser entendido como una difu-
sión de códigos que establecen unas leyes lingüísticas al margen de quie-
nes son sus productores y utilizadores, puede llegar a operar como una
estrategia cultural promovida por quienes producen y reproducen estos
mismos usos cultos de la lengua legítima. En realidad, estos producto-
res buscan que su propia creación permanezca en el espacio social, to-
mando la forma de discursos escritos dignos de ser publicados u
oficializados con el fin de distanciarse de la lengua popular. Así, entran
en constante lucha por imponer el monopolio de expresión legítimo ten-
diente a conseguir la homogenización y normalización de unas formas
legítimas del habla que constituyen la lengua oficial.24 A propósito de
esta consideración, estos agentes autorizados para hablar en público,
24. Según Bourdieu, solo esta especie de creación continuada que se produce en las
incesantes luchas entre las diferentes autoridades enfrentadas, dentro de un cam-
po de producción especializada, en la competición por el monopolio de imposi-
ción del modo de expresión legítimo, puede asegurar la permanencia de la lengua
legítima y de su valor, es decir, del reconocimiento que se le concede.[…] la len-
gua es producida por autores que tienen autoridad para describir, fijada y codifi-
caba por los gramáticos y profesores, encargados también de inculcar su dominio,
la lengua es un código, entendido no solo como cifra que permite establecer equi-
valencias entre sonidos y sentidos, sino también como sistema de normas que
regulan las prácticas lingüísticas. [Bourdieu: 2001, 19,32]
64 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
25. Definir una actividad social como un campo supone ser capaz, al menos, de iden-
tificar quienes se encuentran enfrentados, cuales son las reglas enfrentadas para la
participación del juego, que posibilidad tiene un sujeto que se encuentra fuera del
espacio limitado del juego de atravesar sus limites para participar en él, cual es la
distribución real del juego, y que les otorga esa fuerza [Teubner: 2000, 62]
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 65
netamente cultural, con el objetivo de rastrear las luchas entre los dife-
rentes capitales puestos en juego al interior del espacio social bogo-
tano26. Sin lugar a dudas, la indagación de estas resistencias culturales,
que tienen por supuesto su origen en los valores de la sociedad
santafereña, ha de hacerse precisamente desde los inicios de la vida
Republicana, puesto que en esta época, las visiones de mundo amenaza-
ban con transformarse, encontrándose desde este tiempo, un fuerte ape-
go a las formas de la vida colonial, que posibilitaba la distinción de la elite
aristocrática urbana, junto con la acumulación y el manejo de un capital
cultural, que viabilizaba la apropiación de la identidad ciudadana como
un privilegio natural.
26. Una ampliación del desarrollo del espacio social en Bogotá puede encontrarse
En: CHA
CHAV VARR
ARRO O cesar. LLANO Fabián. El espacio social en Bogotá [1880-
1950] en: “Memorias prácticas e imposiciones culturales: patrimonio histórico
en Bogotá 1880-1950. Tesis de pregrado. Licenciatura en educación básica con
énfasis en ciencias sociales. Universidad Distrital Francisco José de caldas 2005
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 67
27. Es importante anotar que para la primera mitad del siglo XIX, era necesario de-
finir los rumbos sociales y económicos del país, es por esto, que en este proceso se
trata de ejerce con mayor rigor un tipo de dominación simbólica, que buscaba por
supuesto el ocultamiento ficticio de las relaciones de poder, con el fin de propiciar
un reconocimiento de esa misma relación y así lograr la abdicación del subordi-
nado. En efecto, las posiciones en tensión para este tiempo estaban envueltas en la
polémica sobre el futuro de la nación, donde se encontraban las posiciones que
para este momento encarnaban las visiones más entusiastas por el progreso, fren-
te a una disposición hidalga del trabajo amparada en los moldes coloniales.
68 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
28. Era de esperarse que tal situación se presentara, ya que tres siglos de colonialis-
mo, habían condicionado a los habitantes de este territorio a cierto tipo de cos-
tumbres que no podían modificarse con algunos decretos que establecían en el
papel la libertad; es más, esta dependencia fue indicativa del pensamiento de los
criollos sobre el sistema establecido por la metrópoli española en su imperio de
ultramar; un sistema que ligaba a las colonias con el Estado central o metrópoli,
sostenido por la burocracia colonial. [Ocampo: 1989:32].
29. Para 1820, la independencia en nuestro territorio estaba casi consolidada, gracias
en parte a los prestamos realizados por Inglaterra para esta tarea; el bono de la
deuda externa lo había suscrito, Luís López Méndez, ministro de Colombia en
Londres que junto con Simón Bolívar, habían desempeñado la misión en Gran
Bretaña para solicitar respaldo financiero que se consolido finalmente el 15 de
abril de 1820, quedando atada la incipiente nación, a las consecuencias de estos
favores económicos. De aquí en adelante, Colombia empezará a importar más de
Inglaterra que de ningún otro país [Deas: 1989: 162] Paradójicamente, se lograba
la autonomía de gobierno, con una fuerte subordinación estructural a la potencia
inglesa, que trato de consolidar sus empresas en estos territorios sin mucha fortu-
na. “Con excepción de las aventuras en el campo de la agricultura y en el negocio
de la importación y exportación, la mayor parte de las industrias británicas fraca-
saron completamente” [Silva: 1993]
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 69
30. Ante tal situación, no se hizo esperar la adhesión libre de la elite criolla a estos
nuevos valores que implicaban necesariamente romper con el antiguo régimen
español, por medio de un cambio drástico de las instituciones coloniales y la
obsolescencia de las costumbres españolas. En consecuencia, se presentaron críti-
cas y denuncias de insatisfacción hacia el legado español por parte de la elite
criolla que había sido educada en Europa y por supuesto respaldaba en parte el
desacuerdo con los moldes coloniales.
31. La expectativa comercial de algunos de estos hombres que conformaban esta elite
criolla, era romper con las dinámicas económicas coloniales, afianzadas básica-
mente en la posesión de territorios.
32. Juan García del Río, un cartagenero que poco a poco se consolidó como escritor
político y diplomático, tras haber realizado una ruptura con los sistemas de go-
bierno hispánicos y lograr consolidar sus ideas en torno al patrón de vida anglo-
sajón. De familia española, del Río había visto de cerca, el funcionamiento del
comercio, ya que su padre, Felipe García del Río, lo había enviado a Cádiz a la
edad de ocho años para iniciar sus estudios que simultáneamente alterno con el
trabajo realizado en la casa comercial de los Ruiz del Río, que tenia fama como
importante empresa mercantil en España.
70 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
En este sentido, el objetivo de las clases altas era la imposición, casi si-
lenciosa de estos sentidos que se reproducían a través de la moda y nue-
vos hábitos en torno al proceso de Britanización como lo llama Germán
Arciniegas:
72 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
35. Este auge de las ciencias impulsadas a través de las tertulias, lograron publicar
por medio de la dirección de Caldas el Semanario. Aquellos literatos preten-
dieron siempre exhibirse formados en los moldes del clasicismo; invadieron por
primera vez con seriedad y éxito el campo de las ciencias físicas, cultivando
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 73
CRISPINA [Hija]
Pero acuérdese usted que hacerme debo
Para el próximo baile un traje nuevo.
GUADALBERTO [Papa]
¿Pues no tienes muchísimos guardados
que están lo más apenas estrenados?
CRISPINA.
¿Ir con el traje a dos funciones?
Mariquita [criada] me dan las convulsiones.
GUADALBERTO.
Hija… por Dios… Haremos el vestido.
CRISPINA.
Estoy mejor.
GAUDALBERTO.
¿Cuánto te han pedido?
CRISPINA.
Ciento cincuenta pesos, nada menos
GAUDALBERTO.
¿Para una sola vez? estamos buenos:
Así pronto acabaremos con la hacienda
¿No los hay más baratos en la tienda?
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 75
CRISPINA.
¿Para bailes un traje de visita?
Tenme que me repiten mariquita. [Se sacude]37.
Vale la pena anotar que los vestidos de visita eran una prenda de uso
cotidiano, que poco a poco iban siendo desplazados por la moda euro-
pea. El tradicional vestido de diario era un rezago de los tiempos colo-
niales que demoraría en desaparecer. Las jóvenes prescindían de él solo
el domingo y los días de fiesta, días dedicados a recibir la visita de los
hombres. Esta afición por la ropa de moda llevó a Le Moyne a expresar
desacuerdo:
Otra de las formas que tomaban estas reuniones eran las famosas tertu-
lias literarias. Evidentemente la producción cultural de aquel tiempo no
estaba radicalizada solamente hacia las artes útiles, que poco a poco to-
maban fuerza gracias a la influencia de los viajeros. En efecto, dentro de
la elite intelectual, se veía la predisposición y la sensibilidad hacia el
fomento de lo artístico y a la demostración de las habilidades literarias.
Una de las primeras tertulias literarias en Santa fe de Bogotá, se llamó el
Parnasillo, que operó entre 1825 y 1830 durando solamente cinco años
de vida literaria. “Entre sus miembros se contaron a Ignacio Gutiérrez
Vergara y su hermano Agustín, Andrés Marroquín y su hermano Juan
Antonio, José María Saiz, José Maria cárdenas y Félix Castro entre otros.
De todas formas en las tertulias corrientes era usual que como parte de
la diversión se recurriera a las habilidades literarias de los asistentes.
[Lara: 1997: 185]
37. Tomado de: Vargas Tejada Luis. Las convulsiones. Imprenta de Morales y García.
1828.
76 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Desde otro punto de vista, podemos encontrar que las prácticas litera-
rias de esta época, además de las visitas en los salones, se inclinaban por
la composición de himnos patrióticos. En efecto esto era de esperarse, ya
que, las nociones de ciudadano y patriota tendían a equipararse, en este
sentido la disposición patriótica era sinónimo de ciudadano y por tanto
hombre distinguido Serna: 2006: 90] En este sentido, “la elite intelec-
tual, compuesta por jóvenes terratenientes o aristócratas urbanos, hijos
de quienes han luchado en las guerras de liberación o soldados ellos
mismos, escriben, a veces en medio del fragor de las batallas, como suele
decirse, himnos patrióticos, obras de intención política inmediata, o unos
años más tarde, cuando la marea se serena un tanto, tragedias galo-clási-
cas, artículos de costumbres, sainetes, odas anacreónticas etc. [Camacho:
1989: 322]
CIRILO
Al cabo se ha cumplido mi deseo:
Ya me tienes amigo sin empleo,
Se admitió mi renuncia esta mañana
i puedo hacer lo que me dé la gana
JER
JERVVACIO
Eres un destapado calavera
¿A qué fin abandonas tu carrera?
CIRILO
Por no estarme parado eternamente.
¿Podrá acaso sufrir más paciente
Una vida tan triste i tan mezquina
Como es la de un empleado de oficina?
Esto de trabajar desde las nueve,
Mojarse sin remedio cuando llueve,
Escribir cada día cuatro pliegos,
Aguantar pestes, i escuchar reniegos,
Estarse sin fumar mortales horas,
No poder visitar a las señoras,
Cuando toca el domingo algún correo
No salir ni a visita ni a paseo,
i para ser la cosa más completa
Quedarse por la noche sin retreta40.
40. Tomado de: Vargas Tejada Luis. Las convulsiones. Imprenta de Morales y García.
1828.
80 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
41. Según Bourdieu citando a Balzac en un mundo dividido en “tres clases de seres”,
“el hombre que trabaja” [es decir sin distinción, labradores, albañiles o soldados,
tenderos mozos o incluso médicos, abogados, comerciantes importantes, peque-
ños terratenientes y burócratas] “el hombre que piensa” y “el hombre que no
hace nada”, que se dedica a la vida elegante, el artista es una excepción: su ocio es
un trabajo, y su trabajo un descanso [Bourdieu: 1995: 92].
42. Ciertamente, el estilo de vida de la clase alta bogotana, se alejaba del ethos bur-
gués en lo económico y se afianzaba desde la cultura en la tradición española. Lo
anterior se puede ejemplificar con el caso de los empresarios ingleses, que vinie-
ron a estas tierras hacer fortuna, pero “quizás una de las circunstancias que mas
influían, al lado de la discriminación política, para desanimar las empresas ex-
tranjeras, era la dificultad para amoldarse a un ambiente cultural español y cató-
lico (...) el problema cultural mas difícil para los negociantes extranjeros residió
en el tradicional estilo español de “coger” cuando se pueda “coger”. Los comer-
ciantes angloamericanos acostumbrados a la pronta cancelación de sus obligacio-
nes encontraban agotadora la falta de rigidez al respecto” [Safford: 1969:97-98]
43. Este relato lo dirigió José David Guanín a Ricardo Silva: Me metiste un clavo,
Ricardo, y a fe que no me quedé con él adentro. Por supuesto que ya ni te acor-
darás de que una vez que estuve en esa capital a emplear mis cincuenta pesos,
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 81
tú me metiste unos pañuelos “rabo de gallo” tan caros como te dio la gana […].
De lo que sí te acordarás, porque eso se lo dice a todo el mundo, es de los argu-
mentos que me hiciste para convencerme de que debía darte mis cincuenta pesos
por la docena de pañuelos. […] luego de esto, Estudié por el camino todo lo que me
habías dicho para decírselo a los indios y sacarles un doscientos por ciento en mis
pañuelos.
82 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
En suma, tenemos que para esta primera mitad del siglo XIX, en prime-
ra instancia, se comenzaron a perfilar una serie de valores Europeos que
pretendían la dinamización económica y cultural de la incipiente na-
ción, bajo el liderazgo de la elite intelectual criolla. Para tal efecto, este
grupo de hombres insignes debía buscar la invención de nuevos lengua-
jes y símbolos que divulgaran y legitimaran un nuevo sentido de la exis-
tencia en la ciudad por medio del ocultamiento de las relaciones de poder
que obligaba silenciosamente a las identidades subordinadas al acata-
miento de las transformaciones sociales; no obstante, esta dominación
simbólica que pretendía unificar la producción económica y cultural bajo
el patrón de vida anglosajón, tropezó con los moldes coloniales arraiga-
dos en la cultura. En efecto, se encontraron resistencias culturales desde
el modo de vida hidalgo que desvirtuaban en parte, la ética del trabajo
que quería imponer la fracción liberal de la elite. En este sentido critica-
ron la economía colonial que de alguna manera seguía vigente en el es-
pacio social bogotano:
44. Mejía Pavony ubica para este mismo periodo la llegada de un estilo aburguesado,
sin intentar negar esta afirmación- como veremos más adelante-, habría que dife-
renciar el momento de su aparición, con el momento de su legitimación.
84 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Otra de las adecuaciones con la que debía contar la sala era el infaltable
piano que cumplía sus peripecias para llegar hasta la ciudad y que poco
a poco destronaba a la guitarra de las tertulias:
“La vida social es muy activa con respecto a las fiestas… [D]e tiem-
po en tiempo un gran baile, tan lujoso y tan brillante como en cual-
quier capital europea ó entre nosotros. [M]iraba aquel mobiliario
lujoso, los espesos tapices, el piano de cola Ehrard ó Chickering y
sobre todo los inmensos espejos, de lujosos marcos dorados que cu-
brían las paredes…” [Cané: 1901/1992: 160]
“El café me era conocido como un remedio excelente, feo como todo
remedio”. Por fortuna, a este precede el irremplazable ajiaco –señal
Ahora bien, este estilo de vida con rezagos coloniales en el cual se man-
tuvo afincada la elite aristocrática, debió enfrentar fuertemente las re-
formas liberales de medio siglo, que proponían la ruptura total con el
mundo colonial a través de un proyecto civilizador, donde se privilegia-
ron las transformaciones económicas que hicieron posible el consumo y
la ostentación. De acuerdo a lo anterior, la concepción hispánica del
trabajo, tomó otros rumbos al acercarse la influencia de las revoluciones
liberales de medio siglo, que lograron despertar en la mentalidad bogo-
tana, el ideal de orden y progreso. En este sentido, el papel de la econo-
mía es relevante para la descripción de los principales cambios económicos
y sociales que permitieron unos estilos de vida característicos desde la
segunda mitad del siglo XIX.
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 89
46. El autor Thomas Fischer realiza una serie de objeciones a la metodología del
censo, como por ejemplo, que este no tenía en cuenta las ocasiones en las que se
ocupaban distintos oficios simultáneamente, como por ejemplo, terrateniente y
comerciante. [Fischer, 1999] pese a lo anterior, el censo se aproxima más a los
datos sobre la ocupación de las personas si se tiene en cuenta que los censos publi-
cados desde 1825 hasta 1870, estaban atravesados por obstáculos que le daban
inexactitud al dato, como por ejemplo, la escasa eficacia administrativa del Esta-
do, la ausencia de funcionarios suficientemente preparados en lugares separados
de las ciudades, las diversas guerras civiles, la alteración de votaciones y datos por
cuestiones políticas, que daban paso a la poca credibilidad de los Censos [Melo:
1999: 86].
47. En el censo de población de 1870 se encuentra una entrada de “literatos” en la
clasificación por actividades económicas. Allí se enumeran 77 literatos hombres y
5 mujeres.[ Arrubla: 1970 citado en: Gordillo: 2003]
94 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Las últimas dos décadas del siglo XIX, marcan la llegada de la Regenera-
ción, que para la situación de la economía nacional significó el cambio de
la política económica librecambista - auspiciada por el radicalismo-, por
un proteccionismo aduanero que se orientó, básicamente, hacía la crea-
ción de una manufactura nacional. El viraje en política económica na-
cional, se hizo visible para Bogotá, de manera más evidente, a partir de
1905, durante el gobierno de Rafael Reyes, ya que una vez terminada la
Guerra de los Mil Días, la confianza en un clima de “reconciliación na-
cional”, como la confirmación del proteccionismo como política econó-
mica, generaba un ambiente positivo para la industria. Además de esto,
el café ya se avizoraba como el producto de exportación que iba a conec-
tar la economía colombiana con el sistema económico internacional. Una
vez superada la recesión provocada por la guerra civil ya mencionada, el
café comenzó a generar serios dividendos económicos:
De esta manera para la primera década del siglo veinte era innegable el
avance industrial que se presentaba en el campo social bogotano, que sin
ser descollante, resultó cualitativamente significativo, puesto que, encar-
naba la presencia de un nuevo sector económico en las dinámicas de la
ciudad. Manuel José Patiño ofrece el siguiente panorama de la industria
en Bogotá para el año 1902:
48. Para comienzos del siglo XX, se observaba la consolidación de una clase social alta,
que hacía de los capitales económicos el principio de pertenencia como posición
dominante en el espacio social; sin embargo, no todos los agentes de la clase alta
mantuvieron su posición de acuerdo con la anterior descripción, algunos por ejem-
plo, persistieron en concentrarse en el sector rentista. Esta aparente contradicción,
tiene su explicación si se entiende que las apuestas sociales, no solamente se encon-
traban en el sector económico, que no se constituía para esta época como un campo
autónomo, donde la creencia económica sirviera de fuente del poder social.
98 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
En este sentido, los ataques a los hidalgos santafereños, como los deno-
minaba Miguel Samper, no se hicieron esperar. En apartes de su libro
La miseria en Bogotá, propulsó ataques para aquellos que solo quieren
vivir como “parásitos” porque no piensan en producir sino en consu-
mir; a propósito de lo anterior, el viajero Rothlisberger apuntó:
Pese a las diferencias dentro de la elite bogotana, era un hecho que estos
nuevos gustos introducidos, y a su vez apoyados en las reformas libera-
les, extendieran la creencia de la moda Europea como atributo distintivo
de unas clases sobre otras. En este sentido, quienes dan cuenta de esta
manifestación cultural, representada en los bienes suntuosos importa-
dos desde Europa y que perjudicó notablememente el comercio artesanal,
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 99
49. De acuerdo a lo anterior, los sectores medios también lograron crecer en cierto
grado de conciencia social y política, tras la aparición de las sociedades de artesa-
nos que comenzaron a formarse en la década de los cuarenta; pero los campesinos
mestizos e indígenas, antiguos esclavos, sirvientes domésticos y peones de ha-
cienda constituyeron la materia prima pasiva de la conflictiva época y de sus gue-
rras civiles generales y locales [Jaramillo: 2002: 121]
100 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
En este sentido, era muy poco lo que la ciudad se había expandido desde
la segunda década del siglo XIX, hasta finales del mismo siglo.50
50. Si la ciudad no se expandía era porque este modelo de proximidad espacial garan-
tizaba el control simbólico hacia sus habitantes. La particularidad de este asunto
radica en que el control al que se hace mención, hace referencia a un universo
social primordialmente jerarquizado, es decir, opuesto a aquello que buscaba im-
plantar la élite aburguesada, ya que se reforzaban las creencias en torno a el pasa-
do colonial y la predestinación de la herencia étnica.
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 103
El caso de las clases bajas51, todavía es más extremo, ya que, las condicio-
nes de existencia de este grupo social, que vivía en casas de techos de
51. Este grupo social no tuvo acceso a la posesión de capitales y encontraba como única
forma de existencia la mendicidad, o el reclutamiento de manera obligatoria para
las guerras civiles. “Clase de los marginados, estaba ausente de participación alguna
en las decisiones políticas. Imposibilitada para diversificar los roles consuetudina-
rios que imponían los linajes decimonónicos con base en la vieja factura colonial,
solo tuvo como alternativa el reclutamiento en las filas de los ejércitos [habitual-
mente de manera forzosa] clase de los condenados naturales en la percepción de las
otras clases, era vista por éstas, de manera contradictoria, como el refugio de las
virtudes naturales o como el bastión de las virtudes patrióticas, unas y otras
traumatizadas por las formas históricas de dominación” [ Serna: op cit: 4]
104 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
estilo español, en las que todos son reglas fijas y posturas académi-
cas, con cierta gravedad y compostura aún en las suertes más arries-
gadas [Cordovez Moure: op cit, 84]
Congruente con este panorama, una parte de la élite bogotana, que bus-
caba imponer el capital económico como principio de creencia univer-
sal, impulsó a través del Jockey Club las carreras de caballos, con el ánimo
fundamental de distanciarse de las actividades antes mencionadas, por-
que eran consideradas como eventos donde concurría toda la guacherna
de la ciudad. Aníbal Currea Restrepo refirió de la siguiente manera la
llegada del hipódromo:
58. Vale la pena anotar, que este capital cultural, procedente de la tradición española,
lograba proyectar cierto reconocimiento social, que se traducía en un capital sim-
bólico que daba cierto reconocimiento cultural total a la “gente decente de Bogo-
tá” a través del prestigio expresado por medio de la procedencia, la política, la
ostentación y el lujo, los predisponía un tanto a la vida artística, dadas las condi-
ciones de existencia de estos mismos agentes
112 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
59. El español era personalista, pero no individualista a la manera del moderno libe-
ralismo, y gustaba de la riqueza más como elemento de pompa y fuente de presti-
gio que como instrumento de bienestar. En fin, la honra y el honor de la persona
eran para el peninsular los mas altos valores, ante los cuales carecían de importan-
cia derechos políticos como el de participar en la elección de gobernantes [Jaramillo:
op cit: 110]
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 113
“El año de 1810 no establece una línea divisoria entre nuestros abuelos
y nosotros; porque la emancipación política no supone que se im-
provisase una nueva civilización; las civilizaciones no se improvisan.
114 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
60. Vale la pena anotar que: El lapso que se extiende de 1849 a 1858 se destaca en la
historia del constitucionalismo colombiano como uno de los periodos de mas in-
tensa lucubración intelectual y política, cuyos protagonistas eran los lideres de las
dos incipientes formaciones partidarias –la liberal y la conservadora–. La transi-
ción que durante esos años se hizo progresivamente de la forma central tradicio-
nal del Estado –vigorizada en la constitución de 1843– a la federal también
extremada de 1863, a través de las fases intermedias centro-federal de 1853 y
confederal de 1858, fue ocasión para que surgieran diversas iniciativas de ordena-
miento constitucional, suscitando controversias y movilización de ideas de indu-
dable interés [Restrepo: op. cit: 26]
61. En el campo de las letras y de los estudios jurídicos se impulsó la secularizaron de
las humanidades. Se borró la herencia española de claro énfasis discursivo y se
buscó la introducción de las ciencias sociales desarrolladas al calor del positivis-
mo de Augusto Comte. Se estudió la lógica de Mill, la sociología evolucionista de
Spencer y el pensamiento de Darwin, de Claude Bernard y de la biología
decimonónica como paradigmas del análisis social. [ Cataño: 1995]
62. Al mismo tiempo que se editaban obras relativas al pensamiento de Bentham, el
congreso rechazaba obras literarias. En El Mosaico, Vergara llegó a publicar algu-
nos avances de su trabajo bibliográfico. Estos constituían para él las primeras
muestras de un trabajo sistemático, de largo alcance, con el que aspiraba a mos-
trar el “desarrollo del espíritu en la Nueva Granada”, a través de la evolución de
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 117
Del mismo modo, el viajero Alfred Hettner corroboraría este nuevo mapa
educativo diciendo lo siguiente:
64. La sociedad de San Vicente de Paul, era descrita de esta forma por Miguel Samper:
“En Bogotá práctica, la sociedad, en todas sus formas, la excelsa virtud a que debe
su existencia. La limosna se distribuye en todas sus formas: auxilios pecuniarios
al menesteroso, cuidados y medicinas al enfermo, instrucción sana al ignorante,
amparo al huérfano, trabajo al que carecía de ocupación, y los consuelos de la
religión a todos aquellos a quienes la sociedad protege.” [Samper: op.cit. 88]
65. Periódico la caridad Bogota 2 de marzo de 1876
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 119
66. El clímax de esta tensión social fue la guerra civil de 1876, “la guerra de las escue-
las”, que interrumpió abruptamente las actividades educativas. Los establecimien-
tos oficiales fueron cerrados por dos años, y cuando se intentó abrirlos de nuevo,
el desgano imperaba en los maestros y en la mente de los mismos responsables de
la educación. Los soldados habían convertido los salones de clase en cuarteles,
muchos estudiantes y maestros habían perdido sus vidas en el campo de batalla, y
una parte significativa de los fondos de la educación se habían trasladado a las
urgentes tareas de la guerra.[Cataño: 1995]
67. Desde que el Estado entro a librar una lucha con la iglesia, por el monopolio de la
educación, esta última utilizo como estrategia de exclusión, la excomunión, expo-
niendo a los hombres de Estado, contra el pueblo, con la constante persuasión
desde el pulpito.
120 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
68. Desde el año 1873, miguel Antonio Caro, sostiene conversaciones con Rufino J.
Cuervo, en donde se presentan infinidad de intercambios lingüísticos. “mi queri-
do Rufino. Le mando un pliego de introducción para que me lo revise escrupulo-
samente (se trata de la introducción a las obras de Virgilio traducidas en versos
castellanos por el señor Caro [Romero: 1978: 3].
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 121
Desde la segunda mitad del siglo XIX, los liberales ganaron terreno en
el ámbito económico y político, logrando instaurar algunos vínculos
importantes, que beneficiarían al hombre de negocios; sin embargo, tal
beneficio no hubiera sido completo sin la ayuda de la prensa que para
este tiempo lograría consolidarse como vehículo de expresión política,
publicitaria y literaria69. En 1850 nace el periodismo que, además de
difundir las ideas de un sector o partido político, empieza a operar como
un vehículo de información, por ejemplo cuando anuncia que una firma
o un comerciante vende algunas mercancías [Jaramillo: 2003:107].
una bibliografía nacional; pero también era indispensable para esta tarea
identificar, publicitar y publicar las obras que habían sido escritas por
colombianos o por criollos durante la Colonia o los primeros años de la
República.
70. La revista buscaba convertirse ella misma en una “biblioteca nacional”, en donde
se recogerían de preferencia las obras escritas en castellano por escritores naciona-
les o hispanoamericanos en diferentes épocas, y donde se centralizarían los es-
fuerzos dispersos de una elite intelectualmente inquieta. Pero más allá de la misma
revista, sus editores buscaron por otros medios estimular la deficiente producción
de impresos nacionales. [Gordillo: 2003]
124 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Vale la pena anotar que este afán por separar la vida intelectual de la
política, fue infructuoso, debido en gran medida a los intensos debates
que se suscitaron al interior del Mosaico, acerca de la postura de este
colectivo en torno a la educación y la toma de posición acerca de identi-
dad cultural de la nación, que terminaron con la división del mismo. Lo
anterior se ve claramente en la correspondencia de Juan María Gutiérrez
con Ezequiel Uricoechea donde se confirma la ruptura:
73. Entre los periódicos con poca duración podemos citar: El Duende, que alcanzó
a publicar 78 números, El Charivari Bogotano, de muy corta duración; La Je-
ringa, que sólo tuvo un mes de vida; El Trovador, editado entre mayo y agosto
de 1850; Cabrión, un periódico jocoso que apareció en 1853 en Ocaña; El Loco,
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 127
“Un día, en un salón de Nueva York, una dama argentina, que tiene
un sitio elevado y merecido en la jerarquía intelectual de nuestro
país, recibía una numerosa sociedad sudamericana. Rafael Pombo
estaba allí. ¿Qué hacía en los Estados Unidos? Había ido como cón-
sul, creo; un cambio de política lo dejó sin el empleo, que era su
único recurso, y como no quería volver á Colombia, donde impera-
ban ideas diametralmente opuestas á las suyas, tuvo que ingeniarse
para encontrar medios de vivir. ¡Vivir, un poeta, en Nueva York!
¡Me figuro á Carlos Guido en Mánchester! Pombo, como Guido,
nunca ha tenido la noción del negocio y tengo para mí, que allá en el
fondo de su espíritu, ha de haber una sólida admiración por esos
personajes opacos que logran, tras un mostrador, labrarse, con la
fortuna, la deseada independencia de la vida. ¿Qué hacer? Hombre
de pluma, vivió de su pluma. No creáis que como periodista ó co-
rresponsal. Con más suerte que Pérez Bonalde, el admirable poeta
venezolano, el único que ha vertido á Heme dignamente al español y
que hoy fabrica con toda tranquilidad en Nueva York los avisos de la
casa Lanmann y Kemp en siete idiomas, Pombo se puso al habla con
los editores Appleton & Co., que entonces publicaban esos cuader-
nos ilustrados, con cuentos morales, que todos hemos visto en ma-
nos de los niños de la América entera [Cané: 1901]
“La prosa vulgar se traga, como el pan común; pero una créme
fouettée insípida... no. Detesto el mal verso y me es una fatiga enor-
me la lectura de esos volúmenes, rimados que no dejan preocupa-
ción ni agitación; prefiero las dos composiciones de Fallón a la mayor
parte de los gruesos tomos de versos que han hecho gemir las pren-
sas de la América española y de la España misma. [Cané: 1901]
Por último, las rentas y las herencias generalmente resolvían las condi-
ciones de existencia de estos personajes para su dedicación a las letras y
de este modo a la consolidación de la lengua legitima. En efecto, la pro-
ducción y oficialización de un discurso legítimo, frente a otros capitales
puestos en juego, era una tarea que se debía emprender a pesar de
74. Deas pone el ejemplo de la carencia de dinero de personajes como Rufino José
Cuervo, miguel Antonio Caro y José Manuel marroquín, que ejercerían el poder a
partir de 1885. “aunque ellos iban a ejercer el poder y a establecer una hegemonía
a partir de 1885, no se trataba de hombres ricos. Algunos de ellos habían conocido
la pobreza en carne y hueso.
130 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Este tipo de apego a las formas correctas del lenguaje necesitaba para su
perduración, asociarse a la fuerza que podían imprimir instituciones como
las academias, para el establecimiento de pautas de socialización con-
tundentes, dirigidas especialmente a la legitimación de la lengua como
objeto sagrado de la cultura y de un pasado español que postulaba a la
nación como región culta del mundo al ser herederos de los años gloriosos
de las letras españolas. Como se puede deducir, el establecimiento de socie-
dades, academias y fundaciones fue otra de las estrategias adoptadas para
75. El argentino miguel Cané, tiempo después plasmaría la condición del escritor
colombiano, aludiendo a las dificultades, que se le presentaban para desarrollarse
como escritor: “Siempre he mirado con un supremo respeto al distinguidísimo
escritor colombiano que tiene, como Prometeo, la cadena que lo aferra y el buitre
que lo devora, sin que su espíritu decaiga un instante. En su soledad, vive la vida
intelectual del mundo entero y con el cuerpo marchitado para siempre, conserva
la frescura de la inteligencia. ¡Bendecidas sean las letras que así suavizan los dolo-
res de la existencia! [Cane: 1901]
76. La anterior frase da cuenta de un fragmento de la comunicación escrita, entre
Miguel Antonio Caro y Rufino José Cuervo; el contexto de este fragmento atañe a
la cuarta edición de las apuntaciones criticas sobre el lenguaje Bogotano, que dis-
tribuía Miguel Antonio Caro hacia 1881, en toda la Republica, con esto se de-
muestra, que el numero de ejemplares enviados a Bogota era crecido para estos
tiempos [Romero: 1978]
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 131
que las clases altas impusieran su nuevo estilo de vida [Mejía: 1998: 37].
Estas estaban conformadas por hombres reconocidos en el ámbito social
y cultural de la ciudad. Sin embargo, para ser un agente con la autoridad
necesaria para velar por la pureza y la unidad del idioma, era necesario
mostrar habilidades que designaran a dicho agente, como un hombre
investido de erudición.
Por supuesto que el tipo de capital que estaba en juego en ese momento,
era el dominio de las letras, que se proyectaba en el buen manejo del
idioma. Para Deas por ejemplo, la gramática, el dominio de las letras y
de los ministerios de la lengua, era un componente que se estaba gestando
antes de la consolidación de la “Hegemonía Conservadora” que duró
desde 1885 hasta 1930 (...) “para los letrados, para los burócratas, el
idioma, el idioma correcto es parte significativa del gobierno [Deas: 1993:
43] ciertamente, estos agentes de la producción lingüística estaban
facultados para dar la carga simbólica e histórica que necesitaba el idio-
ma al momento de su práctica, amparados en esta institución garante del
orden lingüístico78:
78. Durante años sus actividades fueron intermitentes sin dejar de ser controvertidas
políticamente. Como no tenia donde reunirse, en 1875 la academia pidió permiso
al congreso para utilizar el antiguo convento de Santo domingo. La solicitud fue
rechazada. Los congresistas se opusieron, acusando a los miembros de la acade-
mia ser los soldados póstumos de Felipe II [Deas:1993: 32]
134 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Die go Lópe
Diego Lópezz (1641)
Y ya viene la doncella, bueluen los reinos de Saturno.
79. Las traducciones y el análisis del contexto religioso que influyen en la misma
traducción, es realizado por Sergio Bolaños Cuellar [Bolaños: 2001: 57-58]
80. “La traducción de poesía en Colombia ha sido fundamentalmente hecha por
poetas, con el carácter de un interés individual, cosa que remite a la anécdota y
gravitación de tal o cual poema traducido. Esto quiere decir que el traductor ha
tenido desde un comienzo conciencia acerca de cómo traducir un determinado
poema, para adaptarlo a sus personales recursos estilísticos. Es el contacto en-
tre sensibilidades y mundos afines, así como la respuesta al carácter de una épo-
ca y lugar que entra en diálogo con otros, distantes en el tiempo o el espacio”
[García: 1999: 14-15]
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 137
81. Es interesante observar como este contexto religioso hacia parte de la intención
de algunos eruditos por reconsolidar las bases de la identidad nacional; se trata-
ba de un contexto particularmente complicado, de hacer una vindicación de la
Iglesia. La Historia de Vergara (Historia de la literatura en la nueva granada) en
efecto no se limitaba a demostrar documentalmente el error de quienes acusa-
ban de ignorancia y oscurantismo a las instituciones coloniales, sino que pre-
tendía de paso comprobar que era justamente a la Iglesia a la que se le debían
los mayores esfuerzos y méritos en el cultivo de las letras y en la obra de la
civilización [Gordillo: 2003]
138 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Esta postura encabezada por José Maria Samper, irrumpe en los terre-
nos de la poesía y emite un juicio sobre su razón de ser, específicamente
ataca las visiones de Caro sobre la poesía:
“La poesía es ahora intuición del destino sobrenatural del alma, más
bien que investigación racional o experimentación por los sentidos
[…] como falta el contrapeso de los intereses económicos, la activi-
dad intelectual está volcada hacia las lucubraciones idealistas, ya sea
en la política, las artes o la relación entre los sexos.[…] todo esto ha
hecho de los colombianos un pueblo de poetas, pueblo esencialmen-
te literario, condenado, no sin honor, a un aislamiento internacio-
nal, cuyas compensaciones residen en la nobleza del alma”. [Samper:
1869 citado por Jiménez: 1992: 25-31]
Ahora bien, para esta postura, la novela si adquiría una función social,
ya que era la representación de la realidad y por tanto dejaba enseñanzas
convirtiéndose en objeto de educación y moralización. Como múltiple
espejo de la verdad, el género novelístico está llamado a convertirse en
un instrumento indispensable de conocimiento del hombre y del medio
geográfico, de la sociedad y de la historia
“ya habías leído diez páginas de una monografía sobre la raza azte-
ca, y mientras ensillaban el más fogoso de los caballos, te entrete-
nías en estudiar el plano de una batalla. ¡Dios mío! si hay un hombre
capaz de coordinar todo eso, ese hombre, aplicado a una sola cosa,
será una enormidad. Pero no, eso está fuera de lo humano... Te
dispersarás inútilmente. No sólo te dispersarás, sino que esos diez
caminos que quieres seguir al tiempo, se te juntarán, si los sigues,
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 143
83. En qué medida lo que podría interpretarse como una cuestión de información
literaria y erudita se transformo también en un drama personal que influyo en la
decisión final del suicidio, el secreto que silva se llevo consigo el 24 de mayo de
1896. [Jaramillo: 2002, 129].
Capítulo 1. El mercado lingüístico en Bogotá: resistencias culturales ... 145
CAPÍTULO 2.
Lengua, moral y modal.
Herencia cultural y pervivencia
colonial en la identidad dominante
146 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Capítulo 2. Lengua, moral y modal. Herencia cultural y pervivencia colonial ... 147
1. En búsqueda de la af ir
afir mación identitaria: Discur
irmación Discursoso civili-
civili-
zacio nista y co
zacionista ntinuidad de los modos colo
ntinuidad
contin niales
coloniales
Vale la pena anotar, que esta estrategia cultural adelantada por la élite
aristocrática, tenía su fundamentación en los procesos sociales que vi-
nieron luego de la independencia; por tal motivo fue fundamental ras-
trear desde allí, las creencias que fueron fuertemente impuestas y que
participaron luego en la consolidación de una identidad dominante con
los discursos de la civilización y el progreso que tendieron a privilegiar
150 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
85. En este sentido, Bolívar propone para la segunda década del siglo XIX, la erec-
ción de una institución moral cuyo origen se encuentra en la antigüedad. De este
modo, esta figura de control de los sentidos internos era conocida como el Areópago,
que fue presentado como la síntesis apriorística de la sociedad civil y la sociedad
política, como arbitro supremo de cualquier fenómeno moral al interior de la
República […] su finalidad era la moralización global de la sociedad, moralización
que constituye una nueva forma de poder, tratándose en un principio de dos po-
deres: el moral y el educativo. [Echeverri: op. cit: 39-40] El nombre de Areópago
Capítulo 2. Lengua, moral y modal. Herencia cultural y pervivencia colonial ... 151
proviene de la mitología griega, cuando Ares había sido juzgado, en su monte, por
los dioses y exonerado de ser ajusticiado gracias a la intervención de Halirrhotios,
hijo de Poseidón, que había violado a la hija de Ares, Alcipe. Por otra parte, allí fue
juzgado Orestes por el asesinato de su madre Clitemnestra, convirtiéndose este lu-
gar, en un espacio predilecto para la discusión y el ejercicio de la justicia
justicia. La relación
que se presenta con la evocación de esta figura griega, la podemos encontrar en el
segundo viaje de Bolívar a Europa en 1804, junto con su maestro simón Rodríguez
el cual pronuncio frente a Bolívar, su juramento de libertad en el monte sacro de
roma el 15 de agosto del año siguiente. En este sentido, es notable la influencia de
Simón Rodríguez hacia Bolívar cuando expresa: yo he seguido el sendero que usted
me señalo-le escribía en 1824- usted formo mi corazón para la libertad, para la
justicia para lo grande, para lo hermoso [Calderón: 2001: 9] La segunda función del
areópago según Echeverri, era consolidar un ggrrupo de intelectuales que tuvieran uni-
dad de criterio frente a los valores tradicionales, ya que, se estaban consolidando las
bases morales de la nación independiente, constituyendo así un intelectual colecti-
vo llamado areópago, sustituido luego por la sociedad literaria.[Echeverri: op. cit:,
40] En este colectivo, que se conformaba básicamente por miembros de la elite
criolla, se encontraban posiciones radicales y no tan ortodoxas.
86. Esta proyección de unos contenidos legítimos en el espacio social, debía apoyarse
en las reformas institucionales que buscaron el desplazamiento paulatino de las
costumbres coloniales y de este modo, el control moral de la población. De esta
manera, el objetivo de la identidad dominante, era la unificación de las institucio-
nes sociales, a partir de ejercer control sobre la educación de la primera infancia.
“La importancia de integrar a la población en la ciudadanía, de lo que dependía el
adecuado control normativo del Estado y a su vez su funcionamiento económico,
se tradujo en las nuevas prioridades que ya en la España ilustrada había definido
Campomanes para la educación elemental: saber lenguas nativas antes que el la-
tín; saber contar escribir y dibujar y conocer el país en su geografía, historia y
leyes” [Restrepo: 1993:189]
152 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
El latín como re za
zaggo colonial: la generalización del castellano y la
reza
instr ucción púb
instrucción lica
pública
87. Es importante anotar que “desde 1820, Santander había fundado ocho colegios
en las ciudades de Tunja, Medellín, Ibagué, Cali, Pamplona, San Gil, Vélez y
Cartagena, los cuales funcionaron al igual que el Rosario y San Bartolomé como
colegios universitarios, dependientes de la Universidad Central para obtener tí-
tulos académicos” [Guillen:2002]
Capítulo 2. Lengua, moral y modal. Herencia cultural y pervivencia colonial ... 153
88. Según Magnus Morner, en los censos realizados por el visitador Verdugo y Oquendo
a los pueblos que visito en 1775 y 1776, se encontró que para la jurisdicción de
Santa fe, los resguardos indígenas eran 28.468 frente a los vecinos, quienes repre-
sentaban 59.323, que eran población Blanca.[Morner, 1963: 88]. Vale la pena
anotar que esta clasificación bicategorial entre indios y cristianos, poco a poco se
iría transformando desde el siglo XVI, debido al entrecruzamiento entre estos
mismos agentes obligando a reconocer un tercer agente en juego. El mestizo. “En
la realidad el mestizaje continuaba su silenciosa conquista y fue, como ya lo noto
el cura Oviedo, la causa principal de la disminución de los indios de las comuni-
dades. Este proceso biológico fue acompañado por una transculturación de veras
irresistible. En el siglo XVIII, todos los indios del centro neogranadino habían
adoptado ya el castellano” [cfr. Morner, 1963:83]
89. “Ese grupo de blancos pobres fue la fuente central del reclutamiento universita-
rio en su origen, encontrando además un campo de actuación en un marco urba-
no, marco que era espacio de dominio y cohesión del invasor, al mismo tiempo
156 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
que escenario visible de las grandes luchas por el poder, logrando sobre la base de
la carrera escolar no simplemente la salvación del alma y del mantenimiento de
una posición social, sino ocupación como doctrineros o curas de pueblo, cargos
muy apetecidos por las ventajas económicas y los privilegios sociales que otorga-
ban”. [Silva: 1993]
90. Este personaje compuso para sus estudiantes un manual de morfología latina,
“elementos de la gramática latina redactados para la juventud que se educa en el
Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario de Bogotá por su actual rector
[….] un manual en castellano, para facilitar en lo posible el aprendizaje del latín,
tratando de contrarrestar el abandono de las humanidades y de enseñar la lengua
madre a la vez que los principios gramaticales de la castellana, en acuerdo con los
programas gubernamentales imperantes [Rivas Sacconi: 1993: 322]
Capítulo 2. Lengua, moral y modal. Herencia cultural y pervivencia colonial ... 157
“lo primero, que todos los colegiales sean legítimos; y aún queremos
que sean legítimos sus padres; lo segundo que sus padres no tengan
oficios bajos, y mucho menos infames por las leyes del reino; lo ter-
cero que no tengan sangre de la tierra y si la hubieren tenido sus
progenitores, hayan salido de manera que puedan tener un hábito
de nobleza y no de otra suerte; y lo cuarto que sean personas para el
bien público” [Constituciones del Colegio Mayor de Nuestra Señora
del Rosario. Madrid: Juan Nougués, 1664. En: Guillen: 2002]
91. Comenzando el siglo XIX, los únicos colegios universitarios que existían en Bogota
eran el seminario San Bartolomé, el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosa-
rio y el Colegio-Universidad de Santo Tomás. El padre Nicolás Cuervo párroco
de la parroquia de santa Bárbara en Bogotá se quejo en 1805 ante la real hacienda
porque en la capital del virreinato de la nueva granada apenas existían dos escue-
las publicas. “Una que se debe a la buena memoria y caridad de Antonio González
Casadiego, que la dotó con $ 400 anuales [y otra] gratuita [pública] y voluntaria
que mantienen [los dominicos] [Gutiérrez: 2000,42]
158 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
92. Tal es el caso de julio Arboleda, terrateniente caucano dedicado casi por completo
a la escritura de poemas y panfletos políticos. Su educación inicial estuvo dirigida
por su familia quienes pertenecían a las familias mas ilustres del cauca y por su-
puesto poseían el legado de la educación colonial que básicamente se transmitía a
nivel familiar “Julio Arboleda Pombo recibió una educación rica y esmerada. Se-
gún Gustavo Arboleda, en su Diccionario biográfico y genealógico del antiguo
Departamento del Cauca, Arboleda “adquirió los rudimentos del saber en Popayán,
de labios de su abuela materna, Beatriz O’Donnell, y de su preceptor Manuel
María Luna. A la edad de once años fue llevado por su padre a Londres, donde
siguió su educación al cuidado de un profesor español. Volvió en 1836 a Popayán,
por la vía de Cartagena y el Chocó, hizo estudios de jurisprudencia en la Univer-
sidad y actuó en la prensa, redactando El Independiente”. [Molano: 2004] Ade-
más de destacarse como escritor, se declaro, junto con su hermano, Sergio arboleda,
defensor a ultranza de los principios morales que la iglesia dirigía para la cohe-
sión social, también, era poseedor de grandes capitales económicos, hasta el pun-
to de auxiliar una guerra que pudiera beneficiar a los terratenientes. En efecto, la
guerra de 1851 fue auspiciada por el mismo Arboleda, entonces exiliado en el
Ecuador; en ella los conservadores decían luchar contra la expulsión de los jesui-
tas, pero en el fondo se encontraban los intereses de terratenientes y mineros
esclavistas que buscaban dar marcha atrás a las leyes sobre la libertad de los escla-
vos. [Zuluaga: 1993]
93. “Las rentas de la clase alta en Bogotá en la primera mitad del siglo XIX frecuen-
temente alcanzaban a solo unos $5.000 anuales por persona, y las personas en
Bogotá podían considerarse con los dedos de la mano con un capital mayor de
$100.000. Los ingresos de la clase media y baja eran correlativamente pequeños.
Los pocos elementos de que se componían la clase media, militares y oficiales de
bajo rango, pequeños negociantes y artesanos, ganaban entre $150 y $ 700 al año.
La mayor parte de la obra de mano campesina, así como la gente dedicada al
servicio domestico y los trabajadores no calificados de las ciudades, ganaban entre
$70 y $ 75 al año”. [Safford: 1969: 89]
94. Vargas tejada, por ejemplo carecía de capitales económicos, pero poseía una edu-
cación que lo distinguía. Al respecto escribe Laverde Amaya “Hoy mismo no pue-
de dejar de sorprendernos la suma erudición literaria que adquirió aquel joven de
162 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
27 años de edad. Sus biógrafos nos hacen saber que aprendió en corto tiempo los
idiomas inglés, italiano y alemán, habiendo logrado hacer c posiciones no despre-
ciables en el último de dichos idiomas. También agregan que hizo estudios de
griego y hebreo. [Laverde: 1963] Otro ejemplo importante de acumulación de
capital cultural, lo encontramos en el caso de Rufino Cuervo que fue elegido vice-
presidente de la republica para el año 1849. Su padre, D José Antonio Cuervo,
que era comerciante, no fue tan prospero en sus negocios y cuando murió, dejo la
educación de estos a su hermano D Nicolás que se hizo cargo; sin embargo, D
José Antonio, también tenía una preocupación constante por la educación de sus
hijos, tal como se muestra en el siguiente fragmento escrito a su esposa: “Si yo
muriere, tú tienes el deber de educarlos: ponlos en una pensión o casa de educa-
ción, recomendando con particularidad que aprendan los principios de moral y
de religión, la gramática castellana, la aritmética, el dibujo lineal y una buena
escritura: cuida después de que aprendan algún arte u oficio, sea cual fuere, con
tal de que tengan una ocupación honesta con qué subsistir. No tengo la vana pre-
tensión de que mis hijos ocupen puestos elevados en la sociedad, ni tampoco quiero
que sigan por la carrera de la medicina o del foro, como lo están haciendo casi
todos nuestros jóvenes. La patria no necesita de muchos médicos y abogados, sino
de ciudadanos laboriosos que cultiven los campos, mejoren la industria y trans-
porten nuestros frutos a los mercados extranjeros. (…)”No economices gasto ni
sacrificio alguno para educar a nuestros hijos: vende lo más precioso que tengas,
porque aun cuando no les dejes bienes de fortuna, ellos tendrán siempre lo bas-
tante con la buena educación.”[Cuervo: 1954] La buena educación era lo más
importante para esta familia y quedara demostrado con las enseñanzas de D Ni-
colás, tal vez, el familiar que más induce a Rufino cuervo al acceso del conoci-
miento. En este sentido su tío es quien le da, en primera instancia lecciones de
lengua latina y de virtudes cristianas y luego de esto, lo induce a concederle al
conocimiento un valor por encima del dinero, que lo conducirá a posicionar la
competencia lingüística como un capital invaluable asociado a la dignidad, “Su
tío, temeroso de que el engreimiento de los primeros triunfos malograse sus esperanzas,
no le dio en un principio, cuando todos se deshacían en elogios, otro aplauso que decirle:
Capítulo 2. Lengua, moral y modal. Herencia cultural y pervivencia colonial ... 163
“El laureado estaba seguro de ser bien acogido hasta en las casas más
distinguidas, y agasajado de todos, entraba de hecho a la aristocracia
del talento, superior entonces a la del dinero, y hallaba abierto el
camino para una lucida carrera pública” [Cuervo:1954:904].
‘’Rufino, el año entrante lo harás mejor’’. Sin embargo, su júbilo rebosaba al ver que
poco a poco no sólo bastaba a lucir en sus estudios particulares, sino que ganaba nombre
fuera de los claustros, y llevado del deseo de comunicar a los demás sus conocimientos,
tomaba por propia la causa de la educación. En efecto, varias veces replicó por su
colegio en los actos públicos de los otros, “manifestando sus grandes talentos y muy
buena erudición”: presidió como profesor de retórica, un acto público, en que el discípu-
lo que lo sustentaba mereció singular aprobación, y otros privados de geometría y Sa-
grada Escritura; fue por tres años catedrático de lengua latina en el colegio del Rosario
sin recibir retribución alguna; por dos veces se opuso a la cátedra de filosofía, y obteni-
da, la regentó también gratuitamente el primer año, dictando unas lecciones de ética
que sabemos se conservaban manuscritas hace poco tiempo.” [Cuervo: 1954].
95. Como la República había abierto no sólo sus aduanas a las mercancías inglesas
sino también sus fronteras intelectuales a las influencias Europeas, se seguía con
mucha atención la marcha de los sistemas educativos, particularmente el movi-
miento de la Gran Bretaña.[ Jaramillo: 1989: 224]
164 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
y de los escritores españoles del siglo XVIII. Pero las nuevas ten-
dencias no llegaron a producir en ellos una ruptura completa con la
tradición española” [Jaramillo: op cit. 30].96
En efecto, esta generación educada casi por completo en las formas tra-
dicionales coloniales, simultáneamente aceptaba y rehuía, esta fuerte
tendencia de ciertos países europeos a introducir sus formas de vida a
través del sistema educativo.
97. Los signos incorporados, como todo eso que se llama forma o maneras de ha-
blar –los acentos-, formas de caminar, de estar –el andar, los modales, el porte-
formas de comer, etc., y el gusto, como principio de producción de todas las
prácticas destinadas intencionadamente o no a significar la posición social me-
diante el juego de las diferencias distintivas, están destinadas a funcionar como
otras tantas llamadas al orden mediante las cuales se recuerda a quienes las olvi-
dan que, al olvidarlas olvidan también el lugar que les ha asignado la institución
[Bourdieu: 2001].
98. Con el ascenso al poder del General José Hilario López, en marzo de 1849, se
inició en el territorio colombiano un periodo de reformas económicas, sociales
y políticas que buscaban modernizar el país, acabando con las obsoletas estruc-
turas heredadas de la colonia que dificultaban el desarrollo del de corte liberal
[Domínguez: 2000: 343]. En este sentido es importante mencionar que la re-
presentación de la nación necesariamente debía evidenciar el progreso material
en vez de las fiestas nacionales. En vez de estas fiestas, que carecen de todo
sentido pedagógico, el autor anónimo de un folleto que tiene por título: “Las
fiestas nacionales” impreso en la Imprenta de Gaitán y publicado en 1866, pro-
pone el modelo de las exposiciones industriales que “estimulan el trabajo, sos-
tienen la actividad, despiertan el ingenio, provocan la emulación, purifican el
gusto, premien el mérito, extienden la producción y determinan el consumo”
[Martínez: 2002: 322].
166 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Así las cosas, fue el mayor esfuerzo hecho hasta el momento por la difu-
sión de la educación popular, ya que, se generó entonces una dirección
nacional de instrucción pública y en los estados federados se creó la
figura del director de instrucción pública. La institución así lo ameritaba,
los individuos debían amar la patria hasta dar la vida por ella y arrebatar-
le a la iglesia el manejo de los valores; la escuela sería el segundo agente
socializador después de la familia. Sin embargo, se debía superar el obs-
táculo del analfabetismo con el objetivo de acercar a las identidades
subordinadas al mundo del trabajo y del conocimiento para dejar de
señalarlos como bárbaros y de este modo, escalar en el progreso. Según
99. El espíritu pedagógico que impregna todo el plan, coincide con las corrientes
ilustradas de la pedagogía europea. Se proscriben los castigos corporales que pue-
den “debilitar el sentimiento del honor”; se prohibía toda clase de preferencias
por razón del origen social de los estudiantes; sea para el premio o el castigo; se
insiste en la observación de las cosa y la naturaleza, especialmente en el desarrollo
de los programas de ciencias naturales. No obstante, pese a las campañas
educacionistas [Jaramillo: 1989: 228].
168 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
En el siglo XIX los textos escolares adquieren la función de inculcar los principios
morales y culturales de la sociedad; tienen la misión de socializar políticamente, es
decir, llevar a un escenario público que se hace masivo, los principios epistemológicos
y deontológicos sobre los cuales se funda el Estado, para crear niveles amplios de
legitimidad que posibiliten tanto el orden como el mantenimiento o perpetuación
del sistema. La creciente preocupación de los políticos decimonónicos por organi-
zar y sistematizar la instrucción pública: apertura de escuelas y centralización de
sistemas escolares, y el desvelo por elevar los niveles de alfabetización, respondía
al hecho de que en Occidente la ciudadanía se concebía soportada en la capacidad
lectora y escritora, lo que también servirá para medir el nivel de inclusión de los
países en los parámetros racionales de la modernidad [Cardona: 2007].
Capítulo 2. Lengua, moral y modal. Herencia cultural y pervivencia colonial ... 169
Los exámenes de fin de año escolar no eran los únicos a los que
estaban sometidos los estudiantes. También existían las pruebas se-
manales o “sabatinas”. Aquileo Parra comenta en sus Memorias,
1825-1875, que en dichas pruebas cada estudiante podía corregir al
condiscípulo que se hubiera equivocado en la respuesta, e incluso le
podía suministrar un ferulazo en castigo. Después de 1843 cuando
se aprobó el plan de estudios de Mariano Ospina Rodríguez, la dis-
ciplina y el rigor en los estudios aumentó notoriamente. Los alum-
nos pasaron a tener exámenes semanales, semestrales y anuales,
exámenes para grados y certámenes públicos. José María Samper
explica que la intención del gobierno era sembrar en los estudiantes
la sana competencia y la superación académica. [García Vergara: 2006]
En efecto, para los radicales que poseían el poder político, era necesario
imponer un “modus vivendi” acorde con la subordinación del individuo
al Estado que, según su posición, se lograría educando a la población en
los valores modernos. Estratégicamente los liberales escogieron educar
a la población infantil, decretando la educación pública obligatoria en
primaria, es decir, en las primeras letras, con el objeto de empezar a
concientizar a las generaciones. Evidentemente, la naturaleza de esta
acción era introducir valores laicos, con lo que se buscaba una socializa-
ción moderna y metódica de la generación joven. Por consiguiente, los
radicales enfatizaron que su propósito con la sociedad era salvaguardar
la educación pública, argumentando que sin la modelación de los valores
políticos no estaría completa la empresa de los liberales:
106. Cabe anotar, que el presupuesto asignado para la educación primaria en plena
reforma educativa de 1870, cuyo lema del programa radical era, paz, caminos y
escuelas, solo contaba con el 80% del recurso asignado para educación. Para el
año de 1870 siendo secretario de hacienda Salvador Camacho Roldan, la nación
apropio el 4% de sus ingresos para gastos educativos, unos $ 200.000. y solo la
universidad absorbía $ 40.000. se comprende, pues, cuales serian las dificultades
para pagar, maestros, inspectores, directores de educación, editar textos y hacer
construcciones escolares.[Jaramillo: 1989;232]
Capítulo 2. Lengua, moral y modal. Herencia cultural y pervivencia colonial ... 177
107. Leer fue en el siglo XIX colombiano una forma de participación social. Los
niveles de alfabetización fueron bastante reducidos y fracasaron los diversos pro-
yectos de los grupos radicales de mediados de siglo frente al carácter obligatorio
y universal de la educación, y los avances de los grupos de artesanos para igualar
su educación con la de la elite. Ser lector hacía parte de la definición de una
posición social privilegiada. La lectura, ubicada generalmente distante de los
mundos campesinos, tuvo su eje en las ciudades que hicieron alarde del poder
que les asignaba su carácter letrado, generando así un nuevo elemento de dife-
renciación. [Acosta:2007]
Capítulo 2. Lengua, moral y modal. Herencia cultural y pervivencia colonial ... 179
De otro lado, en cuanto a las masas (criollos y mestizos sin abolengo) las
escuelas eran escasas y mal dotadas:
Puedo Decir que desde que abrí los ojos conocí al doctor Manuel
Murillo en mi casa en Ibagué. Fácilmente se comprende el aprecio
que los jefes liberales de aquel tiempo hacían de los talentos, bien
conocidos ya, de aquel eminente joven, y de todo lo que de él se
esperaba en lo por venir. Mi padre y mi tío el Coronel José María
Vezga lo distinguían y lo querían mucho. Yo me acostumbré, pues,
á estimarlo y á respetarlo desde niño, y él á tratarme con la autori-
dad que estas relaciones le daba.
Pero repito que me atolondré y me fui, sin saber lo que hacía, para
el salón de la Secretaria, donde encontré al doctor Murillo, solo,
esperando el amanuense que había pedido. Tan pronto como entré
acomodóme á la mesa del centro, con papel ministro, magnífico, sin
líneas, y principió á dictarme paseándose.
“La fecha.
Capítulo 2. Lengua, moral y modal. Herencia cultural y pervivencia colonial ... 187
Y quien esto decía, bien podía decirlo, porque el doctor Murillo era
un excelente calígrafo; poseía una de las más bellas, cursadas y
elegantes formas de escritura que puedan envidiarse.
CAPÍTULO 3.
Ciudadanía nacional,
identidades y estilos de vida
192 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
Capítulo 3. Ciudadanía nacional, identidades y estilos de vida 193
Para terminar, podemos afirmar que el correcto uso del lenguaje como
un mecanismo simbólico, se encuentra direccionado hacia la legitima-
ción de las reglas vigentes en el universo social, por medio de la arbitra-
riedad cultural, lo que le permite sublimar las contradicciones que se
encuentran en dicho universo para garantizar unas visiones y divisiones
del mundo, que afianzan la ciudadanía como identidad superior.
Esta extraña amalgama entre las visiones del pasado que se superponían
constantemente a unas visiones del progreso y del futuro que persiguie-
ron afanosamente perfilar una serie de valores europeos con el propósito
de la dinamización económica y cultural, solo podría desligarse parcial-
mente de los rezagos coloniales a finales del siglo XIX, cuando se obser-
vó la caída de las identidades que se forjaron en el universo colonial,
dadas las transformaciones económicas, que quebraban los fundamen-
tos de estructuración social de esta época.
La ciudadanía fr actur
fractur ada
acturada
En este sentido, los recursos simbólicos, tales como el correcto uso del
lenguaje, que buscan afianzar su horizonte de legitimación, instalán-
dose en medio de estos procesos sociales fundamentales para la discu-
sión ciudadana, pierden su capacidad de arbitrariedad cultural. Esta
incapacidad nace, para el caso en cuestión, de universos sociales
jerarquizados, erosionados y fragmentados, lo cual hace que en las prác-
ticas cotidianas –como evidencian los estilos de vida- se desvirtué cual-
quier relación simbólica entre estos artefactos culturales y los agentes
del espacio social.
Este es el caso del correcto uso del lenguaje, que agenciando por unas
posiciones autorizadas y legitimadas, a la vez que incrustaba una idea de
futuro, fue insuficiente como mecanismo simbólico para sumar sus pro-
piedades en pos de la arbitrariedad cultural. A pesar de los esfuerzos
204 Caro, Cuervo y la resistencia lingüística
BIBLIOGRAFÍA
Fuentes primarias
Fuentes secundarias
Bourdieu, P. [1995]. Las reglas del arte, génesis y estructura del campo
literario. Barcelona: Editorial Anagrama.
Knight A. “La identidad nacional [1999]”. ¿Mito, rasgo, molde? En: Museo,
memoria y nación misión de los museos nacionales para los ciudadanos del futuro.
Comp Gonzalo Sánchez Gómez. Emma Wills. Ministerio de Cultura.