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* Fuente: “On the character and specific features of people's democracy in the countries of the East”. Traducido del ruso por “Inter”. Publicado en
revolutionarydemocracy.org
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país; sería arriesgado considerar a la revolución china como una especie de “modelo” para la
revolución democrática popular en otros países asiáticos. En particular, sería difícil imaginar que otros
países de Oriente que siguen el camino de la democracia popular, puedan contar con la gran ventaja
de la revolución china, encarnada por su ejército revolucionario. Por supuesto, esto no implica que
los pueblos progresistas de India, Indonesia o cualquier otro país de Oriente no deban tomar en cuenta
la experiencia de la revolución china y la experiencia de la Revolución de Octubre en Rusia para
resolver miles de problemas. Común a todos los países de democracia popular en Oriente y Occidente
es el despertar de las amplias masas populares, su lucha activa bajo la dirección de la clase obrera,
bajo la bandera del leninismo, por la democracia, la paz y el socialismo. La criminal agresión del
imperialismo norteamericano contra Corea y las políticas colonialistas agresivas del imperialismo
británico en el Medio Oriente, han despertado los sentimientos antiimperialistas de cientos de millones
de personas en Asia.
Esto crea las condiciones para la formación de un amplio frente antiimperialista que comprenda,
como dice el programa del Partido Comunista de la India, a «millones de masas de obreros,
campesinos, intelectuales trabajadores, clases medias, así como a la burguesía nacional interesada en
la libertad y la independencia de su país y en la creación de condiciones para una vida digna».
La experiencia del movimiento de liberación nacional muestra que la creación de un frente único
antiimperialista tiene una importancia primordial para el éxito de la lucha por la independencia en los
países coloniales. Este frente es más poderoso mientras más campesinos, que constituyen la mayoría
de la población de los países coloniales, estén involucrados en la lucha antiimperialista. La solución de
la cuestión agraria y la lucha contra el feudalismo y los remanentes feudales son los elementos más
importantes en el movimiento de liberación nacional en los países coloniales y semicoloniales.
El orador refiriéndose a varias declaraciones de Lenin con respecto a las tareas del movimiento
revolucionario en los países atrasados, señaló que la lucha por la liquidación de los remanentes
feudales era y sigue siendo la principal tarea del proletariado y de los partidos comunistas en los
países oprimidos por el imperialismo.
En cuanto a la cuestión de la posibilidad de la formación de un bloque o incluso de una plataforma
unificada con la burguesía nacional en los países dependientes, el orador examinó el concepto de
burguesía nacional, que excluye a la burguesía compradora estrechamente vinculada con el
imperialismo, y divide a la burguesía nacional en gran burguesía y burguesía media. La primera está
estrechamente ligada a los terratenientes y es propensa a un compromiso con el imperialismo, por lo
que es un miembro transitorio y poco fiable del frente único.
La ampliación sin precedentes del frente antiimperialista en Asia plantea agudamente la cuestión
de la necesidad de incrementar el papel dirigente de la clase obrera, la clase que tiene la hegemonía
en las revoluciones de liberación nacional, y el fortalecimiento de su alianza con el campesinado. La
alianza de la clase obrera y el campesinado es la base del frente antiimperialista en los países de
Oriente.
El éxito de los países de democracia popular de Asia y el impulso general del movimiento de
liberación nacional en Oriente dan testimonio de la consolidación del papel del proletariado. Los
partidos comunistas y obreros (o del trabajo) en varios países de Asia ya disfrutan del
reconocimiento como fuerza política dirigente de millones de trabajadores. Pero las exigencias hacia la
dirección del proletariado están en constante crecimiento, no sólo en los países de democracia
popular, sino también en las colonias y semicolonias de Oriente.
El gran respeto y reconocimiento a la Unión Soviética y al camarada Stalin inspira a las grandes
masas de los países orientales en su lucha por la democracia popular, por la liberación nacional y por
la paz. En el debate sobre el informe presentado por E.M. Zhukov, intervinieron 16 personas: miembro
de la Academia de Ciencias de Tayikistán I.S. Braginski, PhD, A.M. Dyakov y G.N. Voitinski, licenciado
en ciencias I.Y. Zlatkin, B.N. Nikiforov, A.N. Yzhyanov, A.I. Stadichenko, P.P. Staritsina, L. A.
Sikiryanskaya, G.B. Erenburg, V.V. Balabushevich, G.V. Astafyev, A.N. Jeifets, coronel A.A. Martínov,
aspirante a la Academia de Ciencias Sociales del CC del PCUS(b) Yu.P. Nasenko y un funcionario del
Instituto de Estudios Asiáticos de la Academia de Ciencias de la URSS, G.I. Levinson.
Los camaradas que intervinieron en el debate plantearon varias cuestiones no sólo relacionadas
con la cuestión de la definición del carácter y las peculiaridades de las democracias populares en
Oriente, sino también con la historia de su creación y desarrollo y las perspectivas futuras para la
transformación de las revoluciones democráticas populares en revolución socialista.
Las principales cuestiones objeto del debate fueron: 1) Las características generales comunes a
las democracias populares en Occidente y Oriente, y sus peculiaridades en los países de Oriente;
2) Las características particulares del sistema de democracia popular en los países en que no hay o no
hubo clase proletaria en el momento del establecimiento del poder popular; 3) Los orígenes de la forma
democrática popular de poder político; 4) La importancia de la revolución china y los diferentes
caminos para la aplicación de su experiencia en otros países de Oriente; 5) La cuestión de la vía no
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capitalista de desarrollo, en relación con a China y la India; y 6) La cuestión de la elevación de la
revolución democrática popular en revolución socialista.
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actualidad. Señaló que este bloque con la burguesía nacional, en las condiciones actuales tiene
algunas características específicas:
1) La subordinación de la burguesía nacional a la dirección política del proletariado y su partido.
2) El control y la regulación estatal de la actividad económica de la burguesía en interés del
pueblo y la economía de la democracia popular.
3) La amplia lucha del partido comunista por liberar a las masas populares de la influencia de la
burguesía.
Estas características comprenden una forma peculiar de expresión del papel dirigente de la clase
obrera en el frente único, y el carácter transitorio de la democracia popular en China.
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pequeña producción campesina basada en la más atrasada ganadería de pastoreo, que la tarea de la
liquidación de los rezagos del feudalismo en la economía y en la conciencia de la gente aún no se ha
cumplido. La camarada Staritsina presentó una gran cantidad de documentos y material factual del
gobierno de la RPM para corroborar esto. Además, señalando una serie de rezagos feudales que aún
persisten en la economía, el modo de vida y la ideología, y señalando asimismo la existencia de casos
de elementos capitalistas en la economía, refutó la tesis del camarada Zlatkin según la cual, en algún
momento de 1940, en la RPM se completaron las tareas de la revolución democrático-burguesa
antifeudal y que Mongolia entonces había entrado en el camino de la construcción socialista.
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en la formación de un ejército revolucionario que desarrolló la guerra revolucionaria tiene una gran
importancia para otros países de Oriente. Destacó en particular, en el ejemplo de China, que el ejército
revolucionario y la guerra revolucionaria son el resultado de la dominación ejercida por el imperialismo
y las relaciones feudales que crearon, en primer lugar, las condiciones para que el desarrollo
revolucionario adopte la forma de una guerra revolucionaria, y, en segundo lugar, la falta de
uniformidad de su desarrollo, de su duración y de la inevitabilidad del hecho de que la guerra se
ganara primero en algunas regiones y luego en otras. V. N. Nikiforov indicó que estas condiciones se
dan en otros países de Oriente, por ejemplo, en la India. Por lo tanto, uno debe concluir que otros
pueblos de Oriente formarán sus propios ejércitos revolucionarios y librarán guerras revolucionarias. El
desarrollo revolucionario en países como Birmania, Vietnam, Corea, Malasia y Filipinas, son ejemplos
de que tienen esta característica en común. Los camaradas Balabushevich y Nasenko, que son
especialistas en la India, tienen una visión diferente sobre la cuestión del ejército revolucionario. El
camarada Balabushevich, después de haber subrayado la enorme importancia de la experiencia china
para los partidos comunistas de varios países de Oriente, estuvo de acuerdo con el orador principal de
que sería muy arriesgado considerar a la revolución china y a sus formas de desarrollo como un punto
de referencia obligado para las revoluciones democráticas populares en otros países de Asia. En el
ejemplo concreto de la India, indicó lo erróneo de la extrapolación mecánica de la experiencia de la
revolución china, que, por cierto, no se comprende profundamente, sin tener en cuenta las
características específicas de la India.
El camarada Nasenko también señaló lo erróneo del trasplante mecánico de la “experiencia china”
a la India. Los camaradas Dyakov, Balabushevich y Levinson, en sus presentaciones, basadas en los
documentos y los programas del Partido Comunista de la India y los países de Asia sudoriental, así
como en los hechos concretos del movimiento revolucionario en esos países, hicieron especial énfasis
en la lucha de los partidos comunistas y los pueblos de estos países por la democracia popular y por la
formación de un amplio frente único antiimperialista y antifeudal.
Todas los ponentes señalaron que esta lucha hoy se lleva a cabo sobre la base de la comprensión
y aplicación de las enseñanzas leninista-stalinistas de las características específicas de las
revoluciones nacional-coloniales en los países de Oriente, teniendo en cuenta las condiciones
específicas de esos países, la experiencia de la Gran Revolución Socialista de Octubre y la
experiencia de la Revolución China. En particular, esto se puede ver en el programa del Partido
Comunista de la India, que es un verdadero programa de lucha por la democracia popular y por la
creación de un amplio frente popular en las condiciones concretas de la India.
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G.B. Erenburg señaló que, desde el punto de vista teórico, la cuestión de este desarrollo en las
actuales condiciones determinadas por la victoria de la revolución en China es más o menos clara. Los
principales requisitos para este desarrollo son la profundización de la crisis general del capitalismo,
la construcción del comunismo en la URSS, la construcción del socialismo en los países de
democracia popular en Europa, la hegemonía del proletariado y la dirección del partido comunista en la
revolución democrática popular en China. Todo ello determina que las perspectivas para el desarrollo
capitalista sean obsoletos en China. Con la ayuda de los países socialistas, y en primer lugar de la
Unión Soviética, China seguirá el camino del socialismo.
En cuanto a este problema, el camarada Erenburg planteó, en relación con China, la cuestión del
papel de los campesinos medios en el periodo de la transición a la construcción del socialismo y
también se refirió a la forma en que esta transición se llevará a cabo, ya sea pacíficamente o por medio
de la lucha armada del proletariado. En cuanto a la primera cuestión, el camarada Erenburg consideró
que hay motivos suficientes para prever que en el futuro se fortalecerá la alianza entre el proletariado y
los campesinos medios, que ya en las primeras etapas de la revolución aceptaron la dirección del
proletariado y el partido comunista, y recibieron de ellos la tierra. Estas circunstancias dan motivos
para creer que en las condiciones particulares en las que la futura revolución socialista se llevará a
cabo en China, no habrá necesidad de neutralizar a los campesinos medios.
En cuanto a la cuestión de las vías para el desarrollo de la revolución china, el camarada
Erenburg señaló que el proletariado, que detenta el poder en la primera etapa, antiimperialista y
antifeudal, no tendrá que tomar el poder y llevar a cabo una nueva y segunda revolución para pasar a
la segunda etapa, la etapa socialista de la revolución. La transición al socialismo en las condiciones de
la revolución china será un largo proceso de cambios, paso a paso, a través de una serie de pasos
intermedios que conduzcan a la revolución socialista. Esta transición no sólo no implicará la necesidad
del derrocamiento revolucionario del gobierno existente, sino por el contrario esta transición se llevará
a cabo bajo la influencia determinante de este gobierno, de las políticas del gobierno, de su programa
y, en consecuencia, del régimen. Esta transformación se traducirá no sólo en cambios en el gobierno, o
el hecho de que algunos partidos políticos o individuos abandonen el gobierno (que es muy probable
que suceda), sino sobre todo en el cambio del carácter del programa de gobierno, en los cambios en
sus políticas, en que el proletariado se encargará por fin de las tareas proletarias, de la construcción de
la sociedad socialista.
En conclusión, el camarada Erenburg expresó su deseo de que el Instituto de Estudios Orientales
también plantee el debate de otras cuestiones teóricas, en particular, de la cuestión de las etapas de la
revolución colonial, a la luz de la tesis del camarada Stalin sobre las etapas de la revolución china.
Otros oradores se refirieron a la cuestión de la transición al socialismo. En particular, el camarada
Martínov señaló que la transición de la democracia popular, de la etapa democrático-burguesa, al
socialismo, no se produce suavemente y sin problemas, sino como resultado de una lucha amarga con
los aliados temporales de la revolución, que renunciarán a ella y se opondrán a ella.
En su última intervención, E.M. Zhukov señaló que las tesis principales de la exposición habían
sido aprobadas por la mayoría de los oradores, pero, como demostraron los debates, algunas de estas
tesis deben ser precisadas, concretadas y desarrolladas.
Sobre todo, es necesario llamar la atención adecuada sobre el desarrollo general de las
democracias populares en Oriente y en Occidente, con el fin de compararlas.
Hablando de las diferentes condiciones socio-económicas de los países de democracia popular,
esta cuestión debe ser clarificada, debe analizarse el nivel de desarrollo industrial de estos países y, en
particular, el desarrollo de la clase obrera, con el fin de exponer plenamente su papel hegemónico en el
frente único. También hubiera sido conveniente incluir en la presentación una breve explicación del
concepto de vía no capitalista de desarrollo.
La vía no capitalista de desarrollo es inherente a todos los países económicamente atrasados de
Oriente. Esto no quiere decir que en China o en Corea estén ausentes elementos del capitalismo, pues
éstos no sólo existen sino que tal vez se desarrollen aún más durante un determinado periodo de
tiempo (por ejemplo, en China). Aunque exista el capitalismo como una estructura económica (una
entre otras) nunca podrá desviar a China hacia la vía del capitalismo y no dará lugar a la creación de
una formación capitalista. Esta es la esencia de la existencia y el desarrollo del sistema de
democracia popular. La democracia popular en Oriente es un camino que conduce al desarrollo no
capitalista, más correctamente, al desarrollo socialista. Al hablar de los orígenes del poder popular en
Mongolia es necesario aclarar que en la RPM no hay burguesía nacional y por lo tanto allí la cuestión
del frente popular es diferente de China, Corea y Vietnam. Sin embargo, esto no quiere decir que la
democracia popular en Mongolia difiere cualitativamente de las democracias populares en otros países
de Asia.
E.M. Zhukov llamó la atención sobre una serie de puntos de controversia planteados en la
presentación de I.Ya Zlatkin, a saber:
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1) Su tesis de que la cuestión de la construcción del socialismo en la RPM está cerca de su
finalización.
El leninismo nos enseña que el primer paso efectivo hacia el socialismo es la industrialización del
país. Aunque Mongolia está llevando a cabo con éxito la industrialización del país con la ayuda de la
URSS, ¿se puede concluir que el actual nivel de desarrollo industrial de Mongolia ofrece condiciones
para la transición de masas de ganaderos individuales al camino de la colectivización? Con base en
una serie de documentos, E.M. Zhukov, demostró que aún es demasiado pronto para hablar de
construcción del socialismo en Mongolia.
2) Sobre el carácter del poder popular en Mongolia, como poder de Soviet de campesinos.
Al tener en cuenta la historia del poder popular en Mongolia en el periodo de 1927-1940 (cuando
no había proletariado), E.M. Zhukov señaló que el régimen del campesinado no puede existir durante
un largo periodo de tiempo sin la dirección del proletariado o de la burguesía. La enseñanza de la vía
no capitalista de desarrollo consiste en que, en un país atrasado con población campesina, la
dirección la ejerce el proletariado del país del socialismo victorioso.
En cuanto a Mongolia, se puede decir que la asistencia ideológica y política desinteresada y
permanente de la URSS, proporcionó dirección proletaria al poder popular de Mongolia, al “soviets de
campesinos”. Como resultado, el gobierno democrático popular de Mongolia, que siguió
consistentemente los principios de amistad y alianza con la URSS, con la dirección del Partido
Marxista Revolucionario del Pueblo, comenzó a cumplir las funciones de la dictadura democrático-
revolucionaria del proletariado y del campesinado.
Es también controversial la tesis del camarada Zlatkin sobre la posibilidad de la victoria de una
“genuina” democracia popular campesina, en países sin proletariado.
E.M. Zhukov llamó la atención sobre una serie de tesis erróneas planteadas en la presentación del
camarada Zlatkin; en particular, la negación de los intereses generales de la lucha antiimperialista por
la independencia nacional, la cual convierte a todos los países de Oriente en aliados de la Unión
Soviética. E.M. Zhukov destacó que se realizaron un gran número de comentarios valiosos que
aclaran, desarrollan y corrigen una serie de puntos esbozados en la exposición principal. Una vez más
E.M. Zhukov se refirió a la cuestión de la importancia de la experiencia de la revolución china,
señalando que sería absurdo menospreciar la experiencia china. Su importancia es muy grande, pero
no se debe hacer un fetiche de él, considerándola como un “modelo” universal aplicable a los países
de Asia.
E.M. Zhukov señaló que no es posible resolver plenamente en los debates todas las cuestiones
planteadas. Pero como resultado de la discusión se puede determinar una serie de cuestiones
relevantes para el desarrollo de las democracias populares, el nivel de importancia y el nivel de estudio
o negligencia de tal o cual cuestión.
La discusión que se desarrolló después de la presentación principal de E.M. Zhukov echó luz
sobre las principales características de la democracia popular en Oriente, que son comunes a los
países de Europa Central y Sudoriental, así como sus características, y sobre las etapas generales de
desarrollo del sistema de democracia popular, en general.
Durante el curso del debate se aclaró el contenido del concepto de vía no capitalista de desarrollo
y se disiparon finalmente ciertas dudas de algunos camaradas sobre la corrección de la aplicación de
este concepto a países como China o la India.
La cuestión de la significación de la revolución china para el desarrollo del movimiento de
liberación nacional en otros países de Oriente fue discutida ampliamente, sobre la base de material
factual. Se aclaró también la cuestión de su aplicabilidad en otros países.
Se señalaron, pero no se discutieron en profundidad, otras cuestiones: sobre los orígenes de las
democracias populares y el desarrollo de la revolución democráticoburguesa en revolución socialista.
El debate puso de manifiesto cuán grande es el interés de los estudiosos soviéticos sobre las
cuestiones teóricas y prácticas del movimiento de liberación nacional en Oriente, y reveló la gran
importancia de estas cuestiones para la correcta comprensión del carácter y las perspectivas de la
lucha por la democracia popular en los países de Oriente. Además, la discusión dejó en claro la
necesidad de estudiar más a fondo una serie de cuestiones, en particular la cuestión de las
características específicas de los distintos países de Oriente, necesarias para la comprensión de las
etapas de la lucha por la democracia popular, así como el carácter del sistema de democracia popular
que se creó como resultado de la victoria del pueblo en uno u otro país.
La elaboración científica de estas cuestiones es una de las tareas más importantes del Instituto de
Estudios Orientales de la Academia de Ciencias de la URSS y de otros institutos de estudios
orientales.
“Izvestiya Akademii Nauk SSSR”, Seriya Istorii i Filosofii,
vol. IX, nº 1 (1952) pp. 80-87.
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