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Nigel Cross
Design Studies 28 (2007) 1- 4
(Traducción Libre de Carlos Burgos)
Los orígenes de los nuevos métodos de diseño desarrollados en los 60´ se nutrieron del
paradigma de los métodos científicos derivados de los problemas desarrollados del
contexto de la segunda guerra mundial, desde la cual se originó un contexto para el
desarrollo de los métodos propios de la investigación operativa y las técnicas de toma de
decisión del management junto con el desarrollo de las técnicas creativas de los 50s
(estas últimas propias de los EEUU, en respuesta de el impacto que generó el primer
satélite puesto en órbita por la Unión Soviética (Sputnik) que puso en duda la
creatividad de sus ingenieros y científicos. La década también mostró el inicio de los
procesos de resolución de problemas a través de los programas de computadora. Los
primeros libros que aparecieron sobre metodología del diseño fueron escritos por
Asimos, 1962; Alexander, 1964; Archer, 1965; Jones, 1970; y el primer libro sobre
creatividad por Gordon, 1961 y Osborn, 1963.
En un pasaje de Bruce Archer (1965) deja sentado que: el cambio fundamental en las
ideas convencionales sobre el diseño ha sido provocado por la utilización de los
métodos sistemáticos de resolución de problemas, derivados de las técnicas
computacionales y de las teorías del Management, que impactaron en la definición los
procesos de formulación de los problemas y las soluciones de diseño. Por su parte
Herbert Simon (1969) estableció la fundación de una “Ciencia del Diseño” que debería
ser el cuerpo del pensamiento intelectual, analítico, parcialmente formalizable y
parcialmente empírico, que pueda desarrollarse como una doctrina de los procesos que
pudiera ser enseñada. De alguna manera este fue el deseo del “Diseño Científico” en
los 1960s.
Estas ideas expresadas por los mismos fundadores de la disciplina son devastadores para
aquellos que todavía piensan que es posible mantener el paradigma original. Poner las
citas de Alexander y Jones en el contexto puede ser necesario para comprender el clima
social y cultural de finales de los 1960s: la revolución del campo; el nuevo humanismo
liberal, y el rechazo a los valores de la década pasada. Pero también es cierto que
hubieron quienes marcaron la escasa utilidad en la aplicación de los denominados
“métodos científicos” de diseño. Rittel and Webber (1973) caracterizaron a los
problemas de la planificación y el diseño como mal formulados (wicked problems)
fundamentalmente inabordables con las técnicas de la ciencia o de la ingeniería en esos
momentos.
De hecho, luego de las dudas de los 1970s, los 1980s mostraron un período de
sustancial consolidación de la Investigación sobre el Diseño. Las relaciones con la
ciencia fueron indagadas en la Conferencia: Design:Science:Methods en 1980. (Jacques
and Powell, 1981). Históricos y actuales desarrollos en metodología fueron revisados en
Cross, (1984). Un significativo desarrollo implico la emergencia de las primeras
revistas de investigación en Diseño. Siempre refiriéndonos a publicaciones de lengua
inglesa. DRS dio lugar a la aparición de la Design Studies en 1979; Design issues
apareció en 1984, y Research in Engeneering Design, en 1989. Algunos libros
significativos aparecieron con énfasis sobre el conocimiento en diseño, propiamente en
el campo arquitectónico como por ejemplo en libro de Lawson, How Designers Think
(1980) y en el de Rowe, Design Thinking (1987).
En 1980 vimos el establecimiento del Diseño como una Disciplina coherente de estudio
basada en sus propios objetos, abordajes y conocimientos. Esto habia sido anunciado en
el primer número de la “design Studies”, when cuando pusimos en marcha una serie de
artículos sobre el “diseño como disciplina” (Design as a discipline). Bruce Archer
afirmó una nueva creencia, que existe una manera de pensar y comunicar propia del
diseño, diferente a la académica y a la científica, y tan potente como ambas en cuanto a
la metodología de investigación aplicada a sus propios objetos de estudio.(Archer,
1979). Un poco más tarde, esta idea se expande con el aporte de Cross (1982)
sugiriendo que “necesitamos un programa de investigación…con una teoría o idea que
sea la piedra de toque de sus fundamentos, en nuestro caso sobre una “manera de
generar conocimiento propia del diseño”. (Designerly ways of knowing). Un hecho
significativo en este sentido lo constituyó el aporte de Donald Schön (1983) quien
promovió una nueva visión en su libro “The reflective Practitioner”, en el cual buscó
establecer una “epistemología de la práctica”, implícita en los procesos artísticos e
intuitivos (entre ellos el diseño) en los cuales los profesionales aperan sobre situaciones
de incertidumbre, inestabilidad, singularidad y valores en conflicto. El diseño como una
disciplina significa estudiar el diseño en sus propios términos, dentro de su propia
cultura, basado en la practica reflexiva del diseño.
Cuarenta años han pasado ya, y la investigación en diseño está viva y bien,
desarrollándose cada día en un mayor número de lugares.