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CRISIS ACTUAL DE VENEZUELA

CAROLINA REQUENA

UNIVERSIDAD DE SUCRE

FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y ADMINISTRATIVAS

ECONOMIA IV SEMESTRE

MACROECONOMIA

SINCELEJO/SUCRE

2019
.

Es evidente que en la actualidad Venezuela vive una crisis económica, social y política, que
se remonta en realidad al gobierno del Presidente Pérez, a principios de los años 70 con la
nacionalización del petróleo y el auge económico despilfarrador que derivó de ella,
marcaron el inicio de una política económica y social de “bonanza” y grandes negocios
que, veinte años después, provocaría el “viernes negro” (la primera gran devaluación del
bolívar y el primer control de cambio - RECADI) y luego la revuelta popular y los saqueos
del “caracazo”. Durante ese período, el descuido de las necesidades de la gente,
la corrupción y el intento de corregir las desviaciones a través de la aplicación del “paquete
neoliberal” (privatizaciones, incremento del costo de los servicios y otras medidas),
potenciaron el descontento.El alzamiento militar del 4 de febrero, con Chávez a la cabeza y
luego la debacle bancaria a mediados de los 90’ cerró, con broche de oro, ese período.
A partir de allí se abrieron las puertas a lo que hoy entendemos como propuestas populistas,
disfrazadas de política de izquierdas y socialismo que Chávez encarnó y muchos,
ilusionados con un cambio radical, apoyamos.Lo que pasó después: la Asamblea
Constituyente, la nueva Constitución, la huelga general y el paro petrolero, el golpe de
estado y la renuncia de Chávez, el regreso al poder, su muerte y la designación del
“elegido”, produce material para varios tomos.

Lo cierto es que el análisis del estado actual y la naturaleza de la crisis socioeconómica,


política y cultural en Venezuela tropieza con muchas dificultades, en parte por la ausencia
de información confiable y actualizada. Desde el inicio, el gobierno ha decidido ocultar o
manipular las cifras e indicadores estadísticos en casi todos los ámbitos, que permitiría
confirmar su profundidad. Los cálculos que se han difundido presentan grandes variaciones
y las del gobierno no son confiables. Pero también ha habido un copamiento de los medios
de comunicación por parte del gobierno: cierres de medios, coacción, compras forzadas,
autocensura y creación de nuevos medios audiovisuales e impresos.
Lo cierto es que a la fecha, la economía venezolana ha registrado su peor caída desde el
paro petrolero de los años 2002-2003, aunque la debacle se inició a partir del 2007, con una
contracción que se ha estimado entre 10%3 y 18.6%. Los últimos tres años han sido de
disminución consecutiva del PIB, el cual se ha reducido en un 40% de los niveles del año
2013.Por su parte los precios del petróleo están hoy a alrededor de 42 US $ por barril, lejos
de los precios que oscilaron entre 80 y 100 dólares entre 2011 y 2013; además, la
producción de petróleo ha caído a un millón 854 mil barriles diarios.

Esto es un millón de barriles menos de los que se producían en el año 2001.Ya no se


produce suficiente petróleo liviano ni gasolina para el consumo interno o para ser mezclado
con petróleo pesado para su transporte y refinación, y lo estamos importando, lo que reduce
significativamente los beneficios. La principal refinería del país (AMUAY), uno de los
complejos de refinación más grandes del mundo, está trabajando a menos del 50% de su
capacidad instalada.

Por su parte, la inflación en 2016-2017 se situó entre 500% y 800%, y se esperan niveles
más altos para el año 2018. Por tercer año consecutivo se ha producido un grave déficit
fiscal que ha venido contrayendo el gasto público, con una reducción de alrededor del 30%
anual.Las reservas internacionales disminuyeron de 35 mil millones de dólares en 2009 a
10 mil 300 millones de dólares en abril de 2017.Como si fuera poco, el total de
la deuda consolidada del país (deudas nacionales y externas, préstamos y bonos emitidos
por la República y PDVSA), ascienden a 181 mil millones de dólares. Esto representa más
del 80% del PIB, y es casi 18 veces más que el total de las reservas internacionales del país.
En los últimos 3 años, Venezuela ha cancelado, por concepto de Capital Reembolsado y de
Intereses Pagados, la cantidad de 73 mil 359 millones de dólares.
El impacto socio-económico de esta catástrofe es tremendo. El deterioro general de la
actividad productiva y de las finanzas públicas ha tenido graves repercusiones en las
condiciones de vida de la población, especialmente en las áreas de salud, alimentación y de
seguridad personal. Esto constituye una reversión de los más importantes logros sociales
del proceso bolivariano. Los niveles depobreza en términos de ingresos monetarios, que se
habían reducido significativamente entre 1999 y 2012, hoy están peor que los niveles que
existían antes del inicio del gobierno de Chávez.

Miles de empresas productoras y comercios, incluidas las empresas extranjeras que se


instalaron durante la bonanza económica, se ha ido, han cerrado o han sido confiscadas-
expropiadas. El caso de las líneas aéreas es patético. Como el gobierno se ha convertido en
el principal, casi único, generador de dinero, ahora la mayor parte del comercio de los
bienes que son importados se mueven, corrupción mediante, en las redes informales de la
economía. La escasez de casi todo, especialmente alimentos y medicinas, alcanza cerca del
70 % y no hablemos de los precios.Como resultado visible, el 54% de los niños y muchos
adultos venezolanos tienen algún grado de malnutrición o desnutrición. 

Así mismo, la morbilidad y la mortalidad en sectores vulnerables (niños, ancianos, mujeres


embarazadas y enfermos crónicos) han crecido a cifras alarmantes por la ausencia de
medicamentos e insumos hospitalarios.A esto hay que agregarle el “ corralito bancario”. No
hay suficientes billetes de denominaciones adecuadas a los costos de los productos y el
sistema de pagos por vía electrónica se encuentra colapsado. Los bancos, por orden del
gobierno, tienen limitada la entrega de efectivo, tanto por taquilla como en cajeros
electrónicos. Así que no hay dinero efectivo circulando y las formas de pago electrónicas
están severamente limitadas.
En términos de salud pública, enfermedades como la malaria y el paludismo, la
tuberculosis, la difteria y otras que habían sido erradicadas o controladas, ha vuelto por sus
fueros. Por ejemplo, entre los años 2015 y 2016, el número de casos de malaria registrados
en el país se incrementó en un 76%, pasando de 136.402 a 240.613 casos.

Los venezolanos han visto cómo en los últimos meses escasean los productos alimenticios
más básicos. Alimentos como la carne de res o el pollo se han convertido en artículos de
lujo. La crisis ha provocado una caída notable de las importaciones en un país
extremadamente dependiente del exterior que ha visto además hundirse la producción
nacional en todos los rubros.
Los venezolanos han visto cómo en los últimos meses escasean los productos alimenticios
más básicos. Alimentos como la carne de res o el pollo se han convertido en artículos de
lujo. La crisis ha provocado una caída notable de las importaciones en un país
extremadamente dependiente del exterior que ha visto además hundirse la producción
nacional en todos los rubros.

El propio Ministerio de Salud de Venezuela ha reconocido que en los últimos años ha


tenido lugar un aumento en la mortalidad infantil, materna y en los casos de enfermedades
como la malaria o la difteria.

Una ruptura fundamental en el proceso bolivariano se produjo cuando, con la victoria


aplastante en las elecciones parlamentarias del 6 de diciembre de 2015, la oposición
alcanzó una mayoría cualificada de dos tercios en la Asamblea Nacional (AN). Esto
implicaba un cambio radical en la correlación de fuerzas en el seno del Estado. Con esta
mayoría, la oposición en la AN, de acuerdo a la Constitución, podía nombrar a los
miembros del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y del Consejo Nacional Electoral (CNE).
Podría aprobar leyes orgánicas sin negociar con los representantes del gobierno. En lugar
de reconocer esta severa derrota e iniciar una profunda reflexión autocrítica sobre sus
causas, el Gobierno no vio la necesidad de cambios en sus políticas y atribuyó la crisis y la
victoria de la oposición exclusivamente a lo que ha denominado la "guerra económica" por
parte de la derecha y del imperio.
Más allá del sector petrolero se requiere incrementar la productividad general de la
economía. Hoy hay consenso en que el foco de las políticas públicas de desarrollo debe
centrarse en generar incentivos neutrales, en oposición a las tradicionales políticas de
proteger y estimular sectores y productos específicos. La idea fundamental es crear el
mejor ambiente de negocios que facilite el descubrimiento de las oportunidades de
inversión y asegure que los mercados operen de manera abierta y concurrente,
garantizando que los sectores más dinámicos derramen externalidades positivas sobre el
resto de la economía. Esto supone, en el caso venezolano, un cambio radical en el diseño
y la gestión de la política económica y en el rol del Gobierno en la economía.
Aunque hay una idea generalizada de que el petróleo no tiene la suficiente densidad
para servir de núcleo de un desarrollo de la productividad general, estudios relativamente
recientes demuestran que los efectos sobre la productividad global de los factores
asociados al desarrollo de la explotación de hidrocarburos han sido tan positivos como en
el caso de otros sectores considerados, en principio, como más dinámicos (Martin y Mitra
2001; Wrigh y Czelusta 2004). Lo relevante no son los recursos naturales en sí mismos,
sino la capacidad de las economías para desarrollar aprendizaje y nuevas ventajas
comparativas a partir de sus dotaciones iniciales. Esto no puede lograrse sino en el
contexto de un ambiente económico e institucional favorable.
Otro aspecto de las reformas que no puede dejar de mencionarse es el relacionado con
el régimen de precios de los hidrocarburos en el mercado doméstico. Los subsidios
internos al consumo de la gasolina son altamente regresivos, implican inmensos costos

Atrapados en medio de esta crisis política el pueblo venezolano ha sido el más afectado por
la mala situación de la economía del país. La última vez que Venezuela creció
económicamente fue en 2013, y lo hizo un dos por ciento. A partir de esa fecha los números
de crecimiento de la economía venezolana han estado en rojo. En el primer trimestre del
presente año su economía encogió un 15 por ciento.

En los últimos cuatro años varias líneas aéreas, entre ellas Lufthansa, Air France y Avianca,
dejaron de volar al país. Los propietarios de vehículos tienen dificultades en encontrar
repuestos. En estos momentos el sueldo mínimo es de tres dólares. El año pasado la
inflación fue del 2.400 por ciento. Para pagar una comida hay que llevar una bolsa llena de
bolívares. 

La administración de Maduro ha sido incapaz de revertir la situación aun introduciendo el


año pasado el billete de 100.000 bolívares. Hoy todos en Caracas pagan con tarjetas de
crédito por falta de liquidez. Aunque no hubiese falta de liquidez la gente teme a llevar una
bolsa repleta de bolívares por la tremenda inseguridad que día a día crece en Venezuela.
La mayoría de las empresas activas en el país piden ser pagadas en dólares y que estos sean
trasferidos a sus cuentas en el exterior. Para evitar la pérdida de valor de los bolívares que
ganan, las empresas se esfuerzan por cambiarlos lo antes posible a dólares. El tipo de
cambio oficial de un dólar es de 3.400 bolívares. En lo que al mercado libre se refiere,
durante mis viajes he podido observar tres tipos de cambio diferentes: en Cúcuta, en la
frontera con Colombia, es de 106.000 bolívares. En Arauca, también zona fronteriza, de
80.000 y en Caracas de 260.000 aproximadamente.

En síntesis, La crisis ha supuesto para Venezuela la conjetura de distintos problemas


económicos: la crisis financiera, la escasez de productos básicos y medicinas, el aumento
del desempleo por el cierre de empresas privadas y la migración masiva hacia otros países
de la región. Así mismo, la disminución del crédito a la empresa privada por parte de la
banca, la intervención de la política monetaria por el gobierno central a través del Banco
Central de Venezuela(BCV) que han desencadenado en una hiperinflación, la corrupción
política, el deterioro de la productividad y competitividad, la caída de los precios del
petróleo que provocó la mayor crisis de esta industria en Venezuela, son otros de los
problemas que también han contribuido al agravamiento de la situación.

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