FACTORES ETIOLOGICOS QUE AFECTA LA COMUNICACIÓN HUMANA EN
LAS ETAPAS PERI Y POSTNATAL
PERINATAL: Los factores de riesgo perinatal son características que pueden presentarse en un periodo de 28 días previos y 28 días posteriores al parto, que incrementan la probabilidad de estructurar una secuela del desarrollo. Los signos neurológicos blandos son indicadores de alteraciones cerebrales mínimas o retardo en la maduración cerebral; ambos factores pueden contribuir en la presencia de dificultades de lenguaje, siendo importante su detección e intervención oportuna. Algunos de esos factores son: Prematuridad: para determinar si un bebé es prematuro o no, se deben diferenciar los tiempos de gestación debido a las distintas repercusiones que pueden tener para el recién nacido. Bajo peso al nacer: Entre los factores que se observar como posibles causantes de la prematuridad del bebé y del bajo peso al nacer nos encontramos con embarazos múltiples, algún tipo de infección materna durante el embarazo, factores genéticos, consumo de drogas y tabaco o problemas de nutrición por parte de la madre. Problemas respiratorios: el problema más importante del niño prematuro es el Síndrome de Distress Respiratorio, el cual consiste en una insuficiencia respiratoria debida a la falta de una lipoproteína. Los bebés prematuros también pueden sufrir apnea: un patrón respiratorio irregular que se caracteriza por pausas prolongadas debido a que el Sistema Nervioso Central aún está inmaduro o presenta algún tipo de daño. Asfixia perinatal: es debida a una disminución de la cantidad de oxígeno que se produce y se envía al flujo sanguíneo cerebral del bebé. Se evidencia dando una puntuación baja en el test de APGAR, mostrando el bebé cierta irritabilidad, respuestas exageradas o pérdida de sensibilidad y tono muscular bajo. También pueden aparecer convulsiones persistentes y graves e incluso el coma. Las causas pueden ser varias, entre las que se deben mencionar los problemas con la placenta o el cordón umbilical, parto difícil o bebé demasiado grande. Aquellos niños con un problema de este tipo pueden presentar desde cierta hipotonía general hasta retraso evolutivo y parálisis cerebral. Problemas metabólicos: son los niños que presentan bajo peso al nacer o prematuridad aquellos que son más susceptibles a padecer problemas de este tipo. Las deficiencias pueden darse en productos esenciales para el metabolismo cerebral (como la glucosa) o la insuficiencia de minerales como el calcio, potasio, sodio, fósforo, hierro y magnesio. No obstante, existen programas de screening para detectar estas posibles alteraciones metabólicas, como la prueba del talón. Hiperbilirrubinemia: la mayoría de los bebés desarrollan algún grado de ictericia, la cual se debe a una elevada cantidad de bilirrubina (pigmento amarillo que se produce cuando se descomponen los glóbulos rojos de la sangre). En el caso de bebés prematuros y bebés de bajo peso con niveles de bilirrubina elevados existe un mayor riesgo de parálisis cerebral e hipoacusia neurosensorial. NOTA: Estos son los factores de riesgo perinatales más importantes que nos podemos encontrar, pero aún hay uno a tener en cuenta, y es el del ambiente en la unidad de cuidados intensivos neonatal. De éste hablaremos más profundamente, pues es un factor de vital importancia que en ocasiones se pasa por alto.
POSTNATAL: Éstos pueden ser de tipo ambiental o biológico.
Entre los factores de riesgo ambiental nos encontramos aquellos casos donde la calidad del apego entre padres e hijos. Éste es un factor muy importante ya que la relación más importante en la vida de un niño es aquella que tiene con sus padres (en especial con la madre). El estatus socioeconómico de la familia también es algo que puede repercutir en la evolución del niño, ya que tienen más posibilidades de generar algún tipo de enfermedad cardíaca o alguna enfermedad mental y/o física. Se cree que es debido al estrés y a las carencias que pueden provenir de este tipo de situación. También nos encontramos dentro de los factores de riesgo ambiental la adecuación de la red de apoyo familiar, especialmente en aquellos casos de embarazos adolescentes ya que, a pesar de llegar a ser madres maravillosas, necesitan un gran apoyo familiar y social para cuidar de sus pequeños, tanto a nivel económico como a nivel emocional. Podemos encontrarnos con factores de tipo biológico que afectan a su crecimiento. Bien sea por su prematuridad al nacer o por tener algún tipo de discapacidad, pueden existir problemas a la hora de tener una nutrición adecuada. Podemos observar falta de crecimiento en niños que, por distintos motivos, no llegan a alcanzar el peso o la talla esperada para su edad cronológica. Podemos diferenciar dos tipos de interrupción: la orgánica (es decir, aquella que se puede identificar por una razón de tipo médico, como pueden ser la poca coordinación de los órganos encargados de llevar a cabo la deglución, es decir: labios, lengua..., o el reflujo gastroesofágico) o no orgánica (donde nos podemos encontrar con la depravación materna y/o el abandono ambiental). Las crisis convulsivas son otro tipo de factores de tipo biológico que pueden afectar al correcto desarrollo del niño. Dichas crisis son contracciones musculares que se suceden como consecuencia de descargas eléctricas anormales en las neuronas cerebrales. El origen de las convulsiones es muy variada, siendo la epilepsia la más frecuente. NOTA: Otras enfermedades graves como la meningitis, las lesiones por accidentes y daño (por ejemplo, la afasia infantil ) o lesiones no accidentales (como el abuso o maltrato infantil) son también factores de riesgo que se pueden dar después del embarazo.