Está en la página 1de 6

Resignificación del principio de igualdad en materia tributaria desde una

perspectiva de género
Coronello, Silvina É.
I. El principio constitucional de igualdad.— II. La desigualdad de género.— III. Algunas
propuestas para favorecer el cambio.

(*)
I. El principio constitucional de igualdad
El principio de igualdad se encuentra consagrado en el art. 16 de la CN, que dispone: "La
Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros
personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en
los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las
cargas públicas".
Coincidimos con autorizada doctrina que entiende que el principio de igualdad puede
analizarse desde sus distintas proyecciones (1), entre las cuales se distinguen la igualdad (i)
ante la ley; (ii) en la ley; (iii) por la ley; (iv) en la interpretación de la ley y (v) de las partes
de la relación tributaria (2).
La igualdad ante la ley es la igualdad civil, aquella que impide que se realice cualquier
tipo de discriminación.
En materia tributaria, la igualdad ante la ley, que no admite distinciones entre los
ciudadanos, llevaría a las denominadas capitaciones; por eso se considera que la igualdad
aplicable en materia tributaria es la igualdad en la ley; es decir la igualdad en igualdad de
condiciones, entendiendo estas condiciones en el marco de otro principio constitucional que
es el de capacidad contributiva.
Asimismo, resulta importante la aplicación de este principio en cuanto a sus proyecciones
respecto de la distribución de la carga tributaria, y la posibilidad de otorgar exenciones o
beneficios; como así también con el fin de eliminar criterios de interpretación que a favor o
en contra de alguna de las partes de la relación tributaria; o de mecanismos que impidan a
alguna de las partes el ejercicio pleno de sus derechos.
Por otra parte, se entiende que la creación de grupos y categorías de contribuyentes, no
lesionan el principio de igualdad, siempre y cuando:
i) tales creaciones se inspiren en el principio de capacidad contributiva y la razonabilidad,
y
ii) no se hagan distinciones arbitrarias y las clasificaciones de bienes o personas gravadas
reposen sobre una base razonable.
Finalmente desde el punto de vista extrafiscal se podrán ponderar circunstancias ajenas a
la capacidad económica de los contribuyentes en tanto dicha disparidad en el tratamiento,
persiga la consecución de fines y objetivos acordes con el programa y los valores
constitucionales.
II. La desigualdad de género
Para el género femenino la igualdad ante la ley resulta ficticia, toda vez que como
consecuencia del sistema patriarcal se manifiestan desigualdades en muchas áreas de nuestra
vida, sobre todo en el área laboral o profesional.

Página 1 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar


Esta igualdad ante la ley ficticia genera una lesión al principio de igualdad en la ley,
aplicable a la materia tributaria, toda vez que se tratan igual situaciones que en los hechos no
lo son.
La realidad es que pese a los avances producidos en el último siglo, aún en nuestros días,
las tareas domésticas y de cuidado recaen mayoritariamente en las mujeres. Y, salvo
excepciones, los hombres simplemente "colaboran o ayudan" con las mismas (3).
De manera tal que la mujer, mientras lleva a adelante su trabajo, en virtud de los mandatos
establecidos, debe ocuparse directamente o por delegación de las tareas de su hogar y de
cuidado de su familia (ya sean hijos, personas con discapacidad, adultos mayores o nietos).
En el sistema patriarcal, las mujeres por "default" somos las responsables de las tareas del
hogar y del cuidado. Por supuesto que esta regla general tiene excepciones.
Así las cosas, las mujeres en una primera entrevista laboral pueden ser consultadas sobre
su intención de ser madres en un futuro cercano, pregunta que difícilmente se le realice a un
hombre; o en el marco de una relación laboral pueden ser privadas de ascensos o de
promociones por el hecho de ser madres, lo que difícilmente le ocurre a un hombre en virtud
de su paternidad.
Por otra parte, en general, entre géneros no se respeta el derecho constitucional "igual
remuneración por igual tarea" consagrado en el art. 14 bis de la CN.
Esta es la realidad que pone de manifiesto que la igualdad ante la ley de hombres y
mujeres aún no es real; y no es un tema de nuestro país, sino que es un fenómeno global.
A modo de ejemplo, comparto una anécdota ocurrida hace pocos días en una clase de
posgrado. Los alumnos y alumnas (abogados y contadores) estaban admirados de un
compañero que era abogado y contador y ahora estaba cursando la especialización, mientras
era padre de dos niños pequeños de 4 y 8 años. Entre los comentarios, se destacaba a la mujer
que "lo bancaba" en su crecimiento profesional. Y la reflexión, impensada hace unos pocos
años, fue que ese colega si en lugar de hombre hubiera sido mujer difícilmente podría haber
hecho dos carreras y un posgrado en paralelo con su maternidad. Al respecto, varias alumnas
contaron que debieron dejar la profesión cuando sus hijos eran pequeños y otras, que estaban
postergando su maternidad en pos de avanzar en sus profesiones.
Esta breve anécdota es una muestra de la realidad que las mujeres vivimos a diario; que
cada uno podrá cotejar con su propia experiencia.
La problemática no es sólo nacional sino que es global, y ha sido reconocida por la
Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico —OCDE— (4), a partir de sus
Recomendaciones en Equidad de Género de los años 2013 y 2015 que se actualizan en el
portal de género de dicho organismo (5).
Recientemente a través del Reporte "La búsqueda de la Igualdad de Género. Una batalla
cuesta arriba" se señala que: "La desigualdad de género domina todos los aspectos de la vida
social y económica y afecta a los países sin importar su grado de desarrollo. Es frecuente que
las mujeres jóvenes que viven en países miembros de la OCDE tengan ahora más escolaridad
que los hombres jóvenes, pero las mujeres siguen teniendo escasa representación en los
terrenos lucrativos de la ciencia, la tecnología, la ingeniería y las matemáticas (CTIM). La
cifra de mujeres en la fuerza laboral se ha acercado más a la de los hombres en las últimas
décadas, pero en todos los países todavía es menos probable que las mujeres realicen un
trabajo remunerado. Cuando las mujeres ingresan a la fuerza laboral, es más factible que
trabajen media jornada, es poco probable que lleguen a puestos administrativos y
seguramente ganan menos que los hombres. La trabajadora media con empleo de tiempo
completo gana, en promedio, casi 15% menos que su contraparte masculina en los países
Página 2 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar
miembros de la OCDE, tasa que se ha modificado poco en la última década. Las mujeres
tienen menos probabilidades de emprender negocios, y las empresas propiedad de mujeres
tienden a ganar menos que las de los hombres. En los distintos países, las brechas de género
aumentan con la edad, lo que refleja el papel fundamental que la maternidad o paternidad
tiene en la igualdad de género. Mucho más que la paternidad, usualmente la maternidad tiene
marcados efectos negativos en la participación en la fuerza laboral, el salario y el desarrollo
profesional. Las desigualdades de género también están presentes en la vida pública: las
mujeres tienen poca representación en cargos políticos, pues ocupan, en promedio, menos de
la tercera parte de las curules en las legislaturas nacionales en países miembros de la OCDE"
(6).
En dicho reporte también se destaca que "los países identificaron la violencia contra la
mujer, la brecha salarial de género y la desigual participación en el trabajo no remunerado
como los tres problemas más importantes en la desigualdad de género en su país", y se
señalan los distintos cambios que algunos países han introducido en sus políticas en el último
lustro, entre los que cuales se encuentran:
1. combatir el acoso laboral.
2. introducir políticas específicas para cerrar la brecha salarial de género.
3. facilitar el acceso a la educación y el cuidado en la primera infancia mediante subsidios,
prestaciones o descuentos; la introducción o ampliación de horas libres para cuidar a los
hijos, o inversión pública más directa en nuevas instalaciones para niños pequeños.
4. promover el equilibrio de género en los consejos de administración y en puestos de alta
dirección.
5. brindar incentivos financieros para que los padres compartan el cuidado de los hijos en
forma más equitativa, como por ejemplo que tomen una licencia por paternidad cuando
menos de dos meses.
6. incrementar la capacitación, el otorgamiento de créditos y la contratación pública para
apoyar a las emprendedoras.
El reporte concluye que "A pesar de estas medidas de política prometedoras, hasta ahora
el avance ha sido demasiado lento. Las brechas de género persisten todavía en los resultados
escolares, sociales, económicos y políticos. Estas desigualdades deben resolverse
urgentemente. Es necesario que los países redoblen sus esfuerzos mediante campañas
ininterrumpidas, supervisión de políticas encaminadas a la igualdad de género, una mayor
inversión pública y la introducción y expansión de medidas legales. Las sugerencias de
políticas en este informe, combinadas con las Recomendaciones de la OCDE en Materia de
Equidad de Género, deberían servir como un conjunto de herramientas para los formuladores
de políticas y las partes interesadas que estén dispuestos a combatir la desigualdad de género.
Llegó el momento de asegurarse de que mejores políticas conduzcan a una vida mejor para
niñas y niños, y para mujeres y hombres".
En nuestro país, la Ley 26.485 "de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y
Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los ámbitos en que desarrollen sus relaciones
interpersonales", define en su art. 4º como "violencia contra las mujeres toda conducta,
acción u omisión, que de manera directa o indirecta, tanto en el ámbito público como en el
privado, basada en una relación desigual de poder, afecte su vida, libertad, dignidad,
integridad física, psicológica, sexual, económica o patrimonial, como así también su
seguridad personal. Quedan comprendidas las perpetradas desde el Estado o por sus agentes.
Se considera violencia indirecta, a los efectos de la presente ley, toda conducta, acción
omisión, disposición, criterio o práctica discriminatoria que ponga a la mujer en desventaja
Página 3 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar
con respecto al varón".
Mientras que en su art. 5º se establecen los distintos tipos de violencia contra la mujer:
física; psicológica; sexual; económica y patrimonial; y simbólica (7).
En particular la violencia económica y patrimonial se define como aquella dirigida a
ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de la mujer, a través de:
a) La perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes;
b) La pérdida, sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos,
instrumentos de trabajo, documentos personales, bienes, valores y derechos patrimoniales;
c) La limitación de los recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades o
privación de los medios indispensables para vivir una vida digna;
d) La limitación o control de sus ingresos, así como la percepción de un salario menor por
igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo.
Mientras el patriarcado siga vigente, hombres y mujeres estamos en condiciones
desiguales, y por ende la igualdad ante la ley es irreal; y un derivado de dicha desigualdad es
la vulneración de la igualdad en materia tributaria.
III. Algunas propuestas para favorecer el cambio
El cambio hacia la igualdad real está en marcha, y es probable que algunas situaciones se
atenúen en un corto o mediano plazo.
Sin embargo, la igualdad ante la ley podría facilitarse con algunas pocas modificaciones
en nuestra legislación laboral, como la inclusión en la Ley 20.744 de Contrato de Trabajo, de
licencias similares por maternidad y por paternidad, que puedan tomarse los progenitores de
manera alternada; siempre informando debidamente a sus empleadores y circularizando la
información entre ellos. Hoy la informática permite una información ágil y eficaz.
La reforma se propone para propiciar el reparto equitativo de las tareas domésticas y de
cuidado entre ambos géneros a fin de permitir el desempeño de cada uno de los progenitores
en sus respectivos trabajos; favoreciendo en definitiva, la igualdad real ante la ley.
Mientras estos cambios de paradigma se consolidan en el tiempo, la desigualdad ante la
ley trae como consecuencia la desigualdad en materia tributaria, que está dada por el
tratamiento igualitario a ambos géneros que, claramente no se encuentran en igualdad de
condiciones.
Ello así por cuanto para poder cumplir el rol doméstico y de cuidado, por el momento a
cargo del género femenino, deben realizarse una serie de gastos indispensables.
La doctrina y jurisprudencia han analizado esta situación hace un par de décadas al tratar
el tema de la tributación familiar (8), y por ende a partir de sus valiosos aportes proponemos
una nueva mirada desde una perspectiva de género.
De manera tal que partiendo de la bases formuladas por nuestros maestros y por la
doctrina internacional, se resignifican sus propuestas a fin de que el derecho tributario
acompañe este camino hacia la igualdad de género real.
En tal sentido, a fin de buscar la mentada equidad de género, resultaría fundamental que
nuestra ley 20.628 de Impuesto a las Ganancias incorporara las deducciones relativas a los
gastos indispensables para que la mujer pueda cumplir sus roles doméstico y de cuidado, y
que le permitan obtener, mantener y conservar la renta gravada.
Esta deducción actualmente se limita al gasto de salarios y cargas sociales del personal de
casas particulares, regulado por la ley 26.844, quedando afuera el resto de las deducciones de

Página 4 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar


los casos que optan por otras alternativas.
En tal sentido, debería incluirse la posibilidad de deducción de otros gastos relativos a las
tareas domésticas y al cuidado de niños en jardines maternales; guarderías infantiles, doble
jornada escolar (contra turno); clubes de estudio, escuelas de música o clubes deportivos
—entre otros—, que representan las otras opciones utilizadas para permitir el desarrollo de la
actividad laboral o profesional de las mujeres.
Igual deducción debería contemplarse en aquellos gastos destinados al cuidado de hijos
con capacidades diferentes y/o personas mayores en hogares de día, centros de rehabilitación
o centros recreativos, que se elijan para con igual finalidad (permitir el desempeño laboral o
profesional de las mujeres).
Asimismo, debería contemplarse la deducción de los gastos proporcionales del hogar
cuando por las razones señaladas, las mujeres realicen su trabajo total o parcialmente desde
sus casas, en la modalidad "home work".
El fundamento de la propuesta reside en la desigual condición entre ambos géneros
derivadas del mandato patriarcal, que traen como consecuencia la disminución de la
capacidad contributiva de la mujer, con motivo de tener tales tareas a cargo y los gastos
consecuentes, a fin de mantener, conservar o preservar la fuente gravada, es decir la renta
derivada de su trabajo personal.
Por ello, la resignificación del principio constitucional de igualdad en materia tributaria
desde una perspectiva de género implica brindar un tratamiento desigual a la desigual
situación entre los trabajadores y profesionales de los distintos géneros.
De esa forma se iniciaría el camino, desde el punto de vista económico, hacia la equidad
de género y en definitiva hacia la igualdad real.
Por supuesto que, esta colaboración no agota el debate y las propuestas sobre el tema;
muy por el contrario, la discusión en torno a la solución de una realidad insoslayable recién
comienza.
Asimismo, queda claro que una vez que las bases del patriarcado cedan y permitan nuestro
desarrollo cultural hacia una sociedad más equitativa y equilibrada, las deducciones y
beneficios deberían admitirse para todas las personas —sin distinción de género— que
tengan a cargo total o parcialmente las tareas domésticas y de cuidado.
(*) Abogada (UBA). Especialista en Derecho Tributario (UBA). Doctoranda en Derecho
Fiscal (UBA). Estudio Coronello & Asoc. Docente de grado y posgrado en distintas
universidades.
(1) VALDÉS COSTA, Ramón, "Instituciones de Derecho Tributario", Ed. Depalma,
Buenos Aires, 1992, caps. VI, V, y VI.
(2) CASÁS, José O., "El principio de igualdad en el Estatuto del Contribuyente", Revista
Latinoamericana de Derecho Tributario, Madrid, 1997, p. 57.
(3) PEKER, Luciana, "Diferencias de género a la hora de barrer, limpiar y cocinar",
publicado el 26/04/2019 en el Diario Página 12.
(4) Los países miembros de OCDE son Australia, Bélgica, Chile, Dinamarca, Alemania,
Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Irlanda, Islandia, Israel, Italia, Japón, Canadá, Corea,
Luxemburgo, México, Nueva Zelanda, Países Bajos, Noruega, Austria, Polonia, Portugal,
Suecia, Suiza, República Eslovaca, Eslovenia, España, República Checa, Turquía, Hungría,
Reino Unido y Estados Unidos. Los países adherentes y de cooperación reforzada son: Brasil,
India, China, Indonesia y

Página 5 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar


Sudáfrica.https://www.oecd.org/centrodemexico/paisesmiembros.htm.
(5) OCDE, "Gender Equality", http://www.oecd.org/gender/.
(6) El resumen ejecutivo del Reporte "La búsqueda de la igualdad de género. Una batalla
cuesta arriba" del año 2018 puede consultarse en:
http://www.oecd.org/centrodemexico/publicaciones/Busqueda%20igualdad%20de%20genero-RESUMEN.pd
(7) El art. 5º de la ley 26.485 dispone: "Tipos. Quedan especialmente comprendidos en la
definición del artículo precedente, los siguientes tipos de violencia contra la mujer:1. Física:
La que se emplea contra el cuerpo de la mujer produciendo dolor, daño o riesgo de producirlo
y cualquier otra forma de maltrato agresión que afecte su integridad física.2. Psicológica: La
que causa daño emocional y disminución de la autoestima o perjudica y perturba el pleno
desarrollo personal o que busca degradar o controlar sus acciones, comportamientos,
creencias y decisiones, mediante amenaza, acoso, hostigamiento, restricción, humillación,
deshonra, descrédito, manipulación aislamiento. Incluye también la culpabilización,
vigilancia constante, exigencia de obediencia sumisión, coerción verbal, persecución, insulto,
indiferencia, abandono, celos excesivos, chantaje, ridiculización, explotación y limitación del
derecho de circulación o cualquier otro medio que cause perjuicio a su salud psicológica y a
la autodeterminación.3. Sexual: Cualquier acción que implique la vulneración en todas sus
formas, con o sin acceso genital, del derecho de la mujer de decidir voluntariamente acerca
de su vida sexual o reproductiva a través de amenazas, coerción, uso de la fuerza o
intimidación, incluyendo la violación dentro del matrimonio o de otras relaciones vinculares
o de parentesco, exista o no convivencia, así como la prostitución forzada, explotación,
esclavitud, acoso, abuso sexual y trata de mujeres.4. Económica y patrimonial: La que se
dirige a ocasionar un menoscabo en los recursos económicos o patrimoniales de la mujer, a
través de:a) La perturbación de la posesión, tenencia o propiedad de sus bienes;b) La pérdida,
sustracción, destrucción, retención o distracción indebida de objetos, instrumentos de trabajo,
documentos personales, bienes, valores y derechos patrimoniales;c) La limitación de los
recursos económicos destinados a satisfacer sus necesidades o privación de los medios
indispensables para vivir una vida digna;d) La limitación o control de sus ingresos, así como
la percepción de un salario menor por igual tarea, dentro de un mismo lugar de trabajo.5.
Simbólica: La que a través de patrones estereotipados, mensajes, valores, íconos o signos
transmita y reproduzca dominación, desigualdad y discriminación en las relaciones sociales,
naturalizando la subordinación de la mujer en la sociedad.
(8) CAÑAL, Francisco "Las rentas familiares en el impuesto sobre la renta de las
personas físicas", Instituto de Ciencias de la Familia, Universidad de Navarra, Madrid, 1997;
CASÁS, José O., "Familia, Constitución, Tratados internacionales sobre Derechos Humanos
y Tributos", publicado en Estudios en Memoria de Ramón Valdez Costa, obra colectiva,
Fundación de Cultura Universitaria, Montevideo, 1998, t. I, p. 113; SPISSO, Rodolfo,
"Derecho Constitucional Tributario", Ed. Abeledo Perrot; PORTA, Carlos, "Familia y
Tributación", publicado en obra colectiva Revista Jurídica de Buenos Aires Derechos
Humanos y Tributación, coordinado por José O. CASÁS, Ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires,
2002, p. 503; entre otros.

Página 6 © Thomson Reuters checkpoint.laleyonline.com.ar

También podría gustarte