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1. Infórmate de fuentes confiables: Desde hace varios días hay una sobrecarga de
información que se comparte por redes sociales y Whatsapp, lo recomendable es siempre
recurrir a las fuentes más confiables como la OMS (Organización Mundial de la Salud) o el
MINSAL que son las entidades oficiales para difundir contenido y/o actualizaciones sobre el
coronavirus. Sé responsable y comparte solo esa información.
2. Reconoce tus emociones: Lo ideal es que puedas indagar qué emociones son las que
sientes en este momento ¿te sientes triste? ¿sientes miedo? ¿te sientes agobiado? Este
tipo de reflexión es muy importante porque ponerle nombre a una emoción puede ser muy
liberador. Es comprensible que muchos nos sintamos desorientados y con el ánimo abajo
frente a tanta incertidumbre, así que necesitamos un tiempo para acoger esas emociones.
Lo importante es que esas emociones no nos paralicen o nos hagan ver el futuro con un
tinte fatalista. Comparte con los tuyos como te sientes, habla con tus mejores amigos por
teléfono, intenta expresar lo que sientes conversándolo o escribiéndolo.
3. Toma acción: Identifica en qué puedes ayudar con los recursos que tengas a mano.
Ponte al servicio de alguien que lo necesite, puede ser de una persona mayor, por ejemplo
ofrécete a hacerle las compras online (delivery) para que no tenga que salir de casa o
hacer sus labores si se encuentra convaleciente. También puedes organizarte con tu
grupo del barrio o los estudios para crear una campaña de prevención.
5. Comparte tus talentos: Esta es una buena oportunidad para ponerte al servicio de
los demás compartiendo lo que sabes hacer bien, a través de la tecnología. Por ejemplo,
puedes dar clases de guitarra, de fotografía, de anime, iniciar un conversatorio en directo
sobre tu banda favorita o hobby, etc. Hoy contamos con muchas facilidades para hacerlo,
solo es cuestión de pensar en un tema que te apasiona, establecer horarios y cumplirlos al
100%. Considera que cuando uno enseña, aprende el doble.
6. Capacítate: Las herramientas digitales son una gran ayuda para sacar ventaja estos
días y aprender algo nuevo. A la fecha, se han liberado muchas bibliotecas digitales y se
están ofreciendo talleres y cursos online de manera gratuita en todas las áreas, desde
programación web, hasta nutrición, yoga y baile. Aprovecha este momento para tomar
clases de tu interés que te permitan enriquecerte en tu vocación, lo emocional, lo
corporal y lo espiritual. ¡Ahora tienes esa gran oportunidad, no la dejes pasar!
Anexo 1
Guo Jing vive en Wuhan, la ciudad china en el centro del brote del nuevo virus que preocupa al
mundo. Wuhan inició cuarentena desde el 23 de enero, en un intento por contener la infección. No
hay transporte, la mayoría de las tiendas y negocios están cerrados, y las autoridades han
recomendado a la población que permanezca en sus casas. Jing es una trabajadora y activista
social de 29 años que vive sola.
Durante una semana, escribió un diario que compartimos aquí.
Después de regresar a la casa lavé toda mi ropa y me di una ducha. La higiene personal es
importante: creo que me lavo las manos 20 o 30 veces al día. Salir a la calle me hace sentir que
sigo conectada con el mundo. Es muy difícil imaginar cómo las personas mayores que viven solas y
aquellos con discapacidades podrán atravesar esta situación.
No quise cocinar menos de lo usual, porque fue la última noche del año del cerdo. Se supone que
esa es una comida de celebración. Durante la cena, hice una videollamada con mis amigos.
Es imposible no hablar del virus. Alguna gente está en ciudades cercanas a Wuhan, algunos
prefirieron no regresar a sus casas por la enfermedad, algunos insisten en reunirse a pesar del
brote. Una amiga tosió durante la conversación. ¡Alguien le dijo en broma que cortase!. Charlamos
por tres horas y pensé que luego podría quedarme dormida con pensando en cosas lindas. Pero
cerré los ojos y me aparecieron recuerdos de los últimos días.
Se me cayeron las lágrimas. Me sentí impotente, enojada y triste. También pensé en la muerte. No
tengo muchas cosas de las que arrepentirme porque mi trabajo es importante. Pero no quiero que
mi vida se termine.
Me puse dos mascarillas aunque la gente dice que no tiene sentido y que es innecesario. Me
preocupan las mascarillas falsas (de mala calidad), por eso ponerme dos me hace sentir más
segura. Todavía todo estaba muy silencioso. Una tienda de flores estaba abierta, y la dueña había
puesto algunos crisantemos (que se usan por lo general en los funerales) en la puerta. No supe si
eso quería decir algo o no. En el supermercado, la sección de vegetales estaba vacía, y casi todos
los dumplings y noodles se habían agotado. Solo había unas pocas personas haciendo fila. Sigo
COLEGIO EMPRENDER TEMUCO ORIENTACIÓN /PSICOLOGÍA
sintiendo la urgencia de comprar mucho cada vez que voy a la tienda. Compré otro paquete de
arroz de 2,5 Kg, aunque en casa tengo 7 kg. Tampoco pude evitar comprar unas
batatas, dumplings, salchichas, frijoles rojos, judías verdes, mijo y huevos salados. ¡Ni siquiera me
gustan los huevos salados! Se los daré a mis amigos después de que levanten la cuarentena.
Tengo comida suficiente como para un mes. Este comprar de forma compulsiva parece una locura,
pero, en estas circunstancias, ¿cómo puedo culparme por ello?
Fui a caminar por la orilla del río. Dos tiendas de comida estaban abiertas, y había gente que había
sacando a pasear a su perro. Vi a otros caminando, supongo que para no sentirse encerrados.
Nunca había caminado por esas calles. Sentí que mi mundo se ha había expandido un poquito más.
No quería regresar a la casa. Quería explorar más. Me he mudado a Wuhan hace solo dos meses.
No tengo muchos amigos aquí y no conozco muy bien la ciudad. Creo que en total vi a 100
personas el día de hoy. Espero que todo el mundo mantenga las esperanzas. Espero que en el
futuro nos conozcamos y hablemos. Acerca de las 20:00 horas, escuché gritos de "¡Vamos
Wuhan!" que salían de las ventanas. El canto colectivo es una forma de empoderamiento.
Pero, al mismo tiempo, hay que gente que le está ofreciendo albergue a gente de Hubei. Hay
muchas maneras en que el gobierno podría alentar a las personas a quedarse en casa. Tienen
que garantizar que cada ciudadano tenga suficientes máscaras faciales, o incluso dar recompensas
en efectivo a los ciudadanos que se quedan en casa. Hoy, finalmente, está soleado, como mi
estado de ánimo. Vi a más personas en el complejo en el que vivo, y había algunos trabajadores
comunitarios. Parecían estar controlando las temperaturas de los no residentes. No es fácil generar
confianza y construir vínculos durante una cuarentena. La ciudad está cansada por este ambiente.
En medio de todo esto, no puedo evitar estar más en modo alerta. Mi ansiedad por la supervivencia
se ha ido disipando lentamente. Aventurarme más lejos en la ciudad no tiene mucho sentido si no
hago ninguna conexión con la gente de aquí.
La participación social es una necesidad importante. Todos tenemos que encontrar un rol en la
sociedad, eso hace que la vida de uno tenga sentido.
En esta ciudad solitaria tengo que encontrar mi rol.
Guo Jing publicó partes de su diario en WeChat. También conversó con Grace Tsoi, de la BBC.
Ilustraciones: Davies Surya.