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para recordar a
GALANTE
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presentación
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Javier Navascués Chivite
Quizás vi a Chato antes, pero puedo afirmar que estuvo en diciembre de 1970 en la organización, junto
con Luismi, de una asamblea en el aula más grande de la escuela de Teleco, para impulsar la lucha para
evitar los fusilamientos del juicio de Burgos contra luchadores de Euskalerría. Fue actor principal de aquella
asamblea nuestro recordado Miguel Romero (Moro) y nunca hubo tanta gente asistiendo a una asamblea
como entonces. Fue muy numerosa la participación de estudiantes de la Escuela de Ingenieros de Telecomu-
nicación de Madrid en la Liga Comunista Revolucionaria (LCR/LKI) en aquella época. Estuvieron: Miguel
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Javier Navascués Chivite
Romero, Ismael Navarro (Sebas), José María Galante (Chato), Luis Miguel Urbán, Carmelo Garitonaindia,
Rogelio Segovia, Adolfo Granero y yo. De los cuales Moro, Adolfo, Rogelio y Chato han fallecido y a los
que también hoy quiero rendir homenaje. En mayo del 71 me incorporé a la Liga y a partir de entonces tuve
algunos encuentros de nuevo con Chato en algunas charlas de formación y acciones callejeras. Encuentros
esporádicos, pues él, como he sabido después, no militaba en el sector estudiantil. En junio del 73 fui dete-
nido junto a mi compañera Pilar (de entonces y de ahora). En noviembre del 74, me metieron en la cárcel de
Carabanchel y tras la muerte del dictador me trasladaron al penal de Segovia, donde volví a encontrarme
con Chato que me recibió entre alegre y fastidiado. Alegre por mi llegada, pero fastidiado porque suponía
que yo saldría pronto (ya se hablaba del indulto por la muerte de Franco) y en ese penal no era normal que
llegara nadie que fuera a salir pronto. En ese periodo me contó cómo habían preparado una fuga, que se
frustró por que los carceleros descubrieron que se estaba preparando. También me dijo que no habían en-
contrado el sitio por donde accedían al exterior. Eso sí, no me dijo que estuvieran preparando una nueva
fuga por el mismo sitio, aunque no me extrañó cuando me enteré de la fuga definitiva, en la que uno de los
fugados acabó siendo asesinado por la Guardia Civil. A partir de ahí compartimos organización, luchas y
frustraciones en la Liga, que se han descrito muy bien por aquí y por otros medios y no tengo mucho más que
añadir. Sin embargo, quiero resaltar que para mí, Chato fue el inventor de las marchas hacia la base yanqui
de Torrejón. Recuerdo una reunión en la que participé en el local de la Liga en la calle Libertad, en la que
estábamos reflexionando qué tipo de iniciativas de movilización llevar a cabo contra la entrada en la OTAN
y contra las bases militares yanquis, cuando Chato, pensando en alto, lo propuso. Poco después, de la mano
de la Comisión AntiOtan, se empezó a organizar la 1ª Marcha a Torrejón. Ya más adelante supe que Chato
estaba asumiendo una responsabilidad importante en Ecologistas en Acción y nos volvimos a encontrar en
las luchas contra la privatización del Canal de Isabel II.
De todas formas, en esta época, no me puedo olvidar de un día en el que bajaba del macizo central de Gredos
a la Plataforma, cuando me encontré a Chato con Sabin Arana (al que conocí en la cárcel de Segovia) que,
junto a otros colegas, empezaban a subir en ese momento hacia el monte. Una más de las ocasiones en que
Chato hacía por mantener las buenas amistades, que le han rodeado toda su vida. Algo después de las luchas
contra la privatización del Canal, Chato me informó del proyecto de creación de la Comuna, asociación de
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expresos y represaliados del franquismo, donde me incorporé como socio desde el inicio. Después me con-
venció para que presentara denuncia contra el torturador “Billy el Niño” en los juzgados de Madrid y que
incluyera dicha denuncia en la Querella Argentina.
Desde entonces Chato junto a muchas otras compañeras y compañeros de luchas antifranquistas, nos hemos
seguido viendo para acudir a actos, o juntarnos a preparar una comida, o simplemente para conversar a
través de wasap, nos hemos seguido relacionando y nuestro cariño mutuo ha ido creciendo enormemente,
hasta que este virus coronado asesino, junto a sus otras muchas dolencias, que le habían debilitado desde
hace tiempo, se han llevado a Chato.
La foto es la última foto que hice a Chato el 1 de febrero de 2020, en un acto de presentación en Madrid de
un libro de Sabino Cuadra sobre la masacre de Vitoria de marzo del 76.
Chato Galante, un luchador por la libertad, la igualdad y la justicia, en definitiva, por un nuevo mundo,
que Chato podría definir como de ecosocialismo feminista, nos dejó el 29 de marzo, víctima de una grave
enfermedad y del COVID 19. Chato, siempre en nuestra memoria y acción. Y a Justa, su compañera, lucha-
dora feminista y por un futuro mundo ecofeminista, muchas gracias por tu lucha, por lo que nos enseñaste
a muchos hombres, por tu apoyo a Chato y ánimo para sobrellevar su ausencia.
Hasta siempre, compañero Chato.
Un amigo y compañero de ambos.
Javier Navascués Chivite (Rivas-Vaciamadrid)
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Poti Morales
Todas nos vamos, el Chato también. En los 80 viajamos en coche de Madrid a Donosti con la que creo
recordar era su pareja, Justa Montero.
Un talante espléndido y una entrega a la lucha generosa y valiente. Besos a Justa, familia, amigas y
camaradas.
Todas nos vamos, yo también.
Poti Morales
Roser Rius
Y os dejamos por hoy con esta entrevista en Otra vuelta de Tuerka: https://youtu.be/8GoavbWpKx0
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Ricardo Huélamo Molina
Yo, la verdad, tengo una mezcla de rabia y recuerdos de tantos años de lucha.
La rabia, porque yo mantengo estos días que no mata el virus, sino el neoliberalismo capitalista salvaje,
de recortes y austeridad, que dejó una sanidad muy deficiente para responder a un reto de este tipo. Y
ese sistema que tanto combatió, lo ha matado.
Es el momento de recordar a Daniel Bensaid: podemos habernos equivocado políticamente a veces,
¡pero nunca de enemigo! Y a Rosa Luxemburg; parece que avanzamos a la fase de barbarie de este
capitalismo, por lo que reivindico sus palabras: “socialismo o barbarie”.
¡El mejor homenaje a Chato será que el neoliberalismo nunca más sea una realidad!
¡Chato Galante siempre en el recuerdo!
Ricardo Huélamo Molina
Pepe Mejía
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Entrepueblos Entrepobles Entrepobos Herriarte
Antonio Flórez
Hay gente que dice marxistas y en su decir hay ira y odio. Hay otra gente, también, que ni sí ni no.
Que ni le importa mucho lo que es ser marxista ni, por supuesto, se ha parado a pensar realmente qué
lleva eso consigo. Hay otra gente más que al decirlo se incluye a sí misma y quizás le sobran chapas y
pegatinas, libros mal leídos y soflamas en la cartera y en esa especie de libro lleno de banalidades que
se llama Facebook. Hay gente que es marxista un tiempo, luego pasa a ser otra cosa. Y dentro de este
grupo, la hay que cambia por convicción, quien lo hace por desesperación y también quien lo hace por
conveniencia. Hay, vayamos terminando, quienes empiezan siendo marxistas y entendiendo tal cosa de
una determinada manera a sus 18 años, la siguen entendiendo de la misma forma a los 70.
Obviamente, José María ‘Chato’ Galante no pertenecía a ninguno de estos grupos.
Habría resultado un contrasentido, porque ser marxista es estar atento, fijarse constantemente en la
vida y en la gente. No se trata de cambiar con la gente, sino de ver cómo la gente cambia, interpretar
por qué lo hace y a dónde llevarán esos cambios. En ese escrutinio a veces se descubre la necesidad de
cambiar también uno mismo parcialmente. De ajustar cosas que te parecían inmutables. Y todo ello,
por supuesto, desde una perspectiva única y, ésta sí, inalterable: hacer todo ello por la única razón
de que quieres cambiar las relaciones sociales, incluidas necesariamente las de producción, en todo el
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mundo. Que dicho así parece un tanto infantil, pero por ese infantilismo han muerto millones de per-
sonas, y a tantos muertos no se les puede despreciar con tan sucinto juicio.
A todo lo antes dicho, hay gente que le añade un ingrediente especial, una rara especia por la que sí
que habría valido la pena lanzarse a un océano desconocido para encontrar la ruta occidental a las
Indias. Es un ingrediente que en algunos destella unas pocas veces, unos años quizás, pero muere al
poco. En otros casos dura algo más, pero no lo suficiente para que su recuerdo permanezca siempre.
En contadísimos casos dura toda la vida y quienes así lo atesoran son recordados para siempre. Brecht
lo nombró de otra forma, pero llegó a la misma conclusión.
Ese ingrediente es la pasión. Una especia que sazona el guiso del marxismo como deben hacer las bue-
nas especias: dando sabor a todo sin que se aprecie por sí misma.
José María ‘Chato’ Galante, según pude ver al conocerle a lo largo de muchas décadas, era un marxis-
ta de los atentos a la vida, a cómo cambia la gente y el mundo, dispuesto a interpretar esa evolución
y a sacar consecuencias de ello. El Chato de los años 70 no era el mismo que el de la década pasada,
claro está. Había ganado en matices, pero no había dejado nunca de ser alguien capaz de interpretar
vivencias muy personales a la luz de la razón. Explicando la tortura que una despreciable excrecencia
humana le infligió, a él y a otros muchos y muchas, con la clarividencia propia de quienes han apren-
dido a reflexionar y a interpretar la realidad como manera básica, radical, de entender el marxismo.
Pero, sobre todo, tras varias enfermedades muy graves y después de 70 años al timón de su propia
vida (a la que nadie más pudo gobernar), Chato siguió añadiendo la especia de la pasión en el guiso
de esa vida suya. Tanto que no le importó arrostrar un cansancio seguramente infinito rodando por
el planeta, de Madrid a Buenos Aires y a Bruselas o a donde fuera (incluyendo al modesto rincón de
Rivas Vaciamadrid, gracias Chato), con tal de salpicar a unos con su convicción y a otras con su recia
franqueza.
Una roca mirando de frente al mar, a la vida. Pero incluso a la roca la desgasta el mar.
Descansa en paz, compañero.
Antonio Flórez
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Joan Font (Durán)
Hoy ha sido un despertar duro. A primera hora me ha llegado la noticia, vía Martí, de la muerte de
Chato esta madrugada. Hacía tiempo que no lo veía. La última vez, creo, fue en la Castellana en la
manifestación por la libertad de los presos políticos de Catalunya. He sentido una mezcla de sentimien-
tos de rabia, de rabia y de tristeza y me han venido a la memoria montones de imágenes de tiempos
compartidos. De hecho, hace más de medio siglo que compartimos afanes. Nos conocimos en tiempos
de la crisis del FLP-FOC allá por el final de los 60 y hasta hoy. Desde entonces más cerca o menos, he-
mos compartido vidas y experiencias. Chato era, es, uno de estos amigos que siempre sabes que están
aquí, aunque no los veas físicamente. Además, somos del mismo mes y del mismo año, aunque él sea
Tauro y yo Aries. Ahora me siento más solo, más indefenso. Será un poco más difícil, pero seguiremos
en la brecha para avanzar en una nueva sociedad, siempre desde abajo para los de abajo. Con Chato
aprendí a resistir, a resistir clandestinidades y represiones, pero sobre todo, aprendí una parte esencial
de la vida.
Queda pendiente un abrazo y decirle muchas cosas. También por él, seguiremos.
Joan Font (Durán)
Hoy es un día muy duro para nosotros. No es fácil expresar nuestro sentimiento ante la desaparición
de José María Galante Serrano, Chato. Durante cuatro décadas hemos coincidido en diversos com-
bates militantes. En primer lugar, en la Liga Comunista Revolucionaria. Más tarde en el sindicato,
aunque Chato ya había participado en las Comisiones Obreras Juveniles durante la dictadura. Por fin,
en los últimos años en la CEAQUA, la Coordinadora de Apoyo a la Querella Argentina contra los
Crímenes del Franquismo, en la que participa la Fundación 1° de Mayo y donde era una pieza clave.
Siempre en organizaciones. Porque en la idea de organizarse para cambiar hasta el más mínimo detalle
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de la sociedad también coincidíamos. Inasequible al desaliento en la pelea por el derecho a la justicia
de las víctimas de crímenes de lesa humanidad del franquismo, compartimos empeño y actividades. Y
de vez en cuando nos veíamos para contarnos cómo nos iba.
Chato es una persona inolvidable. Le recordaremos siempre.
Ramón Górriz y José Babiano
Cuando conocí al Chato, en Madrid le llamaban el Campe. De Campesino, supuse, pero nunca llegué
a saber a qué se debía ese mote. Ni por su origen o su aspecto, ni por alguna referencia al famoso mili-
tar republicano de la guerra civil, me cuadraba ese nombre. En fin, tal vez haya alguien que me pueda
aclarar el enigma en esta hora tardía.
No nos tratamos mucho durante mi estancia en Madrid, él andaba por la sede madrileña de la calle
Libertad; yo en la de Combate en Carabanchel. Recuerdo que alguna vez que coincidimos al atardecer
decía “vamos a cerrar los bares de la zona”, queriendo decir que íbamos a ir de cañas hasta que echa-
ran la persiana, pero no recuerdo si alguna vez lo hicimos.
Supe que había estado detenido varias veces durante la dictadura, que le habían torturado y
había pasado un tiempo largo en la cárcel, pero él nunca me dio detalles. Alguien, no él, me contó que
en una de sus detenciones le propinó un puñetazo al poli que le estaba pegando. El Chato era fuerte y
valiente. Duele doblemente que haya muerto antes de ver a Billy el Niño juzgado y condenado.
Cercano y cariñoso, siempre con su enorme sonrisa. Cuando ingresó el otro día le envié un mensaje y
me contestó: “Gracias, socio, y un montón de besos”. Hasta siempre, socio.
Sergio, antes Richi
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Floren
Conocí a Chato ya en la segunda mitad de los años ochenta. Acababa de incorporarme a la militancia
en la LCR con unos veinte años y a enfrascarme en la construcción de las JCR. Mi contacto en esos
años con él no fue cotidiano (él se responsabilizaba por entonces del seguimiento de la LCR asturiana
y coincidíamos poco). Pero cada vez que coincidíamos, dejaba una gran impresión en mí, transmitía
afecto de forma natural, algo muy extendido en aquella LCR pero que en Chato era especialmente
pronunciado. En estos últimos años hemos coincidido unas cuantas veces y la sensación ha sido siem-
pre la misma.
En mi generación creo que aprendimos mucho de Chato y algunos otros y otras de su generación. Pero
no fue solo de política. Esa es la escuela que deja.
Que la tierra te sea leve, camarada.
Floren (Andalucía)
Jaume Dalton
Fuimos camaradas en la LCR. Yo en Catalunya, él en el “centro”, como llamábamos a los y las cama-
radas que dirigían la organización desde Madrid. Lo conocí personalmente, aunque de modo breve,
hace muchos años. No tuve mucha relación personal y política con el Chato después del fin de la LCR
ni tampoco antes. Pero más allá de las noticias que llegaban de amigas, amigos y familiares o de cono-
cer de su lucha constante contra el régimen actual y lo que queda, que no es poco, del anterior, siempre
ha estado presente en mi vida, en mi recuerdo. Sin habernos prácticamente conocido. Debe ser, quizá,
porque simplemente era el Chato, camarada, militante revolucionario y luchador por una sociedad
más justa y más libre. Y a gente como él se la tiene presente siempre porque ahí están, no fallan, no se
rinden. Debe ser eso.
Salud, camarada y adelante con tu ejemplo.
Jaume Dalton
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Juana López
Memoria
Chato …
Te echaremos de menos
para que vivas.
Con nuestro recuerdo te mantendremos
la tierra propicia
para que vivas.
Estarás entre nosotros tan presente
que cada mañana
te desearemos un muy buen día
y que,
doquiera que vayas
te sonría la vida;
que tengas un cachito de sol,
pan, leche, un cuartito
y qué ponerte,
y una canción y una sonrisa
a flor de labios;
alguien que te acompañe
para que no sufras de frío
ni siquiera en el alma.
Recuerda: más vale comer
que languidecer de añoranzas.
Mantén tus raíces sorbiendo patria
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para que sigas siempre
siendo tú.
(De Rolando Mix, “La puerta abierta”)
Para Justa con todo mi cariño y sororidad en estos duros momentos, aún en la distancia, no estás sola.
Un fuerte abrazo.
Juana López
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Carmiacu Pérez Núñez
Madrid, finales de los 70 o principio años 80, ya no lo recuerdo; una joven canaria asiste a unas reu-
niones del CC de la LCR y allí conoce a personas maravillosas, de las que aprende sobre política. Una
de ellas fue Chato. Siempre que hablaba, con su templanza, me transmitía sabiduría. Como tantos de
aquella época, seguimos caminos diferentes cuando desaparece la LCR, pero siempre en los caminos
de la lucha sabía de su existencia.
Hasta siempre Chato.
Carmiacu Pérez Núñez
Kaixo. Me ha llegado la noticia vía Hitx&Hitz del fallecimiento de Chato y mi más sentido sentimien-
to. Chato era de las personas que, sin relumbrón, debe tener en cuenta esta sociedad.
Agur Txato. Saludos.
José Luis Longarte
Hola, Chato. Tenía esperanza en que esa fuerza innata tuya te ayudará a ganar esa partida. No ha
podido ser. Lo siento mucho. No solo perdemos un revolucionario, un militante de la vida buena, in-
quebrantable luchador en favor de las libertades, la justicia social y los derechos de lxs de abajo. Sino
a una gran persona, con una exorbitante calidad humana.
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Nunca olvidaré, cuando a finales de los años 80 del siglo pasado, siendo yo un joven militante de la
JCR y LCR, nos pusieron juntos en los turnos del Topu Farton (chigre de la LCR), en les fiestes de
Samateo en Uvieu, a regentar un asador de pollos que trajimos de Euskadi. El negocio fue ruinoso:
en Asturies, la xente come bocatas. Lo que se diz, pollos, no vendimos ningúnu en todes les fiestes.
Ahora, nunca olvidaré, aquellas tertulias, con el Richi, lo que aprendí de política, y ¡lo que nos reímos,
compañeru!
¡¡Que la tierra te sea leve!!! Un fuerte abrazo.
Muchos besos para todes ¡¡Ánimo en estos momentos tan tristes!!!
Jose M. Chico Pin (Asturies)
Salvador Salas
Alaz
Desde la Asociación Libre de Abogadas y Abogados de Zaragoza, queríamos mandar nuestro más sin-
cero sentir a toda la familia de Chato y a sus seres queridos. Sentimos mucho esta pérdida tan grande
y sólo nos queda agradecer la oportunidad que tuvimos de conocerle, el pasado 2018, cuando se vino
para Zaragoza a ayudarnos a impulsar la Oficina de Víctimas del Franquismo para poder luego inter-
poner la Querella por crímenes de lesa humanidad con los testimonios que pudimos recoger.
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Gracias, Chato, por haber confiado en nosotras tus sabios consejos y habernos animado e impulsado
con esa motivación, por conseguir justicia, tan sincera que nacía dentro de ti. Nos dejaste trabajo por
hacer que vamos a continuar, en tu honor y en el de todas aquellas víctimas del franquismo que ya no
pueden reclamar por sí mismas justicia.
En estos días tan complicados os mandamos un abrazo colectivo, solidario y antifranquista.
ALAZ
En el poco trato que he tenido con él, porque la verdad es que le he conocido más leyendo sus comenta-
rios y escuchando sus palabras, me parecía una persona entrañable; me da pena que gente tan valiosa y
aún tan joven nos deje; no sé si seremos capaces de reponer en un futuro en las calles a personas como
Chato Galante, el espíritu individual que llena un espacio de lucha, resistente a la falta de libertad y a
las torturas del franquismo; como diría Miguel Hernández, “un acto valiente vale más que un océano
de cobardía” y ésta creo que sería muy buena definición para este luchador.
Vidal Cantero Fernandez
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Adolfo Allué Blasco
Para mí fue fundamental la gente que, como Chato, estaba militando a principios de los 80: mantener
la llama de la crítica y la lucha contra el Capitalismo, trabajando por movimientos lo más amplios
posibles. Me lo pareció cuando entré (curioso verbo) y me lo pareció mucho más cuando, con el paso
de los años, lo veías en perspectiva, la gente que continuó después de 1979 o 1981. La represión fue
más dura en los 60-70. Pero el ambiente, el desánimo era peor a principios de los 80.
Y allí estaban, como si tal cosa.
Adolfo Allué Blasco
Raúl Camargo
El CoronaVirus ha acabado con la vida de Chato Galante. Una pérdida irreparable de un luchador
incansable que peleó contra el franquismo desde la LCR, fue torturado por Billy el Niño en esos tiem-
pos y no se rindió cuando la Transición acabó con el optimismo revolucionario de buena parte de su
generación. Chato siguió adelante en la Liga con otros tantos compañeros y compañeras como nuestro
añorado y gran amigo suyo Miguel Romero, el Moro, como Manolo, Jaime, Justa y muchas más. Tras
la implosión de la Liga el Chato siguió peleando en Ecologistas en Acción y más tarde, en La Comu-
na, desde donde fue uno de los impulsores de la querella argentina contra el franquismo. Recuerdo a
Chato desde que era muy pequeño, cuando él, Justa y su hermano el Nano venían a casa de mis padres
y jugaban conmigo y me tomaban el pelo. Son tiempos duros estos, y morirse ahora, cuando no le
podemos despedir como se merece, es una gran faena. Pero ese homenaje llegará más temprano que
tarde. No te olvidaremos Chato, tú te vas, pero tú ejemplo seguirá inspirándonos siempre.
Que la tierra te sea leve, camarada.
Raúl Camargo
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Luis Vázquez
A mí me da una grandísima pena que se haya ido sin ver a su torturador sin las medallas, las prebendas
y los privilegios de los que sigue gozando en esto que llaman democracia; mucha tristeza, rabia y pena
siento, compañero del alma, compañero, siempre con su sonrisa y esa valentía, DEP, querido Chato.
Asunción García-Carpintero Sánchez-Miguel
Carmen Maestro
May
No recuerdo cuándo conocí a Chato. Tengo vagas ideas de algunos actos de La Comuna a los que
fui sin ser aún parte de la misma. Le recuerdo en el hospital, cuando operaron a mi tía. Y en alguna
Universidad de Anticapitalistas por la que pasé antes de pertenecer al mismo.
Pero cuando le empecé a conocer, de verdad, fue cuando empecé a trabajar en La Comuna. Trataba
de transmitir todo lo que sabía en muy poco tiempo, cuando todo el mundo sabe que es imposible.
Lo bueno, que siempre tuvo claro hasta dónde había que llegar. El objetivo final y cómo llegar hasta
él. De broma le decía que brindáramos por el día que tuviéramos que disolver La Comuna porque se
hubieran cumplido todos sus objetivos. Se enfadaba. Me decía que él se iría de La Comuna con los
pies por delante. Pero no sabíamos que iba a ser tan pronto. Nos faltó el último vino, que no pudo ser
porque estaba con radioterapia.
Todo lo hacía como si lo hubiéramos hecho entre todas, pero en su cabeza estaba una estrategia elabo-
rada y los caminos a recorrer, aunque era capaz de cambiar de opinión ante un buen argumento. Lo
que cualquiera podía aprender de Chato era su sentido de la justicia, su atención a la gente, su cariño
a raudales. Era una persona amable, pero en el sentido literal de la palabra: era fácil amarle. En defi-
nitiva, su generosidad enorme en todo lo que había.
El sentimiento de desolación es compartido por muchas personas cercanas, pero también nos escriben
de todas partes del mundo para darnos el pésame y algunos me dicen no poder parar de llorar a pesar
de no haberle conocido.
Como dice un compañero, un poco de Chato esta en cada uno de nosotros.
¿De veras tenemos que hacer esto sin él?
Evidentemente. Si no, todo ese esfuerzo, con su maldita salud, que le llevaba por la calle de la amargu-
ra, no habría servido de nada. Y eso sí que no es justo. Eso sería igual que no haber aprendido nada de
él. Pero solo unidos lo podremos hacer, como en ese abrazo que nos debemos. Y tomaremos ese vino.
Ana G.
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Xavier Montagut
Me ha afectado mucho su partida. Nos hemos visto y hablado cuatro o cinco veces. Le conocí porque entré
al movimiento feminista y en la Liga, allá por el 1986; la primera vez fue en su casa, adonde nos llevó Justa;
éramos mujeres, no recuerdo bien, pero puede que fuera para alguna jornada feminista y me cayó tan bien
como me caía su compañera Justa. La última vez que le vi fue a finales de los 90 o primeros de los 2000, no
recuerdo bien, en mi pueblo en Sanlúcar, en el topo andaluz; nos abrazamos, nos alegramos muchísimo de
vernos, de vernos bien, había pasado unos años de la desaparición de la liga y apenas sabíamos nada unas
de otras. Iba con un grupo de hombres y mujeres, Justa no estaba, pero me confirmó que seguían y felices.
Desde que me enteré, me han invadido sensaciones, como el orgullo que sentí cuando le vi en periódicos
luchando por la justicia, memoria y reparación; tengo que reconocer que personalmente no me habló nunca
de sus torturas, de todo fui tomando conocimiento según me llegaba su trabajo, el documental de los otros,
entrevistas, etc. Siempre me invadía un orgullo gigante, le he querido en la distancia, como sigo queriendo a
Justa a la que ahora tengo muy presente y siento su dolor.
Por ahí hoy he leído las aportaciones de quienes como yo, no pueden olvidarle; he sabido por primera vez
que le llamaban el campe, el compañero no sabía el porqué y lo relacionó con campesino; a mí me viene a
mi cabeza campechano, porque él era así campechano, pero de los auténticos, de los que le salen natural,
porque así lo sienten: tratarte como a una igual.
Me veo, que como me pasa con el Moro, me va a pasar contigo; no siento que hayas partido, te siento vivo
y vivo seguirás, siempre en mí. Gracias por tanto que has dejado aquí, ya labrado para nosotras. Seguiremos
por ti y por tantos y tantas.
Ánimo Justa, tesoro, no estás sola y seguirá siempre en ti.
Paqui Martínez Montilla
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Lola Carrasco
L
L.. E
E.. Ma
Artur Domingo M arrtto
oeellll
Martoell
(Jeromo)
L. E. Martorell
L. E. Martorell
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Javier Tabarés
Hugo
¡Agur Chato! Te echaremos en falta el 20N, en Eibar, pero saludaremos tu presencia en nuestra memo-
ria. Te recordaremos como Chato Galante, un txato valiente camarada.
Quedas en mi memoria como uno de los inolvidables. Me quedo con tu último abrazo en Segovia este
pasado verano.
Y a Justa, neure dolu minak
Agur et honore!
Hugo
Miguel Urbán
La verdad es que no recuerdo bien cuando conocí a Chato, es como si siempre hubiera estado ahí.
Era uno de los tíos y tías de la Liga, parte de la familia desde pequeño y que cuando me fui haciendo
mayor ya no solo escuchaba sus historias y anécdotas, sino que empecé a compartirlas. Ya no solo
fue mi “tío” sino también un compañero imprescindible de luchas, que conseguía liarte siempre para
cualquier aventura. Cuando Chato te llamaba y decía qué tal “socio” o como estás “delincuente”, ter-
minabas camino a Buenos Aires, Estocolmo, Bruselas o Vallekas. Siempre con una sonrisa, inundando
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el ambiente de su optimismo y fuerza. Los últimos seis años he tenido la
suerte de acompañar a Chato y a otros/as compañeras en su lucha por la
verdad y la justicia, una historia que no acabará hasta conseguir sentar al
franquismo y a sus criminales en el banquillo. Nos ha dejado un luchador
por la memoria y la justicia, pero sobre todo nos ha dejado un amigo. Una
persona que conozco desde que no tengo memoria y que recordaré mientras
tenga memoria.
Que la tierra te sea leve compañero.
Miguel Urbán
Calitu
Adiós, Chato
Fueron casi cuatro años intensos en Madrid, militando junto con Chato, mi socio, como me llamaba,
y más cariñosamente Cali. Sabía de él, pero no personalmente; mi militancia en la LCR me permitió
conocerlo y seguidamente amarlo. En épocas de traslados “políticos”, su amistad me ayudó a soportar
ese traslado a Madrid, donde iba a trabajar en la secretaria de organización y a enderezar las finanzas
de la Liga. Amistad, en cursiva, porque era más que eso; inmediatamente me transmitió confianza y
seguridad para decirme “Cali, que lo que hacemos está bien, es necesario”; te lo decía con naturalidad
y veías que detrás de ese “está bien”, había una entrega absoluta pero consciente y que hay que hacer
para cambiar el mundo; eso empieza por uno mismo, eso que las mujeres nos dicen cada día.
Después volví a Barcelona pero no dejamos de vernos y escucharnos; el seguía y seguía, en la ecología,
en la Comuna, en la denuncia e incluso en el cine. Su papel en la película El silencio de los otros nos
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ha dejado un mar de lágrimas necesarias para sustentar esa denuncia, que resumía “si se reconocen las
torturas, es que hay torturadores” así de simple y así de duro.
Nuestra amistad se profundizó aún más, durante la última década pasando días juntos, en la Costa
Brava, en casa de Martí y Roser, con el Moro, la Carmen, mi compañera, y yo, el Chato y la Justa, y
las comidas interminables también con Tubau y Marta. Tengo en mi retina la comida, en tu casa, a
finales de enero. No quisiste ir a un restaurante y nos preparásteis unas ensaladas y un buen pollo al
limón, y brindamos y seguimos brindado por ti, socio.
Un millón de abrazos Justa, ahora digitales, pero estamos llorando contando los días en que puedan
ser corporales, fuertes, cargados de emoción y de recuerdos.
No puedo más.
Calitu
Carmen
Está nevando y el paisaje toma un aspecto bucólico. La nieve es bella, pero mata a quien coge en la
intemperie y no tiene donde resguardarse, como los refugiados, los sin techo. La muerte de Chato nos
coge a la intemperie anímica. La nostalgia invade nuestros corazones, la mía a y la de todos los que
conocimos a Chato. Es difícil imaginarse un mundo donde falten los imprescindibles como era Chato
Galante.
Pero nos queda su obra, el calor que inflamó tantos corazones.
Adiorik ez, lagun.
Joxe Iriarte (Bikila)
No puedo recordar el día que conocí a Chato, imagino que sería en alguna reunión con Ramón Fer-
nández Durán a finales de los años setenta. Lo que sí sé es que Chato siempre estaba donde había que
estar, un paso por delante de casi tod@s. Allí donde había una batalla justa, estaba Chato cuando yo
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llegaba, radicalmente comprometido; si había que ponerse serio no dudaba en decirte lo que estaba
mal, pero también sabía sonreír cuando era necesario, así hasta su penúltima batalla por la dignidad
de las víctimas del franquismo, siempre un paso por delante.
Salud Chato, no te olvidamos
Agustín Hernández Aja
Kaixo, Txato!
No tuve oportunidad de hablar contigo, pero si te he seguido y conocido a través de la lucha por la
verdad, por la justicia, por dignificar a las víctimas del Franquismo. Víctima tú mismo, tu trabajo
incansable continuará.
Zauden lekuan zaudela, deskantsatu!
Agur eta ohore, Txato!
Fermín Pérez Elexpe
Jon Etxabe
Chatoren oroitzapen pila ditut, baina hiru gordetzen ditut biziki: bere uneoroko irribarrea, Argenti-
nako salaketa egunetan bera izan genuela lagun eta gida Madrileko 2 egunetan, eta Herrerako Mar-
txa handi hartan, Madrilen geundenez, nola joan ginen M. Luisa eta hirurok nire auto zaharrean. Bizi
garen bitartean ez da hilko, bere arrastoak hor iraungo du, ereindakoak frutua ematen jarraituko ere.
Jon Etxabe
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Danel
Dolors y Sergi
El Chato para nosotros siempre fue una persona cálida y fraternal, un militante alejado de las “poses”
rígidas y distantes. Siempre recordaremos su proximidad y su trato humilde. Cuando lo vimos última-
mente en “El silencio de los otros” o en la entrevista del programa de FAQS en TV3 nos emocionó e
impactó oírlo hablar de sus experiencias con la policía. Nos hizo sentir orgullosos de haber compartido
una trayectoria política y militante en la LCR. Todo un ejemplo de luchador por la libertad, la justicia
y la transformación de una sociedad. Todo un honor haberte conocido.
Descansa en paz, camarada.
Dolors y Sergi (Catalunya)
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Luisa
Desde nodo50 hemos realizado esta página, destacada en nuestra web, como
homenaje a Chato.
Abrazos para todos y todas sus amigas, en especial a su compañera Justa,
a su familia y a sus compañeras y compañeros de lucha.
Ni olvido, ni perdón. VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN.
https://info.nodo50.org/Ha-fallecido-el-companero-Chato-Galante.html
Beijos,
Luisa
Felipe Zorita
Con saludos revolucionarios para la familia de Chato y toda la gran familia antifranquista.
Felipe Zorita
Eve
N’Alcordanza
Chato, gran persona, gran luchador, gran compañeru, gran amigu.
No se me da bien escribir y probablemente menos escribir de sentimientos y pensándolo ahora, tam-
bién a eso me ayudó Chato.
Se me humedecían los ojos durante el día de ayer y se me vuelven a humedecer mientras escribo esto.
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No pasa nada, estos días son para recordar, para llorar, ya más adelante, cuando podamos salir de
casa, será el momento de hablarnos, abrazarnos y continuar las luchas que Chato nos dejó avanzadas.
Tenemos que seguir peleando y empujando un poco más adelante el listón de las causas de la liberación
humana. Lo que podamos. Chato no nos permitiría no hacerlo. Se lo debemos a él y a nosotros mis-
mos. Afortunadamente haberlo conocido, haber compartido con él infinitas reuniones, debates, risas,
botellas de sidra y también alguna lágrima, nos lo facilita. Su luz, su ejemplo, nos seguirá alumbrando.
Chato fue el encargado del seguimiento de la LCR d’Asturies durante varios años en los 80. En esos
años compartimos multitud de experiencias y por señalar una, la vivida y sufrida durante la agresión
fascista de los Ultrasur al Topu Fartón que era el chiringuito que poníamos la Liga en las fiestas de San
Mateo d’Uviéu. Su presencia de ánimo, su templanza, su sentido común (bon xacíu), fue decisivo para
no hacer ninguna tontería en esos agitados días.
Aprendimos mucho de ti y el hecho mismo de recordarte nos hace seguir aprendiendo.
Gracias maestro, gracias ingeniero, este interfecto te recordará siempre.
Besos, abrazos y mucho cariño, te queremos Justa.
Eve (Asturies)
Agustín
Ona Caussa
Me gustaba decir que Chato era mi padrino. No lo era. Ni siquiera estoy bautizada.
Pero decir que era mi padrino me ayudaba a explicar una relación que no tiene nombre. Me permitía
apropiarme un poco de su grandeza. Si algún día se lo dije seguramente sólo se rió, me dio un achu-
chón de los suyos y seguimos lavando platos.
Estoy segura que no era la única, hay un montón de personas que consideramos a Chato un tío, un
hermano, un amigo, un padre, un camarada: familia. Familia de sangre y política en el sentido más
amplio de la palabra.
Hoy todos somos un poco más huérfanos y buscamos palabras para sentirnos más cerca de él, para
explicar el vacío que nos queda. Justa, familia, us sento a prop.
Ona Caussa
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Daniel Amelang López
Te conocí mucho menos de lo que me hubiera gustado, Chato. Y me culpo a mí mismo de ello. Las
veces que coincidimos fuiste pura amabilidad y alegría. Incluso cuando hablábamos de tu condecora-
do torturador y los tratos inhumanos a los que te sometió. Y de la Justicia que, por ahora, no hemos
conseguido para vosotros desde los tribunales. Tanta gente a mi alrededor, a la que admiro profun-
damente, hablaba siempre maravillas de ti, y cada vez que oía sus elogios pensaba para mis adentros
“tengo que hacer por conocerle más”. Te vi comerte la pantalla entera en “El Silencio de Otros” y volví
a pensar, de nuevo, “tengo que hacer por conocerle más”. Ascensión, Carli, María y tantas otras nos
estáis dejando y sentimos vuestra ausencia. No te preocupes; tomamos el relevo y seguimos vuestra
lucha
Daniel Amelang López (abogado)
Miguel Martín
Me crucé por primera vez en Madrid con Chato fortuitamente en una casa de conocidos comunes. Yo
ya no debía de vivir permanentemente en la ciudad. Debió ser entre finales de 1969 y finales de 1971.
No sé. Y me trató con la justa impaciencia y el condescendiente fastidio que había que tener ante el
jovencillo que veía el mundo como si todo él fuese una repetición escenográfica del Boulevard Saint
Michel de Paris.
Si cierro los ojos buscando alivio tras leer la muerte de Chato Galante, aparece un caleidoscopio de
mezclas de imágenes y tiempos disimiles: al joven cordial de brazos y piernas abiertas recostado en el
sofá del salón de alguna casa de supuestos intocables, notables o de gauche divine que entonces seguían
a los obreristas (y no al revés como ahora); el color del aire era el color de los árboles del boulevard
de entonces General Mola, hoy Príncipe de Vergara ya sin boulevard, cerca de La Galatea y el Retiro.
Chato joven explicaba al oyente, más joven aún, en tres pasos de ballet sonriente, minueto optimista,
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cómo iba a caer la dictadura. La imagen del tubo de repente se nubla porque en la sala de visitas de
Carabanchel, pasa de repente ahora Chato por detrás de Marcelino Camacho, éste ya sentado en su
cubículo, y, moviendo Chato, durante una fracción de milímetro, no más, el párpado izquierdo girado
hacia nosotros en guisa de reconocimiento. No estás solo, Chato, y nos reconocemos todos. Luego vie-
nes bajando por la calle Montera, sujetando la pancarta de Ecologistas, tu envidiable pelo duro todo
blanco, blanco, te identifica a lo lejos. Más tarde nos sentamos juntos a escuchar a Justa que, desde
la mesa, vuelve y vuelve sobre las condiciones de la emancipación de ellas. Y de nosotros. Me inclino
hacia él y murmullo el ímpetu juvenil inacabable de ella. ¿Tú, qué sabes? me devuelve con la cuarta
parte de la mitad de una sonrisa ronca.
Trabajemos bien, como Chato. Seamos buena gente, como él. En cualquier momento nos lleva La
Parca.
Miguel Martín
Oskar
Ojalá...
Oskar
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E. Epelde y Belén Beraza
Paloma González
Despedida de Chato
Era 2015. Miguel Urbán me cogió por banda en la Uni de Verano y me
preguntó si me gustaría y tendría tiempo para ayudar con prensa y co-
municación a una asociación de expresos y expresas políticas llamada
La Comuna de la que yo, a decir verdad, nunca había oído hablar. Allí
me presentó a Chato en el comedor y a partir de ahí todo fue visto y
no visto. Ese mismo septiembre estaban planeando unas Jornadas de
memoria en el Europarlamento y para allí que nos fuimos. Oye, como
una familia más, comuneras y comuneros todos han sido siempre en-
cantadores conmigo. Me imponía a veces trabajar con gente con tantos
años de lucha a las espaldas como él o Carlos Slepoy. Recuerdo un
día comiendo con ambos mientras preparábamos la comunicación del
próximo ayuntamiento que iba a querellarse contra los crímenes del
franquismo. Qué miedo ni qué vergüenza, ambos eran dos personas
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tan entrañables con las que era tan fácil encariñarse que a mí nunca se me quitó de la cabeza la tonta
idea de que ojalá hubiesen sido mis abuelos. Después de un año más o menos colaborando con los
delincuentes al final tuve que dejarlo y empecé a verlos menos, incluido Chato, salvando todas las ci-
tas activistas - era gracioso que mi hermana pequeña siempre me decía “Paloma, ¿solo tienes amigos
jubilados?”-. Este último tiempo a la que más veía era a Kutxi, a la que sigo viendo un montón porque
ambas vivimos cerca; es un amor de vecina que siempre se acuerda de mí y a la que también quiero
enviar mucho ánimo si lee estas líneas.
Sé que está feo lo de no retornar los libros, pero a día de hoy me parece hasta simbólico no haberle
podido devolver nunca a Chato uno que me prestó, “Por qué fracasó la democracia en España. Tran-
sición y régimen del 78”. Me pegué un gran susto cuando le operaron de corazón, pero allí le tenías
después de la operación en planta, siempre tan sonriente y positivo, y probablemente planeando la
próxima. Este diciembre cuando me enteré que estaba enfermo en medio de una celebración me quedé
blanca, pero verle en apariencia tan entero como siempre a tu lado, intentando llevar su dieta a raja-
tabla, no podía hacer sino calmarte. Hoy lamento enormemente su pérdida, más en estos momentos
tan inhumanos que vivimos, y quiero mandarles abrazos a todos sus amigos y en especial a Justa. De
Chato me llevo todo un ejemplo de vida y de persona; me siento tremendamente afortunada de haberle
podido conocer, haber aprendido con él y por supuesto de haberme encariñado. Duele perder a la gente
que merece la pena, pero más doloroso sería que no existieran.
Un abrazo, compañero.
Paloma González
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Manel Rodriguez
Conocí a Chato en un congreso de la LCR, el primero que se celebraba en la legalidad. A raíz de ese
congreso, en 1978, me incorporé a la dirección estatal de las JCR y asistía al Comité Ejecutivo de la
LCR, donde coincidí con Chato (entonces él era el responsable de Madrid). No puedo decir que de esos
encuentros naciera una amistad, pero sí tuvimos alguna que otra conversación (ahora recuerdo una
saliendo de una de esas reuniones, en un famoso piso de Carabanchel). Después el propio devenir de la
LCR nos llevó por caminos diferentes. La última vez que coincidí con él fue en la presentación del libro
de la historia de la LCR en Barcelona y me reconoció rápidamente y me dio un abrazo de los suyos (un
superabrazo). Muchos y muchas habéis recordado a Chato desde vuestro conocimiento personal. Pero
como he dicho en otro foro, Chato era un camarada (palabra inusual en estos momentos) en el sentido
más amplio del término. Creo que es la mejor definición de él. Allí donde te encuentres siempre estarás
presente para todas y todos nosotros. Siento lo mismo que cuando desapareció otro grande, me refiero
a Miguel Romero (Moro).
Manel Rodriguez (en la LCR Bernat)
Charo
Me he levantado esta mañana, que por cierto he dormido fatal, y lo primero que he pensado ha sido
si no era una pesadilla de esta noche lo que me venía a la cabeza ¿Chato Galante se ha ido? Vuelvo a
mirar los mensajes de ayer y me ratifican mis peores presagios. Se ha ido.
Ayer no podía ni creerlo. Hoy sigo, sinceramente, sin creerlo, pero sé que es así.
A Chato yo lo conocí en 2012 cuando nos metimos en el lío de la querella en Argentina. La verdad
es que al principio no teníamos mucho trato. Pero con el paso de los meses y cuando las reuniones no
eran tan numerosas sí que fuimos conociéndonos. Y su fuerza, su convicción en la lucha, me atrapó.
Y ese dúo que formaban Carlos Slepoy y Chato se veía como un tren de alta velocidad y robusto. El
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impulso que ellos han dado al proceso (sin desmerecer a las muchas personas que están detrás de esta
lucha) ha sido fundamental.
Hoy me siento huérfana. Hoy siento el vacío que ya estaba sintiendo desde hace unos meses cuando un
nuevo susto hizo que tu actividad se ralentizara. Aun así tirabas del carro y seguías con tu buen humor.
¡Cuántos buenos recuerdos junto a ti y Justa me he metido en mi mochila! Esos días en Ruesta... Re-
cuerdo cómo disfrutaste de la escuela, cómo te gustó el pueblo; claro, a un ecologista como tú te tenía
que encantar...
No me puedo expresar con claridad, se me amontonan las palabras en la cabeza.
Pero sí quiero decirte que me sentí querida y reconocida. Que sentía que me apreciabas; a mí y a quien
represento en el movimiento de recuperación de la memoria y de búsqueda de justicia, a la CGT.
Solo me consuela el que en el limbo donde vayamos, una vez que nuestra estancia aquí termina, te vas a
encontrar con gente tan buena y tan de tu forma de ser, que te lo vas a pasar fenomenal. Da recuerdos
a Carly, Eladio, Cristina…de parte de Charo; diles que llegaremos todas allí y haremos la Revolución.
Hasta siempre compañero.
Charo
Juanito
Yo no sé escribir. Pero es tanto el cariño que tengo por Chato que me lanzo a escribir algo. Chiqui-
tín, que injusta es la vida. Y aquí es la vida. Mira que tenías vitalidad para no parar. Recuerdo cómo
disfrutaste en Ruesta. Aunque yo siempre te he visto disfrutando porque llegaba la mayor parte de
las veces a las cañas. Chavalote, ha sido un gustazo conocerte y me cago en todo por no poder seguir
disfrutando contigo y con Justa. Volveremos a tomarnos una caña allá donde estés.
Juanito (CGT)
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Gloria Marín
He tratado a Chato como camarada y compañero, pero sobre todo a través de Justa. Tras el golpe de
conocer su muerte lo primero que he recordado es su buen carácter, lo agradable que era estar con él,
las veces que Justa me había llevado a su casa tras una reunión y él me había acogido…
Después he pensado en los últimos ratos que compartí con él, y que tienen mucho que ver con su acti-
vismo reciente. En el último, hace pocos meses, aproveché para aprender de él -siempre tan lúcido, con
criterios que me resultaban tan confiables- sobre el urbanismo de Madrid y la actividad y propuestas
de Ecologistas en Acción, especialmente de la Operación Chamartín. El anterior encuentro, en la ma-
nifestación en Madrid por las libertades en Catalunya, en marzo de 2019, fue compartido con más in-
tegrantes de la Comuna y muy marcado por el reciente éxito del documental en los Goya y el impulso
que eso estaba suponiendo para su activismo. Era un ambiente de celebración.
He querido ir más allá y pensar cómo Chato había marcado mi vida y enseguida he estado segura de
saber cómo. Es algo mucho más antiguo, de cuando yo apenas había hablado con él. Es su contribu-
ción a la organización de la LCR, de la que fue responsable mucho tiempo. Se resume en este enlace
(Historia de la LCR: https://historialcr.info/IMG/pdf/Cap_10_Una_organizacio_n_revolucionaria_y_
democra_tica.pdf), el capítulo de organización en la Liga, escrito por él. Es la experiencia de mis años
en la Liga, lo que aprendí de qué era estar organizada con un nivel de democracia excepcional. Ese
funcionamiento que Chato construyó junto a otras camaradas y que me ha transmitido algunas ideas
fundamentales en mi vida: que una sociedad que valga la pena solo puede ser democrática y que para
conseguir eso hay que ser democráticas ya, en el funcionamiento actual; también en relación con eso,
un alto nivel de exigencia democrática: si en la clandestinidad podíamos debatir todo, no me valen
excusas para que no se pueda hacer ahora.
Necesitamos a Chato: su visión de las cosas, su empuje, su capacidad de hacer movimiento, su risa…
Y recuerdo mucho a Justa en este golpe tan duro. Un abrazo muy fuerte, Justa.
Gloria Marín
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Nina Caussa
¡Se nos ha ido el Chato, mi tío político, mi tío político junto con el
Moro y la Justa, ay Justa!
Tíos políticos porque no eran de la familia biológica sino de la familia
política, o como dicen los americanos, la familia escogida: la que no
te viene de sangre si no que te la buscas tú. Chato, igual que la Justa y
el Moro, era compañero de luchas y aventuras de mis padres, Roser y
Martí, desde los años de la dictadura. Pero con los años, Chato pasó de
ser un amigo de mis padres a ser mi amigo también. Siempre que venían
a Barcelona mi madre hacía arroz y había sobremesa larga y tendida.
Chato era amante del buen comer y buen cocinar y esto como sabéis es
básico para saber si alguien es de fiar. Cuando aún fumaba, sacaba esa
cajetilla blanca de Davidoff largos y estrechos y yo a veces le robaba
uno. Con el tiempo todos hemos aprendido a cuidarnos un poco más, beber un poco menos, fumar
lo mínimo y aun así comer lo mejor posible. Por eso Chato se desesperaba cuando Justa insistía en
separar la grasita del jamón serrano, “¡Esto si que un crimen!” gritaba. Y Justa se reía de él y servía
una bandeja con el jamón en un lado y la grasita en el otro.
Desde hacía unos años se había instaurado también la muy noble tradición del Campamento Trosko
en el Empordà. Cada verano, cuando Calitu y Carmen volvían de la universidad de verano de antica-
pitalistas y Chato y Justa de sus viajes, se venían todos a la casa de Palau y se juntaban con mis padres
y Tubau y Marta también venían a visitar. Pasaban una semana de animadas conversaciones políticas,
baños en la Almadraba, noches viendo las estrellas y vino dulce. Ona y yo siempre intentábamos subir,
aunque fuese un fin de semana por pasar unos días con la chavalada.
Estos últimos años Chato llegó al corazón de aún mucha más gente con el documental de “El Silencio
de los Otros”. Almudena y Robert consiguieron con la película hacer llegar a muchos, y sobre todo a
muchos jóvenes, la lucha que Chato, Kutxi y tantas otras combatientes del franquismo llevaban años
bregando. Chato se convirtió de repente en estrella de alfombra roja y se recorrió de nuevo medio mun-
do yendo a festivales y muestras de cine ¡Que orgullosa estaba de él! ¿Le decía “Te imaginas Chato que
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contento estaría el Moro si pudiera ver esta película? ¿Si pudiera verte convertido en estrella de cine?”
El documental estuvo nominado a los Oscars y Chato vino a Los Ángeles mientras yo vivía allí para
presentar la película y nos tomamos unos vinos y fuimos a comer un sándwich de pastrami a Canter’s.
Varios amigos míos que le conocieron y vieron el documental me están escribiendo bonitos mensajes
estos días, llegó lejos su mensaje.
La semana pasada le mandé un whatsapp de ánimo al hospital. Unas fotos del último día que salí al
mar a navegar. Una colección de velitas blancas luciendo al sol en la Barceloneta. “Que preciosidad”
me contestó.
Nina Caussa
José Gabriel
Te conocí primero por lo que leí sobre ti, después te conocí por lo que me contaban sobre ti, y al final
te conocí en persona. Efímeros fueron esos momentos, en los que coincidimos en Rojo y Negro TV.
Era abrumador conocerte, te precedía todo un bagaje luchador, que me tenía impresionado. Pero en la
distancia corta, me demostraste que eras amable, cercano y de trato agradable. Nos prometimos volver
a vernos en otro programa de televisión, no vamos a poder cumplir esa promesa en este mundo, pero
cuando nos volvamos a ver, habrá que poner remedio.
Que la tierra te sea leve.
José Gabriel (Rojo y Negro TV)
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Gure Esku Dago
Heather Dashner
Hola, camaradas,
Les envío una foto en la que está el Chato, junto con muchos otros
camaradas, en buena parte miembros de la delegación mexicana al
Congreso Mundial de la IV en 1985, cuando viajamos a Venecia
después de que terminara. Él está claramente en la primera fila de
chamarra azul celeste, al lado de Leslie Serna (mexicana) y luego
yo, flanqueada por Joaquín Nieto y el Moro. Para muchas y muchos
de nosotras, es una foto entrañable por ser un momento culminante
en nuestra historia política, pero también por el compañerismo en-
tre todas y todos nosotras/os.
El Chato, excelente camarada que era, además siempre fue una persona amabilísima. Cuando sacamos
esta foto, yo ya lo conocía como el compañero de Justa Montero, camarada de muchos años de trabajo
común en el feminismo. Con ellos me quedé, si no me equivoco, en mi única visita a Madrid en diciem-
bre de 1982 o enero de 1983. Cuando vi la noticia de su muerte en Facebook ayer, no lo reconocía en
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un primer momento. Después de todo, no lo había visto en más de 30 años. Pero como comenté ahí,
su sonrisa era inconfundible. En esta foto, también está presente.
Lamento mucho su pérdida y les mando mis condolencias a todas y todos los camaradas que lo rodea-
ron en sus últimos años.
Heather Dashner (Coordinadora Socialista Revolucionaria, México)
Ana Bel
Foto de Txemi Martínez que llega por antiguos camaradas de la LCR de Huelva (Floren, Andalucía)
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Casa de Cultura y Participación Ciudadana de Chamberí
Paqui Maqueda
Esta foto es con Chato Galante, en Sheffield, Inglaterra. Después de la proyección del
documental “El silencio de otros”, alguien nos dijo que había una placa a los Briga-
distas Internacionales de esta ciudad inglesa que dejaron su vida en la Guerra civil
española. Allí fuimos, con flores, agradecidxs, para reconocer la lucha antifascista de
estas personas.
Gracias por tanto, maestro, gracias amigo.
Paqui Maqueda (Sevilla)
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Carme
Cuando en enero nos dimos un abrazo para despedirnos, ¡cuídate mucho y no nos des más sustos
chaval!, ni se me pasaba por la cabeza que sería el último. Chato no, Chato podía con todo. Primero
me enteré que el virus que nos tiene confinadas a todas en casa le tenía a él en el hospital, pero que ya
estaba en planta, que seguía peleando, peleón como toda la vida. Pero no pudo ser, y así ayer nos ente-
ramos que murió, que no volveremos a ver a nuestro querido amigo, que ya no estará en las reuniones
de la CeAqua para poner un poco de orden y sensatez cuando hacía falta, que el abrazo de enero fue
el último. E inmediatamente pienso en Justa, en cómo lo estará pasando, si estará acompañada a pesar
del maldito virus, y mi desconsuelo es aún mayor.
Mis recuerdos del Chato a lo largo de los años son variados, de nuestra etapa en la LCR cuando él era
responsable de Asturies, de las manos que nos echaba en septiembre en El Topu Fartón, de las espichas
que hacíamos posteriormente y a las que no solía faltar, cuando se empeñaba en aprender a echar sidra
y acabó escanciando los cubalibres en la Plaza del Paraguas.
Nos veíamos en reuniones, manifestaciones, jornadas o cualquier otro evento y cuando nos encontrá-
bamos, el abrazo y la sonrisa nunca faltaban y parecía que el tiempo no había pasado. A lo largo de
los años vino en varias ocasiones a Asturies para charlas o presentaciones, la última hace ahora un
año cuando estuvo en el Teatro Filarmónica de Uviéu en la proyección de El Silencio de Otros, organi-
zada por Amnistía Internacional Asturias y La Comuna d’Asturies. La Comuna d’Asturies, que debe
su existencia al Chato, cuando nos dijo que teníamos que sacudirnos la pereza y ponernos a ello, a la
lucha por la verdad, la justicia y la reparación, que la Querella argentina nos estaba esperando y que
Asturies tenía que participar en ella sí o sí.
Y como somos antimilitaristas no nos cuadramos, pero nos pusimos a la faena. Y en la CeAqua segui-
remos hasta acabar con la impunidad del franquismo.
Chato, siempre serás para mí un referente muy importante, serás siempre un amigo muy querido, vi-
virás siempre en mis recuerdos.
Carme (Asturies)
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Pablo Mayoral
En la madrugada del domingo 29 de marzo ha fallecido José María Galante, Chato para sus amigos,
conocido luchador antifranquista, activista ecologista y social y en los últimos años referente de la
lucha contra la impunidad de quienes formaron parte de la odiada dictadura franquista.
Chato ha muerto después de superar un aneurisma y un infarto. En la actualidad estaba luchando con-
tra un cáncer de pulmón, la quimioterapia y radioterapia que estaba recibiendo y que no impidieron su
actividad social y política le había debilitado y finalmente el coronavirus pudo con él.
Ha muerto, como a él le gustaba decir, siendo aún un “delincuente”, por el simple hecho de haber
luchado contra el franquismo desde su organización de juventud, la Liga Comunista Revolucionaria.
Por ello sufrió torturas y largos años de cárcel. Ninguno de los diferentes gobiernos habidos desde la
muerte del dictador se han dignado a anular las sentencias de los tribunales franquistas y, por lo tanto,
no han rehabilitado a ninguno de las luchadoras y los luchadores por la libertad, asesinados, tortura-
dos, detenidos y encarcelados.
Por ser consciente de esa cruel injusticia es por la que Chato propuso a un amplio grupo de personas,
entre las que me encontraba yo, la creación de “La Comuna de presas y presos del franquismo”. Aso-
ciación que vio la luz en la primavera de 2011 y que venía a fortalecer el movimiento memorialista,
con la participación directa de los represaliados en la última etapa de la dictadura y los primeros años
de la transición. Asociación La Comuna de la que Chato Galante ha sido uno de los organizadores
más valioso y tenaz.
Desde La Comuna participó de forma activa y entusiasta en la creación de la Coordinadora Estatal
de apoyo a la Querella Argentina y viajó a Buenos Aires en multitud de ocasiones, junto a diferentes
delegaciones de otras asociaciones memorialistas, para entrevistarse con la jueza María Servini. Fruto
de este incansable trabajo en estos momentos hay veinte altos responsables de la dictadura franquista y
torturadores encausados por el tribunal argentino en aras de la justicia internacional. Paradójicamente
las extradiciones de estos individuos para ser juzgados han sido vergonzosamente denegadas por los
gobiernos de turno. Entre ellos se encuentra el conocido policía franquista Antonio González Pacheco,
alias “Billy el niño”, torturador directo de Chato Galante.
Chato también fue uno de los impulsores de la Red de ciudades por la Justicia y Memoria de la que formaban
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parte, entre otros, los ayuntamientos de Pamplona, Barcelona, Za-
ragoza, A Coruña, Cádiz y Rivas Vaciamadrid. Muchas de estas
ciudades propusieron querellas contra la dictadura franquista.
El propio Chato, junto al dirigente de Izquierda Unida Willy
Meyer, presentaron el 18 de enero de 2018 una querella por
torturas contra González Pacheco, querella que, después de
no haber sido admitida a trámite por ninguna de las instan-
cias judiciales en España, ha sido recientemente presentada,
junto a otras, ante el Comité de Derechos Humanos de Na-
ciones Unidas, y de la que estamos a la espera de decisión.
La última batalla a la que Chato había dedicado ímprobos esfuerzos es el procesamiento de Martín
Villa a través de la Querella Argentina. En junio del año pasado volvió a ir a Buenos Aires y estuvo con
la jueza María Servini para presentar la querella por el asesinato de Germán Rodríguez en los Sanfer-
mines de 1978, acompañado por su hermano Fermín Rodríguez y el exparlamentario Sabino Cuadra
y presentar también la querella por el asesinato de Arturo Ruiz en enero de 1977, acompañado por su
hermano Manuel Ruiz. Asesinatos estos acaecidos al igual que la masacre de cinco trabajadores en Vi-
toria durante los gobiernos en los que estuvo Martín Villa. A raíz de aquella visita, en la que también
estuvieron el eurodiputado Miguel Urbán y varios concejales y diputados de Euskadi y Cataluña, la
jueza decidió proceder al interrogatorio de Martín Villa en la embajada argentina el 20 de marzo de
este año, como paso previo a su posible enjuiciamiento. Interrogatorio que nuevamente fue frustrado
por la intervención directa del Ministerio de Asuntos Exteriores del Reino de España, interrogatorio
que sigue pendiente de una nueva fecha, una vez que las trabas del gobierno español sean solucionadas.
Por último, cabe recordar su amplia y decisiva participación en la película El silencio de otros, de
Almudena Carracedo y Robert Bahar, que obtuvo el año pasado el premio Goya al mejor documen-
tal. Precisamente de los principales participantes en este documental ya han muerto María Martín
y Ascensión Mendieta que buscaban los restos de su madre y su padre asesinados en la postguerra.
Ha muerto también Carlos Slepoy, abogado argentino, uno de los principales artífices de la Querella
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Argentina. Y ahora nuestro compañero y amigo Chato Galante. Y es que la lucha por la Justicia, la
Memoria y la Reparación es una lucha contra reloj. Después de 45 años de la muerte del dictador, sus
víctimas se van dejando literalmente sus vidas sin ver cumplidos sus objetivos de Justicia Democrática
contra los crímenes de Lesa Humanidad cometidos por la Dictadura Franquista.
Para sus compañeras y compañeros de La Comuna, la muerte de Chato no hace sino reafirmar nuestra
determinación y compromiso a los que él se entregó con pasión y solidaridad.
Chato Galante, compañero, amigo, luchador infatigable, tu ejemplo nos impulsa.
Seguiremos adelante, te lo debemos. El vacío que nos dejas procuraremos rellenarlo entre todos.
Hasta siempre.
https://www.mundoobrero.es/pl.php?id=8868
Pablo Mayoral (Mundo Obrero)
Martí
Galicia llora
Desde la Iniciativa galega pola memoria, que engloba a colectivos de memoria de toda Galicia, que-
remos expresar a CeAqua, la Comuna, amistades de Chato y en especial a Justa nuestro pésame más
sincero por la muerte de nuestro admirado Chato.
Hace justo un año, en marzo de 2019, Chato desembarcó en Galicia para convencernos de la necesi-
dad de unirnos a la querella argentina y en general a la lucha contra la impunidad franquista. Así lo
hicimos y desde entonces tuvimos la suerte de que nos acompañara en jornadas divulgativas, actos de
homenaje y también en actos institucionales para la adhesión de varias familias gallegas a la querella.
Ayer, conmocionados por la terrible noticia y sintiéndonos a pesar de lo reciente de la relación, huér-
fanos, enviamos una nota de prensa y algunos de nuestros integrantes realizaron textos para diversos
medios de comunicación galegos.
Os adjuntamos los enlaces que son solo una pequeña muestra de la admiración que sentíamos por
https://www.nosdiario.gal/ articulo/memoria/silencio- sera-doutros/ 20200329155734094150.html
http://www.terraetempo.gal/ artigo.php?artigo=5593& seccion=4
https://www. diariodepontevedra.es/ articulo/galicia/fondo-pesar- igm-polo-falecemento-chato- galante
-madrid/ 202003301421401079682.html
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https://nuevarevolucion.es/ grazas-chato/
https://nuevarevolucion.es/ grande-pesar-no-movemento- memorialistico-galego-pola- morte-de-chato
-galante/Chato y el dolor que nos causa su muerte.
Creemos que el mayor homenaje es continuar con su lucha y eso nos comprometemos a hacer.
Un saludo
Iniciativa Galega pola memoria (IGM)
Ángeles Ramírez
Conozco a Chato hace poco, algo más de diez años; no hemos tenido una interacción cotidiana, y aun
así es alguien de quien he aprendido y disfrutado muchas cosas. Primero conocí a Justa, que me abrió
todo un mundo y a la que ahora quisiera dar un abrazo amoroso e infinito; luego vino él. Yo acababa
de ver La fuga de Segovia y le hice muchas preguntas sobre la cárcel. Recuerdo, en medio del frío de
aquella Casa de la Juventud del Escorial, a la que acompañó a Justa, su voz cálida y esa capacidad
estupenda para contar historias divertidas que son lecciones de vida. Le recuerdo también en Rabat,
hace apenas 6 años, en la Asociación de Derechos Humanos, explicando la represión de los años 70,
haciendo que a muchas y muchos compañeros marroquíes se les cayera la venda de los ojos con la
modélica transición española. Y últimamente, tuvimos su aliento y empuje para la asociación que se
acaba de hacer en Peñarroya-Pueblonuevo (Córdoba) por la restitución de la memoria en el Valle del
Guadiato. El primer acto de la asociación iba a ser el pase de El silencio de otros, que ahora proyecta-
remos recordándole en cada segundo de la película.
Aunque es difícil elegir, si tengo que hacerlo, me quedo con esos achuchones sentidos con los que salu-
da y con su humilde tenacidad hasta hacer posible (¡y real!) lo improbable. Gracias por enseñarnos la
legitimidad del reclamo de la verdad, la justicia y la reparación. Gracias por todo, queridísimo Chato.
Ángeles Ramírez
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Esther R.
Mi primer recuerdo se remonta a una gran manifestación en Madrid contra la OTAN; veníamos en
tren desde Catalunya cargados con el Felipe, el Reagan, la macarena y muchas pancartas y banderas.
Y recuerdo tu calma y el control de la situación, tu serenidad y el apoyo; yo era joven, novata y prime-
riza en estos macroeventos. Gracias por tu apoyo, tus abrazos de verdad y esa sonrisa abierta y sonora.
Nos vimos bastantes veces después, pero esa primera acogida siempre estará ahí.
Un abrazo Justa, un gran abrazo; en casi todos mis recuerdos también siempre te encuentro a ti.
Esther R.
Hola,
Soy Alberto López Bargados, profesor de antropología social en la Universitat de Barcelona. Escribo este men-
saje en homenaje a la figura de Chato Galante porque tuve el privilegio de conocerlo en Marruecos, hace unos
años, en una tarde preciosa en la que nos unió nuestra común amistad con Ángeles Ramírez y Walter Actis.
Recuerdo el placer que me causó la conversación que mantuvimos, si la memoria no me falla cerca de la playa en
Rabat o Salé, mientras discutíamos apaciblemente sobre la infinidad de cosas de la vida que movilizaba su histo-
rial de militancia antifranquista. Yo entonces no sabía, por lo que hace al Chato, nada del rol que había acabado
por adquirir como referente de las víctimas del tardofranquismo, de manera que sus explicaciones al respecto, en
las que trató de restarse trascendencia, calaron lo suficiente como para que empatizase enormemente con aquel
tipo (me caía muy bien, en una palabra), pero no le diera más vueltas a la cuestión.
Años después, tropecé, supongo que por una casualidad más o menos anunciada, con El silencio de otros, la
película de Almudena Carracedo y Robert Bahar, y sucedió algo parecido a lo que los griegos denominaban una
anagnorisis, un descubrimiento inesperado que transforma radicalmente la perspectiva del relato. De repente, la
figura del Chato emergió descomunal, de una altura moral que pocas veces había percibido en nadie, y al mismo
tiempo como un vehículo para calibrar las verdaderas dimensiones de la lucha contra la dictadura, de la violencia
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sin fin practicada por el régimen antes y después de la muerte del dictador y también, inevitablemente, de las
represalias y torturas que éste perpetró contra quienes percibía como sus enemigos. Debo decir que la película
me quebró por dentro como pocas lo han conseguido hacer a lo largo de mi vida. Y que el estremecedor relato
que Chato hace, en la película, de las torturas que padeció, todavía me hace temblar de miedo y emoción con
sólo pensar en él. Un relato que, según parece, él mismo se había resistido a hacer público a lo largo de todos esos
años de militancia y de lucha contra la desmemoria de este país. Puedo entender perfectamente por qué tardó
tanto en mostrar las cicatrices que le habían dejado aquellas heridas, y cómo se sobrepuso a ellas luchando -por
él y por tod@s-por no olvidar. Porque las heridas probablemente siguieran supurando, y tal vez porque no quería
hacer alardes de su condición de víctima, alardes que pudiesen enturbiar la absoluta justicia de sus reclamacio-
nes. No sé si tiene mucho sentido ahora, pero acaso la envergadura de los grandes hombres se demuestra con la
indiferencia con que contemplan su propio papel en la historia colectiva.
El pasado verano, por casualidad, tropecé con Chato y Justa en Ribesaltes, en las afueras de Perpignan, en el
campo de internamiento al que fueron a parar miles de republicanos al acabar la Guerra Civil. Confieso que la
envergadura moral que había adquirido para mí el Chato después de ver -muchas veces- la película me cohibió, y
que, a pesar de mi vergüenza, me decidí a saludarlos con un único objeto: explicarle lo más sencillamente posible
al Chato lo mucho que me había cambiado el relato de su vida tal y como aparece en la película, y darle todas las
gracias de que era capaz por haberse decidido a renunciar por un tiempo a esa indiferencia.
Lo hice entonces, un poco atropelladamente. Lo vuelvo a hacer ahora. Muchas gracias, Chato, y hasta siempre
Alberto López Bargados
Roque Borrás
Ayer fue un día muy triste, me enteré por un facebook de Jaime Pastor de que Chato, un amigo muy
querido mío, había muerto. En ese momento no sabía qué hacer, no me lo creía, pero después pensé
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ostia pues será verdad y llamé a Martín y me dijo que sí, que era verdad que Chato había muerto.
Después llamé a Calitu y hablando con él me explicó también la putada que había sido para nosotros
que Chato hubiera muerto; lo que más sentía es que su compañera la Justa estaba sola y no podíamos
hacer nada debido a este coronavirus tan maligno. La verdad es que en estos momentos me acuerdo de
Chato cuando vino a casa cuando mi hermano Jose estaba con cáncer y estuvieron discutiendo sobre
la situación política y Jose le dijo unas palabras referentes a la situación, le dijo: Chato, aquí hay que
hacer como en mi pueblo, cuando hay un mulo que está enfermo lo echamos al laero y ya se curará él,
no te preocupes. Chato empezó a reír y total que estuvimos allí un momento súper bien pese que ya
Jose estaba enfermo. La verdad que de Chato siempre se puede hablar de una forma, una gran persona,
un gran camarada y no sé más que decir. Lo único es que tengan claro tanto Billy el Niño como todos
los torturadores, que lo que ha empezado el Chato, lo acabaremos. No vamos a parar hasta que estos
criminales paguen por lo que han hecho y se haga justicia y paguen todos los crímenes que han hecho
y todas las torturas que hicieron.
Hasta siempre camarada, hasta la victoria siempre.
Roque Borrás
Josu Chueca
Mendian pagoen artean iraultzaile bat en el monte, entre hayas, un revolucionario: Chato Galante
Así conocimos a Chato. Era el 18 de enero de 1977. Aún éramos ilegales y en Euskadi, las luchas por la
Amnistía querían arrancar hasta el último preso de las cárceles postfranquistas. Entre hayas, cerca del
monasterio de Irantzu (Nafarroa), en las faldas boscosas de Larrainzar, ciento cincuenta o doscientos
jóvenes de Iraultza Taldeak (la organización vasca de las JCR) realizábamos nuestras primera Asam-
blea-Fiesta. Chato, recién salido de las cárceles, vino a esta concentración para hablarnos en nombre
del Comité Central de la LCR. Subido al estrado, una gran roca caliza con faldones de musgo, nos
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animó a seguir peleando por la libertad de todos l@s pres@s y por un cambio revolucionario que no
solo terminara con la dictadura, sino que nos llevara al socialismo.
Conseguimos lo primero. Aquella misma primavera salieron, movilización tras movilización, muchos
compañeros presidiarios de Chato que aún permanecían en las cárceles. Convendría recordar los reci-
bimientos que les hicimos en Euskal Herria (Eibar, Iruinea, Bilbo, Ondarru) pero también en Madrid.
Allí estaban con el Chato, Miguel “Moro”, Mendi, Jaime, Lucía, Justa, el Peke, los de Vallecas…
recibiendo a los entonces postreros presos a los que el régimen se resistía a liberar. En diciembre por
fin salió el último, Fran Aldanondo, dejando las cárceles (por poco tiempo) libres de pres@s polític@s.
También nos habló Chato, en aquel bosque navarro, de nuestro proyecto
revolucionario. Posibilista, pues ya contemplábamos hasta presentarnos a las elecciones, pero marca-
damente revolucionario por nuestras reivindicaciones y clasista con la clase obrera como eje y sujeto
principal. De esto nos hemos quedado lejos. Bien lo sabía el Chato en sus últimas peleas contra la im-
punidad de los franquistas. Pero, Chato, aun cambiando las situaciones y contextos y con los vientos
en contra, siempre lo hemos tenido en lucha por la democracia y la justicia social. Y en ese Madrid
difícil, azotado por todas las fuerzas cavernarias y reaccionarias, siempre amigo consecuente y cordial
de las clases trabajadoras, progresistas y de la Euskal Herria luchadora.
Chato burkide maitagarria, Euskaditik, Besarkada haundi bat Zuretako, Justarentzat, eta zure in-
guruko guztiontzat.
Josu Chueca (Pedro)
Francesc Tubau
Estimat Chato,
Te ví por primera vez en Carabanchel. Allí conocí también a Martí, Duran (Joan Font), Sabino. Estaba
de paso en la séptima y vosotros en la tercera. Junto con un compañero vasco tuvimos contigo un par
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o tres encuentros rápidos, casi clandestinos, cerca del “Centro” y nos pasabas papeles. Era en pleno
debate LCR- ETA VI y los posicionamientos diversos. Las explicaciones que dabas eran principalmen-
te para el compañero vasco. Yo te hacia preguntas con timidez y respeto con el temor de decir cosas
inoportunas. Era un “independiente” con ganas de conocer, aprender, de organizarme y me mirabas
como diciendo y éste quien es. Me pareciste un tío duro con cierto aire de curtido boxeador.
Pasaron los años y es cuando te conocí de verdad. Nos fuimos encontrando en lugares diversos: con-
gresos, Madrid, Nicaragua, l’Estartit, Barcelona, Palau Saverdera. La última vez en la asamblea de La
Comuna. Me encantaba encontrarme contigo y la Justa, Sabíais escuchar, polemizar, reir y hablar de
lo más trascendental y cotidiano. Un ejemplo: era fácil hablar, razonar contigo sobre un tema que a
veces provoca desencuentros como es el actual conflicto catalán.
Sabía que eras una persona importante en la LCR, pero tu compromiso junto con el resto de compañe-
ros de La Comuna hace que siempre me haga la misma pregunta con indignación y vergüenza: ¿cómo
es posible que después de tantos años todavía haya tanta mierda de la dictadura?
Por esto y por otras muchas cosas por las que luchabas hay que continuar comprometidos.
Hasta siempre, “delincuente”.
Francesc Tubau
Pablo Socorro
- Buenas, Pablo, acuérdate que mañana hemos quedado con el personal de los institutos a las 18:00
en Campomanes; si tienes alguien a quien te interese convocar lo haces. Llámame y confírmame que
puedes venir, un beso.
Este fue el último mensaje que me envió Chato. Como siempre hice, le llamé y le dije que claro que iría
a la asamblea. Le pregunté que si él podía encargarse de imprimir los textos que desde La Comuna
habíamos estado redactando para empezar a trabajar una unidad didáctica en varios centros de se-
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cundaria de Madrid. En esos textos se ve la preocupación que tenemos porque los chavales aprendan
sobre la Historia reciente del Estado español, sobre la justicia universal, la represión franquista o los
Derechos Humanos. Le tenía que decir que había decidido volverme a Canarias de nuevo, pero no lo
hice, quizás porque no quería fallarle. Ahora creo que se lo debería haber comunicado.
Comparto con Chato y con el resto de compañeros y compañeras de La Comuna una forma frenética
de militar. La primera vez que me tomé un café con él con la intención de “echar una mano en lo que
pudiera”, me dijo que me tenía que leer un libro “Verdugos Impunes: El franquismo y la violación sis-
témica de los Derechos Humanos” para empezar. Luego me contó lo que hacía la delincuencia de La
Comuna y de algún modo, empezamos a hablar durante dos largos cafés. En esa conversación estaba
el ansia por no perder una tradición que viene desde una lucha antifranquista muy particular. Le dije
que yo, y muchas personas de diferentes generaciones, nos sentíamos directamente herederos de esa
minoría activa a la que él pertenecía que había luchado por la ruptura completa con el franquismo
durante la Transición. De esos grupos humanos que luego nutrieron los movimientos sociales y que se
convirtieron en la vanguardia no solo de reivindicaciones en pro de la libertad y la igualdad, sino que
fueron capaces de adaptar lo que exigían a sus propias vidas, siendo consecuentes con lo que pedían
para la sociedad. Me dijo que de esos La Comuna estaba llena, y es absolutamente cierto.
Compartimos durante varias conversaciones lo importante de que incorporemos a más gente de otras
generaciones (joven se es toda la vida y Chato fue joven siempre) a la lucha para acabar con la impu-
nidad del franquismo y la exigencia de la Verdad, la Justicia y la Reparación. Y estoy seguro de que
cada vez seremos más porque Chato plantó con amor semillas en los corazones de cientos de chavales
de todas las edades que antes de lo que nos imaginamos, germinarán.
Así que no te preocupes mucho Chato, que somos miles quienes seguimos y seguiremos, no solo tu
forma frenética de militar, sino también la lucha constante por ser mejores personas. Porque como a ti
te pasaba, nos va la vida en ello.
Pablo Socorro (Canarias)
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Piru
Iñaki Egiluz
Ha sido un orgullo haber compartido la pelea, y solo puedo decirte que siempre estarás en mi memo-
ria: un revolucionario de verdad.
AGUR ETA OHORE
Iñaki Egiluz (Palito)
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Osvaldo Barros
Tuve una gran relación con él en sus repetidos viajes a la Argentina acompañando a los querellantes
contra los crímenes del franquismo en la causa que se abrió en nuestro país.
Su empuje, determinación y buen humor no se mellaron a pesar de todo lo que pasó en la cárcel.
¡Un gran abrazo a todos!
¡Chato estará siempre presente!
Osvaldo Barros
Asociación Ex Detenidos Desaparecidos
Argentina
F. González Cimadevilla
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Núria Vidal
Güiti
Gracias por abrir este espacio de rememoración y de compartir momentos de Chato; aunque le conocía,
yo creo, bastante bien, al menos desde hace muchas lunas, estoy aprendiendo nuevas cosas sobre él al
leeros. Por mi amistad personal con él, además de haber compartido militancias y activismos, he podido
conocer y disfrutar del Chato lector, espectador, viajero, etc., al igual que quienes habéis disfrutado tam-
bién de su amistad. Como cualquier persona inteligente y sensible, que Chato era y mucho, más allá de
sus compromisos públicos tenía una insaciable curiosidad intelectual. De hecho, desde hace ya bastantes
años he compartido con él, y con Justa, muchos más momentos, digamos, ‘culturales’, de socialización
y simplemente amistosos, que militantes, a pesar de que yo también pertenezco a La Comuna e intento
arrimar ahí el hombro, entre otros motivos por el ‘efecto ciclón’ que Chato provocaba alrededor cuando
algo le apasionaba, del que costaba zafarse.
He tenido incluso algún momento de intimidad y confesión; yo no soy, por mis taras culturales o si-
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cológicas, dado a las confidencias. Pero hubo algún caso en que
Chato, viéndome más perdido de lo normal, tomó la iniciativa
para que nos sentáramos a charlar. He de decir que me sobrarían
casi todos los dedos de una mano si tuviera que contar las perso-
nas con las que me he sincerado así en alguna ocasión. Aunque
refractario, aquellas charlas me liberaron.
Os pido ahora deteneros en esa foto en blanco y negro que he
colgado. Se trata de Lucía González, el Moro y Chato, en la ca-
becera de una manifestación, al parecer del 1 de mayo del 79 (eso
afirma el autor de, Txemi Martínez, que fue militante madrileño
de banca de la Liga). El Moro parece un cantante bohemio franco-argelino que recorriera las boites
parisinas (un aire a Brel); el Chato parece a punto de montar una banda de rock urbano - o una banda
para cualquier otra cosa - y Lucía,… parece simplemente Lucía. Es una imagen que me remueve; esas
tres personas han representado mucho en mi vida, cada una a su manera. Me emociona verlas juntas en
ese momento único de conjunción de sensibilidades e inteligencias. Tres inmensas personalidades que he
conocido próximas, tan fuertes como vulnerables, rocosas y tiernas, fraternales. Qué afortunado he sido.
El impacto social del fallecimiento de Chato ha sido realmente abrumador, más de lo que la mayoría
podíamos imaginar. ¿Qué otra figura pública, sin ser cargo público, ni artista conocida o ‘famosa’, ni
personaje de la prensa rosa, ni intelectual o académico, ni futbolista ha sido así despedida? Tal reconoci-
miento resulta insólito en alguien ‘de la calle’, y hay que atribuirlo a dos principales motivos: la justeza de
la causa que Chato ha encarnado en los últimos años; el carisma y la humanidad arrolladora de Chato.
Ambos factores de atracción se alimentan mutuamente y se han expandido más allá de nuestras fronteras
en los últimos años gracias al documental ‘El silencio de otros’.
Tampoco debemos engañarnos: una parte de la atención de los medios hacia estos temas tiene algo de
condescendiente: el tirón del gesto heroico, de las causas nobles pero perdidas. Una lucha por la justicia
que muchxs aplauden al tiempo que la dan por imposible. Ya veremos si es imposible.
Güiti
70
Flori
Chato era de esas personas imprescindibles, de esas que luchan no unos años, una temporada, sino de
los que luchan todos los días de su vida por un mundo mejor. Chato luchó contra la dictadura fran-
quista desde muy joven y siguió luchando por la libertad y la justicia siempre. Desde el movimiento
ecologista trabajó por la transformación social y la justicia ambiental. Como miembro de la Comuna,
asociación de expresos políticos, luchó contra la impunidad de los crímenes perpetrados durante el
franquismo y por la recuperación de la memoria histórica, tan necesaria para la construcción del mejor
futuro.
El virus que se lo ha llevado ha hecho que estemos en Estado de Alarma, con los derechos y libertades
tremendamente limitados. Espero que no ocurra y que esta situación excepcional no se utilice como
excusa para la eliminación de derechos y libertades de forma permanente.
Sea lo que nos depare el futuro, a Chato le tendremos siempre presente y nos seguirá dando fuerzas
para seguir luchando por la libertad y la justicia, porque Chato seguirá vivo en nuestra memoria como
imprescindible.
Flori
Josu Ibargutxi
“Delincuente”, han pasado tres días desde que el domingo 29 Justa me anunció a las 8:30 de la maña-
na tu muerte. Tu muerte esperada, que me hundió. He estado dos días sin poder hacer ni decir nada...
Y ayer pude escribir algo, que lo publicarán por ahí, creo... Pero ahora quiero unirme a toda esta gente
que te recuerda y participar en el duelo inmenso con el que nos has dejado.
Pero te quedas con nosotros para siempre.
Josu Ibargutxi
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Pablo E. Frutos Rodríguez
No conocí personalmente a Chato, pero sí su lucha. Quiero ser solidario con el dolor de la familia y
las y los amigos de Chato que son muchos. A luchadores como Chato les debemos un respeto inmenso
por disfrutar de las libertades que ahora tenemos y que debemos defender luchando como siempre hizo
Chato.
Chato, sólo decirte gracias.
Pablo E. Frutos Rodríguez (Secretaría Confederal de Medio Ambiente y Movilidad de CCOO)
Mikel
No le conocía mucho, pero siempre fue muy afable conmigo. Aunque estuvimos en la misma guerra
y en la misma ciudad, no coincidimos porque, quizá, él estuviera en la cárcel, en la DGS o cosas de
la clandestinidad. Creo que primera vez que nos encontramos fue en el homenaje a Sabin Arana, des-
pués hemos coincidido algunas veces por cosas de la Memoria. No es nada nuevo, pero no estaríamos
donde estamos en esta cuestión si no fuera en gran medida por Chato. Ha sido una gran pérdida, pero
seguiremos por ese camino. Pena que no consiguiera ver a Billy el Niño en el banquillo.
Mikel
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Luis Beltrán Almería
Para Justa
A Chato apenas lo conocía. Más por referencias que por contacto. Para mí, Chato es un ejemplo de
dignidad y lucha. Estos días sin embargo está siempre presente Justa con quien he compartido tantos
años de feminismo en distintas asociaciones, incluso discrepantes, o en los mismos colectivos y even-
tos. Un inmenso abrazo, hermana.
Almudena García Mayordomo
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Iñaki Olano
Han pasado varios días desde que Justa nos comunicó la noticia y sigo lloroso
y conmocionado, incapaz de escribir nada coherente. Chato era tan fuerte y
tan necesario, que parecía imposible que esto fuese a pasar. La sensación de
pérdida y orfandad es tremenda, cuando había estado tan presente en mi vida
en estos últimos 40 años. Han sido muchos los caminos compartidos en este
tiempo, pero en todos ellos lo vi desplegar su amplia sonrisa como un paraguas
de amistad y cariño, siempre dispuesto a escuchar y a organizar la actividad
que tocase, fuesen acciones políticas trascendentales o una cena.
Queda el hueco de una enorme ausencia, pero también tu presencia permanen-
te en la memoria de quienes tanto te hemos querido y te queremos.
Nos seguiremos viendo en el vuelo de tus queridas águilas pescadoras.
Besos para Justa y hasta siempre, delincuente
Iñaki Olano
J. Carajillo
Supe de él por primera vez cuando en compañía de Jaime Pastor, Jaumandreu y Mendiluce, le pusieron cara
a nuestra clandestinidad cuando presentaron públicamente a la Liga el 17 de septiembre de 1976. Más tarde,
lo recuerdo por la sede de Augusto Figueroa cuando organizamos los Círculos Joven Revolucionario y la
FJCR y durante la “mili” en Madrid en los efímeros Comités de Soldados. Y más tarde en Malasaña.
Siempre me pareció una persona fuerte y dura en convicciones, alguien que transmitía coraje y seguridad.
Cuando su trabajo contra la impunidad de los crímenes del franquismo le dio proyección pública, era inevi-
table evocar con cariño aquellos tiempos, como en 1976, en que casi tocábamos con los dedos un futuro de
justicia y libertad. Es triste que un virus lo haya apartado de la lucha cuando no lo consiguió la dictadura.
Hasta siempre, Chato, tu lucha continua.
J. Carajillo
74
Willem Bos
76
Sebas
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La chica del sumario de Chato del 73
Estimat Chato:
Estaba segura que no podría escribir, de que no hay palabras y de que tod@s
tus amigas han dicho cosas muy bien dichas, que siento… Pero mirando esta
foto de una reunión de la Liga, todos sonriendo y haciendo el payaso, con
Teia también en el centro de la foto, he recordado la calidez de tu sonrisa y
tantos años compartidos.
Seguramente te conocí a finales de los sesenta, pero mi recuerdo importante
y certero de la primera vez es el de nuestra detención en el 73, un recuerdo
imborrable en un bar del centro de Madrid, con pistolas en la mano; como tu
dirías, como auténticos delincuentes, espectacular y que tú te pusiste a comer
papeles y apuntes que llevabas en el bolsillo por lo que te arrearon golpes. Me
quedé impresionada de que fueras tan rápido en eliminar cualquier prueba y tu mirada firme como
diciendo: “No pasa nada...”
Y haciendo un salto en el futuro, en la presentación de “Tu” peli en Barcelona, me presentaste a la
directora diciendo “esta es la chica de mi sumario” y me recorrió una especie de corriente de reco-
nocimiento y cariño como si esto fuera algo importante, formar parte de la misma historia que tú, y
enrojecí y sonreí como algo especial que ninguna otra chica podía decir.
Aún no puedo sentir tu ausencia, pero se que nunca la sentiré del todo porque somos tropel grande de
gente la que te sigue queriendo y teniéndote al lado. Y tu compañera de vida, mi hermana del alma, que
tanto quiero, nunca dejará que tu sonrisa, tu fuerza y tu empeño en cambiar la vida, se desvanezcan
Verdad, justicia y reparación
La chica del sumario del 73
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Boli e Imma
¡Hola amigos!
El Face me recuerda algo de hace cuatro años:
“Comunicado de prensa: importantes novedades en el trámite de extradición de los torturadores fran-
quistas: El próximo 3 de abril en España se realizará la primera audiencia por la extradición requerida
por la Jueza Dra. Servini de Cubría en la causa que investiga los crímenes de lesa humanidad cometi-
dos durante la dictadura franquista.
La Plataforma de Apoyo a la Querella por los Crímenes del franquismo, encabezada por el Dr. Carlos
Slepoy- representante de los querellantes en España-, junto a Adolfo Pérez Esquivel y Hugo Cañón de
la Comisión Provincial de la Memoria, y otros integrantes del equipo de colaboradores, brindará una
conferencia de prensa con las últimas novedades el mismo día jueves 3 de abril a las 10 horas en la
Sala 2 del edificio anexo de la Cámara de Diputados del Congreso Nacional (Rio Bamba 25 – 2º piso
C.AB.A.).
Se encontrarán presentes también el diputado Remo Carlotto, presidente de la Comisión de Derechos
Humanos y legisladores de otras bancadas.
Esperamos contar con v/presencia.
Plataforma de apoyo a la querella por los crímenes del franquismo”
Triste haber sumado a Chato, con su sonrisa conquistadora, amplia y brillante, con su mirada limpia y
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franca, con su apostura de indestructible labrada en un sinfín de sufrimientos. Leo lo que publicamos
hace cuatro años, la inlograda extradición requerida, veo cuantos otros partieron, y no me permito
flaquear ¡Vamos a seguir adelante por todos ellos, por sus vidas, sus sufrimientos, su memoria, sus
esfuerzos!
Dra. Marta Inés Masio
Médica Psiquiatra
Han pasado ya cuatro días desde que murió Chato y aún me cuesta creer que se haya ido. La verdad es
que, aunque suene un poco cursi, Chato aún está con nosotros. Y creo que lo va a estar durante mucho
tiempo porque es de esa gente que deja huella en los demás, no sólo por su trayectoria política, sino
por sus valores personales. He coincidido durante muchos años con él en el activismo político y social.
Primero en la LCR y luego en Aedenat y en Ecologistas en Acción, recorrido que ha sido, por cierto,
el de mucha gente que desde la Liga nos fuimos incorporando en distintos momentos al movimiento
ecologista. También he compartido con él una faceta, la sindical, en la que aunque no se metió muy
de lleno (no se puede estar en todas partes al mismo tiempo) si estuvo muy próximo a ella, no sólo por
su actividad en las Comisiones Obreras Juveniles durante la dictadura o en los piquetes de todas las
huelgas generales sino porque, y esto quizás no sea muy conocido, coordinó durante un tiempo el Área
de Medio Ambiente de la Fundación 1º de Mayo de CCOO. Chato sabía además, lo mismo que Ladis,
que sin el movimiento sindical no puede haber ninguna transformación ecológica de la sociedad y que
eso supone que hay que tener en cuenta el factor del empleo a la hora de imaginar los cambios que se
necesitan.
Chato era un “individuo” (palabra esta que le gustaba mucho usar en tono cariñoso) que tenía una
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grandísima humanidad, en el sentido más amplio y profundo de este término. Pura me preguntaba el
otro día si había visto alguna vez a Chato enfadado o agresivo. Y no, no se le ha visto nunca así, como
mucho con semblante contrariado, por ejemplo por alguna discusión que iba por derroteros desenfo-
cados o por efecto quizás de alguna resolución judicial adversa. Su sonrisa, humor, afabilidad y buen
tono vital, hacía todo más fácil en las organizaciones o en los ambientes de amigos en los que estaba.
No te hemos podido despedir y no hemos podido abrazar a Justa en estos días, pero nuestro mejor
homenaje va a ser que vas a estar siempre con nosotros.
Carlos Martínez Camarero
Eugeni Barquero
Nos conocimos, Chato, en algún Congreso; pero no fueron hasta unos Sanfermines, currando en
nuestro chiringuito, que nos descubrimos mutuamente; yo encontré en ti una persona amable, que me
invitaba a los entrecots mas grandes que yo había visto nunca... Pero sobre todo, desde ese día disfruté
de un camarada que un día, de repente, me hizo llegar unos libros sobre la revolución sandinista, que
siempre me han acompañado como parte de mi formación política y personal.
Estés donde estés, no dejes de ser el Chato reivindicativo y alegre. Nosotras te recordaremos así.
Eugeni Barquero
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Güiti
Conocí a Chato a finales de los ochenta; yo formaba parte de la JCR de Carabanchel y él era el enlace
con el partido. Tuvimos varios, pero cuando apareció Chato, mejoró bastante la relación con la direc-
ción; nosotros éramos jóvenes bastante autónomos y muy de barrio y él hablaba nuestro idioma; su
saludo solía ser “qué pasa, delincuentes”; era un tío abierto, razonable y con una carga de humor que
nos cautivó; solíamos acabar las reuniones jugándonos unas cervezas al futbolín.
Años mas tarde, coincidí con él en la redacción de Combate, donde estuve trabajando y entre muchos
recuerdos, me vienen a la cabeza las discusiones futboleras que teníamos en casa del camarada Víctor
(Paco) en las tardes de estadio que llamábamos, viendo algún partido; también acudía nuestro amigo
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(el Moro), montábamos una buena entre atléticos, merengues y culés. Al final y después de muchas
risas, acabamos hablando de política, claro; Chato, tan alegre y risueño, me sorprendía - con mi ju-
ventud- cómo podía contar sus terribles historias de cárcel y torturas con tanta naturalidad e incluso
con sentido del humor, que mantuvo en la operación de su aneurisma en el cerebro, una operación
bastante problemática. Fui al hospital el día anterior para darle ánimos y sorprendentemente me lo
encontré con la moral por las nubes y contándome el cacao que había montado con los compañeros de
habitación, que disfrazados salieron por el pasillo, ante la sorpresa de las enfermeras.
Cada vez que lo veía era una gran alegría, creo que la ultima vez fue hace un año en un cumpleaños,
y echamos unas risas, con las estatuillas del Oscar, los Goyas y la alfombra roja, hablando del docu-
mental en el que participó. Fue un tipo genial y una gran persona, y como todo el mundo sabe, un
luchador infatigable.
Chato, te echaremos mucho de menos.
Cuando un amigo se va, también una parte de nosotros se nos muere, pero siempre estarás en esa
mani, piquete o paseando por esos bosques y esa tierra que tanto amaste; y recordaré esa voz que entre
risas me decías al verme: ”dónde vas ,delincuente”
Muchos besos para Justa, familia, y amig@s
José Antonio Fernández de la Puebla (El Boalo)
Vanessa
Iba a escribir que conocí a Chato a mis 16 años, en el salón de su casa, una de aquellas tardes en las
que acudía allí para encontrarme con su compañera, quien me recomendaba y prestaba libros sobre
feminismo. Recuerdo aquellas horas de libros y tertulia con ambxs. Ellxs tan sabixs y yo tan joven;
compartíamos las ganas de cambiar el mundo.
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Iba a escribir que qué suerte la mía por haber compartido aquellas magníficas tardes y cuánto aprendí.
Y que desde entonces las recuerdo con mucho cariño.
Iba a escribir que también a esa edad oí por primera vez hablar de “Billy el Niño” a través de otrxs
compañerxs a quienes admiro por su historia de lucha, su honestidad política y su compromiso. Gente
que es mayor en edad que una y que son referencia en el camino y en las militancias de la vida. Para
mí, Chato era y es uno de ellos.
Iba a escribir que quiero la valentía, la resiliencia y la paciencia y sabiduría de quienes sois referencia.
Gracias por compartir tanto.
Iba a escribir que duele que se marchen los buenos, los fundamentales. Y que escuece que él lo haga
sin que se haya hecho antes justicia por las torturas de Billy el Niño. Siento indignación e impotencia
en esta tarde de domingo de abrazos confinados y despedidas ausentes.
Iba a escribir que es por eso que hay que seguir su lucha, no olvidar; no lo haremos. Habrá dignidad
y memoria.
Pero hoy no me sale; hoy no sé cómo escribirlo como quizá querría.
Vanessa (Madrid)
Ángel Nero
Esa sonrisa fue lo primero que me recibió aquel día en Pontevedra; recuerdo que Cha-
to estaba hablando con Montse y con Luís Bará, otro de los incansables luchadores
contra la desmemoria en nuestro país, y cuando me acerqué, con cierta timidez, a
saludarlo, me estrechó la mano como lo haría un amigo de toda la vida. No hizo falta
más para que se estableciera una fuerte corriente de afecto; cómo no quererte, Chato,
nada más conocerte... Me senté frente a él en la comida, y esa corriente fue alimentán-
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dome durante toda la tarde, con sus palabras y sus sonrisas. Hay pocas personas como él que, al poco
de conocerlas, ya sientas como parte de tu geografía emocional, como cuando te enamoras, ya sabes
que formará parte de ti para siempre, y con Chato fue así, se estableció en mi imaginario personal de
una forma permanente.
Ángel Nero
Anxo Padin
Cómo no quererte
Conocí a Chato Galante justamente hace un año, en Pontevedra, en un encuentro entre un puñado
de compañeros y compañeras de la Iniciativa Galega pola Memoria, que agrupa a la mayoría de los
colectivos memorialistas de Galicia, gracias a la generosidad de Montse Fajardo, portavoz de la IGM,
a quien seguía en los caminos de la Memoria, primero desde la admiración, a través de sus libros,
después desde la complicidad en cualquier acto en el que ella participara, finalmente desde la amistad,
que se había fraguado a lo largo de los últimos años. No encontraré nunca la forma de agradecerle que
me hubiera invitado a participar en aquella comida en la que junto a una docena de personas boas e
xenerosas, como los queridos Telmo Comesaña o Queta Molas, nos sentamos a la mesa con Gus y con
Chato, representantes de CeAQUA, la Coordinadora de Apoyo a la Querella Argentina, con la cual
querían que nos sumásemos.
En el viaje a Pontevedra, donde se realizó aquel xantar de fraternidad, recordé cómo el día que había
ido al cine a ver El silencio de otros, la larga cola que me había sorprendido en los Multicines Nor-
te, algo que no recordaba en una película documental, y como ese día nos habíamos quedado unos
cuantos sin entrada. Había regresado al día siguiente, para sentir en mi propia piel los recuerdos y la
lucha de María Martín, de Carlos Slepoy, de Felisa Echegoyen, de Chato Galante... en la piel se me
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quedaron grabadas especialmente la mirada de María, señalando la cuneta donde habían enterrado a
su madre, y la sonrisa de Chato, cuando la jueza María Servini había encausado a Martín Villa, uno
de los responsable de la represión franquista.
Esa sonrisa fue lo primero que me recibió en aquel día en Pontevedra, recuerdo que Chato estaba
hablando con Montse y con Luís Bará, otro de los incansables luchadores contra la desmemoria en
nuestro país, y cuando me acerqué, con cierta timidez, a saludarlo, me estrechó la mano como lo haría
un amigo de toda la vida. No hizo falta más para que se estableciera una fuerte corriente de afecto,
como no quererte, Chato, nada más conocerte... Me senté frente a él en la comida, y esa corriente fue
alimentándome durante toda la tarde, con sus palabras y sus sonrisas. Hay pocas personas como él
que, al poco de conocerlas, ya sientas como parte de tu geografía emocional, como cuando te enamo-
ras, ya sabes que formará parte de ti para siempre, y con Chato fue así, se estableció en mi imaginario
personal de una forma permanente.
Tres meses después volvimos a coincidir en la illa de San Simón, en el homenaje que todos los años
se realiza en ese antiguo campo de concentración a las víctimas del franquismo. Me acerqué a él para
entregarle el cuaderno que hacemos para recordar el acto, y a cambio me regaló, junto a esa sonrisa de
galán de cine, un abrazo de hermano, de esos que te quedan tatuados bajo la piel. En esta ocasión el
acto estaría dedicado a la Querella Argentina, y él sería uno de los principales oradores, como en otros
años lo fuera Darío Rivas, el primer querellante de la causa, que no había descansado hasta recuperar
el cuerpo de su padre, alcalde republicano de Castro de Rei, asesinado por un grupo de falangistas,
en los primeros meses de la longa noite de pedra. “Nosotros tenemos esa asignatura pendiente, no
podemos pasar a siguientes generaciones esta ignominia, nosotros debemos conseguir que esos crimi-
nales sean llevados a la justicia, que sea condenado el régimen franquista, que se impida la existencia
de asociaciones que hacen apología del fascismo en nuestro país”. Dijo Chato en su emotiva interven-
ción. Visitó Galiza varias veces durante este año pasado, sumando personas y colectivos al apoyo a
la Querella Argentina, y en octubre volví a recoger su abrazo y su sonrisa, en unas jornadas sobre la
Represión franquista a las mujeres en el Val Miñor, dónde volví a ver –ya era la tercera o cuarta vez- El
silencio de otros, en un auditorio abarrotado, pese a la desapacible tarde de invierno. Como si fuese
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la primera vez, volví a emocionarme con María, con Kutxi, con
Carlos, con Ana, pero sobre todo con Chato, con ese hombre
que volvía a hablarnos de ese pasado incómodo, sin rencor, con
la mirada limpia y las voz firme, dándonos más material para
construir el sueño de conseguir un horizonte de Verdad, de Jus-
ticia, de Reparación.
Al mes siguiente regresó –pienso que, para entonces, ya estaba
echando raíces en Galicia, a través de tanta gente que le que-
ría-, a un gran acto institucional de apoyo a la querella en Pon-
tevedra, dónde se sumaron las familias de Alexandre Bóveda,
Amancio Caamaño y Ramiro Paz, asesinados por el franquismo. Después del emotivo acto, otra vez
Montse –cómo agradecerle tanta generosidad-, me invitó a que me quedara a cenar con Chato y con
un pequeño grupo, entre los que estaban Luís Bará, y dos abogados de CeAQUA, Jacinto Lara y Palo-
ma García. Chato volvió a regalarnos anécdotas de su paso por la cárcel, su “verdadera universidad”,
dónde estrechó amistades que durarían hasta hoy... Cómo no quererte, querido Chato, volví a pensar
esa tarde, por esa manera tuya de compartir hasta los recuerdos más dolorosos y transformarlos en un
arma para cambiar el mundo. Fue la última vez que lo vi, aunque para entonces sabía que su sonrisa
estaría conmigo para siempre.
La noticia de su enfermedad me llegó en Pamplona, en un encuentro sindical en el que coincidí con
Begoña Zabala, y me golpeó como el temporal que, en esos momentos, estaba azotando esa parte del
mundo. Begoña y Sabino mantenían una estrecha relación, de militancia, pero sobre todo de amistad,
con Chato y con Justa, y estaban seriamente preocupados por su salud, una preocupación que, desde
entonces, se convirtió también en mía. En febrero Sabino vino a presentar su último libro a Vigo, y le
pregunté por el estado de Chato, y me dio cierta esperanza al decirme “es un gran luchador, lleva toda
la vida luchando, y esta lucha también la va a ganar”.
Desgraciadamente estos últimos días de marzo, justo un año después de aquella primera vez en Pon-
tevedra, nos despertábamos con la terrible noticia. Aquel fue un día de llamadas y mensajes urgentes,
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de recopilar fotos, vídeos, recuerdos en común de los miembros de la Iniciativa Galega pola Memoria,
de muchas publicaciones en todos los medios a nuestro alcance, emotivos especialmente los de Montse
Fajardo y Luís Bará, - cómo no quererlos a ellos también-, o de los que me llegaron después en forma
de poesía, como los de Luís Chapela o José Vieira.
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Willy Meyer
“Vivir para los demás es la mejor manera de vivir para uno mismo”
Marcos Ana
Un enorme desgarro me produce la noticia inesperada de la muerte del compañero y amigo Chato
Galante. Nos vimos por última vez el 23 de enero, en la Plaza de Santa María de Soledad Torres
Acosta, para rendir homenaje a Arturo Ruíz, asesinado en 1977 por un pistolero fascista en las inme-
diaciones de la plaza. En ese encuentro, y sin darle mayor importancia, Chato me indicó que estaba
en tratamiento con quimioterapia por un cáncer de pulmón al que estaba dispuesto a derrotar. Muy
posiblemente lo hubiese conseguido si no se hubiese cruzado en su camino el maldito virus Covid-19.
Chato Galante ha sido y es un referente en la lucha contra la impunidad de los crímenes del franquis-
mo, delitos de lesa humanidad, que siguen sin ser investigados y depurados por la Administración del
Estado. Su constancia y tenacidad en el impulso de la Coordinadora Estatal de Apoyo a la Querella
Argentina contra los crímenes del franquismo (CEAQUA), a las iniciativas de la Asociación de la
Comuna de Presos del Franquismo o a las querellas contra el torturador Antonio González Pacheco
(Billy el niño), son un ejemplo de dedicación a la justa causa de la Verdad, Justicia y Reparación para
con todas las personas de la Resistencia antifranquista. Su participación en la película galardonada “el
silencio de los otros” resumía en imágenes su persistente lucha en la exigencia de la Reparación con
las víctimas de la Dictadura.
Me vienen a la memoria inolvidables momentos vividos en esa larga lucha compartida, el viaje al
Parlamento Europeo para reclamar en la Comisión de Peticiones que la justicia española depure las
responsabilidades por tortura de Billy el Niño, las reuniones para preparar las querellas, innumerables
actos públicos como el realizado en noviembre frente a la Cárcel de Carabanchel para reclamar un
memorial a los presos políticos……
Su ejemplo, su lucha, sigue muy presente y sin duda, será un referente en el día a día hasta conseguir
que el Estado asuma de una vez por todas la Verdad, Justicia y Reparación y garantías de no Repeti-
ción a todas las víctimas de la Resistencia contra la Dictadura.
El confinamiento no nos permite despedirnos de Chato como desearíamos, pero en cuanto termine,
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podremos encontrarnos con su compañera Justa, su familia, amigos y compañeras para rendirle el
homenaje que se merece.
Un fuerte abrazo compañero Chato
Willy Meyer (Presidente Asociación Marcos Ana)
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Anticapitalistas Canarias
Siempre ha habido y siempre habrá un recuerdo para él, aquel muchacho batallador entonces como
ahora.
Honor para él y quienes son y han sido como él.
Miguel Vázquez (Kino)
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Dolors Cruells Mercadé
Estoy hundida. A la tristeza, el miedo y la incertidumbre de estos días, se ha añadido la muerte del
Chato. Cuando todo esto acabe, dicen que el mundo no volverá a ser el mismo. Mi mundo, más peque-
ño e íntimo, hecho de personas queridas, de relaciones, espacios y recuerdos, ya no es el de antes. Falta
una persona bondadosa e inmensa, un revolucionario generoso e inteligente, un amigo entrañable.
Adiós, Chato. Te llevaremos en el corazón.
Dolors Cruells Mercadé
Charo Ayesa
Hace solo dos días estuve viendo el documental “El silencio de otros”, la presencia y la palabra de
Chato es el hilo conductor de esta magnífica crónica histórica.
Personas como tú son las que hacen que se mantenga viva la confianza en el ser humano como especie
capaz de generar justicia, solidaridad y felicidad.
Gracias por tu ejemplo, tu generosidad, tu perseverancia, tu altura moral, tu sentido de una vida con
sentido.
Un abrazo grande para Justa.
Hasta siempre, compañero.
Charo Ayesa
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Almudena Carracedo y Robert Bahar
“Cuando vayas, busca a un tío grande con el pelo muy blanco. Es Chato”
Así fue como conocimos a Chato en junio de 2012, ambos en acción: él en
una reunión convocada para hablar sobre la querella argentina, nosotros
grabando para ese documental que arrancaba a andar. Por aquel entonces
la querella era algo totalmente incipiente y no es que fuera mucha prensa a
estas reuniones, así que nos miraron todos alucinados cuando sacamos la
pedazo cámara y la larga pértiga del micro (“¿Estos que hacen aquí? ¿Se
habrán equivocado de sitio?”) Chato solía reírse cuando contábamos la his-
toria de cómo nos conocimos porque el caso es que ese fue el inicio de un
camino, y en ese camino conocimos mejor a ese señor de pelo muy blanco,
y pudimos llamarlo amigo.
Es poco el espacio y mucho lo que sentimos. Los que nos habéis acompaña-
do en esta historia del documental sabréis que Chato estuvo muy implicado
en el proceso del documental. Creyó en el poder de la peli para intentar
hacer lo que finalmente hicimos. Incluso dos años antes de terminar la peli
ya viajó con nosotros a Estocolmo a un foro para preparar la estrategia de impacto de la peli (nos
acompañó Miguel Urbán, de ahí esa foto tan bonita que compartió Miguel). Allí mostramos el tráiler
de la peli y, ante unas 200 personas, dijo: “Necesitamos vuestra ayuda para terminar con la impuni-
dad. Necesitamos vuestra ayuda para que esta película la vean millones y millones de personas, para
centrar la atención en esta situación a escala internacional, y para presionar desde fuera para que se
produzcan cambios estructurales y legislativos en España. Porque esta película y esta campaña sin
duda son las dimensiones internacionales más importantes que las víctimas podamos tener jamás.”
Los asistentes se levantaron a aplaudir, visiblemente emocionados. Esa fue la primera experiencia de
Chato con la peli. Desde entonces, Chato formó parte de nuestras reuniones de estrategia, para pensar
cómo llegar a aquellxs que no conocían esta historia. Porque Chato, como muchos de vosotrxs, tenía
clarísimo que esta lucha no era solo de las víctimas, sino de todxs, y había que enganchar a estxs to-
dxs para crear ese movimiento del que Carli hablaba en la peli. Carli no lo llegó a ver (y mira que nos
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duele). Nos queda el consuelo de que Chato sí ha podido vivir este momento y que tal vez la peli haya
sido, en cierto modo, su pequeña gran venganza.
(...)
Nos ha costado mucho escribir esto, el dolor nos ha bloqueado y la tristeza ha invadido nuestra pe-
queña familia. Estos días viendo todos vuestros mensajes no dejamos de aprender de él, de todo lo que
este señor de pelo muy blanco hizo y era antes de tener el pelo tan blanco.
Gracias pues a todxs lxs que habéis compartido aquí, es bonito pensar que cuando uno se va deja
detrás una estela de amor, y también de lucha.
https://vientosur.info/spip.php?article15816
Chato, Almudena y Robert en la presentación de los premios de la Asociación Internacional de Docu-
mental en Los Ángeles
Almudena Carracedo y Robert Bahar (El silencio de otros)
Rafael Romero
No tengo nada más que agradecimiento hacia el Chato: en los momentos más duros de la familia Ro-
mero estuvo con nosotros, a nuestro lado, apoyándonos…
Una gran persona a la que recordaré siempre con cariño.
Rafael Romero
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Miquel Delgado
Siempre sonriente, gran amigo del Borras, un amigo de Cataluny,a de una izquierda solidaria y radi-
calmente democrática.
Fins sempre, company.
Miquel Delgado
Rafa
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Víctor
¡Hasta siempre!
Con dolor me sumo a todos. Milité en la Liga y, a pesar del tiempo, me sigo sintiendo en deuda con
la organización, con sus militantes y dirigentes. La LCR, una fábrica de revolucionarios, de personas
decentes y honestas. De todos aprendí; a muchos debo lo que soy. Gracias.
Y, como todos los que le conocimos, guardo un entrañable recuerdo, de amistad y cariño por Chato.
Desde aquel día de diciembre del 73 en un furgón camino de Las Salesas en compañía de Leoncio,
Roser y el Quijote. Un par de consejos útiles. Gracias, Chato.
En cualquier circunstancia siempre percibimos su humanidad, arrojo, valentía y determinación. Y en
ocasiones, también su pasión. Lo mismo daba que fuese en una lucha, oyendo flamenco o en un par-
tido de futbol.
¡Hasta siempre, Margarito! ¡Hasta siempre, Colegiado! Justa, mi mejor abrazo.
Víctor
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Rosa Borràs y familia de José (Felipe)
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Cecilia Romero Baeza
Chato, allá donde estés, siempre te recordaré lleno de vida con tu mujer, Justa, mi hermano Manolo,
algún sobrino y yo, tomando unas cervezas en un sitio muy bonito, que tiene la Alcazaba enfrente. Al
final, Justa nos invitó porque recordaba que de niña su madre le decía que era su santo.
Siempre te recordaremos. Nuestro hermano Miguel tuvo en tí un hermano.
Hasta siempre
Cecilia Romero Baeza
Eulalia
Siempre le recordaré con mucho cariño. Estuvo con mi hermano y conmigo en momentos muy impor-
tantes de nuestra vida.
Que la tierra le sea leve.
Eulalia, hermana de Miguel Romero (Moro)
Alberto
Vienen a mi memoria las reuniones, a principio de la década de los ochenta, en el local de Villaverde,
siempre rigurosas organizativamente, defendiendo las posiciones de la dirección. Nosotros, jóvenes,
díscolos, poniéndole siempre en apuros dialécticos, pero siempre claro en sus planteamientos; al final
los admitíamos, a regañadientes, cuando finalmente dejaba traslucir su humanidad.
La vida nos lleva por dónde quiere, como ese viento que no cesa, así su actitud y compromiso ya lo
llevamos con nosotros para siempre.
Alberto
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Ferran
M’he decidit a escriure al veure la foto de Chato amb José Borras, anyorança i plors. Veig a Chato i
Justa com dues persones afables, cordials, fraternals, comprensibles; és molt per un món on la política
a cops es feta d’entrebancs. Tot hi haver compartit anys en un mateix partit, en uns ideals dels quals
ens podem sentir orgullosos de no haver de sentir-nos avergonyits per l’història, la relació va ser poca,
la darrera en un sopar a l’Alt Empordà on gràcies a en Tubau vaig gaudir d’una bona estona, en bona
companyia i cants plens de força amb algun que altre gall. Valoro qui en llocs adversos es capaç de de-
fensar plantejaments de llibertat, que costen d’entendre i acceptar. Es molt fàcil ser indepe a Catalun-
ya, ara entendre-ho i defensar-ho a Madrid és d’una vàlua personal i política indiscutible. Comprensió
i escolta activa vaig sentir quan ficat en el món de la mediació del conflicte, tot i veure-ho com llunyà,
el respecte i saber-ne és digne de grans persones. Molta lluita al darrere i tota la presència pel futur.
Hi és, som, hi serem.
Abraçades Justa.
Ferran
Víctor Morales
Hey, Billy…
“El Chato” nunca habló.
Lo mantuvo vivo la rabia
Lo mantuvo vivo el amor.
Hey, Billy…
Mal nacido… torturador.
El peso de tus medallas
son nuestra mejor razón.
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Hey… Billy
No pudiste con él. No.
Lo mantuvo vivo la rabia.
Lo mantuvo vivo el amor.
Que no caiga en saco roto su lucha
su sacrificio, su dolor…
Se lo lleva coronavirus.
Allí donde estés… Salud
Víctor Morales (Canarias)
Charo Arroyo
Hola delincuente,
Hace ya una semana que nos han dicho que te has ido. Yo aún no lo he asimilado. Será duro en las
próximas reuniones de CeAqua no verte allí con tu forma de dirigir las reuniones tan estructurada y
siempre con proyectos de intervención en Parlamentos, Ayuntamientos, etc. Porque tu actividad era
incansable. Entre tus caminatas que después de aquel susto hiciste más largas, tu natación, tus reu-
niones… no sabía cómo te quedaba tiempo para Justa. Pero sé que tú siempre pensabas en La Justa.
Creo que no te irás nunca de mi cabeza y de mi corazón. Ni del de las miles de personas que han visto
“El Silencio de Otros”. Amigos y amigas que fueron a lo cines a ver la película se quedaban con el pe-
lazo del Chato. Sí, esa pelambrera tan estupenda y magníficamente blanca que te identificaba. Y curio-
samente, debes ser como Sansón que tu fuerza estaba en tu pelo. Porque hace unos días hablaba sobre
ti en un programa de radio donde me pidieron que hablara de cómo estaba afectando recientemente al
mundo de la Memoria la tenebrosa muerte. Y reflexionaba cómo quienes habían soportado torturas en
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varias ocasiones y sobrevivido a guerras y postguerra de hambruna y transiciones sangrientas acaban
siendo derrotados por un ser sobrehumano. Y es que justo hace unos meses otro bicho, desgraciada-
mente, habitual de la sociedad actual, te atacó y afectó a tu maravillosa cabellera blanca. Y como
una cruel metáfora debilitó tu fuerza. Y te venció. A quien se ha recorrido medio mundo denuncia do
la impunidad de los asesinos y torturadores franquistas ante todas las instituciones internacionales.
¡¡¡Qué distopía!!!!
Cuando recibí la noticia de Justa diciendo que te había dejado ingresado y sólo en La Paz, temblé. Pero
los siguientes mensajes eran tranquilizantes, como seguro que Chato querría, siempre dando muestras
de tranquilidad y no preocupaciones, y me relajé. Sabía que ibas a luchar a brazo partido en esta nueva
prueba que te traía la vida. No se me había pasado por la cabeza este final.
Pero no es un final, el legado y el propósito de Chato y Carli seguirán adelante y todas somos respon-
sables de continuar con el mismo espíritu de lucha y de convicción en lograr que en España se haga
Justicia con las víctimas del franquismo y con quienes cometieron los crímenes. Y tú, Chato, reirás
con la bonita sonrisa que tú tienes, cuando Billy el Niño esté sentado en el banquillo delante de un
tribunal que lo juzgará y condenará. ¡¡¡Supongo que te habrás llevado una botella de un buen Ribera
para brindar con Carli en ese momento!!!
Solo me queda dar todo mi ánimo a Justa y el resto de amigos y amigas porque todas somos cons-
cientes de que Chato es insustituible. Pero siempre he oído decir que nadie muere mientras alguien lo
recuerde. Y Chato querido, tú, siempre vas a ir en mi recuerdo.
Hasta la victoria, siempre
Charo Arroyo
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Luismi
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Miguel Romero (sobrino del Moro)
Chato, fuiste un hermano y ejemplo para mi tío el “Moro”; la vida os unió muy jóvenes en vuestra
lucha revolucionaria y desde entonces siempre juntos; ahora os vuelve a unir allá donde estéis y espe-
remos que con las mismas ganas de cambiar todo de siempre, un recuerdo especial para ti.
Que la tierra te sea leve
Miguel Romero (sobrino del Moro)
Berta
Tengo 26 años y quedé profundamente conmovida por la historia de Chato y otros muchos ciudada-
nos que siempre han reclamado justicia y libertad.
Muy a mi pesar, no conocí a Chato, pero tengo claro que seguiré hablando en el futuro de él y de todos
aquellos que se han ido demasiado pronto y sin saber lo que es la verdadera justicia. Para mí Chato
ya es alguien imprescindible en la historia de este país y en la mía propia. No sé si la familia de Chato
llegará a leer estos mensajes, pero quiero mostrarles todo mi apoyo y cariño, que sepan que no están
solos y que nunca, nunca, les soltaremos la mano en esta lucha, que ya no es sólo de Chato, es de todos.
Lucharemos por la justicia y no por la venganza, pero siempre con vosotros como referente y recuerdo.
Allá donde estés, queridísimo Chato, no te olvidaremos jamás.
¡Gracias Chato por ser ejemplo de todo!
Berta
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Sol Luque (Asociación Todos los niños robados son también mis niños-CeAqua)
He leído mucho sobre ti durante los últimos días, de tu juventud militante en la LCR, de tus detencio-
nes, de tus encarcelamientos, de las torturas que te infligieron, y de la libertad que, a pesar de todo,
nunca lograron arrebatarte. No por encerrarte, te hicieron preso. No solo luchaste contra la opresión y
el sometimiento, defendiendo tus principios e ideales que también los eran de muchos; también quisiste
liberar a la tierra, al aire, al agua de cualquier agresión. Por pura coherencia, por simple lógica, por
amor a la vida.
Valeroso luchador antifranquista, profundo ecologista y, de profesión, extraordinario reidor. “Mira,
Sol, yo necesito reír cada día”, me dijiste alguna vez y así lo hiciste, así lo hacías, así lo vi, así lo cuen-
tan las muchas anécdotas que disfrutaste con tanta buena gente que ahora escribe sobre ti. Estas per-
sonas que no conozco pero que puedo reconocer en sus escritos por lo mucho que me hablaste de ellas.
No, yo no presencié todos los capítulos de tu vida, pero tú me los contaste y pude vivir muy de cerca
el epílogo de tu historia. La primera persona que me habló de ti fue un abogado, me contó que iba
a venir una jueza desde Argentina para investigar los crímenes del franquismo, que sería importante
enterarse bien de cuándo y cómo poder entrevistarse con ella. Me dijo que había alguien que estaba al
frente de la acción judicial que se desarrollaba en aquel país, y que se hacían reuniones y encuentros
para informar. Resulta que esa persona eras tú. Eso sí, me avisó de tu vehemente discurso, según él,
para que no me asustara. Al principio no hice mucho caso pero a los pocos días me fueron llegando
más noticias y finalmente una buena amiga, que me habló mejor de ti de lo que hizo aquel abogado,
me dio tu teléfono. Te llamé y después de unos minutos de conversación me convocaste a una reunión.
Hacía casi dos años que en mi familia habíamos descubierto que mi hermano mellizo Francisco po-
dría ser uno de los bebés robados durante la dictadura. Fue más de año y medio de movilizaciones,
manifiestos, nuestra denuncia archivada como otras cientos en aquel momento. Un periodo de tiempo
que desembocó en la constitución de nuestra asociación. La posibilidad de investigar estos crímenes,
junto al resto de los delitos de lesa humanidad cometidos durante el franquismo, abría una ventana
por donde entraba aire fresco desde el otro lado del Atlántico.
Por tanto, fui a esa reunión que se celebró en la Fundación Abogados de Atocha. Era junio de 2012
y allí me presenté todavía prevenida por las palabras de aquel abogado. Sentí tus palabras llenas
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de vehemencia, sí, y también repletas de honestidad,
fortaleza y optimismo. A aquel abogado no he vuel-
to a verle, contigo he compartido estos últimos ocho
años de activismo. En aquella reunión de junio de
2012, donde también conocí a Carlos Slepoy, quedó
constituida por todas las entidades asistentes la Red
de Apoyo a la Querella argentina, la Red Aqua. Casi
un año después, en mayo de 2013, se transformó en
la CeAqua, una gran Coordinadora con Plataformas
territoriales en buena parte de todo el Estado. Re-
cuerdo lo orgullosos que nos sentíamos de su avance
y qué conscientes éramos de lo mucho que nos que-
daba por conseguir.
Han sido ocho años de dedicación intensa a la defensa de los derechos de las víctimas del franquismo,
con sus alegrías y sus frustraciones, con muchas risas y también con algunas lágrimas. Miles de kiló-
metros recorridos, por tierra y aire, dentro de nuestro país y también fuera de él; decenas de visitas a
Instituciones, algunas baldías, otras sorprendentemente productivas: a Ayuntamientos, Parlamentos
Autonómicos y Congreso, a la Jueza Servini en Buenos Aires, al Parlamento Europeo, a Naciones Uni-
das en Ginebra. Tantas charlas, campañas, entrevistas con medios de comunicación, artículos de pren-
sa, participación en documentales, reuniones, ¿cuántas reuniones de CeAqua se habrán celebrado? Y
todo a mil por hora, porque se nos iba el tiempo, porque no podíamos perder ni un segundo, porque
cada día veíamos un poco más cerca la Justicia por la que luchábamos y teníamos que darnos prisa en
alcanzarla. “Ay Sol, no nos llega la camisa al cuello”, me decías cuando se nos acumulaba el trabajo,
lo que ocurría día sí y día también. A pesar de todo, no era el desánimo el que te hacía pronunciar
esas palabras, sino el entusiasmo que te cargaba de energía al ver que había tantas posibilidades de
continuar la tarea, de seguir adelante.
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¡Cuántos momentos y conversaciones compartidas! En todas ellas siempre había hueco para admirar
a Ramón y a Justa, nuestras parejas de toda la vida, por comprender y apoyar nuestro activismo, por
aguantar tantas ausencias, por ese amor incondicional que nos animaba a no bajar los brazos.
Todo esto lo compartí contigo, yo y muchas más personas, valientes compañeras y compañeros de
CeAqua, víctimas y resistentes, con su propia carga de dolor y con la magnífica solidaridad que carac-
teriza a los grandes. Carlos Slepoy, nuestro Carli siempre presente, el más grande de todos.
Y te golpeó el infarto. Creímos, ¡qué ingenuos!, que ese latigazo al corazón te mantendría más calma-
do. Sin embargo, en muy poco tiempo volviste al campo de juego, y esta vez en la liga de campeones
como gran protagonista de El silencio de Otros. Gira mundial, premios y más premios, y ¡el Goya!,
Chato, ese galardón que fue para CeAqua el reconocimiento a tanto y a tantos. Nadie ni nada podía
pararte. Eso creía.
A principios de este pasado otoño me dijiste que tenías cáncer, y que ibas a empezar un tratamiento de
quimioterapia que probablemente te dejaría fuera de combate durante un tiempo. Con una angustia
que ninguno de los dos dejamos entrever, nos pusimos a echar cuentas del tiempo que necesitarías
para reponerte. “Unos cuatro o cinco meses”, calculaste con gran optimismo. No sé si realmente pen-
sabas que ese sería el tiempo o solo lo dijiste para animarme. No sé si tú llegaste a creer que a mí eso
me consolaba. Con uno de esos grandes y enormes abrazos que te caracterizaban nos despedimos ese
día, compartiendo en esta ocasión una profunda tristeza no explícita. Sabíamos que nos volveríamos
a ver muchas veces más en las siguientes semanas, en los meses posteriores, como así fue, pero no nos
permitimos ni una palabra de derrota en ninguna ocasión. Sabíamos que la situación no era la mejor.
Después de la quimio, vino la radio y te dejó agotado. Demasiado agotado para la siguiente batalla con
el enemigo más minúsculo de todos a los que te habías enfrentado pero también el más letal.
Aunque estuvimos hablando, e intercambiando mensajes, hasta el día antes de tu marcha, la última
vez que nos vimos fue el 26 de febrero. Ese día se registró en el Congreso de los Diputados la Proposi-
ción de Ley de bebés robados, ¡por fin!
“No hay crimen más terrible que robar un hijo a una madre” decías, implicándote en esta dolorosa
causa con la misma pasión que te implicabas en todas las que defendemos en CeAqua. No querías
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salir en la foto que nos hicieron triunfantes delante de la escalinata de los leones, pero no permití que
la tomaran mientras no estuvieras en el grupo de la gente que posaba. “No seas gamberra” me dijiste
pero conseguí que te pusieras, aunque te metiste detrás hasta quedar en segundo plano. No dejo de
mirar esa foto.
Querido amigo, escribo estas líneas desde un rincón de mi casa, cerca de la terraza, desde el que puedo
ver los árboles del parque. Descubrimos hace tiempo que a ambos nos fascinaban los árboles, que los
abrazábamos porque nos llenaban de vitalidad y que sentíamos los bosques como lugares asombrosos.
Ahora, en este incipiente abril, veo desde este rincón cómo vuelven las hojas a los plátanos de sombra,
esos árboles grandes, fuertes y recios, y tu marcha se hace más desoladora.
Todo el mundo dice que, a pesar de tu ausencia y gracias a tu enorme presencia que siempre sentire-
mos, se seguirá en la lucha porque, como siempre nos decías, “esta pelea la vamos a ganar”. No me
cabe ninguna duda pero qué difícil será hacerlo sin ti, Chato, qué difícil.
He vivido tus últimos ochos años, he vivido tu muerte sin poder despedirme por este confinamiento,
sin darte ese último gran abrazo. Abrazos que tanto añoramos ahora, y que seguiremos echando de
menos incluso cuando podamos volver a darlos porque tú no estarás para compartirlos. La única
despedida que pude darte el domingo 29 de marzo fue un último mensaje de whatsapp, cuando ya no
estabas para poder leerlo, las mismas palabras que dejo aquí en este epílogo que tanto me ha dolido
escribir:
Mi querido amigo, compañero de lucha, socio de tantas aventuras, me despido de ti con todo el cora-
zón lleno de gratitud por tantas cosas. Brindo por ti, por tu vida y por tu recuerdo.
Hasta siempre, Chato.
https://vientosur.info/spip.php?article15837
Sol Luque (Asociación Todos los niños robados son también mis niños-CeAqua)
113
Ramiro C. J.
Juanillo de la Liga
No me atrevía a escribir para decirle hasta siempre al Chato. He leído tantas cosas tan hermosas y
tan bien escritas que reflejan mis sentimientos que me decía, para qué vas a hacer algo, ahí está todo
y mejor contado de lo que tú puedas hacer. Justa sabe que nunca olvidaremos al amor de su vida y a
nuestro amigo, compañero y camarada.
La verdad, no me imaginaba que pudiera afectarme tanto su pérdida, quizás porque nunca me podía
imaginar que nos quitaría así, de sopetón, cuando teníamos que hacer tantas cosas juntos.
Militamos en la misma organización durante muchos años, pero no lo conocí mucho en esa época; yo
militaba en Granada y Andalucía y él por otros lares. Fue muchos años después, cuando yo ya llevaba
viviendo bastante tiempo en Ginebra, que empezamos a retomar contacto por sus venidas a la Comi-
sión de Derechos Humanos de la ONU con sede en esta ciudad. Ese reencuentro fue un flechazo que
me permitió conocerlo mucho mejor y apreciar lo grande de su corazón y de su sonrisa.
Recuerdo particularmente cuando vino a Ginebra para presentar la película El silencio de otros, en
el Festival Internacional de Derechos Humanos, con la realizadora Almudena Carracedo y otras per-
sonas del Estado español. La sala estaba llena a rebosar, en el público había muchos jóvenes, algunxs
114
hijxs de emigrantes, pero la mayoría eran jóvenes sin ninguna ligazón particular con nuestro país.
Vi jóvenes y personas mayores llorar de rabia frente a una injusticia inmunda y aplaudir con toda el
alma que un ser humano pueda expresar después de la película. En esa tarde El Chato nos hizo llorar
cuando contaba su historia, nos hizo reír con sus anécdotas, pero lo más hermoso fue que nos hizo
más humanos y más solidarios. Ya nada sería igual para todas las personas que habíamos asistido a la
proyección de la película y al debate con él. Su empuje nos dio alas para que, en la ciudad de Calvino,
construyéramos un Comité Suizo contra la Impunidad de los crímenes franquistas.
En su último viaje a Ginebra le hice hacer cosas que nunca había pensado que haría. Me dijo: las cosas
que me haces hacer, Juanillo (así me llamaba). Fuimos guardaespaldas y bebimos algunos vinos con
personas con las que teníamos pocas cosas en común, pero así era el Chato, solidario con los otros
cuando había situaciones complicadas.
Al día siguiente fuimos a dar un paseo por un parque donde hay un inmenso cedro libanés, de más de
200 años; uno de los más antiguos de Europa. Me impresionó mucho de todo lo que sabía sobre los
árboles y me pidió que le hiciera una foto al lado del cedro. Ahora, cuando El Chato nos ha dejado por
nuevas luchas allí donde esté, cada día voy al cedro a decirle hola a mi amigo y camarada Chato y a
hablar con él. Le digo ¿por qué te has ido tan pronto?, tenía tantas cosas que preguntarte y otras mil
proposiciones para que hiciéramos juntos. Nos has dejado un vacío difícil de llenar, pero tu sonrisa y
tus abrazos me arroparán para seguir en tus combates. La injusticia de la vida permite que los tortu-
radores y asesinos sigan vivos físicamente, pero sabemos que están muertos de miedo y mezquindad.
Tú, Chato, nuestro Chato, nos has dejado, pero sigues vivo en miles de personas, más de lo que un día
pudiste imaginar. Algunas personas, aquí en Ginebra, cuando han sabido de tu muerte me han enviado
pequeños mensajes de cariño y simpatía, que te hago llegar allí donde estés.
Cuando podamos decirte hasta siempre todxs juntxs, abrazaremos a Justa (me imagino que sabes que
no está sola) y nos abrazaremos todoxs juntxs y brindaremos por tu recuerdo.
Gracias por todo lo que nos has dado y seguimos en la lucha.
Juanillo de la Liga (Ginebra)
115
Listado de artículos de prensa en memoria de Chato Galante aparecidos tras su muerte. Por orden
cronológico
29 MARZO, 2020
Gara
Fallece Chato Galante, referente antifranquista
https://www.naiz.eus/es/hemeroteca/gara/editions/2020-03-30/hemeroteca_articles/fallece-chato
-galante-referente-antifranquista
Público
El activista y expreso político del franquismo Chaato Galante fallece por coronavirus
https://www.publico.es/actualidad/activista-expreso-politico-franquismo-chato-galante-fallece-
coronavirus.html?utm_source=whatsapp&utm_medium=social&utm_campaign=web
Una última de gambas, Chato. Por favor
Alejandro Torrús
https://blogs.publico.es/otrasmiradas/31059/una-ultima-de-gambas-chato-por-favor/
Contexto
Chato, la tenacidad del rebelde
Manuel Garí
http://ctxt.es/es/20200302/Firmas/31540/chato-jose-maria-galante-activista-ecologistas-lcr-antifran-
quista-obituario-manuel-gari.htm
El Salto Diario
La Izquierda se despide de Chato Galante, emblema de la memoria antifranquista
Pablo Elorduy
https://www.elsaltodiario.com/memoria-historica/izquierda-despide-chato-galante-emblema-memo-
ria-antifranquista
116
El Pais
Muere Chato Galante, la voz de los torturados del franquismo
Natalia Junquera
https://elpais.com/espana/2020-03-29/muere-chato-galante-la-voz-de-los-torturados-del-franquismo.
html
Público
Chato, gegant de la resistència
Manuel Garí i Marià de Delàs
https://blogs.publico.es/torndeparaula/4257/chato-gegant-de-la-resistencia/
Huffpost
Muere el activista antifranquista Chato Galante a los 72 años víctima del coronavirus
Redacción / EFE
https://www.huffingtonpost.es/entry/chato-galante-coronavirus-muerte_es_5e808d79c5b6256a7a2c4fd8
El Mundo
Muere por coronavirus el activista y ex preso político madrileño ‘Chato’ Galante
https://www.elmundo.es/espana/2020/03/29/5e80914821efa072558b4637.html
EFE
El activista y expreso político Chato Galante fallece por coronavirus
https://www.efe.com/efe/espana/portada/el-activista-y-expreso-politico-chato-galante-fallece-por-
coronavirus/10010-4207685
Europa Press
Pablo Iglesias, Irene Montero y Alberto Garzón lamentan la muerte del luchador antifranquista
Chato Galante
https://m.europapress.es/nacional/noticia-pablo-iglesias-irene-montero-garzon-lamentan-muerte-
luchador-antifranquista-chato-galante-20200329115804.html
117
Ecologistas en Acción
Jose María Galante, Chato: ha muerto un luchador
Ecologistas en Acción
https://www.ecologistasenaccion.org/139916/jose-maria-galante-chato-ha-muerto-un-luchador/
Sin Permiso
Chato Galante (1948-2020)
G. Buster, Daniel Raventós
http://www.sinpermiso.info/textos/chato-galante-1948-2020
Nueva Tribuna
Chato Galante, la voluntad del resistente
Manuel Garí
https://www.nuevatribuna.es/opinion/manuel-gari/chato-galante-voluntad-resistente
/20200329171804172797.html
Traducido por International Viewpoint: http://www.internationalviewpoint.org/spip.php?article6492
Fundación Andreu Nin
En recuerdo de José María Galante, «Chato» (Fundación Andreu Nin)
Fundación Andreu Nin
https://fundanin.net/2020/03/29/en-recuerdo-de-jose-maria-galante-chato/
Levante El mercantil valenciano
Muere de Covid-19 el activista antifranquista Chato Galante
EFE - EP
https://www.levante-emv.com/sociedad/2020/03/29/muere-activista-antifranquista-chato-galante/
1995429.html
Izquierda Diario
Chato Galante ¡Hasta el socialismo siempre!
http://www.izquierdadiario.es/Chato-Galante-hasta-el-socialismo-siempre
118
La Pajarera Magazine
Se nos ha ido Chato Galante
María Toca
https://www.lapajareramagazine.com/se-nos-ha-ido-chato-galante
Naiz
Muere Chato Galante, referente antifranquista y partícipe del primer intento de fuga de Segovia
https://www.naiz.eus/eu/actualidad/noticia/20200329/muere-por-coronavirus-chato-galante-el-
activista-antifranquista-que-compartio-la-carcel-con-los-protagonistas-de-la-fuga-de-segovia
Nòs Diario
Obituario na memoria de ‘Chato’ Galante: O silencio será doutros
Montse Fajardo
https://www.nosdiario.gal/articulo/memoria/silencio-sera-doutros/20200329155734094150.html
Terra e Tempo
Chato Galante, madrileño, galego, humano
29 Marzo 2020
http://www.terraetempo.gal/artigo.php?artigo=5593&seccion=4
Nueva Revolución
Grazas, Chato
Luís Bará
https://nuevarevolucion.es/grazas-chato/
Grande pesar no movemento memorialístico galego pola morte de Chato Galante
https://nuevarevolucion.es/grande-pesar-no-movemento-memorialistico-galego-pola-morte-de-
chato-galante/
Galicia Confidencial
O BNG lamenta a morte do antifranquista Chato Galante, un “exemplo de loita pola xustiza”
E.P
http://www.galiciaconfidencial.com/noticia/121616-bng-lamenta-morte-antifranquista-chato-
119
galante-exemplo-loita-pola-xustiza
Esquerda
Morreu Chato Galante, combatente anti-franquista
https://www.esquerda.net/artigo/morreu-chato-galante-combatente-anti-franquista/66657
El Punt Avui
Mor l’activista i ex pres polític antifranquista Chato Galante per coronavirus
EFE
http://www.elpuntavui.cat/societat/article/5-societat/1766319-mor-l-activista-i-ex-pres-politic-
antifranquista-chato-galante-per-coronavirus.html
Ara
Mor Chato Galante, un lluitador que mai va deixar de combatre contra els torturadors de la dicta-
dura
Silvia Marimon
https://www.ara.cat/cultura/Mor-Chato-Galante-coronavirus-covid-19_0_2425557501.html
El Periódico
Mor per Coronavirus l’ex-pres polític “Chato” Galante
https://www.elperiodico.cat/ca/politica/20200329/mor-coronavirus-ex-pres-politic-chato-galante-
7909464
La Vanguardia
Muere por coronavirus el activista y expreso político madrileño Chato Galante
Agencias
https://www.lavanguardia.com/politica/20200329/48157950745/chato-galante-coronavirus.html
Muere el activista por la memoria democrática José María Galante, ‘Chato’
Europa Press
https://www.lavanguardia.com/local/madrid/20200329/48159726353/muere-el-activista
-por-la-memoria-democratica-jose-maria-galante-chato.html
120
Diario de Mallorca
Muere de Covid-19 el activista antifranquista Chato Galante
EFE / EP
https://www.diariodemallorca.es/sociedad/2020/03/29/muere-activista-antifranquista-chato-galante/
1498486.html#cxrecs_s
Teller Report
Activist and ex-political prisoner from Madrid ‘Chato’ Galante dies of coronavirus
via El Mundo
https://www.tellerreport.com/news/2020-03-29---activist-and-ex-political-prisoner-from-madrid--
chato--galante-dies-of-coronavirus-.Sy-vuEm08U.html
30 MARZO, 2020
El Salto Diario
Chato Galante La Dignidad de la Memoria
Jacobo Rivero
https://www.elsaltodiario.com/obituario/chato-galante-la-dignidad-de-la-memoria
Ctxt
Chato Galante, hasta que las ranas críen pelo
Yayo Herrero
https://ctxt.es/es/20200302/Firmas/31545/Yayo-Herrero-Chato-Galante-homenaje-obituario-
tierra-memoria.htm
Cuarto Poder
Homenaje al fallecido Chato Galante. Palanca contra el olvido, sueño de justicia
María F. Sánchez
https://www.cuartopoder.es/sociedad/2020/03/30/chato-galante-muerte-homenaje-palanca-
contra-el-olvido-sueno-de-justicia/
121
Izquierda Diario
Falleció Chato Galante, histórico luchador contra la impunidad del franquismo
Rosa D’Alesio
https://www.izquierdadiario.es/Fallecio-Chato-Galante-historico-luchador-contra-la-impunidad
-del-franquismo
Diario de Pontevedra
Fondo pesar na IGM polo falecemento de Chato Galante en Madrid
Redacción
https://www.diariodepontevedra.es/articulo/galicia/fondo-pesar-igm-polo-falecemento-chato-galante
-madrid/202003301421401079682.html
El Punt Avui
Mor l’activista i ex-pres franquista Chato Galante
Redacció
https://www.elpuntavui.cat/societat/article/5-societat/1766457-mor-l-activista-i-ex-pres-
franquista-chato-galante.html
Grenzeloos
Chato: een reus geveld door corona
Willem Bos
30 Marzo 2020
https://www.grenzeloos.org/content/chato-een-reus-geveld-door-corona
https://vientosur.info/spip.php?article15795 (traducido al castellano)
Viento Sur
Radicalmente Humano
Martí Caussa
https://vientosur.info/spip.php?article15774
Traducido por el NPA: https://npa2009.org/actualite/international/chato-galante-radicalement
-humain
122
Nuestro resistente tranquilo
Esther Mondragón y Petxo Idoiaga
https://vientosur.info/spip.php?article15779
No puedo imaginar
Roser Rius
https://vientosur.info/spip.php?article15778
31 MARZO, 2020
Público
Chato, ya eres eterno
Nora Rodríguez
https://blogs.publico.es/verdad-justicia-reparacion/2020/03/31/chato-ya-eres-eterno/
La Comuna
Va por Chato
LC
http://www.lacomunapresxsdelfranquismo.org/2020/03/31/va-por-chato/
Berria
Chato
Onintza Enebeita
https://www.berria.eus/paperekoa/1881/021/002/2020-03-31/chato.htm
NAIZ
Esquela
Plataforma vasca contra la impunidad del franquismo
https://www.naiz.eus/eu/esquelas/page/1?&order_by=published_at&per_page=10
Democracy Now
minuto 12:55
https://www.democracynow.org/shows/2020/3/31
123
Radio Havana Cuba
Anti-fascist activist José María Galante dies of COVID-19
Ed Newman (editado por)
http://www.radiohc.cu/en/noticias/internacionales/218372-anti-fascist-activist-jose-maria-
galante-dies-of-covid-19
Viento Sur
“No le golpeen en la cabeza que está estudiando”
Begoña Zabala
https://vientosur.info/spip.php?article15790
La trayectoria ejemplar de un irreductible
Jaime Pastor
https://vientosur.info/spip.php?article15786
Agur
Josu Ibargutxi
https://vientosur.info/spip.php?article15784
Mi anagnorisis sobre Chato
Alberto López Bargados
https://vientosur.info/spip.php?article15783
Adiós Socio
Josep Garriga, Calitu
https://vientosur.info/spip.php?article15782
31 ABRIL, 2020
Publico
Chato, que días tan extraños
Jacinto Lara
https://blogs.publico.es/dominiopublico/31645/chato-que-dias-tan-extranos/
124
Zarabanda
Muere un luchador antifranquista, activista ecologista y social
http://zarabanda.info/muere-un-luchador-antifranquista-activista-ecologista-y-social/
NPR
Lutter contre l’impunité des crimes contre l’humanité commis par la dictature
Henri Wilno, Chato Galante
https://npa2009.org/actualite/international/lutter-contre-limpunite-des-crimes-contre-lhumanite
-commis-par-la-dictature
2 ABRIL, 2020
NAIZ
Agur Chato
Josu Ibargutxi (Goldatu Elkartea)
https://www.naiz.eus/eu/iritzia/articulos/agur-chato
Viento Sur
Cómo no quererte
Anxo Padin
https://vientosur.info/spip.php?article15805
Así de sencillo, la dignidad
Antonio Crespo Massieu
https://vientosur.info/spip.php?article15804
3 ABRIL, 2020
El Punt Avui
‘Pa’lante’, Chato
Jordi Panyella
https://www.elpuntavui.cat/opinio/article/1768646-pa-lante-chato.html
125
Diario de Mallorca
Pandèmia vs memòria
Jesús Jurado Seguí
https://www.diariodemallorca.es/opinion/2020/04/04/pandemia-vs-memoria/1500013.html?utm_
source=rss
4 ABRIL, 2020
Viento Sur
“Cuando vayas busca a un tío grande con el pelo muy blanco. Es Chato”
Almudena Carracedo y Robert Bahar
https://vientosur.info/spip.php?article15816
7 ABRIL, 2020
Viento Sur
Aquí no se rinde nadie!
Felisa Etchegoyen (Kutxi)
https://vientosur.info/spip.php?article15825
“Txoria nuen maite”
Sabino Cuadra
https://vientosur.info/spip.php?article15824
9 ABRIL, 2020
Viento Sur
Epílogo
Sol Luque
https://vientosur.info/spip.php?article15837
126
127
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