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Tema II.

La inclusión Financiera

II.I Concepto

La inclusión financiera se refiere al acceso que las


personas pueden tener al sistema financiero formal,
así como al uso adecuado de productos y servicios
financieros como lo es el ahorro, el crédito, los seguros
y las cuentas de ahorro para el retiro, entre otros.

La Inclusión Financiera propicia un mejor manejo de los


recursos y acceso a productos y servicios financieros; una
más pronta recuperación ante situaciones de inestabilidad de
la economía, así como la inclusión social de los individuos; de
las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPyMEs) y de
otro tipo de organizaciones.

De acuerdo con la CNBV, la inclusión financiera es necesaria


porque propicia una menor pobreza y desigualdad y un mayor
crecimiento económico. El acceso al crédito permite que los
individuos y hogares adquieran patrimonio —como una casa o
un vehículo—, bienes duraderos; que emprendan alguna
actividad productiva que genere ingresos; que estén
financieramente protegidos ante emergencias o imprevistos, y
que cuenten con los recursos suficientes para vivir tranquilos
durante su jubilación. Además, en el caso de las empresas, las
acerca a mejores posibilidades de crecimiento al permitirles
comprar maquinaria, invertir en inventario y mejorar sus
instalaciones, entre otros beneficios.

La Inclusión Financiera se refiere al acceso que las personas


pueden tener al sistema financiero formal, así como al uso
adecuado de productos y servicios financieros como lo es el
ahorro, el crédito, los seguros y las cuentas de ahorro para el
retiro, entre otros.

Un individuo será incluido financieramente cuando tenga


acceso a un servicio financiero formal (de instituciones
reguladas) de manera transparente (protección al
consumidor), a la vez que tenga la posibilidad de adquirir la
habilidad de seleccionar los productos y los servicios que más
le convengan. La Inclusión Financiera es un importante
mecanismo que permite incrementar el bienestar de la
población, al poder desplazar los flujos de ingreso y consumo
por medio del ahorro y el crédito, así como la acumulación de
activos y la creación de un fondo para la vejez.

No obstante a esta situación, 54 millones de personas de 18 a


70 años (68%) tienen al menos un producto financiero, lo que
representa sólo 2 millones más de personas con respecto a
2015, es decir un incremento de 2 millones en tres años. Sólo
el 47 por ciento de los adultos en México tienen una cuenta en
un banco o institución financiera. (Tercera Encuesta Nacional
de Inclusión Financiera 2018).

La vulnerabilidad de las personas que no tienen acceso al


mercado financiero formal es amplia, y se observa es que se
debe incrementar la inclusión financiera. Cabe señalar que la
falta de inclusión financiera se atribuye a distintos factores,
entre otros, los relacionados con la demanda y oferta de
servicios financieros.

Una mayor inclusión financiera es de interés para todos los


agentes que se desempeñan en el sector financiero. Pero para
alcanzar este fin, es necesario que los intermediarios públicos,
privados y sociales se den a la tarea de proporcionar las bases
de Educación Financiera para que los usuarios busquen y
utilicen acertadamente los productos y servicios que les
resulten más convenientes.

Podemos decir que las políticas y programas de inclusión


financiera giran en torno a cuatro pilares:

 El acceso al sistema financiero


 El uso de productos y servicios financieros
 La Educación Financiera
 La protección al usuario de servicios financieros

Estos cuatro pilares se sustentan en datos precisos, objetivos


y oportunos, para lograr los resultados esperados. Esto
implica que debe existir una adecuada medición para, en una
primera instancia, tener un diagnóstico inicial y
posteriormente evaluar el impacto de las acciones
emprendidas y, en su caso, hacer los cambios necesarios y
lograr el objeto de dichas acciones.

La educación es un elemento clave para la inclusión


financiera, que permite hacer un uso eficiente y consciente de
los productos y servicios financieros. Cuando las personas
tienen acceso al Sistema Financiero tienen mayores
oportunidades de escoger las opciones que favorezcan su
desarrollo, como invertir en su
educación, en un negocio, en su
salud o ahorrar para su retiro.

Tanto la Educación Financiera,


como la Inclusión Financiera,
son un fuerte soporte del
proceso de bancarización. El
término bancarización es
utilizado con frecuencia para
hacer referencia a la
incorporación al sistema
financiero de grupos de escasos recursos del sector informal
de la economía, que tradicionalmente han sido desatendidos
por la banca comercial.

Las políticas y programas de Inclusión Financiera giran en


torno a cuatro pilares: 1.- Acceso al sistema financiero. 2.-
Uso de productos y servicios financieros. 3.-Educación
Financiera. 4.- Protección al usuario de servicios financieros.

II.II Medición de la Inclusión Financiera

Con la colaboración y participación de las entidades que


conforman el Consejo Nacional de Inclusión Financiera, la
CNBV y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía
(INEGI), a partir de 2012 se lleva a cabo cada tres años la
Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF). Esta
encuesta permite generar datos de acceso y de uso de
productos y servicios financieros, así como de protección al
usuario de servicios financieros y también de Educación
Financiera.

Una de las nuevas características de la ENIF 2018 fue


responder tanto al mandato de la Política Nacional de
Inclusión Financiera, como al de la Estrategia Nacional de
Educación Financiera.

En este sentido, el objetivo de la línea de acción 6 de la


Política es generar datos y mediciones para evaluar los
esfuerzos e identificar áreas de oportunidad que contribuyan
al diseño de programas de Educación Financiera. Por su parte,
dicha estrategia indica que se deben generar datos,
información y mediciones sobre Educación Financiera y que se
incorporarán a la ENIF la medición de comportamientos y
capacidades financiera, esa sería su importancia para la
Educación Financiera.
Es evidente que la inclusión financiera es un elemento clave
para reducir la pobreza e impulsar la prosperidad económica y
social. Por ello, es importante que los esfuerzos en promover
mayor acceso y uso de servicios financieros vaya
acompañada de una regulación propicia que garantice que los
proveedores de servicios quieran un trato justo y un servicio
con calidad a sus usuarios; también es necesario contar con
programas de educación financiera que faciliten las
herramientas necesarias para que las personas tomen
decisiones informadas sobre sus recursos financieros.

También, una infraestructura adecuada, es fundamental para


permitir el acceso a los servicios financieros, con lo cual se
cierra la brecha de oferta y demanda de servicios financieros.

Por ello, este capítulo presenta los principales indicadores


sobre la infraestructura física financiera y la cobertura
financiera en el país, asociados a la dimensión de acceso de la
inclusión financiera. Si bien los canales tradicionales
(sucursales y cajeros) han tenido un incremento en cuanto a
la cobertura que ofrecen, no han logrado expandirse por todo
el territorio mexicano dado que los costos asociados a ello son
significativos para las instituciones financieras y éstas han
migrado a modelos de negocio más rentables como son los
corresponsales; no obstante, México presenta un reto en
materia de infraestructura tecnológica para lograr
conectividad en la totalidad del territorio del país; ante esto,
es necesario compartir recursos para lograr no solo
conectividad en todas las comunidades del país, sino también
la provisión de servicios financieros a través de modelos de
negocio donde varias instituciones compartan los costos
operativos y financieros que esto representa.

En México es un reto en materia de infraestructura


tecnológica, lograr conectividad en la totalidad del territorio
nacional.
Dados los avances tecnológicos y las brechas generacionales,
el uso de servicios financieros digitales va tomando relevancia
y los proveedores van migrando a ofrecer servicios tales como
la banca electrónica, que ha permitido que se puedan llegar a
realizar algunas operaciones financieras a través de los
celulares o computadoras. Por ello, se vislumbra que en un
futuro los servicios y productos financieros se ofrezcan cada
vez más a través de canales diferentes a los tradicionales.

II.III Comportamiento Financiero

En cuanto a la infraestructura, para finales de 2018, había


17,290 sucursales, un aumento del 1 por ciento con respecto
al año anterior. Un total de 54,514 cajeros, con un incremento
del 7.5%. En la captación de cuentas, se incrementó en un 6%
para alcanzar la cifra de 101’358,270 de cuentas, los créditos
incrementaron en un 3.4% con 54’574,428. Las cuentas de
Ahorro para el Retiro, alcanzaron 62’879,959 lo que significó
un aumento del 4.8%.

La Inclusión Financiera es un elemento más para reducir la


pobreza e impulsar la prosperidad económica y social.

Es importante que los esfuerzos en promover mayor acceso y


uso de servicios financieros vayan acompañados de una
regulación que garantice que los proveedores de servicios
proporcionen un trato justo y un servicio de calidad a sus
usuarios, que facilite a las personas la toma decisiones
informadas sobre sus recursos financieros.

Tomado como base la información de sucursales registradas,


la cobertura municipal está en el orden de los 51%, con una
cobertura demográfica de 92%.

El aumento de las sucursales bancarias, permitió el


incremento de cobertura en municipios ubicados en los
estados de Chiapas, Guerrero, Estado de México, Michoacán,
Oaxaca, Puebla, Veracruz y Yucatán, por ejemplo.

La Ciudad de México es la entidad con el mayor número de


sucursales, con 1,942; por su parte, el municipio con más
sucursales es Guadalajara con 417.

El porcentaje de la población con acceso a al menos a una


sucursal a una distancia de 4 kilómetros en promedio, fue de
76.1% y el del acceso de localidades con más de 20
habitantes del 18.9%.

Banca múltiple
La CNBV y la SHCP reportan que en 2019 los activos totales
del sector de Banca Múltiple alcanzaron los $9,679 miles de
millones de pesos (mmdp), lo que representó un incremento
anual real de 1.5%.

La cartera total de crédito del sector de Banca Múltiple


alcanzó un saldo de $5,336 mmdp al cierre de julio, con un
crecimiento anual real de 3.6% respecto al mismo mes de
2018.

La captación total de recursos sumó $5,887 mmdp, lo que


significó un aumento anual real de 4.1%. De este monto,
57.2% corresponde a depósitos de exigibilidad inmediata, los
cuales presentaron un crecimiento anual real de 2.0%.

El resultado neto del sector fue de $96 mmdp, 4.1% mayor,


en términos reales, respecto a julio de 2018; contribuyendo a
un rendimiento sobre activos (ROA) de 1.72% y un
rendimiento sobre capital contable (ROE) de 16.04%.
https://www.gob.mx/cms/uploads/attachment/file/489470/Com
unicado_de_Prensa_BM_julio_2019.pdf

La Banca de Desarrollo

De acuerdo a la CNBV, todas las instituciones de banca de


desarrollo obtuvieron resultados positivos al cierre del año de
2018. El sector de la banca de desarrollo se compone de
6 instituciones: Banco del Ahorro Nacional y Servicios
Financieros S.N.C. (Bansefi), hoy Banco del Bienestar;
Banco Nacional de Comercio Exterior S.N.C
(Bancomext); Banco Nacional de Obras y Servicios
Públicos S.N.C (Banobras); Banco Nacional del Ejército,
Fuerza Aérea y Armada S.N.C (Banjército); Nacional
Financiera S.N.C. (Nafin); y Sociedad Hipotecaria
Federal S.N.C. (SHF).

Las instituciones de este sector apoyan con crédito a


empresas, instituciones financieras y a entidades públicas.
Los pasivos del sector se ubicaron en $1,905 mmdp, lo que
significó un aumento de $117 mmdp, es decir, 6.6% más con
respecto a 2017. Dicho monto representó 91.9% de los
activos totales. El capital contable se ubicó en $167 mmdp,
presentando un incremento de $19 mmdp (12.8%) con
relación al año anterior. Dicho crecimiento se explica por la
acumulación de utilidades y las aportaciones de capital.

En cuanto a resultados, todas las Instituciones de Banca de


Desarrollo (IBD) obtuvieron utilidades netas positivas al cierre
de 2018. Los resultados se debieron, principalmente, al
incremento en el margen financiero y disminución en la
constitución de estimaciones preventivas para riesgos
crediticios, así como en los gastos de administración y
promoción.

En este periodo, los créditos comerciales crecieron 10.8%,


que lo convierte en el portafolio más importante al
representar el 94.6% de la cartera total, con un monto de
$1,001 mmdp. Banobras cuenta con una participación en este
rubro de 43.3%, seguido de Nafin con 25.9% y Bancomext con
23%.

La Banca de Desarrollo,está integrada por las instituciones


del sector financiero que apoyan con crédito a empresas,
instituciones financieras y a entidades públicas.

Sociedades cooperativas de ahorro y préstamo

La Comisión Nacional Bancaria y de Valores en su información


financiera de 2019, reportó que en el sector de Sociedades
Cooperativas de
Ahorro y Préstamo
(SOCAPs), se
encuentra integrado por 157 entidades autorizadas y en
operación.

Durante el ejercicio 2018, se revocaron las autorizaciones de


dos SOCAP, y se dejaron sin efecto las autorizaciones de dos
más, debido a que culminó el proceso de fusión con otras
sociedades autorizadas.

Asimismo, se otorgó la autorización a cuatro sociedades, para


continuar realizando operaciones de ahorro y préstamo en
términos de la LRASCAP.

Únicamente, las SOCAPs autorizadas y supervisadas por la


CNBV cuentan con la cobertura del seguro de depósito del
Fondo de Protección (Focoop) hasta por una cantidad
equivalente a 25,000 UDIS por ahorrador, como se establece
en la Ley para Regular las Actividades de las Sociedades
Cooperativas de Ahorro y Préstamo (LRASCAP).

El Comité Técnico del Focoop se integra por representantes


del sector y sus recursos provienen principalmente de
aportaciones de las mismas SOCAPs autorizadas.
(http://focoop.com.mx/)

Sociedades Cooperativas de Ahorro y Préstamo (SOCAPs)

El Fondo de Protección (Focoop) cuenta con la cobertura del


seguro de depósito.

El Comité Técnico del Focoop se integra por representantes del


sector y sus recursos provienen de aportaciones de las mismas
SOCAPs autorizadas

http://focoop.com.mx/

Canales de acceso
En materia de Inclusión Financiera, se da a conocer el avance
a nivel estatal, en los siguientes aspectos:

Acceso:

 Canales por cada 10 mil adultos, incluye


sucursales, corresponsales, cajeros y terminales
punto de venta.

 Cobertura por tipo de municipio, urbano y rural: sin


sucursal (ni corresponsal), con sucursal, y sin sucursal
pero con al menos un corresponsal.

Uso:

 Captación: número total de cuentas de depósito y ahorro


por cada 10 mil adultos de las instituciones financieras y
número de cuentas ligadas a un celular por cada 10 mil
adultos.

 Crédito: número total de contratos


de crédito por cada 10 mil adultos
(incluye los sectores de banca y
ahorro y crédito popular).

 Distribución de contratos de
crédito, por producto y de
acuerdo al sector al que
pertenecen las instituciones
(banca y entidades de ahorro y
crédito popular).

Para conocer la distribución de la información se


puede consultar la siguiente base de datos:
https://www.gob.mx/cnbv/acciones-y-programas/bases-de-
datos-de-inclusion-financiera

La Inclusión Financiera se mide tomando en consideración los


siguientes indicadores:
- Acceso, cobertura, uso, captación, crédito, contratos de
crédito.
Para revisar acciones y programas, base de datos de inclusión
financiera. Consulta la página www.gob.mx/cnbv

Indicadores de infraestructura financiera a nivel


nacional:

En cuanto a la evolución de los puntos o canales de acceso al


sistema financiero el Reporte Nacional de Inclusión Financiera
2019 reporta lo siguiente:

El 85% de la población adulta habita en localidades que se


encuentran a menos de 2 km de un punto de acceso. Esta
proporción crece a 90% al considerar un radio de 4 km, 95% si
el radio se amplía a 7 km y 98% si se trata de municipios.

Ahorro o captación. Referente al número de cuentas de


captación, en México, hay, en promedio, 1.2 cuentas por cada
adulto. La participación de las entidades de ahorro y crédito
popular es del 13% del total de cuentas y las cuentas de
expediente simplificado representan el 21% del total de
contratos.

II.IV Economía de Género

La economía de género bien puede tener varios enfoques,


sin embargo, la intención del presente apartado es visibilizar
un poco la situación actual que se tiene entre la Educación
Financiera tanto en hombres como en mujeres. De esta
manera tenemos que llamar la situación, nuestro país coloca
en una posición de desventaja a las mujeres no por no contar
con normativas de protección, sino por un atraso en la
utilización de los beneficios para acceder a la Educación
Financiera, principalmente.

Desde la perspectiva de economía de género, es importante


que se reconozcan las distintas necesidades, privilegios,
derechos y obligaciones de mujeres y hombres en la sociedad;
reconociendo también las diferentes contribuciones de
mujeres y hombres en la producción de bienes y servicios, así
como su distinta participación en los diferentes trabajos
necesarios para la reproducción social.

La responsabilidad social de crear programas sensibles al


género ayuda a mostrar y hacer más transparente la relación
existente entre los objetivos políticos y los ingresos y el gasto
público, así como, entre la política y la distribución del gasto
en todas las actividades del gobierno. Incorporar entonces el
enfoque de género en los programas y en general todas las
acciones que el gobierno despliegue, requiere unir el
conocimiento sobre los roles y las relaciones de género y el
conocimiento sobre el sector público y la economía.

Otra característica que deben de tener los esfuerzos de


economía de género es que deben ser trasversales, es decir,
que deben de estar contemplados en todos los programas
sociales de todas las dependencias para que tengan un
resultado significativo y no sea esfuerzo de una sola
dependencia o sector. Hay veces que la perspectiva viene
sugerida en algunos programas, pero ésta debe de ser
explícita para ser efectiva. La EF con perspectiva de género
podría resultar una herramienta con
profundas implicaciones, no sólo
en términos de equidad social y
económica sino también en la
consecución de determinados
estándares de vida.

La perspectiva de los estándares


de vida que visibiliza y sitúa los
trabajos de cuidados como elemento central del desarrollo
humano, va mucho más allá de la idea de igualdad de
oportunidades, ya que permite plantear las responsabilidades
reproductivas como un tema social y político de primer orden
y no como un aspecto privado (de responsabilidad femenina).

La forma cómo se diseña e implementan las políticas públicas


y cómo se otorguen las transferencias monetarias, estará
configurando una organización específica de distribución del
tiempo y del trabajo mercantil y familiar doméstico.

La importancia de estos enfoques es interpelar a la sociedad


en general con relación directa con los estándares de vida de
la población, destacando la importancia del trabajo de
cuidados. De esta manera, se está asumiendo que existe una
tensión histórica entre el bienestar de la población y el
beneficio privado que exige la participación del sector público
para la organización y redistribución de los recursos, en
función de los estándares de vida generalizados.

El Panorama Anual de Inclusión Financiera de la CNBV 2019


revela que la tenencia de productos y servicios financieros
continúa siendo desfavorable para las mujeres. La brecha en
posesión de cuentas de captación fue de -3.2%, en créditos
hipotecarios de -26.4%, en tarjetas de crédito de -5.5%, en
cuentas de captación de las SOFIPO de -1.0% y en créditos de
las entidades de ahorro y crédito popular (EACP) de 6.7%.

La brecha de género ENIF 2018,muestra que las mujeres


también tienen un rezago en materia de acceso a los seguros y
las Afores. Acuden menos a utilizar la infraestructura financiera,
usan menos su tarjeta de débito, sus expectativas para cubrir
los gastos asociados a su vejez, recae en otras personas.

Asimismo, las brechas de género reveladas por la Encuesta


Nacional de Inclusión Financiera 2018 (datos de la demanda)
muestran que las mujeres también tienen un rezago en
materia de acceso a los seguros y las Afores. Asimismo, las
mujeres acuden menos a utilizar la infraestructura financiera,
usan menos su tarjeta de débito, y sus expectativas para
cubrir los gastos asociados a su vejez, recae en personas
externas a ellas (gobierno y familia), en mayor medida que los
hombres.

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