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Regimen Procesal Penal Resumen Primer Parcial PDF
Regimen Procesal Penal Resumen Primer Parcial PDF
Existen dos grandes sistemas de persecución penal estatal: el seguido por los países
de origen anglosajón -que recepta el principio acusatorio-, y el seguido por los
países de tradición continental -de marcado tinte inquisitivo. La diferencia
principal entre estos dos modelos de realización de la justicia penal tiene su origen
a partir de la aparición del principio de persecución penal publica.
El rol que hasta ese momento cumplía la víctima pasó a ser desempeñado por el
funcionario público encargado de perseguir. "La caracteristica fundamental del
e,yuiciamiento acusatorio reside en la división de los poderes ejercidos en el
proceso. por un lado. el acusador. quien persigue penalmente y ejerce el poder
requirente. por el otro. el imputado. quien puede resistir la imputación, ejerciendo
el derecho de defenderse. y. finalmente, el tribunal. que tiene en sus manos el
poder de decidir".4 Por otro lado. "la caracteristica fundamental del e,yuiciamiento
inquisitivo reside en la concentración del poder procesal en una única mano. la del
inquisidor, a semejanza de la reunión de los poderes de la soberanía (administrar.
legislar y juzgar) en una única persona, según el régimen político del absolutismo".
Función
Facultades de la defensa
COMPETENCIA
ORGANIZACIÓN JUDICIAL
INSTRUCCIÓN
Acción pública
Acción Privada
Facultad de denunciar
Requisitos denuncia:
Obligación de denunciar:
Prohibición de denunciar
Vista fiscal
Art. 182. - Cuando la denuncia sea hecha ante la policía o las fuerzas
de seguridad, ellas actuarán con arreglo al artículo 186.
Función:
Requerimiento de instruccíón
Iniciación:
VICTIMA Y QUERELLA
BRUZZONE: Por mi parte, quisiera señalar que si bien, como lo hace Pastor, no
considero que el derecho a querellar en causas de acción pública surja del texto
constitucional, al encontrarse legalmente prevista la facultad de la víctima de
intervenir en el proceso como parte acusadora junto con el fiscal, en principio, no
podría verse limitada a lo que proponga esa otra parte, como, por ejemplo, se
encuentra normativamente establecido en el Código Procesal Penal de la Nación,
donde su intervención tiene carácter adhesivo, siendo insuficiente la
capacidad recursiva que se le reconoce para llevar adelante la función
asignada. Brevemente: si legalmente se reconoce la facultad de actuar como parte
querellante, ese reconocimiento debe extenderse, incluso, a dotarlo de los atributos
y remedios correspondientes para obtener una pena.
Si bien el período que discurre entre 1889 y 1921 es aquel en donde se consolidó
a nivel nacional, la posibilidad de que el querellante ingresara autónomamente a la
etapa de plenario, y donde no se registran mayores precedentes de la CSJN debido
al criterio invariable de no considerar materia federal lo atinente a la interpretación
del derecho procesal (6), fue con la entrada en vigencia del actual Código Penal
donde se generaron, en lo que a este tema se refiere, dos líneas de discusión que,
con sus particularidades, en cierta medida se mantienen hasta el presente y que
hacen al reparto de competencias legislativas previsto en el texto constitucional.
Por un lado, con carácter general, la de la usurpación de funciones en la que
habría incurrido el Congreso Nacional al regular desde la ley sustantiva lo
atinente al ejercicio de la acción penal y, por otro, el relativo a determinar si
por haberse establecido el principio de oficialidad en su art. 71 se había
abolido la figura del querellante.
Wald", debe quedar claro que lo que posibilitó el cambio —más allá del criterio
que se pudiera tener sobre la intervención de la víctima en procesos de acción
pública— fue la adopción por parte de la Corte de la doctrina de la gravedad
institucional, y ello porque respecto de esos delitos la solución siguió siendo la
misma, a punto tal que, por vía de principio, el recurso extraordinario
deducido por el querellante, con miras a la obtención de una condena
criminal, era considerado improcedente. Es en "Toculescu"(17) donde si bien la
Corte revocó el sobreseimiento dispuesto, dándole razón a la querella, lo hizo
invocando la doctrina de la gravedad institucional consagrada por primera vez en
el conocido precedente "Jorge Antonio"(18), pero reiterando que por vía de
principio el recurso extraordinario deducido por el querellante, con miras a la
obtención de una condena criminal, era improcedente, doctrina que sería
puntualmente cuestionada por el Procurador Lascano.
Fue por ese motivo que, al dictaminar en el caso "Cincotta"(19), también frente
a un recurso interpuesto por una querella respecto de un delito de acción
pública, Lascano se ocupó puntualmente del tema solicitando a la Corte que
reviera su posición en ese sentido. En realidad, y como fuera resuelta la cuestión
de fondo con remisión a "Toculescu" y, por ende, a "Jorge Antonio", lo
trascendental de ese caso es cómo queda por primera vez fijada una posición que,
pocos años después, produciría un giro en el tema dejando de la lado la doctrina
mencionada. Este es el momento del verdadero quiebre en la materia y, sin
dudas, el antecedente más importante hasta ese momento, pero con proyección
al presente. Dice expresamente Lascano que estima "aconsejable la revisión de la
mencionada doctrina", reflexionando a continuación que el repaso de los
antecedentes de la Corte en la materia, le permitían concluir que era dudoso que
surgiera de ellos un criterio definido, asentado sobre bases firmes, ya que la
doctrina de las últimas decisiones que se habían adoptado no parecía encontrar
apoyo en aquellos precedentes, donde se limitaban a afirmar que lo relativo a las
condiciones requeridas para ingresar como querellante particular en una causa era
de orden común y procesal, así como de toda otra cuestión que se originara en el
trámite de la querella.
Dijo Lascano en esa oportunidad:"En cambio, el punto resuelto en Fallos: 219:317
(21) es más complejo. Se trataba allí de la denegación del carácter de
querellante al particular damnificado, y éste impugnaba dicha denegación,
con fundamento en la garantía constitucional de la defensa de los derechos en
juicio. La pretensión esgrimida, por tanto, se basaba implícitamente en la idea de
que existe un interés legítimo del ofendido por un delito en la sanción penal del
ofensor, único medio a través del cual se obtiene un verdadero
restablecimiento del equilibrio roto por la lesión de los bienes tutelados por el
derecho criminal. En otros términos, debería mirarse la persecución de la
Lo que debemos lograr es encontrar un justo medio, para discutir primero desde
los extremos y llegar a alguna conclusión que, seguro, no nos va a satisfacer, pero
nos permitirá seguir discutiendo, aprendiendo y equivocándonos para mejorar.
Por su parte, la tesis reflejada en "Marcilese" -voto del juez FAYT, que coincide
con su voto disconforme en "Mostaccio"- consiste en que el pedido absolutorio
del fiscal no imposibilita el dictado de una condena, dado que el fiscal no
puede desapoderar al tribunal del ejercicio de la jurisdicción ni forzar al
tribunal a adoptar determinada decisión y que no se ven afectadas ni la
imparcialidad ni la defensa, pues el tribunal ha condicionado su actuación a la
formulación de un requerimiento fiscal de elevación a juicio.
ETAPA PREPARATORIA
Además, dejé sentado que una ínterpretación literal del art 215 de ese cuerpo
legal conduce a la conclusión de que la ley no exige que exista auto de
procesamiento para requerir el juicio de un sujeto en esos casos, que tramitan
en los términos del art 196, CPPN (arta. 212 y 213 del mismo cuerpo legal), con
En este sentido, consideró que el control judicial que habilita el art. 349, CPPN
no es suficiente, pues 'el auto de elevación a debate no resulta apelable (art.
352)", con lo cual el auto de procesamiento se erige 'como forma eficaz de
lograr un control de la actividad persecutoria"
"sólo a través de la apelación de ese acto que el CPPN vigente brinda una
alternativa al Imputado para que su situación de mérito sea revisada..."
Sostuvo que el párr. 2 del art. 215, CPPN establece que debe haberse dado
oportunidad al imputado de ser oído en declaración, y el párr. 3, que
'inmediatamente después [el fiscal] comunicará su dictamen al juez de
instrucción", lo cual indica que el fiscal puede presentar su requerimiento de
sobreseimiento o de remisión a juicio sin necesidad de solicitar auto de mérito
en los términos del art. 306
Entiendo que en las causas que tramitan en los términos del art. 196, CPPN la ley
no exige que el juez de instrucción haya dispuesto el procesamiento del imputado
para llevar el caso ajuicio, b) Esta interpretación no elimina la posibilidad de dictar
.-------------------------------------MEDIDAS DE COERCIÓN--------------------------
Detención. Requisa. Secuestro. Allanamiento
Toda medida de coerción... representa una intervención del Estado -la más
rigurosa- en el ámbito de libertad jurfdica del hombre, fundamentalmente las
que se utilizan durante el procedimiento, pues se aplican a un individuo al cual,
por imposición jurfdica, se lo debe considerar inocente. Por ello, con razón, se
expresa que cualquier medida de coerción lesiona, por definición, alguno de los
derechos fundamentales reconocidos al hombre por la Constitución
Las medidas de coerción para que sean legitimas deben estar destinadas a la
aplicación del derecho material y la búsqueda de la verdad, que son los
objetivos del derecho procesal penal, la finalidad del proceso penal debe ser
procesal no puede ser una finalidad material. TODA MEDIDA DE
COERCION DEBE SER IDONEA-PROPORCIONADA-LEGAL-
NULLA ACTIO SINE LEGE (no hay medida de coerción sin ley previa):
bruzzone (teoría general de las medidas de coerción)
La nulla coactio sine lege no es otra que la formula propuesta hace 40 años por
EBERHARD SCHMIDT , busca constatar si la medida de coerción o de injerencia
se encuentra prevista en la ley procesal, con qué alcance o para qué supuestosl2,
Así como e! Derecho penal, con carácter general, sólo debe ser Utilizado
como ultima ratio para la resolución de los conflictos sociales, también las
medidas de coerción deben ser el último recurso y no la regla a seguir en lo
que hace al proceso penal.
1) Tiene que estar prevista en la ley (nulla coactio sine !ege); 2) que el órgano
que la está dictando en ese momento determinado, es e! competente para
disponerla; 3) que la medida sea necesaria; 4) que la medida es idonea para el
fin que se persigue; y 5) por último, que la medida sea proporcional, teniendo
en cuenta los inteteses afectados.
Estas medidas de coerción pueden ser probatorias exlusivamente (no solo son
coercitivas de algún derecho o garantía sino que también son probatorias) o
asegurativas de los fines del proceso. Tambien pueden ser reales (las que
afectan al patrimonio Ej embargo) o personales (afectan a la persona EJ.
Prisión preventiva).-
REQUISA:
El art. 230 del C.P.P.N. establece que es un juez quien debe ordenar las
requisas personales. Sin embargo, como excepción a dicha regla, el arto
184, inc. 5°, del C.P.P.N.establece que la policía podrá disponer de las
requisas urgentes con arreglo al art 230 dando inmediato aviso al órgano
judicial competente.
URGENCIA: El'art. 184, inc. 5°, establece como requisito para las requisas
personales sin orden la existencia de "urgencia". Acertadamente, la C.N.C.P.,
Sala l, ha dicho en los fallos "Dorrego", "Vicente" y "1i"otti": "... la urgencia
para proceder a la requisa debe estar guiada por la posibilidad de
descubrir pruebas que ante la demora a la espera de la orden pudieran
desaparecer". CONTROL JUDICIAL POSTERIOR: De la última parte de esta
norma surge la necesidad de que, con posterioridad a la requisa realizada por
personal policial, exista un control judicial sobre el cumplimiento de los
distintos requisitos que ésta exige. Es requisito ineludible para la validez de la
requisa la confección de un acta en presencia de dos testigos (arts. 230 y 138
del C.P.P.N.) en la que deben indicarse claramente los motivos que fueron
tenidos en cuenta para realizar la requisa, las razones de urgencia
existentes y el modo en que ésta se efectuó. Uno de los puntos que debe ser
controlado por el juez es que la existencia de los motivos haya sido previa a
la realización de la requisa, no pudiendo utilizar como parámetro para evaluar
LEY 23950 ART. 1 Inciso 1º.– Fuera de los casos establecidos en el Código de
Procedimientos en Materia Penal, no podrá detener a las personas sin orden de
juez competente. Sin embargo, si existiesen circunstancias debidamente fundadas
que hagan presumir que alguien hubiese cometido o pudiere cometer algún
hecho delictivo o contravencional y no acreditase fehacientemente su identidad ,
podrá ser conducido a la dependencia policial que correspondiese, con noticia al
juez con competencia en lo correccional en turno y demorada por el tiempo
mínimo necesario para establecer su identidad, el que en ningún caso podrá
exceder de diez horas. Se le permitirá comunicarse en forma inmediata con un
familiar o persona de su confianza a fin de informarle su situación. Las personas
demoradas para su identificación no podrán ser alojadas junto ni en los lugares
destinados a los detenidos por delitos o contravenciones".
ALLANAMIENTO:
ART. 224: Debe haber motivos para presumir que hay cosas vinculadas con el
delito o que se puede detener a un imputado, solo puede ordenarlo el juez por
auto fundado y se debe especificar cual es el objetivo puntual de dicho
allanamiento. Puede ir el propio juez o puede delegar en el Fiscal o Fuerzas de
Seguridad. La orden de allanamiento de justificarse de forma previa, no puede
jusitificarse la misma por lo que surja del resultado del allanamiento.
4°) Voces provenientes de una casa o local anunciaren que allí se está
cometiendo un delito o pidan socorro.
En igual sentido. Maier señala que la decisión del Estado "de someter al
individuo a un juicio público, tomada sin fundamentos suficientes, lesiona al
individuo imputado en su honor y Iibertad".