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30
Abril
Fuente: Industrial Scientific Corp.
Traducción: Andrea Sanguinetti, Impomak S.A.
2018
gases corresponden a La mayor parte del CO2 liberado a la atmósfera proviene de fuentes naturales. Entre ellas se
cuentan los océanos, la respiración vegetal y animal (incluida la humana), la descomposición de
una combinación de materia orgánica, incendios forestales y erupciones volcánicas. Si bien la menor cantidad de
generación de CO2 es antropogénica, es decir, causada por la actividad humana, 87% de todas
carbono y oxígeno. las emisiones producidas por los seres humanos deriva de la quema de combustibles
fósiles, como el carbón, gas natural y petróleo.
Asimismo, plantas industriales que generan hidrógeno o amoníaco a partir de gas natural o bien
procesos de fermentación orgánica a gran escala para producir etanol son algunas de las
principales fuentes comerciales de CO2. Este gas tiene diversas aplicaciones, por ejemplo en la
industria de alimentos y bebidas (gaseosas y conservación del vino). Asimismo, en estado sólido,
se conoce como “hielo seco” y se utiliza comúnmente para el transporte de comida congelada o
materiales farmacéuticos.
A diferencia del CO2, el CO no se genera en forma natural. Una fuente conocida de este gas es
la combustión “incompleta” de carbón, gas natural y petróleo. Niveles insuficientes de oxígeno y
bajas temperaturas conducen a la formación de mayores porcentajes de CO en la mezcla de
la combustión. Si bien es comúnmente indeseado, el CO se utiliza por ejemplo en la fabricación
de metal y productos químicos, así como en la industria farmacéutica y aplicaciones electrónicas.
Aunque la asfixia por CO2 es poco frecuente, una alta concentración en un espacio confinado
puede ser de alto riesgo. Los síntomas de asfixia leve con este gas son cefalea y mareo a
concentraciones menores de 30.000 ppm. Un nivel de 80.000 ppm puede ser potencialmente letal.
Como referencia, OSHA (Administración de Seguridad y Salud Ocupacional de Estados Unidos) ha
establecido un límite de exposición de 5.000 ppm en un período de 8 horas y 30.000 ppm por un
lapso de 10 minutos.
La Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales de Estados Unidos (NCSL) señala que más de
10.000 personas requieren tratamiento médico cada año en ese país debido a la asfixia por CO;
500 personas fallecen anualmente producto de ello y alrededor de la mitad de las muertes por
asfixia accidental con CO corresponde a inhalación de humo proveniente de incendios. El
límite de exposición permisible (PEL) determinado por OSHA para este gas es 50 ppm promedio
en un período de 8 horas. El nivel IDLH, es decir inmediatamente peligroso para la vida o la salud,
es 1.500 ppm. Dado que el CO, conocido popularmente como el “asesino silencioso”, es un gas
incoloro, que además carece de olor, sabor y no es irritante, resulta difícil detectar los primeros
signos de hipoxia.
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