Está en la página 1de 7

Apuntes para el primer encuentro – Miércoles 8 de abril de 2020

Texto: Zizek, Slavoj (2003) El espectro de la ideología. En: Ideología: un mapa de la cuestión.
Fondo de Cultura Económica, Buenos aires.

Preguntas posibles:

1. ¿Perspectiva neutra o peyorativa/negativa de la ideología?

Estaría bueno ver si los distintos enfoques que analiza Zizek, y el que él mismo
propone, se pueden ubicar en una de estas dos perspectivas o “tradiciones”.

García Canclini (1995: 19) dice que la teoría marxista de la ideología se


concentró en estudiarla en oposición a la ciencia. Entonces la ideología es vista
ante todo en sus aspectos negativos: como encubridora y distorsionadora de
las relaciones sociales. Las funciones “positivas” como asegurar la cohesión y el
consenso dentro de cada clase o nación, o garantizar la reproducción de las
condiciones sociales de reproducción, no fueron estudiadas, y en los pocos
casos en que esto se hizo, como el caso de Althusser, esa oposición tajante a la
ciencia hizo que destaque su función negativa: su papel obstaculizador para el
conocimiento correcto de la estructura social.

Este desprecio simplificador hacia la ideología de la teoría que la opone


frontalmente a ciencia, se está terminando según García Canclini (22) con la
ubicación de la problemática ideológica en las teorías de la reproducción social
y de la hegemonía. Dice: “La ideología –entendida más bien como cultura, o
sea no como mera distorsión de lo real- es vista hoy como un componente
indispensable para la reproducción material y simbólica de las sociedades, para
construir el consenso y la cohesión social.”1
1
Acto seguido (23) define la relación entre ideología y cultura (asumiendo que
es convencional y que no se puede distinguir cultura e ideología de una forma
epistemológicamente justificada). Dice que la teoría de la cultura coincide en
parte con la teoría de la ideología. La teoría de la cultura fue desarrollada
principalmente fuera del marxismo (por la antropología sobre todo), necesita
de la teoría de la ideología para poder vincular los procesos culturales con sus
condiciones sociales de producción. Sin embargo, no todo es ideológico en los
fenómenos culturales, si se entiende a la ideología como deformación de lo
real en función de los intereses de clase. Lo que le interesa es sostener ambos
términos, el de cultura más general que el de ideología, porque toda
producción significante (filosofía, arte, la ciencia misma) es susceptible de ser
explicada en relación con sus determinaciones sociales, pero esa explicación
no agota el fenómeno. La cultura no sólo produce sentido para representar la
sociedad, también cumple la función de reelaborar las estructuras sociales e
imaginar nuevas, representa, pero también reproduce, transforma e inventa.
Zizek (13) coincidiría en que no hay que entender la ideología como
deformación. Para esto, dice, hay que desvincularla de la problemática
representacionalista:

“La enseñanza teórica que debe extraerse de este ejemplo es que el concepto
de ideología debe ser desvinculado de la problemática "representacionalista":
la ideología no tiene nada que ver con la "ilusión", con una representación
errónea, distorsionada de su contenido social.”

Según él, un punto de vista puede ser bastante exacto (“verdadero”) y ser
completamente ideológico, y viceversa, la idea de que un punto de vista da de
su contenido social puede estar completamente equivocada sin que haya nada
“ideológico” en él. En una idea falsa, en una “ficción”, en un momento dado,
puede ser el único lugar en el que, por ejemplo, se desoculte el antagonismo
social. Pienso en el troskismo, que bien podría ser un claro ejemplo de visión
utopizada y sin embargo hay momentos en que es la única visión que
desoculta el antagonismo social. Esto de Zizek me parece otra forma de decir
que hay que estudiar la ideología como una dimensión de cualquier discurso,
que no lo agota.

En estas últimas dos cosas coinciden Woolard, que dice: todo discurso tiene
una dimensión ideológica. Y Van Dijk, que dice: ningún discurso tiene como
única función la ideológica. Habría que inaugurar otro punto sobre la relación
entre ideología y discurso, por lo prono anoto lo siguiente:

En teorías recientes, la ideología no es un pensamiento necesariamente


consciente, deliberado o sistemáticamente organizado; no es ni siquiera un
pensamiento: es comportamental, práctica, pre-reflexiva o estructural.
(Woolard 2012: 23) Sin embargo, para reproducirse usualmente deben
expresarse discursivamente de forma explícita en alguna instancia (Van Dijk
2005: 34).

En fin, una respuesta a este problema que me parece clara es la que Woolard
(8) cita de Geertz:

Geertz ha argumentado que la ciencia social debiera evitar los usos negativos y
no ocuparse del valor de verdad de las ideologías, y ocuparse del modo en que
las ideologías funcionan como mediadoras del significado para fines sociales.

Zizek (15) coincide en que la ideología no es necesariamente “falsa” en cuanto


a su contenido. Incluso, si es “cierta” o “verdadera”, tanto mejor para su efecto
ideológico. Porque lo que importa no es el contenido afirmado como tal, “sino
Entonces no se puede reducir el estudio de la cultura al estudio de cómo está
determinada por sus condiciones sociales de producción, es decir, no se explica
sólo por las relaciones sociales dentro de las que se produce, que es a lo que
apuntaría un análisis ideológico.
el modo como este contenido se relaciona con la posición subjetiva supuesta
por su propio proceso de enunciación”. Agrega después:

“Estamos dentro del espacio ideológico en sentido estricto desde el momento


en que este contenido – verdadero o falso (…)- es funcional respecto de alguna
relación de dominación social (…) de un modo no transparente: la lógica
misma de la relación de dominación debe permanecer oculta para ser
efectiva.”

Sobre esto último que Zizek pone en cursiva, habría que dudar. ¿Si se
desoculta la lógica de la relación de dominación, la dominación deja de ser
efectiva? Es un supuesto teórico con muchas implicancias metodológicas:
supone de manera apriorística y absoluta que la lógica de la dominación nunca
se visibiliza, y por lo tanto, los tipos de materiales en que podemos buscarla:
en lo explícito no podemos encontrarla bajo ningún punto de vista. Me hace
ruido, lo voy a seguir pensando, creo que hay una creencia de verdad
revelada/reveladora, por la que todo se transforma ante su emergencia.

Bourdieu habla de que el poder, por diversos procesos simbólicos, se eufemiza


(como forma de autolegitimarse), y no tengo dudas de que esto es un
mecanismo del poder. De lo que dudo es de su centralidad. Pareciera que Zizek
sigue pegado a la creencia en un logos al estilo filosofía griega que todo lo
ordena y lo cohesiona por la fuerza misma de la palabra. Más allá de que
efectivamente Zizek caiga o no en esto, el concepto de habitus de Bourdieu me
parece una solución para salvarse uno de esa caída.

2. ¿Cuál es el grado de agentividad que las distintas teorías le asignan al sujeto?

¿El sujeto es inoculado con ideas ajenas a su experiencia? ¿Hay una relación dialéctica
entre experiencia e ideología enseñada? Dicho de otra manera, ¿de dónde proviene la
ideología que un sujeto tiene? ¿La tiene en cuanto portador, o participa de ella?

3. ¿Desde qué lugar es válido enunciar cuando se hace crítica ideológica?

¿Conviene asumir y explicitar una posición ideológica clara desde la que se critíca a
otras ideologías y la de uno? ¿Conviene sostener un conocimiento al que le damos
estatuto empírico que puede oponerse o no al contenido ideológico? ¿O hay que
separar el problema de la verdad y de la realidad de la crítica ideológica?

Apunto para esta discusión que García Canclini (1995: 22) señala que los
estudios semióticos han contribuido a reconocer que la ideología no reside
sólo en el contenido de los enunciados (en esto se opone a entender la
ideología como sistema de representaciones conceptuales y repertorio de
imágenes), sino también en el tipo de organización de un proceso
comunicacional. La ideología puede manifestarse a través de los contenidos y
sus implícitos, pero básicamente se presenta en el sistema de reglas
semánticas que rige la comunicación social (E. Verón). “Luego, no debemos
concebir la ideología como un cuerpo particular de proposiciones o una clase
de discursos –la religión sería pura ideología, mientras la ciencia estaría libre
de ella-, sino como un nivel de significación presente en cualquier tipo de
discurso.”

Zizek (9) plantea la pregunta de si la crítica ideológica implica un lugar


privilegiado, que permite a un sujeto agente percibir el mecanismo oculto que
regula la visibilidad y la no visibilidad social. Se me ocurre que una solución a
esto puede estar en el concepto de extraposición de Bajtin, que refiere al
excedente de visión que otro tiene sobre uno. En ese sentido sí habría una
posición privilegiada, pero sería respecto de otra visión que a su vez sería
privilegiada en cuanto a su percepción de mi posición. Una suerte de veo algo
de vos que no podes ver por la misma razón que vos podés ver algo de mí que
yo no. No sé.

Zizek (16) dice que no hay que suspender el valor cognitivo inherente del
término “ideología” y transformarlo en una mera expresión de las
circunstancias sociales. Creo que tiene razón, si uno afirma que todo discurso
es ideológico, y luego afirma que lo ideológico equivale a las determinaciones
de las circunstancias sociales, finalmente afirma que las circunstancias lo
hablan, uno es hablado por sus circunstancias, eso no puede ser un lugar de
enunciación válido. Además de que cae en un relativismo ante los discursos
históricos que impugna toda valoración ética, porque en definitiva, anula
absolutamente al sujeto, eximiéndolo al mismo tiempo de responsabilidad y de
todo tipo de decisión y creatividad.

Finalmente la posición de Zizek (26) es que es posible un lugar de enunciación


extraideológico, sería una especie de vacío, la no asunción de ninguna realidad:

aunque no haya una línea clara de demarcación que separe


la ideología de la realidad, aunque la ideología ya esté operando en todo lo que
experimentamos como la "realidad", sin embargo debemos sostener la tensión
que mantiene viva la critica de la ideología. Quizá, de acuerdo con Kant, podríamos
designar esta dificultad como la "antinomia de la razón crítico-ideológica":
la ideología no es todo; es posible suponer una posición que nos permita
mantener una distancia con respecto a ella, pero este lugar desde el que se puede
denunciar la ideologia debe permanecer vacio, no puede ser ocupado por ninguna
realidad definida positivamente. En el momento en que caemos en esa tentación,
volvemos a la ideología.

4. Procedimientos generalmente reconocidos como ideológicos (en el sentido


marxista del término, es decir, como deformantes)
Abro este punto porque me parece que puede ser una herramienta operativa para
análisis enlistar estos procedimientos típicos. Mismo para el punto siguiente.
- Transformar en eterna una condición históricamente limitada (Zizek: 10)

- Identificación de alguna Necesidad superior en un suceso contingente.

- No reconocer una necesidad, percibirla erróneamente como una contingencia


insignificante. Ej: reducir la crisis en el sistema capitalista a una contingencia para
ocultar su causalidad en la lógica misma del sistema. 2

5. Funciones de la ideología

-Explicar los “orígenes del Mal”. En general, objetivizar, externalizar su causa y


librarnos así de responsabilidad. (Zizek: 13)

6. Problemas metodológicos: ¿a partir de qué materiales puede reconstruirse la


ideología?

Este me parece un problema básico para los estudios ideológicos.

Se me ocurre que una base teórica se puede encontrar o intuir revisando la


concepción de conciencia de Voloshinov (última parte de MFL) y sus aportes sobre
la manera en que la palabra ajena vive en la conciencia, en la materialidad de la
palabra interna. Él postula que las formas sintácticas por las que se introduce el
discurso ajeno en el discurso autoral, son un documento de formas consolidadas
en que la palabra ajena vive en ese discurso interno que es la conciencia.

Zizek (15) dice que Althusser en su etapa autocrítica llamaba “topicalidad del
pensamiento” a la manera en que un pensamiento se inscribe en su objeto, estaría
bueno revisarlo, creo que puede aportar a este problema. Además no conozco esa
fase autocrítica.

7. Reconstrucción lógico-narrativa de la noción de ideología

En sí:
Ideología como doctrina, conjunto de ideas, creencias, conceptos, procedimientos
argumentativos, destinada a convencernos de su verdad y al servicio de algún
interés de poder específico. (Zizek: 17)
2
Entonces Zizek dice que la tarea de la crítica ideológica en este caso es identificar la necesidad oculta
en lo que aparece como mera contingencia, mientras que en los dos anteriores la tarea consiste en el
proceso inverso: desocultar la contingencia en lo que aparece como necesidad.
Modo de crítica: lectura de síntomas. El objetivo es descubrir la tendencia no
confesada del texto oficial a través de sus rupturas, sus espacios en blanco y sus
deslices.
Representante: El último gran representante sería Habermas:
La ideología es una comunicación distorsionada sistemáticamente: un texto con un
significado público “oficial”, bajo la influencia de intereses sociales inconfesos, está
abruptamente separado de su intención real. Un texto con una tensión (sobre la
que no se reflexiona) entre el contenido explícitamente enunciado y sus
presuposiciones pragmáticas. (18)

Su inversión: estaría en la perspectiva del análisis del discurso. Según ella, el grado
cero de la ideología consiste en percibir una formación discursiva como un hecho
extradiscursivo. (18)

Cita (18-19) la teoría de la argumentación de Ducrot, según la cual no existe


separación entre el nivel descriptivo y argumentativo del discurso. No hay
descripción que no sea un momento de un esquema argumentativo.

Pecheux (19) se centra en los mecanismos discursivos que generan la “evidencia”


del Sentido.

Lacan (19): nada falta en lo real. Toda percepción de una falta o un exceso siempre
supone un universo simbólico.

Ernesto Laclau (19-20): significantes flotantes y articulación hegemónica.

(23) decir, el sistema, en su


mayor parte, prescinde de la ideología para su reproducción y se sostiene, en
cambio, en la coerción económica, las regulaciones legales y estatales, y otros
mecanismos. 19

institucional, que domina y regula la vida de los individuos


"desde arriba" (AIE), y la ideología que no es impuesca por los AIE, sino que
emerge "espontáneamente", "desde abajo", fuera de la actividad extrainstitucional
de los individuos (fetichismo de la mercancía). Para ponerle nombres, Althusser
frente a Lukács. Esta oposición entre los AJE y el fetichismo de la mercancía —entre
la materialidad que siempre-ya corresponde a la ideologia como tal (aparatos materiales
eficaces que le dan cuerpo a la ideología) y la ideologia que siempre-ya
corresponde a la materialidad como tal (a la realidad social de ia producción)- es,
en definitiva, la oposición entre el Estado y el Mercado, entre el agente superior
externo que organiza la sociedad "desde arriba" y la au reorganización "espontánea"
de ¡a sociedad. (27)

La matriz de todas estas repeticiones es, probablemente, la oposición entre


la ideología en tanto universo de la experiencia "espontánea" [vécu], cuyo poder
sólo podemos quebrar por medio de un esfuerzo de reflexión científica, y la
ideología en tanto máquina radicalmente no espontánea que distorsiona la autenticidad
de nuestra experiencia vital desde afuera. (28)

Nuestro argumento es que


este rasgo es universal: no hay ideología que no se afirme a sí misma por
medio de su demarcación respecto de otra "mera ideología". Un individuo
sometido a la ideología nunca puede decir por sí mismo "Estoy en la ideología",
siempre necesita otro corpus de doxa para poder distinguir de ella su
propia posición "verdadera". (29)

Sobre la relación de la representación de un objeto con su experimentación:

Lacan proporciona una respuesta precisa para esta pregunta: (¡o que
experimentamos como) ia realidad no es la "cosa en si", sino que está ya-desde
siempre simbolizada, constituida, estructurada por mecanismos simbólicos, y
el problema reside en el hecho de que esa simbolización, en definitiva, siempre
fracasa, que nunca logra "cubrir" por completo lo real, que siempre supone
alguna deuda simbólica pendiente, irredenta. Este real (la parte de la realidad
que permanece sin simbolizar) vuelve bajo la forma de apariciones espectrales. (31)

Lo que el espectro oculta no es la realidad, sino lo "primordialmente reprimido"en ella, elX


impresentable sobre cuya "represión" se funda la realidad misma. (31-32)

Bibliografía complementaria

García Canclini, N. (1995) Ideología, cultura y poder. FFyL, UBA, Buenos Aires.

Van Dijk, T. A. (2005) Ideología y análisis del discurso. Utopía y praxis latinoamericana, 10(29),


9-36.

Voloshinov

Woolard, K. (2012) Introducción: Las ideologías lingüísticas como campo de


investigación. Schieffelin, B., Woolard, K. & Paul, K. Ideologías Lingüísticas. Práctica y Teoría,
19-71.

También podría gustarte