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Depreciación y fuentes
de capital
ÍNDICE
1. Depreciación
1.1. Definición y utilidad
1.2. Método de depreciación por línea recta
1.3. Método de depreciación por saldo decreciente
2. Fuentes de procedencia del capital
2.1. Financiamiento del capital
- Diferencias entre fuentes de capital tomado en préstamos y
propio
2.2. Formas de financiar un proyecto en ingeniería
2.2.1. Financiamiento a corto plazo (deuda a corto plazo)
-Crédito Bancario (deuda bancaria).
2.2.2. Financiamiento a largo plazo (deuda a largo plazo)
-Bonos (deuda por emisión de bonos).
-Arrendamiento
INTRODUCCIÓN
En el presente informe se hará un estudio de la depreciación y de la
obtención de los fondos de capital de una empresa.
Como todos sabemos, al pagar por alguna cosa, cualquiera que esta sea,
que jamás haya sido utilizada, se debe desembolsar una cantidad de dinero, esto
es porque, al igual que todas las cosas en este mundo, los bienes materiales
también se desgastan y al hacerlo, ya no funcionan correctamente como lo hacían
al principio. Este hecho ocasiona que su valor se deteriore de la misma manera.
Por lo que al final de su vida útil, es decir, cuando queremos deshacernos de él, lo
que nos pagaría otra persona por adquirirlo sería sólo un porcentaje de lo que
nosotros pagamos, por dicho motivo existe la depreciación, la cual nos ayuda a
encontrar ese valor a través de ciertos métodos, como lo son la depreciación por
la línea recta y por saldo decreciente. Éstos nos brindan resultados exactos ya que
toman en cuenta todo lo necesario para que el valor de venta del bien sea el
indicado.
Haciendo referencia al segundo punto, el financiamiento del capital puede ser
propio o ajeno. El capital propio es aquel que fue deliberadamente acotado para la
constitución de una empresa, y que, en principio, no tiene por qué ser
reembolsado; y al capital ajeno lo integran fondos prestados por elementos
exteriores a la empresa, que sí deben ser reembolsados.
DESARROLLO
1. Depreciación
1.1 Definición de depreciación
Es el reconocimiento del desgaste que tienen los activos para generar ingresos y
debido a este desgaste se debe de generar un costo o un gasto que disminuya los
resultados de la empresa.
El término depreciación en el argot jurídico por definición se entiende que es “la
disminución del valor de un bien, ya sea por obsolescencia, uso o factores
económicos como la inflación”, valor que la ley nos da la posibilidad de
reconocerlo al margen de ciertos requisitos y procedimientos a seguir para que se
tome en cuenta como gasto y disminuya nuestra base o utilidad fiscal para el pago
de impuestos, ya sea como persona física o como persona moral.
La depreciación es la disminución del valor de los activos físicos por efecto del
paso del tiempo y del uso. Dicho de manera más específica, la depreciación es un
concepto de la contabilidad que establece una deducción anual en el ingreso
antes de impuestos, de manera que el efecto del tiempo y el uso de un activo,
pueda reflejarse en los estados financieros de la compañía. Las deducciones por
concepto de la depreciación anual tienen por objetivo “ajustar” la fracción anual del
valor usado por un activo en la producción del ingreso durante la vida económica
del activo. El monto real de la depreciación no se establece sino hasta que el
activo se retira del servicio. Ya que la depreciación es un costo no en efectivo que
afecta al impuesto sobre la utilidad, debe considerársele en forma apropiada al
hacer estudios de ingeniería económica después de impuestos.
Fiscalmente, podemos identificar que la ley establece porcentajes máximos que se
les aplicarán anualmente a las inversiones para determinar el monto depreciado y
tomarlo como un gasto que disminuya nuestra utilidad fiscal. Las tasas de
depreciación de las inversiones pueden ir desde el 3% hasta el 100% de
deducción en un ejercicio, esto quiere decir, que, de tu activo total, solo podrás
deducir el 3% o el 100% del mismo según el porciento que corresponda.
Si la empresa maneja cuota de salvamento, esta se detrae del valor del activo y la
diferencia es la que se deprecia.
Ejemplo:
Supongamos que para el activo arriba señalado se fija una cuota de salvamento
del 20%. En este caso, a los 150 millones se le saca el 20%, esto es 30 millones y
a los restantes 120 millones se le aplica la respectiva operación aritmética.
Esto hará que el valor de la alícuota de depreciación sea menor ya que la base de
depreciación es menor, pero en contra no todo el valor del activo se va al gasto,
puesto que queda un remanente como activo, lo que para efectos fiscales, la cuota
de salvamento quizás no sea la mejor opción, pues se tienen una menor
deducción lo que redunda en un mayor impuesto a pagar.
Ejemplo: Suponiendo un valor de salvamento del 10% del valor del vehículo
tendremos:
1- (3.000.000/30.000.000)1/5 = 0,36904
Una vez determinada la tasa de depreciación se aplica al valor el activo sin
depreciar, que para el primer periodo es de 30.000.000
Entonces 30.000.000 x 0,36904 = 11.071.279,67
Para el segundo periodo, el valor sin depreciar es de (30.000.000-11.071.279,67)
= 18.928.720,33, por lo que la depreciación para este segundo periodo será de:
18.928.720,33 x 0,36904 = 6.985.505,22
Así sucesivamente hasta el último año de vida útil.
Cuando una sociedad anónima tiene necesidad de fondos adicionales a largo
plazo se ve en el caso de tener que decidir entre la emisión de acciones
adicionales del capital o de obtener préstamo expidiendo evidencia del adeudo en
la forma de bonos. La emisión de bonos puede ser ventajosa si los actuales
accionistas prefieren no compartir su propiedad y las utilidades de la empresa con
nuevos accionistas. El derecho de emitir bonos se deriva de la facultad para tomar
dinero prestado que la ley otorga a las sociedades anónimas.
El tenedor de un bono es un acreedor; un accionista es un propietario. Debido a
que la mayor parte de los bonos tienen que estar respaldados por activos fijos
tangibles de la empresa emisora, el propietario de un bono posiblemente goce de
mayor protección a su inversión, el tipo de interés que se paga sobre los bonos es,
por lo general, inferior a la tasa de dividendos que reciben las acciones de una
empresa.
Cada emisión de bonos está asegurada por una hipoteca conocida como
"Escritura de Fideicomiso".
El tenedor del bono recibe una reclamación o gravamen en contra de la
propiedad que ha sido ofrecida como seguridad para el préstamo. Si el préstamo
no es cubierto por el prestatario, la organización que el fideicomiso puede iniciar
acción legal a fin de que se saque a remate la propiedad hipotecada y el valor
obtenido de la venta sea aplicada al pago del a deudo
Los bonos se emiten en unidades tales como $1,000, $10,000, etcétera, lo que
se conoce como valor nominal, o valor de cambio, del bono. Ésta es la cantidad
que va a pagarse al prestamista al final del periodo especificado. Cuando se ha
pagado el valor nominal, se dice que el bono ha sido retirado o que ha vencido. La
tasa de interés especificada en el bono se denomina tasa bonificada, y el pago
periódico de los intereses que se adeudan se calcula como el valor nominal del
bono por la tasa de interés por periodo. El costo anual después de impuestos del
capital por un bono se estima como:
Dónde:
Z = valor nominal (de cambio) del bono;
r = tasa (de interés nominal) anual del bono;
N = número de años hasta que el bono se retira (vence);
Se= gastos iniciales de venta asociados con el bono;
P = precio de venta real del bono [si P < Z, el bono se vende con descuento (sobre
el valor nominal), y si P > Z, el bono se vende con un premio];
Ae= gastos administrativos anuales asociados con el bono;
t = tasa efectiva (marginal) de impuesto sobre la renta.
- Arrendamiento
Por otra parte, los pagos de arrendamiento son deducibles del impuesto como
gasto de operación, por lo tanto la empresa tiene mayor deducción fiscal cuando
toma el arrendamiento. Para la empresa marginal el arrendamiento es la única
forma de financiar la adquisición de activo. El riesgo se reduce porque la
propiedad queda con el arrendado, y éste puede estar dispuesto a operar cuando
otros acreedores rehúsan a financiar la empresa. Esto facilita considerablemente
la reorganización de la empresa.
CONCLUSIÓN