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EN EL TRASPLANTE
DE ÓRGANOS
TRASPLANTE DE CORAZÓN
ATENCIÓN PSICOLÓGICA
EN EL TRASPLANTE
DE ÓRGANOS
TRASPLANTE DE CORAZÓN
La Habana, 2007
Hernández Meléndrez, Edelsy.
Atención psicológica en el trasplante de órgano:
trasplante de corazón. / Edelsy Hernández Meléndrez.
La Habana: Editorial Ciencias Médicas, 2007.
xviii, 251 p.: graf., tab.
WG 169
COLABORADORES
LA AUTORA
TABLA DE CONTENIDO
CAPÍTULO I
Introducción 1
Problema ético 4
Dilema ético 4
Consideraciones acerca del trasplante 5
Dilemas éticos en el trasplante de órganos 8
¿Qué informar al candidato a trasplante? 9
¿Por qué una selección del futuro receptor? 10
Casos rechazados para trasplante 11
Categorías diagnósticas para la selección de receptores 12
Paciente apto para el trasplante 12
No apto para el trasplante 13
Pacientes de difícil manejo 14
Casos dilemáticos 14
¿Cómo se concibe la muerte? 15
La muerte para el receptor en espera 16
La muerte para los familiares 16
La muerte para el profesional de la salud 16
Pre-requisitos diagnósticos de la muerte encefálica 17
Condiciones 17
Exclusiones 17
Dilemas éticos de la muerte encefálica 18
¿Cómo enfrentar a los familiares del donante? 18
Actitudes de los profesionales de la salud 19
Conclusiones 20
CAPÍTULO II
Introducción 21
Atención al receptor 24
Estudio psicológico del paciente preseleccionado como
candidato a trasplante o receptor potencial 25
Preparación psicológica del paciente seleccionado
como receptor 39
Atención psicológica en el postoperatorio inmediato 44
Atención psicológica en el postoperatorio mediato
y psicocorrección de la personalidad del paciente 45
Rehabilitación psicológica para la reinserción
laboral y escolar 52
Atención a la familia del receptor 54
Atención a los familiares del donante 55
Atención a los equipo de asistencia directa al receptor
y al donante 57
El burnout en los profesionales de la salud 60
CAPÍTULO III
Introducción 68
Elementos constitutivos del sistema 69
Capacidad de trabajo intelectual 69
Estados emocionales 72
Personalidad tipo A 75
Personalidad tipo B 76
Personalidad tipo C 77
Personalidad tipo H 77
Personalidad tipo D 78
Instancias orientadoras de la personalidad 84
Intereses 86
Aspiraciones 86
Autoconciencia 87
Autovaloración 87
Métodos para la evaluación 88
La entrevista 88
Recepción 89
Identificación 90
Interrogatorio 90
Exámenes 90
Información 90
Despedida 91
Batería de pruebas para la evaluación de la capacidad de trabajo
intelectual 91
Aprendizaje de diez palabras de A. R. Luria 92
Búsqueda de números en las tablas de Schulte 95
Reproducción de relatos 99
Comparación de conceptos 102
Modificación de las tablas de Schulte 105
Exclusión de objetos 107
Simultaneidad de los signos 109
Cálculo de Kraepelin 112
Sistema de categorías diagnósticas para la evaluación de las alte-
raciones de la C.T.I. 113
Guía de observación de las alteraciones de la CTI 116
Reporte de quejas subjetivas de la CTI 117
Batería de pruebas para la evaluación de los estados emocionales
118
Inventario de Ansiedad Rasgo- Estado 118
Escala de Ansiedad Patológica (EAP) 122
Inventario de depresión de Beck 134
Batería para la evaluación de las instancias orientadoras de la perso-
nalidad 141
Escala de Autovaloración Dembo-Rubinstein 141
Prueba de completar oraciones 144
Composición 145
Instrucciones 146
CAPÍTULO IV
CAPÍTULO V
Introducción 186
Consideraciones acerca del apoyo social. Definiciones 187
Interacción factores sociales-enfermedad 189
Apoyo social y estrés 191
Funciones del apoyo social 193
¿Puede el apoyo social dañar la salud? 194
Perspectivas de acercamiento al constructo apoyo social 195
Trasplante cardíaco y apoyo social 198
Experiencias en la evaluación del apoyo social y su relación
con la sobrevida al postrasplante 201
Estudio sobre el apoyo social y su relación con el trasplante de órganos 203
Problema de investigación: 203
Objetivos 204
Definiciones operacionales 204
Muestra 205
Sexo 206
Ausencia de enfermedad psíquica 206
Instrumentos utilizados 207
Orden de presentación de instrumentos 207
Revisión de las historias clínicas 208
Procedimiento 210
Selección de la muestra 210
Aplicación de los instrumentos y recogida de información 211
Procesamiento de los datos obtenidos 211
Análisis de los resultados 213
Caracterización del apoyo social de los trasplantados 213
Recursos de la red 213
Frecuencia 213
Cercanía 214
Balance de la relación 215
Complejidad 217
Naturaleza de la relación 218
Sector de donde proviene la ayuda 219
Sexo de donde proviene la ayuda 220
Densidad de la red 220
Satisfacción con el apoyo 222
Análisis de los resultados de la entrevista 223
Redes de apoyo social 223
Percepción con el apoyo 224
Satisfacción con el apoyo recibido 224
Análisis de los resultados de las historias clínicas 226
Criterio de jueces 228
Análisis de la influencia del apoyo social en la supervivencia
de los trasplantados de corazón 229
Supervivencia 229
Resumen de los principales resultados 230
Conclusiones 231
BIBLIOGRAFÍA 232
CAPÍTULO I
PROBLEMAS CONCEPTUALES
DE ACTUALIDAD EN EL
TRASPLANTE DE ÓRGANOS
INTRODUCCIÓN
3
sino también la necesidad de replantear dimensiones éticas en cada una de
sus acciones profesionales, en un marco de pluralismo moral donde decidir
es un reto.
El estudio de los dilemas éticos se ha convertido en uno de los temas filosó-
ficos más actuales en el ámbito de la producción científico-intelectual. Éste
se ha desarrollado con un enfoque multidisciplinario, que se proyecta en el
pensamiento filosófico, médico, religioso, psicológico, jurídico y político. Tanto
en la literatura, como en el quehacer asistencial cotidiano, se han utilizado
indistintamente los términos «problema ético» y «dilema ético», los cuales
deben ser diferenciados por su naturaleza, contenido y expresión.
Problema ético
El problema ético se concibe como: «aquellas cuestiones morales sus-
ceptibles de varias soluciones que se intentan resolver por medio de proce-
dimientos científicos» (Mainetti, 1991). Los problemas éticos en una institución
sanitaria se expresan a través de situaciones que son fuentes generadoras
de problemas morales. La problemática ética comprende todo lo relativo a:
1. Prevención y cumplimiento de las reglas y normas morales de los pro-
fesionales y el resto del equipo de salud en la práctica médica y su
conciencia moral. Incluye también toda desviación de la conducta médi-
ca-técnica moralmente establecida, mala praxis profesional derivada de
negligencia, incapacidad o mala organización del trabajo asistencial.
Estas actitudes ampliadas anteriormente ponen en juego el prestigio
profesional.
2. Concepción de la moral institucional y la organización científico-técnica y
administrativa, cuyas interrelaciones dinámicas inciden en la excelencia
ética.
3. Práctica insuficiente que pone en juego el prestigio científico y ético del
trabajo institucional.
Dilema ético
Los dilemas éticos se refieren a la toma de decisiones en condiciones de
incertidumbre, o sea, «las contradicciones entre valores o entre principios
éticos que se presentan en el proceso de toma de decisiones en la práctica
médica-asistencial, de modo que al cumplir con un principio o valor ético,
necesariamente se contraviene otro, en tanto ambos son un deber para el
médico (Mainetti, 1991).
4
Las preguntas que pueden surgir ante un dilema ético pueden ser las si-
guientes: ¿Todo lo que se puede hacer médica o técnicamente, éticamente
es posible? ¿Cual es el límite entre lo que se puede hacer y lo que está
permitido hacer? ¿Existen límites? ¿Quién determina esos límites? ¿Existen
las condiciones económicas y materiales para la realización exitosa de los
tratamientos permisibles?
Si bien es cierto que los dilemas son una realidad antigua que siempre han
exigido del médico una elevada calidad moral, la mayoría de los especialis-
tas coinciden en el hecho de que: «en ninguna otra época como en la nuestra
se han planteado tantos y tan complejos problemas morales a los médicos, y
nunca como ahora se ha requerido una adecuada formación ética de los
profesionales sanitarios» (Mainetti, 1991).
En este trabajo se analizarán algunos problemas y dilemas éticos que se
presentan en el ejercicio de trasplante de órganos. Se analizarán problemas
conceptuales que se ponen de manifiesto en la práctica clínico-asistencial,
lo que conlleva a una reflexión filosófica sobre el enfoque actual del proceso
salud-enfermedad.
En el proceso de la actividad trasplantológica, el equipo interdisciplinario se
enfrenta a problemas que en numerosas ocasiones constituyen ejemplos de
verdaderos dilemas, se abordarán en este trabajo, entre otros:
1. Dilemas éticos del trasplante de órganos.
2. Dilemas éticos en la selección de receptores.
3. Problemas éticos de la concepción de la muerte.
4. Dilemas éticos del diagnóstico de muerte encefálica.
5. Criterios acerca de cómo abordar a la familia del donante.
5
No es hasta 1967 que el Dr. Christian Barnard pone en práctica la técnica
por primera vez en humanos, seguido muy de cerca por el Dr. Shumway en
Stanford, Estados Unidos en 1968. Estos dos trasplantes dieron paso a la
realización de muchos más con expectativas de vida muy limitadas, por lo
que inicialmente fue considerado un proceder radical, experimental y
controversial, y debido a que los resultados no eran lo suficientemente
satisfactorios, quedó restringido a determinados centros que mantenían una
intensa investigación en este campo.
A principios de 1980 se vuelve a optar por esta alternativa. El Doctor Noel
González -padre de la cirugía cardiaca e iniciador del trasplante de corazón
en Cuba- plantea que fueron varias las razones que incidieron en este reco-
mienzo: introducción de la biopsia endomiocárdica y de varias drogas como
la Ciclosporina A, el uso de métodos más sofisticados para la conservación
del corazón, mayor experiencia en la selección de los receptores, avances
de las técnicas de cuidados intensivos y desarrollo de nuevos antibióticos
(González, 1987).
El primer transplante cardíaco realizado en Cuba fue el 9 de Septiembre
de 1985 por el Doctor Noel González, a un paciente de 38 años de edad
con el diagnóstico preoperatorio de cardiopatía isquémica. Después de
aquel precursor transplante, se han realizado más de cien y la mayoría han
terminado exitosamente tanto la cirugía como la reincorporación psico-
social.
Los procedimientos de trasplantes además de representar una solución a
varios problemas de salud contemporáneos, propician el desarrollo de nue-
vas técnicas quirúrgicas, estimulan la investigación en áreas que han sido
poco exploradas, motivan la obtención de nuevos fármacos y el diseño de
procedimientos novedosos con aplicaciones que trascienden al propio
trasplante. Así mismo, han servido para propiciar reflexiones y cuestiona-
mientos que rebasan el terreno puramente técnico y se extienden a otros
como el económico, el legal y el ético.
Al abordar el origen e historia de los trasplantes desde una visión retrospec-
tiva deben recordarse los principios de Hipócrates, padre de la medicina,
quien imploró a los médicos seguir aquellos métodos que beneficiaran a los
pacientes.
Partiendo de los principios de Hipócrates, la OMS ha establecido que los
principios que guían el trasplante de órganos humanos son:
1. Los órganos pueden ser extirpados del cuerpo de personas fallecidas con
el propósito de trasplantarlos, a condición de que: a) se tenga alguna for-
6
ma de consentimiento aprobada por la ley, b) no haya razón para creer
que la persona fallecida objetó en vida tal disposición de órganos.
2. El médico que diagnostica la muerte de un donador potencial no debe
estar directamente relacionado con la disposición de órganos, ni con el
subsecuente procedimiento de trasplante y mucho menos ser el encargado
de la atención del receptor de tales órganos.
3. De preferencia, los órganos para trasplantes deben ser extraídos de ca-
dáveres, sin embargo, las personas adultas vivas pueden donar órganos si
bien, en general, deben estar genéticamente relacionadas con el receptor.
Se hacen excepciones en el caso de trasplantes de médula y de otros
tejidos regenerables. Pueden extirparse órganos de adultos vivos con el
propósito de trasplantarlos, si el donador expresó su consentimiento. El
donador debe estar libre de influencias y presiones y tener la información
suficiente para ser capaz de entender y valorar riesgos, beneficios y otras
consecuencias de su consentimiento.
4. No pueden extirparse órganos de menores con el propósito de trasplan-
tarlos, pero sí se hacen excepciones bajo leyes nacionales en el caso de
tejidos regenerables.
5. El cuerpo humano y sus partes no pueden ser objeto de transacciones
comerciales. Se debe prohibir el dar o recibir pago por órganos.
6. Debe prohibirse la publicidad que ofrezca o solicite órganos con fines de
lucro.
7. Debe prohibirse a los médicos y a otros profesionales de la salud emplear
órganos para trasplante si hay razón para creer que tales órganos han
sido objeto de alguna transacción comercial.
8. Se prohíbe que toda persona relacionada con el procedimiento de tras-
plante reciba algún pago que exceda lo justo por el servicio prestado.
9. Los órganos donados deben estar disponibles para los pacientes, con base
en la necesidad médica, y no de financiamiento o de otras consideracio-
nes, lo mismo que a la luz de los principios de la justa distribución y
equidad.
7
basa en la conciencia de consagración al trabajo y en la gratificación que
brinda su éxito.
El trasplante de órganos y tejidos ha revolucionado la medicina moderna,
incorporándose a la rutina terapéutica de un número cada vez mayor de
centros en casi todos los países desarrollados. Ello ha sido posible gracias a
una selección más rigurosa de los receptores y donantes, a una mejor técnica
quirúrgica y anestésica como a la mejoría de los cuidados postoperatorios.
El desarrollo de la inmunología y de la farmacología con la aparición de
potentes medicamentos inmunosupresores, antibacterianos, antivíricos y
antimicóticos, también ha ayudado al crecimiento de los transplantes
(Parets, 1992), unido a los conceptos actuales sobre los problemas de la
salud del hombre. Una particular contribución ha tenido la ampliación de la
medicina en la comunidad, ya que así se ha garantizado el éxito de las
intervenciones concibiendo la salud en una dimensión amplia y a los beneficia-
rios en todos los niveles de atención: primaria (prevención), secundaria (diag-
nóstico y tratamiento) y terciaria (rehabilitación), potencializándose las
actividades de promoción-prevención, curación y rehabilitación.
8
La tecnología de los trasplantes, en continua evolución, va a añadir innova-
ciones capaces de dar solución a este nuevo reto. La introducción de los
xenoinjertos y el establecimiento de banco de órganos de animales dará
solución a la creciente demanda de órganos y planteará nuevas interrogantes
que requieren una preparación ética, social y legislativa. El tema de los
trasplantes es un asunto controvertido y su proceder médico cuenta con
adeptos y detractores. Se trata del dilema de salvar una vida y ¿qué hacer
ante la muerte inminente del hombre?
Las bases éticas de la medicina general, y de los trasplantes en particular,
están basados en el Principio de Benevolencia: hacer el bien, pero, ante
todo, no producir daño. La meta del trasplante de órganos desde sus
comienzos ha consistido en aliviar el sufrimiento, y en prolongar una vida.
Para ello se necesita de un trabajo comunitario con el entorno del paciente,
de modo que éste pueda cumplir su rol de trabajador sin descuidar el cumpli-
miento de su régimen dietético y de las normas higiénico-sanitarias. Nuestro
sistema de salud, por tener una medicina socializada, permite cumplir estos
objetivos, a diferencia de la medicina mercantilizada, que solo se preocupa
de la ganancia que la técnica le pueda proporcionar. Ésta solo recaba del
paciente si es capaz de solventar los gastos que los procederes le ocasiona-
rían, y por esto los transplantados necesariamente deben tener un alto
nivel adquisitivo.
Es en este aspecto donde se demuestra el cumplimiento de los principios de
la equidad y la ética en el sistema de salud cubano, donde se sitúa al hombre
en el centro de atención , la familia y la comunidad.
11
2. Retraso mental severo, madre, padre, hermanos retrasados mentales y
alcohólicos.
3. Extrema labilidad emocional. Neurosis depresiva de ocho años de
evolución.
4. Síndrome depresivo ansioso. Extrema labilidad emocional con inconti-
nencia afectiva. Antecedente de enfermedad psiquiátrica. Padres,
hermanos y sobrinos esquizofrénicos y esposa histérica de crisis a
repetición.
13
Pacientes de difícil manejo
Se ha establecido esta categoría para aquellos que aunque tienen algunas
alteraciones de la personalidad o familias disfuncionales, pero son suscepti-
bles a la ayuda psicológica y se aceptan para el trasplante. Este grupo de
pacientes constituye un constante dilema ético, porque siempre existe la
duda de si debían haber sido rechazados o no. Se han visto pacientes que se
han trasplantado exitosamente, pero tarde o temprano hacen transgresiones
que propician el comentario contradictorio de algunos miembros del equipo
en cuanto a su muerte más temprana de lo esperado.
Casos dilemáticos
Caso 1: Paciente ATV de 14 años, con una familia de muy bajo nivel de
compromiso, prácticamente no había asistido a la escuela. Se le buscó un
hogar sustituto, se le enseñaron nociones de matemática, se le ubicó en una
escuela taller donde obtuvo 6to grado y aprendió mecánica automotriz. Un
día fue enviado a un Campamento de verano, a los cinco años de trasplan-
tado. Allí se enamoró de una chica y dejó de ingerir la Ciclosporina para que
la muchacha no supiera que estaba trasplantado. Fue traído al hospital con
rechazo agudo y falleció. Este paciente sobrevaloró su estado de salud y
subvaloró el tratamiento fatalmente.
Caso 2: Paciente SD de 50 años de edad, fue atendido desde su rehabilita-
ción post infarto. Presentaba un profundo sentimiento de culpa porque con-
duciendo embriagado había producido la muerte de un hombre y una mujer.
Cumpliendo la sanción sufría tanto que se infartó en tres ocasiones por
espasmos coronarios. Se decide trasplantarlo porque estaba premortem, su
personalidad lo permitía y aparentemente tenía un ambiente familiar ade-
cuado. Después del trasplante la familia lo apoyó muy poco, tanto la esposa
como los hijos le reprochaban «la vida alegre que había llevado». Estuvo
ingresado y nunca tuvo acompañante a pesar de realizar dinámicas familia-
res para recabar el apoyo familiar. Egresó en noviembre y regresó en di-
ciembre con una crisis de rechazo agudo que lo llevó al deceso. Se interpretó
como que había interrumpido la droga antirrechazo como acto suicida, aun-
que esto no pudo comprobarse.
Caso 3: Paciente JB, de 64 años, a pesar de ser emocionalmente inestable
se decidió trasplantarla porque tenía un nivel intelectual normal y un buen
apoyo familiar. Cuando cumplía 7 años de trasplantada acudió a consulta
14
a darle al equipo médico la «buena noticia» de que llevaba 2 meses y 19 días
sin ingerir la Ciclosporina y se sentía mejor porque con ella tenía problemas
digestivos, no comía y no dormía; sin el medicamento «comía mejor y dor-
mía bien». Al revisarla se le detecta arritmias, al Ecocardiograma déficit de
contractilidad miocárdica y un trombo en ventrículo izquierdo. Posterior-
mente presentó un AVE (infarto cerebral) y falleció en pocos días.
Como puede verse en los casos que se han ilustrado, no todo es predecible,
ya que aparentemente estos pacientes habían recibido y procesado toda la
información y el trasplante fue exitoso por algunos años. El dilema ético
está en ser más rigurosos en la selección de los receptores.
Otro asunto importante y dilemático en el quehacer de los profesionales de
la salud, es el relacionado con la concepción de la muerte.
16
versible de todas las funciones del cerebro, incluyendo el tronco encefálico,
está muerto». La declaración de la muerte puede hacerse de acuerdo con
los criterios médicos aceptados (World Health Organization, 1991).
Actualmente se aceptan desde el punto de vista médico-legal dos formas
para diagnosticar la muerte: una tradicional, entendida como cese irreversi-
ble de las funciones cardiovasculares y respiratorias y otra moderna como
la muerte encefálica.
Condiciones
Antes de iniciar la exploración de un paciente en muerte cerebral, la causa
del coma debe estar totalmente documentada y segura. Debe tratarse de un
daño estructural suficiente para justificar la pérdida de todas las funciones
encefálicas, de una forma irremediable. La condición de irremediable no
debe basarse solamente en los hallazgos clínicos o en la evidencia de una
lesión estructural grave; esa condición solo debe adquirirse cuando se ha-
yan realizado esfuerzos terapéuticos importantes para remediarla (Ej.
Evacuación de hematomas, control de edema cerebral, etc.).
Por lo tanto, el paso del tiempo es una de las condiciones esenciales para
determinar que una lesión es irremediable.
Exclusiones
Deben excluirse todas aquellas causas que puedan ocasionar una afecta-
ción encefálica reversible:
1. Hipotermia severa de 32 grados centígrados.
2. Shock secundario a hipovolemia severa, sepsis o bajo gasto.
3. Hipoxemia severa.
4. Causas endocrino-metabólicas.
5. Drogas depresoras del sistema nervioso central.
17
DILEMAS ÉTICOS DE LA MUERTE ENCEFÁLICA
¿Cuanto tiempo debe ser ventilado un enfermo en coma? ¿Se puede retirar
la ventilación artificial antes de realizar el protocolo de diagnóstico de muer-
te cerebral?
El diagnóstico de la muerte encefálica, por su complejidad y características
específicas, requiere la realización de un número de pruebas comprobato-
rias que demuestren el cese definitivo o irreversible de las funciones
encefálicas. Por tanto, el proceder médico deberá estar ajustado a los crite-
rios establecidos al efecto por el MINSAP (Alonso, 1987; Parets, 1992).
Respondiendo a los dilemas planteados, es importante puntualizar que:
1. Un enfermo en coma debe estar ventilado el tiempo necesario para com-
probar que se cumplen todas las condiciones expuestas y que se han
excluido las causas reversibles; puede oscilar entre seis, veinticuatro
horas o más. Debe ser el médico de asistencia quien decida si es preciso
esperar un período más prolongado.
2. Tras la identificación del diagnóstico inequívoco de muerte cerebral exis-
te un donante potencial.
Conclusiones
Cuando se va a emprender un trasplante, deben tenerse en cuenta con-
ceptos que ella maneja, como son la ética, equidad, derecho a la vida, auto-
nomía, beneficencia, justicia. Por estas razones el trasplante de órganos, en
el Sistema Nacional de Salud cubano, no puede verse desde el punto de
vista solamente técnico, sino a partir de un enfoque filosófico.
La selección de receptores es un momento de alta responsabilidad, ya que
los errores que se cometan inciden directamente en la vida de un ser huma-
no. Al posible candidato a trasplante no se le debe prometer ninguna solu-
ción hasta tanto no se haya estudiado, para no fomentar falsas expectativas.
Los familiares del donante deben ser abordados con mucha cautela, tenien-
do en cuenta el momento difícil que están atravesando. En un marco de
respeto y sensibilidad ante el dolor ajeno, se hace necesario convencerlos
de la necesidad de la donación para salvar otras vidas. Si hubiera negativi-
dad su deseo debe ser respetado.
1
Alexis Carrel (1873-1944), cirujano francés famoso por sus investigaciones sobre la
conservación de órganos animales vivos fuera del cuerpo. En 1912 recibió el Premio
Nobel de Fisiología y Medicina por el desarrollo en 1902 de una técnica de sutura de
los vasos sanguíneos.
20
CAPÍTULO II
EL PSICÓLOGO EN UN EQUIPO
MULTIDISCIPLINARIO
DE TRANSPLANTE DE ÓRGANOS
INTRODUCCIÓN
Desde la realización del primer trasplante cardíaco en Cuba, el 9 de Diciem-
bre de 1985, se ha realizado un trabajo científico encaminado a esclarecer,
orientar y ejecutar la atención psicológica a este tipo de paciente, respon-
diendo a una línea priorizada en el Hospital Clínico Quirúrgico «Hermanos
Ameijeiras». Ante este enfoque de trabajo, nos hemos dado a la tarea de
revisar la literatura internacional, ya que se contaba con poca información al
respecto.
Algunos países centran su trabajo en la selección del paciente idóneo, mien-
tras que otros enfatizan en las tareas de diagnóstico, psicoterapia, rehabilita-
ción, atención a familiares del donante y al equipo asistencial.
Mc Aleer, Copeland y cols refieren que cuando se inició el trabajo relativo al
trasplante de órganos se le dio poca prioridad a los aspectos psicológicos
porque la supervivencia era limitada y lo principal era lograr que sobrevivie-
ran. Posteriormente observaron que la deficiencia de considerar a los pa-
cientes como la simple suma de sus partes los llevó a grandes desajustes
psíquicos. Numerosos investigadores se han dedicado al estudio de las alte-
raciones psíquicas en estos enfermos y han encontrado más frecuentes las
alteraciones del humor, cambio de la imagen corporal, desajustes maritales,
indiferencias, impotencia sexual y disminución de la libido (Mc Aleer, Cope-
land y cols, 1985).
P. Lunde reportó complicaciones psíquicas en nueve pacientes con tras-
plante cardiaco y atribuyó la mayor incidencia de los síntomas psicóticos a
una autoimagen distorsionada con respecto a la adquisición del corazón del
donante (Lunde, 1969).
I. Kraft detalló algunas consecuencias psicodinámicas del transplante de
órganos, destacando un paralelismo entre la naturaleza de las complicacio-
nes psíquicas post-operatorias y las fantasías preoperatorias o expectativas
con respecto al corazón donado (Kraft,1971).
Abrams sugirió que una combinación de factores como la ansiedad ante la
muerte, la deprivación sensorial y el aislamiento característico del ambiente
de cuidados intensivos, así como el desbalance fisiológico secundario cau-
sado por las altas dosis de esteroides que incrementan las catecolaminas y
disminuyen el gasto cardiaco, son etiológicamente responsables de la apari-
ción de psicosis posterior al trasplante cardiaco (Abrams, 1971).
Molish y cols demostraron déficits en el deterioro intelectual posoperatorio
en cincos trasplantados. Si embargo no tenían datos preoperatorio confiable
para la comparación. I. Kraft notó desajustes orgánicos en la mayoría de los
veinte pacientes estudiados por él y postuló la relación entre los agentes
inmunosupresores y la extensión del grado de organicidad (Molish, 1971;
Kraft, 1971).
Un aspecto que se señala es la experiencia obtenida con los familiares de
los pacientes. Copeland y cols señalan su experiencia con la apertura de un
grupo de apoyo para los familiares que estaban esperando por el trasplante
y los familiares que habían sufrido trasplante en los últimos seis meses. Se
destaca que la experiencia fue tan positiva que los pacientes quisieron for-
mar su grupo (Copeland, 1985).
Especial interés cobra el trabajo realizado por M. J. Mc Aleer-J. Copeland
y cols al abordar esta problemática con un enfoque más psicológico. Este
grupo estableció seis etapas de ajuste psicológico: período de evaluación,
período de espera, post operatorio inmediato, primer episodio de rechazo,
período de recuperación y alta del hospital (Mc. Aleer, 1985).
Una autora que también hace referencia a la importancia de los aspectos
psicológicos y sociales es Virginia O‘ Brien, quien plantea los resultados en
cinco etapas: presentación de la enfermedad y su diagnóstico, etapa de ad-
misión para el trasplante, período de espera, operación y alta para la casa
(O‘ Brien, 1985).
Laura Gunderson en su trabajo plantea la importancia de la enseñanza al
paciente que va a ser trasplantado, el papel de la enfermera en su estrecha
relación con el paciente en las etapas relativas a este proceso: Pre operato-
ria, alta y rehabilitación (Gunderson, 1985).
22
Un aspecto tratado con interés en la literatura es el de la evaluación y selec-
ción de los candidatos a trasplante. A. M. Freemann y cols consideran como
criterio de exclusión en la selección los casos de Retraso Mental y Psicosis
a pacientes con pobre rendimiento médico, abuso de alcohol, drogas y dis-
funciones familiares severas (Freemann, 1984).
W. Baumgartner y cols enfatizan la importancia de la evaluación psiquiátrica
en la correcta selección de los receptores potenciales (Baumgarner, 1979).
T. C. Wolfgang y cols señalan que el receptor debe ser psicológicamente
estable y mostrarse cooperador ante los procedimientos terapéuticos. Ellos
necesitan un fuerte soporte durante todo el proceder y los pacientes con una
estructura social fuerte tienden a ajustarse mejor (Wolfgang, 1985).
R. Morton Bolman y colaboradores apuntaron que un aspecto importante
en la evaluación psicológica del receptor es la estabilidad psicológica y emo-
cional del paciente y del soporte del grupo familiar (Bolman, 1985).
La expectativa del paciente con Insuficiencia Renal Crónica hacia el tras-
plante no es la misma que la de un paciente que espera trasplante cardiaco
o de médula ósea. En el paciente renal, la motivación durante un tiempo
prolongado se centra en la posibilidad del trasplante, y llegan incluso a
deformar su sistema de actitudes y valores hacia su vida personal y sus
valores sociales. La ansiedad y las alteraciones emocionales durante la diá-
lisis mejoran cuando llega el trasplante largamente deseado (Reyes, 2005).
Otras características tiene la preparación del paciente que espera tras-
plante de corazón. A este hay que prepararlo para la cooperación ante téc-
nicas traumáticas, para eliminar sus ideas o sentimientos negativos al tener
que asimilar un corazón ajeno, las características del donante y otros aspec-
tos que hacen aumentar la expectativa.
El trasplante hepático y de páncreas-riñón reúnen condiciones que necesi-
tan de gran preparación, en ambos pueden existir complicaciones inherentes al
daño cerebral transitorio a expensas de la alta toxicidad a que están some-
tidos.
El hepático tiene un post operatorio muy cruento y además la necesidad de
tenerlo en vigilia, por lo que las alteraciones del sueño también pueden po-
tenciar las alteraciones emocionales. A ello se le une la necesidad de que
asimile la preparación cuando aún no está en situación de amenaza vital.
El trasplante de médula ósea también requiere una cuidadosa preparación
psicológica, dado el aislamiento y condiciones de esterilidad que necesita, lo
que exige de una alta tolerancia al estrés y a la frustración.
23
Un hallazgo en la literatura ha sido el papel mediador del psicólogo entre el
posible donante, su grupo familiar y el receptor y su familia. Unido a esto se
han desarrollado acciones que promueven la información al cuerpo profe-
sional médico y paramédico en instituciones hospitalarias para desarrollar
esta actividad.
En España, mediante la Federación Nacional del ALCER (Asociación para
la lucha contra la enfermedades del riñón), se dirige hacia la población un
trabajo de promoción sistemática a través de campañas, celebración del Día
del donante y otras modalidades, para lograr la voluntad de donar los órga-
nos.
De esta revisión se desprende algo muy importante que debe poseer un
psicólogo que trabaje en un grupo multidisciplinario de trasplantes: Estar
actualizado en la temática.
Teniendo en cuenta las investigaciones y la experiencia en Cuba, se consi-
deró necesario dirigir el trabajo de Atención psicológica hacia 4 vertientes
fundamentales:
1. Atención al receptor.
2. Atención a los familiares del receptor.
3. Atención a los familiares del donante.
4. Atención al equipo de asistencia directa al receptor y al donante.
Atención al receptor
El objetivo fundamental de la atención a estos pacientes está orientado hacia
la búsqueda de los factores que puedan garantizar su estabilidad emocional,
así como un nivel de comprensión y una adecuada actitud hacia su enferme-
dad. La asistencia debe tomar en cuenta que todo paciente tiene un cuadro
interno vivencial sobre su enfermedad, en el que se pone de manifiesto la
autovaloración, motivaciones, inquietudes, sistema de valores y, en definitiva,
sus mecanismos de autorregulación personal (Hernández, 2003, 2005).
Para cumplir este objetivo se precisa de un estudio psicológico de los distin-
tos momentos por los que atraviesa el paciente, los cuales se estructuran de
la siguiente forma:
24
1. Estudio psicológico del paciente preseleccionado como candidato a tras-
plante o receptor potencial.
2. Preparación psicológica del paciente una vez seleccionado como recep-
tor.
3. Atención psicológica en el postoperatorio inmediato.
4. Atención psicológica en el post operatorio mediato y psicocorrección de
la personalidad del paciente.
5. Rehabilitación que favorezca su reinserción en un medio laboral o escolar
habitual.
A continuación se detallan cada una de las etapas así como algunos resul-
tados arrojados.
De difícil manejo
Se incluyen pacientes que, si bien no presentan un diagnostico de enferme-
dad psíquica severa, presentan alteraciones emocionales o problemas fami-
26
liares o sociales que deben ser conocidos por todo el equipo interdisciplina-
rio, para poder abordarlo con un criterio uniforme y objetivo.
En los casos de problemas sociales se precisa de la actuación especial de la
trabajadora social, que de hecho es una parte del dúo psicosocial. Como
ejemplo de esta situación hemos tenido pacientes que, por carencia afectiva
en su medio familiar, han utilizado el mecanismo del engaño o la maximiza-
ción de su cuadro sintomático para obtener ganancias. Este mecanismo
infantil puede continuar en la adultez y debe ser tratado por el equipo médi-
co que lo atiende. Este aspecto, si bien no es un criterio de exclusión para el
trasplante, es un elemento que debe tenerse en cuenta ya que, siendo una
alteración de la personalidad, puede confundir a los especialistas en el trans-
curso de su evolución.
En el capítulo V, se podrá ver cómo estos pacientes consideran una de las
mejores fuentes de apoyo social al equipo integrado por la psicóloga, la
cardióloga y la trabajadora social.
Paciente 1
Había sido alcohólico y se logró que en diez años no pobrara licor alguno. La
familia venía con frecuencia a la psicóloga para mostrarle su agradecimien-
to por no tener ya un padre alcohólico (sin tener plena conciencia de que eso
estaba latente en su mosaico cortical). Al cumplir diez años de operado le
pidió permiso a su psicóloga, para tomarse «un traguito» y festejar sus diez
años, el cual por supuesto no fue concedido. Dicho esto fue a ver a su
cirujano, quien teniendo en cuenta que ya habían pasado diez años, le con-
cedió su pedido. Falleció en total deterioro, durmiendo debajo de los ómni-
bus y «afilando cuchillos para matar a su esposa».
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Paciente 2
Doctor en Ciencias Técnicas, graduado en la Universidad Lomonósov, se
trasplantó por un diagnóstico de miocardiopatía hipertrófica alcohólica, un
día 14 de febrero, Día de San Valentín. Había hecho un juramento de que
nunca más volvería a beber alcohol. El equipo, teniendo en cuenta el nivel
intelectual del paciente confió en su promesa y lo trasplantó. Volvió a ingerir
bebidas alcohólicas y falleció en un sillón de ruedas esperando trasplante
renal.
El psicólogo que adquiera esta responsabilidad debe tener en cuenta que el
diagnóstico en este equipo de trabajo debe ser un diagnóstico dinámico, de
acuerdo a las características de extrema situación de amenaza vital del
caso.
Hay que decir que no siempre se cuenta con el tiempo necesario para hacer
un estudio de personalidad con la utilización de pruebas psicológicas. En el
caso de un paciente en situación de gravedad extrema, habrá que hacer un
diagnóstico clínico, entrevistas a los cuidadores primarios del paciente, estu-
dio psicosocial.
Si se quiere conocer si el paciente cuenta con recursos psicológicos y capa-
cidad intelectual y no se puede estudiar a profundidad porque está imposibi-
litado para hablar o en insuficiencia cardíaca, se debe acudir a su historia
escolar. En este caso será muy importante la realización de entrevistas con
la familia. Lo mismo sucederá con la efectividad de las redes de apoyo
social y los mecanismos de afrontamiento. El estudio de la personalidad en
esta etapa exploratoria con vistas al diagnóstico incluye una serie de aspec-
tos que se detallan a continuación:
29
Numerosas investigaciones se han referido al deterioro que pueden sufrir
estos pacientes como consecuencia de la hipoxia cerebral por la circulación
extracorpórea, mientras que otros enfatizan en la mejoría de la capacidad
de trabajo intelectual al mejorar el gasto cardíaco y por tanto, el flujo cere-
bral.
La CTI se evalúa mediante un sistema de metódicas propuesta por B. W.
Zeigarnik y cols, validado por la autora con pacientes cubanos (Zeigarnik,
1979, Hernández, 1992). El sistema incluye metódicas destinadas a la eva-
luación de la memoria, atención y pensamiento que se expondrán detallada-
mente en el capítulo III. Estas metódicas permiten no sólo evaluar el estado
de los procesos, sino también trabajar con el paciente en el sentido psicoco-
rrectivo.
La profundidad de la evaluación se realiza en dependencia del estado de
salud del enfermo. En ocasiones las alteraciones de la CTI están dadas por
hipoxia cerebral por bajo gasto cardíaco y en otras no es posible realizar la
evaluación por el estado precario de salud del paciente.
En la primera etapa de trabajo se evaluó la CTI de 19 pacientes, cuyos
resultados se expresan en la siguiente tabla:
30
no es estable. En un sujeto sometido a altos niveles de estrés o ansiedad,
puede aparecer este tipo de alteración.
En estos pacientes también se encontró una alta incidencia del componente
personal y motivacional en los procesos cognoscitivos.El siguiente gráfico
ilustra lo planteado.
Estados emocionales
Para determinar qué estados tiene el paciente se utilizó el Inventario de
ansiedad rasgo-estado de Charles Spielberger (IDARE) que ofrece una
valoración del estado emocional del paciente, (ansiedad reactiva) y de la
ansiedad como rasgo. También se utilizó la Escala de ansiedad patológica
(EAP) (Ver capítulo III).
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Tabla 2.2. Estado de ansiedad
Grado de ansiedad Ansiedad Ansiedad Ansiedad
Estado Rasgo Patológica
Alta 7 5 0
Baja 5 5 5
7 9 14
Como puede observarse en las tabla 2.2, ningún paciente presentaba ansie-
dad patológica. En cambio sí presentan estados de ansiedad reactiva por la
situación estresante que significa la intervención quirúrgica para ellos, que
matiza su percepción de ansiedad como rasgo. La ansiedad patológica baja
confirma el criterio de ansiedad situacional.
Autovaloración
Este es un aspecto importante en el estudio de los pacientes, ya que la
valoración de su estado de salud y su nivel de aspiraciones va a dar la
medida de cómo hay que trabajar adecuando las metas que éstos se tracen.
Para evaluar este aspecto el investigador puede auxiliarse de la escala de
autovaloración Dembo-Rubinstein.
En esta escala se le pide al paciente que se ubique en el lugar de la escala de
10 puntos, de acuerdo a como él considere que está cada uno de los pará-
metros que aparezcan en la escala. Pueden incluirse los parámetros que el
investigador necesite evaluar. Una vez que se ha ubicado el paciente en la
escala, se le pregunta el concepto que tienen de ese parámetro, por ejemplo,
salud, y el por qué de su evaluación en ese lugar.
En la figura 2.2 se muestran las curvas de autovaloración de un grupo de
pacientes antes del trasplante cardiaco.
Los resultados obtenidos muestran cómo en sentido general los pacientes
valoran su salud de acuerdo a su estado real. En este parámetro la mayoría
se ubica en el extremo inferior. De esta manera ellos vivencian su estado
con una autovaloración adecuada, porque aunque están esperanzados en la
idea de prolongar su vida, saben que están en una situación de amenaza
vital.
32
No obstante, existen casos que se autovaloran inadecuadamente, ya sea por
defecto o por exceso.
Paciente G:
Este paciente consideraba que su afección cardiaca era algo trivial y pasa-
jero, un episodio en su vida. Pensaba que tenía un problema de salud que se
iba a resolver en breve tiempo. Preguntaba, incluso, si podía seguir siendo
paracaidista una vez transplantado. Al preguntarle por qué se ubicaba arriba
en la escala, decía que él nunca había sido enfermizo, que nunca tenia gripe
ni nada y que tenía el corazón enfermo «pero eso se quitaba rápido».
Esta evaluación trascendía a las escalas carácter y felicidad. Era un «ale-
gre típico cubano».
33
Resulta interesante cómo en algunos pacientes se pone de manifiesto un
mecanismo de compensación del tipo «defensa perceptual». Ellos conocen
que están enfermos, saben que es grave su estado, pero actúan como si no
lo percibieran. Si bien es cierto que este mecanismo de defensa los defiende
de la angustia de saberse enfermos, también es responsable de que el enfer-
mo abandone las prescripciones facultativas. En el caso de G, que era una
persona fuerte, al punto de que su alias era «el tigre», se sentía en tan
magníficas condiciones que en unos carnavales tomó cervezas y contrajo
una sepsis a Citomegalovirus en un periodo en que aún no había Aciclovir ni
Ganciclovir por lo que falleció.
Paciente J:
Siempre estuvo deprimido y desesperanzado. Falleció en poco tiempo y ya
no estuvo en la segunda evaluación.
Paciente P:
Era un hombre muy inteligente aunque muy explosivo. Por ello tenía proble-
mas en sus relaciones interpersonales, y ubicó su carácter por debajo: reco-
nocía su problema de salud, sabía a lo que se exponía y por tanto se
consideraba por debajo de la media en la salud. Como puede verse, la auto-
valoración no se puede valorar inadecuadamente porque el paciente se ubi-
que por debajo de la norma. Hay que analizar la verdadera situación del
paciente y las razones de su ubicación en la escala.
Paciente AC:
Era una paciente trasplantada de corazón-pulmón, muy inteligente, pero se
subvaloraba porque no había alcanzado un título universitario: relacionaba la
inteligencia con el nivel de instrucción alcanzado. Tenía muy desarrolladas
sus habilidades sociales, leía mucho y tenía una cultura general bastante
amplia. Se descuidó a los tres años de trasplantada y falleció de una bronco-
neumonía.
Paciente A:
Nunca había podido ir a la escuela por su problema de salud; su familia no
se ocupaba de él y se sentía muy triste siempre. Fue trasplantado a los 14
años de edad. Se le buscó un hogar sustituto. En el hospital se le enseñó
Matemáticas y Español; luego se le asignó una psicopedagoga que lo educó
hasta 6to grado. Posteriormente se le mandó a una escuela taller donde
estudió mecánica automotriz en la especialidad de Electricidad.
En una ocasión el equipo médico lo estimuló con una excursión por un fin de
semana a Topes de Collantes -Centro de Turismo de Salud en Trinidad,
Provincia de Sancti Spíritus-, en compañía de otro trasplantado de corazón
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de su misma edad. En esa oportunidad, (según testimonio de su amigo), se
enamoró de una muchacha. A él le daba pena que la muchacha lo viera
tomando la ciclosporina, de modo que en todo el fin de semana se quedó sin
la droga antirrechazo. Como consecuencia fue trasladado al hospital en una
crisis de rechazo agudo y falleció.
Sistema motivacional
Para llevar a cabo el análisis de estos aspectos se realizaron entrevistas
psicológicas a profundidad, la prueba de Elección de valores, la prueba de
Completar oraciones y composiciones (Ver Capítulo III).
Se observa que los pacientes no enfatizan tanto en la operación por sí mis-
ma como en las consecuencias a sus limitaciones sociosicológicas de la
personalidad. Así por ejemplo, conocemos de su preocupación por volver a
su trabajo, a continuar criando a sus hijos, a realizar labores al servicio de la
sociedad. Resulta oportuno en este momento ejemplificar lo dicho anterior-
mente sobre algunos factores que fueron percibidos como estresores y ex-
presados en algunos ítems de la prueba de completamiento de frases por la
paciente E. G.:
1. El tiempo más feliz.... estar reunida con mis hijos
2. Quisiera saber........... si saldré bien
3. Lamento...................... los malestares que me siento.
4. Siento......................... deseos de sentirme bien.
5. Mi mayor temor......... quedar inútil.
6. No puedo.................. valerme por mí misma.
7. Yo necesito................ que me operen.
8. Estoy muy................... apurada por saber si podré ser útil algún día.
9. La preocupación principal..... salir bien de la operación.
Sensibilización-Acentuación
Estos pacientes están profundamente sensibilizados con la cirugía, aunque
no todos en el mismo grado, lo cual da lugar a dos modalidades de este
mecanismo tipo.
Maximización autoperceptiva:
Es la variante más común y característica donde predomina una sobrevalo-
ración de su enfermedad. Presentan temor, inquietud, miedo a la invalidez,
altos niveles de ansiedad reactiva, pero esta ansiedad no alcanza niveles
patológicos. Además, refieren que comprenden la necesidad de ser inter-
venidos quirúrgicamente, pero no pueden evitar el temor a morir y dejar
huérfanos a sus hijos, abandonar a sus padres cuando más lo necesitan, o no
resistir las exigencias médicas.
Este concepto representa el sentido personal que tiene para el paciente una
cirugía de corazón, ya que el estado de su organismo puede llevarlo a que la
cirugía no sea exitosa o a que ocurra un accidente técnico que pueda ser
fatal. En síntesis, se trata de una situación estresógena, de carácter limitan-
te para la realización socio-psicológica de la personalidad.
Lo anterior nos lleva a pensar, primero, que el paciente autopercibe su pro-
blema y, segundo, que maximiza su estado, pero sobre una base real. Este
36
tipo de paciente es susceptible a la intervención psicológica que lleve la
ansiedad reactiva a estrés pre-quirúrgico, de modo que es fácil obtener una
Activación Reguladora del Comportamiento, proporcionándole recursos de
afrontamiento más eficaces.
Maximización irracional:
En esta variante el paciente maximiza y sobrevalora su estado de enferme-
dad de tal manera que presenta altos niveles de ansiedad patológica, depre-
sión, insomnio, anorexia, trastornos psicofisiológicos (como disnea,
taquicardias, extrasístoles, hiperhidrosis, diarreas, vómitos); se muestra in-
quieto, exaltado, temeroso, dependiente, poco comunicativo y es frecuente
que hiperbolice cualquier maniobra o palabra que se exprese a su alrededor
o cualquier comentario que se realice en el pase de visita médico.
Es importante destacar que este mecanismo se presenta en personas con
trastornos psíquicos (neurosis, personalidad ansiosa, etc.) previos a su en-
fermedad cardiaca y se agudizan con ella. Por estas razones las técnicas de
tratamiento deben ser diferentes con ellos.Cuando este tipo de paciente es
intervenido quirúrgicamente, sin tratamiento psicológico, puede ocurrir que
durante la recuperación anestésica se presente agitación psicomotora, hi-
perventilación, arritmia cardiaca, por lo que es necesario utilizar altas dosis
de sedantes. Además, tienden a retirarse ellos mismos el tubo endotraqueal,
se quejan de muchos dolores, no cooperan con la fisioterapia respiratoria, no
se alimentan, etc. En este caso pueden darse las psicosis reactivas y en el
peor de todos puede ocurrir un desenlace fatal por una reacción de bronco-
espasmo o muerte súbita por arritmia cardiaca, etc.
Por tal motivo, este tipo de paciente no debe ser intervenido quirúrgicamen-
te en ese momento, sino que se sugiere el alta de la institución. Después se
haría una intervención psicológica por consulta externa para volverlo a in-
gresar cuando haya desarrollado habilidades para la activación reguladora
del comportamiento.
Si la enfermedad del paciente no admitiera la espera por el peligro de muer-
te inminente, entonces se precisa de un tratamiento intensivo con el uso de
técnicas breves, especialmente hipnorelajantes y con un alto contenido
sugestivo.
Defensa perceptual
En cambio, los pacientes que exhiben el mecanismo de defensa perceptual,
se caracterizan por no asimilar el anuncio de su enfermedad y la necesidad
de su intervención quirúrgica. Siempre tienen la «esperanza» de que el mé-
37
dico se haya equivocado, esconden los síntomas, lo desplazan (por ejemplo,
si sienten disnea lo asocian con una gripe, si notan cansancio lo atribuyen a
la circulación). No es casual que estos pacientes realicen distintas consultas
médicas en busca de quien le diga «otra verdad», la que él quiere escuchar.
Esta subvaloración compensatoria puede defender al paciente de la an-
gustia de saberse enfermo, pero también puede ser el factor responsable
de la falta de adherencia terapéutica, ya que al no considerarse enfermo
no se somete a las técnicas de diagnóstico y por tanto su actitud no es
consecuente.
El mecanismo de defensa perceptual aparece en dos modalidades: la mini-
mización absoluta o negación y la minimización parcial.
Minimización absoluta:
En esta modalidad de mecanismo de defensa, el paciente niega completa-
mente la enfermedad, refiere sentirse en óptimas condiciones y hace planes
futuros que están por encima de sus posibilidades. Tienen una ausencia total
de crítica de su estado, lo cual le lleva a incumplir el tratamiento. Refieren
sentirse felices, no tener preocupaciones o tener algunas muy distantes de
su problema de salud, es decir, niegan perceptualmente la situación emoció-
gena.
Es necesario subrayar que en algunos momentos de la enfermedad es im-
portante fortalecer este mecanismo, pero una vez que transcurre ese mo-
mento de extrema gravedad, hay que llevarlo a una Activación Reguladora
del Comportamiento con la finalidad de incrementar la adherencia terapéu-
tica.
Minimización parcial:
Esta modalidad es más característica del postoperatorio inmediato. El pa-
ciente se traza metas que por su contenido y su estado físico no puede
cumplir, tales como, movilizarse antes de tiempo, de forma brusca y rápida.
Al darse cuenta de que no puede cumplir con sus expectativas, se genera
frustración y depresión.
Este mecanismo puede ser fácilmente conducido a la Activación Regulado-
ra del Comportamiento porque lleva implícito deseos de rehabilitarse, opti-
mismo, energía, vitalidad, aunque debe ser regulado.
Una vez conocidos estos aspectos, el equipo multidisciplinario tiene todos
los elementos para decidir, si desde el punto de vista psicológico el paciente
está en condiciones de ser seleccionado como receptor. En este momento,
se procede a comunicar al paciente la decisión, de forma dosificada y ade-
cuando la información a sus requerimientos personológicos.
38
Seleccionado ya el candidato a trasplante, estamos en condiciones de pasar
a la segunda etapa de trabajo.
Objetivos
Con este modelo se pretende buscar estrategias de afrontamiento para bus-
car un afrontamiento centrado en la emoción. Como dirían Folkman y Laza-
rus (1984), es importante regular las emociones estresantes, reducir o manejar
el distrés emocional asociado a la situación (Sánchez Cánovas, 1991). Para
cumplir este propósito se hace necesario:
1. Atenuar la sensibilización pre-operatoria proporcionando conocimiento
sobre su enfermedad y sobre las posibilidades que le brinda el proceder
quirúrgico.
2. Eliminar creencias erróneas acerca del corazón -que no se debe tocar,
que no se opera, su vínculo con la esfera de los sentimientos, etc.
39
3. Reducir el miedo a lo desconocido.
4. Proporcionar información sobre las características de cada etapa, las
molestias esperadas y cómo vencerlas con recursos psicológicos. Por
ejemplo, demostrar al paciente que está despierto y dispuesto a respirar
por sí mismo para una rápida extubación, en lugar de continuar durmien-
do para no sentir la molestia del tubo endotraqueal.
5. Búsqueda de cooperación activa del paciente y racionalidad para el uso
de los procedimientos que van a ser utilizados en él. Por ejemplo, cuando
el paciente conoce las características de la sangre arterial, venosa y ca-
pilar ya no se muestra iracundo cuando «lo pinchen» en tres ocasiones.
Procedimientos
1. Charlas educativas.
2. Dinámicas grupales.
3. Diapofonogramas preparados para tal fin.
4. Uso de la técnica testimonio.
5. Modelado de respuestas de afrontamiento deseado.
Objetivos
1. Eliminar la concepción errónea de que el enfermo aquejado de una enfer-
medad cardiovascular debe permanecer inactivo y, ante la inminencia de
una intervención quirúrgica, imaginar cuadros tétricos acerca de su vida
futura.
2. Movilizar al paciente.
3. Elevar la autoestima.
4. Acelerar la recuperación física.
5. Eliminar la pasividad incrementando el optimismo.
6. Fomentar el sentido de la autoeficacia.
Procedimientos
1. Ejercicios físicos apropiados a la cirugía.
2. Ejercicios respiratorios.
3. Actividades culturales como: discusión de materiales, talleres literarios
con obras de contenido alegórico como el optimismo, la fe, la solidaridad
humana, la confianza y autoconfianza.
4. Uso de la música pasiva y activa.
5. Confección de objetos artesanales.
6. Pintura, dibujo.
7. Actividades de corte y costura, bordado, tejido, etc.
Objetivos
1. Permitirle expresar sus vivencias, sus expectativas, sus temores.
2. Comprometerlo personalmente con su propia recuperación.
3. Ofrecerle confianza en sí mismo, en el equipo médico y en los procedi-
mientos que se van a utilizar con él.
4. Enseñarle a reconocer y afrontar estados emocionales agudos que pue-
dan aparecer ante procedimientos invasivos.
Procedimientos
1. Consultas individuales utilizando diferentes métodos: persuasión, suges-
tión, imaginería dirigida. Por ejemplo crearle imágenes positivas para los
momentos previos a la anestesia para lograr un despertar sedado y
optimista.
2. La reestructuración cognitiva que sustituye los pensamientos nocivos por
los optimistas con respecto a las ventajas de la operación y en la mejoría
de su calidad de vida.
3. El enfrentamiento por el método solución de problemas es muy útil, sobre
todo muy beneficioso cuando se realiza previo a la intervención quirúrgi-
ca y no cuando está en pleno episodio agudo.
4. El automonitoreo para que el paciente sea capaz de reconocer estadios
tempranos de ansiedad, miedo, dolor, especialmente cuando el paciente
es un «negador». Este alienta al enfermo a usar estilos de afrontamiento
tempranos y efectivos.
5. Son especialmente útiles las técnicas de relajación adecuadas a las ca-
racterísticas del enfermo o de la institución.
42
efectivos. Son personas con trastornos psíquicos previos a la enfermedad
cardiovascular y por tanto, la intervención psicológica diseñada para la me-
dia no discurre en ellos fluidamente. Se «traba» el proceso y es preciso una
ayuda psicológica especial.
Objetivos
1. Analizar los factores que inciden negativamente en el proceso quirúrgico.
2. Modificar sus estilos de afrontamiento haciéndolos más efectivos.
Procedimientos
1. Consultas individuales de profundización en los conflictos, análisis de sus
propósitos, metas, logros, fracasos.
2. Técnicas hipnorelajantes.
3. Reestructuración cognitiva.
4. Modelado.
Objetivos
1. Continuar incidiendo sobre el autoconocimiento del paciente.
43
2. Corroborar si es capaz de identificar los modos de afrontamiento efecti-
vos o inefectivos.
3. Lograr una formulación de propósitos que conduzcan a la modificación
de los mecanismos ineficientes de autorregulación personal o a la reafir-
mación de los mecanismos compensatorios.
4. Sugerirle vías para la Activación Reguladora del Comportamiento.
Procedimientos
Combinación de intervenciones individuales y grupales utilizando entre
otros:
1. Modelado de Respuestas de Enfrentamiento Deseado.
2. Enfrentamiento mediante el sistema Solución de Problemas.
3. Enfrentamiento por Ensayo Cognitivo.
4. Dinámicas grupales de análisis de los errores cometidos, sus consecuen-
cias y reconocimiento de los logros obtenidos.
5. Uso de las redes de apoyo social.
47
Evaluación de los estados emocionales
En la tabla 2.4 se muestran los estados emocionales prevalecientes antes
del trasplante cardíaco y un mes después:
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Resulta necesario recordar que estos pacientes están sometidos a altos ni-
veles de tensión psíquica. Sus cuerpos son muy manipulados tanto antes
como después del trasplante cardíaco con técnicas de diagnóstico cruentas.
Se unen a esto las tensiones de carácter afectivo-emocional que surgen
ante las expectativas del paciente sobre la posibilidad del trasplante a tiem-
po.
Al observar la tabla anterior puede verse que hay pacientes en los que se
mantiene alta la ansiedad reactiva. Como ejemplo de esto puede observarse
la paciente ACVL (trasplantada de corazón-pulmón). Antes del trasplante,
estuvo cuatro meses esperando por la solución a su problema. Después del
trasplante, era necesario aplicar muchas técnicas de diagnóstico que la
mantenían en tensión (biopsias endomiocárdicas, broncoscopías, extraccio-
nes frecuentes de sangre, etc).
Autovaloración
En la Escala Dembo-Rubinstein que se presenta a continuación, salta a la
vista cómo los pacientes, por lo general, valoran su salud de acuerdo con su
estado real. Recordemos que en el parámetro salud, la mayoría se ubicaba
antes del transplante en el extremo inferior, mientras que después suben
hacia el extremo superior de la escala.
Si se detiene el lector en la curva de la escala de autovaloración de la pa-
ciente AC, sometida a trasplante de corazón-pulmón, se puede ver cómo
ella se ubicaba en el extremo inferior de la escala antes del trasplante. Al
mes de operada, se ubica en el centro de la escala, porque considera que su
problema fundamental se ha resuelto con la operación pero «aún faltan co-
sas por hacer». Esta valoración coincide con la realidad, ya que sólo había
transcurrido un mes del trasplante.
Sin embargo, existen casos con una autovaloración inadecuada, ya sea por
exceso o por defecto. Se puede recordar al paciente G, con que ilustramos
la autovaloración en la primera etapa. Este paciente consideraba que su
problema cardíaco era algo trivial y de rápida solución. Esto tuvo una gran
incidencia en el paciente después del trasplante ya que consideró que esta-
ba en tan magníficas condiciones que podía abandonar algunas medidas de
tratamiento médico, lo que motivó su reingreso en el hospital. Con el abor-
daje psicocorrectivo se logró ajustar la autovaloración de este paciente pos-
teriormente. Aunque luego se sintió tan seguro que abandonó algunas
prescripciones facultativas y falleció.
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Fig.2.3. Escala de autovaloración Dembo-Rubinstein después
del trasplante
50
5. Mi futuro..................................... quisiera recuperarlo de nuevo.
6. La preocupación principal........... la casa y mis hijos.
7. Deseo:.......................................... sentirme bien por mucho tiempo.
8. Yo secretamente........................... deseo una vida tranquila.
9. Mi mayor problema..................... es regresar a mi casa y trabajar.
52
Paciente A
La enferma tiene 15 años, con retraso pedagógico por su enfermedad car-
diovascular. Proviene de un hogar con pobre cohesión familiar, bajo nivel de
comprensión y compromiso, padres divorciados sin comunicación que pro-
porcionan mala atención al hijo.
En la primera evaluación presentó alteraciones de la capacidad de trabajo
intelectual tanto en el aspecto operacional por bajo gasto cardíaco como en
el aspecto dinámico por altos niveles de ansiedad.
Con este paciente se realizó un trabajo psicocorrectivo encaminado a mejo-
rar su calidad de vida integralmente. Para esto se requirió de un trabajo
intensivo del equipo multidisciplinario que se detalla a continuación:
Trabajadora social
1. Búsqueda de un hogar sustituto que fuera capaz de garantizar la estabili-
dad emocional requerida y que brindara el apoyo emocional para su rein-
serción a la sociedad.
2. Gestión de una escuela taller donde recuperara su nivel pedagógico y lo
vinculara a un oficio que lo preparara para la vida.
3. Garantía de medios económicos y materiales que le sirvieran de soporte a
esta nueva familia para la mejor asimilación del nuevo miembro que pue-
de provocar una de las llamadas «crisis para normativas del ciclo familiar».
4. Labor de seguimiento para detectar cualquier alteración que pudiera pre-
sentarse en el nuevo medio socio-educativo familiar o escolar.
Personal médico
Además de la atención médica requerida, se desarrolló un trabajo directo de
interrelación con el paciente y los integrantes de su núcleo familiar para
proveerlos de información progresiva con respecto a: hábitos higiénicos,
dietéticos, medicamentación adecuada y participación en distintos tipos de
actividades.
Psicóloga
En este caso, categorizado como «De Difícil Manejo», se hizo necesario un
trabajo psicocorrectivo individual especializado, con el fin de obtener una
autorregulación de la personalidad que le permitiera al enfermo:
1. Asimilar su condición de trasplantado atenuando el mecanismo de sensi-
bilización que estuvo presente en él.
53
2. Comprender la necesidad de un medio familiar más adecuado a sus re-
querimientos específicos, minimizando sentimientos de culpa vivenciados
por él con respecto a su familia de origen y sus nuevos cuidados en com-
paración con la calidad de vida de sus hermanitos.
3. Asimilar su inserción al nuevo medio socio escolar.
4. Admitir la socialización en su nuevo grupo.
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En el transoperatorio la familia es informada del estado de salud del pacien-
te, del éxito de la intervención o de cualquier alteración del curso de la
intervención quirúrgica.
En el posoperatorio se valora con los familiares a las personas más adecua-
das para acompañar al paciente de acuerdo con el estado psíquico de am-
bos. Posteriormente se realiza un seguimiento del sistema familiar con vistas
al papel que cada uno debe jugar al regreso del paciente a su hogar.
66
los otros, acentuar los aspectos positivos y de realización del trabajo, pro-
fundizar en el conocimiento de sí mismo, relajarse, distraerse con ejercicios
físicos y meditación, establecer fronteras entre la vida privada y la profesio-
nal.
Por la importancia que reviste para la salud pública mundial el control y la
prevención del desgaste profesional es necesario estudiar a fondo los pro-
cesos desencadenantes y facilitadores del burnout en los profesionales de
la salud. En el libro Psicología de la Salud. Fundamentos y aplicaciones
se analizan estos aspectos y se exponen estrategias de intervención para la
prevención y el manejo del burnout (M. Chacón y cols, 2005).
En general, las estrategias, métodos y procedimientos a usar en la preven-
ción y control del desgaste profesional son muy diversos. Hay que elegir
cuidadosamente aquellos que deberán usarse en el marco de programas o
«paquetes» de intervención ante cada situación específica. No hay técnicas
que «por receta» puedan recomendarse desde fuera sin analizar contextos
singulares y sin caracterización previa del burnout.
Se necesitará ampliar aún más la aplicación de programas y procedimientos
de intervención para su prevención y manejo. Engañarnos con respecto a la
amenaza potencial que significa el burnout, descuidarlo como un mito que
no tiene sustentación real en un equipo dado de salud, puede ser un meca-
nismo evasivo, improductivo y peligroso.
Este «síndrome» de desgaste profesional puede aparecer y socavar los ci-
mientos de la dinámica funcional y la efectividad de los mejores equipos de
salud. En este sentido, el burnout no es un mito, sino una amenaza poten-
cial. Si no se observa el desarrollo de sus antecedentes y consecuencias, y
no se aplican consecuentemente las medidas de protección, este se conver-
tirá en una amenaza real para los sistemas, instituciones y servicios de sa-
lud. Aquí los psicólogos de la salud deberán cumplir funciones importantes
en el siglo que apenas comienza.
67
CAPÍTULO III
PROPUESTA DE UN SISTEMA
PARA LA EVALUACIÓN
DEL RECEPTOR POTENCIAL
INTRODUCCIÓN
69
como respuesta inmediata a un asunto urgente: lo importante era medir y no
tanto cómo se medía. Se obviaba así un elemento vital establecido en los
trabajos de autores como J. L. Rubinstein, V.N. Teplov y A.N. Leontiev: el
carácter específico del desarrollo de las capacidades en concordancia con
la actividad que realiza el individuo (Hernández, 1992).
Al evaluar el nivel de funcionamiento intelectual debe concebirse al hom-
bre como un ser potencialmente capaz, que desarrolla las habilidades gra-
cias a su desenvolvimiento en cada actividad, bajo influencias instructivas y
educacionales. Esto implica una orientación verdaderamente dinámica.
Los procesos de investigación deben tener en cuenta no sólo la solución de
problemas en un momento dado, sino que deben combinar la elaboración
estadística de los datos obtenidos con una amplia valoración clínica de las
circunstancias bajo las cuales se encuentra el sujeto. Lo anterior quiere
decir que es un error sustituir la clínica por la investigación puramente
testológica.
La CTI la concebimos como «el conjunto de particularidades psicológicas
individuales que permite la adquisición y utilización de los conocimientos,
hábitos y habilidades que determinan el éxito de una actividad intelectual
específica» (Hernández, 1992).
El estudio de la C.T.I. resulta necesario no solo en la norma, sino también en
la enfermedad. Con mucha frecuencia los pacientes neuróticos y de otras
enfermedades aquejan pérdida de su capacidad de trabajo sin que esto se
pueda constatar en un examen testológico tradicional. De ahí la significa-
ción práctica de la investigación de los procesos que se alteran en los tras-
tornos de la capacidad de trabajo intelectual, de la búsqueda de aquellos
métodos concretos con los cuales ella puede ser diagnosticada con confiabi-
lidad y valor pronóstico.
Con mucha frecuencia, en la práctica clínica se observan personas que
tienen alteraciones no de su CTI en el sentido amplio del concepto, sino que
se trata de alteraciones como consecuencia de la extenuación. En estos
casos, los hábitos adquiridos y las operaciones intelectuales se conservadan,
pero al mismo tiempo la persona no está en condiciones de ejecutar una
serie de trabajos intelectuales que exigen esfuerzos estables y sostenidos.
La extenuación o astenización de esas personas adquiere a menudo un ca-
rácter especial, como si se tratara de procesos por separado. Puede mani-
festarse en forma de alteraciones de la memoria, o de oscilaciones de la
atención, o en el análisis de sus procesos elementales, por ejemplo, en el
ritmo de las reacciones sensomotoras.
70
En el análisis del ritmo de este tipo de reacciones se han utilizado técnicas
especiales, entre ellas las nacidas en la Patopsicología .
Numerosos investigadores como S. Ia. Rubinstein y B. W. Zeigarnik han
considerado que esta inestabilidad de los procesos psíquicos está relaciona-
da con oscilaciones del tono cortical cerebral. Ellos provocan alteraciones
de la actividad intelectual que dan lugar a la inconsistencia en los juicios, una
de las alteraciones descritas en la literatura patopsicológica (Zeigarnik, 1969,
Hernández 1992).
La particularidad característica de este tipo de alteración es la inestabilidad
del modo de ejecución de la tarea. El nivel de generalización no está por lo
común disminuido, los enfermos comprenden correctamente la consigna,
analizan y sistematizan bien el material, sin embargo, el carácter adecuado
de sus juicios no es estable.
L. S. Vigotski y A. N. Leontiev, mientras investigaban los procesos cognos-
citivos, descubrieron la memoria mediata. En ella, el establecimiento de re-
laciones asociativas hace que el pensamiento desempeñe un importante papel
en el recuerdo mediato lógico, el cual se forma en base a nuevos procedi-
mientos humanos.
En Cuba se ha acumulado experiencia en la caracterización de estas altera-
ciones que permiten suponer que ante una enfermedad que implica un lar-
vado proceso de astenización, se manifiestan alteraciones de la CTI. Las
expresiones del conocido «bloqueo intelectual» o las fallas del rendimiento,
son manifestaciones clínicas de alteraciones que resulta imposible fijar, ca-
racterizar y explicar mediante el diagnóstico psicológico con tareas concre-
tas.
Al investigar la atención en pacientes neuróticos, se ha encontrado diferen-
cias entre los sujetos no enfermos y estos pacientes con respecto a la cali-
dad de este proceso. En los sujetos no enfermos la velocidad es mayor, se
observa mayor concentración y poca fluctuación de la atención, mientras
que en los pacientes la velocidad se ve disminuida, tienen muchos errores y
su ritmo de trabajo es lento (Guash y Martínez, 1984).
Las alteraciones de la actividad mnésica se manifiestan de forma diferente
en la demencia, esquizofrenia y neurosis, tomando matices distintos en cada
una de ellas (Ramírez y Miguelez, 1982).
En el trabajo de investigación «Estudio patopsicológico de la memoria en
algunas formas clínicas de Neurosis», se realizó un estudio de este proceso
psíquico en 60 pacientes, para demostrarse que existen alteraciones de la
memoria inmediata y mediata, tanto a corto como a largo plazo, siendo más
afectada esta última. En todos los pacientes se encontraban alteraciones de
la dinámica de la CTI y del componente motivacional (Mesa, 1983).
71
Un resultado importante en las investigaciones ha sido la no corresponden-
cia entre las manifestaciones objetivas y las quejas subjetivas, lo que de-
muestra que estas alteraciones deben ser siempre constatadas mediante la
investigación patopsicológica.
Habiéndose constatado en diferentes investigaciones la existencia de alte-
raciones de algunos procesos cognoscitivos por separado, se realizó una
investigación destinada a demostrar la existencia de alteraciones de la CTI
en pacientes neuróticos, así como la evolución de la misma desde el debut
de la neurosis hasta su remisión. Se estudiaron 30 pacientes neuróticos y se
encontró que existen alteraciones de la CTI en estos pacientes que son
provocados por la alteración de la dinámica de la actividad en la esfera
afectivo-volitiva. Este cambio incapacita al enfermo de ejecutar una serie
de trabajos intelectuales que exigen esfuerzos estables y mantenidos. La
falta de aprovechamiento o la ausencia de productividad en el trabajo se
explica, no por un bajo nivel de conocimientos ni por la pérdida de los hábi-
tos, sino por las alteraciones funcionales del neurodinamismo cortical que
condicionan la disminución de la CTI del paciente neurótico (Moredo y
Fernández, 1984).
Las oscilaciones en los logros intelectuales no son provocadas por la com-
plejidad del material, ni por las dificultades en su organización, sino por la
inestabilidad de la productividad intelectual del enfermo. Esa vacilación hace
que aparezca unas veces como una persona que actúa y piensa adecuada-
mente, mientras que otras veces da la impresión de realizar acciones caren-
tes de finalidad.
El problema de las alteraciones de la CTI, atañe no solo a la psicología
clínica o de la salud. Existen otras áreas de trabajo de la Psicología, como la
Educacional y la Laboral donde se hace evidente la necesidad del estudio de
estos aspectos. Este es el caso de la selección y evaluación de receptores.
Estados emocionales
Esta categoría es muy necesaria cuando se va a seleccionar receptores,
porque los estados emocionales en muchas ocasiones son determinantes
para incentivar una buena actuación, tomar una decisión oportuna o inopor-
tuna, factores estos que deben tenerse en cuenta al elegir un candidato a
trasplante.
Dentro de los estados emocionales se hará especial énfasis en aquellos que
de acuerdo a las investigaciones realizadas puedan afectar directamente la
CTI o incidir en la aparición de enfermedades cardiovasculares, por citar un
72
ejemplo. Entre estos estados emocionales se encuentran: el estrés, la ansie-
dad, la depresión y la ira u hostilidad.
Numerosos investigadores se han referido específicamente a cómo el es-
trés puede provocar o agravar una enfermedad cardiovascular. Desde el
punto de vista fisiológico se ha considerado que el estrés se presenta cuan-
do los mecanismos de adaptación de un organismo vivo son impuestos o
forzados. Estudios epidemiológicos han señalado una estrecha asociación
entre las enfermedades coronarias y factores de riesgo como la hiperten-
sión, el colesterol, consumo de tabaco, la obesidad, la inactividad física y
sobre todo el estrés psicosocial y ocupacional.
Se ha encontrado, por ejemplo, que aquellos trabajos que suponen una gran
demanda física o intelectual, excesiva responsabilidad o un alto grado de
tensión, aumentan la probabilidad de que se presenten síntomas coronarios.
Los trastornos emocionales crónicos (como la ansiedad o la depresión) pa-
recen encontrarse también asociados a cardiopatías. Resultan de particular
relevancia las alteraciones del ritmo sueño-vigilia que conllevan tales tras-
tornos emocionales, ya que el sueño cumple un papel protector del músculo
cardíaco.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la principal causa de muerte
y morbilidad en los países desarrollados. Se estima que en estos países cer-
ca del 40% de todas las muertes en sujetos de mediana edad se deben
precisamente a los trastornos cardiovasculares, las tres cuartas partes de la
mortalidad corresponden a las enfermedades coronarias y en especial, al
infarto agudo del miocardio. De acuerdo con un estudio sociológico de la
cardiopatía isquémica en España, se producen cada año entre doce y trece
mil casos de infarto agudo del miocardio, excluyendo a la población mayor
de 74 años. Otras manifestaciones de la cardiopatía isquémica son la angina
de pecho y la muerte súbita.
En Cuba la cardiopatía isquémica presenta una morbilidad entre 132 y 210
por mil habitantes, siendo causa de más de 17000 defunciones anuales (Anua-
rio de Estadísticas, 2005).
Por tal motivo, es de suma importancia realizar acciones de salud para
lograr la disminución de su morbilidad, así como obtener un diagnóstico y
una evaluación de su severidad para llevar a cabo un mejor control y
tratamiento de los enfermos disminuyendo así su mortalidad. Entre estas
acciones de salud tiene una gran importancia la prevención, y dentro de
esta, la selección de un paciente que tenga mecanismos de afrontamiento
fuertes para enfrentarse a los procederes quirúrgicos necesarios.
Una correcta evaluación clínica es el método más sensible en el diagnós-
tico de la cardiopatía isquémica. Existen múltiples investigaciones que pue-
73
den realizarse para avalar el diagnóstico, así como definir el pronóstico y/o
el significado clínico de una lesión coronaria.
Dentro de esa evaluación clínica es importante tener en cuenta la incidencia
del estrés, ya que es sabido que puede producir isquemia miocárdica funda-
mentalmente en pacientes con enfermedad coronaria severa, aún en aque-
llos que tienen una prueba de esfuerzo negativa.
En la práctica clínica la isquemia miocárdica inducida por el estrés mental
es generalmente asintomática y se presenta con muy poca elevación del
doble producto (FC X TA), lo que sugiere un mecanismo vasoespástico. La
fisiopatología de la isquemia miocárdica inducida por ese mecanismo difiere
de la fisiopatología de la isquemia miocárdica inducida por el ejercicio. Por
otro lado, las alteraciones electrocardiográficas inducidas por el estrés men-
tal pueden constituir un elemento independiente para el diagnóstico y la es-
tratificación del riesgo de un cuadro coronario agudo en un paciente con
enfermedad arterial coronaria conocida.
En una investigación desarrollada conjuntamente con el Dr. Ricardo Cam-
pos, en un trabajo realizado para optar por el título de Especialista de Primer
Grado en Cardiología, se creó una situación experimental para producir frus-
tración-tensión en pacientes con cardiopatía isquémica. Al paciente se le
incitaba a resolver una serie de problemas ejecutivos en un período de tiem-
po sin permitírsele llegar a la solución ni terminar, ofreciéndole, sin pausa,
otra tarea más difícil aún. El paciente estaba acoplado al Ergocid y a un
equipo de Biofeedback con el sonido de alarma conectado y además tenía
encima la presión de los investigadores para aumentar el nivel de estrés. El
equipo de Biofeedback registraba la Resistencia Psicogalvánica para con-
firmar la presencia de estrés y el Ergocid ofrecía la frecuencia cardíaca, la
tensión arterial, así como un electrocardiograma continuo. Se pudo demos-
trar la incidencia del estrés en las alteraciones de la fisiología cardiovascular
y su utilidad como prueba diagnóstica en las lesiones coronarias (Campos y
Hernández 1997).
Diferentes investigadores se han referido a los factores psicosociales que
provocan estrés en unos grupos comunitarios más que a otros. Sin embargo,
otros enfatizan el hecho de que frente al estrés hay que considerar los dife-
rentes tipos de personalidades, de manera que se mencionan los tipos A, B,
C, H, y recientemente se habla del patrón D.
Los estados emocionales reiterados pueden conformar determinados patro-
nes comportamentales. Por ejemplo, estados reiterados de ansiedad pueden
llegar a conformar una personalidad ansiosa y, a la vez, esa personalidad
ansiosa es más propensa a caer en estados emocionales de ansiedad. Nos
referiremos a determinados patrones comportamentales, que se han asocia-
do a enfermedades cardiovasculares.
74
Personalidad tipo A
Este tipo de personalidad es la que ha llamado «procuradora de estrés». Son
personas con una propensión al estrés en grado sumo, ven la vida siempre
en tono amenazante. A. Paolasso (1998) plantea que vulgarmente podrían
denominarse «caballos de carrera», porque estarían siempre dispuestos a
competir.
Estos individuos se caracterizan por:
1. Siempre estar implicados en una lucha desmesurada, en ocasiones ni
pueden justificar la lucha ni saben contra quién es.
2. Al poseer una competitividad extrema, siempre son perfeccionistas y en-
cuentran que los demás ponen obstáculos a la realización de sus deseos
porque sus parámetros de evaluación de la actividad de los demás son
muy rígidos. Las cosas nunca están bien hechas a juzgar por sus crite-
rios.
3. Son muy ambiciosos y tienen un deseo persistente de progreso y sobre
todo una imperiosa necesidad de reconocimiento.
4. A pesar de que tienen logros en diferentes esferas, pueden sentirse an-
gustiados porque piensan que pudieron hacer mucho más.
5. Son muy hostiles e irritables, cualquier cosa suele «sacarlos del paso».
La hostilidad emana de que la mayoría de la población no es como ellos
y ven en todas partes insuficiencia e incapacidad. Se tornan intoleran-
tes.
6. Son impacientes, con hábitos motores desasosegados y respuestas ver-
bales entrecortadas. Siempre quieren apresurar el ritmo de ejecución de
la actividad física e intelectual. Como no les gusta esperar, suelen ir a la
mesa leyéndose un artículo interesante por si hay que esperar no perder
el tiempo, de modo que casi nunca disfrutan de la compañía de su am-
biente familiar. Aunque vayan de paseo en su automóvil, tienen necesidad
de adelantar al carro que lleven delante.
7. Contradictoriamente, procuran la compañía de los demás aunque a veces
no sepan escuchar atentamente porque «no les alcanza el tiempo».
8. Buscan la responsabilidad con permanente ocupación en múltiples y di-
versos proyectos. Siempre hacen todo con rapidez acentuando el sentido
de premura.
9. Sus objetivos siempre están muy bien definidos. Se implican en el traba-
jo y tienen preocupación constante con los límites de tiempo en el desem-
peño de sus labores. Todo tenía que haber estado «para ayer».
75
Es frecuente que tengan sin dormir a sus subordinados aunque luego
ese «informe nocturno» duerma plácidamente en la gaveta de su buró
por largo tiempo.
10. Manifiestan un estado permanente de alerta física y mental.
11. Tienen elevado nivel de colesterol, reducido tiempo de coagulación y
acentuada tendencia a desarrollar enfermedades coronarias. (Citado
por Paolasso). Presentan excreción elevada de catecolaminas, 17-hi-
droxicorticoides, 17-cetosteroides y 5-hidroxindol.12. Responden con
gran intensidad a los estímulos generadores de estrés, por lo que son
«reactores calientes» o «reactores ardientes».
Personalidad tipo B
Es la que pertenece a personas que Selye denominó «evasoras de estrés».
No se asocia a las enfermedades cardiovasculares, por el contrario, cuando
se ejerce influencia sobre el Patrón de conducta tipo A, al cabo del tiempo
se realiza una segunda evaluación y el individuo ha pasado a ser patrón B o
Intermedio entre A y B.
Se caracterizan por rehuir los estresantes y vivir un ritmo más tranquilo en
relación con la personalidad tipo A. Vulgarmente podían ser identificados
como el tipo «Tortuga».
El perfil caracterológico del tipo B se distingue por:
1. Ser introvertidos, no sienten necesidad de buscar ni compartir con los
demás.
2. Son distendidos o relajados, no viven en vigilancia permanente como los
del tipo A.
3. Son deferentes, delicados.
4. Son pacientes, saben escuchar.
5. No conciben su trabajo como una lucha contra los acontecimientos y las
personas.
6. Si bien no son personas totalmente inertes, son muy pasivas con relación
al tipo A y su reacción con los agentes estresores es más moderada.
7. Reaccionan más lentamente con la secreción de catecolaminas y corti-
coides.
8. Padecen menos enfermedades por estrés.
9. En contraposición al tipo A, este es un «reactor frío».
76
Personalidad tipo C
No está contemplada en la clasificación general de Friedman y Roseman. No
se asocia a las enfermedades cardiovasculares, es el tipo de personalidad
que se asocia al cáncer.
Ha sido descrita por algunos autores y Selye la resume como la que posee
especialmente las características del tipo B y por añadidura el elemento de
ansiedad crónica.
Se distingue por:
1. Perfil introvertido, obsesivo.
2. Tienden a interiorizar o internalizar su reacción al estrés, mecanismo por
el cual lo perpetúan y lo cronifican.
3. Se caracteriza este perfil como «factor tranquilo» dado que a pesar de
una apariencia exterior de persona resignada, callada y apacible, de es-
casa agresividad, su «procesión va por dentro» y según este autor «sufre
en silencio».
Personalidad tipo H
Se plantea como una clasificación intermedia entre A y B, con bastante de
C en el sentido de ansiedad crónica, pero expresada como hostilidad. De ahí
surge la letra de la clasificación.
Se distingue por:
1. Ser hostil, su conducta se caracteriza por estar permanentemente re-
accionando con enojo. El enojo fácil es el estigma de este tipo de
personalidad.
2. El enojo hostil los lleva a desarrollar una intensa reactividad cardiovascular
por lo que se plantea que es el responsable del 90% de los infartos y otras
cardiopatías por estrés.
Personalidad tipo D
Recientemente se ha descrito este tipo de personalidad y se ha asociado
fuertemente a la enfermedad de arterias coronarias, a la hipertensión
arterial y a la mortalidad.
Las personas con personalidad tipo D tienen una tendencia a inhibir la
expresión de las emociones negativas. El tipo D se asocia a la depre-
sión, a la alienación social y está caracterizado por la supresión crónica
de las emociones negativas. En una investigación reciente realizada por
Johan Denollet, se encontró que la personalidad tipo D fue un predictor
significativo de mortalidad en pacientes con enfermedad coronaria. Es-
tos pacientes tuvieron experiencias de distrés sustanciales, 15 meses
después del daño inicial.
78
La personalidad D se caracteriza por presentar:
1. Clínicamente: un aumento de la tendencia a la preocupación, inquietud,
abatimiento por todas las cosas, sentimiento de infelicidad, o irritabilidad.
2. Psicométricamente: síntomas de depresión, tensión crónica, subjetividad
de poco bienestar.
3. Desde el punto de vista interpersonal tienden a mantener los otros a
distancia; inhiben la expresión de los verdaderos sentimientos y tienen
bajo el nivel de percepción del apoyo social.
Paro cardíaco
En un artículo que se refiere al proceso de rehabilitación cardiaca, Harris
describe el caso de un médico que, al ver su propio electrocardiograma,
descubrió un Infarto del Miocardio y murmuró las palabras: «Dios mío, me
estoy muriendo» ( aunque no se estaba muriendo). Acto seguido, expiró
79
súbitamente. Harris comenta que posiblemente el miedo mató a este hombre
(Stein, 1987).
Tenemos una experiencia con un familiar muy cercano que no soportó la
muerte de su hijo. Un día amaneció pidiéndole a Dios que se la llevara para
unirse con su hijito: se le trató de reanimar de siete paros cardíacos segui-
dos, hasta que no salió de uno de ellos y falleció.
Cambios en el volumen-minuto
Ya en 1929, Grollman, usando el método del acetileno y a estudiantes de
medicina como sujetos de experimentación, midió el volumen- minuto en
una gran variedad de situaciones, incluyendo alteraciones psíquicas. Encon-
tró que los resultados podían ser reproducidos (con aproximación de 100 cc/
min) cuando el paciente estaba relajado y tranquilo, en condiciones «basa-
les». Si se producían trastornos psíquicos leves como los ocasionados por un
portazo, el volumen aumentaba tan solo alrededor de otros 100 cc/min., pero
si se hacía enojar intencionadamente al paciente podía ascender incluso
hasta unos 900 cc/min. La presión arterial y la frecuencia cardiaca aumen-
taban de manera simultánea con la elevación del volumen-minuto, pero los
valores de consumo de oxígeno no seguían necesariamente paralelos a los
cambios del volumen minuto cardiaco.
Grollman concluyó que estos cambios leves producidos en estudiantes de
medicina acostumbrados a los procedimientos de prueba, habrían sido cam-
bios exagerados en pacientes cardiópatas. Se admite, entonces, que la insu-
ficiencia cardiaca congestiva puede ser precipitada por episodios reiterados
de tensión emocional. Por otra parte, es importante recordar que las situa-
ciones placenteras también pueden aumentar el volumen sistólico y provo-
car taquicardia, aumentando las demandas del volumen-minuto cardiaco
(Stein, 1987).
80
Respuestas del pulso y la presión arterial
Wolf, en 1930, observó que durante una entrevista cargada de emoción, no
solo aumentó la presión arterial, sino se elevó significativamente la viscosi-
dad de la sangre.
El efecto «anticipatorio» de la frecuencia del pulso es un fenómeno bien
reconocido. En un grupo de levantadores de peso bien entrenados, cuyo
pulso habitual era de 72 latidos por minuto, en los momentos previos a un
torneo la frecuencia se elevaba a 135- 160 latidos por minuto.
Los efectos del estrés sobre la frecuencia cardiaca pueden ser superados
distrayendo al paciente, ya sea mediante el ejercicio, técnicas hipnorela-
jantes u otras técnicas como la imaginería dirigida, etc. Muchos investiga-
dores obviando los efectos del estrés sobre los parámetros en estudio,
citan que una vez que el paciente ha terminado el ejercicio y descansa, la
frecuencia cardiaca baja, sin tener en cuenta también el alivio del estrés.
81
Cambios en la frecuencia o ritmo cardiaco
Cualquier alteración del ritmo cardíaco puede ser ocasionada por una emo-
ción, bien sea taquicardia, bradicardia, extrasístoles, etc. A veces es fácil
establecer la asociación entre el impacto emocional y la respuesta psico-
fisiológica. Los extrasístoles pueden ocurrir en un corazón anatómicamente
dañado por una enfermedad orgánica. Sin embargo, influencias metabóli-
cas, farmacológicas o mecanismos nerviosos reflejos pueden provocar tam-
bién extrasístoles, aún en corazones normales. En pacientes con corazones
normales aparecen muchas más extrasístoles durante la cirugía craneana o
del cuello, que durante otro tipo de operaciones. También las drogas simpá-
tico-miméticas o parasimpáticomiméticas pueden causar extrasístoles. Habi-
tualmente se consideran las extrasístoles que se presentan en el reposo,
pero que desaparecen con el ejercicio, como de escasa importancia. Se
consideran como significativos y asociados con un mal pronóstico, los que au-
mentan en número con el ejercicio.
Por ejemplo, si la tensión emocional produce un aumento de la excitabilidad
del nódulo auricular, los impulsos procedentes del mismo pueden eliminar las
extrasístoles durante el ejercicio y éstos podrán recurrir al disminuir la fre-
cuencia cardiaca. Por otra parte, si el estrés aumenta la excitabilidad del
foco ectópico más que la del nódulo sino auricular los latidos prematuros
pueden aparecer en el ejercicio y desaparecer en el reposo. Stevenson y
colaboradores señalan que no solamente las extrasístoles indican daño
cardíaco sino que su reiteración en salvas puede perjudicar aún más al cora-
zón, gravitando repetidamente sobre su capacidad. Así se sugiere que si un
sujeto desarrolla salvas de extrasístoles o arritmias transitorias que compro-
meten el volumen minuto-cardíaco debido a una mayor frecuencia y a la
retención de sangre en los ventrículos, la insuficiencia cardiaca congestiva
preexistente podrá ser agravada por la arritmia. Estos autores creen que
una de las responsabilidades médicas en el cuidado del paciente con daño
cardíaco anatómico es la eliminación de tensiones emocionales que empeo-
ran la situación orgánica (Stein, 1987).
Por otro lado, los pacientes ansiosos suelen describir la presencia de pal-
pitaciones en ausencia de todo signo subjetivo de arritmia cardiaca (Sán-
chez y col, 1990; Scott, 1993).
En algunos enfermos, las palpitaciones pueden formar parte de una neurosis
crónica de ansiedad, que se manifiesta por una prolongada hiperactividad
del sistema nervioso autónomo. Esta afección se ha denominado de nume-
rosas formas: astenia neurocirculatoria, corazón del soldado, síndrome Da Costa,
neurosis cardiaca y enfermedad funcional cardiovascular. Estos enfermos
82
suelen tener hallazgos físicos correspondientes a un estado circulatorio e
hipercinético que se manifiesta por taquicardia sinusal en reposo, exceso de
transpiración, pulso arterial amplio y soplo sistólico funcional. Se da la au-
sencia de otros hallazgos físicos o de laboratorio que indiquen la presencia
de un exceso de hormona tiroidea circulante (Bongard y col. ,1992).
Alteraciones electrocardiográficas
Las modificaciones electrocardiográficas secundarias a la tensión emocio-
nal incluyen no sólo cambios de la frecuencia y del ritmo, sino también alte-
raciones de la configuración. Las ondas T y P pueden modificar su forma, y
aparecer alteraciones del segmento S-T. Sin embargo, estos cambios no
suelen ser constantes de un día a otro y no significan necesariamente enfer-
medad cardiaca isquémica ni contraindican el ejercicio.
La frecuente asociación de alteraciones inespecíficas de la repolariza-
ción en el electrocardiograma en reposo, como aplanamiento e inversión
de la onda T, junto con frecuentes molestias de dolor torácico, puede indu-
cir a un diagnóstico erróneo de arteriopatía coronaria. El error diagnóstico
puede agravarse con el ECG de esfuerzo, ya que la hiperventilación por sí
sola puede provocar un descenso del segmento S-T en algunos enfermos
(Stein, 1987).
Ansiedad
El estado de ansiedad es ocasionado por cambios en las condiciones de
vida, en la actividad acostumbrada del individuo. También puede surgir por
la anticipación del disgusto, de la amenaza, por el aplazamiento o demora en
la aparición del objeto esperado o de la acción. Las investigaciones experi-
mentales y teóricas han demostrado el importante papel de la diferenciación
conceptual y precisa de la ansiedad en sus distintas formas de expresión.
Grau (1982) hizo una amplia caracterización psicológica de las distintas for-
mas de expresión de la ansiedad:
Situacional
Surge ante nuevas condiciones, cambios en lo habitual, de forma más o
menos brusca, que tienen un enorme significado vital para el individuo, en
estrecha correspondencia con sus propios motivos y valoraciones. Los suje-
tos ante todo dirigen las vivencias ansiosas hacia la situación circundante.
Los mecanismos compensatorios se expresan únicamente en dependencia
de la situación causante de la ansiedad, los cuales poseen un carácter temporal.
83
Sin embargo, no conducen a una activación global de la autorregulación y el
autocontrol de la personalidad del sujeto.
Patológica
Se caracteriza por un polimorfismo de manifestaciones psicofisiológicas,
que en algunas formas clínicas adopta una conocida relación de síntomas.
Surge ante situaciones extremas, que son percibidas como tales y que al
mismo tiempo tienen gran significación para el individuo. La generalización
de este estado provoca alteraciones funcionales con desorganización de las
instancias de regulación individual, conductual, afectiva y volitiva. El sujeto
se siente incapaz de mantener un autocontrol de su conducta y muestra
alteraciones de la actividad dirigida a un objetivo.
Ansiedad personal
Es considerada como una característica relativamente estable de la perso-
nalidad del individuo, formada a lo largo de su historia vital, y se corresponde
con un modo de actuar típico ante situaciones desfavorables y en cierto
modo, amenazantes. Está en estrecho vínculo con el sistema de valores y la
esfera motivacional-emocional de la personalidad, teniendo, al mismo tiem-
po, un carácter dinámico. El individuo es capaz de adquirir mecanismos
compensatorios más o menos adecuados para enfrentar la influencia de las
frecuentes situaciones percibidas como estresantes, de forma tal que estas
no alcanzan un nivel desestabilizador, y son capaces de bloquear la desinte-
gración del curso normal de los procesos psíquicos, conservando la efectivi-
dad de la autorregulación y productividad de la actividad.
Intereses
Son manifestaciones emocionales de las necesidades cognoscitivas del hom-
bre. Su satisfacción contribuye a compensar las lagunas en los conocimien-
tos y a una mejor orientación, comprensión, información de los hechos que
han adquirido carácter significativo. Pueden clasificarse atendiendo a con-
tenido, objetivos, amplitud y estabilidad.
Otra formación psicológica importante son las convicciones, concebidas como
un sistema de necesidades conscientes de la persona que lo impulsan a
obrar de acuerdo con sus puntos de vista, principios y concepción del mun-
do.
Las convicciones son motivos de la conducta humana, son pensamientos,
ideas, principios de la persona que son determinados por el sentido de su
vida y su cúmulo de conocimientos. Adquieren para el hombre una significa-
ción permanente y esencial y por eso los afirma y los defiende hasta exponer
su vida si fuera necesario.
Aspiraciones
Son los motivos de la conducta en la que encuentra expresión la necesidad
en las condiciones de existencia y desarrollo que no están directamente
representadas en una situación determinada, pero pueden ser creadas como
resultado de la actividad de la personalidad, organizada de un modo espe-
cial, como por ejemplo las ilusiones.
El nivel de aspiraciones de una persona se determina según los objetivos
elegidos, entre aquellos que tienen mayor importancia en su estructura je-
rárquico motivacional, ya sean fáciles o difíciles. Este nivel de aspiraciones
o de pretensiones, lo establece la persona en un punto intermedio entre
tareas y objetivos extremadamente difíciles o fáciles, de tal manera que se
conserva para sí determinada perspectiva.
86
Los ideales morales, sin duda alguna constituyen otra formación psicológica
muy interesante. Se concibe como una formación motivacional integrada
por diversas razones que se expresen mediatizadas por la autoconciencia de
un modelo que la persona se propone alcanzar en un futuro. Representan
una forma de reflexión y de activa valoración en el joven sobre el modelo
formado como ideal y no simplemente un esfuerzo por imitar formas de
comportamiento. Son una vía de regulación en la adolescencia y en la edad
escolar superior, pero los principios son igualmente validos para estudiar
motivaciones mediatas en el adulto. No es una regularidad en el desarrollo,
su aparición depende de una adecuada formación y educación de la perso-
nalidad.
Autoconciencia
La autoconciencia o conciencia de sí mismo es el conocimiento y valoración
que el hombre forma de sí mismo. Es un producto evolutivo que se desarro-
lla con la personalidad y que permite al hombre no solo descubrir nuevas
características y aspectos de sí mismo, sino modificarlas. Refleja la idea de
que el ser humano tiene de sus cualidades psíquicas. Se encuentra relacio-
nado con la autoestima, con la autovaloración.
El hombre conoce el mundo y lo valora, transformándolo mediante su activi-
dad práctica y teórica. En este mismo proceso de conocer, valorar y trasfor-
mar el mundo, el hombre forma y desarrolla las cualidades de su personalidad:
temperamento, carácter, capacidades, aspiraciones, intereses, convicciones,
ideales, etc.
Autovaloración
Es una formación psicológica reguladora que se forma sobre la base de la
autoconciencia. Son los contenidos que el hombre valora de aquellos aspec-
tos de la personalidad que expresan sus principales motivos. El hombre no
compromete su autoestima, su autovaloración, en todas las esferas de su
vida ni por motivos superfluos.
La expresión de aquellos motivos esenciales de la personalidad, los que
implican movilización de todo su potencial se vinculan con la autoestima del
sujeto en la realización de determinada actividad.
La reflexión del sujeto sobre sí mismo para conformar su autovaloración,
estará orientada hacia aquellas cualidades, capacidades, intereses o poten-
87
cialidades vinculadas a la consecución exitosa de los fines que responde a
sus principales motivaciones.
La autovaloración es una expresión cognitiva porque se expresa en forma
de conceptos, valoraciones, juicios, categorías; pero esta expresión tiene en
su base la fuerza dinámica de los principales motivos de la personalidad y es
en esa fuerza donde reside el potencial regulador de la autovaloración sobre
el comportamiento.
La autovaloración implica siempre una reflexión del sujeto sobre la activi-
dad que realiza partiendo de sus contenidos autovalorativos y el producto de
esa reflexión se expresara, tanto en forma de valoraciones concientes como
en forma de vivencias, que muchas veces pueden ser concientizadas con la
personalidad. Está relacionado con la valoración de los demás, con la activi-
dad y la comunicación.
El nivel de adecuación de la autovaloración esta dado por la relación entre
las aspiraciones y las posibilidades reales. Así, por ejemplo, la sobrevalora-
ción se da cuando el nivel de aspiraciones esta por encima del nivel de
posibilidades reales, mientras que una valoración adecuada es la relación
armoniosa entre ambas. La subvaloración aflora cuando el nivel de aspira-
ciones está por debajo del nivel de posibilidades.
Otros elementos importantes para evaluar la autovaloración y su nivel de
adecuación es la flexibilidad de los contenidos autovalorativos. Esta es la
posibilidad que tiene la autovaloración de asimilar resultados disonantes con
sus contenidos y el nivel de integridad, que es cuando se asimila determina-
do contenido disonante y no se transforma la imagen autovalorativa del
sujeto. Se conoce como efecto de la inadecuación a la reacción emocional
que se da ante el fracaso de la autovaloración. Su característica principal es
el carácter agresivo orientado hacia las supuestas causas externas según el
sujeto el fracaso. Es una reacción de intolerancia al fracaso para mantener
la imagen.
La entrevista
Puede definirse la entrevista como un encuentro con objetivos bien defini-
dos, en un marco temporal, espacial y metodológico. En este intercambio
88
comunicacional se desarrolla la mayor parte del ejercicio de la Psicología y
otras profesiones.
El eje central del proceso de selección de receptores lo constituye la entre-
vista, ya que es la técnica que permite integrar el empleo del resto de los
métodos en el proceso. La entrevista brinda la posibilidad de intercambiar
de forma directa con el candidato, de observar, valorar, comprobar y cruzar
la información, de conocer datos importantes de la historia vital, lo que es
motivante para él y constituye el sentido de su vida.
Pueden realizarse tantas entrevistas como se considere necesario, pero es
importante realizar una entrevista inicial, en la cual se exploran las caracte-
rísticas generales del sujeto. Después se debe realizar otra final o determi-
nativa, que servirá para completar la información obtenido por diferentes
vías, integrar diferentes factores y obtener una valoración cualitativa inte-
gral del candidato.
Para realizar una buena entrevista que cumpla los objetivos propuestos, debe
tenerse en cuenta las habilidades y la formación profesional de quien realiza la
entrevista. El entrevistador no debe improvisar, será imprescindible contar
con una guía para no divagar ni perder el hilo conductor. Las preguntas que
integran el interrogatorio, sin embargo, no deberán ser rígidas, ni ser frías ni
carentes de contacto humano. La entrevista psicológica debe seguir una serie
de etapas a fin de que no se descuiden algunos elementos.
Recepción
La primera impresión, cuya importancia es conocida en cualquier forma
de relación humana, alcanza, en el trabajo clínico, una extraordinaria signi-
ficación, si se tienen en cuenta las expectativas con que una persona acu-
de a una entrevista. Algunos «pequeños detalles» pueden olvidarse en el
recibimiento de una persona que pueden, o facilitar tremendamente el es-
tablecimiento de una buena relación, o dificultar tal objetivo. Aunque el
profesional de la salud está siendo valorado desde mucho antes por el
entrevistado, este es el momento en que se comienza a investigar al
paciente.
Un buen entrevistador debe ofrecer una buena impresión desde el principio,
llamar a la persona por su nombre, saludarla, preferentemente dándole la
mano, e indicarle su asiento para evitar situaciones de ambigüedad, las
que pueden generar ansiedad. Si hubiera que seleccionar lo más impor-
tante de esta etapa se diría que: la actitud de respeto al otro.
89
Identificación
La toma de los datos de identidad es una manera muy hábil de iniciar la
conversación con el entrevistado, por lo general inhibido en este momento
de la entrevista. Por otra parte, los datos generales donde se incluye la edad,
estado civil, ocupación y procedencia, brindan al entrevistador elementos
muy útiles para definir ante qué tipo de persona se encuentra.
Un elemento muy importante es la utilización de preguntas que se adapten al
nivel intelectual que se considere tenga el entrevistado. En este momento se
inicia formalmente la comunicación verbal, y la persona, con frecuencia, se
preocupa por no comprender el lenguaje técnico del entrevistador. Esto le
produce ansiedad, sobre todo cuando se utilizan términos desconocidos
para su vocabulario. El hecho de manejar de forma hábil la posibilidad de
hablar con brevedad sobre algún tema extra, aparentemente trivial, es tam-
bién un buen recurso para relajar las tensiones.
Interrogatorio
Es una de las etapas más importantes de la entrevista porque con ella co-
mienza el trabajo en sí. El interrogatorio es la vía principal por la que se
establece la relación investigador- investigado. En él se manifiesta la actitud
de ambos, mostrando respeto, corrección, interés humano y evitando enjui-
ciar sus comunicaciones verbales y extraverbales.
Es importante que el investigador evite preguntas sugestivas o introducto-
rias, ya que las mismas pueden llevar a respuestas falsas.
Exámenes
Se debe evitar a toda costa las tensiones acerca de los mismos, explicando
lo que deba dominar el entrevistado con referencia a los objetivos de la
selección.
Información
Es importante recordar que uno de los objetivos de la persona en la entrevis-
ta es salir lo mejor informado posible. El entrevistador debe satisfacer esa
demanda de manera adecuada, programando siempre la forma y profundi-
dad de la información.
90
Despedida
Es importante saber cerrar la entrevista y definir con el interlocutor el mo-
mento de la retirada. Es aconsejable que se le estreche la mano y se hagan
recomendaciones ansiolíticas finales. En ocasiones resulta útil una palmada
en la espalda, aunque solo se debe dar cuando sea compatible con la perso-
nalidad de ambos participantes.
La entrevista debe ser guiada de modo tal que se puedan considerar los
principales indicadores funcionales que deben ser valorados por el especia-
lista en el proceso de selección. Entre los indicadores recomendamos:
1. Nivel de funcionamiento intelectual, o sea, su nivel de comprensión, de
información general, disposición para el aprendizaje, forma en que ha
empleado el intelecto en su adaptación al medio, en la solución de los
problemas, como se ha comportado su aprovechamiento académico en
los distintos niveles de enseñanza.
2. Capacidad de adaptación ante los cambios de la vida, adaptación al entorno.
3. Capacidad de anticipación, proyección de futuro, nivel de aspiraciones,
proyecto de vida en general.
4. Capacidad organizativa para alcanzar los objetivos propuestos, esfuerzos
en función de ello.
5. Habilidades sociales expresadas en capacidades para desarrollar activi-
dades sociales, satisfacer sus necesidades cognoscitivas y afectivas.
Instrucciones
Se le repite al paciente: «Ahora le voy a leer diez palabras, usted debe
escuchar atentamente. Cuando yo termine de leer, repita inmediatamente
tantas palabras como recuerde. El orden no juega ningún papel».
92
En la medida en que el sujeto va diciendo las palabras, se van marcando con
una cruz en el protocolo y si es posible con un número, para saber el orden
en que la repite.
Una vez que el sujeto ha repetido la primera ocasión, se le dice: «De nuevo
leeré las mismas palabras y usted debe repetirlas, las que mencionó y las
que omitió la primera vez. Todas juntas y en cualquier orden».
El experimentador de nuevo marcará las palabras que el sujeto va repitien-
do. Después se hace otra vez, tres cuatro y cinco veces pero sin dar instruc-
ciones, solo se le dice: «Otra vez». Si el sujeto menciona otras palabras se
anotan y, si repite esas, se hacen cruces debajo de ellas.
93
Tabla 3.4. Aprendizaje de diez palabras. Serie IV
No. Caña Luz Vela Palo Goma Cinto Carta Bola Avión Libro
1
2
3
4
5
Recomendación
Esta prueba debe ser la primera que se aplique en la evaluación de la capa-
cidad de trabajo intelectual.
Instrucciones
Sin mostrar la tabla al sujeto se le da la siguiente orden: «En la tabla apare-
cen los números del 1 al 25 y estos no están en orden. Con este puntero
usted señalará y nombrará en voz alta los números en el orden del 1 al 25.
Esto será lo más rápido posible, pero sin equivocarse». Si el sujeto no com-
prende, se le vuelve a explicar, pero sin mostrarle la tabla, porque el tiempo
de búsqueda se cuenta desde el primer número.
Luego se coloca rápidamente al sujeto delante de la tabla con el puntero en
la mano a una distancia de aproximadamente 70 centímetros y poniendo a
funcionar el cronómetro se le dice: «Comience».
Mientras el sujeto señala los números se protocolizan todos los detalles, sus
expresiones verbales y extraverbales y cuando dice 25 se detiene el cronó-
metro y se anota el tiempo de búsqueda. Luego se realiza el mismo procedi-
miento con la segunda, tercera, cuarta y quinta tablas.
Tabla 3.5
14 18 7 24 21
22 1 10 9 6
16 5 8 20 11
23 2 25 3 15
19 13 17 12 4
Tabla 3.6
22 25 7 21 11
6 2 10 3 23
17 12 16 5 18
1 15 20 9 24
19 13 4 14 8
96
Tabla 3.7
21 12 7 1 20
6 15 17 3 18
19 4 8 25 13
24 2 22 10 5
9 14 11 23 16
Tabla 3.8
9 5 11 23 20
14 25 17 1 6
3 21 7 19 13
18 12 24 16 4
8 15 2 10 22
Tabla 3.9
5 14 12 23 2
16 25 7 24 13
11 3 20 4 18
8 10 19 22 1
21 15 9 17 6
Interpretación
En la valoración se toma ante todo las diferencias en el tiempo de búsque-
da de cada tabla, considerando normal un tiempo de entre 50 y 60 segun-
dos. Un aumento notable del tiempo en la búsqueda de números en las
últimas tablas (tercera, cuarta y quinta) evidencia la fatiga del enfermo.
La «curva de agotamiento» que puede construirse gráficamente sobre la
base de los resultados obtenidos manifiesta el carácter de la Astenia del
sujeto: curva hipoesténica que se caracteriza por un aumento del tiempo
que se invierte en la búsqueda de cada tabla, y curva hiperesténica, en la
cual el sujeto al inicio tiene altos tiempos de búsqueda, se recupera dismi-
nuyendo el tiempo y vuelve a aumentar en las últimas tablas (ver gráfico
3.2 y 3.3).
Se hace mucha referencia a que tiene mejor pronóstico la Astenia cuando la
curva es hiperesténica.
97
Fig. 3.2. Prueba de búsqueda de números. Curva Zigzagueante
98
El sujeto del gráfico anterior tiene alteraciones del ritmo de atención, proba-
blemente por un estado emocional agudo dado por la curva zigzagueante, no
hay diferencias entre la primera y la segunda evaluación.
Reproducción de relatos
Dirigida fundamentalmente al estudio de la memoria, esta metódica fue pro-
puesta por S. Ia. Rubinstein. A través de textos impresos con contenido
alegórico solapado que el enfermo debe reproducir, se investiga la compren-
sión y el recuerdo de los textos, las particularidades del lenguaje oral y escri-
to y algunas particularidades del pensamiento como la abstracción y la
generalización. Además, evalúa el componente dinámico motivacional de la
memoria. Pueden utilizarse dos relatos en cada aplicación.
Instrucciones
Se le explica al sujeto que se le leerá un relato. Él deberá reproducirlo lo
más fielmente posible. Puede dársele a leer, si el sujeto así lo prefiere.
100
El barco y el mar
Un barco cargado de piedras hasta el tope exclamó:« ¡Será posible que yo
lleve sin protestar esta carga tan enorme!»
Pero el mar, que estaba oyendo, le dijo: «¿Qué es eso, por qué te quejas así,
cómo te has olvidado de mí que llevo el mismo peso que tú y además te llevo
a ti?»
Interpretación
Se puede observar errores en la reproducción como: sustitución de unos
personajes del relato por otros, unión, contaminación y confabulación de los
acontecimientos de los dos relatos además de alteración de circunstancias,
inclusión de frases ajenas, omisiones y necesidad de repeticiones.
Además pueden analizarse particularidades del lenguaje oral y escrito como
agramatismos (combinaciones alteradas e impropias de palabras) y perse-
veraciones.
Comparación de conceptos
Mediante diez pares de conceptos se investigan los procesos de análisis,
síntesis, abstracción y generalización del pensamiento y las particularidades
del lenguaje oral. De cada uno de los pares de conceptos el sujeto debe
decir en qué se parecen y en qué se diferencian.
102
En la relación existen conceptos de diferentes grados de generalidad, como
también conceptos no comparables del todo, que frecuentemente son los
más demostrativos para detectar trastornos del pensamiento.
Instrucciones
Preguntar al paciente en qué se parecen y en qué se diferencian algunos
pares de conceptos.
Si no comprende la tarea de inmediato, se puede hacer la comparación con
él de algún par de palabras. Al proponerse un par de palabras no compara-
bles, se observa atentamente el comportamiento del sujeto: si expresa sor-
presa, confusión o si permanece callado. Cuando esto ocurre se le explica:
«Hay algunos pares de conceptos que no son comparables». Si a pesar de
esto el sujeto trata de compararlos se anotan sus respuestas y luego se le
explica que no son comparables.
Al evaluar las respuestas se debe tener en cuenta si es capaz de emitir los
indicadores esenciales de las diferencias y semejanzas de los conceptos. La
incapacidad para ello sería un indicador de debilidad del proceso de abstrac-
ción y generalización del pensamiento.
Si a una respuesta brillante le sucede una respuesta torpe, entonces sería
un indicador de una alteración denominada «inconsistencia en los juicios».
Pares de conceptos
Primera evaluación
1. Mañana – tarde
2. Vaca – caballo
3. Piloto – taxista
4. Carriola – patines
5. Guagua – tren
6. Lago – río
7. Lluvia – granizo
8. Río – ave
9. Tren – avión
10. Eje – avispa
103
Segunda evaluación
1. Niña pequeña – muñeca grande
2. Mango – mamey
3. Gorrión – aura
4. Vaso – gallo
5. Leche – agua
6. Oro – plata
7. Bota – lápiz
8. Perro – luna
9. Engaño – error
10. Viento – sal
Tercera evaluación
1. Bicicleta – velocípedo
2. Gorrión – gallina
3. Gato – manzana
4. Tarde – mañana
5. Pino – cedro
6. Hambre – sed
7. Leyenda – canción
8. Cesto – lechuza
9. Espejuelos – dinero
10. Lámina – retrato
Fecha: __________________________________
Tabla 3.11
Intervención experimentador Expresiones del sujeto Mímica y conducta
Relación de conceptos dados Semejanzas Diferencias del enfermo
104
Interpretación
Es necesario el grado de exigencia en la fundamentación lógica de las res-
puestas, en la categorización para considerar una generalización a nivel abs-
tracto o a nivel concreto.
Como criterio para analizar los datos que nos ofrece la metódica se tomará
la aparición de:
Interpretación
Se puede señalar que hay alteraciones en la conmutación de la atención o
fatigabilidad cuando durante la ejecución de la metódica aparece:
1. Pérdida de la secuencia.
2. Pérdida del conteo.
3. Inversión del color.
4. Repetición de los números.
5. Suspensión de la tarea por fracaso.
106
6. Utilización de más de 1 minuto en la realización de la tarea simple y más
de 4 en la simultánea.
Exclusión de objetos
Se usa para investigar la actividad analítico-sintética y el proceso de gene-
ralización del pensamiento. Exige de la fundamentación lógica y de la co-
rrección de las generalizaciones.
Constituida por tarjetas diseñadas con cuatro elementos de los cuales uno
debe excluirse y el resto integrarse en un mismo criterio de agrupación. El
investigador debe dar la consigna de que debe excluir uno de los objetos y
explicar a qué grupo pertenecen los tres restantes.
Instrucciones
A los pacientes se les muestran las tarjetas y se les explica: «En cada tarjeta
están representados cuatro objetos, tres de ellos tienen semejanza entre sí,
se les puede dar una denominación, mientras que el cuarto no se relaciona
con ellos. Usted debe nombrar el objeto que no se parece y decir qué une a
los tres restantes».
Gráfico 3.4. Ejemplo de tarjeta de exclusión de objetos
107
En esta tarjeta que se ha diseñado a modo de ejemplo, el sujeto promedio
debe identificar la balanza como el objeto que debe ser excluido y agrupar al
resto como Medios de transporte.
Contenidos de las tarjetas de la metódica exclusión de objetos
1. Reloj despertador – reloj de bolsillo – reloj de pared – moneda
2. Zapato trabajo – zapato de niño – mocasín – pie
3. Teléfono – radio – sobre – guitarra
4. Esquíes – pelota – patines – hombre patinando
5. Carretel de hilo – tijera – dedal – cachimba
6. Carretel – broche – hebilla – botón
7. Reloj – balanza – termómetro – espejuelos
8. Carretilla – barco – camión – marinero
9. Avión – barco – automóvil – globo aéreo
10. Elefante – pato – mariposa – cubo de limpieza
11. Bombillo – vela – quinqué – sol
12. Rosa – margarita – amapola – gato
Ob_ves_roa_cni_e_s_________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________
Interpretación
Es necesario el grado de exigencia en la fundamentación lógica de las res-
puestas, en la categorización para considerar una generalización a nivel abs-
tracto o a nivel concreto.
Como criterio para el análisis de los datos que nos ofrece la metódica se
tomará la aparición de:
108
Tendencia al pensamiento concreto
1. Utilización práctica: la generalización se establece a partir de fines prag-
máticos, del uso instrumental de los objetos.
2. Vinculación situacional: la generalización se establece vinculando los ob-
jetos de la tarjeta en una especie de historia del momento presente.
Materiales
Se usa un tablero de 49 casillas, en la línea superior están impresas 7 figuras
geométricas incoloras (cuadrado, triángulo, círculo, trapecio rombo, hexá-
gono y elipse), en la columna vertical izquierda aparecen 7 colores diferen-
tes. Además son necesarias 49 tarjetas pequeñas de cartón aproximadamente
de 4 x 4 cm, en cada una de las cuales están representadas figuras de color
y forma que corresponden a la combinación de los dos signos, además un
puntero y un cronómetro.
Procedimiento
El paciente debe operar con 49 tarjetas, cada una representa figuras de
color y forma que corresponden a la combinación de los dos signos de la
tabla. El sujeto recibe las tarjetas siempre barajadas para operar con ellas a
través de 4 tareas de creciente nivel de complejidad.
109
En la primera tarea llamada Conteo Sencillo, el sujeto debe contar en alta
voz las tarjetas a la vez que las va situando sobre la mesa. En la segunda
tarea o Conteo con agrupamiento por color, el sujeto debe ir contando las
tarjetas en alta voz a la vez que va haciendo grupos de acuerdo al color. En
la tercera tarea o Conteo con agrupamiento por forma, el sujeto debe ir
contando las tarjetas a la vez que va formando grupos por forma sin tener
en cuenta el color.
En la cuarta tarea o Conteo con ubicación en el tablero, el sujeto debe ir
contando las tarjetas a la vez que las va ubicando en el tablero, donde tiene
que tener en cuenta la forma, el color y la posición de la figura en el tablero.
El investigador debe ir cronometrando y protocolizando el tiempo que el
sujeto demora en cada decena y el tiempo total de cada tarea, además de
los errores y si el sujeto rectifica o no los errores cometidos.
Interpretación
Debe llevarse a cabo un análisis cualitativo de las particularidades de la CTI
del sujeto.
Según los autores, la suma del tiempo invertido en el agrupamiento por
color y del agrupamiento por forma deberá ser aproximadamente igual al
tiempo invertido en el conteo con ubicación de las tarjetas en el tablero.
Si sucede que el tiempo de la cuarta etapa sobrepasa la suma de los tiempos
de la segunda y la tercera etapa, esta diferencia se designa con el nombre
de déficit. Se considera la existencia de déficit cuando la diferencia es supe-
rior a un minuto.
Se consideran alteraciones de la dinámica de la atención cuando el sujeto
comete errores pero rápidamente los rectifica.
Indicadores de errores de la distribución de la atención cuando el sujeto no
se da cuenta de los errores, el experimentador se los corrige y los sigue
cometiendo.
El tránsito del agrupamiento por color al agrupamiento por forma pone de
manifiesto las dificultades en la conmutación de la atención.
Es muy importante que el experimentador registre las manifestaciones del
sujeto, que observe por ejemplo cómo busca el lugar de la tarjeta en la IV
etapa, si solo con la vista o si realiza el movimiento con la mano a lo largo de
la fila.
Debe señalarse además cómo reacciona el sujeto ante una dificultad que
aparece de improviso. Los errores cometidos deben señalarse por etapa.
Por último, para el análisis de las alteraciones del ritmo psíquico, se observa
si el tiempo inicial de la primera decena se duplica en las siguientes. Por
ejemplo:
111
10 20 30 40 49
I etapa 12 seg. 25 seg. 35 seg. 48 seg. 60 seg.
Cálculo de Kraepelin
Destinada a la investigación de los esfuerzos volitivos, la ejercitación y la
fatiga de los enfermos, la fluctuación de la atención, la conmutabilidad y la
actitud ante la tarea experimental.
Materiales
Se utiliza un modelo que tiene impreso filas con pares de cifras destinadas a
operaciones de suma, un cronómetro y lápices.
Procedimiento
Se le indica al sujeto realizar las sumas. El investigador debe limitar el tiem-
po que dará a la suma de cada fila, y darle la consigna para pasar a la fila
subsiguiente. Se le manda a pasar de fila cada quince segundos, hasta llegar
a la última serie del modelo.
Interpretación
Conociéndose las sumas correctas e incorrectas se puede valorar su capa-
cidad de trabajo. El gráfico de las sumas totales por cada serie se construye
en el mismo modelo donde pueden evidenciarse tipos de curvas.
En dependencia del número de errores cometidos en el cálculo (teniendo en
cuenta el principio de la mitad más uno) se puede valorar la dificultad para la
realización del cálculo aritmético (aspecto operacional del pensamiento); así
112
como en relación con el bajo rendimiento en la ejecución (el promedio de
rendimiento para valorarse normal oscila entre 11 y 13 operaciones por se-
rie), se puede valorar dificultad en la capacidad de trabajo intelectual.
Las curvas pueden ser:
1. En zigzag, señalando alteración de la dinámica de la atención, memoria y
pensamiento.
2. Descendente, por debilitamiento de la atención activa, del ritmo de trabajo
intelectual y fatiga.
3. En meseta, expresión de estabilidad del ritmo de trabajo.
4. En meseta baja, señalando desmotivación por la tarea.
3 9 8 5 3 8 4 2 6 7 4 2 4 3 9 7 2 9 7 4 3 5
9 5 4 7 5 4 8 9 8 4 7 9 3 6 8 9 4 8 5 4 9 4
9 5 4 5 2 6 7 7 6 3 7 8 3 2 8 6 9 5 4 7 3
2 9 8 7 2 4 8 4 5 4 4 9 7 2 5 9 2 2 7 9 4
Nombre ______________________________________________
Hasta el momento se han expuesto cada una de las metódicas para el aná-
lisis de los procesos que integran la CTI. (Fig. 3.5)
113
Fig. 3.5. Representación gráfica de los resultados de la metó-
dica cálculo de Kraepelin
114
Categorías diagnósticas
1. Alteración de la memoria inmediata.
2. Alteración de la memoria mediata.
3. Debilitamiento de la atención activa.
4. Alteraciones de la distribución de la atención.
5. Alteraciones operacionales del pensamiento.
6. Alteraciones de la dinámica de los procesos.
7. Fatigabilidad.
115
Comparación conceptos Disminución
generalización
Distorsión del nivel
de generalización
Exclusión objetos Disminución nivel
generalización
Distorsión del nivel
de generalización
A este sistema puede añadirse una guía de observación para el caso que
permita que se integre el resultado de las pruebas aplicadas con el resultado
del individuo en la actividad.
Un ejemplo de guía de observación se ofrece a continuación:
116
3. Comportamiento / Cumplimiento de la disciplina:
Sí______ No______ A veces_____
4. Cumplimiento de las normas de trabajo establecido:
Sí_______ No______ A veces_____
5. Relaciones Interpersonales / Ayuda
Sí_______ No______ A veces_____
6. Intercambia criterios con los compañeros:
Sí_______ No______ A veces_____
7. Brinda solución
Sí_______ No______ A veces_____
8. Capacidad creativa / Tiene conocimientos de la actividad que realiza:
Sí_______ No______ A veces_____
9. Tiene habilidades en la labor que realiza
Sí_______ No______ A veces_____
10. Realiza innovaciones en el trabajo
Sí_______ No______ A veces_____
11. Muestra fatiga durante el trabajo
Sí_______ No______ A veces_____
12. Al finalizar la jornada de trabajo su rendimiento
Aumenta________ Disminuye _______ Se mantiene constante _____
Fecha_________________ Técnico_______________________
Nombre_______________________ Fecha___________________
Instrucciones
Se le debe explicar al paciente así: «Lea cada frase y marque con un círculo
el número que indique cómo se siente en estos momentos. No hay respues-
tas buenas o malas. No emplee mucho tiempo en cada frase, pero trate de
dar la respuesta que mejor describa sus sentimientos ahora mismo.»
Tabla 3.18
No en lo absoluto Un poco Bastante Mucho
1. Me siento calmado. 1 2 3 4
2. Me siento seguro. 1 2 3 4
3. Estoy tenso. 1 2 3 4
4. Estoy contrariado. 1 2 3 4
5. Me siento a gusto. 1 2 3 4
6. Me siento alterado. 1 2 3 4
7.Estoy preocupado 1 2 3 4
119
actualmente por algún
posible contratiempo
8. Me siento descansado. 1 2 3 4
9. Me siento ansioso. 1 2 3 4
10. Me siento cómodo. 1 2 3 4
11. Me siento con confianza 1 2 3 4
en mí mismo.
12. Me siento nervioso. 1 2 3 4
13. Estoy agitado. 1 2 3 4
14. Me siento «a punto 1 2 3 4
de explotar».
15. Me siento relajado. 1 2 3 4
16. Me siento satisfecho. 1 2 3 4
17. Estoy preocupado. 1 2 3 4
18. Me siento muy excitado 1 2 3 4
y aturdido.
19. Me siento alegre. 1 2 3 4
20. Me siento bien. 1 2 3 4
Instrucciones
Se le debe explicar al paciente así: «Lea cada frase y llene el círculo del
número que indique cómo se siente generalmente. No hay contestaciones
buenas o malas. No emplee mucho tiempo en cada frase, pero trate de dar
la respuesta que mejor describa como se siente generalmente.
Casi nunca Algunas veces Frecuentemente Casi siempre
120
28. Siento que las dificultades 1 2 3 4
se me amontonan al punto
de no poder superarlas
29. Me preocupo demasiado 1 2 3 4
por cosas sin importancia.
30. Soy feliz. 1 2 3 4
31. Me inclino a tomar las 1 2 3 4
cosas muy a pecho.
32. Me falta confianza en 1 2 3 4
mí mismo.
33. Me siento seguro. 1 2 3 4
34. Trato de evitar enfrentar 1 2 3 4
una crisis o dificultad.
35. Me siento melancólico. 1 2 3 4
36. Estoy satisfecho. 1 2 3 4
37. Algunas ideas poco 1 2 3 4
importantes pasan por mi mente.
38. Me afectan tanto los 1 2 3 4
desengaños que no me los
puedo quitar de la cabeza.
39. Soy una persona estable. 1 2 3 4
40. Cuando pienso en los 1 2 3 4
asuntos que tengo entre manos,
me pongo tenso y alterado.
121
Subescalas de Ansiedad Peculiar
Ítems 22, 23, 24, 25, 28, 29, 31, 32, 34, 35, 37, 38 y 40
Ítems 21, 26, 27, 30, 33, 36, y 39
( __ ) + 35 ___
Nivel de Ansiedad_____________Bajo ( 30 )
_____________Medio ( 30 – 44 )
_____________ Alto ( 45 )
Examinador____________________ Fecha__________________
E. A. P.: Forma A
Instrucciones
Este cuestionario consta de una serie de preguntas que pueden tener un
significado para usted. Aquí no hay respuestas buenas ni malas, sólo se trata
122
de una prueba para conocer sus sentimientos, preferencias, consideracio-
nes, costumbres, etc., por lo que usted debe dar contestación a las pregun-
tas con la mayor sinceridad posible, siguiendo las instrucciones que a
continuación le damos. De esta forma se podrán obtener resultados exactos
y útiles para usted.
Indicaciones
1. A la derecha de cada pregunta usted encontrará dos casillas, una encabe-
zada con la palabra Sí y otra con la palabra No, de la siguiente forma:
Sí__________ No __________
2. Después de haber leído la pregunta correctamente, ponga una X en la
casilla correspondiente a la pregunta escogida por usted. Si su respuesta
es sí marcaría de esta forma:
Sí ___X_______ No ____________
Si su respuesta fuera negativa, marcaría así:
Sí____________ No X___________
3. Debe contestar siempre Sí o No. Nunca los dos a la vez. Es necesario
además que responda todas las preguntas de este cuestionario.
4. Lea con cuidado cada pregunta y piense bien su respuesta antes de mar-
car la casilla. En caso de equivocación puede borrar y entonces marcar
la que usted desee.
Cuestionario
Conteste Sí o No a las siguientes preguntas. Indique con una X su res-
puesta.
Sí No
1. ¿Le gustaría ser cantante?....................................................___ ___
2. ¿Le gustaba la escuela?........................................................___ ___
3. ¿Se siente feliz casi siempre?................................................___ ___
4. ¿Siempre han sido sus hermanos y usted buenos ami-
gos?........................................................................................___ ___
123
5. Últimamente cuando se pone molesto, ¿siente Ud. una opresión en el
pecho muy molesta?.............................................................___ ___
6. ¿Le agrada estar en compañía de un grupo de amigos? ….....___ ___
7. ¿Acostumbra a leer los periódicos?........................................___ ___
8. ¿Le sudan las manos con más frecuencia que antes?............. ___ ___
9. ¿A menudo se decepciona de la gente?......................................___ ___
10.¿Tiene convicciones políticas muy bien definidas ?.................___ ___
11. ¿Es muy cuidadoso (a) con respecto a su modo de vestir?....... ___ ___
12. ¿Ha notado, hace tiempo que le sudan las manos sin saber por
qué?.....................................................................................___ ___
13. ¿Le gusta que los demás piensen lo mejor de usted?...............___ ___
14. ¿Se pone bravo fácilmente?...................................................___ ___
15. ¿Se siente incómodo dentro de la casa?...................................___ ___
16. ¿Prefiere ganar que perder en el juego?...................................___ ___
17. ¿Le gusta confeccionar flores y plantas decorativas?................___ ___
18. ¿Ha sentido miedo alguna que otra vez?...................................___ ___
19. ¿Le falta confianza en sí mismo?............................................ ___ ___
20. ¿Es usted una persona rencorosa?.........................................___ ___
21.Se le dificulta hablar con alguien a quien acaba de cono-
cer?......................................................................................___ ___
22. ¿Viene notando que desde no hace poco que trabaja o se desenvuel-
ve habitualmente sometido a una gran tensión inter-
na?........................................................................................___ ___
23.¿Le gustaba jugar solo la mayoría de las veces cuando era
niño?.....................................................................................___ ___
24. ¿Siente temor últimamente sin saber por qué?.........................___ ___
25. ¿Espera que suceda algo durante todo el día sin saber qué pueda
ser?.......................................................................................___ ___
26. ¿Siente el peligro de algo que va a suceder sin saber cuándo ni por
qué?.........................................................................................___ ___
27. ¿Se siente melancólico muy frecuentemente?............................___ ___
28. ¿Siente a veces que no puede soportar la intranquilidad y le entran de-
seos de caminar sin parar durante mucho tiempo?.....................___ ___
29. Desde hace un tiempo, ¿piensa cuando se acuesta cosas terribles que
no le dejan dormir?.....................................................................___ ___
30. ¿Se le nota ya su nerviosismo hasta en la voz y en los
gestos?..............................................................................___ ___
124
31. ¿Siente mucho miedo ante cualquier situación nueva? ..............___ ___
32. ¿Le caen bien la mayoría de las personas que usted conoce?.......___ ___
33. ¿A veces le resulta ya imposible controlar sus nervios y comienza a
llorar?...................................................................................___ ___
34. ¿Siente últimamente algo dentro de sí, sin poderlo definir, que no le deja
tranquilo?.................................................................................___ ___
35. ¿Le gustaría visitar los lugares donde no había ido antes?...........___ ___
36. ¿Le pone nervioso tener que esperar hasta un punto que le parece inso-
portable?...............................................................................___ ___
37. ¿Se está sintiendo asaltado por pensamientos que lo intranquilizan y lo
sobresaltan sin poder explicarse las causas?...............................___ ___
38. ¿Ha abusado de las bebidas alcohólicas?..................................___ ___
39. ¿En ocasiones ha llegado tarde a la escuela o al trabajo?.........___ ___
40. ¿Le gustan los niños?............................................................___ ___
41. ¿Casi nunca sueña por las noches?..........................................___ ___
42. ¿A veces se enfada?..............................................................___ ___
43. ¿Lo que más le gusta del cine son las escenas de amor?..........___ ___
44. ¿Le gusta burlarse de las gentes?.............................................___ ___
45. ¿Le disgusta la suciedad?.........................................................___ ___
46. ¿En ocasiones ha dejado para mañana lo que podría hacer
hoy?........................................................................................___ ___
47. ¿Ha perdido, desde hace algún tiempo, horas de sueño a causa de sus
preocupaciones?........................................................................___ ___
48. ¿Le parece sin esperanzas el futuro?........................................___ ___
49. ¿Siente, frecuentemente, como si algo no lo dejara respirar?.....___ ___
50. ¿Cuándo despierta por las noches debido a las preocupaciones, tiene
dificultad en dormirse de nuevo?.................................................___ ___
51. ¿Se siente cansado (a) la mayor parte del tiempo?...................___ ___
52. ¿Le gusta leer artículos históricos?...........................................___ ___
53. ¿Recuerda haberse fingido enfermo ( a) alguna vez para librarse de algo
que no deseaba?........................................................................___ ___
54. ¿Se considera muy susceptible?................................................___ ___
55. ¿Piensa que sus sufrimientos pueden llevarlo a enloquecer?......___ ___
56. Desde hace algún tiempo, cuando tiene que enfrentar alguna labor difícil
tiende a temblar o a sudar?.......................................................___ ___
57. ¿Se siente intensamente intranquilo, como si quisiera algo, pero que no
sabe qué es?..............................................................................___ ___
125
58. ¿Se siente ansioso la mayor parte del tiempo? ........................___ ___
59. ¿A veces se siente inútil?.........................................................___ ___
60. ¿Se siente tan inquieto en los últimos tiempos que quisiera vo-
lar?.......................................................................................___ ___
61. ¿Se siente aburrido (a) la mayor parte del tiempo?...................___ ___
62. ¿Tiene momentos en que pierde la noción total de lo que está ha-
ciendo?.....................................................................................___ ___
63. ¿Hay momentos en que escucha voces sin saber de donde vie-
nen?........................................................................................___ ___
64. ¿Critica a las gentes algunas veces?........................................___ ___
65. ¿Tiene pesadillas terribles que lo hacen sentirse nervioso al otro
día?......................................................................................___ ___
66. ¿Siempre fue su deseo obedecer las órdenes que le dieron sus pa-
dres?......................................................................................___ ___
67. ¿Se siente mal cuando hieren su orgullo?.................................___ ___
68. ¿Le entra miedo cuando mira hacia abajo desde un lugar
alto?.................................................................................... ___ ___
69. ¿Le costaba trabajo aprender en la escuela?............................___ ___
70. ¿Le gustaría trabajar de bibliotecario (a)?.................................___ ___
71. ¿No puede explicarse ya lo que desea sin poder estar tranquilo en nin-
gún lugar?..................................................................................___ ___
72. ¿Cree que la mujer debería tener igual libertad sexual que el
hombre? .................................................................................___ ___
73. ¿Le gustan las tareas domésticas?............................................___ ___
74. ¿Gasta actualmente más energía preocupándose por algo que tiene que
hacer que la energía que gastan otros, o que debería gastar ud. mismo en
hacerlo?....................................................................................___ ___
75. ¿A veces se siente lleno de energía?........................................___ ___
76. ¿Le gusta o le ha gustado mucho pescar?...............................___ ___
E. A. P. Forma B
Instrucciones
Este cuestionario consta de una serie de preguntas que pueden tener un
significado para usted. Aquí no hay respuestas buenas ni malas, sólo se trata
de una prueba para conocer sus sentimientos, preferencias, consideracio-
nes, costumbres, etc., por lo que usted debe dar contestación a las preguntas
126
con la mayor sinceridad posible, siguiendo las instrucciones que a continua-
ción le damos. De esta forma se podrán obtener resultados exactos y útiles
para usted.
Indicaciones
1. A la derecha de cada pregunta usted encontrará dos casillas, una encabe-
zada con la palabra Sí y otra con la palabra No, de la siguiente forma:
Sí__________ No __________
2. Después de haber leído la pregunta correctamente, ponga una X en la
casilla correspondiente a la pregunta escogida por usted. Si su respuesta
es sí marcaría de esta forma:
Sí ___X_______ No ____________
Si su respuesta fuera negativa, marcaría así:
Sí____________ No X___________
3. Debe contestar siempre Sí o No, nunca los dos a la vez. Es necesario
además que responda todas las preguntas de este cuestionario.
4. Lea con cuidado cada pregunta y piense bien su respuesta antes de mar-
car la casilla. En caso de equivocación puede borrar y entonces marcar
la que usted desee.
Cuestionario
Conteste Sí o No a las siguientes preguntas. Indique con una X su res-
puesta.
SÍ NO
1. ¿Prefiere los libros a los amigos? ..........................................___ ___
2. ¿Simpatiza con la gente dominante?.........................................___ ___
3. ¿Le divierten las actividades bailables?.....................................___ ___
4. ¿Le molesta que los demás sean indisciplinados.....................___ ___
5. ¿ Prefiere quedarse callado antes de pedir ayuda a una persona que
le cae mal?...................................................................................___ ___
6. ¿Le gusta ser admirado por los demás?....................................___ ___
127
7. ¿Le agrada llamar la atención de vez en cuando?.....................___ ___
8. ¿Lo que más le gusta del periódico es la sección de deportes? ___ ___
9. Últimamente, cuando se pone nervioso, ¿siente usted una opresión en el
pecho muy molesta?..................................................................___ ___
10. ¿Acostumbra a hablar mal de los demás?................................___ ___
11. ¿Cree que es difícil encontrar un amigo verdadero?...............___ ___
12. ¿Le sudan las manos con más frecuencia que antes?.............___ ___
13. ¿Se hace el desentendido algunas veces para no saludar a aquellas per-
sonas que le desagradan?..........................................................___ ___
14. ¿Ha notado hace tiempo que le sudan las manos sin saber por
qué?.........................................................................................___ ___
15. ¿Viene notando desde no hace poco que trabaja o se desenvuelve habi-
tualmente sometido a una gran tensión?......................................___ ___
16. ¿Le gusta destacarse por su laboriosidad?................................___ ___
17. ¿Le gustan las revistas acerca de temas científicos?................___ ___
18. ¿Se ha mostrado hipócrita en alguna ocasión, forzado por las circuns-
tancias?....................................................................................___ ___
19. ¿Se vio comprometido en pequeños robos en cierta época de su
niñez?.......................................................................................___ ___
20. ¿Siente temor últimamente sin saber por qué?.........................___ ___
21. ¿Espera que le suceda algo durante todo el día sin saber qué puede
ser?..........................................................................................___ ___
22. ¿Siente el peligro de algo que va a suceder sin saber cuando ni
donde?...................................................................................___ ___
23. ¿Le disgusta a su familia el trabajo que ha elegido o piensa ele-
gir?..........................................................................................___ ___
24. ¿Le agrada tratarse con viejos compañeros de colegio?..........___ ___
26. ¿Le agradan las películas sobre temas políticos?......................___ ___
27. ¿Cree que están conspirando contra usted?..........................___ ___
28. ¿Prefiere las obras cómicas a las trágicas en el teatro?.........___ ___
29. ¿Siente a veces que no puede soportar la intranquilidad y le entran deseos
de caminar sin parar durante mucho tiempo?..........................___ ___
30. Desde hace un tiempo, ¿piensa cuando se acuesta cosas terribles que
no lo dejan dormir?....................................................................___ ___
31. ¿Se le nota ya su nerviosismo hasta en la voz y en los ges-
tos?.........................................................................................___ ___
128
32.¿Considera que todas las personas obran por puro inte-
rés?..........................................................................................___ ___
33. ¿Siente mucho miedo desde hace algún tiempo, ante cualquier situa-
ción nueva?...............................................................................___ ___
34. ¿Le gusta cocinar?...................................................................___ ___
35. ¿Le molesta que alguien lo interrumpa mientras trabaja en algo
importante?..............................................................................___ ___
36. ¿Le entusiasman los viajes turísticos?......................................___ ___
37. ¿A veces le resulta ya imposible controlar sus nervios y comienza
a llorar?....................................................................................___ ___
38. ¿Escribe el diario de su vida?..................................................___ ___
39. ¿Hay veces que no se conforma con lo que tiene?..................___ ___
40. ¿Siente últimamente algo dentro de sí, sin poder definir, que no le deja
tranquilo?..................................................................................___ ___
41. ¿Prefiere la literatura extranjera a la cubana?.........................___ ___
42. ¿Son excelentes todas las personas que conoce?.....................___ ___
43. Cuándo se siente aburrido, ¿prefiere contar?..........................___ ___
44. ¿Le pone nervioso tener que esperar hasta un punto que actualmente
le parece insoportable?..............................................................___ ___
45. ¿Ve en la lectura un medio de entretenimiento?.....................___ ___
46. ¿Ha soñado despierto alguna vez?...........................................___ ___
47. ¿Se está sintiendo asaltado por pensamientos que lo intranquilizan
y lo sobresaltan y no logra explicarse las causas?........................___ ___
48. ¿Le molesta ver sufrir a los animales?.....................................___ ___
49. ¿Ha perdido, desde algún tiempo horas de sueño a causa de sus pre-
ocupaciones?............................................................................___ ___
50. ¿Le gusta mucho cazar?...........................................................___ ___
51. ¿Es usted una persona cuidadosa de su aspecto personal?....___ ___
52. ¿Siente frecuentemente como si algo no lo dejara respirar?...___ ___
53. ¿Le caen bien todas las personas que conoce?........................___ ___
54. ¿Le gusta cumplir cabalmente sus responsabilidades?...........___ ___
55. Cuando despierta por la noche debido a las preocupaciones,
¿Tiene dificultad para dormirse de nuevo? .................................___ ___
56. Cuándo se pone bravo, ¿se le pasa enseguida?......................___ ___
57. ¿Se considera bastante independiente de la tutela familiar?___ ___
129
58. ¿Piensa que sus sufrimientos pueden llevarlo a enloquecer? ___ ___
59. Desde hace algún tiempo, cuando tiene que enfrentar una labor difícil
¿tiende a temblar o a sudar?......................................................___ ___
60. ¿Se siente intensamente intranquilo, como si quisiera algo, pero que no
sabe que es?............................................................................___ ___
61. ¿Le agrada ser amable con las personas que acaba de conocer?___ ___
62. ¿Le gusta gastar bromas con sus amigos más allegados?.......___ ___
63. ¿Le gusta divertirse a costa de la gente?................................___ ___
64. ¿Ha hablado de temas sexuales en alguna ocasión?................___ ___
65. ¿Se siente ansioso (a) la mayor parte del tiempo?....................___ ___
66. ¿Se siente tan inquieto en los últimos tiempos que quisiera desapa-
recer?......................................................................................___ ___
67. ¿Siempre come con la misma corrección en su casa que cuando es
invitado a algún lugar?................................................................___ ___
68. ¿Toma gran cantidad de agua diariamente?.............................___ ___
69. ¿Tiene pesadillas terribles que lo hacen sentirse nervioso al día si-
guiente?...................................................................................___ ___
70. ¿Le gustaban los cuentos y aventuras infantiles?.....................___ ___
71. ¿Alguna vez en su vida le ha gustado jugar con muñecas?....___ ___
72. ¿No puede explicarse ya lo que desea, sin poder estar tranquilo en
ningún lugar..............................................................................___ ___
73. ¿Cree que cuando las personas se encuentran en un verdadero aprieto,
deben inventar un cuento o excusa para salir del paso?..............___ ___
74. ¿Se ha enamorado más de una vez?........................................___ ___
75. ¿Gasta actualmente más energía preocupándose por algo que tiene que
hacer que la energía que gastan otros o que gastaría usted mismo en
hacerlo?....................................................................................___
___
76. ¿Ciertas personas lo hacen reírse a carcajadas?.......................___ ___
E. A. P. Forma C
Instrucciones
Este cuestionario consta de una serie de preguntas que pueden tener un
significado para usted. Aquí no hay respuestas buenas ni malas, sólo se trata
de una prueba para conocer sus sentimientos, preferencias, consideracio-
130
nes, costumbres, etc., por lo que usted debe dar contestación a las pregun-
tas con la mayor sinceridad posible, siguiendo las instrucciones que a conti-
nuación le damos. De esta forma se podrán obtener resultados exactos y
útiles para usted.
Indicaciones
1. A la derecha de cada pregunta usted encontrará dos casillas, una encabe-
zada con la palabra Sí y otra con la palabra No, de la siguiente forma:
Sí__________ No __________
2. Después de haber leído la pregunta correctamente, ponga una X en la
casilla correspondiente a la pregunta escogida por usted. Si su respuesta
es sí marcaría de esta forma:
Sí ___X_______ No ____________
Si su respuesta fuera negativa, marcaría así:
Sí____________ No X___________
3. Debe contestar siempre Sí o No, nunca los dos a la vez. Es necesario
además que responda todas las preguntas de este cuestionario.
4. Lea con cuidado cada pregunta y piense bien su respuesta antes de mar-
car la casilla. En caso de equivocación puede borrar y entonces marcar
la que usted desee.
Cuestionario
Conteste sí o no a las siguientes preguntas. Indique con una X su respuesta.
SÍ NO
1. ¿Prefiere la lectura a los deportes?.............................................___ ___
2. ¿Últimamente cuando se pone nervioso (a), siente usted una opresión en
el pecho muy molesta?...........................................................___ ___
3. ¿Le sudan las manos con más frecuencia que antes?................___ ___
4. ¿Le imponían sus padres la obediencia cuando pequeño (a)?... ___ ___
5. ¿Recuerda generalmente los títulos de las películas que le han gustado
mucho?.................................................................................___ ___
131
6. ¿Ha notado hace tiempo que le sudan las manos sin saber por
qué?.........................................................................................___ ___
7. ¿Viene notando que desde no hace poco que trabaja o se desenvuelve habi-
tualmente sometido a una gran tensión interna?.........................___ ___
8. ¿Nota olores raros de vez en cuando?........................................___ ___
9. ¿Le sorprende que la gente se comporta a menudo más amistosa de lo
que pudiera esperarse?..............................................................___ ___
10. ¿Siente temor últimamente sin saber por qué?.......................___ ___
11. ¿Espera que suceda algo durante todo el día sin saber qué pueda
ser?......................................................................................___ ___
12. ¿Le tiene miedo a los perros? ................................................___ ___
13. ¿Dice siempre la verdad?.........................................................___ ___
14. ¿Le gusta el color azul?...........................................................___ ___
15. ¿Cree que es correcto y elegante que las mujeres fumen?.......___ ___
16. ¿Son los trucos de los magos lo que prefiere en un circo?.......___ ___
17. ¿Prefiere trabajar con hombres?..............................................___ ___
18. ¿Lee diariamente los editoriales de todos los periódicos?........___ ___
19. ¿Siente el peligro de algo que va a suceder sin saber cuándo, ni por
qué?.........................................................................................___ ___
20. ¿Le gusta memorizar los números de las chapas de los automóvi-
les?.......................................................................................___ ___
21. ¿Siente a veces que no puede soportar la intranquilidad y le entran de-
seos de caminar sin parar durante mucho tiempo?..................___ ___
22. ¿Desde hace un tiempo, piensa cuando se acuesta cosas terribles que
no le dejan dormir?.................................................................___ ___
23. ¿Se le nota ya su nerviosismo hasta en la voz y en los gestos? ___ ___
24. ¿Le gusta presenciar carreras de motos?.................................___ ___
25. ¿Le gustan las novelas de aventuras?....................................___ ___
26. Siente mucho miedo, desde algún tiempo, ante cualquier situación nue-
va?......................................................................................___ ___
27. ¿A veces le resulta ya imposible controlar sus nervios y comienza a
llorar?....................................................................................___ ___
28. ¿Cree que es bueno ser sincero?.............................................___ ___
29. ¿Le agrada coleccionar sellos?................................................___ ___
30. ¿Le gustaría cazar leones en África?......................................___ ___
31. ¿Siente últimamente algo dentro de sí, sin poderlo definir, que no lo deja
tranquilo?...............................................................................___ ___
132
32. ¿Le pone nervioso (a) tener que esperar, hasta un punto que actualmen-
te le parece imposible?............................................................___ ___
33. ¿Se le nota ya su nerviosismo hasta en la voz y en los gestos?___ ___
34. ¿Ha perdido, desde hace algún tiempo, horas de sueño a causa de sus
preocupaciones?.....................................................................___ ___
35. ¿Le gusta arreglar las cerraduras de las puertas?....................___ ___
36. ¿Siente frecuentemente como si algo no lo dejara respirar?....___ ___
37. ¿Le agradaría dedicarse a hacer dibujos para niños?................___ ___
38. ¿Le agrada montar a caballo?...............................................___ ___
39. ¿A veces se encoleriza?.......................................................___ ___
40. ¿Siente admiración por su mamá?............................................___ ___
41. ¿Prefiere las novelas policíacas a las románticas?.....................___ ___
42. ¿Chismea un poquito de vez en cuando?..................................___ ___
43. ¿Le gusta dormir mientras cae la lluvia?................................___ ___
44. ¿Cuándo despierta por la noche, debido a preocupaciones, tiene dificul-
tad en dormirse de nuevo?..........................................................___ ___
45. ¿Piensa que sus sufrimientos pueden llevarlo a enloquecer?....___ ___
46. ¿A veces, cuando no se siente bien se pone de mal humor?......___ ___
47. ¿Desde hace algún tiempo, cuando tiene que enfrentar alguna labor
difícil tiende a temblar o a sudar?..............................................___ ___
48. ¿Habitualmente se levanta temprano por las mañanas?............___ ___
49. ¿Le gustaría ser poeta?........................................................___ ___
50. ¿Cree que a veces los niños merecen ser severamente castiga-
dos?......................................................................................___ ___
51. ¿Es partidario (a) de no admitirle perretas a los niños de la fami-
lia?.......................................................................................___ ___
52. ¿Se siente intensamente intranquilo, como si quisiera algo, pero que no
sabe qué es?..............................................................................___ ___
53. ¿Si pudiera colocarse en un cine sin pagar, estando seguro (a) de que
nadie lo (a) vería, lo haría probablemente?.................................___ ___
54. ¿Se siente ansioso la mayor parte del tiempo?........................___ ___
55. ¿Le agradan los jardines bien cuidados?..................................___ ___
56. ¿Se siente tan inquieto en los últimos tiempos que quisiera vo-
lar? .....................................................................................___ ___
57. ¿Cree que las habitaciones deben pintarse con colores cla-
ros?......................................................................................___ ___
58. ¿Le entretiene la televisión?...................................................___ ___
133
59. ¿Le gustaría poder cumplir una misión internacionalista?.........___ ___
60. ¿Tiene por afición coleccionar sellos?.......................................___ ___
61. ¿Cree que el ajedrez es verdaderamente un deporte más?......___ ___
62. ¿Tiene pesadillas terribles que lo hacen sentirse nervioso al día si-
guiente?...................................................................................___ ___
63. ¿Ha sentido compasión por algún niño que ha sido abandonado por sus
padres?................................................................................. ___ ___
64. ¿Se ha reído alguna que otra vez con un chiste picante?.........___ ___
65. ¿No puede explicarse ya lo que desea sin poder estar tranquilo en nin-
gún lugar?.............................................................................___ ___
66. ¿Practica la natación?...........................................................___ ___
67. ¿A veces elige en las asambleas a personas a quienes conoce muy
poco? ..................................................................................___ ___
68. ¿Le gustaría (o gusta) vivir en una casa de altos?....................___ ___
69. ¿Admira la modestia como cualidad de las personas?.............___ ___
70. ¿Se dedica a coleccionar monedas?..........................................___ ___
71. ¿Es el tenis de mesa su deporte favorito?................................___ ___
72. ¿Es amante de la música clásica?............................................___ ___
73. ¿Considera la hipocresía como una cualidad humana detestable?___ ___
74. ¿Gasta actualmente más energía preocupándose por algo que tiene que
hacer, que la energía que gastan otros o que gastaría usted mismo (a) en
hacerlo?................................................................................___ ___
75. ¿Encuentra interés particular en poseer pececitos de diversas espe-
cies?.........................................................................................___ ___
76. ¿Celebra los éxitos que han obtenido sus conocidos?...............___ ___
Instrucciones
Marque con una X en la hoja de respuestas la frase correspondiente que
expresa sus verdaderos sentimientos, ideas o estados de ánimo. Debe mar-
carse una sola del grupo correspondiente a cada número.
1.
A__ No estoy triste.
B__ Siento desgano de vivir, o bien, estoy triste.
C__ Siento siempre desgano de vivir, o bien, estoy siempre triste y no lo
puedo remediar.
D__ Estoy triste y me siento tan desgraciado (a) que sufro mucho.
E__ Estoy tan triste y me siento tan desgraciado que no lo puedo sopor-
tar más.
2.
A__ No estoy demasiado pesimista, ni me siento muy desanimado con
respecto a mi futuro.
B__ Creo que no debo esperar ya nada.
C__ Creo que jamás me libraré de mis penas y sufrimientos.
D__ Tengo la impresión de que mi futuro es desesperado y que no mejo-
raré mi situación.
3.
A__ No tengo la sensación de haber fracasado.
B__ Tengo la sensación de haber fracasado más que las otras personas.
C__ Creo haber hecho en la vida pocas cosas que valgan la pena.
D__ Si pienso en mi vida veo que no he tenido más que fracasos.
E__ Creo que he fracasado por completo.
4.
A__ No estoy particularmente descontento.
B__ Casi siempre me siento aburrido.
C__ No hay nada que me alegre como me alegraba antes.
D__ No hay nada en absoluto que me proporcione una satisfacción.
E__ Estoy descontento del todo.
135
5.
A__ No me siento particularmente culpable.
B__ Siento, muchas veces, que hago las cosas mal o que no valgo nada.
C__ Me siento culpable.
D__ Ahora tengo constantemente la sensación de que hago las cosas
mal o que no valgo nada.
E__ Considero que soy malo, que hago todo muy mal y que no valgo
absolutamente nada.
6.
A__ No tengo la impresión de merecer un castigo.
B__ Creo que me podría pasar algo malo.
C__ Tengo la impresión de que ahora o muy pronto voy a ser castigado.
7.
A__ No estoy descontento de mí mismo.
B__ Estoy descontento de mí mismo.
C__ No me gusto a mí mismo.
D__ No me puedo soportar a mí mismo.
E__ Me odio.
8.
A__ No tengo la impresión de ser peor que los demás.
B__ Tengo muy en cuenta mis propias faltas y mis propios defectos.
C__ Me hago reproches por todo lo que no sale bien.
D__ Tengo la impresión de que mis defectos son muchos y muy grandes.
9.
A__ No pienso ni se me ocurre quitarme la vida.
B__ A veces se me ocurre que podría quitarme la vida, pero no lo haré.
C__ Pienso que sería preferible que me muriese .
D__ He planeado como podría suicidarme.
E__ Creo que sería mejor para mi familia que yo me muriese.
F__ Si pudiera me suicidaría.
10.
A__ No lloro más de lo corriente.
B__ Lloro con mucha frecuencia, más de lo corriente.
C__ Me paso todo el tiempo llorando y no puedo dejar de hacerlo.
D__ Ahora ya no puedo llorar aunque quisiera, como lo hacía antes.
136
11.
A__ No me siento más irritado que antes.
B__ Me enfado o me irrito con más facilidad que antes.
C__ Estoy constantemente irritado.
D__ Ahora no me irritan las cosas con las que antes me irritaba.
12.
A__ No he perdido el interés por los demás.
B__ Me intereso por los demás menos que antes.
C__ He perdido casi por completo el interés hacia los demás y siento
poca simpatía por otras personas.
D__ Los demás no me interesan nada y todo el mundo me es totalmente
indiferente.
13.
A__ Tengo la misma facilidad que antes para tomar decisiones.
B__ Ahora me siento seguro de mí mismo y procuro evitar el tomar
decisiones.
C__ Ya no puedo tomar decisiones sin que me ayude alguien a hacerlo.
D__ Ahora me siento completamente incapaz de tomar ninguna decisión,
sea la que sea.
14.
A__ No tengo la impresión de presentar peor aspecto que de costumbre.
B__ Temo que mi aspecto cause mala impresión o de parecer avejentado.
C__ Tengo la impresión de presentar cada vez peor aspecto.
D__ Tengo la impresión de que mi aspecto es feo, desagradable y repulsivo.
15.
A__ Trabajo con la misma facilidad que siempre.
B__ Ahora me cuesta más esfuerzo que antes ponerme a trabajar.
C__ Ya no trabajo tan bien como antes.
D__ Tengo que hacer un gran esfuerzo para realizar cualquier cosa.
E__ Me siento incapaz de hacer cualquier trabajo, por pequeño que sea.
16.
A__ Duermo tan bien como de costumbre.
B__ Por la mañana me levanto más cansado que de costumbre.
C__ Me despierto una o dos veces más temprano que antes y me cuesta
trabajo volverme a dormir.
D__ Me despierto demasiado temprano por la mañana y no puedo dormir
más de 5 h.
137
17.
A__ No me canso como de costumbre.
B__ Me canso más pronto que antes.
C__ Cualquier cosa que haga me cansa.
D__ Me siento tan cansado que soy incapaz de hacer algo, por poco
esfuerzo que me cueste.
18.
A__ Mi apetito no es peor que de costumbre.
B__ No tengo apetito como antes.
C__ Tengo mucho menos apetito que antes.
D__ No tengo en absoluto ningún apetito.
19.
A__ No he perdido peso y si lo he perdido es desde hace poco tiempo.
B__ He perdido más de dos kilos de peso.
C__ He perdido más de cuatro kilos de peso.
D__ He perdido más de Siete kilos de peso.
20.
A__ Mi salud no me preocupa más que de costumbre.
B__ Me preocupo constantemente por mis molestias físicas y mis malestares.
C__ Mis molestias físicas me preocupan tanto que resulta difícil pensar
en cualquier otra cosa.
D__ No hago nada más, en absoluto, que pensar en mis molestias físicas.
21.
A__ No he notado que desde hace poco haya cambiado mi interés por
las cosas sexuales.
B__ Me intereso menos que antes por cosas relativas al sexo.
C__ Me intereso ahora mucho menos que antes por lo que se refiere al sexo.
D__ He perdido todo interés por las cosas del sexo.
Tabla 3.19
Calificación Gráfico
0 1 2 3 Estado ánimo
1 Pesimismo
2 Fracaso
3 Descontento
4 Sentimiento culpa
5 Necesidad castigo
6 Odio a sí mismo
7 Autoacusaciones
8 Impulsos suicidas
9 Llanto
10 Irritabilidad
11 Aislamiento social
12 Incapacidad decisión
13 Imagen corporal
14 Incapacidad trabajar
15 Trastornos del sueño
16 Fatigabilidad
17 Pérdida del apetito
18 Pérdida de peso
19 Hipocondría
20 Pérdida de la libido
Calificación total suma 1 al 21
Diagnóstico
Examinador:
139
7 A B C D E
8 A B C D
9 A B C D E F
10 A B C D
11 A B C D
12 A B C D
13 A B C D
14 A B C D
15 A B C D E
16 A B C D
17 A B C D
18 A B C D
19 A B C D
20 A B C D
21 A B C D
Calificación
En el protocolo donde se recogen las respuestas podemos encontrar vein-
tiún letras donde se reflejan las diferentes manifestaciones del estado de-
presivo y cada letra tiene un valor en su grupo correspondiente. Estos valores
se suman y se llevan a un total que se busca según los puntos obtenidos en
su tabla de valores medios.
De esta forma se encuentra una medida para la profundidad de la depre-
sión, pues en esencia este inventario se dirige a los juicios personales de
cada cual sobre sí mismo. Los resultados o puntuaciones correspondientes
a cada ítem se pueden representar en un diagrama que permite obtener el
perfil de las características más sobresalientes de la depresión.
Ninguna depresión___________________10,9
Depresión leve______________________18,7
Depresión moderada__________________25,4
Depresión grave_____________________30,0
Evaluación
Hasta 3 respuestas afirmativas_______________persona tranquila
De 4 a 8 respuestas afirmativas______________persona normal
9 o más respuestas afirmativas_______________persona hostil
Instrucciones
Se le dice al paciente: «Supongamos que en esta línea se encuentran todas
las personas del mundo; en la parte superior se encuentran las personas
más sanas y en la inferior las menos sanas, las más enfermas. Usted debe
hacer con el lápiz una cruz que indique el lugar donde usted se encontraría
en el indicador salud».
Así se realiza sucesivamente con cada uno de los indicadores. Lo ideal es
que cada indicador esté en una hoja, recogiéndose por separado la información.
Luego se somete al sujeto a un interrogatorio experimentalmente prepara-
do, que recoge varias preguntas, que complementarían la prueba. Su aplica-
ción no es rígida, puede tener variaciones en su forma, siempre y cuando se
conserve el objetivo y contenido de la misma.
Escalas de autovaloración
Salud Inteligencia Felicidad Carácter
+ + + +
_ _ _ _
Salud
1. ¿Qué es para usted la salud?
2. ¿Qué personas colocaría usted entre las más enfermas?
3. ¿Qué le falta para ser una persona totalmente sana?
4. ¿Por qué se considera una persona poco sana?
142
Inteligencia
1. ¿Qué es para usted la inteligencia?
2. ¿Qué persona considera la más inteligente?
3. ¿Qué personas considera las más incapaces?
4. ¿Con cuáles cualidades de su inteligencia está satisfecho y con cuales
insatisfecho?
Felicidad
1. ¿Qué es para usted la felicidad?
2. ¿Qué personas considera las más felices?
3. ¿Qué personas considera las más infelices?
4. ¿Qué le falta para ser una persona feliz?
Carácter
1. ¿Qué es para usted el carácter?
2. ¿Qué personas considera usted que tienen mejores rasgos del carácter?
3. ¿Qué personas considera usted que tienen mal carácter?
4. ¿Qué le falta para llegar a ser una persona con buen carácter?
Interpretación
El análisis de los datos se realizará por la ubicación de los trazos en las
líneas de cada uno de los indicadores y por las respuestas del paciente en el
interrogatorio. Esto nos señala la tendencia general de la autovaloración.
Esta metódica es elemental y de ningún modo pretende obtener indicadores
profundos y detallados de la estructura de la personalidad, por lo que es
necesario contrastar los datos obtenidos con otras técnicas complementarias.
El promedio de los sujetos que presentan una autovaloración adecuada tien-
de a ubicarse algo por encima de la media. Es bueno señalar que no por que
el individuo se evalúe por debajo indica subvaloración. Es necesario verifi-
car con la realidad, ya que en ocasiones el individuo tiene una justa valora-
ción y es que en realidad está por debajo de la media en determinado
parámetro.
143
Prueba de completar oraciones
La idea de la confección de esta metódica surgió de J. Rotter y J. Rofferty,
y permite conocer las áreas fundamentales de conflictos sexuales, escola-
res, laborales, familiares, personales y de relaciones.
Nombre___________________________Edad______ Sexo_______
Último grado cursado____________Ocupación__________________
Instrucciones
Complete o termine estas frases para que expresen sus verdaderos senti-
mientos, ideas u opiniones.
1. Me gusta______________________________________________
2. El tiempo más feliz________________________________________
3. Quisiera saber___________________________________________
4. En el hogar_____________________________________________
5. Lamento ______________________________________________
6. A la hora de acostarme_____________________________________
7. Los hombres____________________________________________
8. El mejor_______________________________________________
9. Me molesta_____________________________________________
10. La gente_____________________________________________
11. Una madre_____________________________________________
12. Siento ________________________________________________
13. Mi mayor temor________________________________________
14. En la escuela___________________________________________
15. No puedo______________________________________________
16. Los deportes___________________________________________
17. Cuando yo era niño ( o niña )________________________________
18. Mis nervios____________________________________________
19. Las otras personas_______________________________________
20. Sufro ________________________________________________
21. Fracasé ______________________________________________
22. La lectura ____________________________________________
23. Mi mente_____________________________________________
144
24. Yo necesito ____________________________________________
25. Mi futuro_____________________________________________
26. El matrimonio___________________________________________
27. Estoy mejor cuando_______________________________________
28. Algunas veces__________________________________________
29. Me duele______________________________________________
30. Odio _________________________________________________
31. Este lugar_____________________________________________
32. Estoy muy____________________________________________
33. La preocupación principal_________________________________
34. Deseo _______________________________________________
35. Mi padre_____________________________________________
36. Yo secretamente_________________________________________
37. Yo__________________________________________________
38. Mis diversiones_________________________________________
39. Mi mayor problema es____________________________________
40. La mayoría de las mujeres__________________________________
41. El trabajo______________________________________________
42. Amo _________________________________________________
43. Me pone nervioso_______________________________________
44. Mi principal ambición____________________________________
45. Yo prefiero____________________________________________
46. Mi problema principal en la elección de la carrera o profesión_______
47. Quisiera ser____________________________________________
48. Creo que mis mejores aptitudes son ___________________________
49. La personalidad_________________________________________
50. La felicidad____________________________________________
Composición
La composición es un método indirecto en la evaluación psicológica, pues el
sujeto no conoce los diferentes aspectos sobre cuya base se está evaluan-
do. En esta técnica, el individuo se define como un sujeto activo en su elabo-
ración intelectual, por ello esta nos permite no solo analizar el contenido
expresado, sino también los índices de manipulación activa del sujeto sobre
145
esos contenidos, en lo cual se expresan elementos esenciales del potencial
regulador de la personalidad.
El análisis integral de esta técnica nos permite el estudio de los diferentes
motivos, intereses, necesidades de la personalidad y en definitiva, todas las
potencialidades orientadoras de la personalidad.
Para este fin se realiza el análisis de los contenidos manifestados por el
sujeto, teniendo en consideración la multitud de intereses y motivaciones, y
sobre todo el grado de compromiso emocional o implicación afectiva en los
mismos.
Instrucciones
Realice una composición con el título__________ . ( El título se lo indica el
investigador de acuerdo con los objetivos de la evaluación pudiera ser: «El
sentido de mi vida» o «Mis mayores conflictos y dificultades» o «Como soy,
como quisiera ser, como creen los demás que soy», etc.)
Interpretación
Para el análisis de la composición se debe centrar la atención en algunos
aspectos fundamentales:
1. Contenido: análisis de los elementos positivos y negativos que el sujeto
expresa, la frecuencia, relación entre estos y cualquier otro proceso dado
en la descripción de lo expuesto. Conflictos, motivaciones fundamenta-
les, etc.
2. Vínculo emocional hacia el contenido: se determina por las expresiones
afectivas que acompañan al contenido: amor, odio, miedo, admiración,
deseo, etc y otras; o bien por actitudes manifiestas del sujeto hacia el
contenido.
147
CAPÍTULO IV
CALIDAD DE VIDA
Y TRANSPLANTE DE ÓRGANOS
INTRODUCCIÓN
PROBLEMASENLAINVESTIGACIÓN DELACV
ENSALUD
153
de sopesar satisfacciones e insatisfacciones con su vida (De Haes, Van
Knippenberg, 1989; Gill y Feinstein, 1994; Winefeld, 1995, Victoria, 2002).
En el contexto de la atención sanitaria, este asunto es particularmente im-
portante. Slevin y cols (1988) han concluido que el juicio exclusivo de los
agentes de salud no es suficiente, debe contarse con la evaluación de los
pacientes. Es conocido el trabajo de Jachuk y cols (1982; cit: Friedman y
DiMatteo, 1989), quienes preguntaron a médicos, pacientes y familiares sobre
la CV de hipertensos que habían iniciado un nuevo tratamiento: el 100 % de
los médicos consideraron que había mejorado la CV de sus pacientes, el 49
% de los enfermos percibieron alguna mejoría, mientras que el 96 % de los
familiares consideraron que era igual o peor..Discernir de qué depende esta
evaluación que realiza cada individuo es la clave para mejorar realmente la
CV de las personas (Batista-Foguet, Artés, 1994).
El papel de los factores psicológicos que condicionan el grado de satisfac-
ción o bienestar es determinante para el proceso de evaluación. Así, desde
el campo de la psicología, la CV se convierte en un concepto básicamente
referido al tipo de respuesta individual y social ante el conjunto de situacio-
nes de la vida; se centra en la percepción de ese bienestar, en el análisis de
los procesos que conducen a esa satisfacción y en los elementos integrantes
de la misma.
Si se considera la calidad de vida en su dimensión subjetiva, determinada
por la valoración que hace el sujeto de su propia vida, entonces lo más
importante es la percepción que el sujeto tiene de ella. Joyce y colaborado-
res desarrollaron una escala denominada Schedule for the Evaluation of
Individual Quality of Life (SEIQL), partiendo de que «la calidad de vida
es claramente un atributo de la persona, que algunos autores identifican
como una actitud, un rasgo de personalidad, una respuesta situacional o un
estado sentimental o un juicio racional, pero que, de cualquier manera, es un
asunto personal» (Joyce, 1999).
Si se considera que la CV debe conceptualizarse como una propiedad de las
personas que experimentan las situaciones y condiciones de sus ambientes
de vida, y por tanto, depende de las interpretaciones y valoraciones de los
aspectos objetivos de su entorno, al incorporar la dimensión subjetiva hay
que subrayar el papel que tiene la satisfacción y su medición a través de
juicios cognitivos y reacciones afectivas (Diener, 1984, 1994, Victoria, 2004).
Sin embargo, existen opiniones divergentes en relación a la satisfacción
(Reimel, Muñoz, 1990), asociándola a factores intrínsecos (reconocimiento,
progreso, autorrealización) y extrínsecos (status, salarios, seguridad), o con-
ceptualizándola en términos de una actitud. Esto ha permitido examinarla
bajo el prisma de diferentes modelos teóricos recientes: el modelo de medi-
ción perceptual de Rice y sus cols, los modelos basados en la teoría social-
154
cognitiva de Bandura y Jeller, la teoría de la acción razonada de Fishbein y
Ajzen, la teoría de la ecología del desarrollo de Bronfenbrenner, y otras
propuestas que pueden revisarse con detenimiento en el trabajo de Reimel y
Muñoz (1990). Este es aún un camino incipiente que habrá de desarrollarse
en los próximos años y puede servir de substrato al enfoque psicológico en
la conceptualización de la CV y su evaluación.
Un problema de trascendencia metodológica que se discute actualmente es
el de los componentes, es decir, si la CV debe definirse como una medida
global que se evalúa en su totalidad (Szalai, 1980; Fayos y Beland, 1981; De
Haes y Van Knippenberg, 1987) o si se define en función de determinadas
dimensiones relevantes en un contexto determinado (Harwood, 1976; Shaw,
1977; Hörnsquit, 1982). La primera opción ha sido hiperbolizada; al conside-
ran que es mejor preguntar simplemente a la persona sobre ello.
Muchos autores han enlistado esferas o dimensiones de CV (Flannagan,
1978; Hutchinson y cols, 1979; Ware, 1984; Jenkins y cols, 1990). Al estar
ausente una clara definición teórica, la elección de estas áreas resulta arbi-
traria, en base a intentos particulares de operacionalización del concepto.
Se observa cierto consenso últimamente en considerar a la CV total como
un constructo incluyente de todos los factores que impactan sobre la vida
del individuo. Pero el problema no es tan sencillo y no se resuelve fácilmen-
te por consenso.
Un tercer grupo de problemas al que se enfrentan los investigadores de la
CV es el de las dificultades inherentes a su evaluación. Su naturaleza bipo-
lar objetiva-subjetiva y su multidimensionalidad, compleja e indeterminada,
otorgan a su evaluación diversos matices en función de la alternativa a eje-
cutar.
A estos problemas se añade el que los instrumentos no siempre cumplen
requisitos mínimos de construcción y generalización de resultados (Victoria,
1992; Grau, 1997).
Un problema instrumental frecuente es el de la validez y la fiabilidad de los
métodos de evaluación. Para poder medir fiabilidad hay que suponer la es-
tabilidad de la variable medida. Sin embargo, este supuesto no resulta válido
en muchas mediciones de CV; en particular, cuando se intenta evaluar el
estado de salud o su impacto en el bienestar subjetivo a través de variables
inestables. Por otra parte, no siempre es posible establecer la consistencia
interna a través del establecimiento de grupos de variables que tienden a
covariar conjuntamente. La propia validez depende en mucho de la defini-
ción operacional de la variable medida, por lo que muchos autores reportan
dificultades al establecer elementos criteriales o al intentar validaciones de
constructo (Grau, 1997).
155
La primera característica que tiene que tener un instrumento de evaluación
es la validez de constructo. Consecuentemente, Gill y Feinstein han introdu-
cido el concepto de «validez aparente» para explicar y suplir la falta de
claridad en el significado y medición de la CV. Ellos afirman: «desde los
años 70, las mediciones de la CV han aumentado desde una pequeña indus-
tria hasta una gran empresa académica. Además, el desarrollo de nuevos
instrumentos para medirla se ha hecho más complejo y actualmente se ca-
racteriza por una multiplicidad de pasos que consumen tiempo y una intensa
labor en la selección de items, su reducción posterior, pre-pruebas y evalua-
ciones cuantitativas para lograr reproducibilidad y validez...». En conse-
cuencia, se preguntan «si los principios psicométricos académicos, aunque
quizás estadísticamente elegantes, serían satisfactorios para las metas clíni-
cas de indicar lo que los médicos y los pacientes perciben como CV» (Gill y
Feinstein,1994).
Unido a estas dificultades: el escaso tamaño de las muestras, el descuido de
variables intervinientes, la generalización de instrumentos que no han tenido
suficiente validación previa, entre otras, empeoran el cuadro general que se
refiere a la medición apropiada de la CV (Kaplan, Bush, Berry, 1976; De
Haes, Van Knippenberg, 1987; Bowling, 1994; Moreno, Ximénez, 1996; Grau,
1997). Un problema específico es el de la limitada estandarización y gene-
ralización de los resultados. Algunos de ellos pueden, en la clínica, ser inter-
pretados directamente; otros, con valores cuantitativos, deberán ser
interpretados a la luz de resultados normativos procedentes de estudios en
muestras representativas, lo cual no siempre se ha logrado. Esto entorpece
el avance del conocimiento científico (Grau, 1997).
Además de todo lo anterior, es importante tener en cuenta el relativismo
sociocultural en la medición de la CV. Aún son pocas las adaptaciones trans-
culturales de instrumentos para evaluar CV y categorías afines (Victoria,
1999). Hoy se considera muy cuestionable el intento de desarrollar un mo-
delo de consenso para evaluarla, ya que las diferencias transculturales im-
posibilitarían llegar a un sistema único. En realidad, la gente valora ciertas
cosas en función de cómo lo han inducido su cultura y su biografía (Lolas,
1991; Lara-Muñoz y cols, 1995, Victoria, 2002).
Desde la perspectiva de la Psicología y para la Salud, la evaluación de la
CV tiene como objetivo principal determinar los efectos de los cuidados de
salud, como intervenciones positivas, estimar las necesidades de la pobla-
ción, optimizar las decisiones terapéuticas y estudiar las causas e impacto
de variables psicosociales intervinientes en el estado de salud (Moreno, Xi-
ménez, 1996; Grau, 1997, Hernández, 1995, 2003). Estas tareas han adqui-
rido especial relevancia en los últimos años, toda vez que el interés médico
se ha estado centrando actualmente no sólo en la supervivencia, sino en una
156
supervivencia con calidad (Hernández, 1995, Torrance, 1987; Grau, 1997;
Victoria 1998, Hernández, 2003).
El hecho de que la mayoría de los estudios evaluativos se hayan desarrolla-
do en el campo de la salud no es, entonces, casual. Es frecuente, incluso,
encontrar en la literatura el concepto «calidad de vida relacionada con la
salud» (quality of life-health related) (Grau, 1997). La salud es considera-
da uno de los principales valores del hombre, uno de los determinantes más
importantes de la CV total, a la vez que repercute en el resto de los elemen-
tos o valores presentes en la CV y esta es una resultante también de la
atención a la salud. Por ello, muchos autores consideran que el concepto de
salud no sólo es el valor predominante, sino aglutinante, entre los distintos
integrantes de la CV (Kaplan, 1985; Moreno, Ximénez, 1996).
159
Teniendo en cuenta que las medidas usadas para evaluar CV se han utiliza-
do frecuentemente para evaluar la satisfacción y el bienestar subjetivo, de-
terminar los niveles de salud (estatus de salud), y valorar la preservación de
habilidades funcionales ante la enfermedad (Moreno, Ximénez, 1996), sería
imposible obviar una referencia panorámica a estas tendencias.
La evaluación del bienestar subjetivo se ha hecho con diferentes tipos de
escalas y cuestionarios, dirigidos al estudio de la «satisfacción» global con la
vida, como componente esencialmente cognitivo que expresa la valoración
por el sujeto de las discrepancias entre sus expectativas y los logros alcan-
zados, y a la investigación de la «felicidad», componente de mayor connota-
ción emocional que expresa el grado de afectividad positiva, es decir, alegría
y regocijo como un estado actual (Grau, 1997). Entre estas medidas, las
más conocidas son la «Escala de Equilibrio Afectivo» de Bradburn, las Es-
calas que miden bienestar y satisfacción Andrews y Withey, el «Instrumen-
to de Evaluación Multinivel» de Lawton, y las «Escalas de Satisfacción con
la Vida» de Neugarten (Moreno, Ximénez, 1996; Grau, 1997).
En lo que se refiere estrictamente a la evaluación de la salud en función de
la calidad de vida resulta aún más difícil la operacionalización. La propuesta
de un modelo multidisciplinar de salud, con su enfoque positivo, el desarrollo
de los modelos salutogénicos en relación con la personalidad y algunos otros
aspectos, hacen complejo el proceso de instrumentación de estas medidas.
Así, si se considera que en el enfoque positivo de la salud tienen que ver las
habilidades para enfrentarse a situaciones difíciles, el mantenimiento de fuertes
sistemas de apoyo social, la integración en la comunidad, una alta moral y
autoestima, el bienestar psicológico y el buen funcionamiento físico, se po-
drá comprender cuán inalcanzable resulta la operacionalización de estos
modelos en función de la evaluación de la CV. De hecho, muchas medidas
de salud se hacen a través de indicadores como bienestar, ajuste, ejecución
o funcionamiento social, reflejando la formulación multivariada de la salud.
Varios autores emplean indistintamente los términos de «estado de salud» y
CV, y los evalúa con los mismos instrumentos. De acuerdo con Spitzer (1987)
y Lara-Muñoz y cols (1995), deben ser diferenciados, para lo cual suele
emplearse el criterio del tipo de sujetos que se pretende sean evaluados. En
el caso de los estados de salud, el foco sería la población general, sana o
enferma, y el propósito es tener una medición grupal. En el caso de la CV,
sería más pertinente restringirla a la experiencia individual, según sea afec-
tada, digamos, por la enfermedad.
Gill y Feinstein (1994) apoyan esta diferenciación; ellos señalan: «desafor-
tunadamente, mientras se logran con rigor las metas estadísticas de altos
coeficientes de correlación , los investigadores pueden olvidar que, a dife-
160
rencia de la belleza que descansa en el ojo del espectador, la CV es un
atributo del paciente (sujeto) como persona. Consecuentemente, mientras
declaran medir CV, muchos investigadores están realmente midiendo varios
aspectos del status de salud. Los instrumentos pueden ser satisfactorios
para indicar este status, pero la CV es percibida por cada persona indivi-
dualmente. La necesidad de incorporar valoraciones y preferencias de pa-
cientes (sujetos) es lo que distingue la CV de todas las otras mediciones de
salud...». Ellos recomiendan incorporar la valoración no sólo de la magnitud
de las dimensiones que se consideren, sino la significación para cada perso-
na en particular, y para ello sugieren permitir en los instrumentos ítems o
escalas suplementarias, para que los sujetos identifiquen factores que no
hayan sido inicialmente incluidos.
De esta manera, el enfoque subjetivo de la salud se ha centrado más en la
percepción personal de salud, como aspecto importante relacionado con
creencias, atribuciones, conductas de salud (incluyendo acciones protecto-
ras y conducentes a la búsqueda de atención médica). Se ha señalado que la
percepción del propio estado de salud está más asociada al uso de los servi-
cios de salud que la condición clínica o patológica misma de la persona
(Goldstein y cols, 1984; Friedman y DiMatteo, 1989); de aquí la importancia
de contar con medidas que permitan estudiar la apreciación que las perso-
nas hacen de su salud.
Los instrumentos utilizados varían en un amplio espectro: muchos de ellos
aún no han podido desprenderse del modelo centrado en la enfermedad, al
incorporar en la lista síntomas emocionales o físicos. No es raro encontrar
entre ellas a muchas escalas dirigidas a estudiar diferentes atributos o di-
mensiones del dolor, como uno de los aspectos más importantes actualmen-
te en la evaluación de la salud (Moreno, Ximénez, 1996, Grau, 1997). Muchas
de estas medidas han adquirido suficiente validez al evaluar con sensibilidad
los cambios en el estado de salud, algunas son muy usadas en el campo de
la salud mental, como el «cuestionario general de salud» de Goldberg y el
«índice de Cornell», de Brodman y cols. Es muy conocida el «perfil de im-
pacto de la enfermedad» (SIP) de Bergner y cols (Moreno, Ximénez, 1996;
Grau, 1997), un método de evaluación conductual del estado de salud, origi-
nalmente desarrollada para evaluar el impacto de los servicios de atención
médica, muchos instrumentos posteriores se han basado en las 12 catego-
rías que se proponen en el SIP (Grau, 1997).
Un tercer grupo de medidas evaluativas tiene que ver con las habilidades
funcionales en la enfermedad. Este grupo se ha fortalecido a raíz del re-
planteamiento en la medicina contemporánea del hombre enfermo como un
agente social y de la preocupación creciente por las repercusiones de los
cuidados médicos en la vida y en las necesidades propias del individuo. Es
161
obvio que si la CV es importante para las personas que pueden sanar, aún
más lo es para aquellos a quienes sólo queda la capacidad de disfrutar de los
aspectos positivos de cada momento presente. Se trata de medir aquí las
respuestas del sujeto a sus propias disfunciones, las cuales pueden variar
mucho en función de creencias, atribuciones, afrontamientos, etc., o sea, de
aspectos cognitivos, emocionales, sociales y ambientales, y no meramente
de un hecho físico o fisiológico. Por esta razón es que este grupo de medi-
das se ve muy influenciado por respuestas de deseabilidad y por los deter-
minantes motivacional-afectivos de cada persona; pero, además, por el
contexto social e institucional en que se caracterizan determinadas pobla-
ciones: no es lo mismo evaluar la CV del niño con cáncer que la del adulto
mayor que vive con un corazón trasplantado. Por si fuera poco, muchos de
los instrumentos, en la modalidad de autoinforme, se dedican a explorar
actividades de autocuidado y la capacidad de desplazamiento y movimiento
de enfermos, descuidando otros elementos importantes vinculados a uno u
otro tipo de actividad o al significado y sentido personal que ella tiene para el
individuo, en particular (Grau, 1997). Por todas estas razones, hay que estar
de acuerdo con varios autores (Winefeld, 1995) cuando plantean que el uso
de medidas médicas tradicionales como la cantidad de días de encamamien-
to o el uso de servicios de salud, no son mucho más objetivas que las medi-
das que se usan comúnmente, a pesar de sus limitaciones y las críticas que
se hacen a su subjetividad.
En este grupo de medidas deberían estar realmente incluidos algunos de los
instrumentos del grupo anterior, como el SIP y las escalas de dolor. El más
antiguo de este grupo es el «índice de Karnofsly», todavía empleado en
enfermos de cáncer, a pesar de sus limitaciones y sus numerosas críticas,
muy justificadas. Otras medidas, como el «Índice de Actividades de la Vida
Diaria» de Katz, y la «Escala de Calidad de Bienestar» de Fanshel y Bush,
tienen buenos parámetros de fiabilidad y validez, y permiten incrementar el
conocimiento a través de la evaluación multidimensional en diversas enfer-
medades. Medidas más específicas, usadas en determinados padecimientos
crónicos, no permiten grandes comparaciones, pero pueden ser bien em-
pleadas con fines de investigar cambios en determinadas situaciones clíni-
cas (Grau, 1997). En este sentido, ha cobrado reciente impulso el desarrollo
de índices clinimétricos de cambio, que persiguen obtener estimaciones de
la CV de los sujetos a través de mediciones repetidas para conocer el im-
pacto de las intervenciones terapéuticas en los ensayos clínicos (Guyatt y
cols, 1989; Guzmán y cols, 1993).
162
PROYECCIONES DE LA EVALUACIÓN DE LA
CV EN EL PROCESO SALUD-ENFERMEDAD
ESTUDIO DE LA CV EN PACIENTES
TRASPLANTADOS DE CORAZÓN EN CUBA
Objetivo general
Evaluar la calidad de vida de un grupo de pacientes trasplantados de cora-
zón.
Objetivos específicos
1. Evaluar la percepción que un grupo de pacientes trasplantados de corazón
tiene de su calidad de vida después del trasplante (calidad de vida percibida).
2. Evaluar el criterio de un equipo de salud sobre la calidad de vida de un
grupo de pacientes trasplantados (calidad de vida reportada).
3. Evaluar la correspondencia entre la calidad de vida percibida y la reportada.
170
Control semántico
Calidad de vida percibida: Definir la valoración subjetiva que el paciente
hace de diferentes aspectos de su vida en relación con su estado de salud.
Calidad de vida Reportada: Criterio del equipo de salud estrechamente vin-
culado con el paciente.
Capacidad funcional: Nivel de funcionamiento físico del paciente de acuer-
do con la clasificación de la New York Heart Asociation (NYHA) por los
resultados de la prueba ergométrica.
Estado emocional: Presencia de estados agudos de ansiedad o depresión en
el momento del estudio.
Apoyo familiar: Presencia de un familiar que sirviera de apoyo al paciente
en todas las etapas: pre, trans y post ingreso en la sala.
Tipo de estudio
Se trata de un estudio descriptivo, de corte transversal, con el uso de la
metodología cualitativa.
Muestra
Se realiza un estudio de 20 pacientes transplantados de corazón con un
rango de supervivencia entre 4 y 9 años.
Variables
1. Calidad de vida percibida
Para evaluar la calidad de vida percibida se establecieron los siguientes
indicadores:
a) Grado de satisfacción después del trasplante del corazón.
b) Mejoría de las funciones vitales.
c) Calidad del apoyo familiar antes y después.
d) Aceptación por su centro de trabajo.
e) Estatus laboral.
f) Calidad de las relaciones familiares antes y después.
g) Enfermedades padecidas después del trasplante cardíaco.
h) Tipos de adiciones antes y después.
171
i) Efectos de las dinámicas grupales en ellos.
Procedimientos
Fueron utilizados para la recolección de la información:
1. Análisis documental: revisión de historias clínicas.
2. Entrevistas psicológicas.
3. Observación.
4. Encuesta de calidad de vida, confeccionada y validada para este tipo de
pacientes, mediante un pilotaje.
5. Investigación social.
6. Inventario de ansiedad rasgo estado de Charles Spielberger (IDARE).
7. Inventario de Depresión de Beck.
8. Técnica de Discusión de gabinete.
9. Prueba ergométrica.
172
La calidad de vida percibida se obtuvo mediante la valoración del propio
paciente. Para ello se elaboró una encuesta que recogía aspectos como:
grado de satisfacción después del trasplante del corazón, mejoría de las
funciones vitales, calidad del apoyo familiar antes y después, aceptación por
su centro de trabajo, estatus laboral, calidad de las relaciones familiares
antes y después, enfermedades padecidas después del trasplante cardíaco,
tipos de adiciones antes y después y efectos de las dinámicas grupales en
ellos.
Esta encuesta se le solicitó a cada paciente por escrito. La misma contenía
preguntas cerradas en forma de categorías que el paciente debía evaluar,
preguntas indirectas y preguntas abiertas que fueron procesadas cualitati-
vamente.
La calidad de vida reportada fue obtenida con el uso de la técnica «Discu-
sión de gabinete» por el equipo interdisciplinario integrado por la psicóloga,
la cardióloga, un cirujano cardiovascular, y la trabajadora social. Como indi-
cadores fueron consignados :tiempo de sobrevida del trasplante cardíaco,
ocupación antes y después del trasplante cardíaco, estado emocional de
acuerdo al resultado de las pruebas psicológicas, capacidad funcional de
acuerdo a la clasificación de la New York Heart Asociation por los resulta-
dos de la prueba ergométrica y el apoyo familiar diagnosticado como Bue-
no, Regular o Malo, de acuerdo a la presencia o no de un sostén familiar
capaz de cubrir las necesidades fisiológicas y psicológicas del paciente an-
tes y después de su trasplante.
Este equipo reunido valoró cada uno de los indicadores y de ese modo se
fueron conformando las tablas donde se identificaba cada paciente median-
te técnicas cualitativas.
Posteriormente se procesó la información de acuerdo al análisis cualitativo
de los datos (codificación y recodificación), luego de lo cual se expresaron
los datos en porcentajes para ver el predominio de cada indicador.
Finalmente se comparó, también cualitativamente la calidad de vida percibi-
da y la reportada para analizar la correspondencia o discrepancia.
Resultados
Se evaluaron 20 pacientes trasplantados de Corazón con una supervivencia
entre 4 y 9 años de la intervención quirúrgica. Ver tabla 4.1
De los 20 pacientes encuestados, 5 eran mujeres (25%) y 15 eran hombres
(75%), ver tabla 4.2. La mayoría de los pacientes se encontraban en el
173
momento del trasplante entre los 31 y los 60 años; 19 (95%), encontrándose
en el momento del estudio entre los 41 y 70 años. Ver Tabla 4.3
174
mientos digestivos como gastritis (15%) y dos con problemas psíquicos que
no fueron detectados en el pretrasplante, ya que el mismo se realizó de
urgencia y no se sometieron a evaluación psicológica (tabla 4.9).
Las adicciones disminuyeron considerablemente, como puede apreciarse
en la tabla 4.10. El hábito tabáquico se eliminó totalmente. La mayoría de
las familias mejoró sus relaciones con sus pacientes o las mantuvo igual en
el caso de que eran buenas desde antes. (95%).
La tabla 4.11 ilustra que sólo un paciente presentó un empeoramiento de las
relaciones familiares por causas de otra índole que devinieron en desajustes
importantes que fueron tratados por la psicóloga del equipo.
Con respecto a la incorporación al trabajo, si se tiene en cuenta que el 60%
de los pacientes estaban por encima de los 50 años, no pudo ser total. Diez
pacientes continuaron trabajando o se les reajustó de acuerdo a sus condi-
ciones actuales de salud (50%) y el resto ya estaba jubilado o se jubiló
después. Como ejemplo de reajuste del puesto de trabajo, hubo un paciente
que era estibador del Puerto del Mariel y después continuó trabajando en el
Puerto pero como planificador. (Tabla 4.12)
Un aspecto que a muchos llama la atención es cómo llevan la vida los pa-
cientes trasplantados de corazón, en el sentido de las limitaciones que deben
tener por el régimen medicamentoso. Sin embargo, el 70% de los pacientes
plantean que el tratamiento no interfiere su vida normal y sólo tres refieren
que les mortifica. (Tabla 4.13)
Las dinámicas grupales que se realizan mensualmente con todos los tras-
plantados con el fin de lograr mayor eficiencia en sus mecanismos de auto-
rregulación personal (autovaloración adecuada y nivel de aspiraciones
congruente), surten el efecto esperado a juzgar por las vivencias que expre-
san los pacientes.
De acuerdo con los resultados que se ilustran en la tabla 4.14 sólo a cinco
pacientes le molestan algunos temas que se discuten y a cuatro de ellos le
recuerdan que es un paciente, no obstante, participan en las mismas.
En el procesamiento de las preguntas abiertas se encontraron resultados
muy interesantes: Entre las preocupaciones antes del trasplante se encuen-
tran con mayor frecuencia: salir bien de la operación, la familia, la Revolu-
ción, pero a un paciente le inquietaba que para que él viviera tuviera que
morir otra persona, lo que es indicador de sentimientos muy nobles.
En el post trasplante les preocupaba el mantenimiento de la salud, la familia,
la revolución y el trabajo, pero también aparecen preocupaciones de cómo
contribuir a la manutención de la familia del donante. Ningún paciente mani-
festó como preocupación problemas económicos, ya que tanto el trasplante
175
como su seguimiento es gratuito en Cuba. Esto cobra mayor interés si se
tiene en cuenta la distribución de los pacientes de acuerdo con su proceden-
cia social. (Tabla 4.15)
Discusión
Existe una innegable mejoría de la CV después del trasplante cardíaco en
Cuba, lo que se traduce en: restablecimiento de las funciones cardíacas,
respiratorias, digestivas, sexuales y psíquicas; mejoría por consiguiente de la
capacidad funcional; disminución del nivel de adicciones al café, al alcohol a
los sedantes, erradicación del tabaquismo y mejoramiento de las relaciones
familiares.
Se encontró una total correspondencia entre la valoración objetiva de la
calidad de la vida tomando como indicadores los parámetros del equipo de
salud y la valoración subjetiva de los pacientes, lo que se expresa en la
vivencia de satisfacción y la evaluación integral de su calidad de vida des-
pués del trasplante cardíaco. Estos resultados son el producto de la atención
interdisciplinaria, integrando los aspectos médicos, psicológicos y sociales
para el logro de un estado óptimo de salud de nuestros enfermos.
176
Tabla 4.1. Sobrevida del trasplante
Años de sobrevida 4 5 6 7 8 9
% 20 15 20 5 20 20
Fuente: Encuesta
178
Tabla 4.8. Resultado de preguntas abiertas. Encuesta
Preguntas Sí No
Pacientes % Pacientes %
¿Volvería a trasplantarse? 20 100 0 0
¿Trasplantaría a un ser querido? 20 100 0 0
¿El nuevo corazón le crea molestias? 0 0 20 100
¿Cambios en su personalidad después 5 25 15 75
del trasplante?
¿Creencias religiosas antes del 5 25 15 75
trasplante?
¿Creencias religiosas después del 6 30 14 70
trasplante?
Fuente: encuesta
Fuente: encuesta
Fuente: Encuesta
Fuente: Encuesta
Fuente: Encuesta
180
Tabla 4.14. Efectos de las dinámicas grupales
Pacientes %
Les informan sobre enfermedad y tratamiento 18 90
Le permiten encontrarse con los demás 19 95
Es una oportunidad verse con el equipo médico 19 95
Oportunidad para distraerse 14 70
Les gustan los temas de discusión 18 90
Les molestan los temas de discusión 5 25
Les hace sentirse enfermos 4 20
Les sirve de experiencia los problemas de los demás 15 75
Fuente: Encuesta
Fuente: Encuesta
181
Satisfecho 1 5 2 10 1 5 0 0
Poco satisfecho 0 0 0 0 0 0 0 0
Insatisfecho 0 0 0 0 0 0 0 0
Fuente: Encuesta
Encuesta
Estimado: ______________________________________________
Queremos conocer como usted valora su calidad de vida después del
trasplante. Para ello es necesario que responda las siguientes preguntas. No
hay respuestas buenas ni malas, lo importante es que expresen como usted
se siente después del trasplante.
Agradecemos de antemano su colaboración.
1. Si tuviera que evaluar su grado de satisfacción después del trasplante, lo
haría en términos de:
Muy satisfecho___ Satisfecho___ Poco satisfecho___ Insatisfecho___
182
5. ¿Se restablecieron todas sus funciones después del trasplante? Detalle:
cardíacas______________________________________________
respiratorias____________________________________________
digestivas______________________________________________
sexuales_______________________________________________
de sueño_______________________________________________
psíquicas_______________________________________________
Antes Ahora
__________________ ____________________
__________________ ____________________
__________________ ____________________
__________________ ____________________
__________________ ____________________
12. ¿Qué enfermedades extracardiacas ha padecido después del trasplante?
_______________________________________________________
13. ¿Cuál de las actividades que le han suprimido después del trasplante le
ha afectado más?
____________________________________________________
17. ¿Qué efectos han tenido sobre usted las dinámicas grupales que se
realizan con los trasplantados cardíacos? Marque todas las que considere:
Me dan información sobre mi enfermedad y tratamiento_________
184
Me permiten encontrarme con los demás ________
Es una buena oportunidad para encontrarme con el equipo médico____
Es una oportunidad para distraerme _____
Me gustan los temas que se discuten__________
Me molestan los temas que se discuten______________
No me gradan porque me hacen sentirme enfermo____
Me sirven de experiencia los problemas de los demás____
185
CAPÍTULO V
INTRODUCCIÓN
Desde el siglo XIX, Durkhein, en un trabajo dedicado al suicidio, comprobó
que esta conducta era más propensa en personas con menor cantidad de
lazos sociales. Concluyó también el investigador que prevalecía en hombres
y mucho más en personas solteras que en casadas. Musitu, otro estudioso
del tema, sugiere que desde esta época se perfila ya el inicio de la investiga-
ción epidemiológica sobre el apoyo social (Musitu, 1993).
Sin embargo, no es hasta la década del 60 que este término comienza a
tener interés en la psicología. Un concepto importante lo constituye el de
causación multifactorial (en la etiología de las enfermedades humanas hay
una fusión de múltiples factores de riesgo interactuando). En esta década se
llegó a la conclusión de que los agentes estresantes pueden ser responsa-
bles de la duración y el curso de muchas enfermedades y que las relaciones
interpersonales pueden proteger al individuo de estos factores.
Múltiples disciplinas han utilizado el concepto de apoyo social con fines in-
vestigativos: psicología, epidemiología, educación, trabajo social, sociología,
entre otras, motivo por el cual su definición es un inconveniente a tener en
cuenta cuando se trabaje con esta categoría.
M. Roca planteó al respecto: “La definición de Apoyo social, es por tanto,
la primera gran dificultad metodológica, en tanto el término ha sido usado
por diferentes investigadores para referirse a procesos desiguales. Esta
extensión y diversidad conceptual que posee el apoyo social reúne aspec-
tos muy distantes que han permitido el surgimiento de variadas taxono-
mías que intentan reunir los componentes comprometidos en este proceso”
(Roca, 1998).
189
Cada problema debe tener apoyos específicos. Por ejemplo, los conflic-
tos matrimoniales, los desempleos, los asaltos, etc. deben necesitar apoyos
diferentes.
197
Si se reconoce la importancia de que un individuo tenga una red de apo-
yo social óptima que garantice la canalización de las necesidades socia-
les y personales, se garantizaría que el apoyo social se convierta en un
recurso psicosocial importante en el afrontamiento al estrés. Por tanto,
un apoyo social óptimo es aquel que sea capaz de garantizar que el
individuo tenga un funcionamiento integral tanto cognitiva, afectiva, como
conductualmente, con lo que se puede disminuir la vulnerabilidad en sen-
tido general.
198
tiva como positiva, mediatiza la relación del trasplantado con su nuevo sta-
tus, por lo que se hace importante el poder establecer dicha relación.
Los especialistas encargados del tratamiento de este tipo de paciente consi-
deran que, para los cuidados postoperatorios el trasplantado necesita una
constante interacción con las fuentes proporcionadoras de apoyo. Es muy
importante entonces que las personas que presentan una relación íntima con
este paciente lo frecuenten. Uno de los aspectos más importantes a tener
en cuenta en el postoperatorio es el apoyo emocional. Las personas cerca-
nas al paciente en el aspecto emocional, son los que el paciente tomará
como apoyo más sólido en su búsqueda de la nueva posición social matizada
por nuevas condiciones físicas y necesidad de cambio de estilos de vida, con
el objetivo de cumplir con los requerimientos de tratamiento que exige esta
condición (.E. Hernández, 1987).
También es importante señalar que en dependencia del tipo de apoyo que se
necesite, la persona sentirá mayor satisfacción si la ayuda proviene de per-
sonas que tengan relación con la función del apoyo social requerida. Ejem-
plo, para muchos resulta más fácil pedir ayuda financiera a un compañero
de trabajo, que a un vecino, mientras que el vecino resulta más fácil para
pedir ayuda práctica. El trasplantado sentirá mayor satisfacción si sus in-
cógnitas acerca de su estado de salud son evacuadas, por el médico, que
por su esposa. Y así se podría citar muchos ejemplos.
El sistema nacional de salud cubano ha cumplido con la meta -utópica para
muchos- de otorgar salud para todos. Se lucha porque cada persona tenga
los niveles adecuados de salud. Los trasplantados cardíacos, que en nuestro
país son pocos, han hecho un esfuerzo mancomunado para mantenerse uni-
dos, factor muy importante en la canalización de problemas. Así, crearon el
colectivo de trasplantados cardíacos cubanos, que se reúnen periódicamen-
te con el objetivo de resolver los problemas que pudieran presentar estos ya
sea de tipo económico, emocional o de otra índole.
También se reúnen en los cumpleaños de trasplante de cada uno de los
miembros, hacen giras turísticas, todo ello con el objetivo de mejorar su
calidad de vida. Esto contribuye a que los mismos conformen una familia en
nuestro país y a que el mismo hombre se sienta responsable de su propio
proceso de salud, aspecto este que se traduce en mayor bienestar (M. Roca,
1995).
Entender que el trasplantado tiene problemas con su apoyo social, es com-
prender que sus redes sociales se han estrechado, lo que le hace sentir
inseguro y daña su sentimiento de control del medio. Esto influirá en su
satisfacción con el apoyo social, ya que tal vez no se contenta con el cariño
incondicional que proviene de familiares inmediatos, sino que añora las anti-
199
guas relaciones de trabajo y estudio. Esta añoranza les refuerza el senti-
miento de pérdida de la posición social, que puede ir en detrimento de su
salud, reforzado por su incapacidad física.
También puede ocurrir que el trasplantado no haya sentido pérdidas en sus
relaciones o en sus redes de apoyo social, pero siente que el apoyo que
estas personas le tributan ha variado en su contenido, aspecto que le afecta-
rá el nivel de satisfacción con el apoyo. Esta sería la causa de que se pier-
dan también las redes, puesto que la constante insatisfacción creará
descontento en las redes de la persona y de este modo se alejarán.
La agresión de su tratamiento en muchos caso los torna irritables y tensos lo
que facilitaría la instalación de depresiones, estados de ansiedad, insomnios,
y alteraciones psicofisiológicas como dolor precordial, disneas ( E. Hernán-
dez, 1987).
De este modo se puede interpretar la relación del apoyo social con el tras-
plante de corazón, si se comprende que los aspectos funcionales y estructu-
rales del término fueron tomados en cuenta para la interpretación del
constructo. Ambos forman un sistema donde cada elemento que lo confor-
ma está íntimamente ligado y si uno de los elementos cambia, se afectará el
apoyo social y esto iría en detrimento de la salud ya que se afectaría el papel
modulador del apoyo social para la salud, puesto que sí continuaría modulan-
do la salud, pero en el sentido de la pérdida y no en el de la salud propiamen-
te dicha.
Reconocer que el hombre es un ser biopsicosocial, es considerar la interac-
ción de tres elementos: la interacción permanente de lo biológico y lo social
determinando lo psíquico. A su vez lo psíquico relacionado con lo biológico
actúa sobre la dimensión social del sujeto, y así consecuentemente todos los
elementos. Esta dimensión ofrece una visión más integradora del hombre, lo
que hace pensar en la no valoración del hombre fuera de estos marcos.
A pesar de la importancia del tema, en la literatura sobre el tema del tras-
plante no se encuentra este particular en la dimensión esperada. En un artí-
culo de W. A. Pereira, se resalta la importancia del dinamismo de los
asociados de la ABTO (Asociación Brasilera de Trasplante de Órganos)
como importante vector de desenvolvimiento de los trasplantes en Brasil.
Destaca que han sido abiertos varios frentes con vistas a implementar las
ideas que surgen en la práctica diaria y que recaban disponibilidad de tiempo
y de recursos financieros.
En el propio boletín se enfatiza en la necesidad del trabajo de educación a la
población para la toma de conciencia sobre la importancia de la donación de
órganos y de la importancia de la educación continuada a los equipos de
200
trasplantes. Se entusiasma el lector interesado en el tema del paciente, cuando
lee el trabajo que se realiza con los pacientes trasplantados de hígado y
riñón, pero al mismo tiempo se decepciona cuando se encuentra que el tra-
bajo con éstos es solo con vistas a la campaña publicitaria para la donación
de órganos (Pereira, 2005).
El trasplante es el evento importante que estimula u obliga a que el individuo
tenga que hacer cambios en su aspecto social y psíquico. Las característi-
cas personológicas influirán en el enfrentamiento de la persona ante este
evento y además el micromedio social también influirá en el enfrentamiento
de este sujeto. No es lo mismo un trasplantado que viva en Ciudad de La
Habana a otro que viva en el campo, por ejemplo, en una zona rural de
Camagüey ni será lo mismo la forma de afrontamiento de una persona tími-
da a otra que muestre buen desarrollo de sus habilidades sociales.
Problema de investigación:
Ya se ha dicho que al trasplantar un corazón el sistema inmune lucha cons-
tantemente contra un órgano extraño para el organismo, por lo que se re-
quiere de tratamiento con inmunosupresores de por vida. Adaptarse el
paciente al tratamiento debe conllevar la adopción de estilos de vida y de
afrontamiento adecuados, puesto que el organismo se encuentra inmunode-
primido y cualquier agente patógeno puede ser grave para este tipo de pa-
ciente. Por esta razón los factores psicosociales incidirían en los años de
supervivencia de estos pacientes.
Resulta necesario investigar las características del sistema de apoyo so-
cial de estos pacientes y cómo influye el apoyo social en la supervivencia de
los trasplantados.
203
Objetivos
1. Caracterizar el sistema de apoyo social de los pacientes trasplantados de
corazón.
2. Investigar si existe diferencia en la supervivencia entre los trasplantados
fallecidos que tenían un apoyo social adecuado y los de apoyo social
inadecuado.
Definiciones operacionales
1. Apoyo social adecuado: Imbricación armónica entre los aspectos que
conforman el sistema de apoyo social. El sujeto percibe el apoyo que
proviene de la redes de apoyo social en que está inmerso y además siente
satisfacción con el mismo.
2. Apoyo social inadecuado: El sujeto percibe que algún componente del
sistema de apoyo social le falla, por lo que experimenta un sentimiento de
inseguridad y pérdida de control del medio que refuerza su malestar.
3. Supervivencia: Mundialmente se establece como criterios de superviven-
cia para el trasplante cardiaco que el 92% de los pacientes pasan el año,
un 85% pasan los cinco años y el 50% pasan los diez años. En nuestro
país en, se registran los resultados siguientes : al año 85% se encuentra
vivo, a los cinco años un 67% y a los diez años un 47%. Con fines de la
investigación fue factible establecer cinco niveles de superviviencia: baja
supervivencia (o hasta 1 año), supervivencia baja - media (1 hasta 4 años),
supervivencia media (5 años), supervivencia media - alta (6 hasta 10
años) y supervivencia alta (más de 10 años).
4. Redes de apoyo social: Lazos ataduras de un sujeto con determinado
grupo de personas.
5. Percepción de apoyo: Vivencia que tiene el sujeto de ser apoyado por su
red, sea o no real. Esta es una valoración subjetiva.
6. Satisfacción con el apoyo recibido: Valoración que realiza el sujeto de su
satisfacción o no con el apoyo.
7. Frecuencia: Es la cantidad de encuentros del sujeto con la fuente que
tributa el apoyo.
8. Cercanía: Es la percepción que tiene el sujeto del nivel de implicación
psicológico que se posee con la fuente que tributa el apoyo.
9. Balance: Es la proporción entre el apoyo que se tributa y el que se recibe.
10. Complejidad: Es la calidad de los nexos, es decir, si las personas se
relacionan fácilmente o si la relación es compartida en cada suceso de la
204
vida sea estresor o no. Una relación simple es aquella que solo tiene
sentido de forma ocasional, por el contrario la relación compleja es cuan-
do las personas se relacionan en todas las situaciones y comparten los
mismos estados emocionales.
11. Relación: Tiene que ver con la naturaleza de la relación, si es familia,
pareja, amigo, etc. Este es importante en tanto nos informa sobre el tipo
de personas más propensas para la función del apoyo que se trate.
12. Sector: Está muy relacionado con el anterior y nos proporciona informa-
ción acerca del sector al que pertenece esta fuente que tributa el apoyo.
13. Sexo: Nos proporciona información sobre el sexo de la fuente de apoyo.
14. Densidad de la red: Tiene que ver con la cantidad de personas que se
conozcan dentro de la red. No en un sentido superficial sino que haya
entre ellos un alto nivel de implicación.
Muestra
Se establecieron dos grupos: Uno conformado por trasplantados vivos, que
conformarían el Grupo I representado por 9 sujetos. Para la selección de
este Grupo fue necesario establecer los siguientes requisitos:
1. Que haya sido operado en el Hospital “Hermanos Ameijeiras”.
2. Que sea de nacionalidad cubana.
205
1. Que haya sido operado en el Hospital “Hermanos Ameijeiras”.
2. Que sea de nacionalidad cubana.
Sexo
Esta variable se tuvo en cuenta a la hora de conformar los grupos, pues estu-
dios epidemiológicos realizados en Cuba arrojan que hay una prevalencia del
sexo masculino, de esta manera se seleccionaron personas de ambos sexos.
206
2. Estudiados: 28 (87.5 %)
3. Sexo femenino: 35.7 %
4. Sexo masculino: 64.3%.
Subgrupo 2.1
1. Total: 14
2. Sexo femenino: 35.7%
3. Sexo masculino: 64.3%
Subgrupo 2.2
1. Total: 14
2. Sexo femenino: 35.7%
3. Sexo masculino: 64.3%
Como se observa, esta muestra tiene una alta representatividad; está repre-
sentado por el 75% de trasplantados que están vivos y que cumplen con los
criterios de selección, aspecto este muy importante a tener en cuenta desde
el punto de vista metodológico.
Grupo I y Grupo II:
1. Total: 41
2. Sexo femenino:26.92 %
3. Sexo masculino: 73.17 %
En sentido general existe una prevalencia del sexo masculino en los pacien-
tes trasplantados, lo que corrobora los estudios epidemiológicos acerca del
tema.
Instrumentos utilizados
Los instrumentos estuvieron relacionados directamente con el objetivo pro-
puesto. Para la consecución del objetivo No.1 se utilizó:
Entrevista
Inmediatamente después del cuestionario, se le aplicó la entrevista indi-
vidual semi estructurada, a fin de que fueran los mismos trasplantados los
208
que evaluaran su sistema de apoyo social, en sus aspectos fundamentales.
La entrevista sirvió para ver cómo ellos valoraban la influencia del factor
psicosocial en su supervivencia, como ya se explicó, el orden de ejecución
de los instrumentos fue concebido de esta forma por la necesidad de homo-
geneizar la recogida de información.
Esta entrevista giró sobre los siguientes temas:
1. Cantidad y calidad de las relaciones interpersonales.
2. Importancia que se concede a las mismas.
3. Percepción de ellos sobre el apoyo que emana de las mismas.
4. Satisfacción con el apoyo emanado de ellas.
Situación conflictiva
Se aplicó a fin de poder recomendar la necesidad de concebir el apoyo
social como criterio importante para la selección de posibles trasplantados,
una situación del tipo imaginería dirigida. Esta se trataba de una historieta
donde se ubicaba al sujeto en el papel del médico que tenía en sus manos la
decisión de trasplantar a dos pacientes que presentaban la misma enferme-
dad, y cumplían con los mismos criterios de selección desde el punto de
vista médico, pero diferían en que uno presentaba un apoyo social inadecua-
do, y el otro adecuado. Se les preguntaba a quien escoger para trasplante si
solo tenía disponible un donante, y el porqué de su selección.
Criterio de jueces
Esta técnica se realizó con el fin de tener un criterio objetivo sobre el nivel
de adecuación del apoyo social de estos pacientes, y poder compararlos
con los reportados por las técnicas subjetivas. Como jueces se seleccio-
naron:
1. Psicóloga del cardiocentro encargada de la evaluación psicológica y se-
guimiento de los trasplantados.
2. Cardióloga del cardiocentro encargada de la atención médica.
3. Trabajadora social encargada de estos pacientes socialmente, si necesi-
tan apoyo material, ayuda práctica, etc.
4. Personal paramédico compuesto por enfermeras, trabajadora de servi-
cios, etc. Su criterio es muy valioso, pues el trasplantado permanece en el
hospital largo tiempo, lo que permite una relación con este personal bas-
tante considerable para emitir criterios.
5. Grupo de trasplantados vivos. Este juez fue escogido puesto que como ya
se había indicado, los trasplantados han constituido una organización don-
209
de se encuentran periódicamente. Antes de la valoración del nivel de
adecuación del apoyo, se les presentó el cuestionario de apoyo social, el
que contribuyó a una mayor comprensión del constructo por parte de los
pacientes, a fin de que la recogida de información fuese lo más homogé-
nea posible.
Criterio de jueces
Este aporta elementos valiosos en tanto cada juez emite un criterio del nivel
de adecuación del apoyo social de cada trasplantado, aspecto que se tomó
en cuenta para la conformación de los subgrupos. Para ello se emplea como
jueces a:
1. Psicóloga del cardiocentro.
2. Cardióloga del cardiocentro.
3. Personal paramédico del cardiocentro.
4. Trabajadora social.
5. Trasplantados.
Procedimiento
Esta investigación se dividió en 3 etapas:
1. Selección de la muestra.
2. Aplicación de los instrumentos y recogida de información.
3. Procesamiento de los datos obtenidos.
Selección de la muestra
La muestra se seleccionó con vistas a conformar los Grupos. Se revisaron
las historias clínicas para poder seleccionar el grupo de trasplantados vivos
que cumple con los criterios de selección y así poder generalizar resultados.
210
Para la conformación de este grupo se contó con la voluntariedad de los
sujetos. La consigna dada fue la siguiente:
Estamos realizando un estudio de las características del sistema de apoyo
social de los pacientes trasplantados de corazón, así como de la influencia
de este en la supervivencia de ustedes, por lo que necesitamos su coopera-
ción y disposición para realizar algunas pruebas. Las informaciones que se
brinden serán totalmente confidenciales y nos serán muy útiles, por lo que
agradecemos su colaboración.
Para la selección de la muestra necesaria para el objetivo No. 2 (pacientes
trasplantados de corazón fallecidos), se revisaron las historias clínicas y se
entrevistó a los especialistas encargados del cuidado postoperatorio de este
tipo de paciente.
Recursos de la red
El cuestionario de apoyo social aplicado fue creado para evaluar muchos
aspectos de la red de apoyo social del individuo y la satisfacción de los
trasplantados con el apoyo que reciben (ver Fig. 5.9 y 5.10).
Frecuencia
Los datos arrojan en este recurso que el 62.1% de los trasplantados ven a la
mayoría de las personas que integran su red con una frecuencia diaria, man-
teniéndose los demás tipos de frecuencia medidos con niveles discretos,
aspecto que se puede constatar en la Fig. 5.1.
Fig 5.1. Gráfico de porcentaje de frecuencia de encuentro
213
Leyenda:
1. Todos los días.
2. Dos veces a la semana.
3. Una vez en la semana.
4. Dos veces en el mes.
5. Una vez al mes.
Los resultados demuestran que los trasplantados tienen un alto nivel de ac-
cesibilidad a su red de apoyo social. Aspecto que apunta a una disponibilidad
mayor de fuente apoyadora, por lo que hay mayor probabilidad de que tenga
apoyadores efectivos para el afrontamiento de las dificultades que emanan
del proceso de salud.
Cercanía
En este factor se encontró que el 46.4% de las personas que integran la red
de apoyo social de los mismos son vistos como personas muy cercanas a
ellos, aunque los otros niveles de cercanía arrojaron resultados discretos.
Era imprescindible que la persona integrante de la red estuviese en otros
niveles de cercanía. Este resultado se puede ver en el gráfico 5.2 donde se
muestran la cercanía de la relación.
Fig 5.2. Gráfico de porcentaje de la cercanía de la relación
214
Leyenda:
1. Nada en absoluto.
2. Cerca.
3. Muy cerca.
4. Extremadamente cerca.
Balance de la relación
Este recurso de la red arrojó que el 67.9% de los miembros de su red tribu-
tan el mismo apoyo que es cedido por ellos, por lo que el balance es parejo
en el dar y recibir. (Ver Fig.5.3).
Fig 5.3. Gráfico de porcentaje del balance de la relación
Leyenda:
1. Doy mucho más de lo que recibo.
215
2. Doy más de lo que recibo.
3. Damos y recibimos por igual.
4. Tomo más de lo que doy.
5. Tomo mucho más de lo que doy.
Los trasplantados perciben que con los miembros de su red con los que se
relacionaban equitativamente la balanza se mantenía pareja. Cuando los
operados se referían al personal de salud que trabaja con ellos, los resulta-
dos eran bien diferentes, pues vivenciaban que tomaban mucho más de lo
que daban, reportando este nivel un 79%, mientras que los niveles 3 y 4
comparten porcientos discretos de 10.5 respectivamente, no reportándose
incidencias de los niveles 1 y 2. La Fig.5.4 ilustra este resultado:
Fig 5.4. Gráfico de porcentaje de reciprocidad del personal
de salud
Leyenda:
1. Doy mucho más de lo que recibo.
2. Doy más de lo que recibo.
3. Damos y recibimos por igual.
4. Tomo más de lo que doy.
5. Tomo mucho más de lo que doy.
216
Por las características del tipo de apoyo que se desprende de esta rela-
ción (apoyo instrumental), el trasplantado siempre va a ser auxiliado por el
personal de la salud. Esta puede ser la causa por la cual se vivencie a los
miembros de la red que pertenecen al equipo de salud como fuente propor-
cionada de apoyo propiamente dicha.
Complejidad
Los resultados apuntan que los trasplantados tienen relaciones con los
miembros de su red Bastante Complejas, reportando este nivel un valor de
68% de incidencia y 24.2% el nivel superior de complejidad de la relación,
mientras que el nivel más simple reportó valores referidos en la Fig.5.5:
Fig 5.5. Gráfico de complejidad de la relación
Leyenda:
1. Simple.
2. Bastante compleja.
3. Muy compleja.
Naturaleza de la relación
El 70.6% de los miembros de la red de los trasplantados son amigos cercanos
y otro tipo de miembros que no son familia, reportando valores de 35.3%
respectivamente. Este resultado resulta interesante, en tanto la familia no apa-
rece como la principal red de apoyo social de estos pacientes. (Ver Fig. 5.6).
Fig 5.6. Gráfico de porcentaje del tipo de relación
Leyenda:
1. Esposo/esposa o pareja.
2. Familiar inmediato.
3. Familiar más lejano.
4. Pareja sexual.
5. Amigo cercano.
6. Conocido social.
7. Otros.
218
Sector de donde proviene la ayuda
Está muy relacionado con el primero, pues la ayuda proviene de sectores
que no son ni los vecinos, ni compañeros de trabajo, ni miembros de una
organización. En este aspecto el mayor porciento lo representó la opción
“otros” con un porciento de incidencia de 52.4% de la distribución total de
estos sectores. Estos resultados son expuestos en la Fig. 5.7.
Fig 5.7. Gráfico de porcentaje de sectores de donde proviene
la ayuda
Leyenda:
1. Vecino
2. Compañero de trabajo/de estudio
3. Miembro de una comunidad eclesiástica o de otra organización
4. Monja o cura
5. Otros
Estos dos recursos de la red están muy relacionados, en tanto nos reportan
que el apoyo es tributado por personas que no pertenecen al mundo familiar
del trasplantado. Este resultado contradice los que Leavy (1983) constató al
219
afirmar que la familia es la principal red de apoyo social, ya que los pacien-
tes más incapacitados reportaron mayor número de confidentes fuera de su
círculo familiar. Hay que tener en cuenta que los trasplantados transitan por
un proceso de salud diferente, que experimentan vivencias que les resulta
difícil expresar en su mundo familiar, entorpeciendo el proceso de comuni-
cación con la familia, por lo que buscan apoyadores fuera de este círculo.
La familia se convierte en este caso en fuente de tensiones negativas, de
aquí se puede comprender que acudan con frecuencia al encuentro con el
personal médico para poder canalizar cualquier dificultad que se presente.
Por la implicación que tienen las vivencias personales para el trasplantado,
ellos consideran que el balance en la relación con el personal de salud se
inclina hacia ese lado, pues una vivencia desagradable que es canalizada
tiene un costo psicológico muy grande y ellos evalúan esta acción como
muy apoyadora. En ocasiones se han mostrado preocupaciones con respec-
to a las características del donante: si dejó hijos, para contribuir a su manu-
tención, esposos de mujeres trasplantadas que luego las ven como hermanas
y renuncian a la actividad sexual con ellas, por citar algunos ejemplos. En
este caso la psicóloga del equipo realiza intervenciones individuales, de pa-
reja, familiares, de acuerdo con las características del caso. Sistemática-
mente se realizan dinámicas grupales donde ellos tienen posibilidad de
expresar sus vivencias, compartirlas con sus compañeros, y aclarar sus pre-
ocupaciones con la psicóloga, su médico de cabecera, su cirujano o su tra-
bajadora social. Puede comprenderse entonces que estos integrantes del
equipo multidisciplinario pasen a ser en su vida algo en ocasiones más im-
portante en su vida que su propia familia.
Densidad de la red
En cuanto a la densidad de la red, el 66.7% de los trasplantados reportó
tener una red densa donde la mayoría se conocía entre sí. Solo 3 de estos
trasplantados coincidieron en que su red era muy densa, significando este
un resultado del 33.3% de la muestra de trasplantados. La Fig.5.9 refleja
estos resultados.
220
Fig 5.8. Gráfico de porcentaje de sexo
Leyenda:
1. Sí.
2. No.
Fig 5.9. Gráfico de densidad de la red
221
Leyenda:
1. Todos se conocen entre sí.
2. La mayoría se conoce entre sí.
3. Algunos se conocen entre sí.
Las redes densas por lo general están constituidas por personas que com-
parten los mismos puntos de vista, lo que facilita que se comparta el mismo
discurso y con ello se favorece las potencialidades para el apoyo de las
fuentes que lo proporcionan y una mayor asimilación por las partes que
comparten la relación.
222
Leyenda:
1. Nada satisfecho.
2. Poco satisfecho.
3. Moderadamente satisfecho.
4. Muy satisfecho.
5. Totalmente satisfecho.
Los trasplantados ven a los miembros de su red de apoyo social con una
frecuencia fundamentalmente diaria, vivenciando que estos están muy cer-
canos a ellos, a pesar de no constituir en su gran mayoría representantes de
su mundo familiar.
En este caso no resultó la familia la principal fuente que proporciona apoyo
para éstos. Si reconocemos que el trasplantado tiene vivencias desagrada-
bles que no pueden ser resueltas en el medio familiar, la familia se convierte
en fuente generadora de tensiones que entorpecen el proceso comunicativo
y la relación entre ambas partes. Resulta comprensible el balance de reci-
procidad a favor del personal de salud que vivencian estos sujetos, como se
ha analizado anteriormente.
Las redes de los trasplantados analizados en la muestra son personas tanto
de su mismo sexo como del sexo contrario, aunque hay una mayor inciden-
cia de personas que corresponden al mismo sexo del trasplantado que re-
quiere de la Ayuda. En cuanto a la complejidad, son relaciones Bastante
Complejas, por lo que hay nivel de implicación entre los miembros de la red.
En sentido general estos pacientes se sienten Muy Satisfechos con el apoyo
que se les proporciona, por lo que estos pacientes vivencian que su apoyo
social es adecuado.
223
además se sienten conformes con las mismas. La Fig.5.11 resume lo antes
explicado:
Fig 5.11. Gráfico de la red de apoyo social
Leyenda:
1. Buenas redes de apoyo social.
2. Malas redes de apoyo social.
Leyenda:
1. Es percibido el apoyo. 2. No es percibido el apoyo.
225
Leyenda:
1. Satisfecho con el apoyo recibido.
2. No satisfecho con el apoyo recibido.
Leyenda:
1. Baja supervivencia (0 hasta 1 año)
2. Supervivencia baja-media (1 hasta 4 año)
226
3. Supervivencia media (5 años)
4. Supervivencia media-alta (6 hasta 10 años)
5. Supervivencia alta (más de 10 años)
Leyenda:
1. Baja supervivencia
2. Supervivencia baja-media
3. Supervivencia media
4. Supervivencia media-alta
5. Supervivencia alta
Leyenda:
1. Apoyo social adecuado.
2. Apoyo social inadecuado.
Supervivencia
Este indicador reporta que los integrantes del subgrupo 2.1 tienen un valor
de media de supervivencia de 5.4 años lo que le ubican en un nivel medio de
supervivencia.
El subgrupo 2.2 tiene una supervivencia media de 3.5 años, valor que le
ubica en un nivel medio-bajo de supervivencia. Ambos resultados se resu-
men en la Fig.5.17.
Fig 5.17. Gráfico de la media de supervivencia en el subgrupo 2.1y
del subgrupo 2.2
229
En el gráficos se demuestra la diferencia que existe entre las medias de
supervivencia de uno y otro grupo. Se demuestra que existe relación entre
la supervivencia post trasplante y el nivel de adecuación del apoyo social.
Entonces, concluimos respondiendo la pregunta que originó este estudio: el
apoyo social sí contribuye a prolongar la vida del transplantado.
Conclusiones
Como se ha demostrado, el apoyo social puede contribuir a prolongar la
vida. Los resultados obtenidos con los pacientes trasplantados de corazón
demuestran que existe una estrecha relación entre la supervivencia post-
trasplante y el apoyo social.
El apoyo social es una variable psicosocial importante que influye en el
perfeccionamiento y movilización de recursos de afrontamiento, por lo que
su nivel de adecuación incide en gran medida en la evaluación que hace el
sujeto de su posición social y por tanto en la supervivencia.
231
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