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Astrología Topocéntrica o Ascensional

Artículo: El Concepto de lo Ascensional en la Practica Astrológica

El campo de la astronomía aplicada a la investigación astrológica parece fluctuar a través de


las distintas épocas, entre una dedicación absoluta a un abandono injustificable. Múltiples
pueden ser los motivos de estas fluctuaciones, pero lo cierto es que a medida que los
astrólogos contamos con mayores elementos tecnológicos que nos hacen más llevaderos
nuestros cálculos y nos permiten profundizar en áreas en otros momentos vedadas, es esa
misma facilidad, esa misma tecnología la que se vuelve en contra de los propios cultores de
la astrología llevándolos a un abandono total de las viejas técnicas de cálculo, y a un
desconocimiento absoluto de los principios fundamentales del mismo, confiando ciegamente
en lo que una computadora produce sin entender el porqué de los procesos que se llevan
adelante y que justifican luego la aplicación de determinado procedimiento o de una
particular técnica astrológica.

Son incontables los temas que se pueden enumerar que cumplen en forma acabada con esta
observación. No está en el espíritu de este trabajo enumerarlos, pero si rescatar el trabajo y la
tarea de algunos astrólogos que con mucho esfuerzo sentaron bases importantes en la
investigación de nuestra disciplina, y que merced a la facilidad que nos brindan los medios de
cálculo actuales, sería imperdonable no seguir profundizando y ahondando en las técnicas
que con maestría ellos crearon y expusieron para la consideración de miles de astrólogos que
sin saberlo, y sin preguntarse demasiado el porqué, utilizan diariamente parte de esos
conocimientos en la confección de sus cartas natales y en el cálculo de algunas técnicas para
la elaboración de sus pronósticos.

Entre las décadas del 60 y del 70 se destacó en la República Argentina y se proyectó a la


consideración del mundo el trabajo singular, prolijo, apabullante, dedicado, profundo y casi
obsesivo de dos investigadores en astrología de procedencia extranjera pero nacionalizados
argentinos. Se trataba de Wendel Polich (1892-1979), de origen húngaro y Anthony Nelson
Page (1919-1970), de origen inglés, astrólogos y matemáticos que con pasión desarrollaron
un sistema de Casas denominado Teocéntrico, más un sinnúmero de derivaciones y
alternativas que del consciente estudio del mismo se pueden desprender y que representan
un aporte innegable al desarrollo de la astrología. Sería injusto no incluir en este trabajo la
labor también desarrollada por el Astrólogo Alemán Alexander Marr quien aportó mucho al
desarrollo de la labor iniciada por los astrólogos Argentinos, sobre todo desde el campo de la
experiencia y desde sus aportes en el área de programación informática, desarrollando
aplicaciones especiales basadas en dichos conocimientos y técnicas.
Por supuesto que dicho trabajo generó un enorme movimiento en el campo de la astrología,
al punto que el Sistema Topocéntrico ya es aceptado mundialmente y forma parte de todos
los sistemas de computación que se dedican al cálculo astrológico.
El trabajo encarado por Polich y Page permitió un amplio y sistemático desarrollo en la
implementación de las siguientes técnicas astrológicas, independientemente de la creación de
un sólido sistema de casas basado en la experiencia y en la demostración de la existencia de
cada una de sus cúspides:
 
1. Sistema Topocéntrico de Casas
2. Tabla de Ascendentes y de Ascensiones Oblicuas
3. Tablas de Ascensiones Rectas Eclípticas
4. Manual de Direcciones Primarias
5. Técnicas de Rectificación mediante Direcciones Primarias
6. Proyección de la carta natal en el sistema ascensional
7. Sistema de Tránsitos Ascensionales
8. Contactos ascensionales entre cartas natales

Limitaremos el alcance de nuestro trabajo al desarrollo de los puntos 6 al 8, teniendo en


cuenta que el Sistema Topocéntrico de Casas (más allá de que necesitaría ser explicado
permanentemente para el correcto entendimiento de quienes lo utilizan) cuenta con tablas
específicas para el cálculo manual de cartas natales que la gran mayoría de los astrólogos del
hemisferio sur poseen entre sus libros esenciales junto a las efemérides, y que las tablas de
ascendentes y de ascensiones oblicuas, y las tablas de ascensiones rectas eclípticas, pese a
ser utilizadas solo por astrólogos especializados también contaron en su momento con la
suficiente difusión. Mientras que son muy pocos los astrólogos que utilizan direcciones
primarias en sus cálculos y que rectifican por este método algo tedioso y complejo desde lo
matemático. Elección que hacemos también a la luz de que la mayoría de los sistemas
informáticos especializados cuentan con los datos anteriormente expuestos.
Pero el desarrollo de los puntos 6 a 8, pese a haber sido explicados y elaborados en detalle
por los astrólogos mencionados, sigue siendo un factor de misterio para la mayoría de los
astrólogos a los que se les dificulta su comprensión y siguen allí, a la espera de que alguien
recoja el guante de este desafío y comience a utilizar en forma constante estas técnicas.
Desafío que también tendrían que tomar los desarrolladores de software especializado en
astrología, ya que estas técnicas son de una riqueza conceptual importante y abren un
espectro de gran importancia y proyección en el desarrollo de la astrología.
PROYECCION DE LA CARTA NATAL EN EL SISTEMA ASCENCIONAL:
Definir que es una carta natal desde el punto de vista astronómico, teniendo en cuenta su
proyección habitual en el plano, es muchas veces, una tarea compleja. La carta natal es algo
más que ese dibujo plano, lleno de líneas que se entrecruzan, conectando símbolos de
planetas y signos. Si elevamos nuestra vista hacia el cielo veremos que el verdadero espacio
donde la Carta Natal toma vida es una esfera y no un plano. La esfera celeste es el ámbito
donde se desarrollan todos los procesos de la carta natal, pero lamentablemente disponemos
de un dibujo plano para tratar de especificar una riqueza interpretativa que el mismo modo
de dibujarla limita. Si pudiésemos, por un momento, conservar esa visión de la esfera
veríamos y entenderíamos mucho más que escudriñando el dibujo plano con el que
habitualmente contamos. Nuestra realidad tridimensional se ve siempre limitada por una
lectura bidimensional.
Dentro de la Esfera Celeste conviven distintos círculos de posición, definiendo cada uno de
ellos diferentes planos, desde donde podemos intentar interpretar la posición de los planetas.
En la Esfera Celeste coexisten multiplicidad de círculos de posición y de marcos de referencia
desde los cuales puedo plantarme y posicionarme para observar la carta natal, pero para
nuestros fines específicos solo mencionaremos a tres de ellos, que son con los que
convivimos más intensamente en el momento de elaborar nuestro mapa:

1. La Eclíptica o Zodíaco
2. El Ecuador Celeste
3. El Horizonte

Estos tres círculos de posición que conviven


dentro de una misma esfera, en nuestro
caso la Esfera Celeste son los que juegan,
en función de sus superposiciones, a dar
vida a la realidad astronómica de la carta
natal. La vieja proyección de una carta natal
sobre el zodíaco o eclíptica, y sobre la que
dibujamos además de las posiciones
planetarias los puntos por donde cruzan las
casas astrológicas, no es más que una parte
de esa realidad tridimensional. Expresa
justamente la proyección de los planetas en
el zodíaco, es decir en los puntos donde los
cuerpos de los planetas se proyectan. Hay
que recalcar la palabra “proyectan”, ya que se trata de eso y no de su posición real. Cuando
leemos en las efemérides que un planeta cualquiera se encuentra en tal o cual grado de tal o
cual signo, solo se está indicando que el circulo de posición que atraviesa el cuerpo de ese
planeta cruza al círculo de posición de la eclíptica en el grado zodiacal mencionado. Pero es
posible que el planeta no se encuentre exactamente allí, ya que en virtud de sus propias
declinaciones y latitudes eclípticas su cuerpo real puede encontrarse muy lejos de ese punto.
Pero nos alcanza con su proyección y eso es lo que interpretamos al momento de realizar la
lectura de la carta natal.
¿Pero qué ocurre cuando incorporamos el Círculo de Posición del Ecuador Celeste y el Círculo
de Posición del Horizonte del lugar de nacimiento?. Justamente, este último es un plano
fundamental definido por la posición del observador. El horizonte está indisolublemente
ligado al cuerpo físico de la persona o nativo de la carta y es el que en su intersección con el
otro plano mencionado, la eclíptica, genera lo que habitualmente conocemos como punto
ascendente. Tengamos en cuenta que este horizonte es variable ya que se mueve de acuerdo
a la posición de la persona en la tierra, lo que indica que el lugar de nacimiento es clave en la
obtención del ascendente junto al dato de la hora de nacimiento. Avanzando un poco más,
podemos señalar que el horizonte del lugar en su juego con el Ecuador Celeste es el que
genera el Sistema de Casas (independientemente del sistema que utilicemos eligiendo entre
las decenas de ellos que existen).

El sistema de casas es la base de lo que luego interpretamos como casas astrológicas. Esos
doce sectores que se superponen sobre el zodiaco en el dibujo de la carta natal, y que
sustentan lo que luego denominamos los doce significados o las doce definiciones
mundanas. Todo astrólogo que interpreta una carta, sabe que básicamente esa carta se
compone de dos ruedas superpuestas, la rueda de las casas y la rueda zodiacal. Ambas con
sus propios significados, y haciendo que ambos círculos giren uno dentro de otro
combinando cada uno de ellos sus doce significados. Luego el astrólogo dibuja sobre ese
gráfico los planetas, y mide luego con riguroso cuidado las distancias entre ellos para obtener
los aspectos, y con esto se da por conforme, al haber obtenido un dibujo correcto de la carta
natal a interpretar.

¿Pero sabe exactamente el astrólogo que es lo que está dibujando? La realidad, es que la
gigantesca mayoría de los astrólogos desconoce que la superposición de ambos círculos no
se da en el plano, sino en la esfera. Por un lado tenemos el sistema zodiacal, una franja por
cuyo centro pasa la eclíptica, que tiene dieciséis grados de ancho y está dividida en doce
sectores de treinta grados cada uno, y por cuyo interior se desplazan los planetas. Por el otro
lado, tenemos una enorme esfera que es representativa del sistema de Casas. Para que se
entienda cada casa es algo similar al gajo de una naranja, y el sistema de casas en su
totalidad es la naranja completa con doce gajos. De donde se desprende que cada casa, es
exactamente igual a la otra. Cada casa tiene medida sobre el Ecuador Celeste, exactamente
treinta grados de longitud, y el área que cubre cada casa, se extiende desde el polo Norte,
hasta el Polo Sur, ensanchándose hasta un máximo de treinta grados en el Ecuador Celeste.
Por consiguiente, las casas no son esos pedacitos de eclíptica que vemos en el dibujo de la
carta natal, sino que es un sector homogéneo de espacio celeste que abarca absolutamente a
todos los puntos, estrellas, planetas que allí se encuentren, incluido el pedacito de eclíptica
que puede verse a través de ellas. ¿Por qué entonces, insistimos en afirmar que hay casas
grandes, y casas más pequeñas?, ¿Por qué sostenemos que existen casas que abarcan más de
un signo, mientras que otras apenas una porción de él? Esto se debe solo a una percepción
del observador. Debemos tener en cuenta que las casas son todas iguales, pero lo que hace la
diferencia en la esfera, es la mayor o menor cantidad de zodiaco que podemos ver a través de
la ventana de una casa, en función, primero, de nuestro lugar como observador, y segundo en
el paso de ese sector de zodiaco a través de alguno de los distintos sectores de la casa
astrológica citada.
Es como si la casa fuese una ventana. Estamos observando a través de esa ventana y vemos
pasar por la parte del medio una gran rama, mientras que si cambiamos nuestra posición,
nos agachamos y hacemos que la visión de esa misma rama se sitúe en una de las esquinas
de la ventana y no en el centro, veremos una porción menor de la misma. Bien, la rama actúa
como el zodiaco. Y la ventana sigue siendo la misma, solo que nuestra visión del zodiaco o
de la rama, cambia de acuerdo a como cambia nuestra posición como observador,
alargándose o achicándose de acuerdo al lugar que ocupemos.
Es por esa misma superposición del zodiaco con el sistema de casas, que nosotros podemos
evaluar la posición de un planeta, desde el punto de vista del zodíaco, o desde el punto de
vista de las casas, haciendo abstracción del otro.

Un planeta se encuentra en un punto zodiacal; pero también ese mismo planeta se encuentra
en una casa determinada. Y esa lectura, más allá de que la astrología requiere una visión
integradora, puede realizarse en forma independiente, pudiendo además medir sobre cada
uno de los círculos de referencia mencionados, sus posiciones relativas, y sus distancias
relativas, y es en este punto donde nos encontraremos con grandes sorpresas, que no
veíamos con claridad al analizar una carta natal en su proyección habitual, pero que nos abre
una nueva dimensión interpretativa al incorporar a la lectura clásica el concepto de ASPECTO
ASCENCIONAL.
Así como medimos aspectos eclípticos o zodiacales para trazarlos luego en el dibujo de la
carta natal, podemos medir también Aspectos Ascencionales. Un aspecto eclíptico es la
distancia que, medida sobre el zodíaco, existe entre dos planetas. Según esa distancia nos
encontraremos con los distintos tipos de aspectos que conocemos: conjunciones,
oposiciones, trígonos, cuadraturas, sextiles, quincuncios, etc. Pero ¿qué ocurriría, si en lugar
de medir la distancia entre dos planetas sobre su proyección zodiacal o eclíptica, lo hacemos
sobre su proyección sobre el ecuador celeste, o por lo que sería aún más correcto, de acuerdo
a su proyección por casas o mundana? Nos encontramos aquí con otro tipo de aspectos, los
que se denominan aspectos ascensionales. En virtud de esta superposición de círculos de
posición, y en virtud de que un sistema se proyecta sobre el ecuador y otro sobre el zodiaco,
la distancia entre dos planetas no sería exactamente la misma si la proyección la hacemos
sobre uno u otro sistema de coordenadas. Es decir, podemos encontrarnos con aspectos
diferentes, de acuerdo al lugar de observación que tomemos, aunque los planetas
involucrados sean los mismos. Puede resultar algo confuso comprender este concepto, pero
podemos ilustrarlo con una carta natal, en la que debido a su alta latitud de nacimiento se
ahonda esta diferencia. Tomaremos como ejemplo la carta de John Lennon y trataremos de
medir la distancia entre dos planetas teniendo en cuenta justamente esta situación.

Ambos gráficos representan a la misma Carta Natal, solo que en proyecciones diferentes. El
primero de los gráficos muestra con claridad los aspectos eclípticos de la carta de Lennon, en
la que hemos destacado el trígono exacto entre la luna y el sol, y la también exacta
cuadratura entre la luna y la conjunción Saturno/Júpiter. Existe también un trígono exacto
entre Urano y Neptuno. Estos aspectos son indiscutibles y todos los astrólogos coincidirán en
la corrección de su dibujo. Pero ¿qué ocurriría si hacemos abstracción del Zodíaco y tratamos
de analizar la carta teniendo en cuenta la afirmación que hicimos anteriormente, de que todas
las casas son iguales, y que todas miden exactamente treinta grados sobre el Ecuador. La
forma en que se proyecta el siguiente gráfico nos ayuda a comprender este concepto, y si nos
olvidamos de la existencia de los signos zodiacales y tratamos de medir la distancia de los
planetas sobre el sistema de casas, vemos que los aspectos eclípticos antes señalados ahora
cambian. Lo que era un trígono Sol-Luna se convierte ahora en un Quincuncio, mientras que
lo que era una Cuadratura se convierte aquí en un sextil. Y hasta el exactísimo trígono Urano
Neptuno, tomó ahora la forma de un Quincuncio.
No es este momento para seguir abundando en detalles y en ejemplos de esta naturaleza, ya
que el ejemplo mencionado ilustra de por sí solo la vigencia de estas dos formas de observar
un mismo tema natal. Ambos aspectos por diferentes que parezcan son válidos. Los aspectos
eclípticos que habitualmente marcamos en un tema natal, son solo producto de una
proyección parcial e incompleta de la carta natal, mientras que los tránsitos ascensionales,
por si solos, también son una forma parcial de ver esta realidad. Lo que ocurre es que
medimos estas distancias sobre proyecciones diferentes. En un caso sobre la eclíptica, en el
otro caso sobre el ecuador.
En este trabajo solo hemos acercado la posibilidad de acceder a estos aspectos a través de un
método visual, lo que resulta del todo incompleto teniendo en cuenta que se pueden obtener
resultados más exactos y elaborados realizando el cálculo completo de la carta natal sobre el
Ecuador Celeste, con sus polos correspondientes y con la obtención de las Ascensiones
Oblicuas de todos los planetas. Es decir, obtener el “SPECULUM” o “ESPEJO” de la Carta Natal
con el volcado de todos sus datos, para medir luego en forma exacta las distancias entre las
distintas ascensiones oblicuas de cada planeta y obtener así los aspectos ascensionales que
forman entre ellos. Pero creo que alcanza con lo expuesto para los fines divulgativos de este
trabajo y para motivar a aquellos a quienes les interese el tema a seguir investigando y
desarrollando el método completo.
De esta manera, una vez desarrollado el cálculo de los aspectos ascensionales en su
totalidad, e independientemente del sistema de cálculo que hayamos elegido, nos
encontraremos con dos juegos de aspectos de una misma carta que deberemos tener en
cuenta para su evaluación e interpretación. Por un lado el listado de aspectos eclípticos, por
el otro lado el listado de aspectos ascensionales.
Es a partir de este punto donde se abre un interesante espacio para la reflexión y para la
interpretación de la carta natal, tratando de entender cómo juegan en una misma Carta Natal
estos dos diferentes tipos de aspectos.
Es por todos aceptado que la fuerza de los sucesos que a diario nos toca vivir se encuentra en
el Zodíaco, en la Eclíptica. De esta manera, los aspectos eclípticos se convierten en algo
determinante al analizar las causas de un comportamiento dado, o el por qué de una
situación determinada. La Eclíptica posee toda la potencia que da origen a los distintos
significados astrológicos. Mientras que en el sistema ascensional, es decir en la esfera de las
casas, se encuentra el poder de realización de estos aspectos. Tenemos una potencialidad
eclíptica por un lado, y una posible realización por otro. Si consideramos un zodiaco o un
círculo ascensional.
Notamos entonces, que muchos de los aspectos eclípticos que tenemos en nuestra carta
natal, encuentran su correlato con la misma cantidad de aspectos ascensionales. En la
mayoría de los casos, todo aspecto eclíptico encuentra eco en un aspecto ascensional. Pero
no siempre se cumple esta condición. Vimos ya en el ejemplo de la carta de John Lennon, que
algunos aspectos se transforman en otros muy diferentes. Por lo general, cuando las cartas se
calculan para localidades cercanas al ecuador, es poco probable que existan diferencias entre
un tipo de aspecto y otro. En la mayoría de los casos todos los aspectos son coincidentes y en
muy contados casos puede observarse alguna diferencia. Pero las diferencias comienzan a
acentuarse a medida en que nos alejamos del Ecuador como lugar de nacimiento para
elaborar las cartas natales. A mayor latitud, mayores diferencias se encuentran entre aspectos
eclípticos y aspectos ascensionales. Claro que no es este el único motivo por el cual se suman
diferencias. También contribuye a este desfasaje la, en algunos casos, elevada latitud
eclíptica de los planetas involucrados, como también las grandes diferencias en declinación.
Es así que pueden darse distintas situaciones que deberán ser tomadas en cuenta a la hora de
interpretar una carta:

1. Aspecto eclíptico que se repite exactamente en el ascensional.


2. Aspecto eclíptico que no se repite en el ascensional.
3. No hay aspecto Eclíptico pero si existe aspecto ascensional.
4. Aspecto eclíptico positivo que se convierte en negativo en el ascensional.
5. Aspecto eclíptico negativo que se convierte en positivo en el ascensional.

El primero de los casos es tal vez el más sencillo de interpretar. La carta es tal como se ve en
una primera apreciación. El aspecto Eclíptico o Zodiacal, encuentra su correlato en el tema
ascencional. Esto significa que ante una potencialidad eclíptica positiva o favorable, por
ejemplo un trígono entre dos planetas, al repetirse luego este mismo aspecto en el tema
ascensional está asegurada la realización de hechos que reflejan la naturaleza de los planetas
involucrados. Es decir, la potencialidad es positiva y la realización igual. Se da una coherencia
en el accionar del aspecto que encuentra facilidad en su condicionamiento psicológico y
facilidad posterior en su manera de expresión ante hechos concretos mundanos. Un ejemplo
sería una persona con un trígono de Júpiter en Casa II hacia sol en Casa X, en signos de
fuego. Ese aspecto brinda todas las motivaciones para hacernos triunfar económicamente y
ser reconocidos en nuestra profesión. Y esto, ocurrirá toda vez que ese mismo trígono se
refleje en el ascensional. Los hechos se darán con facilidad.

Puede ocurrir también que un aspecto que se encuentra en el zodiaco, no encuentre su


correlato en el tema ascensional. Estos aspectos se refieren a esas situaciones donde muchas
veces encontramos motivaciones que nos impulsan a desear algo, a quererlo, pero no
logramos concretarlo. Tenemos toda la potencialidad y nos sentimos inclinados hacia tal o
cual aspecto de la vida, pero fallamos en nuestra capacidad de realización, y es así, como
vemos frustrado un aspecto que a todas luces parecía ser positivo.
En el tercero de los casos, cuando existe aspecto ascensional solamente, pero no existe la
motivación o potencialidad de la Eclíptica, nos encontramos ante situaciones que nos toca
vivir casi sin proponerlo o sin ser nosotros la causa primaria. Ocurre que los hechos “nos
suceden”, “nos tocan”, pero no los deseamos, no los provocamos, ni siquiera pensamos o
tenemos injerencia sobre ellos. Es la vida la que nos impone una situación por vivir de la que
no tenemos demasiado control. Muchos investigadores asocian a este tipo de aspectos con
aquellas situaciones vinculadas al destino.
Ocurre también que un aspecto eclíptico positivo, tendrá luego su correlato en un aspecto
ascensional negativo. En estos casos, nos encontramos ante situaciones donde pese a nuestra
intención de que las cosas salgan bien, a que nos esmeramos en lograr lo mejor de nosotros
mismos al potenciar nuestros proyectos, los resultados tienden siempre a ser negativos. No
importa lo que hacemos, pues siempre encontraremos un resultado adverso. Y si nos toca
vivir la última de estas situaciones deberemos sentirnos afortunados, pues nos encontramos
ante esas raras situaciones donde pese a actuar mal, o a que nuestras intenciones no son las
mejores, seguimos quedando bien parados ante la vida. No importa que hagamos, pero nos
irá bien.
Esta forma de interpretar los aspectos ascensionales, es extensiva también a la interpretación
de Direcciones Primarias, donde para evaluar el cumplimento de las mismas deberemos tener
en cuenta entre otros factores, a estos puntos mencionados dentro del esquema de lo que se
denomina “Leyes de realización de un evento”.
Dichas leyes enuncian los siguientes puntos a tener en cuenta al momento de evaluar un
aspecto astrológico para definir luego un pronóstico:

1. Todo aspecto eclíptico entre dos planetas que se repita como aspecto Ascensional se
cumplirá en el mundo de los hechos con toda la fuerza de su ángulo bien sea favorable o
desfavorable, siendo intuido, deseado o esperado por el nativo.
2. Un aspecto eclíptico entre dos planetas que desaparezca ascencionalmente, antes de
descartar por completo su contacto debemos hacer control de dispositores y sucederá en el
mundo de los hechos según lo prometa dicho control.
3. Un aspecto eclíptico entre dos planetas que desaparezca ascensionalmente se quedara en
la intención o deseo del nativo y no sucederá en el mundo de los hechos.
4. Un aspecto inexistente entre dos planetas eclípticos pero que aparezca ascensionalmente,
se cumplirá en el mundo de los hechos con toda la fuerza propia de su ángulo bien sea
favorable o desfavorable, sin siquiera ser intuido o esperado por el nativo.
5. Un Planeta que Ascensionalmente haga aspecto de conjunción con un orbe menor de un
grado a una cúspide de casa Ascensional cualquiera que sea, tendrá fuerza de presencia y
acción en todas las casas de la carta según el ángulo (múltiplos de 30°) con que llegue;
también es válido para aspectos múltiplo de 15° a cúspides.

SISTEMA DE TRANSITOS ASCENCIONALES


Wendel Polich y Nelson Page explican con maestría en su libro “El Sistema Topocéntrico”, el
tema de los “Tránsitos Ascencionales”. El libro es un extenso tratado que desarrolla gráficos,
explicaciones y fórmulas matemáticas para aplicar con corrección este sistema de tránsitos.
Lo importante para el alcance que pretendemos darle a este trabajo es exponer la naturaleza
de los mismos para facilitar su comprensión y para dejar abierta la puerta de su respectiva
investigación en el caso de que el tema encuentre más adherentes. Por alguna causa, tal vez
vinculada a la complejidad de sus cálculos, este tema no tuvo la repercusión que alcanzó la
utilización del sistema topocéntrico de Casas. Pero su planteo fue coherente y quienes
decidieron ahondar en su práctica encontraron que sus expectativas se veían satisfechas por
los resultados alcanzados.
El haber podido definir y explicar de qué se trata el tema ascensional y como se producen
estos aspectos, nos facilita adentrarnos en la comprensión de los tránsitos ascensionales.
Estamos acostumbrados a asociar la palabra “tránsito” al movimiento que los planetas en su
traslación alrededor del Sol realizan sobre la eclíptica, tocando y activando los puntos
sensibles de nuestra carta natal. A eso denominamos tránsitos eclípticos. Pero ¿Qué es un
tránsito ascensional? A diferencia de los anteriores los tránsitos ascensionales se genera por
la rotación de la tierra y no por la traslación de los planetas alrededor del sol. Un tránsito
ascensional está asociado al movimiento de rotación de la Tierra alrededor de su propio eje.
Esto provoca el movimiento de ascensión de los planetas, provocando su ascensión por el
horizonte, su culminación en el Medio Cielo y su puesta en el sector de la casa VII. Es un
movimiento diario que hace que todos los planetas recorran en 24 horas todos los sectores
de un tema natal.

Supongamos que tenemos al Sol en la Casa X a 20 grados exactos de distancia del Medio
Cielo. Debido a la rotación de la tierra, durante el transcurso del día, cada uno de los
planetas, incluido el sol, se situará en la Casa X y a 20 grados exactos de distancia del Medio
Cielo. Cada vez que esto ocurra, se producirá una conjunción ascensional, entre el Círculo de
Posición del planeta involucrado y el Círculo de Posición de nuestro sol Natal. A eso se
denomina tránsito ascensional. Podemos tomar para medirlo el meridiano más cercano. Si el
planeta es diurno tomaremos al Medio Cielo, mientras que si el planeta es nocturno,
tomaremos como referencia al Fondo del Cielo. Para facilitar el cálculo de nuestros aspectos
ascensionales deberemos calcular previamente todas las distancias de nuestros planetas
radicales al meridiano más cercano de acuerdo a la regla mencionada. A esto denominaremos
Distancia Meridiana (DM). Y cada vez que un planeta en su movimiento ascensional debido a
la rotación de la tierra adquiera esa misma distancia meridiana se producirá sobre nuestra
carta un contacto ascensional.
Estos aspectos son sumamente exactos y está comprobado que son disparadores de hechos
cotidianos de diferente naturaleza, como por ejemplo un llamado telefónico, la recepción de
una carta, el encuentro casual con un amigo, un estornudo o hechos de mayor complejidad.
Pero cualquier hecho diario, por insignificante que sea estará asociado a un tránsito
ascensional. Se le agregó mayor complejidad a este tema, luego que se consideró la
posibilidad de calcular los tránsitos ascensionales sobre las posiciones natales proyectadas
por direcciones primaras para el momento del evento, complejidad que no afecto los
resultados, sino que por el contrario contribuyó a una mayor eficacia de los mismos.

Tal vez, la dificultad principal para evaluar este tipo de tránsitos resida en la de prestar
atención a todo tipo de eventos cotidianos de naturaleza espontánea. La mejor manera de
comprobar su eficacia es cronometrando estos hechos, levantando el tema ascensional de
cada uno de estos eventos, y comparar luego con la carta natal ascensional del nativo al que
le sucedió este evento, y con la carta natal ascensional progresada al día del evento del
nativo. No es difícil contar con un cronometro, pero si tal vez, mantener la atención todo el
tiempo para no olvidarnos de cronometrar absolutamente nada. De la misma manera, la
exactitud requerida hace que estos mismos eventos y hechos sirvan para rectificar una carta
natal dentro de los cuatro segundos de precisión.

CONTACTOS ASCENCIONALES ENTRE DOS TEMAS NATAL ES


Tal vez sea esta una de las formas más avanzadas de sinastría, al considerar que la misma no
solo puede darse mediante el contacto eclíptico entre dos cartas natales, sino también entre
los contactos ascensionales. Para dar un ejemplo simple y que se entienda: Una persona que
tenga en su casa 10 a Júpiter exactamente a 15 grados de su MC y otra persona que tenga en
su casa 10 al Sol, también exactamente a 15 grados de su MC tienen a estos planetas en
conjunción ascensional, independientemente del grado y signo donde ambos planetas se
encuentren. Ambos planetas se encuentran en la misma ubicación por CASA, y a la misma
distancia del Medio Cielo, siendo este un contacto ascensional a tener en cuenta. Desde lo
interpretativo se puede afirmar que estas personas contribuyen una con la otra en la
búsqueda de un destino profesional o social común, donde van a realizar importantes obras y
obtener logros si su trabajo se da en conjunto. Por supuesto, pueden existir para esto
algunas variables. Ambos planetas en aspecto ascensional, pueden además estar en aspecto
eclíptico, como no estar en este tipo de aspectos. Un aspecto eclíptico positivo reforzaría lo
positivo de esta interpretación, mientras que un aspecto eclíptico negativo entre ambos
planetas contribuiría a restarle posibilidades a las expectativas que de ella nos hagamos. Lo
cierto que la existencia de los aspectos ascensionales, y sobre todo los contactos
ascensionales en sinastría, vienen a sumar y no a restar, ya que multiplican las posibilidades
de interpretación diferenciando la potencialidad eclíptica de la realización efectiva que brinda
el sistema de casas o ascensional. De estas combinaciones podemos extraer detalles de
importancia.
Muchos de estos contactos ascensionales se observan, sobre todo, en cartas natales de
familiares. La mejor manera de encontrarlos, es la de calcular para cada carta sujeta a análisis
las Distancias Meridianas de todos los planetas y luego compararlas entre sí. Si nos
encontramos con dos distancias meridianas similares, o iguales, podemos afirmar que se
trata de un contacto ascensional entre ambas cartas. Puede aducirse que para personas que
han nacido en latitudes diferentes este cálculo no sería del todo correcto. Polich y Page
plantearon la solución a este problema trasponiendo las distancias meridianas a nivel del
ecuador, mediante una sencilla fórmula que se aplica a todas las cartas y que vino a resolver
maravillosamente bien esta dificultad: DMO=(DM / SA) * 90.
Con esto, obtenemos nuevas distancias meridianas que compatibilizan los resultados de
cualquier carta, confeccionada para la longitud y latitud que uno desee hacerlo.

Se debe tener en cuenta que las distancias meridianas se calculan siempre en relación al
meridiano más cercano. Es decir, si el planeta está debajo del horizonte, tomaremos la
distancia meridiana al IC mientras que si el planeta se encuentra sobre el horizonte
tomaremos la distancia meridiana a MC. Otro punto a tener en cuenta es que las distancias
meridianas actúan también a la manera de los antiscios, por lo que no importa si un planeta
en casa IX en una carta se encuentra a la misma distancia del MC que a otro planeta en la
casa X de otra carta pero que guarde la misma distancia al MC. Siendo la distancia meridiana
igual, sin importar si el planeta está en casa 9 o casa 10, el contacto ascensional existe. Lo
mismo ocurre en relación a las distancias meridianas tomadas en relación a la casa IV.

CONCLUSIÓN:
Es importante potenciar y no olvidar la tarea desarrollada por Polich, Page y Marr. No dejar
que ese capital ya investigado y puesto en práctica se pierda. Su supuesta complejidad no es
impedimento para que quienes buscan investigar en astrología lo dejen de lado. Por el
contrario sería una ayuda importante que aquellos que trabajan en programación puedan
incorporar estos conceptos en sus desarrollos, para que los astrólogos dispongan de
herramientas precisas en sus cálculos y apreciaciones.
La posibilidad de entender el tema natal como lo que realmente es, una esfera por donde se
desplazan todos los elementos del universo, y que contiene en sí mismo a todos los factores
de la astrología es una práctica que debiera ser alentada, ya que nos brinda una visión del
universo que contiene sus características reales. Esto también se ve en la interpretación, que
gana en conceptos cosmológicos que aportan un fundamento teórico a las interpretaciones
astrológicas.
Néstor Echarte nestor@echarte.com.ar www.urania.com.ar
https://www.campus-astrologia.es/el-concepto-de-lo-ascensional-en-la-practica-astrologica/

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