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SUELOSCOPIO
Suelo: cuerpo natural de la corteza terrestre - Scopio: instrumento para observar.
Contenido Temático.
Bibliografía
A pesar de los enormes avances de la humanidad en todos los planos de su existencia, su relación con la naturaleza parece no estar exenta de conflictos
socio - ambientales que, lejos de solucionarse, tienden a agravarse. En un reciente artículo de la revista BioScience (Ripple et al, 2017) más de quince mil
científicos -por segunda vez, realizan una dramática advertencia a la humanidad: desde 1992, a excepción de la estabilización de la capa de ozono
estratosférico, no ha parado de aumentar la emisión de GEI por la quema de combustibles fósiles, la deforestación, la producción agrícola, la producción
pecuaria de rumiantes y la extinción de muchas formas de vida que podrían ser aniquiladas o al menos comprometidas su existencia a fines de este siglo.
El entorno de la Tierra ha sido relativamente estable durante los últimos 11.700 años, era denominada Holoceno, durante el cual la temperatura, la
disponibilidad de agua dulce, la biodiversidad, los flujos biogeoquímicos entre otras variables, han variado dentro de un rango relativamente estrecho debido
a la capacidad de autorregulación de la Tierra (Rockström et al., 2009). Esto ha permitido que la civilización humana se expanda, desarrolle y prospere. Sin
embargo, es cada vez mayor la evidencia de que las actividades humanas están afectando el funcionamiento del planeta y que está amenzando la
capacidad de mantener una condición de estado similar al Holoceno. Desde la revolución industrial en adelante – período llamado Antropoceno, las
acciones humanas se han convertido en el principal motor de los cambios ambientales globales. En particular, la década del 50 las actividades humanas
crecieron exponencialmente, muchas de las cuales han cruzado o dentro de poco podrían cruzar los llamados “límites planetarios” o “zonas operativas
seguras de funcionamiento”. De continuar la presión e impacto de las actividades sobre la Tierra estas podrían desestabilizar los umbrales biofísicos críticos
y promover cambios ambientales abruptos e irreversibles que podrían ser perjudiciales o incluso catastrófico para los seres humanos (Rockström et al.,
2009).
Fig. 1: Límites planetarios y Zonas de funcionamiento. (Traducido de Steffen et al, 2015)
En color rojo, es decir en la zona de alto riesgo de funcionamiento ya se encuentra la pérdida de diversidad genética y los ciclos de N y P. Esto implica que
en los valores actuales la pérdida de biodiversidad es irreversible y los niveles de contaminación con P y N son también irreversibles. Por otra parte, el
cambio climático (acumulación de CO2 atmosférico) y cambio en el uso de las tierras (deforestación, reemplazo de pastizales nativos) ya son considerados
fuera de la zona segura de funcionamiento y con riesgo de incremento.
En nuestro País, el panorama que se describe a nivel mundial también es una realidad. Tomando como referencia el Informe del Estado del Ambiente 2016
del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable la Nación. Argentina si bien participa con un 0,7% en las emisiones globales de gases efecto
invernadero, entre el período 1990-2014 estas tuvieron un aumento promedio anual de 0,9%. Los principales sectores que contribuyen a las emisiones son:
agropecuario y deforestación (44%), generación de energía (27%), transporte (13%), industria (12%) y residuos (4%). Por otra parte, entre 1998 y 2015 se
perdieron 4.150.000 hectáreas por deforestación y actualmente hay 96 millones de hectáreas afectadas por erosión hídrica y eólica. Este deterioro de las
tierras se incrementó en 64 millones de Ha desde 1965: la erosión hídrica aumento 3,6 veces y la eólica 2,5 veces. Se advierte con meridiana claridad que
el sector agropecuario es protagonista central en la relación actividad socio-económica y naturaleza.
Si aceptamos lo expuesto hasta aquí como verdad ¿por qué no vemos esta realidad? o si la aceptamos como realidad ¿por qué no la asumimos como
verdad? Esta dualidad de preguntas para los hombres de ciencia tiene que ser el foco de su trabajo puesto que su misión es formular la soluciones a los
conflictos tanto actuales como los emergentes del porvenir.
La relación entre verdad y realidad parece ser una cuestión aún no totalmente zanjada. Platón nos enseña en su alegoría de la caverna que podemos captar
la existencia del mundo a través de los sentidos o mediante el uso exclusivo de la razón. José Ortega y Gasset sostiene que la realidad es anterior al ser y
por lo tanto un pintor, un agricultor o un poeta que observan el mismo objeto real, por ejemplo un campo, pero no perciben lo mismo. Entonces ¿estamos
ante un problema de percepción de la realidad o de como usamos el pensamiento para interpretarla? El hombre a lo largo de su evolución fue adaptando su
forma de pensar y actuar frente a la generación conocimientos. En líneas generales, se consolidaron dos paradigmas[1] diferentes entre sí y con
implicancias en los planos ontológicos, epistemológicos y de razonamiento. Dichos paradigmas que esbozaremos muy sintéticamente (Cuadro 1) son: el
positivismo y la hermenéutica. Los precursores más relevantes del positivismo fueron Aristóteles, Bacon, Locke, Descartes y Newton; mientras que los
precursores de la hermenéutica fueron Platón, Leibniz, Hegel, Darwin y von Bertalanfy entre otros.
A partir de esta síntesis, haremos foco a continuación en las formas de razonamiento más contrastantes para la interpretación de la realidad y generación
de conocimientos.
I) Las propiedades o el comportamiento de cada elemento tiene un efecto sobre las propiedades o el comportamiento del conjunto como un todo. Por
ejemplo. En el cuerpo humano, el bienestar general del organismo depende de que cada órgano funcione adecuadamente. En un suelo una adecuada
retención y circulación de agua en el perfil depende de una apropiada relación solidos – vacíos de cada horizonte.
II) Las propiedades y el comportamiento de cada parte y la forma en que afectan el todo depende de las propiedades y el comportamiento de al menos otro
elemento en el conjunto. Por lo tanto, ninguna parte tiene un efecto independiente sobre el todo y cada una se ve afectada por al menos otra parte. Por
ejemplo, en el cuerpo humano el comportamiento del corazón y el efecto que tiene en el cuerpo dependen del comportamiento de los pulmones. En un suelo
la retención y circulación de agua en el perfil que depende la relación sólido - vacío en cada horizonte que a su vez depende de la granulometría, la
estructura y el contenido de materia orgánica.
III) Cada subgrupo de elementos en el conjunto tiene las dos primeras propiedades, es decir, cada uno tiene un efecto sobre el conjunto y ninguno tiene un
efecto independiente. Por lo tanto, los elementos no se pueden organizar en subgrupos independientes. Un sistema no se puede dividir en subsistemas
independientes. Por ejemplo, la granulometría, los agregados, los horizontes y la posición en el paisaje de un suelo están interconectados y cada uno afecta
el ciclo del agua del suelo.
Debido a estas propiedades, un conjunto de elementos que forman un sistema siempre tiene algunas características, o puede mostrar algún
comportamiento, que ninguno de sus elementos o subsistemas puede tener. Un cuerpo humano, por ejemplo, puede escribir, pero ninguna de sus partes
puede hacerlo. Un suelo de llanura puede producir biomasa mediante un cultivo de secano, pero difícilmente un montón de granos minerales
(granulometría) en una macta pueda hacerlo en igualdad de condiciones. Además, la membresía en el conjunto aumenta o disminuye las capacidades de
cada elemento. Por ejemplo, un corazón que no es parte de un cuerpo vivo (o un sustituto de él) no puede vivir. Una muestra de granulometría no puede
formar un agregado y un horizonte fuera de un pedón.
“Un sistema, visto estructuralmente, es un todo divisible; pero visto funcionalmente, es un todo indivisible en el sentido de que algunas de sus propiedades
esenciales se pierden al desarmarlo”.
Las partes de un sistema pueden ser subsistemas y cada subsistema puede ser parte de un sistema más grande. El análisis de los sistemas trae consigo el
modo sintético de pensar. En este modo, algo que debe explicarse se considera parte de un sistema más amplio y se explica en términos de su papel o
función en ese todo más amplio mientras que el pensamiento analítico, la explicación de un todo se deriva de las explicaciones de sus partes. Por ejemplo,
la producción agrícola argentina se explica primeramente por la extensión de los Molisoles más que por las políticas sectoriales, la estructura agraria, la
tecnología o el mercado. Un suelo bajo esta forma de pensar se explicaría primero por sus funciones, propósitos más que por su organización morfológica y
sus propiedades físicas, químicas y físico-químicas.
El pensamiento sintético es pensamiento abierto en contraste con el pensamiento analítico que es cerrado. El modo de pensamiento sintético, cuando se
aplica a interpretar la realidad se denomina enfoque sistémico. Esta forma de pensar se basa en la observación de cada función de un sistema y como
funciona lo mejor posible en relación con los criterios que se le aplican. Esto se desprende del hecho de que la suma del funcionamiento de las partes
consideradas independientemente unas de otras, pocas veces es igual al funcionamiento del todo. Esto se puede ilustrar de la siguiente manera:
Supongamos varios modelos de automóvil. Supongamos además, que preguntamos a un ingeniero cuál de estos autos tiene el mejor motor. Luego, le
pedimos que haga lo mismo para la transmisión mecánica, la carrocería, el sistema electrónico, etc. Cuando haya elaborado una lista de los mejores
componentes de cada auto, les pedimos que las ensamble en un automóvil nuevo. El ingeniero no podrá hacerlo porque las piezas no encajaran juntas,
incluso si pudiera ensamblarse, es dudoso que funcionen bien.
Supongamos ahora tres suelos para cultivar maíz: Argiudol vértico, Haplustol litico y Ustipsament típico. Suponemos que en todos los suelos tenemos la
misma disponibilidad de radiación solar, calor y agua. El desafío sería confeccionar un suelo nuevo óptimo para el cultivo rescatando lo mejor y desechando
lo peor de cada subgrupo. Si bien este ejercicio es un absurdo desde el punto de vista real pues los suelos son cuerpos naturales, es un interesante ejercicio
de pensamiento sintético. Para ello hay que hacer foco en las funciones del suelo para el desarrollo del cultivo de maíz y luego seleccionar que suelo es el
que mejor provee cada función para obtener el mejor rendimiento.
“El rendimiento de un sistema en una determinada función depende de cómo las partes se ajustan y trabajan juntas, no solo de qué tan bien se desempeña
cada una de las partes de manera independiente. Por tanto, el rendimiento depende más de las interacciones entre las partes en lugar de las acciones
individuales”.
Además, el rendimiento de un sistema depende de cómo se relaciona con su entorno -el sistema más grande del que forma parte y con otros sistemas en
ese entorno. Por ejemplo, el rendimiento de un cultivo en un suelo depende del sistema clima, del sistema paisaje y de cómo se use y maneje
tecnológicamente. A su vez, el rendimiento también está condicionado por el clima y la economía global. Por lo tanto, en el pensamiento sistémico se trata
de evaluar el desempeño de un sistema evaluando su funcionamiento en un sistema más grande que lo contiene, que en nuestro ejemplo es la producción
primaria agropecuaria nacional y global.
Esta mirada y foco sobre el comportamiento funcional, constituye el principio filosófico llamado teleología que supone la búsqueda y comprensión de
propósitos y objetivos y, por lo tanto, libre albedrío, para estudiar la realidad. . Cuando el propósito y la orientación a objetivos de las estructuras y funciones
de los organismos vivos, derivan de su trayectoria evolutiva este concepto recibe el nombre de teleonomía. En cualquier caso, para el razonamiento
sistémico “la realidad reside en las funciones” mientras que en el pensamiento analítico la realidad reside en sus partes.
En el pensamiento reduccionista el comportamiento se explica identificando qué lo causó, nunca su efecto. En el pensamiento sistémico, el comportamiento
puede explicarse por lo que lo produjo o por lo que se pretende que produzca. Por ejemplo, el rendimiento de maíz en una media loma puede ser explicado
por la falta de agua durante su ciclo o porque no se optimizo la captura de agua en el suelo.
Pese a lo antagónico de ambos esquemas ambos debieran ser complementarios para el accionar de la ciencia y del desarrollo tecnológico. A continuación
desarrollamos como impactaron estas líneas de pensamiento en la vision del mundo natural.
La ciencia analítica, reduccionista y mecanicista, (ciencia newtoniana), tiende a enfatizar la abiótica, la estabilidad, el orden, la uniformidad, el equilibrio, los
sistemas cerrados, las relaciones lineales (pequeños aportes producen pequeños resultados) y la atemporalidad, es decir, intemporal o invariante en el
tiempo, por lo tanto, tiene en escencia un culto a lo espacial y estructural. Esta modalidad científica están profundamente arraigadas en la conservación de
la energía y la masa y la reversibilidad del espacio a menudo bajo los supuestos de equilibrio, homogeneidad, estado estable y límites fijos.
La ciencia expansionista, sistémica, evolutivas (ciencia darwiniana) abarca lo biótico, la inestabilidad, el desorden, la diversidad, el desequilibrio, los
sistemas abiertos, las relaciones no lineales (pequeñas entradas pueden desencadenar consecuencias masivas) y la temporalidad, es decir mayor
sensibilidad al flujo de tiempo, por lo tanto, tienen en esencia el culto al tiempo. Estas ciencias evolutiva moderna, especialmente cuando se trata de
sistemas vivos, enfatiza en la naturaleza acumulativa de la identidad (estructura) y la información mas la irreversibilidad del tiempo, junto con un mayor
reconocimiento de no equilibrio, heterogeneidad, estado dinámico y no estacionario. Esta cosmisión resalta mejor las características fundamentales de los
sistemas naturales complejos como son los suelos y los ecosistemas en general.
Cuadro 4. Características la visión newtoniana del mundo mecánico (p.ej. los sistemas de ingeniería) versus la visión darwiniana del mundo natural (p.ej.
suelos y ecosistemas).
Característica Mundo Mecánico Mundo Natural
comparable
Componentes del Sistema
Objetos dominantes abiótico: máquinas biótico + abiótico: organismos
(vehículos, computadoras, (plantas, animales, microbios)
motores) y recursos que apoyan la vida
y construcciones (edificios, (suelos, agua, aire)
carreteras, ciudades)
Ambas cosmovisiones y sus correspondientes métodos científicos produjeron grandes avances en el conocimiento de la naturaleza. Sin embargo, a la luz de
los problemas ambientales que adolece la sociedad actualmente parece ser que ninguna de las dos cosmovisiones elabora las soluciones adecuadas. En tal
sentido, se está abriendo una tercera cosmovisión que se expande sobre estas dos cosmovisiones clásicas a través de la integración entre entidades
vivientes y no vivientes y que combinan culturas espaciales y temporales.
Bibliografía
Lin, H. (2014). A new worldview of soils. Soil Sci. Soc. of American Journal, 78(6), 1831-1844.
Osorio Murillo O, Combariza E y Zuñiga O. s/f. Paradigma de las Ciencias Ambientales. Apuntes de Clase.
http://produccionmaslimpia.org/documentos/otros/00%202%20clase.pdf
Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sustentable de la Nación. Informe sobre el estado del ambiente 2016. http://ambiente.gob.ar/wp-content/uploads/IEA_2016_b.pdf
Ripple W, Wolf C, Newsome, T. et al. 2017- World Scientists’ Warning to Humanity: A Second Notice, BioScience, Volume 67, Issue 12, 1 p 1026–1028.
https://doi.org/10.1093/biosci/bix125.
Rockström, J., Steffen, W., Noone, K., Persson, Å., Chapin III, F. S., Lambin, E., ... & Nykvist, B. (2009). Planetary boundaries: exploring the safe operating space for
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(http://www.sciencedirect.com/science/article/pii/0024630174901277)
Steffen, W., Richardson, K., Rockström, J., Cornell, S. E., Fetzer, I., Bennett, E. M., ... & Folke, C. (2015). Planetary boundaries: Guiding human development on a changing
planet. Science, 347(6223), 1259855.
[1] Cosmovisión, orientación filosófica-científica común que sirven para definir la naturaleza de un cuerpo de conocimientos. El término paradigma fue
introducido por Kuhn, identificándolo como marco de organización del conocimiento de una disciplina. Por consiguiente, los paradigmas brindan el marco
referencial para la construcción de teoría y su utilización práctica.
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