Ex presidente de Parmalat condenado a 18 años de cárcel por fraude.
¿Por qué elegimos esta noticia?
Elegimos esta noticia porque se trata de un fraude similar a los trabajados en
clase en el que se han utilizado sofisticados mecanismos financieros para malversar fondos de la compañía y destinarlos a las cuentas de la familia Tanzi. Además del uso intensivo de derivados y sociedades fantasmas para falsear la contabilidad, existían complejas estructuras que cumplían formalmente la regulación del mercado, lo que impidió que saltaran antes las señales de alarma. En todo este proceso han intervenido, además de la familia Tanzi y otros administradores de Parmalat, bancos de inversión, bufetes de abogados y expertos contables y financieros. Todo esto se realizó para beneficiar otras operaciones familiares, para subir el precio de la acción de Parmalat, ocultar el peligroso estado financiero del grupo, crear activos ficticios valorados en miles de millones de euros, y disimular lo que fue una mala política de expansión y adquisiciones llevada a cabo durante los años 90.
Parmalat utilizó durante años la colocación de acciones y bonos convertibles en
paraísos fiscales para financiar adquisiciones en todo el mundo. Entre 1993 y 2002 sus ventas se incrementaron supuestamente un 410%. El escándalo estalló a finales de noviembre de 2003 cuando la empresa reconoció que no podía garantizar la liquidez de una inversión de 496,5 millones de euros en el fondo Epicurum de las Islas Caimán. Este hecho provocó la dimisión del director financiero de la compañía Fausto Tonna. El valor de las acciones bajó de 3,10 euros en septiembre de 2003 a 11 céntimos de euro el 22 de diciembre de 2003.