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El

equilibri
o
financie
ro
El análisis de
estados
financieros
comienza por el
análisis del
balance. El
balance presenta
la situación
patrimonial de la
empresa, y por lo
tanto su estudio
nos permitirá
evaluar los
siguientes
aspectos:

La situación de
liquidez o
capacidad de
pago. Nos
interesa conocer
si la estructura
patrimonial
existente
permitirá atender
las obligaciones
de pago no sólo a
corto sino
también a largo
plazo. La
capacidad de
pago se denomina
solvencia, y
puede analizarse
desde una
perspectiva a
corto y a largo
plazo.

El
endeudamiento.
Nos interesa
conocer si las
fuentes de
financiación ajena
de la empresa son
las adecuadas,
tanto en calidad o
composición
como en cantidad.
Entenderemos por
endeudamiento de
calidad aquel que
contempla
horizontes
temporales de
devolución en el
medio y largo
plazo, lo que
permite una
existencia estable
a la compañía.

Este principio no
obstante es
matizable, ya que
si bien
preferiremos
endeudamiento a
plazos que no
obliguen a la
empresa a buscar
financiación de
forma permanente
y con premura de
tiempo, los plazos
del
endeudamiento
deberán
responder o
adecuarse al ciclo
productivo y
estructura
patrimonial de la
empresa.

La Garantía. El
análisis de las
diferentes
partidas del
balance nos dirá
si la empresa
cuenta con as
suficientes
garantías
patrimoniales
frente a terceros.
Este aspecto nos
interesará no sólo
como analistas,
sino por ejemplo
en nuestra
condición de
proveedores.
Antes de
establecer una
relación
comercial con una
empresa a la que
facilitaremos
bienes o servicios
nos interesará
conocer si la
misma cuenta con
el respaldo
patrimonial
suficiente para
hacer frente a sus
obligaciones con
nosotros.

La Capitalización.
El estudio del
balance nos
revelará si la
empresa está lo
suficientemente
capitalizada, o si
por el contrario
adolece de falta o
exceso de
recursos propios y
por lo tanto si la
proporción entre
capitales propios
y deudas es la
óptima.

La Gestión de los
activos. Debemos
conocer si los
administradores o
directivos de la
empresa en su
proceso
productivo
gestionan de
forma eficiente
los activos y
pasivos de la
misma.

Recordemos la
definición que el
PGC nos ofrecía
del Balance. De
los activos se
espera obtener
rendimientos que
permitan la
cancelación de
deudas y
obligaciones, y
además generen
un excedente. Es
imprescindible
para ese fin que
tanto los derechos
como las
obligaciones de la
empresa sean
gestionadas de la
manera más
eficiente posible.

El Equilibrio
financiero. En
definitiva de lo
que estamos
hablando es de
verificar o
asegurar que el
balance de la
compañía está
equilibrado desde
un punto de vista
patrimonial y
financiero.
Esta es una
primer reflexión
imprescindible. El
balance de una
empresa debe
responder a
relaciones lógicas
entre las
diferentes
partidas que lo
componen. No
sólo la magnitud
sino también el
plazo han de tener
una relación que
se justifique por
la naturaleza de
cada partida.

No gestionar esa
proporcionalidad,
o lo que es lo
mismo, ignorar la
necesaria
correlación entre
las diferentes
partidas del
balance será
sinónimo de
catástrofe.

Igual que en una


economía
doméstica
tratamos de
acompasar
nuestros ingresos
a nuestros gastos,
financiamos
nuestra vivienda
con préstamos
hipotecarios a
muy largo plazo,
y nuestros bienes
de consumo con
financiación a
corto o medio
plazo, en una
empresa debemos
asegurar lo
mismo. Y esto
debe ser
gestionado. Todo
aquello que no se
mide (y para ello
está el análisis
financiero) en
definitiva no se
gestiona. Es
posible que
durante algún
tiempo, corto, la
falta de medición
y gestión no
represente un
problema. A
medio y largo
plazo tendrá
consecuencias
funestas.

Este otro
principio que
como gestores o
analistas debemos
tener muy
presente: la
gestión consiste
en medir,
controlar e influir,
y para ello el
análisis financiero
es imprescindible
en el mundo de la
empresa.
Debemos medir
aquello que
queremos
gestionar. Tan
contraproducente
puede ser el no
medir como el
hacerlo en exceso
y por lo tanto
distraer nuestra
atención d elo
verdaderamente
relevante.

El
análisi
s
vertical
del
balanc
e
El primer paso
del proceso de
análisis
consiste en el
denominado
análisis
vertical. Ya
hemos
comentado que
una de las
tareas a realizar
en el análisis
financiero es la
de ordenar
grandes masas
de información
de forma que
podamos
extraer
conclusiones
para la toma de
decisiones. Sin
ordenar la
información es
posible que no
seamos capaces
de llegar a
entender la
realidad del
balance, como
coloquialmente
se dice, es
posible que los
árboles no nos
permitan ver el
bosque.
Máxime
considerando el
grado de
avance en lo
que a profusión
de información
económico-
financiera la
tecnología pone
a nuestro
alcance.

Para preparar el
análisis vertical
simplemente
agruparemos
las partidas de
activo y pasivo
en aquellas
categorías que
mejor sirvan a
nuestro interés
analítico y
calcularemos el
porcentaje que
representa cada
categoría
patrimonial
representa en
relación al total
del balance.

Si bien en
nuestra realidad
profesional nos
enfrentaremos a
balances muy
detallados en
términos de
rúbricas, en el
ejemplo
siguiente nos
limitaremos a
un balance
simple en el
que las
diferentes
rubricas
patrimoniales
ya se han
agrupado bajo
los grandes
capítulos del
balance.

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