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Esta es una historia con la que nos identificaremos porque sucedió en una

parroquia y a un joven que desea confirmarse


Se acercan al despacho parroquial el señor y la señora Gonzales, con el deseo de
inscribir a su sobrino para que se confirme, la secretaria les dijo que hablaran con
el padre. ¿Estará desocupado se preguntaron ellos? La secretaria los anuncio, y le
dijo el motivo por el cual lo necesitaban, hágalos pasar dijo el Padre. Buenas
tardes padre. Buenas tardes hijos, díganme ¿Qué los trae por aquí? Bueno padre
le traemos una buena noticia. ¿Y cuál es? Pregunto el padre. Vinimos a inscribir
a nuestro sobrino para la confirmación ¿sobrino? Si el viene de un pueblo para
estudiar en la universidad y se quedara con nosotros. ¿Me parece bien dijo el
padre, y como se llama? Jorge. Imagínese que a sus 18 años aun no se ha
confirmado comento la tía de Jorge. Que tal descuido de mi hermana, exclamó.
Pero por suerte nos dimos cuenta y ahora se lo traemos para que se confirme.
¿Pero él ha venido? ¿esta afuera? Pregunto el padre. no padre, no creo que sea
necesaria su presencia. Usted díganos que día lo mandamos para su
confirmación, respondieron. El padre les recalcó que la confirmación no es nada
simple, hay que tener en cuenta algunos requisitos como: ¿si es católico? Como
que, si es católico, sus padres son católico, nosotros somos católicos, toda la
familia es católica. Dijeron los señores. Católico no se nace ni se viene de familia
se es o no. Comento el padre. Por si acaso se ha bautizado y recibido su primera
comunión. Pregunto el padre. Pero eso no es todo, se necesita preparación.
¿Preparación? Ya salió la dichosa preparación, ahora todo es preparación, antes,
en mis tiempos solo te decían que día tenias que presentarse. Comento el tío.
Pero el padre le dijo, los tiempos han cambiado, además hay que tener la opinión
de él. ¿se quiere confirmar? Claro que, si tiene que confirmarse, comento la tía.
Ha decir verdad, nos ha costado algo convencerlo. Pero si esperamos que todos
vengan por si solo, nadie se confirmaría y las iglesias estarán vacías. Dijo el tío.
En todo caso, quisiera hablar con él. Concluyo el padre. Y así fue. Al siguiente día,
el joven algo temeroso se acerco al despacho parroquial para hablar con el
sacerdote. Buenos días señorita. Buenos días joven ¿en que lo puedo ayudar?
Bueno, Mis tíos los señores Gonzales, me dijeron que viniera para hablar con el
padre y aquí estoy. La secretaria lo anuncio y lo hizo seguir. Tú debes ser Jorge.
Comento el padre. Si, soy yo. Mis tíos me dijeron que viniera para inscribirme a la
confirmación. ¿Tus tíos dicen, pero…tú que dices? A decir verdad, no es una idea
de mi agrado, pero como mis tíos insistieron tanto y dicen que no me quitara
mucho tiempo me convencieron y aquí estoy. Pero no te das cuenta que es una
decisión muy importante, haber, si un día en la universidad algún compañero te
pregunta ¿Cuál es tu religión? ¿Qué respondes? Le pregunto el sacerdote.
Católico por supuesto, respondió. Claro, católico por supuesto, pero realmente te
sientes católico, actúas como tal. Jorge le contesto, realmente no me siento
católico, además nunca nadie me pregunto si quería serlo, además no creo que
sea tan difícil. Ahí ve a mis tíos, grandes católicos, no se pierden ninguna misa y
paran en rosarios, novenas, víspera, oraciones. El padre le dijo, es cierto, pero eso
no es todo: hay que tener, además, un compromiso con el Señor y decirle aquí
estoy tomare mi cruz y te seguiré. Nadie te preguntó si quieres ser católico, es
cierto, pero ahora es tu oportunidad de reafirmarlo o dejarlo, tu decides. Para ser
sincero no estoy seguro de querer reafirmar mi fe. Entonces no le demos mas
vueltas a este asusto y regresa a tu casa, tranquilo, más bien espero volver a verte
algún día. Pero padre…no se discute más, no estás seguro y no se te obligara
hacer algo tan importante. Jorge regreso a su casa tranquilo que esta historia ya
se había terminado, pero no fue si, cuando se enteraron sus tíos armaron
tremendo escandalo en el despacho parroquial. ¿Dónde está el que dice ser
sacerdote? ¿Qué sucede? Pregunto el padre. ¿Qué sucede? Como que que
sucede, le mandamos al muchacho para que se confirme y usted le dice que no.
¿Pero si el no está seguro de lo que quiere? Respondió el Padre. Como que no
esta seguro, si lo enviamos seguro y usted con tantas preguntas y otras cosas lo
confundió y ahora no quiere nada. Después de todo el trabajo que nos costó
convencerlo y usted en un momento lo convence de lo contrario; ¿es usted
sacerdote para llevar personas a cristo o espantarlas? Dijo el señor Gonzales. Mi
misión es guiarlos al Señor, pero en el camino quedan muchos, ya ven el ejemplo
del joven rico. Además, la vida de del cristiano, ¿no está llena de problemas? Y
fue El quien dijo: “quien quiera seguirme, que cargue con su cruz” Contesto el
padre. Pero la tía le dijo: ¿problemas? Problemas va a tener usted, que dirá el
obispo cuando se entere, porque de enterarse se va a enterar. Pasaron dos
semanas y las cosas no mejoraban. El escándalo había crecido e incluso el
Obispo había mandado llamar varias veces al padre…los señores Gonzales
decían que en la parroquia no daban los sacramentos, y se han ido a escuchar la
misa a otra iglesia porque en esa parroquia el sacerdote no es católico y estaban
recolectando firmas para sacar al sacerdote convenciendo a mucha gente. Cierto
día Jorge fue a hablar con el padre. Hola Jorge, que milagro tu visita. Dijo el padre.
Así es, dijo Jorge, vengo para proponerle un trato. ¿Un trato? Si, con todo este
problema que han hecho mis tíos y lo bien que usted me ha caído, he decidido
que usted me confirme, cosa que no me cuesta, y así están todos contentos. Que
fácil, muchas gracias, pero no, la confirmación es algo muy serio y no se puede
dar como un regalo o un cambio. Dijo el padre. Pero padre. No Jorge. Ya entiendo,
la confirmación es tan serio que no piensa darla ni para mantener una buena
imagen… ¿Qué importante será? Se pregunto Jorge. Los días pasaron y debido al
problema que estaba sucediendo. El padre decidido dar una serie de charlas
sobre las dificultades que trae ser un cristiano autentico dándose con la sorpresa
de encontrar entre los asistentes a Jorge. Padre ¿Cómo esta? Jorge que sorpresa
verte por aquí. Padre, es cierto que ese tal Jesús murió por nosotros en la cruz
para salvarnos del pecado, además de enseñarnos cosas tan hermosas. Si es
cierto. Pues padre, ahora estoy decidido ¡quiero conocerlo! ¿estas seguro? Si
padre, estoy seguro. Pues bien, hijo: ¡bienvenido! Y con el tiempo Jorge fue
aprendiendo a ser un verdadero cristiano identificándose con cristo.

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