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Políticas públicas, movimientos femeninos y prácticas de mujeres: la provincia de

Buenos Aires, 1946 - 1952♣


Dra. Adriana María Valobra (IDIHCS/CONICET/UNLP)

Este trabajo relaciona la perspectiva del estado y la sociedad civil en las múltiples
interrelaciones que se tejen entre ellas. Se intentará dar cuenta de esa relación en un caso histórico, el
de la provincia de Buenos Aires durante la gobernación de Domingo Alfredo Mercante, el de un
movimiento de mujeres denominado Unión de Mujeres de la Argentina y las prácticas de mujeres
trabajadoras durante 1946-1952.

Las mujeres en la política sanitaria bonaerense


La propuesta de Mercante en el área de salud se inscribía en una línea que impulsaba una
racionalización de los espacios tanto estatales como extra - estatales. La ley 5116 de la provincia de
Buenos Aires, de febrero de 1947, creó el Ministerio de Salud y Asistencia Social (MSPAS). La
cartera estuvo dirigida sucesivamente por Héctor Mercante y Carlos Alberto Bocalandro.
Coordinación, centralización y racionalización parecían ser las medidas imperiosas para el MSPAS.
La maternidad fue la característica excluyente de la condición femenina para acceder a la
atención como grupo singular. El departamento específico que atendería esta población era, la
División IV de Maternidad e Infancia (devenida en Dirección en 1950) dependiente de la Dirección
General de Asistencia Médico-Social. No era la mujer la preocupación central si no su relación con la
infancia, verdadera población favorecida. Precisamente, los dos ministros de salud habían atendido la
cuestión antes de su designación en numerosos artículos. Para ambos, el estado debía generar
instituciones acordes con la misión de cuidado sanitario de la población.
Una de las etapas críticas de la salud poblacional era la que iba desde el nacimiento hasta los
tres años, pues a partir de allí el jardín de infantes y la escuela harían lo suyo. El estado no tenía
espacios que garantizaran su presencia acompañando esa etapa vital, y aunque pretendiera ocuparlo,
la madre no había sido desplazada ni real ni simbólicamente de la tarea de cuidado infantil. En virtud
de ello cobra relevancia en la política sanitaria el concepto de binomio madre hijo. La madre fue


Una versión de este estudio se publicó en Valobra, Adriana, “Public health policies, women’s organizations and
mothers in the province of Buenos Aires, 1946-1952”, “(Un) Healthy Interiors: Contestations at the Intersection of
Public Health and Private Space”, Studies in Social Sciences, vol. XXXVIII, July 2005, University of West Georgia,
Estados Unidos.
proyectada como aliada del estado en la tarea sanitaria y principal responsable en el hogar de nuevas
tareas racionalizadoras1.
El estado diseñó su participación a través de:
a) políticas promaternalistas, es decir, las que el estado impulsa para fortalecer el vínculo
materno filial como relación de cuidado y protección de la madre hacia el infante.
b) políticas de crianza estatizada: las que el estado implementa para atender a la infancia
desplazando temporal o completamente a la madre y a la célula familiar en general.

a) políticas promaternalistas: los Centros de Higiene Materno Infantil.


Los CHMI constituyeron los pilares de la política promaternalista del MSPAS. Los CHMI
eran instituciones especializadas en la atención del binomio madre-hijo en la que actuaban médicos,
parteras, asistentes y visitadoras sociales, entre otros (Bocalandro y Carvajal: 1947, 29 y 30).
Además de centros de atención, eran los encargados de la formación eugénica de la madre
a quien se consideraba en parte responsable de los alarmantes datos de mortalidad infantil. Se
privilegiaron para ello las campañas de atracción y formación a través de afiches de propaganda,
cartillas, emisiones radiales, charlas, Clubes de Madres -en los que funcionaban las Escuelas para
Madres- y la extensión de la “ayuda a la crianza” 2. El estado pretendía asegurarse el control del
“buen criar”. Este intento de “racionalización” estaba acompañado de una prospectiva basada en
una formación médica que pretendía avanzar sobre los hábitos “maternales” considerados insanos
como el beso a los bebés (Mercante, 1946, p. 44), la práctica de dormirlos con la madre y el no
lavarles la cabeza (Danieri 1946, p. 48).

b) políticas de crianza estatizada: jardines de infantes y colonias de vacaciones


En la reorganización del estado provincial se observa una preocupación por la infancia
plasmada en la extensión de la escolaridad primaria y preescolar. En este caso se hará referencia a
jardines de infantes y colonias de vacaciones. Había una preocupación notable sobre la población
que atendería (DGE: 1947, 5). La ley 5096 de 1946 efectivizó legalmente la institución. Los
impulsores de la ley habían tenido en cuenta la realidad bonaerense donde muchas mujeres
trabajaban en la industria textil y la frigorífica. Para asegurar el cuidado de los infantes se impulsó que
el preescolar fuera obligatorio desde los 3 a los 5 años. Pero a posteriori, el Ministro de Educación,
1
La proyección de las mujeres en sus roles maternales no debe confundirse con una política pro natalista por parte del
estado provincial. Véase una discusión sobre el tema en Ramacciotti y Valobra, 2004.
2
La institución otorgaba un monto de dinero a cambio de la obligación de atención médica de la prole evitando, además,
el abandono o el infanticidio. Sbarra, Salas y Falabella, 1946.
Julio César Avanza, consideró que con la llegada del peronismo las mujeres “podían” volver al hogar
“ya que ella, por naturaleza, es la educadora perfecta en los primeros años de la vida del niño”, por lo que el
preescolar se convirtió en optativo (Avanza: 1951).
Con todo, Mercante multiplicó instituciones de crianza estatizada que garantizaban las
funciones específicas para las que habían sido creadas –instrucción, recreación, contención social-, y
reemplazaban a la familia más o menos prolongadamente en el tiempo. Esta apuesta anudaba
estrechamente la salud y la educación (Urriabarri Abbadie: 1947, 7).

La UMA, acuerdos y críticas de la política sanitaria.


Los alcances de las políticas de atención de la mujer-madre y del niño como su principal
beneficiario3. Sin embargo, esta apuesta no se realizó sin conflictos y algunas voces hicieron
escuchar sus demandas. Una de ellas fue la de la agrupación pro comunista la Unión de Mujeres
de la Argentina. Ésta solicitaba jardines de infantes y guarderías en los lugares de trabajo o cercanos
a ellos4. Las colonias de vacaciones o los hogares escuela no fueron prioritarios. La UMA compartía
los pilares de la ciencia médica,5 pero consideró a las madres como expertas por naturaleza6. El
estado debía garantizar los medios para facilitar sus tareas, pero no avanzar sobre las mismas.
Asimismo, esta agrupación demandaba el cumplimiento de la ley de creación de guarderías en lugares
de trabajo y jardines de infantes7. También solicitó la construcción de maternidades8. La UMA no
cuestionaba la lógica del diseño de la política sanitaria –como sí lo hacía un creciente número de
médicos (Rodríguez, 1947 y Menchaca, 1951) -, exigía su efectivización9. El mismo gobierno
reconocía la verdad de estas acusaciones y sólo podía esgrimir problemas monetarios que
incidieron en un ritmo desparejo para el crecimiento de los CHMI10. Aún cuando los CHMI
crecieron en número, continuaron existiendo grupos que no se atendían en ellos. Las causas no
3
Torre y Pastoriza señalan que a nivel nacional disminuyó la mortalidad infantil “cayó de 80,1 por mil en 1943 a 70,4 por
mil en 1947 y a 66,5 por mil en 1953”. Torre y Pastoriza: 2002, 293.
4
NM. 15 de junio de 1948. “Salas cunas, la gran solución”.
5
NM. 1 de enero de 1949. “Asegurar a nuestros niños el derecho a la salud, la instrucción y la alegría”.
6
NM, 1 de agosto de 1948, p. 2. “Un congreso de madres sin madres”.
7
NM. 15 de junio de 1948. Existieron críticas en torno a los lugares de emplazamiento. La ley 5096 indicaba la
instalación en “sitios urbanos y fabriles”. NM, febrero de 1952.p. 6. “Mar del Plata, como una burla”
8
NM, 1 de febrero de 1948, 5. “En el Dock Sud, la Junta Vecinal Pro Ayuda de la Mujer (...) está realizando una intensa
campaña para la instalación de un Jardín de Infantes”. NM, 10 de abril de 1949. “La Junta Femenina pro-mejoramiento
de Turdera y Adrogué Oeste, en el deseo de conseguir un jardín de infantes para los niños de su localidad se dirigió a la
Inspección de Jardines de Infantes de la Provincia, solicitando la creación inmediata de un colegio de este tipo”.
9
NM, 1 de enero de 1949. “Asegurar a nuestros niños el derecho a la salud, la instrucción y la alegría”.
10
El diario El Día había sido lapidario al referirse al MSPAS como “la cenicienta del presupuesto”. El porcentaje de
Salud Pública con respecto al presupuesto total de la provincia no había superado nunca el 10,45% salvo en 1946 en que
trepó al 16.28. Tomado de Memoria MSPAS. 1951-1952.
eran sólo la falta de CHMI11, si no también el escaso número de médicos en zonas semiurbanas y
rurales12 y la dificultad de las mujeres de bajos recursos para trasladarse a los CHMI instalados en
las cabeceras de partido, por lo cual recurrían a las parteras de oficio y a las curanderas. Para
fortalecer la capacidad institucional sanitaria, el gobierno sancionó la ley 5326 por la que las
“parturientas pobres” debían ser atendidas en su domicilio por las parteras de la zona. 13 Tal como
advierte a Adriana Marshall, la expansión del sector público en más de una ocasión tuvo que
privilegiar grupos más vulnerables y apelar a la acción privada (Marshall, 1988).

Estrategias de atención y cuidado de infantes de las trabajadoras


Una de las entrevistadas señalaba: “Uno cuando tiene los hijos (...) Va aprendiendo con ellos. Es cierto,
no te dan un diploma para ser madre. ¡No sabemos nada! Nos dan a ese chico y decimos: ‘bueno, ahora qué hacemos’
¡Nos queremos morir! Si llora, si respira... ¡Yo me levantaba a ver si respiraba!”. En su testimonio, ni la
naturaleza era sabia ni el aprendizaje era teórico. La UMA y el gobierno provincial no captaron
completamente esta vivencia de la maternidad. Existió un desfasaje entre la intención de representar
los intereses de las mujeres y la práctica que las mujeres realizaban.
El ideal femenino seguía siendo una mujer-madre-esposa. El único trabajo digno para ella era
el doméstico. Muchas entrevistadas anhelaban un marido que las pudiera mantener económicamente
–el bread winner man-. Sin embargo, cuando ello no era posible, asumían sus roles “naturales” y el
de trabajadoras. Es que también ellas habían sido educadas para aceptar con abnegación su destino
junto al marido. El problema se generaba ante el cuidado de la prole. Las de “cuello blanco” podían
elegir entre quedarse y dejar de trabajar o contratar personal doméstico. Una entrevistada preguntaba:
“¿con quién dejabas al bebé? Únicamente que en las fábricas pusieran esas guarderías... Yo, gracias a dios, no necesité
salir a trabajar”. Los temores a las salas cunas de las fábricas impulsaban a las obreras a buscar otras
estrategias de cuidado: los vecinos, los hermanos mayores, las abuelas o algún familiar. El relato de la
única hermana soltera en una familia resulta elocuente: “después de cada nacimiento de un chico me llevaban.
Nacían los hijos de mi hermano, iba para la casa de mi hermano; nacían las hijas de mi hermana, iba para la casa de
mi hermana. Así es tal que mis sobrinas hoy, las que viven, son como hijas para mí...porque yo las he criado”. Estas
prácticas solían extenderse hasta los seis años de vida del infante. La información oficial señala que el
número de niños en jardines privados y estatales promediaba los 30.000 mientras que el número de
niños entre 3 y 5 años en la provincia de Buenos Aires era superior a 200.000. Este dato señala que

11
El Argentino, 14 de julio de 1947, “Extensión de servicios en la acción médico-social”.
12
El día, 16 de julio de 1947, “El servicio médico en las pequeñas poblaciones”.
13
El Día, 1 de julio de 1947, “Protección a la maternidad”.
muchas mujeres no lograban romper con el modelo de cuidadoras. Al mismo tiempo, se comprender
que las pretensiones de universalizar el nivel preescolar también fueron demasiado optimistas. A tres
años de gestión, se habían construido 60 nuevos establecimientos, un número importante pero que
aún no cubría las necesidades de los 112 partidos provinciales14.
Otro punto conflictivos fue la práctica de la lactancia. Tanto la lactancia materna como la
mercenaria reforzaban las virtudes de la leche materna para destacar el rol de la madre en los
primeros años de vida del individuo. Por oposición, la desnutrición y la mortalidad infantil
exponían la falta de responsabilidad antinatural de la mujer que abandonaba sus funciones. Sin
embargo, el lactario había decaído en la recolección de leche y se recomendó observar su
efectividad (Memoria, 1951-1952: 71). Las nodrizas mercenarias no acudían a donar su leche y
las madres que no podían amamantar no concurrían a solicitarla. Paralelamente, aumentó la
cantidad de leche de vaca distribuida por el Ministerio al tiempo que se procuró mejorar el
proceso de producción15 y distribución de la misma en los comercios. El desuso de los lactarios
advierte sobre cambios en el habitus (Bourdieu: 1997, 92) femenino al que debió adaptarse la
política sanitaria.

Reflexiones finales
Las temáticas que aquí se abordaron han sido analizadas, en general, de modo separado
presentándose las acciones colectivas de mujeres sin relación con las políticas estatales. Aquí se
entiende junto con Gisela Bock y Pat Thane (Bock y Thane: 1991) que si los movimientos de
mujeres y sus ideas no fueron una influencia exclusiva en las políticas públicas dirigidas a las
mujeres constituyeron una compleja mezcla capaz de influir en las respuestas estatales. Además,
hemos destacado que esas propuestas no se despliegan sobre sociedades pasivas. Las ciudadanas
contaron con diversos modos de apropiarse de los roles socialmente asignados.

Bibliografía y fuentes:
1. Avanza, Julio C. 1951: Mensaje a la Legislatura, Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados,
22/6.
2. Bocalandro, C. y Carbajal, Jorge F. 1948: “Protección médico-social de la madre y el hijo en la
Provincia de Bs. As.” reproducido en Revista de Sanidad. Secretaría de Salud Pública de la
Nación. Almanaque de la Salud, 1948. Bs. As.
14
RE, 1950, “La Muestra de Actividades”, 114.
15
Los mismos H. Mercante y N. Sbarra, aún destacando la importancia de la lactancia materna, se habían ocupado de
investigar cómo lograr una leche de vaca lo más parecida a la de la madre evitando riesgos para el niño. Mercante y
Sbarra, 1945.
3. Bock, Gisela y Thane, Pat (eds.). 1991: Maternidad y políticas de género. Ediciones Cátedra,
Valencia.
4. Bourdieu, Pierre. 1997: El sentido práctico. Editorial Taurus, Bs. As.
5. Danieri Eduardo. 1946: “El niño debe ser revisado periódicamente” disertación en la Sociedad
de Pediatría de La Plata reproducida en Revista de la Sociedad de Pediatría de La Plata, año VIII,
enero-junio, nº1.
6. Marshall, Adriana. 1988. Políticas sociales: El modelo neoliberal. Legasa,
7. Mercante, Héctor y Sbarra, Noel. 1945: “Sobre el uso de leche entera acidificada y vitaminizada
(experiencia en la Casa Cuna de La Plata)” en Revista de la Sociedad de Pediatría de La Plata, año VI,
nº 2.
8. Ramacciotti, Karina y Valobra, Adriana. 2004: “ ‘Plasmar la raza fuerte...’ Relaciones de género en la
propaganda sanitaria de la Secretaría de Salud Pública de la Argentina: 1947-1949” en Ramacciotti y
Valobra (compiladoras). Generando el peronismo. Estudios de cultura política y género, 1946-
1955. Proyecto Editorial, Buenos Aires.
9. Rodríguez, Germinal. 1947: “Planeamiento asistencial en la ley de medicina preventiva” en
Archivos de la SSP, febrero, vol. I, nº3.
10. Sbarra, N.; Salas, Miguel, Falabella, Enrique. 1946: “La ayuda de ciranza en la casa cuna de la
Plata. (enfoque de un problema social)” en Revista de la Sociedad de Pediatría de La Plata.
Enero-junio, año VII, Nº 1.
11. SSP. 1948: Archivos de la Secretaría de Salud Pública, julio, vol. IV, nº 1, p. LXXII.
12. Torre, Juan Carlos, Patoriza, Elisa (2002): “La democratización del bienestar” en Torre, J. C. Los
años peronistas ( 1943-1955), Ed. Sudamericana, Bs. As.
13. Urriabarri Abbadie, Alberto. 1947: “Colonia de vacaciones". Archivos de la SSP. junio, Vol 1, N°
7

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