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La Historia del Pensamiento Económico y sus ventajas sobre la formación profesional de los
economistas

Resumen
El presente escrito analiza la historia del pensamiento económico desde los distintos enfoques acumulativos
y competitivos de la historia económica y, al mismo tiempo defiende su importancia en los programas de
estudio de economía. Para ello, el texto se fundamenta en los aportes teóricos sobre la historia del
pensamiento económico expuestos por Ekelund & Hebert [CITATION Eke051 \n \t \l 9226 ] y Roncaglia
[CITATION Ron062 \n \t \l 9226 ]. En general, el pensamiento económico ortodoxo –acumulativo- no
consideró necesario incluir la pedagogía de la historia económica en la formación profesional de los
economistas, debido a la actitud positivista de que el conocimiento se acumulaba con el tiempo. Sin
embargo, la visión competitiva y autores como Schumpeter [CITATION Sch15 \n \t \l 9226 ] consideraron
que la historia económica podría ser de utilidad en la formación de investigadores económicos. De hecho,
este escrito defiende la necesidad del pluralismo teórico y concluye la relevancia de la historia económica
como un campo propicio para la reflexión, crítica y de introspección sobre los fenómenos económicos.
Palabras clave: historia, pensamiento económico, visión competitiva, visión acumulativa.

Introducción
La historia económica pretende entender la evolución, desempeño y características de las economías
en general. Por lo cual, cualquiera que se interese en el estudio de la rama económica requiere de los
conocimientos que brinda el contexto histórico, en especial en una área de las ciencias sociales en la que la
historia proporciona una evidencia empírica de la realidad económica y de sus perspectivas hacia el futuro.
De forma clara, la historia económica es un instrumento fundamental para la reflexión, la crítica y la
introspección [ CITATION Álv101 \l 9226 ]. Sin embargo, en la práctica su enseñanza sólo incluye el
estudio de los diversos componentes de la corriente acumulativa. Esto claramente lleva a una concepción
axiomática de una única verdad, bajo el supuesto de que sólo existe un enfoque lógico y único de la teoría
económica. En consecuencia, se hace necesario el estudio del contexto histórico para que se promuevan
visiones alternas de la realidad social y de las economías en general.
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En este sentido, y considerado la relevancia de la historia del pensamiento económico en la reflexión
económica, el presente escrito pretende analizar la historia de pensamiento económico desde los enfoques
acumulativos y competitivos y, a su vez, mostrar su importancia en la formación de profesional del
economista. Para ello, el escrito se fundamenta en los aportes teóricos de la historia económica expuestos por
Ekelund & Hebert [CITATION Eke051 \n \t \l 9226 ] y Roncaglia [CITATION Ron062 \n \t \l 9226 ]. En
general, la estructura del trabajo se divide en las siguientes secciones. Primero se realiza la caracterización
de los enfoques acumulativos y competitivos de la historia económica. En seguida, se plantean los
argumentos de los principales representantes de cada visión de la historia del pensamiento económico.
Finalmente, se planeta la postura personal frente a los enfoques de la historia económica y sus ventajas en la
formación profesional de los economistas.

1. Enfoques de la historia del pensamiento económico

En la actualidad, predominan dos visiones del desarrollo de la historia del pensamiento económico: la
visión acumulativa y la visión competitiva. De acuerdo con la visión acumulativa, cuyos principales
defensores se destacan a Gordon [CITATION Gor65 \n \t \l 9226 ] y Viner [CITATION Vin91 \n \t \l
9226 ], la historia del pensamiento económico moderno ha incorporado y mejorado las contribuciones
anteriores, por lo que se ha generado una acumulación gradual y rectilínea del conocimiento. Esto implica
que el aumento progresivo en la comprensión de la realidad económica, deba centrarse en la “frontera
teórica” o en la versión más actualizada que en las teorías del pasado [CITATION Ron062 \p 18 \t \l 9226 ].
La razón reside en que este enfoque está relacionado con el positivismo lógico y se sustenta en criterios
objetivos de coherencia lógica y en la correspondencia de los supuestos con la realidad empírica. En
particular, el papel del científico debía ser desarrollar proposiciones lógicas y contrastarlas. Estas
proposiciones podrían ser analíticas o sintéticas. Las primeras, son afirmaciones tautológicas por lo que son
formuladas a priori y no necesitaban verificarse. Por su parte, las afirmaciones sintéticas y su veracidad se
determinaban por la evidencia empírica. En general, con esta visión se esperaría que cada generación
sucesiva de economistas contribuyera a mejorar y acumular el conocimiento ya existente; lo cual justificaría
que la pedagogía moderna se dirigirá hacia la teoría contemporánea y no a su respectiva historia
[CITATION Ron062 \p 20 \t \l 9226 ].
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Por el contrario, la visión competitiva considera que hay un desarrollo descontinuo y cambiante del
análisis de la realidad económica, esto porque los problemas y resultados de los sucesos económicos están
condicionados a la historia y el contexto que le proceden. Lo que implica reconocer la existencia de
diferentes enfoques metodológicos en el estudio de la ciencia económica [CITATION Ron062 \t \l 9226 ].
En general, esta visión surgió de la influencia de algunos historiadores y filósofos de la ciencia, tales como
Popper [CITATION Pop34 \n \t \l 9226 ] Kuhn [CITATION Kuh712 \n \t \l 9226 ], Lakatos [CITATION
Lak02 \n \t \l 9226 ], quienes contribuyeron a objetar la metodología positivista y su continua búsqueda de
la “verdad”. Para estos pensadores, en particular para Lakatos [CITATION Lak02 \n \t \l 9226 ] que con un
enfoque más amplio consideraba que la ciencia progresaba a través de “programas de investigación”, los
cuales se presentaban como una sucesión de teorías que no necesariamente generaba la extinción de otra, lo
que sugería un proceso complejo y no solo una decisión basada en un experimento concluyente, unívoco u
objetivo. En general, la visión competitiva de la historia económica, en vez de considerar la necesidad de una
metodología objetiva para el conocimiento científico, recalcaba la necesidad de incluir el contexto social en
el que se desarrolla la ciencia y, por ende el pluralismo en el estudio del conocimiento científico.

2. Argumentos de cada enfoque

En cuando a los postulados de cada visión, el enfoque acumulativo aseveraba que al enfocarse al
conocimiento más actual, el progreso de la ciencia disminuye las ideas de la historia del pensamiento
económico. Entre los argumentos de este enfoque se destaca a Gordon [CITATION Gor65 \n \t \l 9226 ],
quien argumentaba que no había razón suficiente para enseñar la historia, porque aunque ésta fuera de
utilidad en el aprendizaje de la teoría económica el tiempo dedicado directamente a la teoría económica sería
más provechoso que sí se dedicara a la enseñanza de la historia económica. En efecto, el economista
proponía que el estudio de la historia debía abandonarse, porque suponía un mayor costo de oportunidad. Por
su parte, Viner [CITATION Vin91 \n \t \l 9226 ], con un argumento más impetuoso sugería que solo se
enseñaba historia del pensamiento económico por erudición, es decir que aunque la comprensión de la
historia contribuía en la explotación del conocimiento y de las herramientas analíticas de los investigadores;
su pedagogía era de poca utilidad en el aprendizaje teórico moderno. En efecto, ambos autores referidos
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argumentaban que el aprendizaje de la historia era un acto subjetivo, que solo se practicaba por erudición y
que beneficiaba a unos cuantos interesados en la investigación económica; mientras que si se enfocaba hacia
el conocimiento actual, el profesional económico no desperdiciaría tiempo y lograría una mayor
comprensión de la teoría económica moderna.

Por su parte, Schumpeter [CITATION Sch15 \n \t \l 9226 ], con una posición intermedia
consideraba que se debían de marginar los modos de pensar ya desgastados y no aferrarse a ellos
indefinidamente. Pero, a la vez reconocía las ventajas de la historia en aspectos afines a la pedagogía, en la
creación de nuevas ideas y la comprensión de los modos de proceder del espíritu humano. Es decir, aunque
el economista austriaco contempló algunas ventajas de la utilidad de la historia del pensamiento, también
argumentaba que el futuro profesional económico no debía perder tanto tiempo en ilustrarse en la historia del
pensamiento económico. Esto porque no valía la pena permanecer en la educación de las ideas que eran
dominantes y correctas en su época, pero que en la actualidad serian inapropiadas.

En cuanto a la visión competitiva, los argumentos de los filósofos e historiadores parten de la


refutación del positivismo lógico como método universal para la contracción veraz de una teoría y su
consecuente uso para resolver los interrogantes esenciales sobre problemas sociales, políticos y económicos
de las economías. Entre los argumentos de esta visión, están los de Popper [CITATION Pop34 \n \t \l
9226 ], éste autor criticó la idea del positivismo lógico por considerar que la ciencia avanzaba por la
acumulación de conocimientos científicos y, en especial por su metodología de extraer teorías generales a
través de la inducción. Por ello, el filósofo austriaco desarrolló un criterio de demarcación para deslindar la
ciencia de los demás discursos. En particular, el argumento del filósofo era que una teoría solo debía
considerarse científica si ésta podía refutarse por la realidad, descartando las que se demostraran falsas. Esto
implicaría que el progreso de la ciencia solo dependía de la continua falsación de teorías. Cabe mencionar
que este argumento presentaba una limitación e inconsistencia porque no permitía contrastar la veracidad de
la proposición, pero si aseveraba que ésta tenía sentido y era científica solo por ser falsa.

Con el paso del tiempo, Kuhn [CITATION Kuh712 \n \t \l 9226 ] con una visión histórica y
sociológica del desarrollo científico, planteaba el concepto de paradigmas y la revolución científica, por lo
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que ofrecía una imagen de la ciencia ajustada a las circunstancias cambiantes de la historia y a la
subjetividad de las ciencias. El argumento del autor era que la evolución de la historia de la ciencia estaba
sujeta a un grupo de circunstancias cambiantes, por lo cual ante cada crisis o anomalía sin explicar surgían
nuevos paradigmas superiores a las existentes y producían una “revolución científica” que le daba resultado
a dicha crisis. De forma evidente, el filósofo criticaba la idea de que el conocimiento se acumulaba y
progresaba a través del método de veracidad del positivismo lógico o del falsacionismo de Popper. Más
tarde, Lakatos [CITATION Lak02 \n \t \l 9226 ] promulgó los programas de investigación científica, con el
cual afirmaba que a diferencia de las revoluciones científicas de Kuhn, los programas no sustituían a otros,
sino que proporcionaba una nueva reconstrucción racional de la ciencia. En efecto, este último autor no
proponía un método universal del estudio de la investigación científica, sino que sugería una metodología
que incluyera el contexto subjetivo en el que se desarrollaba el conocimiento científico.

En cuando a la aplicación directa hacia las ciencias económicas, el francés McCloskey con las ideas
radicales del anarquismo epistemológico de Feyerabend, criticó la idea de una verdad ultima e inviolable del
positivismo aseverando que el analisis económico debería ser retorico y sociológico. Porque, según él, la
economía se enfocaba en contar relatos, su lenguaje era un hecho social y debía contarse con la ayuda de la
metáfora, la teoría literaria y la persuasión del lenguaje para lograr la aceptación de una teoría. En efecto,
los argumentos de McCloskey aludían a un reclamo por la ampliación de la racionalidad en la ciencia
económica, la inclusión de los factores históricos y sociales en el analisis económico, y por ende la
promulgación de una metodología apropiada para el estudio de la ciencia económica [ CITATION Bob99 \l
9226 ].

3. ¿Es necesaria la enseñanza de historia económica en la profesión de Economía?

En este sentido, y ya considerados los argumentos de cada visión, se plantea en concordancia con la
visión competitiva que el estudio de la historia económica es relevante en la formación del profesional
económico por tres razones. En primer lugar, porque tal como lo mencionaba Schumpeter [CITATION
Sch15 \n \t \l 9226 ], el análisis de las ideas de los economistas del pasado permite contribuir con la
creación de nuevas ideas, el reconocimiento en la contribución a la riqueza y diversidad de la herencia
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intelectual y la reinterpretación de las aportaciones del pasado. Así quedó demostrado con la notable
contribución a la herencia erudita y analítica de la economía de los grandes economistas como Smith y
Keynes, quienes examinaron, criticaron e innovaron los aportes de los pensadores económicos de su pasado,
dando origen al estudio sistemático de la teoría económica capitalista y a la macroeconomía. En efecto, la
explotación del conocimiento de la historia del pensamiento económico más que solo un acto de erudición
como lo argumentó Viner [CITATION Vin91 \n \t \l 9226 ], es una forma de reconocer la importancia de la
herencia intelectual, para así comprender, replantear o complementar las ideas del pasado, de forma que
guíen el panorama de la ciencia económica sobre los fenómenos cambiantes de la sociedad actual.

En segundo lugar, su estudio permite reconocer de la existencia de diferentes enfoques para el


análisis de la ciencia económica y no solo la concepción axiomática de una única verdad. Estoconcuerda con
la visión competitiva al aceptar que ningún paradigma puede abarcar la totalidad del universo en todos sus
detalles, o ser absolutamente verdadero, por lo cual la mejor manera de análisis consiste en estudiar su
evolución en el tiempo, examinando los diferentes matices que adquiere en los diversos autores [CITATION
Ron062 \p 30 \t \l 9226 ]. En este sentido, y como lo mencionaban Ekelund & Hebert [CITATION
Eke051 \n \t \l 9226 ], la economía ha sido una forma vibrante del discurso intelectual, no un cuerpo
establecido de principios, por lo cual la verdad axiomática no está plenamente establecida. Incluso entre los
economistas que integran la corriente ortodoxa, persisten cuestiones sin resolver sobre todo en cuanto al
origen, objeto y valor del economista en el campo científico. Esto porque la visión acumulativa ha insistido
en aplicar una metodología objetiva, propia de las ciencias exactas a una ciencia subjetiva de la acción
humana. De esta manera, se requiere del estudio de enfoques alternativos que intenten explicar los
fenómenos económicos. Esto último coincide con los postulados de la visión competitiva, en la búsqueda de
diferentes visiones del mundo.

Por último, el aprendizaje de la profesión económica no solo se reduce a adquirir cierto conocimiento
en herramientas analíticas o técnicas; es decir aplicadas a la microeconomía, econometría, etc. La labor del
economista es más compleja y ésta implica entender e interpretar los fenómenos que afectan a los agentes
económicos y ello se desarrolla con el conocimiento apropiado de la historia del pensamiento económico.
Así lo daba a entender McCloskey al afirmar que ningún gran economista había logrado triunfar en su
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ciencia como resultado de un coeficiente estadístico significativo, sino como consecuencia de una
racionamiento sagaz, obtenido por la visión amplia y reflexiva propia del historiador [ CITATION Bob99 \l
9226 ].
En consecuencia, el presente trabajo pretendió analizar la historia del pensamiento económico y su
relevancia en la profesión del economista; en particular con base en la idea de conocimiento pluralista
ofrecida por la visión competitiva de la historia económica la cual brindaba la oportunidad para la reflexión,
creación y crítica. Esto porque desde este enfoque el estudio, la historia contribuye con el proceso de
creación de ideas, en la contribución a la herencia intelectual, el reconocimiento de la existencia de
diferentes enfoques de estudio, así como de la concepción adecuada de la labor del profesional económico.
En efecto, contrario a la visión ortodoxa, el enfoque competitivo promueve la formación de especialistas con
interés en el pasado y, mejor aún con un pensamiento reflexivo o crítico sobre las metodologías de estudio
de su ciencia.

Referencias bibliográficas

Álvarez, A., & Hurtado, J. (2010). Amenazas y ventajas de la enseñanza de la Historia del Pensamiento
Económico hoy. Universidad de Medellín: Lecturas de Economía.
Bobbio, N., & Von Wright, G. (1999). Anuario de filosofía jurídica y social. Chile: Sociedad chilena de filosofía
jurídica y social.
Ekelund, R., & Hébert, R. (2005). Historia de la Teoría Económica y de su Método. México: McGraw-Hil.
Gordon, D. (1965). The role of the history of economic thought in the understanding of modern economic theory.
American Economic Review 55.
Kuhn, T. S. (1971). La estructura de las revoluciones científicas. México: Fonde de Cultura Económica.
Lakatos, I. (2002). La metodología de los programas de investigación científica. Madrid: Alianza Editorial.
Popper, K. (1934). Lógica de la Investigación Científica.
Roncaglia, A. (2006). La riqueza de las ideas: una historia del pensamiento económico. España: Prensas
Universitarias de Zaragoza.
Schumpeter, J. A. (2015). Historia del Análisis Económico. Barcelona, España: Ariel Economia.
Stigler, G. (1969). Does Economics have a useful past? . History of Political Economy, Vol. 1 No. 2.
Viner, J. (1991). Essays on the intellectual history of economics. Princeton: Princeton University Press.: Ed. D.
A. Irwin.

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