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4.

EL DERECHO ROMANO Y EL DERECHO ACTUAL

La curatela es un sistema de protección y


guarda de las siguientes personas y es la
institución jurídica creada por el amparo de
la persona y los bienes del mayor de edad
incapacitado. Los emancipados cuyos
padres fallecieron o quedaren impedidos
para el ejercicio de la asistencia prevenida
en la ley.
I. CURATELA EN DERECHO ROMANO
La curatela es una institución vigente aún en la actualidad y que en Roma
de la antigüedad tuvo particulares característicos. El término curatela
significa en latín cuidador, y en esto consistía la labor del curador, en
administrar los bienes de su pupilo, ejerciéndose al igual que la tutela en
casos de personas con capacidad de derecho, pero no de obrar.
La curatela en Roma no cuenta con demasiadas diferencias entre la tutela
salvo que el curador no autorizaba los actos de los pupilos, sino que es él
quien administraba, salvo en la curatela de los menores de 25 años. Como
nota distintiva entre tutela y curatela podemos decir que la tutela se daba
para casos generales de incapaces de hecho (para todos los menores o para
todas las mujeres) mientras que la curatela se daba para casos de
excepción ya que de ordinario esas personas deberían poder ejercer sus
derechos por sí mismas.
Los casos que en Roma determinaban el nombramiento de un curador no
tienen una enumeración taxativa como ocurría con la tutela, sino que se
daba cuando ocurrían casos en los que se debiera proteger a ciertas
personas por razones físicas o mentales, o a ciertos bienes carentes de
dueño, transitoriamente.
Entre los casos en que en Roma se nombraba curador, cabe mencionar a la
curatela del furioso, que se suspendía cuando el demente recuperaba la
razón temporalmente (intervalos lúcidos); la de los mentecatos (personas
con capacidades intelectuales muy disminuidas); la de los pródigos, que
eran los que dilapidaban (malgastaban) sus bienes, pero se nombraba en
este caso curador previa interdicción para comprobar que fuera cierta la
acusación; a los niños por nacer que no tuvieran pater (“curatela ad
ventris”); a los sordomudos; a los enfermos incurables; y también cuando
existían bienes en peligro, por ejemplo para cuidar los bienes de algún
ciudadano que estuviera prisionero del enemigo o en las herencias
yacentes.
La curatela de los menores de 25 años surgió cuando las relaciones
comerciales en Roma se hicieron más complejas al iniciarse el proceso de
expansión, ya que los varones a los 14 años eran totalmente capaces de
contratar. Sin embargo, sucedía en la práctica que se aprovecharan de su
falta de madurez para los negocios y fueran objeto de estafas. Si bien se
concedieron remedios para evitar que sean engañados, estos fueron
contraproducentes.
La ley Plaetoria, del año 186 a. C, concedía una acción pública contra los
que se aprovechaban de la inexperiencia de estos adolescentes, y los
tachaba de infames, pero el acto seguía siendo válido. Finalizando la
República se les concedió la “in integrum restitutio” por el cual el estafado
de entre 14 y 25 años podía reclamar que se volvieran las cosas al estado
anterior al negocio realizado, lo que producía tanta incertidumbre que nadie
quería contratar con ellos.
Esta fue la razón de que se generalizó la práctica de pedir el nombramiento
de un curador para esas personas comprendidas entre los 14 y 25 años, y
una vez nombrado, hacía el acto incuestionable por razón de la edad de una
de las partes. Sin embargo, no era obligatorio pedir el nombramiento de
este curador y los que no lo tenían podían seguir ejerciendo la “in integrum
restitutio”.
¿Quiénes estaban sujetos a la curatela?

 Estaban sujetos a curatela eran los furiosi (enfermos de sus


facultades mentales con intervalos de lucidez), del pródigo (persona
que dilapidaba los bienes que hubiera recibido de sus parientes
paternos ab intestato y más tarde a todos aquellos que también
dilapidaran bienes recibidos por testamento), del menor púber de 25
años (la cura minorum). Existían en casos especiales una curatela de
impúberes.

II. CLASES DE CURATELA


Al igual que la tutela la curatela cuenta con distintas circunstancias en las
cuales se aplica y así mismo los momentos en los que esta se extinguiría:

 Curatela de los furiosi “mente capti”

La ley de las XII tablas, solo provenía ala curatela de los furiosi, que
eran los que se encontraban completamente privados del uso de la
razón, y posteriormente se extendió a los que sufrían alteraciones
mentales. Luego evoluciono la curatela a los sordomudos y a los que
padecían enfermedades graves, que los incapacitaban con los actos
de la vida civil. La curatela del furioso y de los otros incapaces, a este
asimilados correspondía a su más próximo agnado, (curatela
legitima) en efecto a este el magistrado nombraba el curador
(curatela dativa)

 Curaduría del prodigo o disipador

Ley de las XII tablas, se consideraba como prodigo únicamente a


quienes disipaban sus bienes procedentes de la sucesión del padre o
del abuelo paterno, y se les declaraba en interdicción, colocándolos
en consecuencia, bajo la tutela de sus agnados, en su evolución se
generalizo el sistema de interés patrimonial del prodigo.
A diferencia de la curatela del loco y de sus similares, era necesario
que el prodigo fuera declarado en interdicción por decreto del
magistrado.

 Curatela de los menores de 25 años

Cuando llega la menor a la pubertad, se tornaba en principio


planamente capaz, salvo la perpetua de la mujer, pero esto sufrió un
cambio, se estableció que para ciertos actos importantes el adulto
menor de 25 años se nombrara un curador.
Su incapacidad era relativa consistía en no poder ejecutar por si solo
aquellos actos que pudieran empobrecer su patrimonio. Si el menor
adulto no pedía curador permanente, lo que era potestativo de él,
subsistía su plena capacidad.
Para evitar que esta desventaja es que la ley Plaetoria señala la
circunstancia de que tales individuos, debido a su inexperiencia,
estén bajo el régimen de la curatela. Así que en un principio a estos
individuos se les nombraba un curador cada vez que celebraban un
acto particular, pero a partir del emperador Marco Aurelio se les
nombra un nombra un curador permanente

 Curatela de los pupilos


El pupilo impúber, por excepción puede estar bien sujeto al régimen
de curatela junto con el de tutela y esto lo vemos exclusivamente en
los siguientes tres casos:

 Si existe un proceso entre el pupilo y el tutor.


 Si el tutor interrumpía temporalmente su tutela.
 Si el tutor no era capaz de administrar los bienes del pupilo, y
mientras se nombraba a otro tutor.
III. ANALISIS DE LA CURATELA
Se entendía por ella un cargo público que obligaba a una persona designada
por la ley o por el magistrado a dirigir la administración de los bienes de un
sui iuris púber e incapaz de ejercer por sí solo sus derechos.
En un principio no hubo curatela testamentaria, sino exclusivamente
legítima o dativa, pero si el paterfamilias nombraba curador testamentario a
persona bajo su potestad, el pretor confirmaba ese nombramiento.
El curador administraba los bienes de la persona en curatela, pero sin dar
auctoritas.
La Ley de las XII Tablas la organizó sólo para remediar la incapacidad de los
furiosi sin intervalos lúcidos y de los pródigos que disipaban los bienes
recibidos ab intestato de sus ascendientes paternos. Los restantes
dementes y pródigos no estaban en curatela, lo cual se explicaba por la
finalidad de la curatela en aquellos tiempos, no encaminada a proteger los
intereses de los incapaces, sino los de la familia agnada.
El derecho romano hizo distinción entre el furiosi y la mente capti. El
primero era el completamente privado de razón, tuviera o no intervalos
lúcidos, en tanto que el segundo era el poseedor de un poco de inteligencia
o de facultades intelectuales escasamente desarrolladas. Pero al ocuparse
la ley decenviral únicamente del furiosus sui iuris y púber (sin la protección,
consecuentemente, de un paterfamilias o de un tutor), determinó que
quedara sometido a la curatela legítima de los agnados y, en subsidio, de
los gentiles, quedando claro que desde el momento mismo de la
manifestación de la locura en el púber sui iuris se abrían las puertas a la
curatela sin la necesidad de previo decreto de interdicción judicial.
Al curador del furiosus le asistía la obligación tanto de administrar los bienes
de éste como de velar por su curación, sin que el pupilo, mientras durara la
locura, pudiera ejecutar acto jurídico alguno, por lo que, contrario sensu, al
recobrar toda su capacidad intelectiva, podía obrar por sí solo como si
nunca hubiera estado loco.
En suma, tratándose del furiosus, el curador debía limitarse en cuanto a los
bienes administrarlos sin llegar a la auctoritas, quedando con la obligación
de rendir cuentas al concluir la curatela e, incluso, en todas las ocasiones en
que el pupilo, por recobrar la cordura, reclamaba la administración de sus
bienes.
Debido a los pretores la curaduría en mención se extendió a personas
urgidas de protección por padecimiento de enfermedades permanentes,
como la mente capti, los sordos, los mudos, y, en general, todos aquellos
que a raíz de enfermedades graves y, pese a ser púberes sui iuris, no
estaban en condiciones de velar personalmente por sus intereses.
I. CURATELA EN EL DERECHO PERUANO ACTUAL
La Curatela, definitivamente un tema principal no solo aquí en Perú si no en
todas las naciones además es sabido que ello ha sido aplicado desde
tiempos remotos en diferentes civilizaciones tales sean en Atenas, ciudad
de Grecia pero que tomó formalización en Roma, establecida en las XII
tablas.
Pero, ¿Qué entendemos por Curatela?

 El Código peruano asume la curatela típica propiamente dicha


porque, a semejanza de otros, establece, junto a ella, otras curatelas:
(la curatela de bienes y las curatelas especiales), una posición muy
neta y clara, la cual se mantiene en el Código actual similarmente
como se establecía en el Código Civil de 1936; así la curatela se
instituye según los art. 564 del Código Civil en materia de Familia:
a) Para los enfermos mentales, los débiles mentales, los
sordomudos que no saben expresarse y los débiles seniles
b) Para los pródigos, malos gestores, ebrios habituales y
toxicómanos; y
c) Para quienes sufren condena penal que lleva anexa la
interdicción civil.

Nótese, desde luego que no todos estos incapaces se encuentran en


idéntica situación. Algunos son representados por el curador (como
los enfermos mentales), otros, sólo asistidos (como los pródigos). En
unos la causa de la incapacidad reside en una falta (como en los
malos gestores o los penados), en otros, en una desgracia ( como en
los enfermos o débiles mentales) y hasta en una circunstancia propia
de la naturaleza humana(como los débiles seniles); pero todos ellos
ofrecen como común denominador, la presencia a las dos notas a que
antes se aludió, a saber: “se trata siempre de una incapacidad
accidental y en todos se carga el acento patrimonio y en la defensa
de la persona del incapaz y no en su educación y formación, ello
significa, a nuestro entender, que a todos se le comprenda dentro de
la misma figura protectora y, al mismo tiempo, que con cada grupo
de ellos se organice un matiz particular al que la ley dedica título
distinto. Además, se define como una asistencia legal el cual la
persona que representa al incapaz debe dar cuenta al juez por lo
menos una vez al año, sin embargo, esta persona se beneficia en
parte con una remuneración fijada por el juez.

Como sabemos, la curatela es una asistencia al igual que la patria


potestad y la tutela, pero ¿Qué DIFERENCIAS encontramos? Como
similitud encontramos el amparo que busca la protección de las
personas que se encuentran en un estado de incapacidad. Pero como
diferencia de la patria potestad ello se refiere una figura que ha sido
instituida a favor de menores incapaces que la ejercen únicamente
los padres de familia; por lo opuesto la curatela es desempeñada por
los parientes y también terceras personas que designe el juez.
Prosiguiendo con lo antagónico la curatela se diferencia de la tutela
por las siguientes y notorias razones, tutela se dirige a prestar
amparo a quienes atraviesan por una etapa de incapacidad natural
(como es la minoría de edad), la curatela persigue el cuidado de la
persona y bienes de una persona cuya incapacidad es accidental, es
decir, a un mayor incapaz. Según nuestra legislación civil, están
sujetos a curatela.

Por último, se debe distinguir entre fin de la curatela y fin del cargo
de curador. El fin de curatela ocurre cuando han desaparecido las
causas que motivaron su institución. El fin del cargo de curador
sucede cuando concluye la curatela misma, cuando ocurre la muerte
del curador, cuando sobrevienen impedimentos legales y es aceptado
su renuncia o cuando es removido. Las instituciones supletorias de
amparo familiar son la expresión de la preocupación social del
derecho por los intereses del mayor de edad incapaz.

II. RÉGIMEN TITULAR VIGENTE EN EL DERECHO CIVIL PERUANO


Cuatro son las figuras que integran el régimen civil peruano para la
protección de los incapaces: La Patria potestad que es figura principal; la
tutela y la curatela que son subsidiarias respecto a ellas, y el consejo de
familia que actúa como órgano tuitivo de supervisión. Al respecto, el
ponente del libro de familia,
Héctor Cornejo Chávez, señala: “en el derecho modelo existen
varios sistemas referentes a la regulación de las guadadurías,
es decir de la protección de los Incapaces: el sistema latino que
las encarga fundamentalmente a la familia, en germano, que
las concibe como institución pública, encargada principalmente
Los cuerpos judiciales o administrativos en el que la autoridad
tiene parte preponderante (…); más con franca predominancia
del matiz familia".
Observación acorde con la de Max Arias – Schreiber Pezet, quien concluye la
introducción de su exégesis del código civil peruano de 1984, afirmando que
el libro III, Derecho de Familia, "es avanzado y pone en manifiesto la
filosofía humanista y social de este cuerpo de leyes" (Arias Schereiber).
En cuanto a la conveniencia sistemática de reunir en el futuro en un solo
título a las instituciones de amparo de los incapaces, Cornejo Chávez
Manifiesta que podría considerarse esa posibilidad pero que considera mejor
la técnica del Código que trata la patria potestad en el Libro II sección
tercera destina a regular las relaciones paterno-filiales, y mucho más
adelante en libro III sección segunda, a la tutela, la curatela y el consejo de
familia que por ellas "exceden los linderos de la relación puramente
paterno-filial, comprenden también a otros familiares y a un a extraños"
En otro aspecto del tema dada la fundamentalmente la preferencia
jerárquica a la relación paterna-filial como modelo central, debe destacarse
que ha perfeccionado la técnica del código civil remitir desde la tutela y la
curatela a la patria potestad, y no a la inversa, como sucedía en le código
civil derogado. El marco primero de preferencia la curatela especial, son
normas reguladoras de la tutela especial: cuando la ley prevé los supuestos
en los que debe preverse tutela especial al incapaz menor de edad, debe
hacerse lo propio respecto al incapaz mayor de edad, disponiendo una
curatela especial. Luego la figura entronca con lo previsto con la curatela
general y ésta, a su vez, envía en lo pertinente a lo normado para la tutela
general, y todas como señalamos, a su figura modelo: la patria potestad.
En otro aspecto del tema dada la fundamentalmente la preferencia
jerárquica a la relación paterna-filial como modelo central, debe destacarse
que ha perfeccionado la técnica del código civil remitir desde la tutela y la
curatela a la patria potestad, y no a la inversa, como sucedía en le código
civil derogado. El marco primero de preferencia la curatela especial, son
normas reguladoras de la tutela especial: cuando la ley prevé los supuestos
en los que debe preverse tutela especial al incapaz menor de edad, debe
hacerse lo propio respecto al incapaz mayor de edad, disponiendo una
curatela especial. Luego la figura entronca con lo previsto con la curatela
general y ésta, a su vez, envía en lo pertinente a lo normado para la tutela
general, y todas como señalamos, a su figura modelo: la patria potestad.
Por tanto, son de aplicación al instituto de la curatela sobre nombramiento,
discernimiento del cargo, causas de impugnación, derechos, deberes y
obligaciones, inventario y tasación judicial, garantía, causales de inhabilidad
para desempeñar el cargo, administración de los bienes del incapaz, actos
prohibidos y actos que existen la autorización del consejo de familia o de
juez, sanciones, rendición de cuentas, remoción del curador y en todo los
aspectos no previstos del modo específico para la curatela especial.
III. CARACTERES JURÍDICOS
La curatela se caracteriza porque constituye una institución supletoria de
amparo familiar desde que tutela el estado de desprotección en que puede
encontrarse una persona para ejercer sus derechos, y cuidar de sus
intereses personales y patrimoniales. También, porque cumple con una
función representativa del incapaz, si bien es cierto, que el cargo es
mayormente asistencial.
También la curatela es una función personalísima e intransferible, lo cual
significa que no es posible delegar funciones a otras personas lo que no
impide para que el curador se valga de servicios de otros auxiliares como
abogados, contadores, cobradores, gestores, etc. Por tanto, no es posible
transferible dicha función a otras personas por ninguna razón que la
justifique, salvo los casos previstos por la ley.
Se entiende que la curatela es obligatoria y permanente, en razón de que el
designado deberá asumir y ejercer el cargo necesariamente durante todo el
tiempo señalado, exigiéndose el desempeño personal porque de su ejercicio
derivan algunas responsabilidades de naturaleza civil, penal y
administrativa.
Asimismo, la curatela es una institución orgánica y publica ya que se
advierte la presencia de un interés colectivo y no solo individual, sobre todo
por la supervigilancia que ejerce el estado vía consejo de familia, el
Ministerio Publico y órganos jurisdiccionales.
Por último, la curatela es una institución importante cuya función es casi
siempre remunerada, porque –en la actualidad- ninguna persona quisiera
ejercer dicho cargo debido a las responsabilidades que conlleva, por un
lado, y por le tiempo, esfuerzo y dedicación que requiere dicho ejercicio, por
otro.
En relación, a la representatividad del guardador. Si bien, en efecto, ya no
se puede aceptar con la rotundidad del antiguo Derecho que el tutor
representa a la persona del pupilo, en tanto que el curador sólo asiste o
complementa a la del curado, sigue dándose e esta materia una diferencia,
que puede ser sutil cuando se trata, por ejemplo, de persona total y
absolutamente privada de discernimiento, pero que es bastante perceptible
cuando se trata, del pródigo o de mal gestor. De ello resulta que la curatela
no tiene siempre no con la misma intensidad el carácter de
representatividad que ordinariamente se le reconoce en la tutela, pero que
tampoco está siempre y por entero ausente tal carácter.
IV. CARACTERES JURÍDICOS
A. Curatela Típica. - Es aquella instituida exclusivamente para incapaces
mayores de edad y que atribuye al curador funciones relativas al cuidado de
la persona y el patrimonio del curado, con mayor o menor acento en una u
otra función. Comprende tres grupos:

a) Curatela de personas que se encuentran privadas de discernimiento o


que sufren retardo o deterioro mental, así como sordomudos, ciegos
sordos y ciego mudos que no saben expresarse de manera
indubitable.
b) Curatela de pródigos, malos gestores, ebrios habituales y también
toxicómanos.
c) Curatela de condenados a pena que lleva anexa la interdicción civil.

B. Curatela Atípica. - Llamada también recortada o curatela por


extensión, debido a que está dirigida a finalidades específicas y, por
excepción, a los incapaces mayores y menores de edad. A su vez
comprende los grupos siguientes:
a) Curatela de bienes, cuya esencia es la custodia y el manejo de un
patrimonio, que por circunstancias especiales carece de titular
expedito, pero que en ningún caso confiere atribuciones relativas a la
persona propietaria de dicho patrimonio. La curatela de bienes se
limita a la custodia de la administración de un patrimonio y no se
extiende a determinadas atribuciones que son exclusivas a la persona
del incapaz.
b) Curatelas especiales, que han sido creadas para asuntos concretos y
específicos, que por extensión puede incluir atribuciones referentes a
las personas como se verá más adelante. Las curatelas especiales
abarcan un interminable número de temas concretos, unas veces
referidos a la persona y otros a los bienes de la misma.
C. Posición de Código. - la curatela se instituye para:
a) Los incapaces mayores de edad; la curatela es la institución
supletoria de amparo establecida a favor de quienes se encuentran
privados de discernimiento son sordomudos, ciegos sordos y ciego
mudos que no pueden expresar su voluntad de manera indubitable;
son retardados mentales; y que adolecen de deterioro mental que les
impide expresar su libre voluntad. En todos estos casos, se requiere
como condición para estar sujetos a curatela, que no puedan dirigir
sus negocios, que no puedan prescindir de cuidados y socorros
permanentes o que amenacen la seguridad ajena. Se incluye también
a los mayores de edad que son ebrios habituales y toxicómanos;
requiriéndose como condición para estar sujetos a curatela, que se
expongan o expongan a su familia a caer en la miseria, necesiten
asistencia permanente o amenacen la seguridad ajena.
V. EXTINCIÓN DE LA CURATELA
En las líneas que siguen abarcamos los casos de extinción de la curatela,
que no debe confundirse con las hipótesis de terminación del cargo de
curador. En la primera de estas situaciones la figura desaparece, en tanto
que en la segunda cambia la persona del curador.
La curatela típica termina por muerte del incapaz, sea por alcanzar la
mayoría de edad o levantarse la interdicción rehabilitándose al curado,
siendo ejemplos de estas causales de terminación la situación del
oligofrénico, del pródigo, el descalificado por mala gestión, el ebrio habitual,
el desparecido una vez reaparecido, el condenado a inhabilitación cuando
sale libre y el toxicómano, en todas las variantes de esta enfermedad, todo
ello sin desmedro de los asientos que deban efectuarse para conocimiento
de terceros, según sea el caso.
En los casos en que desaparece la causal de un modo espontáneo, no se
requiere decisión alguna. Esto, sucede, por ejemplo, cuando el que estuvo
preso, al recuperar su libertad, queda rehabilitado de puro derecho, en
forma automática, salvo que la inhabilitación continué por mandato judicial
o por ley.
En cambio, en aquellas circunstancias en que desaparece la mala gestión, la
toxicomanía, la ebriedad habitual, etc., será necesario dictar una resolución
judicial de rehabilitación. Lo mismo sucederá con la amnistía y el indulto, ya
que mientras la primera elimina el hecho punible, la segunda suprime la
represión de dicho hecho, sin que pueda admitirse la tesis esgrimida por
algunos en el sentido que fuera de aplicación el principio de la analogía,
concordado con las acciones de daños y perjuicios.
En cuanto a la terminación del cargo de curado, que es personal y no
extingue la curatela, al Código se pronuncia al respecto en el artículo 568 a
cuyo texto nos remitimos.
Termina el cargo del curador:

 Cuando fallece
 Al declarársele en quiebra; y
 Por remoción (procedente al no renunciar el curador cuando estable
obligado a hacerlo, y por causar perjuicios económicos al incapaz,
derivados del desempeño del cargo).
VI. CURATELA EN EL CODIGO CIVIL PERUANA
En el código civil de peruano se establece la definición de la curatela y todas sus
acepciones que posee en el Capitulo Segundo del Libro III acerca del Derecho de
Familia iniciando con la definición en el artículo…
Artículo 564º.- Están sujetas a curatela las personas a que se refieren los
Artículos 43º, incisos 2 y 3, y 44º, incisos 2 a 8.
Mientras que las demás definiciones, variante, tipos, y demás referencias hacia la
curatela se encuentran presentes hasta el artículo 618.

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