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Los 12 tipos de inteligencia:

¿cuál posees tú?


¿Qué clases distintas de inteligencia existen? Lo
explicamos en este resumen.

La inteligencia es uno de los rasgos más valorados por


nuestra sociedad, junto con la belleza o la salud. Este
constructo suele verse como un rasgo que se tiene o no se
tiene, por lo que es frecuente hablar de si alguien es
inteligente o no lo es. La realidad es que la inteligencia
está llena de matices.

A lo largo de las décadas ha existido un gran debate sobre


qué tipos de inteligencia existen. ¿Qué ocurre con el chico
que no es capaz de aprobar un examen de matemáticas pero,
en cambio, es capaz de escribir piezas musicales de infinita
belleza? ¿Qué pasa con el chico al que no se le dan bien los
idiomas pero es un genio de la programación? Gran parte de
este debate se ha centrado en sí existía una inteligencia
unitaria o distintos tipos de inteligencia.
En el artículo de hoy, vamos a repasar los distintos tipos
de inteligencia que existen basándonos en la segunda
opción de este debate.

Distintos tests de inteligencia para


distintos tipos de inteligencia
Lo cierto es que la inteligencia es un constructo abstracto, por
lo que ha provocado grandes discusiones entre los distintos
expertos. 

Los psicólogos se han interesado durante mucho tiempo por


este concepto y hoy en día existen distintos tipos de test de
inteligencia. Algunos de ellos miden lo que se conoce como
“Factor G” o inteligencia unitaria y otros miden los distintos
tipos de inteligencia de los que hablaremos en este
artículo. Por ejemplo, la inteligencia lógico-matemática
o inteligencia lingüística.

Puedes saber más sobre los test de inteligencia en nuestro artículo: "Tipos

de test de inteligencia"
Tipos de test de inteligencia
Repasamos los principales tests que miden nuestras
capacidades cognitivas.

El estudio de la inteligencia es uno de los temas que más


interés ha despertado entre los psicólogos, y fue uno de los
motivos por los que la psicología comenzó a hacerse
popular. A pesar de que en la actualidad el
término inteligencia es una palabra que se emplea con
normalidad, esto no era así hace poco más de un siglo.

El concepto es demasiado abstracto y, en general, ha


provocado grandes debates entre los distintos
expertos. Se podría decir que la inteligencia es la capacidad
de elegir, entre varias posibilidades, aquella opción más
acertada para la resolución de un problema o para una mejor
adaptación a una situación. Para ello, el individuo inteligente
toma decisiones, reflexiona, examina, deduce, revisa,
acumula información y responde según la lógica.

Algunos tipos de test de inteligencia


Existen distintos tipos de inteligencia y lo mismo ocurre con
los tests de inteligencia. Algunos miden lo que se conoce
como “Factor G” y otros miden distintos tipos de inteligencia,
como la inteligencia lógico-matemática, inteligencia
espacial o inteligencia lingüística. 

Desde que empezó a estudiarse este constructo, varias


teorías han intentado explicarlo: la inteligencia cristalizada y
fluida de Raymond Cattell, la teoría bifactorial de Spearman,
las inteligencias múltiples de Howard Gardner, por
nombrar solo algunas de los más reconocidas.
El primer test de inteligencia: Test de
Binet-Simon
El primer test de inteligencia fue desarrollado por Alfred
Binet (1857-1911) y por el psiquiatra Théodore Simon,
ambos franceses. Con este primer test de inteligencia se
trataba de determinar la inteligencia de los individuos que
presentaban déficit intelectual, en comparación con el
resto de la población. A la norma para estos grupos se la
denominó edad mental. Si la puntuación del test determinaba
que la edad mental era inferior a la edad cronológica, esto
quería decir que había retraso mental.

Este test se revisó y se perfeccionó en varios países. Lewis


Terman lo adaptó con el nombre de test Stanford-Binet
y utilizó el concepto de cociente intelectual (CI). Se
considera que el CI medio en un grupo de edad es 100.

Los distintos tipos de tests de


inteligencia
Existen distintas maneras de clasificar los test de inteligencia,
pero normalmente éstos pueden ser:

Test de conocimiento adquirido


Este tipo de pruebas miden el grado de adquisición de
conocimiento en una determinada área. Por ejemplo, en
la escuela se pueden emplear en formato examen para saber
si los alumnos han aprendido lo suficiente en una asignatura.
Otro ejemplo puede ser un test de aptitudes administrativas
que se realiza para poder optar a un puesto de trabajo.
Sin embargo, el valor de estos test a la hora de medir la
inteligencia es relativo, porque por inteligencia se suele
entender una habilidad más que una acumulación de
conocimientos adquiridos previamente.

Test de Inteligencia verbal


En este tipo de tests se evalúa la capacidad para
comprender, utilizar y aprender el lenguaje. También se
evalúa la comprensión rápida de textos, la ortografía o la
riqueza del vocabulario. De cuenta de las habilidades verbales
necesarias para comunicarse y vivir en comunidad, pero
también del modo en el que se organizan los pensamientos
mediante la estructura del lengaje.

Test de Inteligencia numérica


Estas pruebas miden la capacidad para resolver
cuestiones numéricas. En este tipo de tests se presentan
distintos ítems: cálculo, series numéricas o cuestiones
aritméticas.

Test de Inteligencia lógica


Este tipo de tests evalúa la capacidad de razonamiento
lógico, por tanto, ponen a prueba la capacidad de análisis y
lógica de la persona. Este es el núcleo de muchos test de
inteligencia, ya que sirve para evaluar la habilidad para
realizar operaciones abstractas en las que la corrección o
incorrección del pensamiento o está tanto en el contenido de
estos como en el modo en el que ecajan entre sí y cómo se
relacionan formalmente.

Tipos de tests de inteligencia:


Individuales vs grupales
Además de estos tipos de test existen otros test que miden
diferentes tipos de inteligencia, como por ejemplo, la
inteligencia emocional. 

Por otro lado, también se suelen clasificar los tests en función


de su aplicación: tests individuales o tests en grupo. A
continuación se muestran los tests de inteligencia más
conocidos según estos tipos de tests.

Tests individuales
Los test individuales se presentan a un sólo individuo. Éstos
son los más conocidos:

Test de inteligencia Stanford-Binet


Este test es una revisión del test de Binet-Simon. Se aplica
principalmente a niños (de los 2 años en adelante),
aunque también se puede utilizar en personas adultas.
Los niños suelen realizarlo en 30-45 minutos, los adultos
hasta en una hora y media. Este test tiene un fuerte
componente verbal y permite obtener un CI en cuatro áreas o
dimensiones: razonamiento verbal, razonamiento numérico,
razonamiento visual y memoria a corto plazo, y un CI global
que equivale al “Factor G”.
Test WAIS
La escala de inteligencia Wechsler para adultos permite
obtener el CI, y además ofrece independientemente el
CI manipulativo y el CI verbal. Contiene 175 preguntas y,
además, historietas y series de dígitos. Está constituida por
15 subescalas, y tiene una duración de 1 o 2 sesiones de 90-
120 minutos. Se aplica a partir de los 16 años.

Test WISCH
El WISC fue desarrollado por el mismo autor que la escala
anterior, David Wechsler, como una adaptación de la
Escala de Inteligencia de Wechsler para Adultos
(WAIS), pero, en este caso, para niños. Al igual que el
anterior, no permite obtener puntuaciones en tres escalas: la
verbal, la manipulativa y la total. Está constituida por 12
subescalas.

Batería de Kaufman de Evaluación para Niños


(K- ABC)
La batería de Kaufman de Evaluación para Niños fue
diseñada con el propósito de evaluar las habilidades de
los niños de entre 2 años y medio y 12 años y
medio para resolver problemas que requieren un
procesamiento mental simultáneo y secuencial. Además,
también mide las habilidades adquiridas en lectura y
aritmética. Las pruebas pueden administrarse en un lapso de
35 a 85 minutos.
Test de Raven
Su finalidad es medir el CI. Es un test no verbal, donde el
sujeto debe describir piezas faltantes de una serie de láminas
impresas, y para ello debe utilizar habilidades
perceptuales, de observación y razonamiento
analógico para deducir las piezas faltantes. Se aplica en
niños, adolescentes y adultos.

Pruebas Woodcock-Johnson III de Habilidades


Cognitivas (WJ III)
Esta prueba consiste en dos baterías que miden la
inteligencia general, habilidades cognoscitivas
específicas y el aprovechamiento académico. Tienen un
amplio rango de edad, pues se pueden utilizar para todas las
edades a partir de los dos años. El test consta de una batería
estándar para evaluar 6 áreas, y 14 áreas de evaluación
adicionales se observan cuando se aplica la batería ampliada.

Test de inteligencia en grupo


Los test de inteligencia en grupo nacen gracias a la
aportación de Arthur Otis, un estudiante de la Universidad
de Stanford y alumno de Lewis Terman. Este último impartía
un curso sobre la Escala de Inteligencia Stanford-Binet en la
misma universidad. Otis tuvo la idea de adaptar este test a un
formato de prueba colectiva y, posteriormente, esta prueba
pasó a ser el Examen Alfa del Ejército, para la selección
militar y la clasificación de puestos.
Tras el Examen Alfa, otras pruebas de aplicación colectiva han
surgido. Éstas son unas de las más conocidas:

Prueba Otis-Lennon de Habilidad Escolar


(OLSAT)
Este test consiste en diversos reactivos de imágenes,
verbales, de figuras y cuantitativos, que permiten medir
compresión verbal, razonamiento verbal, razonamiento
de imágenes, razonamiento de figuras y razonamiento
cuantitativo. Se aplica en niños desde etapa escolar hasta
12º grado. Este test dispone de dos formas y siete niveles,
cada uno puede administrarse en 60-75 minutos.

Prueba de Habilidades cognoscitivas (CogAT)


Esta prueba mide la capacidad de los niños de razonar y
resolver problemas utilizando símbolos verbales,
cuantitativos y espaciales. El test consta de distintos niveles,
3 baterías (verbal, cuantitativa y no verbal) y su
administración dura unos 90 minutos.

Prueba de Personal de Wonderlic


Este test consta de 50 ítems que consisten en analogías,
definiciones, problemas de lógica y aritmética,
relaciones espaciales, comparaciones entre palabras y
ubicación de dirección. Es una herramienta ampliamente
utilizada en los procesos de selección de personal en el
ámbito laboral. Su aplicación es breve: 12 minutos.
Los 12 tipos de inteligencia
Y claro, desde que este constructo se estudia, varias teorías
han intentado explicar qué es la inteligencia. Desde
la inteligencia cristalizada y fluida de Raymond Cattell,
la teoría bifactorial de Spearman o las inteligencias
múltiples de Howard Gardner, son muchas las
aportaciones que los distintos investigadores y profesionales
de la psicología nos han dejado para ayudarnos a entender
cómo funciona la inteligencia humana.
Esta última teoría, la de las inteligencias múltiples, ha sido
muy influyente a la hora de nombrar algunas de las
inteligencias más reconocidas y a contribuido notablemente a
romper con el paradigma de la inteligencia unitaria.
Pero, ¿qué tipos de inteligencia existen? A continuación
puedes ver una lista con los distintos tipos de inteligencia.

1. Inteligencia lingüística
Como su nombre indica, es la habilidad de dominar el
lenguaje. Pero este tipo de inteligencia no solamente incluye
el lenguaje oral, sino también la escritura o la gestualidad, por
lo que tiene mucho que ver con el proceso comunicativo. Las
personas que tienen una alta inteligencia lingüística tienen
una sensibilidad especial por el significado de las palabras, el
orden de las mismas, los sonidos, los ritmos, la métrica, etc.
(por ejemplo, los escritores o los poetas).
Puedes conocer más sobre este tipo de inteligencia leyendo este
post: "Inteligencia lingüística: ¿qué es y cómo se puede mejorar?"
Inteligencia lingüística:
¿qué es y cómo se puede
mejorar?
La capacidad verbal puede mejorarse poco a poco,
siguiendo estos consejos.

La capacidad para expresarnos mediante el lenguaje es


una de esas características que nos distingue del resto de
seres vivos. La comunicación verbal es, además, una útil
herramienta que nos ha permitido sobrevivir en entornos
adversos, entender mejor nuestro entorno y formar grandes
comunidades en las que cientos de personas cooperan entre
sí.
En resumidas cuentas, somos una especie próspera en parte
gracias a nuestra habilidad para combinar palabras entre sí. A
esta capacidad la podemos llamar Inteligencia
lingüística (o inteligencia verbal).

Una definición sobre la Inteligencia


lingüística
Piensa en la manera en la que explicarías a otra persona que
una maceta ha caído al suelo y se ha roto. Sencillo, ¿verdad?
Ahora piensa en esta otra situación: debes leer un texto de
dos páginas en el que una filósofa explica qué es la metafísica
para ella, y hacerle un resumen sobre esto a otra persona.
Seguramente creerás que esta última tarea es bastante más
complicada, a pesar de no haber leído ese texto. A pesar de
que eres capaz de desenvolverte bien con el lenguaje en tu
día a día, algunas tareas que involucran el uso de las
palabras parecen especialmente difíciles en
comparación a otras. Algunas de estas actividades, de
hecho, pueden parecer imposibles de realizar, como por
ejemplo explicarle cómo nos sentimos a una persona cuyo
idioma no dominamos del todo.
Estos pequeños escollos cotidianos sirven para hacernos una
idea de lo que es la Inteligencia lingüística: el grado en el que
una persona es capaz de usar hábilmente el lenguaje para
expresar y entender ideas y para conseguir objetivos a partir
de esta habilidad.
La Inteligencia lingüística (a veces llamada también
Inteligencia verbal) forma parte de la Teoría de las
Inteligencias Múltiples de Howard Gardner, y tenerla en
cuenta permite crear estrategias de potenciación del uso del
lenguaje.

Una herramienta para adaptarnos al


medio
La realidad no es algo fácil de entender, así que la manera de
formular explicaciones acerca de esta tampoco debería serlo.
La gran mayoría de las personas nacemos con la capacidad
para aprender el lenguaje, pero no todas nos llevamos
igual de bien con nuestro idioma materno. Y es posible
que en algunas situaciones notemos que no tenemos control
sobre las palabras, que nuestra Inteligencia lingüística no está
tan desarrollada como lo requiere el contexto.
Precisamente por eso es importante la Inteligencia lingüística:
teniendo en cuenta su existencia podemos saber hasta qué
punto somos hábiles haciéndonos entender y entendiendo lo
que se nos dice, tanto por hablado como por escrito. Esto es
especialmente importante si tenemos en cuenta que el uso
del lenguaje permite que nos acerquemos a nuestros
objetivos y, por lo tanto, tener más o menos Inteligencia
lingüística repercute en nuestras posibilidades de
gestionar problemas, abordar proyectos o incluso
mantener relaciones saludables con otras personas.

¿Cómo mejorar en Inteligencia


lingüística?
Si es cierto que la Inteligencia puede ser resumida
rápidamente como la capacidad para encontrar soluciones
ante problemas nuevos de la manera más efectiva, no es
menos cierto que esta se puede mejorar tomando algunos
hábitos y rutinas. La Inteligencia lingüística, como parcela
concreta dentro del concepto más amplio de "inteligencia", no
es una excepción a esta regla. Eso significa que podemos
tomar medidas para influir en nuestro grado de
desempeño en Inteligencia lingüística, cambiando para
mejor nuestra capacidad de adaptarnos a nuevas situaciones
en las que un manejo hábil de las palabras sea útil (¡difícil
encontrar una situación en la que no se de esto!).
Sabiendo todo esto, ya puedes empezar a introducir
pequeños cambios en tu día a día para mejorar en tu
habilidad con el lenguaje. Aquí tienes algunas indicaciones y
recomendaciones para potenciar tu Inteligencia lingüística.

1. Empieza un diario personal


Empezar un diario es un buen primer paso. Escribirás sobre
temas que te afectan indirectamente y que te parecen
interesantes o relevantes, así que es difícil que esta actividad
se haga aburrida. Además, no tendrás la presión de tener que
escribir algo impresionante para impresionar a alguien,
porque son escritos para ti, que nadie más tiene por qué
ver. Será fácil que mejores tus habilidades verbales si
te fuerzas a explicar tus vivencias y sentimientos.
2. Elige un tema interesante y escribe un
breve ensayo sobre ello
Escribir libremente sobre lo que se siente y partiendo de la
manera propia de ver la realidad es una buena manera de
entrenarse en Inteligencia lingüística, pero conviene
plantearse retos para que el nivel de dificultad de las
tareas no sea siempre el mismo. Por eso, además de
escribir un diario, es bueno acotar temas algo más
universales y escribir sobre ellos. De este modo te obligarás a
ampliar tu vocabulario y mejorarás tu capacidad para
expresarte sobre un tema concreto a lo largo de textos más o
menos largos.

3. Aprecia el valor de un buen diálogo


Si quieres pulir tu Inteligencia lingüística, también podría
serte útil relacionarte con personas con las que no
sueles comunicarte habitualmente. Personas con
inquietudes e intereses distintos a los tuyos, gente con la que
no puedas usar tu argot propio y que te obligue a salir de
tu zona de conforta la hora de hablar. Nada mejor que el reto
de comunicarse con alguien que tiene otro punto de vista
para llegar a ser capaz de entender y hacerse entender.

4. Lee mucho y bien


Hay pocas cosas mejores para descubrir expresiones y
vocabulario que la lectura. Hay una cantidad casi infinita
de libros en los que puedes memorizar y repasar todo
tipo de rutas lingüísticas a la vez que te entretienes o
aprendes sobre cosas que te interesan. Sin embargo, si
quieres mejorar tu Inteligencia lingüística sacándole el
máximo jugo a los libros, lo mejor es cuidar lo que lees.
Procura que caigan en tus manos libros de autores variados,
para ver un poco de todo.
5. ¿Le das una oportunidad a la poesía y a la
música?
La poesía y la música tienen el valor añadido de que rompen
las convenciones de la gramática para comunicar y expresar
fenómenos y emociones. Entrar en contacto con formas líricas
de expresión puede hacer que te acostumbres a ver el
lenguaje como un juego creativo en el que las palabras
están al servicio del mensaje, y no al revés. De hecho, hay un
ejemplo en el que se comprobó cómo el entrenamiento
musical en niños preescolares servía para mejorar su
Inteligencia verbal.

Inteligencia lingüística en niños


Estas recomendaciones pueden serte útiles a ti, pero algunas
también pueden ser adaptadas para que los niños y
niñas entren en las capacidades relacionadas con
Inteligencia lingüística. Al fin y al cabo, es en las primeras
etapas de la infancia cuando cobra más importancia tener los
medios para aprender rápidamente los rudimentos del
lenguaje, que se irán desarrollando durante el crecimiento.

2. Inteligencia lógico-matemática
Es la capacidad de conceptualizar las relaciones lógicas
entre las acciones o símbolos (por ejemplo, un
matemático o científico). Dicho de otra forma, es la
habilidad para razonar de manera deductiva y lógica y la
habilidad de resolver problemas matemáticos.
El psicólogo Jean Piaget, cuando realizó sus estudios, pensó
que estaba trabajando sobre una amplia gama de
inteligencias, pero en realidad estaba estudiando la
inteligencia lógico-matemática. La rapidez para solucionar
problemas matemáticos es el indicador más habitual para
determinar cuánta inteligencia lógico-matemática posee un
individuo.
Artículo recomendado: "Inteligencia lógico-matemática: ¿qué es y
cómo la podemos mejorar?"
Inteligencia lógico-
matemática: ¿qué es y
cómo la podemos mejorar?
Las habilidades relacionadas con la lógica y los
números se pueden desarrollar con el tiempo.

Nuestra habilidad a la hora de resolver problemas


matemáticos ha sido considerada durante mucho tiempo la
forma de expresión más clara de nuestra
propia inteligencia. 
Solía medirse el tiempo que se tardaba en detectar patrones
matemáticos en series, resolver una operación de cálculo
mental o dar respuesta a ejercicios de geometría. Hoy en día
sigue teniendo mucha importancia esta capacidad a la hora
de evaluar las capacidades cognitivas del ser humano, pero
nuestra concepción de lo que es (o puede ser) la inteligencia
se ha vuelto más amplia.
Es por eso que han surgido propuestas como la Teoría de las
Inteligencias Múltiples, uno de cuyos componentes es
la Inteligencia lógico-matemática formulada por
el psicólogo Howard Gardner.
Para saber más: "Los 12 tipos de inteligencia: ¿cuál posees tú?"
Una definición de Inteligencia lógico-
matemática
Este tipo de inteligencia puede ser definido como nuestra
capacidad de razonamiento formal para resolver
problemas relacionados con los números y las
relaciones que se pueden establecer entre ellos, así
como para pensar siguiendo las reglas de la lógica.
En la Inteligencia lógico-matemática se dan la mano la
matemática y la lógica porque pensar a través de ambas
requiere seguir las normas de un sistema formal,
desprovisto de contenidos: uno más uno es igual a dos, sean
lo que sean las unidades con las que se trabaja, al igual que
algo que es no puede no ser, independientemente de lo que
se trate. En definitiva, estar dotados en mayor o menor
medida de inteligencia lógico-matemática nos permite
reconocer y predecir las conexiones causales entre las
cosas que pasan (si le añado 3 unidades a estas 5, obtendré
8 porque las he sumado, etc.).
Las implicaciones que tiene para nuestra manera de pensar y
actuar lo dicho anteriormente son claras. Gracias a esta
inteligencia somos capaces de pensar de manera más o
menos coherente, detectar regularidades en las relaciones
entre las cosas y razonar lógicamente. 
Se podría decir que, más allá de nuestra manera única de ver
las cosas y usar el lenguaje a nuestra manera para definir las
cosas que ocurren en el mundo, la inteligencia lógico-
matemática nos permite abrazar unas reglas lógicas que
hacen que nuestro pensamiento pueda conectar con el
de los demás.

Habilidades cognitivas más allá del lenguaje


Es importante remarcar que este tipo de inteligencia no
explica directamente nuestra manera de pensar en general, ni
nuestro uso del lenguaje o la interpretación de la realidad
propia. Estos factores  dependen en gran parte de
nuestra ideología y el uso del lenguaje que nos
caracteriza. 
La inteligencia lógico-matemática no nos sirve para
cuestionando si estamos sumando el tipo de unidades que
deberíamos estar sumando, por ejemplo, al igual que la lógica
no nos dice qué aspectos de un problema deberíamos
priorizar y resolver primero, ni cuáles deben ser nuestros
objetivos. Sin embargo, una vez fijadas ciertas normas, lo que
queda sí puede ser evaluable como inteligencia lógico-
matemática.
Un ejemplo: cuando nos proponen un problema matemático,
podemos elegir si resolverlo o no y,una vez aceptadas las
normas del enunciado, podemos resolverlo bien o mal.
Pero también podemos negarnos a resolver ese problema
porque hacer eso no sería útil a nuestros propósitos, por el
motivo que sea, o contestar mal adrede porque no aceptamos
las reglas impuestas desde un inicio.

¿Cómo mejorar en inteligencia lógico-


matemática?
Seguramente lo habrás adivinado, porque resulta casi
evidente: enfrentándote a tareas que te fuercen a usar
este tipo de inteligencia. Al principio, esto puede resultar
muy tedioso para algunas personas, pero los progresos que se
pueden hacer son espectaculares y muy útiles para el día a
día, especialmente los relacionados con el cálculo mental.
Puedes empezar con cuadernos para ir aprendiendo
matemáticas a tu ritmo o asistir a academias especializadas
(si bien la mayoría de ellas tienen un enfoque universitario).
También tienes la opción de empezar prácticamente
desde cero en webs de formación gratuita como la
recomendadísima Khan Academy, en la que puedes medir
tus progresos e ir eligiendo las ramas de aprendizaje a tu
gusto.

Una de las claves: el pensamiento lógico


En cuanto a la parte que hace referencia al pensamiento
lógico, es posible que lo encuentres más ameno al principio,
ya que la mejor forma de desarrollarla es dialogar y discutir
mediante argumentos, vigilando para no caer en falacias.
Algo que es típico, por ejemplo, de cualquier noche de bares o
de una cena de navidad con la familia, pero que puede ser
generalizado a muchos otros momentos de tu vida. Para tener
a mano el funcionamiento de la lógica, puedes buscar libros
de tu elección que traten de la lógica y las falacias lógicas.

3. Inteligencia espacial
La inteligencia espacial se define como la capacidad
humana poder observar el mundo y los objetos desde
diferentes perspectivas y, además, es la habilidad para
manipular o crear imágenes mentales para poder resolver
problemas. Este tipo de inteligencia se compone de distintas
habilidades: imaginación dinámica, manipulación de las
imágenes, habilidades gráficas artísticas o razonamiento
espacial, entre otras. La gente con alta inteligencia espacial
es muy buena haciendo puzzles o dibujando. Los escultores,
arquitectos, pintores o pilotos son ejemplos de individuos con
alta habilidad espacial.
Más sobre esta inteligencia: "Inteligencia espacial: ¿qué es y cómo se
puede mejorar?"

Inteligencia espacial: ¿qué


es y cómo se puede
mejorar?
Este tipo de inteligencia puede mejorarse con ejercicios
específicos.
La inteligencia espacial es un concepto que se deriva de
la Teoría de las Inteligencias Múltiples propuesta por el
psicólogo Howard Gardner. Este tipo de inteligencia puede ser
definida como el conjunto de habilidades mentales
relacionados directamente con la navegación y la
rotación de objetos en nuestra mente (es decir, su
visualización imaginaria desde distintos ángulos). Por tanto, la
inteligencia espacial se llama así porque está involucrada en
la resolución de problemas espaciales, ya sean reales o
imaginarios.
De nuestro nivel de inteligencia espacial dependerá nuestro
éxito en tareas como conducir y aparcar un coche,
construir una maqueta, orientarse, darle instrucciones a
otra persona que ve las cosas desde otro ángulo o manejar
herramientas más o menos complejas. 
Otras actividades menos frecuentes en las que la inteligencia
espacial está fuertemente involucrada son, por ejemplo,
aquellas en las que se debe esculpir una forma en un material
o hacer un plano de una estructura. Por ello, tanto
arquitectos como escultores tienden a mostrar buen
nivel de este tipo de inteligencia.

Inteligencia espacial y visión


Algo que debemos tener en cuenta a la hora de entender el
concepto de inteligencia espacial es que, como tal, no
depende de nuestra capacidad para ver a través de los
ojos. Lo determinante en la inteligencia espacial es ser capaz
de imaginar un espacio tridimensional que mantenga su
coherencia con el paso del tiempo independiente del ángulo
desde el que se lo visualiza mentalmente.
Desde luego, la vista es uno de los sentidos más importantes
a la hora de aprender cómo es nuestro entorno, pero las
personas que nacen ciegas también pueden servirse de la
inteligencia espacial gracias a la información del entorno que
les llega a través del oído, el tacto, etc.

¿Se puede mejorar en inteligencia


espacial?
Como muchas veces pasa al tratar el tema de la
inteligencia, bastante gente tiende a pensar que este
tipo de capacidades mentales son innatas y vienen
determinadas por la herencia genética. En el caso de
inteligencia espacial, además, se da el hecho de que varias
investigaciones parecen sugerir que los hombres tienen
habilidades espaciales algo superiores cuando se los compara
con el sexo contrario.
Sin embargo, la inteligencia espacial puede ser mejorada
con un cierto entrenamiento, al igual que ocurre con
la inteligencia en general.
Se ha demostrado que practicar ejercicios similares a los que
se utilizan para evaluar el nivel de inteligencia espacial
resulta práctico para mejorar en esta dimensión de las
capacidades cognitivas. Estos ejercicios consisten, por
ejemplo, en tareas de rotación espacial, comparación de
dos objetos colocados en diferente posición que pueden
ser iguales o sólo similares, atención espacial a varios
estímulos, etc.

Entonces... ¿cómo mejorarla?


Los ejercicios concretos que se han demostrado eficaces para
mejorar en inteligencia espacial son difícilmente accesibles
desde casa, y pertenecen en todo caso a programas de
entrenamiento dirigidos por especialistas. Sin embargo, eso
no quita que podamos incluir en nuestro día a día algunas
tareas que emulan la lógica utilizada en estas pruebas de
laboratorio. Para ello no hay más que tener en cuenta lo
que es la inteligencia espacial y echarle creatividad.
Por ejemplo, conducir un coche de manera habitual (y segura)
puede ayudar, ya que en él tenemos que tener en cuenta la
situación de todas las partes de su superficie. Aprender a
planificar la colocación de figuras en dibujos creados por
nosotros también supone el reto de distribuir objetos que,
aunque bidimensionales, ocupan un espacio. Lo mismo ocurre
con tareas algo más exigentes (y costosas), como tallar una
figura en un bloque de madera. Cualquiera de estas
actividades refuerza nuestras habilidades cognitivas
vinculadas a la inteligencia espacial y visual.
Del mismo modo, existen juegos cuyas mecánicas están
directamente relacionadas con la puesta a prueba de las
habilidades espaciales y, por extensión, de la inteligencia
espacial. Entre los juegos tradicionales podríamos nombrar,
por ejemplo, los tangrams y los cubos de Rubik. Por otro
lado, algunos ejemplos de videojuegos que suponen un reto
especial para nuestra inteligencia espacial podrían ser Portal,
Antichamber o Q.U.B.E., aunque los clásicos juegos de
plataformas en tres dimensiones tales como Super Mario
Galaxy también pueden ir bien, dado que hay que tener en
cuenta la posición de la cámara, la del personaje y la
ubicación en la que se quiere aterrizar en cada salto.
¡Que no se diga que ejercitar la inteligencia es
aburrido!

Referencias bibliográficas:

 Tzuriel, D. y Egozi, G (2010). Gender Differences in


Spatial Ability of Young Children: The Effects of Training and
Processing Strategies. Child Development. 81(5): 1417 - 1430.

4. Inteligencia musical
Mientras algunas personas son muy buenas realizando
esculturas o pintando, otras tienen una capacidad enorme
por elaborar piezas musicales, pues reconocen y
componen tonos y ritmos musicales con gran talento. Estas
personas aventajadas en el aspecto musical tienen una
inteligencia musical alta, lo que les permite tocar
instrumentos y leer o componer piezas musicales con
facilidad.

5. Inteligencia corporal y cinestésica


Y los bailarines, ¿qué tipo de inteligencia poseen? Pues según
la teoría de las inteligencias múltiples poseen la que se
conoce como inteligencia corporal o cinestésica, que es la
habilidad de utilizar el propio cuerpo, es decir, la
coordinación de los movimientos corporales.
Este tipo e inteligencia hace visible una gran conexión entre
la mente (y las emociones) y el movimiento, y, además de los
bailarines, suelen poseerla actores o deportistas. ¿Has visto
jugar alguna vez a Leo Messi? Seguramente no pueda tocar
una pieza de Beethoven o hacer una caricatura de Luis
Suárez, pero, con el balón en los pies, es capaz de hacer
cosas que no están al alcance de nadie más.

6. Inteligencia intrapersonal
Hay individuos que poseen una notable habilidad de
entenderse a sí mismos, sus pensamientos y emociones y
regular su propio comportamiento, porque son capaces de
acceder a sus sentimientos y emociones y reflexionar sobre
éstos. Aunque la inteligencia intrapersonal comprende el
autoconocimiento y la autoapreciación, también incluye el
entendimiento de la condición humana. Los psicólogos,
filósofos o los escritores, generalmente tienen una alta
capacidad en este tipo de inteligencia. Además, este tipo de
individuos suelen gozar de un mayor bienestar emocional y
psicológico.
Saber más: "Inteligencia intrapersonal: ¿qué es y cómo se puede
mejorar?"
Inteligencia intrapersonal:
¿qué es y cómo se puede
mejorar?
¿Cómo podemos mejorar la capacidad para
comprendernos mejor a nosotros mismos?

Cuando hablamos acerca del concepto de inteligencia, es


muy fácil pensar en la que se necesita para resolver
problemas matemáticos, reparar un aparato o planificar una
estrategia a seguir en casos concretos. 
Sin embargo, también podemos considerar que hay un tipo
de habilidades mentales que son de carácter más
privado, difícil de externalizar de manera muy
llamativa. Lo que ha sido llamado inteligencia
intrapersonal es un buen ejemplo de esto.

¿Qué es la inteligencia intrapersonal?


La inteligencia intrapersonal es uno de los tipos de
inteligencia propuestos en la Teoría de las Inteligencias
Múltiples de Howard Gardner. El conjunto de habilidades
cognitivas a las que da expresión es un tanto brumoso y difícil
de distinguir de otras formas de inteligencia, pero en
resumidas cuentas puede decirse que la inteligencia
intrapersonal hace referencia al grado en el que
conocemos los aspectos internos de nuestra propia
manera de pensar, sentir y actuar. En otras palabras,
representa nuestra habilidad a la hora de conocernos a
nosotros mismos e intervenir sobre nuestra propia psique, en
un sentido amplio.

¿De qué manera podemos conocernos a


nosotros mismos? 
Según la Teoría de las Inteligencias Múltiples, reconociendo el
repertorio de sentimientos que definen nuestra propia manera
de ser (y el tipo de estímulos que pueden inducir a cada uno
de ellos), discriminando bien entre distintos estados de ánimo
y aprovechando estos conocimientos para regular nuestra
conducta hacia objetivos determinados. De este modo, la
inteligencia intrapersonal es la que hace posible que
podamos conocer los aspectos internos de nuestra
mente y utilizar esta información a nuestro favor.
Por ejemplo, saberse especialmente sensible en ciertos temas
puede facilitar la tarea de afrontamiento de situaciones
conflictivas, lo cual puede ser clave para evitar perder el
control en estos casos y, a la vez, trabajar técnicas para
controlar los niveles de ansiedad, ira, etc.

Diferenciando conceptos
La inteligencia intrapersonal puede ser confundida
fácilmente con la inteligencia emocional, un constructo
teórico en el que han trabajado varios psicólogos y que no
nace de la Teoría de las Inteligencias Múltiples. Es cierto que
ambos tipos de inteligencia enfatizan el autoconocimiento y la
regulación de las emociones, pero la inteligencia emocional es
un concepto más amplio. Así, la diferencia entre la
inteligencia intrapersonal y la inteligencia emocional se halla
básicamente en que la intrapersonal sólo da cuenta de
algunos procesos que podrían compararse a lo que se mide al
estudiar la segunda.
Por otro lado, también puede confundirse la inteligencia
intrapersonal con la inteligencia interpersonal, que
también está enmarcada en la teoría propuesta por Gardner.
La inteligencia interpersonal está relacionada con nuestra
capacidad para relacionarnos con los demás y trabajar en
equipo de manera óptima, mientras que la intrapersonal es de
ámbito privado. Es decir, que la primera nos permite conocer
a los demás e interactuar con ellos de manera útil y exitosa,
mientras que la segunda nos permite hacer lo propio con
nosotros mismos. 
Ambas, sin embargo, podrían tener muchos nexos de
unión con lo que se entiende por inteligencia
emocional.

¿Cómo mejorar en inteligencia


intrapersonal?
Llegados a este punto, cabe recordar que toda forma de
inteligencia puede ser entrenada y mejorada con el
tiempo como si de un músculo se tratase. Sin embargo,
cabe decir que la inteligencia intrapersonal está
insuficientemente estudiada y que es difícil proponer métodos
exactos y avalados por la ciencia para mejorarla. 
Sin embargo, más allá de la luz que puedan arrojar sobre este
tema futuras investigaciones científicas, yo recomendaría lo
siguiente para ver progresos en el área de la inteligencia
intrapersonal:

1. Dale una oportunidad al Mindfulness


El Mindfulness se ha mostrado útil a la hora de incrementar
las propias habilidades de autorregulación de emociones, así
que puede ser una buena idea iniciarse en su práctica de
manera sostenida. También puedes probar con formas de
meditación tradicionales. 
Te dejo dos links para que, si lo deseas, puedas ahondar en
estas dos interesantes disciplinas:

"Mindfulness: 8 beneficios de la
atención plena"
"Beneficios de la meditación
avalados por la ciencia"

Si alguna vez te has interesado por la meditación, te habrás


dado cuenta de que es una práctica cuyos frutos no se
recogen de la noche a la mañana. Meditar requiere meses de
práctica, constancia y, por mucho que aparentemente no sea
muy demandante físicamente, también exige esfuerzo. 
Si a esto le unimos el hecho de que los supuestos beneficios
de la meditación no siempre están bien sustentados
empíricamente y a veces consisten en simples proclamas
New Age, no es extraño que algunos abandonen tras los
primeros días de práctica, agotados y desmotivados por la
aparente falta de incentivos inmediatos.
Sin embargo, entre los océanos de opiniones y juicios de valor
sobre la meditación también se pueden encontrar
algunas publicaciones científicas que sirven para arrojar
luz sobre el asunto que todo el mundo quiere saber: ¿cuáles
son los beneficios de la meditación que cuentan con
fundamento científico?
Algunos beneficios de la meditación
que, probablemente, existen
A pesar de que la meditación ha sido engendrada en una
filosofía y cultura alejadas del racionalismo occidental, sí hay
algunos estudios en los que se muestran posibles efectos de
la meditación, seguramente por su posible aplicación
terapéutica a precios muy bajos. A continuación encontrarás
enumerados algunos de estos posibles beneficios de la
meditación que cuentan con el respaldo de grupos de
investigación en ciencia.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que estos artículos
científicos sirven para describir correlaciones y darles una
interpretación, aunque no se sabe muy bien de qué manera
se producen cambios en nuestro cuerpo a través de estas
prácticas centenarias.

1. Mitiga los efectos del estrés


Algunas investigaciones indican que la práctica continuada de
meditación ayuda a combatir el estrés y sus efectos adversos.
Por ejemplo, una investigación en la que participaron
pacientes de cáncer arrojó datos sobre una mejora no sólo en
lo relativo al estrés, sino también en cuanto a síntomas de
depresión, confusión y otras escalas, tanto en hombres como
en mujeres.

2. Podría tener efectos positivos sobre el


sistema inmunológico
Se ha comprobado cómo una serie de voluntarios sometidos a
un programa de Mindfulnessdesarrolló más anticuerpos de
la gripe, lo cual significa que uno de los beneficios de la
meditación puede repercutir sobre el sistema inmunológico. El
artículo se publicó en Psychosomatic Medicine.
3. Mejora la capacidad de atención
Se ha comprobado en pruebas de multitasking(hacer
varias cosas a la vez) y en un estudio sobre el attentional
blink, que ocurre cuando un estímulo es eclipsado por otro
que lo precede con poco margen de tiempo entre ellos y por
lo tanto el individuo sólo se da cuenta del primero. Las
personas que habían estado meditando mostraron una
reducción del attentional blink, lo cual significa que
aprendieron a gestionar mejor los recursos del cerebro de los
que depende la atención.

4. Es útil para empatizar y conectar con los


demás
Otro de los probables beneficios de la meditación se
encuentra en la relación con los demás. Unos minutos de
meditación se han mostrado eficaces a la hora de
predisponer a un contacto personal más próximo con
personas desconocidas.

5. Aumenta la tolerancia ante el dolor


Cuatro días de Mindfulness se han mostrado
suficientes para reducir la sensación de dolor y producir
cambios en las estructuras cerebrales asociadas con el
procesamiento del dolor.

6. Mejora la memoria y otras funciones


cognitivas
Unas pocas sesiones de Mindfulness pueden traducirse en
una mejora de la memoria de trabajo y el procesamiento
visoespacial.
7. Potencia la aparición de pensamientos
positivos
Entre los beneficios de la meditación no podía faltar uno que
atañe a la psicología positiva, una de las corrientes que más
utiliza las prácticas de relajación. Cierto tipo de meditación se
ha mostradode ayuda a la hora de mantener a raya las
creencias poco adaptativas, mantener hábitos con un
significado importante y, en general pensar de forma positiva.

2. Plantéate a menudo lo que estás sintiendo


Pararte a reflexionar sobre los sentimientos que experimentas
habitualmente te ayudará a reconocerlos cuando aparezcan y
detectar sus patrones, regularidades, etc. De este
modo, sabrás qué situaciones desencadenan estos
estados de ánimo y te darás cuenta de cómo sueles
actuar cuando te sientes así. 
Etiquetar mentalmente estas emociones con nombres o
palabras en general es una buena manera de empezar.

3. Plantéate cómo puedes orientar este


conocimiento hacia metas
Saber mucho sobre nuestra manera de pensar y sentir sirve
de poco si no aprovechamos esa información para
mejorar nuestra calidad de vida. La inteligencia
intrapersonal es también, en parte, poder predecir algunas
cosas sobre nuestro propio comportamiento. Por lo tanto,
puedes crear planes de acción para intervenir sobre tus
maneras de sentir, pensar y actuar. 
Un ejemplo sería esconder una barra de chocolate porque
sabemos que al entrar en periodos de ansiedad tendemos a
recurrir a la comida para buscar alivio.
4. Evalúa tus progresos
Para poder progresar en el autoconocimiento, es bueno
mirar hacia atrás para ver lo que funciona y lo que no.
Ser críticos con los propios avances también es imprescindible
si no queremos obtener una visión demasiado optimista sobre
lo que hacemos.
Estos pasos te pueden ayudar para trabajar mejor el trato con
tu propia persona, pero la última palabra la tienes, cómo no,
tú. Cada persona es un mundo, y la existencia de la
inteligencia intrapersonal es un recordatorio de ello. Ningún
manual ni libro de autoayuda será capaz de darte todas las
piezas que necesitas para entender bien cómo funcionas. Esa
tarea te corresponde a ti.

8. Inteligencia emocional
Uno de los recientes y grandes paradigmas de la inteligencia
es la inteligencia emocional. A pesar de que el concepto de
inteligencia emocional fue empleado por primera vez por los
psicólogos americanos Peter Salovey y John Mayer en el año
1990, fue Goleman quien, gracias a su best-
seller Inteligencia Emocional (1995), hizo famoso este
constructo.
La inteligencia emocional comprende tanto la
inteligencia intrapersonal como la inteligencia
interpersonal, y está compuesta por cinco elementos:
autoconciencia emocional, autocontrol emocional,
automotivación, empatía y habilidades sociales. Son muchas
las investigaciones que afirman que la inteligencia
emocional aporta muchos beneficios: minimiza los
efectos del estrés y lo previene, mejora el bienestar
emocional, mejora las relaciones interpersonales, mejora el
rendimiento laboral…

9. Inteligencia naturalista
La inteligencia naturalista se refiere a la sensibilidad
que muestran algunas personas hacia el mundo
natural, pues es la habilidad de distinguir, ordenar, clasificar,
comprender y utilizar elementos del medio ambiente, objetos,
animales o plantas. En el pasado, este tipo de inteligencia era
sumamente importante para la supervivencia. Los biólogos,
campesinos, botánicos o cazadores dominan este tipo de
inteligencia.

10. Inteligencia existencial


Mientras algunos individuos viven el día sin dedicarle mucho
tiempo al motivo de las cosas, las personas con alta
inteligencia existencial tienden a meditar sobre su
existencia. Este tipo de pensamientos pueden incluir el
sentido de la vida y la muerte. La inteligencia existencial es
conocida como la novena inteligencia múltiple en la teoría de
Howard Gardner, y éste la define como: “la capacidad para
situarse a sí mismo con respecto al cosmos y respecto a los
rasgos existenciales de la condición humana, como es el
significado de la vida y de la muerte, el destino final del
mundo físico y psicológico en profundas experiencias como el
amor a otra persona”.
La búsqueda de sentido, el autoconocimiento, poseer una
propia escala de valores morales, el gozo estético o el sentido
de misterio son algunas de las manifestaciones de este tipo
de inteligencia, que puede cultivarse con la práctica de la
meditación, la contemplación o el ejercicio de filosofar y
dialogar.
Mientras algunos autores hablan de este tipo de inteligencia
como la inteligencia espiritual, otros, en cambio, afirman que
son dos tipos de inteligencia distintas, pues la inteligencia
existencial va mucho más allá del comportamiento
espiritualmente positivo y sano, más allá de ser una
buena persona.

11. Inteligencia creativa


Hay personas que están hechas para trabajar en un puesto de
trabajo que requiere un trabajo mecánico y monótono y que
se adaptan sin problemas a entornos laborales de este tipo.
Pero, en cambio, hay personas que parece que su mente
vuela, que siempre están un paso por delante de los
demás y que están constantemente innovando. Estas
personas poseen una alta inteligencia creativa.
Pero, ¿qué caracteriza a las personas con alta inteligencia
creativa? La fluidez, es decir, la capacidad para producir
muchas ideas; la flexibilidad, para para ver y abordar las
situaciones de formas diferentes; y la originalidad, para
fabricar respuestas poco habituales o novedosas.
¿Cómo son las personas creativas? Descúbrelo en este artículo: "Los 7
rasgos de personalidad de las personas creativas"

Los 7 rasgos de
personalidad de las
personas creativas
Descubre los siete rasgos de personalidad principales y
más destacados de las personas creativas.

Algunas personas parecen tener el don de la creatividad,


mientras que otras prefieren realizar trabajos más mecánicos.
¿Por qué ocurre esto? ¿Cuáles son las diferencias
individuales entre las personas que son creativas y las
que no lo son?

¿Qué es la creatividad?
La creatividad suele entenderse como la capacidad para
crear nuevas ideas cuyo desarrollo abastece un fin.
Popularmente, la creatividad se percibe como un don
inmanente a algunos pocos elegidos, un talento que todos
quisieran poseer pero que solo unos pocos tienen realmente,
como un atributo de personalidad propio.

¿Cómo son las personas creativas?


Por este motivo, numerosos estudios han intentado explicar
de qué manera las personas pueden desarrollar
estas capacidades creativas, y por tanto han detectado
ciertas claves y técnicas para lograr explotar el potencial
creativo de cada sujeto.
No obstante, hasta hace bien poco los investigadores no
habían prestado demasiada atención a los rasgos de
personalidad propios de las personas con habilidades
creativas (si es que hubiera un patrón más o menos
definido). Con la finalidad de arrojar luz sobre esta
cuestión, Oyvind Lund Martinsen, profesor de la Escuela de
Negocios de Noruega (BI), realizó una investigación para
bosquejar el perfil de personalidad de las personas creativas
en el año 2011.
Martinsen analizó los rasgos de personalidad de un total
de 491 sujetos, entre los cuales se encontraban 70 artistas,
48 alumnos de la escuela de marketing, así como profesores y
estudiantes de distintas universidades adyacentes.
Los resultados del estudio determinaron siete rasgos
distintivos en las personas con notables capacidades
creativas. Entre todas las características reportadas, como por
ejemplo un mayor desempeño en la faceta académica o
laboral, fue una sorpresa encontrarse con varios rasgos que
sugieren carencias en algunos aspectos de la persona,
tales como ciertas carencias en el aspecto de las relaciones
interpersonales.
Las siete características de la personalidad creativa
que identificó la investigación:

1. Orientación asociativa
Las personas creativas tienen una gran imaginación. Suelen
crear un buen número de ideas, sumadas a un alto grado de
compromiso en el desarrollo de las mismas. Deambulan
entre realidad y ficción.

2. Originalidad
Su naturaleza les lleva a rechazar clichés sociales,
convenciones y normas. Se muestran rebeldes y sienten la
necesidad de actuar de manera personal según sus propios
criterios.

3. Compromiso
Disfrutan llevando a cabo sus planes y retos, superando
las situaciones complicadas hasta la consecución de sus
metas. Disfrutan con lo que hacen de una forma
extraordinaria: cuando trabajan, permanecen en estado de
flow.

4. Ambición
Gustan de influir sobre los demás, de ser el centro de
atención y de obtener reconocimiento y prestigio social.
Esto les motiva a superarse y a querer demostrar su valía.

5. Holismo
Los sujetos creativos son capaces de entender las
diferentes facetas de las situaciones o los problemas,
pudiendo hallar soluciones creativas e ingeniosas. No se ciñen
a estructuras de pensamiento cerradas, sino que logran
combinar distintas técnicas, habilidades y conocimientos con
éxito, siendo capaces de crear herramientas o piezas
artísticas de gran valor.

6. Inestabilidad emocional
Habitualmente experimentan emociones cambiantes y
fluctuaciones en su estado de ánimo. Suelen relacionarse
estos síntomas con problemas de autoconfianza. 

7. Poca sociabilidad
Suelen mostrarse sumamente críticos y tienden a ser
reacios a dar su aceptación a otras personas.
Tal como describen en la Escuela de Negocios de Noruega,
parece ser que todos los rasgos asociados al pensamiento
creativo, como la orientación asociativa (que se relaciona con
el ingenio), y la flexibilidad (asociada a la capacidad de
proyección), son las características más determinantes para
el desarrollo de la personalidad creativa.
En cuanto a los pobres niveles de sociabilidad hallados en el
estudio, Martinsen apunta que los empresarios deberían tratar
de encontrar un equilibrio con el fin de hacer converger en las
empresas la capacidad de cooperación con el ingenio y la
creatividad. "Los trabajadores creativos pueden tener
carencias en el pragmatismo de sus acciones", apunta.

12. Inteligencia colaborativa


Recientemente ha aparecido un nuevo concepto de
inteligencia en el entorno organizacional, es la inteligencia
colaborativa. Se podría definir como la capacidad de elegir
la mejor opción para alcanzar una determinada meta
trabajando en conjunto, y está basada en la idea del
trabajo en equipo, tan necesario para las empresas de hoy en
día.
De hecho, el trabajo en equipo es una de las competencias
que más valoran los reclutadores, y es por eso que, ante esta
nueva necesidad a la hora de encontrar trabajo, están
apareciendo muchos másters o cursos especializados en este
tipo de inteligencia. 
Si quieres profundizar en esta temática, puedes encontrar toda la
información que necesitas en nuestro post: "Inteligencia colaborativa:
¿qué es exactamente?"

Inteligencia colaborativa:
¿qué es exactamente?
Una inteligencia que va más allá de la inteligencia
colectiva.
Dice el refranero español que ven más cuatro ojos que dos y
que la unión hace la fuerza, Esto resulta obvio: cuando son
varias las personas que deciden colaborar hacia un objetivo,
mayores serán las probabilidades de éxito, porque dos o más
cerebros pensarán mucho mejor que uno solo. Tras esta
afirmación, a grandes rasgos, podemos intuir qué es
la inteligencia colaborativa.

Inteligencia colaborativa: definiendo el


concepto
La palabra inteligencia proviene del latín intelligentia,
término cuyo origen es inteligere que está formada a su vez
por intus que significa “entre” y legere que significa
“escoger”. Así que podemos decir que la inteligencia es la
capacidad de saber elegir, y que cuanto mejor sea la
opción elegida de entre todas las posibles, más
inteligente se considera al individuo.
El término colaboración también tiene su origen en el latín y
está formado por con- (junto), laborare (trabajar) y -
ción (acción y efecto). Por lo que podemos definir
colaboración como la acción y efecto de trabajar en
conjunto con otra/s persona/s para intentar alcanzar un
objetivo en común.
Si juntamos ambas definiciones, podemos decir que el
término inteligencia colaborativa significa elegir la mejor
opción para alcanzar una determinada meta trabajando
en conjunto. Esta definición es una aproximación basada en
la etimología de sus palabras, pero que nos sirve como base
para entender a continuación una descripción más compleja.
Inteligencia colaborativa en el ámbito de las
empresas
A día de hoy, no existe unanimidad a la hora de definir
con exactitud qué es la inteligencia colaborativa, por lo
que se podrán encontrar múltiples definiciones, entre ellas
destacamos la dada por el ICXCI (Innovation Center for
Collaborative Intelligence):
«La inteligencia colaborativa (IC) supone una deliberación ordenada,
facilitada por tecnologías sociales, que permite a un conjunto de personas
crear un mejor conocimiento compartido y tomar decisiones, con mayores
posibilidades de superar los retos y dificultades que plantean las distintas
actividades humanas en un entorno cada vez más complejo y cambiante.»

En las empresas, hoy más que nunca que vivimos en un


mundo global y digital donde las tecnologías de la información
avanzan a pasos agigantados, empieza a ser necesario
potenciar la inteligencia colaborativa para conseguir
compañías inteligentes, capaces de adaptarse a cualquier
cambio y necesidad. 
Así, son muchas las organizaciones que desde hace unos años
apuestan por el reclutamiento y la retención de talento
corporativo, con lo que partimos de la base de que contamos
con empresas repletas de talento y de ideas
innovadoras que encuentran un terreno propicio en
los entornos que favorecen la colaboración, y que por
supuesto cuentan con los recursos tecnológicos y la
financiación para poder llevar a cabo proyectos ambiciosos.

La cooperación entre personas diversas es la clave del éxito empresarial

Pero ese talento, de manera individual no es suficiente, una


persona por sí sola no es capaz de encontrar siempre la mejor
solución o camino a tomar. No resulta productivo, en esta
época de hipersepecialización, contar con talentos aislados.
Sin embargo si implantamos unos mecanismos y
herramientas de cooperación y colaboración entre todos esos
talentos, para que se relacionen e interactúen entre ellos de
tal manera que sean capaces de enfrentarse a cualquier
reto, se obtendrán resultados mucho más óptimos y
eficaces que si lo hicieran de manera individual.

Consejos para fomentar la inteligencia


colaborativa
Puesto que ya hemos explicado qué es la inteligencia
colaborativa desde el plano teórico, lo único que resta es
abordar ciertas claves para fomentar la cooperación en el
ámbito práctico. Empecemos:

 Quién no coopere, no interesa a la empresa.


Explicar a todo el equipo, la necesidad de colaboración como
política y objetivo de la compañía.
 Crear espacios colaborativos tanto físicos como
virtuales, donde puedan trabajar los implicados en el
proyecto.
 En todo trabajo en el que participen varias personas,
debido a los distintos puntos de vista y talentos individuales,
es seguro que habrá conflictos. Habrá que saber
gestionarlos y que se vean como algo necesario por el equipo.
 Cuánto más cooperador sea un trabajador, más
valor tendrá para el grupo. Esos serán los principales
talentos a retener. porque son las personas que sirven como
conexión entre los distintos departamentos de la empresa.
 Implantación de herramientas inteligentes y
2.0 que sirvan para generar conversación y reflexión sobre
las propuestas realizadas y que conviertan toda la
información en conocimiento colectivo y de utilidad.
 Todo el conocimiento tiene que ser compartido.
«Nadie sabe todo, todos saben algo, todo conocimiento reside
en la humanidad» (Pierre Lévy). Es importante que las
distintas secciones de la empresa no actúen como focos
aislados sino como un conjunto organizado. 
 El líder debe de ejercer un liderazgo colaborativo
basado en la confianza.

Algunas conclusiones sobre la inteligencia


colaborativa
Con la inteligencia colaborativa se consigue una manera de
trabajar mucho más creativa y eficiente. 
Los trabajadores sienten que forman parte de la organización,
por tanto aumenta su motivación y se crea un buen clima
laboral. Muchas mentes conectadas entre sí, con un objetivo
en común, pueden ofrecer resultados impensables muy por
encima de lo esperado. Por ello merece la pena apostar por la
inteligencia colaborativa en nuestra organización.

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