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Beijing, 4 de Junio de

1989
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Índice

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Beijing, 4 de Junio de 1989

Por   supuesto, ambos eran ingleses. Se puede decir que el club


Bullingdon ha sido el club más elitista de la historia. Su andadura
comenzó en 1780, en Oxford, y en un principio era un club dedicado al
cricket  y a los caballos, para estudiantes adinerados de esta

universidad, pero en realidad, el cricket sólo fue un pretexto para crear


un club altamente  exclusivo, donde no entraban los ricos, sino los más
ricos entre los ricos y desde luego, era  sólo  para hombres.

Pertenecer al club Bullingdon era   un honor que se pagaba muy caro,


porque precisamente sus miembros querían   sobre todo, destacar por
su riqueza,  muy superior a   la de sus compañeros de Universidad. En
un principio sólo fueron treinta y cada nuevo miembro debía ser
aprobado por todos los demás.

Los ritos de iniciación incluían la destrucción total de las habitaciones

privadas del nuevo miembro. El postulante debía quemar un billete de


50 libras ante los asombrados ojos de un menesteroso , mientras sus
compañeros lo presenciaban.

Sus miembros debían hacerse a medida un uniforme que sólo los


sastres Ede y Ravenscroft de Oxford, tenían permiso para confeccionar.
El precio era bastante escalofriante: 3.500 libras, en  el año 2.007.
Aquel uniforme era obligatorio para asistir a la cena anual del club,
constaba de una chaqué azul marino oscuro con collar de terciopelo y
solapas de seda de color marfil, botonadura de latón con el monograma
del club, un chaleco de color amarillo mostaza y una pajarita azul cielo.

Aunque había otras cenas menores, la gran   cena anual era la más
conocida por su forma de acabar:  con  todos sus miembros borrachos
y destruyendo cuanto cayera en sus manos, daba lo mismo que fuera
vajilla, cristalería o mobiliario del lujoso restaurante donde se celebrara,
mientras los borrachos y alegres jóvenes gritaba a pleno pulmón sobre
las mesas:

“ ¡jodeos, obreros!”.

Después, como buenos hijos de papá, se pedía la cuenta de los


destrozos y se pagaba religiosamente, muchas veces en metálico y en
el mismo momento, otras veces,  lanzaban  billetes y cheques a la cara
de los camareros entre insultos.

El que luego sería el rey Eduardo VIII de Inglaterra,   perteneció al Club


Bullingdon a pesar de la reticencia de sus padres que   le hicieron
prometer que nunca iría a una de aquellas estrepitosas cenas anuales.

Promesa que lógicamente no cumplió, cuando la reina Mary se enteró,


le obligó a dejar el club inmediatamente. Parece ser que también  algún
miembro de  la familia los duques de Malborough, a la que pertenecía
Winston Churchill, formó parte del club.

A pesar de que ser admitido al club se consideraba un gran honor, hubo


quien se negó a pedir su admisión, entre ellos el riquísimo  y exquisito

Philipp Sassoon, amigo del príncipe de Gales, Sassoon gastaba su


dinero de una forma mucho más refinada.

Los  restaurantes    más lujosos de Oxford comenzaron  a negarles la


entrada cansados de sus excentricidades. La noche que rompieron  las
vidrieras  de las 468 ventanas de la  antigua iglesia Peckwater Quad of
Christ, las autoridades académicas, escandalizadas, les prohibieron
celebrar aquellas cenas a menos de 15 millas de la ciudad .
El Club Bullingdon ha llegado hasta nuestros días, aunque ahora está en
franca decadencia y sus miembros no pasan de seis, o quizás cuatro.

El último escándalo del club lo protagonizó  David Cameron, ex primer


ministro británico,  que también formó parte del club.

Se comentó que su rito de iniciación consistió en meter su pene en la


boca de un cerdo muerto, cuya cabeza trajeron en una bandeja para la
ceremonia. En las cenas se mezclaban el  champan y las drogas y los
honorables miembros acababan por los suelos.

Cuando, a pesar de todos los esfuerzos del gobierno, se hizo pública la


pertenencia de Cameron al Club Bullingdon, éste no tuvo más remedio
que excusarse diciendo:

“ hay decisiones  que se toman de joven y que se lamentan de mayor”.

El Club Caníbal
El Club Caníbal se fundó en 1863 y sólo sobrevivió seis años. Puede
presumir de ser el club más extraño que hasta ahora se haya conocido.
Richard Francis Burton, su creador, fue un hombre igualmente extraño.

Tenía una estatura excepcional, casi dos metros, y un largo bigote


negro que llevó desde joven y que casi le cuesta la vida a uno de sus
compañeros del Trinity College de   Oxford,   al que desafió en duelo
porque  se rió de él. Porque Burton era, entre otras cosas,  uno de los
mejores esgrimistas de la época. Al final fue expulsado del Trinity por su
conducta poco social, pero antes de marcharse destrozó con su

carruaje los parterres floridos del colegio.

Después ingresó en el ejército, en la compañía de las Indias Orientales,


pero tampoco su comportamiento fue el adecuado para la moral
inglesa. Cuando se marchó, dijo desdeñosamente:

“Qué se puede esperar de un Imperio sufragado por tenderos”


Inteligente y muy dotado para los idiomas, llegó a hablar 27 lenguas y
más de 40 dialectos: era además un  arrojado explorador  y el primer
europeo en entrar en La Meca, disfrazado de mercader oriental. Para no
ser descubierto, se había circuncidado unos meses antes, este
peregrinaje le dio derecho a disfrutar del título de Hajji y a llevar un
turbante verde. Burton fue explorador  y también cónsul británico   en
numerosos países, entre ellos España, en la isla de Fernando Poo.

Acompañado por el explorador Spekes, se lanzó a una expedición


pagada por la Real Sociedad Geográfica para descubrir las fuentes del
Nilo. La expedición fue un fiasco, ambos enfermaron, los porteadores
les abandonaron en varias ocasiones y les robaron el material
científico.  Volvieron a Inglaterra por separado y desde luego como
enemigos irreconciliables y culpándose el uno al otro de los problemas.

Burton fue también el mejor traductor de Las mil  y una noches, sus
descripciones de las noches de amor entre Haarum Al  Raschid y
Scherazade, fueron tan explicitas y acompañadas de explicaciones a
pie de página, que en Inglaterra se prohibió que las mujeres leyeran
aquel libro  porque que se consideró pornográfico.

Y así llegamos a la creación del Club Caníbal.

Los científicos se dividieron en monogenistas y poligenistas, los


monogenistas opinaban que todos los hombres tenían el mismo origen,
teoría que defendía Darwin,  los poligenistas,  sostenían que el hombre
blanco y los negros de África no tenían el mismo origen y que el nombre
blanco era superior, entre los defensores de esta teoría  se encontraban
Richard Burton, su amigos Richard Monckton , James Hunt, y Algerman

Swinburne. Todos ellos fundaron el club Caníbal, que era


descaradamente sexista, elitista y racista.

Richard Monckton también era un hombre extraño: había estudiado en


el Trinity y se dedicó a la política. No era un radical,  y como anécdota,
estuvo a punto de casarse con Florence Nightingale, la creadora de la
Cruz Roja. Pero le atraía la pornografía y tenía la mayor colección de
literatura pornográfica de  Inglaterra, aunque sólo sus amigos tuvieran
acceso a ella. Escribió  varios poemas, entre ellos uno pornográfico
sobre la flagelación que levantó mucho revuelo.
Y en su biblioteca se conocieron Burton y Swinborne, un poeta
alcohólico y amante de la pornografía, el lesbianismo y el canibalismo,
  y que escandalizó a la buena sociedad con sus baladas
sadomasoquistas, aunque si hacemos caso a  Oscar Wilde,

“ se dedicaba más a predicar el vicio que a practicarlo” .

James Hunt tuvo poca relevancia en el club porque murió muy joven.
Cuando se reunía el Club Caníbal se comía en exceso, se bebía mucho
más y se hablaba de temas prohibidos en la buena sociedad inglesa,
como el canibalismo, que no se sabe si Burton llegó a practicar en
alguno de sus viajes, de los ritos sexuales, tan literalmente  descritos
que pocos dudaron de que hubiera tomado parte en ellos. Burton
describió en un artículo el tamaño de los penes en las diferentes razas,
las practicas sexuales chinas con niños y animales  y otras rarezas por
el estilo. Poco a poco la gente dejó de escandalizarse, no encontraron
nuevos socios interesados y el Club cerró sus puertas en 1869.

Autor: Níssim de Alonso para revistadehistoria.es

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Bibliografía:

1. JOHN WALKER. EL CLUB CANIBAL Y LOS ORIGENES DEL RACISMO Y


LA PORNOGRAFIA EN EL SIGLO XIX
2. BULLINGDON CLUB. THE SECRETS OF OXFORD UNIVERSITY,S ELITE
SOCIETY

1. MAT COOK. LONDON AND THE CULTURE OF HOOSEXUALITY.


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