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EL EMPRÉSTITO DE 1824: LOS EFECTOS

FINANCIEROS DE SU COLOCACIÓN Y LA
FEDERALIZACIÓN DE LOS COSTOS

Jorge Omar ZAFE


Pablo Ernesto Gallo
Jorge Miguel Zafe Maza

Universidad Nacional de Catamarca

jorgezafe@gmail.com
gallopabloe@gmail.com
jorgemzafe@gmail.com

Resumen
El empréstito del año 1824 con la Banca Baring Brothers pasó a la historia durante
muchos años como el préstamo más largo de la República Argentina. Debieron pasar
ochenta años para que, allá por 1904, las catorce provincias existentes en aquel
entonces pudieran cancelar el préstamo solicitado por la provincia de Buenos Aires.
En la literatura especializada, existen numerosos trabajos que analizan el tema desde
diferentes enfoques.
Algunos autores consideran que la operación se trató de una doble estafa al Estado,
primero provincial y luego nacional. Sin embargo, y paradójicamente, no existen
trabajos que realicen un análisis de los efectos financieros de las condiciones de
negociación y pago del empréstito. Es por ello que el presente trabajo pretende aportar
un análisis desde dos enfoques. Por una parte, cuantificar los efectos financieros que
las diferentes decisiones en la etapa de colocación y remisión de los fondos tuvieron
para el Estado y por otra, analizar la legitimidad de la nacionalización del empréstito, y
estimar el costo financiero en el que han incurrido las 13 provincias que, durante más
de cuarenta años, destinaron cuantiosos recursos para la cancelación de un préstamo
del cuál no habían recibido un sólo peso.

Palabras clave: empréstito 1824 - BaringBrothers - federalismo - matemática financiera


1.- INTRODUCCION

"El Empréstito Baring fue una estafa al Estado,


primero provincial y luego nacional". Pigna. (2004, pp.
85)

El presente trabajo encuentra su motivación en la aparente ausencia de un aporte


desde la matemática financiera al análisis del préstamo que, hasta la reciente emisión
del bono a 100 años (Global 2117), era considerada la deuda más larga de la historia
de nuestro país (Pigna, 2004): El empréstito del año 1824 con la Banca Baring
Brothers.
En la actualidad, existe una extensa bibliografía que aborda la temática desde distintos
enfoques (Agote, 1881 y 1888; Scalabrini Ortiz, 1939; Ford, 1969; Amaral, 1984;
Galasso, 2002; Pigna, 2004, Rapoport, 2014). Sin embargo, y paradójicamente, no
hemos observado trabajos que analicen el empréstito desde el punto de vista
financiero.
Seguramente, la causa principal de la ausencia del enfoque financiero se debe a la
dificultad para estimar este valor. No por la complejidad de las operaciones en materia
financiera, sino por la ausencia de información sistematizada sobre los distintos
componentes de la operación necesarios para el cálculo. Es por ello, que el presente
trabajo parte de una exhaustiva revisión bibliográfica a los efectos de aproximar con la
mayor fidelidad posible los efectos que tuvieron las distintas decisiones en el marco de
su negociación sobre el costo financiero del empréstito.
Por otra parte, si bien existen trabajos que cuestionan la legitimidad de la
nacionalización de la deuda (Scalabrini Ortiz, 1939; Galasso, 2002; Pigna,
2004;Rapoport, 2014), no hemos encontrado ninguno que cuantifique el valor desde el
punto de vista de las 13 provincias que conformaban la nación. En este sentido,
consideramos que constituye un segundo aporte de este trabajo, ponerle números a la
federalización de los costos, dentro de lo que el historiador Felipe Pigna (2004)
denomina la "estafa" a la Nación.
Recordemos que el empréstito tomado por la provincia de Buenos Aires en 1824, fue
nacionalizado por segunda vez, y de manera definitiva, en 1862. En aquel año, aún
restaba pagar aproximadamente el 97,7% de la deuda original (£ 977.000), más una
nueva deuda con origen en la consolidación de los intereses adeudados, llamada
"bonos diferidos", equivalente al 164,1% de la original (£1.641.000). De esa manera,
trece de las catorce provincias argentinas existentes en ese momento: Catamarca,
Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San Juan, San Luis,
Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, debieron realizar cuantiosos pagos hasta su
cancelación en 1904, sin haber recibido ni una libra del préstamo.
Para ello el presente trabajo se estructura de la siguiente manera: luego de la
introducción, en la sección 2 se realiza un análisis de los efectos financieros de las
maniobras realizadas en la etapa de colocación; a continuación, en la sección 3, se
exponen los pagos y las negociaciones realizados durante los años del período 1827-
1886, etapa de disolución de la Nación; en la siguiente sección, se exponen los
argumentos que fundamentan la ilegitimidad de la nacionalización de la deuda;
seguidamente, se procede a estimar el valor actual de los pagos realizado por las
provincias (sección 5) y por último se exponen las principales conclusiones (sección
6).

2.- LAS NEGOCIACIONES DEL EMPRÉSTITO Y SUS EFECTOS FINANCIEROS


Como refleja la cita destacada al inicio del trabajo, el empréstito de 1824 constituyó
una doble estafa. Por un lado, a la provincia de Buenos Aires por parte de un grupo de
funcionarios y comisionistas. Por otra parte, a un conjunto de trece provincias que
debieron destinar cuantiosos recursos por decenas de años para cancelar una deuda
de la que no recibieron un solo peso.
El crédito contraído por la provincia de Buenos Aires, tiene su origen en una ley del 19
de agosto de 1822. La norma expresaba la necesidad de financiamiento para realizar
obras de utilidad pública, específicamente: la construcción del puerto de la provincia
de Buenos Aires, el establecimiento de pueblos en la campaña y ciudades en la costa
entre Buenos Aires y Patagones, y la provisión de agua corriente a la capital (Agote,
1881; Amaral, 1984). Sin embargo, los recursos no llegarían nunca a esos destinos,
quedando oscuramente en manos de un pequeño grupo de financistas y comerciantes
ingleses (Scalabrini Ortiz, 1939; Pigna, 2004).
El desvió de los fondos en relación al destino original dispuesto por ley, no será
abordado en el presente trabajo, aunque resulta un factor clave desde el punto de
vista económico y político. Como se ha expresado, el objetivo del trabajo constituye
brindar un aporte desde la matemática financiera. A continuación, se intenta dilucidar
qué efectos económicos financieros tuvieron sobre el Estado las negociaciones del
primer empréstito argentino.
Formalmente, a través de la ley del 28 de noviembre de 1822, la Legislatura de la
provincia de Buenos Aires autorizó al Poder Ejecutivo a contraer el primer empréstito
exterior como Estado independiente, cuyos fondos debían destinarse a financiar las
obras enunciadas en la ley del 19 de agosto de 1822. La legislatura autorizó la emisión
de bonos por el monto de $fs 5.000.000 (equivalente a £ 1.000.000), que devengaría
un interés del 6% anual, con una amortización acumulativa del ½%, pagadero
anualmente por licitación. Exigía, además, como condición, que la colocación debía
realizarse como mínimo al 70% de su valor nominal (Agote, 1881).
El 24 de diciembre de 1824, el Ministerio de Hacienda, comisionó a los Sres. Castro y
Roberston para negociar el empréstito en Londres. Estos representantes comunicaron
haber suscripto el 1 de julio de 1824 en nombre de la provincia de Buenos Aires, 2.000
obligaciones especiales (Bonds) al valor de £500 cada una. Además, informaron haber
adscripto un total de £65.000 para el pago de la primera cuota, compuesta por £60.000
en concepto de intereses y £5.000 para la amortización de capital (Agote, 1881).
Resulta importante destacar, que la Banca Baring recaudo £850.000 por la colocación
de los bonos de la provincia. En aquellos tiempos, los bonos al 6% de los países
sudamericanos se colocaban bajo la par, al 85% de su valor nominal (Pigna, 2004).

Descripción del empréstito:


 Monto de emisión: £1.000.000
 Monto equivalente en moneda local: $fs5.000.000
 Forma de emisión: Se emitieron 2.000 obligaciones especiales (bonds) de £500
cada una.
 Límite colocación bajo la par establecido por ley: 70%
 Colocación efectiva bajo la par en el mercado de Londres: 85%
 Tipo de Amortización: Acumulativa anual %, al momento de pagar los
intereses, por licitación.
 Periodo de Amortización: No es posible determinar al amortizarse por licitación.
 Tasa de interés: 6% anual
 Moneda de emisión y pago: Libras Esterlinas
 Cuota = £65.00 65.000

Al momento de la colocación, ocurrió la primera maniobra que tendría efectos


negativos para el Estado. Mientras la ley que autorizó la operación expresaba un
mínimo del 70% para la colocación del empréstito (colocación bajo la par), los
negociadores de la obligación toman este porcentaje como un hecho, reteniendo la
diferencia entre las £700.000 (70%) y las £ 850.000 correspondiente a la colocación
efectiva (85%). Las £150.000 "extras" fueron repartidas entre los negociadores
(£120.000) y la Banca Baring (£30.000) (Pigna, 2004).
Ahora bien, ¿cuál es fue el efecto financiero de esta maniobra para el Estado?
Sabemos que al tratarse de una colocar bajo la par, la tasa de rendimiento del
empréstito se ubicará por encima de la tasa del 6% de pago de los cupones. Sin
embargo, la maniobra realizada por los comisionistas implicará para el Estado una
tasa aún mayor que la tasa de rendimiento real

Gráfico 1-. Tasa de pago de los cupones y tasa de rendimiento del empréstito de
1824.
12%
11%
10%
9%
8%
7%
6%
5%
4%
3%
2%
1%
0%
Fuente. Elaboración
0 propia
1 en base2 a Informe3de Crédito4 Público de 5 la Nación (Agote,
1881)
Para determinar la tasa de rendimiento del empréstito es necesario realizar un
supuesto en relación a la metodología de amortización. Esto se debe a que la
amortización se realizaba por licitación y por lo tanto, no es posible determinar el plazo
exacto de amortización, tal como lo reflejan los libros de la Oficina de Crédito Público
de la Nación (Agote, 1881, 1888). Es por ello que, a los efectos de determinar el plazo
de vida del empréstito, se tomará como supuesto que el bono se amortiza a la tasa del
1/2% acumulativa anual, sin licitaciones.
Estimación del periodo de vida del empréstito ("n"):

Formalmente: (1)

Reemplazando (1):

Observando a la luz de los hechos ocurridos, podemos apreciar que el plazo de vida
del empréstito estimado bajo los supuestos mencionados, resulta similar al plazo
efectivo de amortización desde el último acuerdo y la renacionalización del empréstito
en el año 1857. En esa oportunidad, restaba pagar el 97,7% del crédito original, el que
fue cancelado en aproximándote 40 años. El acuerdo firmado en 1857, determinaba
sólo el pago de intereses para los años 1857 a 1860 y, a partir del 1861, el pago de
amortización e intereses hasta su cancelación. Los pagos se realizaron
periódicamente desde 1861 hasta su cancelación en 1894, con la única excepción de
los años 1890 y 1891, como consecuencia de la crisis económica (Amaral, 1984; Ford,
1969).
Con la estimación de un plazo cierto de amortización, podemos determinar la tasa de
descuento que debía pagar el país en aquella época, al igual que el costo efectivo del
empréstito, que surgiría de la deshonrosa negociación de los comisionistas del
gobierno:

Formalmente: (2)

Reemplazando en (2), con una colocación bajo la par efectiva del 85%:

Reemplazando en (2), con la colocación bajo la par del 70%:

Como primera conclusión, podemos mencionar que la maniobra realizada por los
comisionistas que representaron al gobierno de Buenos Aires ante la Banca Baring, le
implico a la provincia y luego al país, el pago de un rendimiento aproximadamente de
un 25% superior a la que realmente correspondía. Esto se debe a que la tasa de
rendimientos de los bonos se incrementó del 7,6% al 9,4%.
Siguiendo con los hechos, luego de la aprobación de las leyes que autorizaron el
empréstito, el 20 Julio de 1824, los Señores Robertson y Castro (agentes del gobierno)
comunicaron al Ministro de Hacienda haber realizado el empréstito encargado a los
señores Baring Brothers y Ca. informando que el producto neto de la colocación debía
entregarse bajo el siguiente cronograma:
Gráfico 2-. Montos y fechas de entrega de los fondos informada por los
comisionistas. Julio 1824.

Fuente: Informe de Crédito Público Nacional Libro I (Agote, 1881)

En la misma fecha que los comisionistas, la Banca Baring también se comunicó con el
gobierno de Buenos Aires, enviando un resumen del flujo de remesas
correspondientes al empréstito:

Gráfico 3-. Montos y fechas de entrega de los fondos informada por la Banca
Baring. Julio 1924.

Fuente: Informe de Crédito Público Nacional Libro I (Agote, 1881)

En la descripción enviada por la Banca Baring, se puede observar cómo, al momento


de la constitución del empréstito, se retienen los dos primeros pagos en concepto de
intereses y amortización. Sin embargo, resulta llamativo que ambas cuotas de
£65.000, tengan en mismo componente de amortización e intereses. Por otra parte, los
agentes del Gobierno en su comunicación del 1 de julio de 1824, habían manifestado
haber adscripto sólo la primera cuota por £65.000.
Entonces, resulta necesario entender ¿qué paso con la segunda cuota? y ¿por qué
posee la misma composición que la primera? De acuerdo al historiador Felipe Pigna
(2004), lo que sucedió fue lo siguiente. Luego de renunciar como Ministro de
Hacienda, Bernardino Rivadavia viajo por motivos personales a Inglaterra. En la
ciudad de Londres, tomó £6.000 del saldo del empréstito a cuenta de la provincia de
Buenos Aires. Los administradores del consorcio, los Señores Robertson y Castro, no
sólo autorizaron el retiro, si no que registraron un debito adicional de £10.000 en
concepto de comisiones (£7.000) y gastos (£3.000), acción que infringía las
instrucciones que prohibían descontar comisiones al gobierno. En este momento,
apreciando la falta de control sobre los fondos del empréstito, la Banca Baring impuso
una deducción de £130.000 en concepto de pago adelantado de las dos primeras
cuotas anuales. El monto se componía de £120.000 correspondiente a dos años de
intereses y £10.000 se imputarían al pago de dos cuotas de amortización.
Para el cálculo de las dos primeras cuotas, la Baring aplicó la tasa de interés sobre el
valor nominal del empréstito al momento cero. Es decir, en ambos casos, al realizarse
en el mismo momento de tiempo, se calculó el interés sobre el saldo inicial, sin
considerar el efecto de la amortización de la primera cuota. Esta "omisión" genero un
perjuicio económico al Estado, debido a que el mismo debió pagar intereses por casi
80 años, sobre un valor que había cancelado por adelantado, aún antes de recibir una
sola libra del préstamo.
A los efectos de determinar el perjuicio que ocasionó al gobierno la maniobra de la
Baring procederemos a determinar la composición de amortización de capital e interés
que deberían haber tenido los dos primeros pagos del gobierno:

Formalmente:
Cuota: C = Interés + Amortización (3)
Interés: = (4)

(5)
Amortización:
(6)

Reemplazando:
Interés (4) = £ 1.000.000 6%
I1 = £60.000

Cuota (3) C= £60.000 + £5.000


C=£65.000

Amortización (5) = £ 1.000.000

A1 = 5.000
Amortización (6) = £ 65.000 - £60.000
A1 = £5.000

Al momento de determina la segunda cuota, el saldo adeudado no debía ser igual al


total de la deuda, como consecuencia de la amortización contenida en la primera
cuota. Es por eso, que el cálculo adecuado debería haber reflejado una mayor
proporción de la amortización real y menor proporción de los intereses:

Formalmente:
(7)
Amortización:
(8)

Reemplazando:
Amortización (7) = £5.000 0.06)
= t2 = £5.300

Amortización (8) = £65.000 - (£1.000.000 -£5.000) 6%


= t2 = £5.300

Como hemos calculado la segunda cuota debería contener una amortización de


£5.300 y no de £5.000. Es decir, el Estado desembolsaría intereses por casi 80 años
por £300 que, en realidad, ya los había pagado. Lo que representa una anualidad
desde 1826 hasta 1904.
A los fines de calcular el valor abonado en más por el gobierno en relación al monto
del empréstito, tomaremos como supuesto que el pago de intereses se realizó con una
periodicidad anual durante todo el periodo, más allá que con posterioridad se redujo su
periodicidad, pagándose servicios semestrales.

formalmente: (9)

Reemplazando (9):

Si bien el monto abonado en más no resulta significativo en relación a las anteriores


maniobras, ya que las £264 representan un 0,04% de la suma que debió haber
recibido el país por la colocación de los 2.000 títulos al 70%, si resulta importante a los
fines de apreciar cómo en cada decisión adoptada resultaba perjudicado el Estado.

3-. BREVE CRONOLOGÍA DE LOS PAGOS DEL EMPRÉSTITO. PERIODO 1827-


1861
Como se expuso anteriormente, al momento de suscribir el empréstito, la Provincia de
Buenos Aires realizó el pago por adelantado de los intereses y amortizaciones
correspondientes a los dos primeros años. Es decir, con el pago de esas £130.000 se
encontraban cubiertas las obligaciones hasta el 12 de enero de 1827 (Agote, 1881).
Sin embargo, rápidamente se suspendería el cumplimiento de las obligaciones
acordadas por un periodo de 30 años. Los servicios del empréstito no se abonaron
periódicamente desde julio de 1827 hasta el año 1857, con excepción de varias
mensualidades fijas pagadas por Rosas en los años 1846, 1850 y 1851 (Scalabrini
Ortiz, 1939).
La nacionalización de la deuda se dispuso en 1826 durante la efímera presidencia de
Bernardino Rivadavia. Sin embargo, al ser rechazada la Constitución centralista por
parte de las Provincias Unidas, y disuelta la Nación, la provincia de Buenos Aires
reasume la obligación el 9 de septiembre de 1827 (Agote, 1881).
Entre los años 1827 y 1857, Buenos Aires no logra regularizar la periodicidad de los
desembolsos, realizando pagos aislados en dinero y en especie. Estos últimos se
resumen a continuación.
Conforme lo refleja el Informe de Crédito Público de la Nación de 1881, la provincia de
Buenos Aires, con fecha 5 de abril de 1828, autorizó a los señores Baring Brothers y
Ca. a vender de acuerdo con el plenipotenciario argentino, las dos fragatas de la
Nación, "Asia" y "Congreso", y aplicar su importe al pago de los dividendos vencidos
(Agote, 1881).
En febrero de 1842, los señores BaringBrothers y Ca. comisionaron al Sr. Palicieu
Falconet, para proponer a Rosas algún arreglo para el pago de los intereses
atrasados. Por su parte, Rosas, comisionó al Ministro Dr. Insiarte, para que se
entendiese con el Sr. Falconet. Insiarte, en desempeño de sus funciones manifestó
"haber autorizado al Ministro argentino en Londres, para hacer al gobierno de Su
Majestad Británica la proposición de ceder a aquellos las islas Malvinas en pago de la
deuda" (Agote 1881, pp. 18).
Siete años después, en el año 1849, el ministro Insiarte comunico a los señores Baring
Brothers y Ca “que el Ministro argentino en Londres les propondría vender, con
privilegio exclusivo de 15 años, la explotación del huano de las islas y costas
patagónicas, como también los salitres y otras sales, barrilla, yeso, metales, y la pesca
de anfibios, aplicando el producto al pago del empréstito, y siendo obligación de ellos
hacer respetar el usufructo que les concedían por el término estipulado” (Agote 1881,
pp. 20).
Las propuestas relacionadas con la venta y cesión de las Islas Malvinas fueron
rechazadas y, recién en el año 1857, se alcanzó un acuerdo con los acreedores para
refinanciar la deuda subscripta por el gobierno de la provincia de Buenos Aires
(Amaral, 1984). El gobierno presentó en la Legislatura el proyecto de ley en el mes de
septiembre, que sería sancionado 28 de octubre del 1857.
En el mes de noviembre del año 1857, en virtud de esta ley, se celebró un convenio
con don Jorge G. White (representante de los bonistas) y se emitían los nuevos bonos
(Bonos Diferidos). Los Bonos Diferidos eran bonos complementarios a la emisión
original de 1824 que tenían como fin cubrir los dividendos atrasados (£1.641.000) y
devengarían cupones a partir del 1 de enero de 1861.
Resulta oportuno aclarar que la provincia de Buenos Aires aún conservaba la idea de
licuar el costo del empréstito a través de la nacionalización de la deuda. En este
sentido, en la ley sancionada por el congreso conservaba un artículo por el cual "el
Estado de Buenos Aires se reservaba los derechos que le correspondían, para
reclamar de la Nación las erogaciones que por esta ley se imponía" (Agote 1881, pp.
23).

4-. ILEGITIMIDAD DE LA NACIONALIZACIÓN DE LA DEUDA


Los argumentos por los cuales esta deuda sería nacionalizada al conjunto de las
provincias de la República se basan en que “la Nación para formar el Banco Nacional
en 1826, dispuso de los $fs 3.000,000, aceptó, como consecuencia de este hecho, su
responsabilidad, y el Ministro de Hacienda Nacional” comunico a la casa Baring en
1826 que “tomaba medidas para asegurar los servicios haciéndoles notar que el
empréstito estaba ahora garantido por todo el territorio de las Provincias Unidas del
Rio de la Plata” (Agote, 1881: pp. 16).
Sin embargo, existen bastos argumentos que demuestran la ilegitimidad de la
nacionalización del empréstito de 1824. Desde el enfoque institucional, resulta
necesario recordar que la nacionalización se realizó en 1826, en medio de la efímera
presidencia de Bernardino Rivadavia, carente del apoyo de las 13 provincias "del
interior".
El 6 de febrero de 1826, fue creado el cargo de Presidente de las Provincias Unidas
del Rio de la Plata. Bernardino Rivadavia fue designado presidente y, la provincia de
Buenos Aires, Capital Nacional. A los pocos días, era nacionalizado el empréstito
tomado por la provincia de Buenos Aires. El 27 de abril de 1826, el Ministerio de
Hacienda envía una nota a la Banca Baring Brothers comunicando que el empréstito
se encontraba ahora garantido con todo el territorio de las Provincias Unidas del Rio
de la Plata (Agote, 1881; Pigna, 2004). Poco más de un año después, en junio de
1827, Rivadavia presentaría su renuncia, luego de que las 13 provincias "del interior"
rechazaran la Constitución por su marcado sesgo unitario.
Por otra parte, de la reconstrucción de los documentos de la época se aprecia una
deliberada defraudación a las provincias argentinas que debieron pagar cuantiosas
sumas en concepto de amortización e intereses desde 1862 hasta 1904, por una
deuda de la cual no recibieron un solo peso (Scalabrini, 1939; Amaral, 1984; Galasso,
2002; Pigna, 2004, entre otros).
Vale la pena comenzar rescatando los argumentos esgrimidos en el debate legislativo
previo a la aprobación del empréstito del cual ya se desprendían claros indicios de las
contradicciones y la poca transparencia de la operación. En aquel momento, los
diputados Esteban Gazcón, Juan José Paso y Alejo Castex cuestionaban la operación
por el excesivo monto que debía abonarse en concepto de intereses y amortización.
En este sentido, el Dr. Gazcón expresaba "que el presupuesto de 1823 ascendía a un
poco más de un millón de pesos y que las rentas no alcanzarían para cubrir los
325.000 pesos anuales que el servicio del empréstito exigía" (Scalabrini Ortiz, 1939:
pp. 14). Sin embargo, sus argumentos eran rebatidos por el Dr. Agüero, quien se
remitía a los cálculos de la comisión de hacienda, por los cuales, para el año 1823
existiría un sobrante de 600.000 pesos. Contra este argumento sobrevino la lógica
réplica del Dr. Castex, expresando que las obras debían construirse con esos
sobrantes. La comisión de hacienda acorralada, justifico entonces la futura obligación
en “la falta de numerario en la circulación…”, es decir, la falta de efectivo (Scalabrini
Ortiz, 1939, pp. 14). Téngase en cuenta este argumento ya que, como se verá más
adelante, los fondos remitidos desde Londres al Río de la Plata llegaron casi en su
totalidad en forma de letras de cambio contra comerciantes de origen británicos y
prácticamente no se remitió oro desde Londres.
Ahora bien, ¿Qué cantidad de oro llego al Río de la Plata? Considerando los
cuantiosos descuentos realizados en Londres, era de esperarse la remisión de oro en
una cantidad equivalente a las £700.000 de saldo (Gráfico 2). Sin embargo, como se
observa en el detalle enviado por la casa Baring (Gráfico 3), serían descontadas
£130.000 en concepto de pago adelantado de intereses y amortización, remitiendo al
Rio de la Plata tan sólo £70.000 y quedando “a disposición” del Gobierno £500.000
(Agote, 1881).
En este marco, resulta poco convincente el argumento que sostiene que la Nación
dispuso de $fs 3.000.000 para la constitución del Banco Nacional. Teniendo en cuenta
que el cambio entre el peso fuerte y la libra era de 5 a 1, para que ello fuese cierto
debió haber llegado a Buenos Aires £600.000 del empréstito. Sin embargo, de acuerdo
al detalle de la propia Banca, no pudo ser así. Como máximo pudo arribar el saldo total
a Julio de 1824 de £500.000 (£70.000 + £430.000) más los £70.000 que se enviarían
"en el primer paquete", es decir, un total de £570.000 ($fs 2.750.000) (Gráfico 2).
Más allá de este supuesto de máxima, lo cierto es que nunca llego esta cantidad de
oro al Río de la Plata. De acuerdo a una nota de la Banca Baring del 20 de octubre de
1824, en la que detalla el estado de su cuenta con el Gobierno de Buenos Aires, a la
fecha puso a disposición de la provincia el equivalente a £140.000, de las cuales tan
sólo £20.678 llego en forma de oro, el resto, aproximadamente £120.000, era remitido
como letras contra comerciantes de origen inglés (Scalabrini Ortiz, 1939):
Gráfico 4-. Detalle de la remisión de fondos informado por la Banca Baring.
Octubre 1824.

Fuente: Legajo del Archivo Nacional (Scalabrini Ortiz, 1939 )

Si bien no se encontró un registro oficial público que detalle la forma en la que se


remitió el resto del crédito (un saldo de poco más de £400.000), si existen dos
documentos que permiten reconstruir el envío de los "fondos". Por una parte, la nota
de la Baring Brothers del 20 de julio de 1825, donde manifiesta que el Gobierno de
Buenos Aires posee al 30 de junio de 1825 un saldo a favor de £117.317. Es decir, se
puede suponer que la Baring remitió el total de los £570.000 (entre oro y letras). Por
otra parte, el Informe Crédito Público Nacional Libro I, en el apartado donde se analiza
la creación del Banco Nacional, refleja que de "los $fs3.000.000 (£600.000 aprox.) del
empréstito de 1824 que debían incorporarse al capital del nuevo Banco Nacional,
$fs2.656.464 (£531.293 aprox.) correspondían a letras de comercio.
De lo expuesto anteriormente podemos concluir que: i) las remisiones por parte de la
Banca Baring bajo ningún concepto pudo superar los $fs2.750.000 (£570.000) y, ii) los
"fondos" se enviaron casi en su totalidad en letras contra comerciantes locales de
origen inglés, ignorando no sólo el destino de los fondos dispuesto por ley, sino
también los argumentos de falta de circulante esgrimidos en el debate legislativo.
Sin embargo, como se habían hipotecado todas las tierras de la provincia de Buenos
Aires, esto tenía que ser justificado de alguna manera. Es por ello que se constituyó la
"junta de Inspección y Economía", una junta ad hoc que propuso al gobierno
"entretener productivamente el capital del empréstito... prestándolo a interés a
capitalistas industriosos" (Scalabrini Ortiz, 1939: pp. 28).
De acuerdo a los registros, la Junta integrada por Manuel Arroyo y Pinedo, José María
Roxas, Francisco del Sar, Romualdo José Segurola y su presidente, Juan Pedro
Aguirre, presto en total $fs 2.014.234. Dentro de los "industriosos capitalistas" que
recibieron los préstamos encontramos a: i) Braulio Costa y John Robertson:
$fs878.750 (£175.750); ii) William Robertson: $fs 262.840 (£52.568); y, iii) Miguel
Riglos: $fs 100.000 (£20.000). ¿Quiénes eran estos señores? Todos ellos fueron
accionistas y directores del Banco de Descuento que luego sería absorbido por el
Banco Nacional. Además, todos forman parte del distinguido grupo que firmó un
informe con el cual el gobierno provincial justifico la necesidad del empréstito ante la
comisión de hacienda. Los firmantes fueron: William Parish Robertson y su hermano
John, Félix Castro, Braulio Costa, Miguel Riglos y Juan Pablo Sáenz Valiente (Pigna,
2004).
Más sorprendente aún, el director de crédito público de la Nación expresa, al hablar
sobre los documentos del crédito, que "es probable que no se haya cubierto. No
encuentro al menos documento alguno que acredite el pago del Gobierno, y es seguro
que el reembolso de las letras se haya verificado con tardanza y pérdida" (Agote,
1881, pp. 93).
Resumiendo lo expuesto, un grupo de comerciantes de la provincia de Buenos Aires,
primero hizo lobby para contraer un empréstito con Gran Bretaña, luego, negoció la
operación, cobró sus comisiones, se quedó con "comisiones extras" en la colocación
bajo la par y, además, recibieron parte del dinero del empréstito en concepto de
préstamos productivos y no existen registros que demuestren los montos y plazos de
devolución de los fondos préstamos.
Son justamente esos "papeles" (letras), que se traspasaron desde el Banco de
Descuento al Banco Nacional, y de los cuales no existen registros de que se hayan
devuelto, los que se utilizado como argumento para nacionalizar la deuda de la
provincia de Buenos Aires. En palabras del propio Presidente de Crédito Público
Nacional: "Los $fts. 3.000,000 del empréstito inglés, según la cuenta de la comisión
que corría con su inversión, se componían, al incorporarse en el capital del Banco
Nacional, de las partidas siguientes" (Agote, 1881: pp. 92):

Gráfico 5: Composición de los fondos del empréstito incorporado al Banco


Nacional.

Fuente: Informe de Crédito Público de la Nación Título I (Agote, 1881)

Resulta necesario recordar, como se dijo anteriormente, que la deuda fue


nacionalizada en 1826 durante la efímera presidencia de Bernardino Rivadavia. Al año
siguiente, las provincias rechazaron la constitución y recobraron su autonomía. Como
consecuencia de la disolución, la deuda fue reasumida por la provincia de Buenos
Aires hasta 1862, cuando la Nación es organizada definitivamente. En 1862 la Nación
volvió a reconocer la obligación como nacional, "sin hacer alteración alguna en los
títulos y condiciones establecidas" (Agote, 1881: pp. 12).
En conclusión, el argumento del uso de parte de los fondos del empréstito para la
constitución del Banco Nacional carece de sustento. Sin embargo, como consecuencia
de ello, un conjunto de 13 provincias que conformaban la Nación entre 1862 y 1904:
Catamarca, Córdoba, Corrientes, Entre Ríos, Jujuy, La Rioja, Mendoza, Salta, San
Juan, San Luis, Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, debieron realizar cuantiosos
pagos por 40 años, sin haber recibido un sólo peso del préstamo.

5.- VALOR ACTUAL DE LA FEDERALIZACIÓN DE LOS COSTOS


En los últimos meses, distintos acontecimientos de la política nacional han puesto
nuevamente en discusión el primer empréstito argentino. Por una parte, el pago a los
holdouts y la emisión del bono a 100 años (Global 2117), reavivaron la memoria en
relación con el plazo de endeudamiento, la utilización de los recursos, la necesidad de
generar capacidad de repago de la deuda y los condicionamientos en la política
económica.
Por otra parte, la judicialización por parte de la provincia de Buenos Aires del tope
establecido en el art. 104 de la Ley de impuesto a las Ganancias para el
financiamiento del "Fondo del Conurbano Bonaerense" (derogado por la Ley 27.432 en
diciembre de 2017) también rememoró el empréstito de 1824. Durante el periodo de
judicialización, existieron expresiones que manifestaron como respuesta a la supuesta
de deuda del resto de las provincias con la provincia de Buenos Aires por el tope del
art. 104, una deuda histórica de la provincia de Buenos Aires con el resto de las
provincias con origen en la nacionalización del Empréstito de 1824.
Ahora bien, ¿A cuánto asciende esa "deuda Histórica”? En las secciones anteriores se
han expuestos diversos argumentos en torno a la ilegitimidad de la nacionalización de
la deuda, en la presente sección se realiza un pequeño ejercicio hipotético con el
objetivo de estimar el valor de lo que sería esta "deuda histórica" de la provincia de
Buenos Aires con las 13 provincias argentinas.
Como primer paso para determinar el valor actual de la acreencia, resulta necesario
determinar el monto y el momento de los pagos. Para ello, se consideran aquellos
desembolsos realizados a partir de 1862, luego de la reorganización definitiva de la
Nación.
Ante la ausencia de información detallada sobre la cronología de los pagos, se toma la
información disponible en los registros de la oficina de crédito público de la Nación
(Agote, 1881, 1888, Scalabrini Ortiz, 1939) sobre los pagos acumulados a la fecha de
los documentos, y se distribuyen de manera proporcional con una periodicidad anual.
Cabe recordar que los pagos reales se realizaron por licitación.
Al momento de realizarse la renegociación de la deuda en 1857, se habían pagado
£23.000 en concepto de amortización y £58.620 en concepto de intereses. La deuda
original a la fecha ascendía a £977.000, y la deuda en concepto de intereses
acumulados era igual a £1.641.000 (Agote, 1881).
De acuerdo al libro I del informe del presidente de crédito público de la Nación de
1881, entre el año 1862 y diciembre de 1880 la Nación pagó en concepto de servicios
de la deuda un total de £2.935.661, lo que representa un pago anual promedio de
£154.508. Conforme lo refleja el libro IV del informe del presidente de crédito público
de la Nación de 1888, entre los años 1881 y 1888, la Nación pagó el total de £604.034
en concepto de servicios de deuda por el empréstito, lo que representa un desembolso
promedio anual de £ 79.198. El mencionado informe, además, expone los saldos
adeudado a la fecha: £381.250 por los bonos originales y £137.794 por los bonos
diferidos. Ese saldo de £519.044, sería cancelado en el año 1904 mediante pagos
consecutivos con la única interrupción en los años 1890 y 1891, devengando un
interés del 6% y 4%, respectivamente (Amaral, 1984; Ford, 1969). Para este último
periodo, el pago promedio por servicios de deuda asciende a £55.126 para el año
1889 y los años del período 1892-1904.
Construida una serie con los pagos de los servicios de deuda, resulta necesario
determinar una tasa para la actualización de los pagos. Ante la ausencia de una serie
de tasa de interés para la Argentina que refleje el costo de oportunidad de las
provincias, se utilizará como proxy del costo de oportunidad de las provincias la tasa
de interés de los bonos del Reino Unido, mercado financiero de referencia de la época
(Ferreres, 2010; Bank of England). Cabe destacar que el costo de oportunidad para las
13 provincias resultó sensiblemente mayor. De acuerdo a los informes de la oficina de
crédito público de la Nación Libro I y IV (Agote 1881, 1888), mientras la Nación pagaba
el empréstito de 1824, las provincias individualmente tomaban deuda externa en
Londres a una tasa del 6% anual. Ejemplo de ello es el crédito de Ley de 21 de agosto
del 1888 por el cual la provincia de Catamarca toma deuda al 6% anual con destino a
la constitución de un banco provincial, situación similar se observa para San Luis, La
Rioja, Salta, San Juan, Santiago del Estero, entre otras (Agote, 1888).
Construida la serie y determinado el costo de oportunidad para las provincias, es
posible determina el valor actual de la "deuda histórica" de la provincia de Buenos
Aires con las 13 provincias que conformaban la nación en aquel momento.
Formalmente, (10)
V

donde,
= j-ésimo pago de servicio de deuda, con 1 ≤ j ≥ 43 excepto los valores 29 y 30 (por
la suspensión de los pagos en el periodo 1890-1891.
= Tasa de interés del Reino Unido promedio del año en que se realiza el j-ésimo
pago y años siguientes hasta 2018.
r = último pago de servicio de deuda realizado; r=43 (año 1904).
n = Cantidad de años comprendidas desde la nacionaliza definitiva del empréstito
hasta la actualidad. n= 157 (periodo 1862-2018).

Reemplazando en (10), VA= £1.474.092.698

Ante la ausencia de datos sobre el tamaño de las economías provinciales durante el


periodo 1862-1904 a los efectos de relativizar los aportes de fondos a la Nación, y
determinar la participación de cada provincia en el valor estimado, se distribuye la
acreencia en función de los coeficientes de coparticipación federal de la ley 23.548.
Tabla 1: Estimación de la "deuda histórica" a favor de las provincias por la
nacionalización del empréstito de 1824

Provincia en mill de £
Catamarca £51,7
Cordoba £166,5
Corrientes £69,7
Entre Rios £91,6
Jujuy £53,3
La Rioja £38,8
Mendoza £78,2
Salta £71,9
San Juan £63,4
San Luis £42,8
Santa Fe £167,6
Santiago del Estero£77,5
Tucuman £89,2

Fuente: Elaboración propia en base a Agote (1881, 1888) y la Ley 23.548.

De acuerdo a la estimación realizada, lo que el Historiador Felipe Pigna denomina la


"estafa a la nación" por la nacionalización del empréstito tomado por la provincia de
Buenos Aires en el año 1824, asciende a un valor actual aproximado de £1.474
millones ($53.167 millones). En el presente apartado se ensaya un criterio de
distribución entre las 14 provincias que conformaban la Nación en aquel momento, y
se presenta en la tabla 1 el monto correspondiente a cada una de las 13 provincias
que debieron pagar el préstamo sin recibir un sólo peso del mismo.

6.- CONCLUSION
A poco de cumplirse 200 años del primer empréstito argentino, el presente trabajo
intenta ser un aporte a la extensa bibliografía existente sobre el tema. Como
principales contribuciones se encuentra la cuantificación del incremento en los costos
financieros del empréstito derivado de las maniobras realizadas al momento de su
colocación. En este sentido, se ha observado que la utilización del porcentaje
establecido por ley como límite de colocación bajo la par (70%) como un hecho, y no
como un límite en la autorización, le implicó al Estado un incremento en el costo de
financiación del 25%, elevando la tasa de efectiva del 7,6% al 9,4%.
Por otra parte, se encontraron elementos no descriptos en la bibliografía existente en
relación a la falta de control sobre los pagos por adelantados. En efecto, la deducción
del importe correspondiente a las dos primeras cuotas contenía igual monto en
concepto de interés y amortización, lo que implicó el pago de intereses por casi 80
años sobre un monto que debió haber sido cancelado. Hecho que reafirmando la falta
de control sobre los fondos.
A continuación, en las secciones II y III, se reforzaron los argumentos existentes en
relación a la falta de legitimidad de la nacionalización del empréstito. Los argumentos
de trabajos previos fueron complementados con datos de la Oficina de Crédito Público
de la Nación. Por una parte, el hecho que la nacionalización se realizara a los pocos
días de asumir la presidencia de Bernardino Rivadavia, que duraría poco más de un
año, al disolverse la Nación. Por otra parte, los documentos de la época evidencian
que el argumento oficial para la nacionalización, en relación al uso de parte de los
recursos del empréstito para la conformación del banco nacional, carece de sustento.
El mismo presidente de la oficina de crédito público de la nación, 55 años después,
manifestó que no existe evidencia documental de la devolución de las letras de cambio
("papeles").
Por último, se ha ensayado un ejercicio hipotético sobre la existencia de una "deuda
histórica federal" de la provincia de Buenos Aires con las 13 provincias que, entre
1862 y 1904, conformaban la Nación, y con cuyos recursos se afrontaron los pagos de
los servicios de deuda del empréstito. Como se pudo apreciar, durante el periodo
señalado, las provincias, por un lado solicitaban préstamos al exterior (y también
interior) ante las necesidades de recursos y, por otro, pagaban los servicios de una
deuda por la cual no sólo no recibieron un peso, sino que, además, desde sus
orígenes estuvo caracterizada por la falta de transparencia.

7.- BIBLIOGRAFÍA
AGOTE, P. (1881). Informe del presidente del crédito público nacional libro I. Buenos
Aires.
AGOTE, P. (1888). Informe del presidente del crédito público nacional libro V. Buenos
Aires.
AMARAL, S. (1984). El empréstito de Londres de 1824. Desarrollo Económico, 559-
588.
FERRERES, Orlando J. (2010). Dos siglos de Economía Argentina 1810-2010.
Buenos Aires, Norte y Sur.
FORD, A. G. (1969). Argentina y la Crisis de Baring de 1890. Revista de Economía y
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GALASSO, N. (2002). De la banca Baring al FMI: historia de la deuda externa
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PIGNA, F. (2004). Los mitos de la historia argentina: La construcción de un pasado
como justificación del presente (No. 982). Norma.
RAPOPORT, M. (2014).La deuda externa argentina y la soberanía jurídica: sus
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SCALABRINI ORTIZ, R. (1939). Historia del Primer Empréstito Argentino. Cuadernos
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YASUKAWA, A. M. (2001). Matemática actuarial. Valuaciones actuariales (No. 51-7:
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